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e

Eduardo
Doctor en '·'º''rn,rnow
Profesor Tttulc¡r Regular y Director de la Carrera de Especialización en ía Clí11ica )' 'limipia Cógniiiva, Facultad de Psicología,
Unive,-::;iclad de ]Juenc.
Presíde¡¡te de la Asociación Argeniii' c~pia Cognitiva
E-mail: ekeegan@lpsi.

lnh·oducdon
¡ Todos los tratamientos cognitivo-conductuales están
La cues96n de la salud mental es un tem<t que ha
concitado arduos debates. Existen teóricos (1) que inclu- basados en modelos psicopatológicos que son sometidos
so postulan 1;que los trastornos mentales nci existen o que a la p:meba empírica, ya .sea en la clínica o en el labora-·
al menos mj1chos de ellos no son más que efectos del dis- torio, Algunos de estos modelos son transdiagnósticos
curso (2). L9s modelos cognitivo-conductuale~ suscriben (5), intentando organizar' f~ psicopatología en ténnirios
utia visión 9iopsicosocial de la patología mental y sí bien de prilncipios' mecanisn:i~s compartidos 'más qu~ en
suelen: utili¡-:ar el lenguaje de los sistemas di¡ig~ósticos términos dé! si · s y síntciri:ias. Por ejemplo, el mode-
operativos psM (3) y CIE (4) por razones pragmáticas, cte• los trastornos alírnen tarios puede
son bastant~ críticos respecto de su validez.' - ' ., 'óstica que c.aracteri~a el curso
~
J

]Resumen
Este artículo.: provee una visión sucinta de la ~oncepción de la sall1d mental sostenida por el paracligma cogrütivo-conductual. !'ara aJ-
gm1os de lo~ modelos de este paradigma, el sufri1niento 'hurrrano es ubicuo y en gran medida inevitable. Por lo tanto, padecimiento no
puede sei; equiparado linealmente c<m patología. La safod Iflental consiste en actuar en pos de nuestras metas valoradas, más allá de las
emociones y pensamientos negativos que esto pueda Sf1scitar, Se describen algunos fenómenos cognitivos y metacognitivos característica-
mente asocü,1dos con la psicopatologia, así como algunos prtrn:ipios a.cerca de la normalidad tanto de la expe1iencia emocional como de
la conducta. 'se establece una diferencia entre las consultas motivad~s por trastornos m\'ntales y a,que!fas motivadas po,r ctisis vitales o por
el desanollo 'personal. Por último, se analizan las conqiciones eri las que resu!La deseable y necesaria la realización de un tratamiento.
I'alaln·as cJave: Salud mental - Modelos cognitivo-con<:fuctuales - Psicopatología.

TBE MENTAL BEALTH FROM A COGNITIVE-BEI-JAV10RAL PERSPECIWE ,

Sn.mmary
This paper presents a succinct overvie"'. of üi,~ coq¡;eption of rnent.al health,heÍd 't1y the cogrütive-behavioral paradigm. For s
tbese models, human suffering is ubiquitiol)S and. largely ~¡rnvoidable. Therefore, :;uffering canno.t be linearly equated to patl;o
Mental health implies acting towards acl¡ieving our valued goals, despite the negative emotions and thoughts tbat this may activate.
The paper describes sorne cognitive and n¡etacogniüve phenomena characteristically associated to psychopathology, as well as sorne
principies W·establish the normalcy of poth emotional exp¡;;¡ienf::e and behavíor..It e,¡:\abHshe:¡ a diffe~ence between consultations mo-
tivated by níental dísorders arici these Ínotivated by life crises and by a desire of achíeving.'persohal growth. Jiinally, the paper analyzes
the conditíon~ in which impfomentíng tr~atment ís,desirable and necessary ·
Key words: Mental bealth - Cognitive-behavioral models Psychopathology

VERTEX l~ev, Arg. de Psiquiat 2012, Vol XXIII: 52 - 56


' ...,.
Lo So/ud Mentol en lo perspectivo cog'nitivo-conductua/ 53

d~l los trastornos alimentarlos, y ba sei:vlck) para de~,;arro­ ciisflmcional y dgida. La rigidez en la convicción se toma
llar un tratamiento que se demuestra eficaz. en toda la. problen1ática porque es contratia a las metas del paciente
alimentarla. y por fo .falta de consenso que esa tiene, En las
Sl hemos de pwv<~er tWH deflnidón de la salud pm.,sorn1s con sín l:omas psicóticos, por las crnendas
decir que una persona es saludable cuan·, idiosJ.ncr:áticas a causar malestar no tanto por su
cabo las cund•.Kl:itS necesarias para alean· c:ont:eniclo, sino más bien por el lu,cho ele no ser compar ..
zar sus metas, viviendo de acuerdo con sus valoi:es, más allá tidas pm otros miembros de su conpmida(i. En efecto, es
de la experiencia de emociones ncga1lvas en ese próceso. el malestar asociado con esa idea lo que determina en gran
Esto slgnífü:a que la angusti<t, );1 iri1, el aburrimiento o la medida si es¡¡ persona va a sei: un caso de p.sicosis o sirn·
vergüenzil no inhiben a la pt:rsom1 en Ja ímplernentación plemente alguien con ideas inusuales. El tratamiento ele la
de las accicm<']s que pueden concli ictrla a eso que ha defmJ .. psicosis no apunta tanto a la modificación del contenido de
do como su meta. Las personas co:1 t:rastorno de ansiedad esas ideas, sino a la reducción del malestar asociado a ellas,
social, por ejemplo, anhelan rel<icíonarse con otr21s per~onas algo que ~e logra modificando la relación del paciente con
de su entorno, pero al dax por descontado que serán criti·· esas experiencias mentales (10).
cados y/o humillados, evitan Ja intencción como Jvlás allá ele los uno de los de
orientada a la vergfü~nza y Ja an¡;ustia gue, están con- ~·"'"'"·''JH,c". los primeros rnodelos cognitivos allá por la
vencidos, de tal experiencia. df~cada del 60 (9, 11), está la cuestión central de los procesos
Algunos modelos cognitivo-conductuales más radica· cognitivos. O, para decirlo de modo más sencillo, de cómo
le:; (6) plantean que el modelo dd síndrome tornado de la usa la 1nente una persona determinada. El neuroticismo,
medicina es inadecuado jrnr.a el carnpo de la salud mental.· como rasgo ele pefs,onalidad, está asoci~do a mayor expe-
Las altísimas ~asas de prevalencia ·:k fa depresión, pbr,ejern .. ríerida c1e«m1ocion'es negativas, pei·o tah:iblén al predomi .. ·
plo, irKlicaríap c1u~ el sufrLniento hum'.ino c:s llb,icuo y no nio ele fenórnenos cognitivos disfuncionales tales como la
debena ser c:oncd1tdo CélHH) llna (;xcepoón patologica. nnniación y b preocupación (12). En efecto, rnientTas que
Es el mód:o de relaciorwrs<'. con ese sufnmientc) Jo gue J;1s p2rsonas irnpulsivas se destacan por una problemática
haría la clifer~nda respecto ck: n uesl:ra sal u.el ment~L" Hay falta ele reflexión antes ele actuar (13), por un déficit cogniti..
una vieja ora,ción que ruega a Dios nos conceda l¡i 'Sere·· vo, las personas que puntúan alto en neuroticismo, se carac-
nidad para a¿eptar las cosas que no podernos cambiar, el teriza.n por usar la mente para cavilar sobre errores pasados
valor para cambiar aquellas c¡ue sí podemo~; cambiar y la o sobre amenazas futuras. Estos estilos cognitivos negativos
sabidmla para conocer la diferencia. Aceptación y cambio son representan una vulnerabílldad a la' depresión (14). Para
ele hecho los ::ios grandes principios que animan a las tera· algunos modelo,> (6) es la capacidad simbólica del ser huma-
pias cogni!ivo-concluctuales. Las personas saludables, saben no, su posesión de lenguaje, Jo que expaúcle enor~emente
que no deberi luchar contra el sufrin1iento normativo· si no su capaclclacl de sufrirhlento, porque crea la posibilidad de
desean increrüentarlo (por ejemplo, soportando el malestar sufrir por algo que ~10 está en la experiencia a la vez que
derivado ele: la pérdida de una rdación o la muerte d.~.ui) ser ínflexlbiliz.a nuestra percepción ele la realidad.
querido). Eso no significa, sin ernbargo, que no po'da'mos La salud mental requiere un adecuado foco, en el presen-
investigar las en1ocior¡es positivas, y Jq~ modos ~aludar~11:s t,e ($), e!!- l~ ~xp~riencia ~al co,qi~ se no~ presenta. rramblén
para ptommierlas, tal corúo lo hace de~de h~te ün :par 'd~' induye· la capacid.ad de ver a nuestros' eventos mentales •
décadas Ja psicología positiva, un c:axnpo disciplinar ciue se cogniciones, c~mociones- como simples manifestaciones
originó en gran medida en el contexto de la inve:;tigación psicológicas, sin confundirlos con realidades. No ppdemos
de la génesis de la depresión desde modelos cognltiv05 (7). comprender la reajidacl sir10 por medio de nuestra cogni-
Una vieja idep del campo cognitivo sostién~ que no son los ci\)rr'. p~r? ~101,~1~\=rn?s,,~opfupdii;, pc¡r ello, Ja realidad con
hecho:; negativos en sí los que producen nuestra tristeza o la r,epresentac10n mental que de ella nos hacernos (jiL5ión
desánimo, sino el modo en que los procesamos. El. modo cos11Wva) (6).
en que reaccibnarnos ante nuestra experiencia es, pues, tan Nuestras creencias acerca del funcionamiento men-
importante como la experiencia misma. tal, o sea, nuestra metacognición, sori muy importantes
El sufrimiento humano no está necesariamente re!a .. pará r1uestra salup mental (15). El paradigma cognitivo-
cionado con procesos biológicos o psicológicos aberran- coridúcfüal l'íizo lína. gran' contribuciót\. teórico,técniéa
tes. Para el paradigma cognitivo·conductual gran parte del cuando demostró que las intrusiones experimentadas
sufrimiento humano es producto de consecuencias proble- por las personas afectadas por trastorno obsesivo-coro~;
máticas de procesos psicológicos usuales, nonnales. Existe pulsivQ no son distintas de las que .experimentan todos
consenso paradigmático en conceptuar a ¡a cognición, la los seres hun:iíjnos (16). Lo que pace la dif(;!re~1cia es lo
emoción y la conducta como l1es sistemas interdependlen- que las personas con TOC creen acerca ele tener esas
tes (8). Nuestras reacciones ante los eventos, funcionales o intrusiones. Sobrestiman tanto su importancia como
problemáticas, tendrán manifestaciones cognitivas, emo- su s.ignifícación personal. Además, creen que no sólo e~*',
cionales y conductuales solidarias entre sL En aras de la cla- posible controlar sus pensamientos, sino que es tambiéri'.
ridad, sin en1bargo 1 voy a reseñar qué serian manifestacio- deseable hacerlo. Estos intentos van acompafiados de
nes de salud en cada uno de esos sisternas. fracasos, los que, a su' vez, son interpretados como sefia-· ",
Desde el punto de vista cognitivo, Ja salud mental se les ~:le gue algo está andando muy mal. Esto incrementa
asocia con la flexibilidad cognitiva. Beck (9) planteó que la el sufrimiento y hace que redoblen los intentos ele con-
cognición patológica se caracteriza por ser idiosincrát:ica, trol, agravandoel cuadro (1 '7).

. ÍrERn:Xr<ev'Arg: de l'siquiat 2012, voL xx111 52 S6


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en su infancia e.stablecimle.nto de pautas y


dad creen que muy üti.J para dei:ec:lw a la identidad y a la etc.) (2J).
la supervivencia, .por ende, se entregan constanteme.r;te a ella, El cm1t<:xto social es un factor que en Ja salud
sin petcib!r que fa mente humana sencillamente caxece de la de muchos modos. Lü psicosis, por ejemplo, es uú fenómeno
capacidad d~: n:presentarse toda~ J¡1s amern¡z.as posibles y, cier-· fundamentalmente urbmio. En lirs comunidades p<:quc;il.as, las
tamente, de la posibilidad de conjurarlas a todas ellas (&). personas con experiencias psicóticas tienen una mejor imer-
Nuestra rnetacognlción Cllm.ple un papel crucial en la c:ión social, que hace que el estatus social de esas personas no
comprensión del funci<;marnlento de nuestra mente y de los sea tan bajo como el qut': tendrían en la ciudad. Eso redunda en
otros seres hmxianos corno poseedores de una n1ente análo· una mejor visión de sí, mejor ánimo y mayor funcionalid~d;
ga. A las personas (.íue padecen problernas mentales severos no son vJstos corno "ca.sos" de psicosis. Un rnocle!o cognit!vo-
sn mente lt;;s opaca (18). Para lograr mis metas, es coxiductual inspirad(.J en la psicología evolucionista considera
im¡nescindible qm~ comprenda mí propia in ter·· al estatus social como un factor central del bienestar psicológico
na (cogniciones y.ernociones) y que pueda repre$i~ntanne (22). De acuerdo con <>,ste modelo, nuestros esfuerzos por evitar
adecuadamentq la experiencia in tema del otro. sentimos inferiores y/o ser percibidos como taks están asocia·
De~de el ¡m¡1to ele vista conductual, la salud mental se clos con traston1os mentales corno la depresión y la ansiedad.
manifiesta en qrnpJios y flexibles repertmios de comporta- No sólo la "urbanidad" de Ja psicosis resulta congruente con
miento. En 011ts· palabras, que la persona haya adquiddo esta teoría, las tasas de padedmiento mental significativamente
cJ9
la cap<icíclad .hacer lo necesario para alcanzar sus metas más altas en personas ilünigrantes apur'ttan en el mismo sentí--
valoradas (19). ¡P~ra tener una pareja, formar una familia, . do. Como señala Vezzetti (23) en su Jib1jo La Locura en la Argen-
tener y manter~er m.1 empleo se nece. sitan ciertas habilida· tina, las figuras del loco, el delincuente y el inmigrante estal1a:r1
des inte111ersor ales. Dado que los entornos son cambian-, fueÚemente asociadas· en Ja Arge.ntina de fine'>' del siglo XIX.
tes, esa capacic ad debe incluir cierta l:lexibiliclacl para quí¡ El mismo fenómeno se puede a¡mxiar en 01alquier sociedad
la conducta sig produciendo las recompensas con la que contemporánea con fuertes flujos inmigratorios.
ha estado asoc¡4cta. Las personas afectadas por trastornos
de personalida11 ~ior ejemplo, suelen e.arecer c!el repertorio laE:estión de l'!J salud mental
concluctual nele~;mo para lo que qlllefen lograr, y otras
[n:
veces persiste11. conductas que evidentemente ya no pue- Como gran jiarte ele las rneLas valoradas de una persona
den producir los objetivos que ellos anhelan. involucran a otras personas y la relación con ellas, salud
Desde el pujito de vista emocional, la salud mental con· , mental es también contar con una red social adecuada:
siste en que la qersona adulta haya alcanzado un grado acle-· familia, amigos, pareja, compafieros ele trabajo o de intere-
cuado de regu~.ación emocional.. Esto significa que pueda ses comunitarios y/o políticos.
comprer¡der y, hombrar adecuadamente sus estados emo- Los valores 9e.ben ser definidos por la pe.rsona, no por ~u
cionales, que e~¡:¡erimente la emóciónque COf'.espcú1de a la entorno: 1.as·soÓéclácj~ más respetl1osas de los valores y dere-
situación en fqr:Fr.\f!c plena y en la intensidad aclecuacla, sin chos de !¡is personas más vulnerables y de las mir1mias .repre-
j.ntentar bloqu~~i:,1?, suprimirla o prolongar!¡¡ de ¡nodo d.is· sentan la forma de organización social que mejor promueve la
funcional. Las ~ersonas con trastornos mentales usualmen· salq<~ mental. ·Es muc:ho más probable que esto ocurra en una
te desean suprí '.1ir sus emociones negativas o pro\o.. ngar de. sod<;dad d<';mocráticá que en una que no lo es. La salud mental
modo problem'tico sus emociones positivas. Las perso~ias s.e verá afectada en un contexto social anómico, caótico o que
con trastorno hmite de la p¡:rsonalidad, por ejemplo, sue, no provea las condiciones mínimas de subsistencia.
len implementrr toda clase de medidas problemáticas para La !egitslación contemporánea --nuestra nueva Ley de
abortar sus est¡¡dos emocionales negativos, impidiendo de Sal.ud Mental es un ejeraplo de ello· tienden a equilibrar el
1 l, y taml.,
.
este mo d o el p1;ocesam1ent9 .
emociona J1en 1a f>ríl\:··
, principio ético ele la beneficencia (los profrsim1ales obramos
tica inclispensa\Jle
1 .
para aprender. a regular. esas emqciones. .
en beneficio de las personas a las que asistirnos) y el princípio
Las personas coµ abuso ele sustancias rrmchas veces apelan i1 ético de la autonomía (las personas asistidas deciden autóno-
qnímícos para it1crementar y prolongar sus emociones posi·· mamente en fimción de lo que creen más conveniente para el!us).
tivas, siendo el alcohol un ejemplo clásico. Para ello ~s crítico que los valores y derechos de las i)ersonas
Como seüa}arnos anterionnente1 salud mental es con~ con problemas mentales no sean avasallados (24).
tar con las habj'lídades y capacidades para definir objetí\1os · La s~lud mental es un aspecto de la sa luci global, y corno
valorados, así -orno concebir e implementar plane_!i para tal, un área de responsabilidad esenci<il del Estadci'rnoclemo.
alcanzarlos ele . ·nodo socialmente áceptable. Esto implica Es el Estadio quien debe fijar las políticas de salud mental e
la existencia cle ciertas condiciones biológicas, psicológie<1s, im.plementarlas adecuadamente, incluyendo las reglas para
1
interpersonales!y sociales. " las acciones p1ivadas en el campo de la salud mental.
La familia h~ sido el contexto inteqiersonal más investí·· integrar la provis,ión de servicios de salud mental den·
. gado en el campo de la salud ment?l. Má;; a}(á e.le losJactor(\;~ ti-o ele las organizaciones de salud general es deseable, y la
'biológi.cos que irean la.s condiciones de posibilidad para que legislación va e;r~ ese sentido en nues\J•J país. Pero aún falta
una persona padezca psh::osis1 la interaccíón con st~ familia mucho en términos de los fondos y obras necesarios para
·'modulará en gran medida el curso de su afección. (20). La ejecutar concretarnente e~os plax1es, así corno cambios en la
familia cumple un papel crucial en el desan'ollo psicológico cultura profesior¡al y de gestión de la salud.
: de una persona. La salud men'tal del adulto depende críti- La Salud Mental, como.,¡;ualquier acción en Salud Públi-
camente de la adecuada ate.;,,:íón a sus necesidades básicas ca, req,.üere de planificación.-E.s import<mtc contar con infor·

VERfEX Rev. Arg. de PsiquitH. .2012, Vol. XXIII: :52 56


inac:ión ev1ot.,n11u1<m•c" que:: nos dé una y acl;ml!tzada camos .los ment:·iks de nut:strn sociedad
de salud de m11:>,St:n1 sociedad. qw~ demos respuesta a ellos desarrullando nue:itras
muchas raz.ones que nos inducen a pemax qt1e haber respue:¡tas No tenemos que a una or!-
una distancia sig11lficativa entre los que más afectan absoluta, pero tampoco desconocer que
a nuestra socie.iad y Jos temas a los qm: se dedica más tlernpo la salud y el padecí.miento rnen1ales torrum formas cultural-
en la formación de los profesionales de la salud mes1taL mente que deben Sf~r indagadas (29).
Debemos saber cuáles son los padecimientos mentales pre· Un estudio realizado hace algunos a!los en Buenos Aires
valentes en nuestra sodi;.><lad y el Estado debe ftjar polílicas res- (30) mostró que muchos Reskkntes de Salud Mental de la
fX-"Cto su tratamiento. Para eso debe basarse en la evidencia CAGA desconocían el capítulo de síndromes depend.ien,tes de
cientfüc:a, que no se i:estli:nge a los estudlos empíricos aleato- la cultrn:a del DSM, y que ninguno de eUos lo había utilizado
rizados de gran n, sino que incluye también los consensos ele nunca para rloaliz.ar un diagnóstico. De acuerdo, probablemen-
expi::'.ltos, estudios de caso único ack«:uadamente controlados te desi:,,l;ean del valor ck: ese sistema
y todo dato clínico que en un razona- ttct}·C)DE~rnt1vo. pero lci. cierto es nuestw si:>tem1.1 tan:ipoco
blemente controlado, de modo público Cuatido se Jos fonná para taxa vemáCtl!ós como el sw;to o los
plantea esto en Argentipa, sin embargo, a uno se ]<) caricatud- nervios, que afectan a nuestra población del NOA.
w rápidamente corno positivista y/o promotor o entusiasta de Los modelos cognitivo-cond11ctua!es sou sensible.& a
polític:as represivas. Cuando utilizo el ac;ljetlvo "dentfüco" me niestlones de cultura y género, ya que resulta sencillo ~xpli­
refier9 simpler\;1ent:<: a que las afirmaciones de los profeslmrn- car desde estos modelos c6:mo el modo de comprender la
les de la salud hiei·ita.l tengan algún grado ck objetividad que , realidad (nuestras creencias, mtE:.~trn cognición) está lnes-
pueda vencer ll>s pruritos de una mente mir1ima:mente escép- capablemente únido a nuestra cultura y nuestro género.
tica. Las políticrs de tratamiento no pueden ser el retlejo de Jos La teoría blosod·al transaccional ck:l trasi:('iT.lO ifrnite de la
interes~:s ele las cornpafüas faimacéuticas, pero tampoco pue- personalidad (31), por ejemplo, po~tula factores etlológlcos
de
den ser el reflejo de los intereses o preferencias estél:lcfü los relacionados con el género parn e¡¡plicar Ja gran dlfo1encia
profesionales
.
de1 la salud mental o de las corpornc!o.nes que los de prrcvnl~ncia de ese trastorno en rrmjcue~. y hombres.
representan. :
A tal fin, JL)s Estados modernos haP desi:lrrollaclo guías de Consultas y tratamientos
excelencia cLfrilca. Estas guías sor generadas por comités ele
expertos y son :revisada5 peri6dlcarnente. Una de sus funciones En nmchós países, sino en la mayoría, la ul"iliwción de
es ayudar a Jod prnfesíonales de la salud mental a mímteJ:ierse servicios de salud mental está fuertemente estigrnal.izada.
actualizados re~p::cto de los hal!aigos de investigación. Otra de La Argentina, en ese sentido, es tma excep;ión positiva. No
sus funciones fS asegurar cierta homogeneidad de calidad en es que el estigma no exista, pero al rnenos e:;l:á mucho más
la atención, es~abledendo cuál es la política que el Estado pro· restringido que en otras culturas y sccle~dades.
mueve en la atención de tal o cual patología mental. La gente consulta a profesionales de !u saltJd rn,(;µt~l poi
No hay sa/ud mental -ni justicia social- si ncf se garan· diversos inotivos (32). 1vf\1Cba gente Jo hace roovicla por las
tiza aclecuaclajnente la <1ccesíbilidad a los ttatarrüenlos que interferencias que un trastorno mental le ha impuesto a su
reflejan el est¡ido actual del arte. Esto es un problema en vicia. Los agmafóbi.cos sufren por las F.~snicciones derivadas
tocio el nnmd?, dacio que los profesionales ele la salud men-- de su encierro mental," los pacientes "Liipolare.s por E:! dolor
tal están localizados mayoritariamente en las áreas urbanas, enorme que les. impone la depresión. Pew Ja gente taq1bién
pudiendo ser b; calificación profesional muy dispar. La psi-- nos consulta cuando enfren l« crisis vtt,ües. ,cambios qpe
coterapia, adJmás, es de diseminación lenta y costosa. El son normati'l(os a la experiencia hunFUtiL Y también ·acu- ·
1
Departament9 de Salud ele Gran Bretaña implementó recien· den a nosotros. cuando quieren desa.rrollarse como perso--
temen te (?,007) un programa denominado fAPT (ímprovi11g nas, cuando algo de su estado pre:;ente no les salisface pero
Access to Psycl!otherapy, Mejorar el Acceso a la PsícotE;rapia), sin que ese estado pueda ser consideradc, nna f.>atulogía sin
que logró que en cada municipio de ese país haya hoy un caer en una medicalización burda. Estas consultas son legí-
psicoterapeuta entrenado para proveer ciertos tratami<cntos timas, aunque es importante reconocer que nuestro entre·
c¡ue fueron consíderaclos básicos (25, 26). A pesar de la gran narnjento profesional no nos garantiza, en estas últimas
cantidad ele profesionales que practican Ja psicoterapia en siiuaciones, una superioridad de resultado; ,1 ];¡ que podría
Argentina (27), la accesibili.dad a algunos tratamientos es lograr cualquier persona sensata Cj\ie f·uese convocada como ·
muy baja (tómese, por caso, Ja accesibilidad a la terapia de guía espiritual o consejero. Estos motivos de consulta, por
exposición y prevención de la respuesta del trastorno obse- supuesto, con frecuencia se dan superpuestos.
sivo-cornpulsivo, por mencionar un tratamiento con la ¿Cuándo realizar tratamiento? En primer lugar,
mejor base empírica, buena eficacia y eficiencia, para una la interferencia en la consecución de rn.etas valoradas es
patología qne afecta al 1%-3% ele la población (28)). niflcativa. Cuando la interferencia es menor, pode!nos dar
La investigación en Salud Meutal debe de:sanollarse una ayuda simple, o bien podemos poner a. dispo:>ición del
!
mucho rnás en nuestro país. Necesitamos genernr conoci- paciente recursos sencillos parn que se ayude a sí mismo
miento, no alcanza con cleclarnarlo sin tomar las acciones (biblíoterapia, programas de asister;cia por computadora,
necesarias. Creo que en el campo de Ja Psicología Clínica psicoeducación, etc). En Gran Bret;1ña se ha implementa-
las cos<Js han mejorado mucho en los últlmos veinte años, do :-ecientemente (26, 33) el acceso a la terapia cognitivo·
pero estamos todavía muy lejos de la circunstancia ideal. La conductual ele baja intensidad para consultas psicológicas
ciencia es una empresa global, pero es imperioso que cono¿.. relacicmadas con padecimientos menores. El riesgo ele estos

VERn::x Rev. Arg. de l'siquiat. 2012, vol. XXIII: 52 • 56


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~l~JlV i:\1: l\IJiUb ",',;1,tl\,()li (:!Lll Ul'Ul colllC·· Pum t'~ 1 wco:m1:lo ill:larnr c¡utt QH\ i1Slfl nr!:ku\Cl
<:Ión ll1Hnaríi1 Dw1cm·1·tlng ht:1.nm; .lwbl11du dr' lii vbllón ¡¡mttm1I dt:: In rnlud mcnlul pum
BnUns (.'l!l), "t1., n !i<1 !'!ldpr©!llóri, ul '!):n~tot'· t'Jl p(f;rn n~to uc;i clc1br1rla
nn prn 1\1¡;icón, ult:) \J111; ;fon ~·J;~~''l®nl:•l p;;!co~idw:H1clón y g&n@1·ar· l.i mT(mG'a d¡¡ qut: lil~t11 vi~lóll f;lfü 1mtin1 .
pue1k't1 tl(T úlllv.~ 1~n 1;;:>~rn; 1mbun:ll.m\lt).~ o mil)' llWllS, o bltm m@¡;nwnt~ :,111;¡,T!pt1í poi t<Jclos lo~ t@,'írln'l~ y d!n1c.:o~ qutJ ¡¡.;:
orlenl!lr y rnu1·1vm: i."ll'I Li cowil.llt:a ~léntim ¡mrtr: dd '·"~m¡Kl. L11s tr:mp!ns cogntttw1 .. ctmductua.
Unri o.:in~uHa, sin también puccle servil· u los 11~.~ son rnrn J'mn\Hn d~ t~cnlíl~ y lTatarnl'tJutos que C()mpttr.
<:fccto~ de c~vlt:ar un rc,\l V<imb1o. E.n la p<~r~pectiv¡¡ cognitivo .. ten clnrta:,: prc:rnH11,; bá~".ícus y scistlen<m dt1)rlas difi:mmclas
conch.Ktnal se e.:;p~.Ta qn<: d sea ambivalente frente al que, afort tienen un estatuto rnás cercano a Ja
carnbio y que ::itravie:,c clisl.intas fd~:es dG la cleclsl.ón de dlh:rem:ia de .1r1at·kes y énfasis que al cisma. Las reJ'ert!ncias
C<UlllJiat (:35), ::e' cst:,\ ak:Jta a que la búsqueda de tratarnien- utilizadas tratan de múltiples aborda-
to rn'i sirva' :i flnes ele l<i evitación inck- )! los puntos de acuerdo que, l!n
firücla1m:nte de nn ¡1i.1ecle ser.una excelentt; m~rn;ra nuestra a todu:; estos rnuclclos y trata-·
de evitar hacer algo :il H::spedo; torn;;ir pa:;tillas para adelgazar e'i cog·n.itivo .. condúctual ¡,¡¡

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VERTEX Rev Arg. de hiquiat

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