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Id Cendoj: 28079130032010100348
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Contencioso
Sede: Madrid
Sección: 3
Nº de Recurso: 3065/2008
Nº de Resolución:
Procedimiento: RECURSO CASACIÓN
Ponente: MARIA ISABEL PERELLO DOMENECH
Tipo de Resolución: Sentencia
Resumen:
Corredores de Seguros -artículo 19.1.b) de la Ley 9/1992, de 30 de abril, de Mediación en los
Seguros Privados, en relación con el artículo 15.2.c) de la misma norma-.
SENTENCIA
VISTO por la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso- Administrativo del Tribunal Supremo el
recurso de Casación número 3065/2008, interpuesto por la ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO, representada
por el Abogado del Estado, contra la sentencia de fecha 25 de abril de 2008 dictada por la Sección Octava
de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid en el recurso
número 70/2005 . Ha sido parte recurrida D. Nemesio , representado y defendido por el Procurador D.Carlos
José Navarro Gutierrez.
ANTECEDENTES DE HECHO
Único: Al amparo del artículo 88.1.d) de la Ley de la Jurisdicción por " vulneración de lo establecido
en el artículo 19.1.b) de la Ley 9/1992, de 30 de abril, de Mediación en los Seguros Privados , en relación
con el artículo 15.2 .c) de la misma norma ".
Terminando por suplicar dicte sentencia estimando dicho recurso, casando y anulando la sentencia
recurrida, con desestimación del recurso contencioso-administrativo y plena confirmación de los actos
impugnados.
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Siendo Ponente la Excma. Sra. Dª. Maria Isabel Perello Domenech, Magistrada de la Sala
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Las razones por las que la Sala de instancia estima el recurso contencioso administrativo y declara
que las resoluciones administrativas son contrarias a derecho, se exponen en el fundamento jurídico
segundo de la Sentencia en los siguientes términos:
<<El artº15.2.c) de la Ley 9/1992, de Mediación en Seguros Privados , establece que entre los
requisitos necesarios para que una persona física obtenga y conserve la autorización de la Dirección
General de Seguros para ejercer la actividad de Corredor de Seguros, debe "contratar un seguro de
responsabilidad civil con las características y por los capitales asegurados que, en función del volumen de
negocio y la clase de riesgos, se establezca reglamentariamente".
Por otro lado el artº 19.1.b) de dicha Ley , establece que la revocación de la autorización
administrativa para ejercer la actividad de Correduría de Seguros podrá ser acordada por la Dirección
General de Seguros, previa instrucción de expediente con audiencia del interesado cuando concurra la
causa de "dejar de cumplir alguno de los requisitos exigidos para la concesión y conservación de la
autorización".
SEGUNDO .- El motivo único del recurso de casación formulado por el Abogado del Estado al amparo
del artículo 88.1.d) de la Ley de la Jurisdicción , denuncia la infracción del artículo 19.1. d) de la Ley 9/1992,
de 30 de Abril, de Mediación de los Seguros Privados , en relación con el artículo 15.2 . c) de la misma
norma.
En su desarrollo, argumenta que la interpretación que de los preceptos aplicados realiza la Sala de
instancia es errónea, pues tras reconocer que durante el período indicado el ahora recurrido, Sr. Nemesio ,
no dispuso del exigido seguro de responsabilidad civil, razona que al haber contratado una póliza de
responsabilidad civil con efectos retroactivos, se da cumplimiento al requisito exigido en el artículo 15.2. c)
de la aludida Ley . Tal razonamiento, en opinión del Abogado del Estado, es erróneo pues la exigencia a los
corredores de seguros de la contratación de un seguro de responsabilidad civil viene establecida a favor de
los ciudadanos que contratan como consecuencia de su intervención en el tráfico mercantil y fiados del
asesoramiento que estos especiales mediadores de seguros prestan y que si durante ese periodo se
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hubiera puesto de manifiesto la responsabilidad civil del corredor de seguros por hechos acaecidos en el
mismo período o con anterioridad, los clientes de aquel se habrían encontrado desprovistos de la garantía
que la ley exige e impone a los corredores de seguros, circunstancia que la Sentencia -se dice- parece
obviar. Concluye su alegato el Abogado del Estado indicando que "(...) no nos encontramos aquí ante la
sanción impuesta ante una infracción administrativa, sino ante el incumplimiento de un requisito impuesto
por la Ley para el desarrollo de una determinada actividad económica, por lo que el hecho de que el
corredor de seguros contrate esa hipotética póliza de seguros con efectos retroactivos antes o después de
que tenga conocimiento de la existencia del procedimiento administrativo es intrascendente; lo único
relevante es si una póliza de seguro de responsabilidad civil contratada a posteriori pero con efectos
retroactivos es suficiente o no para entender cumplido el requisito exigido en el artículo 15.2 .c) de la ley
9/1992 y en el artículo 27.1.e) de la Ley 26/2006 , o si dicho precepto exige que la póliza de seguros se
encuentre en vigor durante todo el período en el que el corredor desarrolla su actividad".
<<1. Para ejercer la actividad de corredor de seguros será preciso obtener la autorización previa de la
Dirección General de Seguros, la cual se concederá siempre que se acredite de la forma que
reglamentariamente se determine el cumplimiento de los requisitos necesarios establecidos en la presente
Ley.
2. Serán requisitos necesarios para que una persona física obtenga y conserve dicha autorización los
siguientes:
(...) c) Contratar un seguro de responsabilidad civil con las características y por los capitales
asegurados que, en función del volumen de negocio y la clase de riesgos, se establezca
reglamentariamente. >>
Estos artículos contienen normas jurídicas que resultan claras y no exigen esfuerzo interpretativo,
tanto en lo referido a la exigencia de la contratación de un seguro de responsabilidad civil para el ejercicio
de la actividad de corredor de seguros, como respecto a las consecuencias derivadas de su inobservancia.
En lo primero, es evidente que la contratación de un seguro de responsabilidad civil constituye un requisito
esencial para el ejercicio de la profesión de corredor de seguros, que responde a la necesidad de proteger a
los usuarios de seguros. En la Sentencia de esta Sala de 31 de marzo de 2003 , citada por el Abogado del
Estado en sustento de su tesis impugnatoria, justificamos la exigencia de requisitos muy rigurosos para la
mediación de seguros privados, en atención a dicha finalidad. Decíamos en aquella ocasión que :
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Pues bien, a ello ha de añadirse lo que, con toda corrección señala la sentencia de instancia, cuando
se refiere, tras haber hecho un análisis del encuadre de la nueva normativa, "a la exigencia de requisitos
muy rigurosos para la mediación en seguros privados, y ello es debido a la imperiosa necesidad de las
sociedades modernas de proteger a los usuarios de los seguros".>>
Pues bien, partiendo de tales presupuestos, y esto es, que la contratación del correspondiente seguro
constituye un requisito ineludible para el ejercicio de la actividad de corredor de seguros- que se contempla
en el articulo 27.1 e) de la vigente Ley 26/2006, de 17 de julio, de Mediación de Seguros y Reaseguros
privados - consideramos que el recurso de casación deducido por el Abogado del Estado no es viable en
cuanto parte de un equivoco planteamiento de la impugnación.
La lectura de la Sentencia de instancia nos lleva a interpretar que aun cuando no se exponga de
forma explicita, la Sala admite y parte del dato que entiende acreditado en autos, de que se ha incumplido
en el caso analizado la exigencia descrita en el artículo 15. 2. c) de la Ley 9/1992, de 30 de Abril, de
Mediación de los Seguros Privados . A partir de tal premisa, el Tribunal expone en el fundamento jurídico
segundo de la Sentencia los razonamientos que constituyen la ratio decidendi de la estimación del recurso,
en clave de la culpabilidad del corredor de seguros, esto es, valora la asunción voluntaria y espontánea de
un seguro con carácter retroactivo que vendría a cubrir los intereses de quienes concurrieron en el período
de carencia en operaciones de seguro con la mediación del corredor de seguros ahora recurrido. Se trata,
pues, de un razonamiento que hemos de situar no en el ámbito interpretativo de la norma sino en el
contexto del análisis de la conducta desarrollada por el entonces recurrente, toda vez que, en realidad, se
valora para excluir la revocación la actuación voluntaria y previa a la incoación del expediente del agente de
seguros tendente a proporcionar a posteriori una garantía suficiente para los eventuales perjudicados con la
omisión detectada, dirigida, en fin, a reparar el daño causado.
No se realiza una interpretación errónea del precepto de la Ley 9/1992, de 30 de Abril, de Mediación
de los Seguros Privados , en el sentido indicado por el Abogado del Estado, esto es, que una ulterior póliza
vendría a sanar la carencia anterior, tesis que resultaría inaceptable. Lo cierto es que el desarrollo
argumental de la sentencia permite concluir, sin duda para este Tribunal, que son las singulares y subjetivas
circunstancias concurrentes en el corredor de seguros -que cuenta con una larga trayectoria profesional de
más de cincuenta y dos años, se dice- y su conducta -voluntaria y previa al expediente dirigida a reparar el
daño acusado- las que determinan que, en la necesidad de guardar la necesaria adecuación entre los
hechos y la consecuencia jurídica de ellos derivada -la revocación de la autorización para el ejercicio de la
actividad- haya contemplado que el conjunto de estas circunstancias objetivas y subjetivas concurrentes,
entre ellas, la reparación de los daños causados, determinan la improcedencia de la revocación.
Esto es, la Sala de instancia no afirma que la contratación del seguro pueda hacerse a posteriori , lo
que además de ser contrario a la norma sería una fuente de inseguridad jurídica, sino que considera que las
singulares y acreditadas circunstancias que concurren en el caso analizado excluyen la intencionalidad del
corredor.
En suma, el razonamiento judicial es ajeno a aquel precepto y tiene que ver, más bien, con los
principios jurídicos implicados en la aplicación de las normas que, aún no presentando un carácter
estrictamente sancionador, contienen un evidente aspecto restrictivo de derechos.
Al no advertirse la infracción de las normas que se denuncian en el motivo único de este recurso de
casación, ha de ser desestimado.
CUARTO .- La desestimación del motivo del recurso lleva consigo la imposición de costas al
recurrente, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 139.2 de la Ley Jurisdiccional .
FALLAMOS
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Segundo.- Efectuar expresa imposición de las costas procesales causadas en el presente recurso de
casación a la parte recurrente.
Así por esta nuestra sentencia, que deberá insertarse por el Consejo General del Poder Judicial en la
publicación oficial de jurisprudencia de este Tribunal Supremo, definitivamente juzgando, lo pronunciamos,
mandamos y firmamos .-Pedro Jose Yague Gil.-Manuel Campos Sanchez-Bordona.-Eduardo Espin
Templado.-Jose Manuel Bandres Sanchez-Cruzat.- Maria Isabel Perello Domenech.-Firmado.-
PUBLICACIÓN.- Leída y publicada fue la anterior sentencia en el mismo día de su fecha por la Magistrada
Ponente Excma. Sra. Dª. Maria Isabel Perello Domenech, estando constituida la Sala en audiencia pública
de lo que, como Secretario, certifico.