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Universidad de Santiago de Chile

Facultad de Humanidades
Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales
Diseño y planificación curricular

Taller análisis curricular

Estudiante: Cristóbal Fuenzalida Pinto

Profesor: Marco Yupanqui

Santiago de Chile, 6 de Julio de 2017


Propósitos o principios del currículum
Desde la introducción general de las bases curriculares de 7° a 2° medio,
actualización 2015 (vigente actualmente), se define como uno de sus propósitos
generales ser la continuidad de los proyectos anteriores bajo un enfoque que
sigue “los principios rectores de la Constitución Política y la concepción
antropológica y ética que orienta la Declaración Universal de los Derechos
Humanos presente en las grandes tradiciones del país”. (MINEDUC, 2016: 11).
Debido a esto podemos asumir que las bases curriculares se sumergen bajo una
visión tradicionalista de la educación.
A la vez, busca ser un sustento teórico y legal para lo propuesto en la
constitución chilena y la ley general de educación (LGE), en donde “las Bases
curriculares constituyen, de acuerdo con esta ley, el documento principal del
curriculum nacional. Su concepción se enmarca en lo que establece nuestra
Constitución y en lo que ha sido nuestra tradición educativa” (MINEDUC, 2016:
16), legitimando la visión de la educación del estado chileno a través de un
documento que marque las pautas generales a seguir en materia educacional,
otorgándoles a los diversos establecimientos escolares la capacidad de contribuir
a dichas bases, en donde “se entrega a los establecimientos educacionales la
libertad de expresar su diversidad, construyendo, a partir de ella, sus propuestas
de acuerdo a sus necesidades y a las características de su proyecto educativo”
(MINEDUC, 2016: 16).

A lo largo de las bases curriculares, se pretende dar los esquemas a seguir


para que cada estudiante desarrolle habilidades y actitudes para ejercer la
ciudadanía, para que, de esta forma, se pueda promover el desarrollo integral de
los estudiantes. Dicho desarrollo integral se sustenta en principios éticos para
manifestar que la educación en Chile busca promover valores como la justicia, el
sentido de nacionalidad, entre otros.
Es así como el curriculum nacional busca dominar ciertas habilidades y
conocimientos que permitan a las y los estudiantes una comprensión global de la
realidad, ya sea natural, social o tecnológica, para así desarrollar competencias
que les permitan a los estudiantes integrarse a la sociedad de una manera
proactiva para el desarrollo de esta.
De esta manera se busca que los “alumnos”, mediante el contenido
impartido por el currículum, participen activamente de la “vida democrática” de la
sociedad chilena. Por otro lado, mediante el curriculum se busca orientar la labor
docente, para que el desarrollo de la clase esté en función de los aprendizajes y
capacidades que este plantea. Según lo que las bases curriculares plantean, el
currículum estructura el aprendizaje que se espera año a año.
Es así como el contenido que imparte el currículum según las bases está
orientado a la formación de habilidades que les permitan a los estudiantes ejercer
la ciudadanía, y donde “las Bases Curriculares indican cuales son los aprendizajes
comunes para todos los alumnos y todas las alumnas del país durante su
trayectoria escolar. Dichas Bases tienen un carácter obligatorio para todos los
establecimientos y son el referente respecto del cual se construyen los programas
de estudio del Ministerio de Educación, los programas de estudios elaborados por
los establecimientos que opten por programas propios, los planes de estudio, la
prueba SIMCE y los estándares de aprendizaje” (MINEDUC, 2016: 22).

Por otro lado, desde la visión del curso de Historia, geografía y ciencias
sociales, “el trabajo conjunto de estas disciplinas permite a la o el estudiante
desarrollar conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para comprender la
complejidad de la realidad social y el devenir de nuestra sociedad. La asignatura
busca promover aprendizajes que representen un aporte significativo para
enfrentar los desafíos de desenvolverse en un mundo cada vez más dinámico,
plural y cambiante” (MINEDUC, 2016: 176). De esta manera el curriculum de
Historia, busca complementar la visión de un ciudadano integrado en la sociedad,
en donde la formación histórica del estudiante va en pos de la creación de este
ciudadano útil, en donde la principal función de dicha formación histórica es:

“Contribuir a la formación de personas capaces de analizar


realidades complejas y de desarrollar visiones propias fundadas en un
pensamiento riguroso y crítico. Asimismo, personas con las
herramientas para comprender mejor su presente, establecer
conexiones con el pasado y trazar planes a futuro. Al mismo tiempo,
se espera entregar conocimientos, habilidades y actitudes que les
permitan ejercer como ciudadanos y ciudadanas activos(as) y
respetuosos(as) de los principios en los que se funda la democracia, y
que desarrollen y practiquen una conciencia ética basada en los
derechos humanos” (MINEDUC, 2016: 176).

Es así como desde una perspectiva disciplinar, se busca reforzar una


visión de un ciudadano democrático, bajo las propuestas legales de la
constitución y una visión tradicionalista, en donde se busque un rol activo
ciudadano, pero bajo las concepciones legales de este y donde el ramo de
Historia, geografía y ciencias sociales ayude a la creación y replicación de
dicho modelo de ciudadano.
Perspectiva didáctica y concepción del aprendizaje

Desde la visión de las bases curriculares, la educación de igual manera


debe posibilitar una experiencia similar a los estudiantes de todo el país,
reconociendo la libertad de educación. En ese sentido, la educación contribuye a
que el sujeto educativo aprecie cómo se desarrolla una vida democrática De esta
manera, por medio de la participación ciudadana tomará conciencia de sus
derechos y deberes lo que le permitirá desarrollar una ciudadanía activa. Como se
considera que las bases curriculares imparten una cultura en común, se plantea
que las posibilidades de educarse son las mismas para cada estudiante del país.
Es por esto que el alumno se concibe como un ente sujeto a cambios, en los
cuales el profesor será el punto clave de este cambio.
Según las bases curriculares este cambio sería con el fin de que el sujeto
se desarrolle en la sociedad, entendiendo diferentes fenómenos (impuestos) como
la base de una sociedad democrática. Aquí se evidencia un punto importante en
torno a cómo se entiende al estudiante, ya que desde su individualidad no se
pueden potenciar habilidades y actitudes diferentes a la línea de las bases, por lo
tanto, del Estado de Chile.
De esta forma, las bases curriculares nos presentan una visión
generalizada de un paisaje educativo, en donde a mi parecer cae en una
concepción irrealista de lo que es el fenómeno educativo. Esto debido a que,
dentro de la concepción curricular al ser generalizadora, no considera realmente
las diversas realidades educativas en que se insertan las diversas escuelas,
manteniendo estándares comunes a las diversas realidades que presentan los
estudiantes, de esta manera favoreciendo, replicado y manteniendo las
desigualdades socio-culturales existentes en el país.
Considerando lo anteriormente dicho, podemos evidenciar que las bases
curriculares juegan un rol fundamental en la creación del “ciudadano”. Ésta sería la
finalidad, por lo tanto, el principio pedagógico es netamente de reproducción,
entendiendo este término como el mantenimiento del status quo.
En la base curricular la enseñanza que el currículum menciona está en
estrecha relación con el planteamiento de un contenido comprensible para el
docente, que de acuerdo al texto se debe manifestar de forma clara para que no
ocurran interpretaciones diferentes. En ese sentido la enseñanza también se
enmarca en esta estructura “valórica” que plantea el currículum, donde se dice que
la educación debe entregar a los estudiantes la posibilidad de desarrollarse como
personas libres. La visión de enseñanza del currículum se relaciona con la idea
de que el estudiante dentro de la escuela debe desarrollarse como un ciudadano
integral, donde por medio de la escuela y recibirá los conocimientos y habilidades
necesarias para estar inmerso en lo que se plantea como una sociedad
democrática. Por lo que la enseñanza se comprende como la acción en que el
profesor da herramientas y habilidades a los alumnos, y a través de las
competencias estos van consolidando su capacidad de ser actores sociales,
capaces de comprender la realidad y poder actuar de forma activa en ella; esto se
entiende como la creación de un ciudadano crítico y competente.

Habilidades y actitudes a desarrollar en el currículo


En las bases curriculares la forma de prescripción curricular según la Ley
General de Educación son los Objetivos de Aprendizaje (OA), los que dan cuenta
de los conocimientos y habilidades que los estudiantes deberían aprender en
relación a los objetivos generales. Está dividido en 2 categorías:
Objetivos de Aprendizaje Transversales (OAT): hacen referencia a la
actitud, conducta y desarrollo “moral” de los estudiantes. Se configuran en base a
la totalidad de la experiencia escolar, considerando el aula y lo exterior a ella. Se
desarrollan en base a una serie de actividades a lo largo de la trayectoria escolar
sin que estén estrictamente relacionadas a una asignatura en específico, pues
pueden ocurrir en la sala, en los recreos, o en diversas situaciones de convivencia
dentro de las escuelas, aludiendo al desarrollo personal y social de los
estudiantes, sin que se requiera de una instancia formal para que esto suceda.
En ese sentido, en el currículum se busca que los objetivos transversales
del currículum respondan a una identidad nacional, es decir que “promueva
valores e ideales nacionalmente compartidos” (Bases Curriculares, 2015: 25).
Dentro de los objetivos transversales que plantea el curriculum es posible
encontrar los hábitos de vida sana, el fortalecimiento de la autoestima, la
capacidad crítica, la valorización de la familia, la convivencia social, la valoración
de los derechos humanos, valorización del trabajo, expectativas a futuro y
aspiraciones, entre otras. Se manifiesta explícitamente las habilidades que deben
desarrollar los estudiantes de forma transversal al contenido mínimo.
Objetivos de Aprendizaje (OA) por curso: definen los aprendizajes por
cada asignatura en relación al año escolar. Se refieren a las actitudes,
conocimientos y habilidades que buscan el desarrollo integral de los estudiantes,
enfocados en el aprendizaje que un estudiante debe lograr en relación al
currículum como el centro del quehacer en la escuela “Los conocimientos, las
habilidades y las actitudes se abordan en estas Bases Curriculares de forma
integrada. A la vez, para cada asignatura se destaca y secuencia de manera
explicita las habilidades que le son propias y las actitudes relacionadas con
aquellos OAT que se prestan especialmente para ser desarrollados en el contexto
de esa asignatura” (MINEDUC, 2016: 22).

Dentro de la asignatura de Historia, se describen una serie de habilidades y


actitudes que corresponden a lo descrito dentro de la introducción y los OA, dichas
habilidades y actitudes son:

Habilidades:

• Pensamiento temporal y espacial: Mediante estas habilidades se busca fomentar


un “pensamiento histórico”, en donde los estudiantes puedan comprender
temporal y espacialmente hechos y procesos ocurridos en tiempos y lugares
diversos.

• Análisis y trabajo con fuentes: Busca que los estudiantes sean capaces de
comprender diversas fuentes de información para desarrollar una visión “más
global” de los contenidos.

• Pensamiento crítico: Busca desarrollar estudiantes que indaguen desde diversas


perspectivas bajo un pensamiento cuestionador, en otras palabras, desarrollar la
capacidad de cuestionamiento en los estudiantes.

• Comunicación: Reforzar la capacidad de transmisión de ideas, mediante


expresión oral y escrita.
Actitudes (MINEDUC, 2016: 184):
A. Respetar y defender la igualdad de derechos esenciales de todas las personas,
sin distinción de raza o etnia, nacionalidad, situación socioeconómica, idioma,
ideología u opinión política, religión o creencia, sindicación o participación en
organizaciones gremiales o la falta de ellas, genero, orientación sexual, estado
civil, edad, filiación, apariencia personal, enfermedad o discapacidad.

B. Respetar la diversidad cultural, religiosa y étnica, y las ideas y creencias


distintas de las propias, considerando la importancia del dialogo para la
convivencia y el logro
de acuerdos, evitando prejuicios.

C. Pensar en forma autónoma y reflexiva, fundamentar las ideas y posturas


propias, y desarrollar una disposición positiva a la crítica y la autocrítica.
D. Demostrar valoración por el aporte de las ciencias sociales a la comprensión de
la realidad humana y su complejidad, mediante distintas herramientas
metodológicas y perspectivas de análisis.

E. Demostrar valoración por la democracia, reconociendo la importancia de ser


ciudadanos activos, solidarios y responsables, conscientes y comprometidos con
el ejercicio de sus derechos y deberes.

F. Demostrar valoración por la vida en sociedad, a través del compromiso activo


con la convivencia pacífica, el bien común, la igualdad de hombres y mujeres y el
respeto a los derechos fundamentales de todas las personas.

G. Demostrar interés por conocer el pasado de la humanidad y el de su propia


cultura, y valorar el conocimiento histórico como una forma de comprender el
presente y desarrollar lazos de pertenencia con la sociedad en sus múltiples
dimensiones (familia, localidad, región, país, humanidad, etc.).

H. Desarrollar actitudes favorables a la protección del medioambiente,


demostrando conciencia de su importancia para la vida en el planeta y una actitud
propositiva ante la necesidad de lograr un desarrollo sustentable.

I. Demostrar una actitud propositiva para contribuir al desarrollo de la sociedad,


mediante iniciativas que reflejen responsabilidad social y creatividad en la
búsqueda de soluciones, perseverancia, empatía y compromiso ético con el bien
común.

J. Usar de manera responsable y efectiva las tecnologías de la comunicación para


la obtención de información y la elaboración de evidencia, dando crédito al trabajo
de otros y respetando la propiedad y la privacidad de las personas.

De esta manera las habilidades y actitudes refuerzan la idea central de las


bases curriculares y el objetivo fundamental de la asignatura de Historia, geografía
y ciencias sociales, el desarrollo de ciudadanos útiles en pos de una sociedad
democrática.

Concepción del sujeto en formación

Se contempla al sujeto educativo como un actor que por medio de la


adquisición del conocimiento se transforma en un ciudadano que se desarrolla
integralmente por medio de la educación, y que cuando esa tarea se cumpla, el
estudiante aportará al desarrollo social, cultural y económico del país.
En ese sentido, según la visión las bases curriculares, el conocimiento que
adquiere el estudiante no se ve solo como un contenido, sino que como la
recepción de valores que le permitirán desenvolverse en la vida cotidiana,
independiente de lo que haga al egresar de la escuela, puesto que el estudiante
en base al aprendizaje de la enseñanza media puede ingresar a la Universidad o
incorporarse al mundo laboral, sin perder esa “identidad valórica” que pretende
inculcar el curriculum. Poniendo énfasis en que el educando por medio de la
comprensión de los Objetivos Transversales se transformará en un “ciudadano
crítico” e integral, puesto que en la escuela además de recibir el conocimiento,
pondrá en práctica una serie de valores por medio de la socialización, el ejercicio
bien común y la ciudadanía activa.
Todo esto mediante un desarrollo de una compresión espacial y temporal
de la realidad social, política y económica por parte de los estudiantes, teniendo
de esta forma el estudiante principalmente un rol propositivo dentro del proceso
educativo, pero dentro de las normas estipuladas, dentro de una “sociedad
democrática” (dentro de la concepción que el estado de Chile da a este término) y
en pos de esta, no cuestionando realmente las relaciones de poder, tanto social
como culturalmente que se dan en este país, en otras palabras, a mi parecer el
curriculum le da un rol de falso empoderamiento a los estudiantes.

Concepción del rol docente


Las bases curriculares en su introducción general están descritas para el
desarrollo de las diversas habilidades, actitudes y objetivos, pero sus principales
receptores no son los docentes, sino que dichas bases están dirigidas hacia los
establecimientos educacionales y como estos deberían operar.

Dentro de las bases curriculares, se puede desprender que el rol del docente
es ambiguo. En muchos momentos se da al docente un rol de guía y acompañante
en el proceso educativo, en donde el rol primordialmente activo, sobretodo en el
desarrollo de las diversas habilidades descritas en la asignatura de Historia,
geografía y ciencias sociales, recae principalmente en el rol activo que deberían
presentar los estudiantes.

Pero a la vez el docente en múltiples ocasiones a lo largo de las bases


curriculares en el cumplimiento de los objetivos y el carácter replicador cultural y
tradicionalista que presentan la bases curriculares, como se ha descrito
anteriormente, el docente se presenta desde una perspectiva técnica, en donde su
labor es evaluar en base a los objetivos propuestos en las bases curriculares,
viendo si los estudiantes presentan o no las condiciones pedidas para el desarrollo
de dicho “ciudadano democrático y crítico” que se presenta en las bases
curriculares.

Racionalidad curricular presente


El interés que intenta demostrar el documento curricular es de una imagen critica,
pero cuya intencionalidad es técnica, mediante el uso de una replicación de una
visión de ciudadanos, esto debido que dentro de la descripción de las bases
curriculares este se presenta, como “el marco que condiciona la estructura del
puesto de trabajo, y por otra, ofrece - o impone- a este una serie de materiales,
guías, regulaciones, que claramente inciden en sus prácticas” (Marrero, 2010:
223).

Bajo la visión de la racionalidad técnica, quedan demostrados los principios


de lo que podríamos llamar un conductismo, esto debido a que “planificar el
currículum consiste en programar objetivos formalizados con las condiciones
descritas de manera tal que un diseño curricular será eficaz si los objetivos
cumplen las condiciones formales enunciadas” (Clemente- Linuesa, 2010: 4). De
esta manera, bajo la creación de objetivos determinados y bajo la idea de eficacia,
se demuestra a mi parecer, que se busca respuestas unilaterales a diversos
problemas o estímulos, los cuales quedan condicionados en medida que dichos
objetivos sean cumplidos de la manera en que el docente lo estipula.

Para analizar la planificación curricular, Clemente-Linuesa (2010) nos


propone que una de las distintas formas es a través de lo que se denomina la
racionalidad técnica, en donde se planifica buscando un valor científico y bajo una
visión que busca la eficacia educativa en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Para realizar dicha labor, el diseño curricular bajo esta visión estipula una
prescripción de objetivos, determinando de esta manera el método y medios más
propicios para la facilitación del conocimiento, el cual será medido en base a
resultados., en donde “el alumno a través de una conducta muestre lo que
domina. Los objetivos son los cambios que el sujeto consigue como consecuencia
del aprendizaje” (Clemente- Linuesa, 2010: 4).

Según lo que plantean las bases curriculares del 2015 dentro de los
instrumentos curriculares podemos encontrar las bases curriculares, que indican
los aprendizajes comunes para todos los estudiantes del país durante toda su
trayectoria escolar, definiendo los aprendizajes esperados para cada año. Poseen
un carácter obligatorio para todas las escuelas y en base a ellas se construyen los
programas de Estudio que imparte el ministerio, además del Simce y otras formas
de estándares del aprendizaje. Cada establecimiento tiene la posibilidad de decidir
si elaborará su propio plan de estudio o utilizará el que imparte el ministerio, de
acuerdo a la noción de libertad de enseñanza, como se alude en la Constitución.
En el caso de tomar la primera opción, el diseño debe responder a lo que las
bases curriculares piden. De acuerdo a lo planteado por el texto Bases
Curriculares 2015, estas deben asegurar una educación de calidad en igualdad de
oportunidades para todos los estudiantes.
Programas de estudio: organizan los objetivos de aprendizaje en relación a los
logros que se buscan dentro del año escolar, definiendo los objetivos, el tiempo
que se requiere para cumplirlos, los indicadores de logro y actividades de
aprendizaje y evaluación.
Planes de estudio: corresponde a la organización del tiempo escolar
estableciendo el tiempo mínimo por asignatura para poder cumplir con los
Programas de Estudio del Ministerio de Educación.
Los niveles de logro del Simce y los mapas de progreso no se encuentran
incorporados en las bases curriculares como un instrumento, pero se infiere que
estos son considerados para diseñar los objetivos de aprendizaje.
Es así como mediante las pruebas estandarizadas, el Ministerio de Educación
evalua los objetivos, habilidad, contenidos y actitudes de las diversas asignaturas
presentes en las bases curriculares, categorizando a los distintos establecimientos
mediante su rendimiento.

Referencias:
- MINEDUC. (2016). Bases curriculares 7° básico a 2° Medio. Santiago,
Chile: Unidad de curriculum y evaluación.

- Clemente-Linuesa, M. (2010). Diseñar el currículum. Prever y representar la


acción. En: Saberes e incertidumbres de curriculum. Universidad de
Salamanca, Madrid, España: Ediciones Morata.

- Marrero, J. (2010). El curriculum que es interpretado. ¿Qué enseñan los


centros y los profesores y profesoras? En: Saberes e incertidumbres del
currículum. Universidad de La Laguna, Madrid. España: Ediciones Morata.

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