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Una lectura posible de la sentencia del Tribunal Constitucional en el caso Schols Perez
1. Introducción
El señor Reynaldo Schols Pérez, socio del Centro Naval del Perú, contrae nupcias
en septiembre de 1999 con la señora María Yolanda Moscoso García, siendo para ambos
cónyuges su segundo matrimonio. El núcleo familiar se conforma con una hija nacida en
el seno de esta pareja y la hija de la señora Moscoso García, fruto de su anterior
compromiso matrimonial, la señorita Lidia Lorena Arana Moscoso.
Tal como consta en el relato de la demanda, y en el curso de los años, el Centro
Naval había otorgado carné familiar a los hijastros de los socios considerándolos para ello
como hijos; sin embargo, mediante Acuerdo N.° 05-02 de la sesión del Comité Directivo
del Centro Naval del Perú, de fecha 13 de junio de 2002, esa entidad aprueba otorgar el
*Abogada, profesora titular de Derecho Civil I, Pontificia Universidad Católica del Perú.
Artículo publicado en la Revista Ius Jurisprudencia 3/2008 p. 66-81, Lima.
1
Exp. n.° 09332-2006-pa/tc Lima .Reynaldo Armando Shols Pérez
pase de invitado especial válido por un año, renovable hasta los 25 años, a los hijastros de
los socios. Por su parte, el Estatuto actualmente vigente del año 2007 de la Asociación
establece en su artículo 47 que los asociados podrán solicitar la expedición del Carné de
Familiar de Asociado a favor de su “cónyuge, hijas e hijos solteros hasta veinticinco (25)
años de edad, hijas e hijos discapacitados”.
2
Como es de conocimiento general, la comprensión que actualmente se hace del concepto “igualdad” siguiendo los
parámetros de la redacción en inglés del Convenio Europeo de Derechos Humanos, no impide o descarta la realización de
tratos distintos: lo que va a asumir como vulneraciones del principio, valor y derecho de igualdad son los supuestos de
discriminación, o, dicho con otras palabras cuando la diferencia introducida no se sustenta en una justificación razonable.
En este sentido conviene revisar entre otros , FREIXES Teresa. “Las principales construcciones jurisprudenciales del
Tribunal Europeo de Derechos Humanos “ en Cuadernos Constitucionales de la Cátedra Fadrique Furió, Ceriol, Nro.11-
12. Valencia,1995, p.97 yss.
3
Fenómeno mediante el cual, de acuerdo con la clasificación planteada en su momento por Louis Favoreu, puede,
partiéndose de lo previsto en su texto constitucional o de la comprensión que se hace del mismo incidir en cómo deben
entenderse las diversas instituciones de un ordenamiento jurídico en particular, ya sea impulsando cambios en la
configuración de los alcances o competencias de los organismos u órganos de (o con poder) dentro de él (
constitucionalización juridización) ; insidiendo en la conformación de su sistema de fuentes o de las pautas que tiene
prevista para la producción de sus normas ( constitucionalización elevación ); o influyendo en la comprensión , dentro de
ese contexto en particular, de las diferentes ramas del Derecho ( constitucinalización transformación). Con todo ello , se
cuenta así, siquiera indirectamente con una gran posibilidad de modificar , unificar, o simplificar el ordenamiento jurídico
de cualquier Estado. Una buena síntesis de los alcances de este fenómeno lo encontramos en ESPINOSA-SALDAÑA
BARRERA Eloy , “Las difíciles relaciones entre los jueces constitucionales y la judicatura ordinaria” en AAVV
Homenaje al Profesor Vasquez Sotelo, (en prensa).
organización familiar pasa a ser el hilo conductor del debate.
La sentencia aborda entonces el análisis del modelo constitucional de familia para
pasar luego al tema de las „familias reconstituidas‟. Finalmente analiza el tema de la
libertad de asociación y los límites a la autonomía de autorregulación de las asociaciones
recreativas temas, estos últimos, que no abordaremos en el presente análisis.
4
Enciclopedia de Derecho de Familia T I, II y III. Lagomarsino Carlos y Salerno Marcelo, Dir; Uriarte Jorge , coord.
Universidad, Buenos Aires, 1992.
5
PETTIGINATI Eduardo, voz “familia”, Enciclopedia de Derecho de Familia T I, II y III. Lagomarsino Carlos y
Salerno Marcelo, Dir; Uriarte Jorge , coord. Universidad, Buenos Aires, 1992, p. 166-167.
La familia, como producto cultural ha exhibido a lo largo del tiempo una fisonomía de
muy diversa naturaleza, por lo que su concepto no es unívoco.6 Y es que la complejidad
del entramado social vuelve necesario conocer el concepto cultural de familia presente en
una sociedad concreta en un momento determinado, porque de allí derivarán las siguientes
consecuencias:
1) la clasificación de los grupos familiares, la aceptación de unos y el rechazo de
otros,
2) la ordenación jurídica en base a normas que deben regular la creación y disolución
del grupo elegido , a la vez que la conducta del mismo, tanto entre sus miembros
como en sus relaciones con el exterior y especialmente con los sistemas sociales;
3) la determinación del modelo que debe aplicarse a la legislación: si la creación de
las normas reguladoras debe dejarse exclusivamente a la autonomía de la voluntad;
si debe existir un control público y si es así, cómo, cuando y con qué criterios.
4) La decisión sobre las minorías, ya que se trate de establecer criterios de exclusión,
ya se trate de establecer criterios de selección.7
6
MIZRAHI Mauricio. Familia, matrimonio y divorcio. Astrea, Buenos Aires,2006,p.2.
7
ROCA TRÏAS; Encarna. Op.cit. p.73 y MIZRAHI Op. Cit. P.4
8
MIZRAHI, op.cit. p.5
9
Ibidem
vínculo biológico. 10
En nuestra sociedad el modelo que ha sido el dominante es la unidad constituida por
marido, mujer e hijos, el parentesco es bilateral; los adultos pertenecen a dos familias
distintas, la de origen y la de procreación. El padre es un consanguineo del hijo porque se
vincula genéticamente.11
Por otro lado, hay doctrina que considera como un principio jurídico central el
reconocimiento de la familia en los términos que esgrime el artículo 4 (como instituto
natural y fundante de la sociedad), con dos principios derivados de su contenido, a saber, la
protección integral de la familia y la protección del interés superior del niño. De la
protección integral de la familia deriva el principio de la matrimonialidad, que abarca una
temática amplísima, y el principio de resguardo del interés familiar,12 temas que exceden
en mucho los límites de este trabajo.
Conforme cita Diez Picazo, en un texto de romano atribuido a Paulo se decía que la
familia es una pluralidad de personas sujetas a la potestad de una sola. En esa definición, la
10
GROSSMAN- MARTINEZ ALCORTA. Familias ensambladas. Universidad, Buenos Aires, 2000, p.142-143.
11
Ibidem
12
MENDEZ COSTA, Maria Josefa. Los principios jurídicos en las relaciones de familia. Rubinzal Culzoni, , Santa Fé,
2006, p29.
cual corresponde a un modelo de familia patriarcal, la familia es dibujada como una unidad
política o cuasi política, en la que son notorios los vínculos de sujeción y autoridad. Lo
cierto es que el tipo de familia patriarcal fue dejado de lado por el individualismo que
imperó en las concepciones jurídicas, por lo menos desde el triunfo del racionalismo
filosófico, individualismo sin duda plasmado en los códigos civiles de la época, aunque
paradójicamente el modelo que los códigos civiles recibieron contenía numerosos
elementos de la familia patriarcal.13
Así las cosas, el tema de la familia ha sido tradicionalmente estudiado por especialistas
de Derecho civil, quienes han aplicado allí categorías propias del Derecho Privado. Ahora
bien, al haberse constitucionalizado la protección de la familia, el tema cambia
radicalmente de perspectiva y requiere un enfoque desde el Derecho Público, esto supone
que alguno de los conceptos que se han empleado tradicionalmente para estudiar la familia
en el Derecho civil no sean aplicables a este nuevo contexto.14
Y es que el aporte que desde el Derecho público viene dando al Derecho de familia
tanto el Derecho constitucional como el Derecho internacional de los derechos humanos
ya no deja espacio para que los códigos de Derecho privado o la legislación dispersa sean
aplicados o pensados como si en su campo de estudio fueran el techo y el ámbito final del
ordenamiento jurídico porque ahora tienen otros parámetros y normas vinculantes15.
Estos paradigmas se han erigido como pautas interpretativas tanto frente a los viejos
problemas que acarrea la regulación de la familia como ante las diversas problemáticas y
retos que han estallado en el mundo y han incidido directamente en el Derecho de familia.
Concordamos con Gil Dominguez, Famá y Herrera en que entre estos nuevos
principios podemos mencionar:
1) La protección constitucional de la familia;
2) La desnaturalización del concepto de familia y la aceptación de nuevas formas de
familia;
3) Reconocimiento y garantía de los derechos fundamentales de los integrantes de la
familia;
4) Protección integral del niño y adolescente, el niño como sujeto de derechos;
5) El interés superior del niño;
6) La humanización del Derecho de Familia;
7) La democratización de las relaciones de género en el seno de la familia y los
vinculos paterno-filiales;
8) Libertad de intimidad familiar y autonomía de la voluntad en el marco de la
regulación de las relaciones de familia;
9) El derecho a la identidad constitutivo de la subjetividad como principio recotr en
materia de filiación biológica y adoptiva;
10) El concepto de responsabilidad parental versus el de patria potestad.16
13
DIEZ PICAZO y PONCE DE LEON, Luis “Las nuevas fronteras y la crisis del concepto de familia” privado, en El
derecho de familia y los nuevos paradigmas. KEMELMAJER de CARLUCCI Aida, (coord) TI; Rubinzal Culzoni, Bs As,
1999, p.25.
14
CARBONELL, Miguel. Familia Constitución y derechos fundamentales.
www.bibliotecajuridica.org/libros/5//2287/7pfd. p.1
15
BIDART CAMPOS Germán. “Familia y derechos” en El derecho de familia y los nuevos paradigmas.
KEMELMAJER de CARLUCCI Aida, (coord) TI; Rubinzal Culzoni, Bs As, 1999, p. 41.
16
GIL DOMINGUEZ-FAMA-HERRERA. Derecho Constitucional de Familia ,TI. Bs As, Ediar, 2006 p. 40
Como se ha dicho, la protección de la familia deriva actualmente de exigencias
constitucionales e implica la necesidad de identificar el sujeto a proteger, especialmente
cuando se trata de establecer un sistema asistencial.17 En este sistema la familia es una
institución instrumental, cuya finalidad esencial es facilitar a sus miembros el ejercicio de
los derechos fundamentales y la promoción de los valores en que estos derechos se
sustentan. El actual concepto de interés familiar responde a estos criterios y nunca a la
protección de algo supraindividual que se imponga a los derechos de cada uno de los
individuos del grupo familiar.18
Suscribimos así la opinión del recordado profesor Bidart Campos acerca de que
hablar de derechos de la familia está muy lejos de significar que la familia haya de
imaginarse o erigirse como un sujeto de derecho a una entidad ontológicamente dotada de
personalidad propia y distinta de la totalidad de quienes forman parte de ella; a la inversa,
estamos persuadidos de que la familia es la suma y la pluralidad de sus miembros y no de
una persona jurídica; por eso hablar de “derechos de familia” apela más bien a una
convención que alude a los derechos de la persona humana individual en sus relaciones
intrafamiliares y en las que traba extrafamiliarmente con terceros. El sujeto de derecho –
activo y pasivo- al que tenemos que contemplar es siempre la persona humana, la persona
física. Es a ella a quienes debemos proteger, dignificar y exaltar cuando la incardinamos
socialmente desde su situación familiar.19
17
Ibidem p. 67
18
ROCA TRÏAS, Encarna. “Derechos humanos y derecho de familia” en El derecho de familia y los nuevos paradigmas.
KEMELMAJER de CARLUCCI Aida, (coord) TI; Rubinzal Culzoni, Bs As, 1999, p.48
19
BIDART CAMPOS; “Familia y derechos” en El derecho de familia y los nuevos paradigmas. KEMELMAJER de
CARLUCCI Aida, (coord) TI; Rubinzal Culzoni, Bs As, 1999, p. 67
20
Cfr. ESPIN CANOVAS, Diego. “ Los derechos de la personalidad y su entorno familiar” en El derecho de familia y los
nuevos paradigmas. KEMELMAJER de CARLUCCI Aida, (coord) TI; Rubinzal Culzoni, Bs As, 1999, p 151-185.
21
Cfr. WILLS RIVERA, Lourdes. “Protección de los derechos constitucionales de la familia” en El derecho de familia y
los nuevos paradigmas. KEMELMAJER de CARLUCCI Aida, (coord) TI; Rubinzal Culzoni, Bs As, 1999, p 183-206.
de familia que creemos pueda ser útil para abordar el análisis más específico sobre el tema
de las familias ensambladas, retomamos en este punto el desarrollo en el caso Shols Perez
de los puntos anteriormente tratados, según la óptica del Tribunal.
El razonamiento desarrollado por el Tribunal parte del reconocimiento que “desde una
perspectiva constitucional, debe indicarse que la familia, al ser un instituto natural, se
encuentra inevitablemente a merced de los nuevos contextos sociales”.
Podemos estar de acuerdo en que los cambios se han producido y también en que esto
demuestra, por una parte, que la familia no es un grupo estático y por otro lado, que no
existe un cambio tal que determine un período más o menos largo de estabilidad. Por ello
los actuales estudios de Derecho de Familia tienen una base empírica (con apoyo de la
sociología, la demografía y la economía), porque se considera que sin conocer cuál es la
realidad de las familias no puede tomarse una decisión legal que tenga posibilidades de
éxito en su aplicación.22
Y es que conforme bien anota el Tribunal Constitucional peruano “la acepción común
del término familia lleva a que se le reconozca como aquel grupo de personas que se
encuentran emparentadas y que comparten el mismo techo. Tradicionalmente, con ello se
pretendía englobar a la familia nuclear, conformada por los padres y los hijos, que se
encontraban bajo la autoridad de aquellos. Así, desde una perspectiva jurídica tradicional
la familia está formada por vínculos jurídicos familiares que hallan origen en el
matrimonio, en la filiación y en el parentesco”.
Se reconoce así la existencia de una visión jurídica tradicional en las aparecen los
conceptos de familia nuclear, vivienda común, sujeción a la autoridad parental y los
vínculos jurídicos del matrimonio, la filiación y el parentesco, características señaladas
oportunamente en otros apartados de este artículo.
Sin embargo, el Tribunal, al igual que nosotros, constata como la disociación de
elementos antes inevitablemente ligados, como son el matrimonio del ejercicio de la
sexualidad; la sexualidad de la procreación y finalmente la ruptura de la linealidad entre
procreación, heterosexualidad, identidad genética y filiación, han dado paso a una amplia
gama de situaciones, muchas de ellas aún no resultas jurídicamente, que obligan a una
atenta lectura por parte de los operadores del Derecho y a la búsqueda de soluciones
capaces de contemplar tanto la equidad y la tutela de derechos fundamentales cuanto el
bien común.
En este contexto, la fragilidad de la estabilidad matrimonial y su pérdida de peso
social como institución „legítimadora‟ de la maternidad, la sexualidad y la filiación; el
marco protectorio de los derechos humanos, la participación de la mujer en el mercado y la
ruptura de un modelo más bien tradicional de producción económica del matrimonio; las
migraciones; las bajas tasas de natalidad, el aumento notable de la expectativa de vida y el
consiguiente aumento de la población longeva; etcétera, todas estas son situaciones que
han generado nuevos fenómenos entre los cuales, las diversas formas de familia son uno de
sus consecuencias más notables y cotidianas.
Consecuentemente con ello, la sentencia que comentamos, enumera causas que han
influido dramáticamente en la manera de determinar y entender la composición familiar.
22
ROCA TRÏAS, Ibidm .p 49
“Así, cambios sociales y jurídicos tales como la inclusión social y laboral de la mujer, la
regulación del divorcio y su alto grado de incidencia, las grandes migraciones hacia las
ciudades, entre otros aspectos, han significado un cambio en la estructura de la familia
tradicional nuclear, conformada alrededor de la figura del pater familias. Consecuencia
de ello es que se hayan generado familias con estructuras distintas a la tradicional, como
son las surgidas de las uniones de hecho, las monopaternales o las que en doctrina se han
denominado familias reconstituidas.”
De lo dicho se sigue que como resultado de variados factores, se puede constatar hoy
la existencia de distintas formas familiares no siendo posible delinear un concepto
abstracto e intemporal de familia y que la coexistencia – en una misma época y lugar- de
distintos tipos de familia ha permitido la formulación del “principio de la pluralidad de
tipos”.23
Hablar de diferentes tipos de familias, es decir, de familias en plural en lugar de
familia en singular, implica discutir la existencia de un modelo único conformado por la
familia nuclear „intacta‟ fundada en el matrimonio. La aceptación del pluralismo familiar
destierra la idea de un modelo de familiar conceptuado como legitimo y el juzgamiento de
otras configuraciones como formas patológicas o sea como “ no familias.”24
A propósito de los cambios sociales que venimos comentando, puede observarse que la
discusión que hace ya varias décadas surge desde los tribunales, preguntándose acerca de la
existencia y alcance de los derechos de las parejas unidas de facto (concubinato) aparece
como la punta de lanza de un debate sobre la igualdad y la tutela de derechos que hoy se
ramifica en diversas direcciones.
Mucho y muy bien se ha escrito sobre la situación de las parejas convivientes a
propósito de la igualdad de trato dispensada a sus miembros frente a los derechos
reconocidos a quienes están unidos en matrimonio civil, no ahondaremos aquí sobre esto25.
Una jurisprudencia coherente y progresiva a lo largo de los años ha admitido que la unión
de hecho entre un hombre y mujer con características análogas al matrimonio, merece
protección del orden jurídico. Actualmente un gran número de legislaciones, entre ellas la
peruana, le otorgan reconocimiento y tutela a estas uniones. Un debate candente, aunque
ya en vías de superación en muchas legislaciones del mundo es el del alcance de la
atribución de derechos a las uniones afectivas y estables de personas del mismo sexo.
Sin perjuicio de lo dicho, lo interesante del caso Schols Perez, es que la discusión sobre
la igualdad no pasa por la situación de los miembros de una pareja unidos sin mediar el
contrato matrimonial, sino que el cuestionamiento es acerca de quiénes van a ser
23
Crf. MIZRAHI, op. cit. p.4
24
GROSSMAN –MARTINEX ALCORTA Familias ensambladas. Universidad, Bs As, 2000, p.31.
25
Cfr. GROSSMAN Cecilia y GUILLOT Alejandra “Derecho del conviviente a la afiliación de su pareja estable a una
obra social” Revista LA LEY 24/02/2005, 3.
reconocidos como integrantes de una familia cuyos cónyuges estando legalmente casados
tienen hijos fruto de una unión anterior. Esta vez la discusión se refiere al tema de los hijos
que integran un grupo familiar sin haber nacido en el seno de esta „nueva familia‟, una
“familia ensamblada”.
Vale aclarar que la familia ensamblada no es una realidad nueva, existe desde la
antigüedad. La diferencia estriba en que éstas se originaban en la viudez, mientras que si
bien se mantiene la causa de viudez, actualmente la ruptura matrimonial es la principal
causa de origen de este fenómeno. Lo novedoso estriba en que si han tenido hijos, y estando
vivos ambos ex cónyuges éstos forman un nuevo vínculo de pareja con vocación de
permanencia, se desencadenan toda una serie de relaciones que se hace preciso reconocer y
regular.
En este punto, los magistrados se preguntan si, bajo las características previamente
anotadas, es factible diferenciar entre hijastro e hijos, para concluir que “ en contextos en
donde el hijastro o la hijastra se han asimilado debidamente al nuevo núcleo familiar, tal
diferenciación deviene en arbitraria y contraria a los postulados constitucionales que
obligan al Estado y a la comunidad a proteger a la familia. En efecto, tal como se ha
expuesto, tanto el padrastro como el hijo afín, juntamente con los demás miembros de la
nueva organización familiar, pasan a configurar una nueva identidad familiar. Cabe
anotar que por las propias experiencias vividas por los integrantes de este nuevo núcleo
familiar –divorcio o fallecimiento de uno de los progenitores– la nueva identidad familiar
resulta ser más frágil y difícil de materializar. Es por ello que realizar una comparación
entre el hijo afín y los hijos debilita la institución familiar, lo cual atenta contra lo
dispuesto en el artículo 4 de la Constitución , según el cual la comunidad y el Estado
protegen a la familia. ( fundamento 14)
29
Remitimos al interesante trabajo de Carlos Dansey sobre el tema del estado civil y estado de familia, bajo la voz “estado
de familia “ en Enciclopedia de Derecho de Familia T I, II y III. Lagomarsino Carlos y Salerno Marcelo, Dir; Uriarte
Jorge , coord. Universidad, Buenos Aires, 1992, p.83-106
mujer gestó nueve meses para finalmente nacer.30
A nuestro criterio, lo que caracteriza a la familia es que está llamada a ser el espacio
primario nutritivo y nutriente31 y podemos acordar que se origina de manera más o menos
próxima, en el ejercicio de la sexualidad procreativa32 dado que hasta ahora no hay otro
modo (al menos habitual y masivo, si bien hay experimentos en este sentido) de generar un
ser humano que no sea mediante la fusión de gametos masculinos y femeninos y su
gestación en un útero femenino. Pero entendemos que esto de ninguna manera significa
restarle el carácter de familia a las estructuras familiares donde no hay un ejercicio de la
sexualidad tendiente a la procreación, ya sea que se trate de uniones de parejas
heterosexuales que no pueden o no desean tener hijos, ni a parejas del mismo sexo donde
los hijos no se originen de la actividad sexual de los miembros de la pareja.
Somos conscientes del debate entre posturas doctrinarias que sostienen básicamente el
reconocimiento de la familia como institución natural, y quienes, recusando ese concepto
natural de familia, lo circunscriben a parámetros de lo que habitualmente se conoce como
familia nuclear o tradicional33, fundada en el matrimonio, e instituida básicamente para
asegurar el traspaso del patrimonio y los genes propios, estructura ésta que fuera
históricamente un privilegio de las clases pudientes.34
Creo entonces que es necesario advertir, que si bien se llama a estas formas de
organización familiar “nuevas formas de familia”, en realidad no son nada novedosas.
Existen, desde el albor de los tiempos, las uniones de hecho, las familias monoparentales,
las familias ensambladas o las uniones de personas del mismo sexo. Lo que es novedoso es
que el Derecho las mire cara a cara y les permita salir a la luz, reconociendo que sus
integrantes son sujetos de derecho y merecen protección del Estado, independientemente
del esquema que hayan elegido para amarse y proyectarse con metas e intereses comunes;
es decir, que el Derecho les reconozca su identidad.
En la sentencia bajo comentario, el Tribunal Constitucional peruano avanza en el
reconocimiento de los derechos de las familias ensambladas y si bien, pudiendo hacerlo, no
se explaya en torno a los derechos de la niña involucrada directamente en el caso, toma una
senda interesante al plantear la defensa de la identidad familiar.
El derecho a la identidad consiste básicamente en ser quien se es, es el derecho a la
proyección y reconocimiento de la autoconstrucción personal. Y la primera, más básica y
30
Ahora bien, de allí a pretender que el ejercicio de la sexualidad tendiente a la procreación o como menciona alguna
doctrina, “a la propagación de la especie” es condición definitoria para saber si estamos frente a una familia es ir un poco
lejos. Los índices de superpoblación de algunos países y los avances en técnicas de reproducción asistida,
fundamentalmente la crioconservación de material genético, hacen pensar que asegurar la propagación de la especie
humana no es una preocupación mundial, más bien en todo caso, el cuidado y el urgente rescate del medio ambiente para
evitar la depredación del planeta parecen más acuciantes. Lo cual no implica desconocer las graves implicancias
económicas de las bajas tasas de natalidad en países desarrollados y en vías de desarrollo.
31
Siendo entonces la más terrible enfermedad la epidemia de violencia intrafamiliar, especialmente contra mujeres,
adultos mayores y niños.
32
al menos todavía y aún mediante procedimientos in vitro, es necesario la presencia de una reproducción sexuada, esto es
mediante la fusión de gametos masculinos y femeninos; en contraposición, la clonación es una forma asexual de
reproducción , una de cuyas principales objeciones radica en su bajisíma efectividad reproductiva.
33
Ilustra en este sentido HOYOS Ilva . De la Dignidad y de los derechos Humanos. Temis, Universidad de la Sabana.
Bogotá, Colombia, 2005, especialmente el capítulo X.
34
Al respecto: de Mc Lean Angus, Historia de los Anticonceptivos. Trad.Vivian Samudio.Minerva ediciones, Madrid,
1993. Y de Garcia Leal Ambrosio, La conjura de los machos, una visión evolucionista de la sexualidad humana. Tus
Quets, Barcelona, 2005
fundante construcción de uno mismo y de ser- con-los-otros se hace desde y en la familia.
Por otro lado, y en este proceso de heteroconstrucción propio del ser humano, este pequeño
y primario grupo humano que es la familia se hace a sí misma. Nadie puede dar a otro una
identidad, sólo le cabe reconocérsela.
No creemos que la identidad familiar, a diferencia de la identidad personal, sea un
derecho. Pero sí pensamos que es una noción acertada, a la que llegamos a través del
derecho a la identidad personal y el derecho a la constitución de la familiar. En el caso
Shols Perez el Tribunal Constitucional deja en claro que no hay un único y cerrado
concepto jurídico de familia.
Estamos pues, frente a un escenario donde quedan muchas y muy interesantes
situaciones por estudiar y definir.