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01-CyTET 172 PDF
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«El relato de nuestra historia nos remite al bios múltiples el recurso a la metáfora y la pro-
pasado para explicar el presente, pero nunca puesta de una nueva terminología se han con-
cierra el futuro.» vertido en un rasgo característico de la
investigación reciente.
A. FORÉS & J. GRANÉ (2008).
Definidas ya por Aristóteles en su Poética
como «la aplicación a una cosa de un nombre
1. Introducción que es propio de otra», las metáforas constitu-
yen un recurso retórico que impregna nuestra
L
as ciudades europeas se enfrentan en las vida cotidiana y nuestra experiencia del mun-
últimas décadas a una serie de transfor- do. Pero también son muchos los autores que
maciones profundas que han modificado han destacado su importancia en el avance y
con rapidez su estructura y fisonomía internas, la transmisión del conocimiento científico a tra-
su funcionalidad y su dinamismo. En el intento vés del razonamiento analógico, aunque no
de definir y, en su caso, interpretar esos cam- sean menores las críticas realizadas desde
Recibido: 15.03.2011; Revisado: 14.06.2011 El autor agradece a los evaluadores anónimos del manus-
e-mail: ricardo.mendez@cchs.csic.es crito original sus útiles comentarios y sugerencias
tal como la define el Diccionario de la Real Aca- o dificultar respuestas de adaptación positiva.
demia Española. Difundido el concepto a los No se trata, pues, de un rasgo personal o una
estudios sobre ecología a partir del trabajo pio- cualidad inherente y permanente, sino que exi-
nero de HOLLING (1973), identifica la capacidad ge un trabajo consciente para movilizar deter-
de ciertos sistemas ambientales y organismos minados recursos, tomar decisiones y empren-
para ser menos vulnerables, o para resistir y der acciones que no siempre se verán
responder a condiciones especialmente adver- acompañadas por el éxito. Sin negar, por tanto,
sas (DAUPHINÉ & PROVITOLO, 2007). la influencia a veces muy presionante de las
condiciones externas, se constata que existe
Su posterior traslación a lo que Folke calificó cierta capacidad personal que diferencia el tipo
como una nueva perspectiva para el análisis de de respuesta, por lo que se trata de un enfoque
sistemas socio-ecológicos (WALKER & al., 2004; que «está más próximo a modelos dinámicos e
FOLKE, 2006) incorporó la idea de resiliencia interactivos del desarrollo que a modelos unidi-
social, definida por ADGER (2000: 347) como reccionales» (URIARTE, 2005: 61).
«la capacidad de las comunidades para resistir
shocks externos a su infraestructura social». La segunda es precisar que resiliencia es algo
Algunas de estas interpretaciones han llegado más que resistencia, pues supone reconstruir
a plantear que numerosos sistemas tienden a el rumbo a partir de una ruptura sin la preten-
evolucionar de forma cíclica, con fases de cre- sión de mantener todo igual o recuperar una
cimiento, destrucción y reorganización, siendo supuesta estabilidad perdida, sino que la adap-
estas últimas las identificadas como de resilien- tación positiva a las nuevas condiciones impli-
cia (GUNDERSON & HOLLING, 2002). ca necesariamente un proceso de aprendizaje
junto a cierto grado de adaptabilidad y, en con-
El concepto también ha alcanzado un amplio secuencia, de transformación. Se trata de ha-
desarrollo en el ámbito de la Psicología, donde cer «un buen uso de la memoria y del olvido»
en los años setenta del pasado siglo se incor- (LECOMTE, 2010) para aprender del pasado, sin
poró para describir e interpretar las posibles olvidarlo ni ignorarlo, lo que supone construir
razones por las que individuos enfrentados a sobre él sin regresar nunca al punto de partida.
situaciones traumáticas muestran comporta-
mientos dispares que afectan de modo directo Una última consideración de interés es que,
su desarrollo personal posterior (GROTBERG, además de describir respuestas de adaptación
2006; CYRULNIK & al., 2004); En ese sentido, la personales frente a la adversidad, para algu-
resiliencia se define como: nos autores el concepto de resiliencia comuni-
taria también puede aplicarse a grupos socia-
«una pauta de comportamiento y funcionamiento les. Así, del mismo modo que ciertas personas
que indica una adaptación positiva en el contex- pueden resurgir a partir de una experiencia
to de un riesgo o adversidad significativos» (KE- traumática,
YES, 2004: 224).
«la comunidad también es capaz de utilizar los
Más expresiva y amplia resulta aún la definición recursos y las capacidades necesarias para
de FORÉS & GRANÉ (2010: 25), para quienes: afrontar las adversidades colectivas que afectan
a una parte considerable de la comunidad o a su
«es la capacidad de un grupo o persona de conjunto» y así, «cada desastre de origen huma-
afrontar, sobreponerse a las adversidades y re- no o natural puede significar el desafío para mo-
surgir fortalecido o transformado», vilizar las capacidades solidarias de la población
y emprender procesos de renovación que mo-
lo que supone continuar su proceso de desa- dernicen su entramado social» (FORÉS & GRANÉ,
rrollo a pesar de haberse enfrentado a suce- 2010: 105-106).
sos desestabilizadores. Esto supone insistir en
dos ideas principales, presentes en la amplia No obstante, el propio éxito del concepto y su
bibliografía sobre esta cuestión. traslación a ámbitos disciplinares y temáticas
cada vez más amplias y alejadas de sus aplica-
La primera es el reconocimiento de que ante el ciones iniciales han suscitado críticas entre
riesgo y la adversidad graves (no el simple quienes cuestionan su uso a veces abusivo y la
contratiempo puntual) a los que no es infre- escasa precisión resultante. También respecto a
cuente que podamos vernos sometidos en el la dificultad para encontrar indicadores de adap-
transcurso de nuestra historia personal o colec- tación positiva que lo hagan operativo para una
tiva, todos somos vulnerables en distinto grado investigación empírica aún insuficiente, llegando
y existen determinadas características internas, a dudar de su valor científico, en especial desde
ambientes y estrategias que pueden favorecer perspectivas positivistas (LUTHAR & al., 2000).
Por su parte, en relación a la resiliencia econó- bibliografía reciente se identifican como shrin-
mica también se ha llegado a afirmar que se king cities (LANGNER & ENDLICHER 2008; FOL &
trata de un concepto frecuentemente usado, CUNNINGHAM-SABOT, 2010).
pero raramente bien definido (HILL & al., 2010:
1). Sin ignorar tales ambigüedades, parece inte- Los procesos a que hace referencia este con-
resante explorar los argumentos que, haciendo cepto no resultan nuevos como temática de
uso de la analogía, han comenzado a trasladar investigación, pero el creciente interés que
el concepto de resiliencia al plano de los estu- ahora despiertan puede entenderse como
dios territoriales, para revisar tanto sus aporta- «una respuesta al contemporáneo sentimiento
ciones de interés como sus inconsistencias. generalizado de incertidumbre e inseguridad,
así como a la búsqueda de fórmulas para la
adaptación y la supervivencia» (CHRISTOPHER-
3. Los diversos significados SON & al, 2010: 3). La globalización, con sus
efectos sobre la competencia territorial y el de-
de la resiliencia en la evolución sarrollo desigual, convierte a muchas ciudades
de ciudades y regiones y regiones en más permeables frente a impac-
tos externos que pueden afectar su evolución
El concepto de resiliencia urbana o regional y de forma. Los impactos de la crisis financiera
las metáforas de la ciudad o la región resilien- iniciada en 2008 y la recesión económica que
te han comenzado a hacer su aparición en la desde entonces afecta a numerosas ciudades
bibliografía internacional de los últimos años y europeas recuerdan hoy la actualidad y utili-
es previsible su expansión en el futuro inme- dad del concepto (MARTIN, 2012). De ahí el
diato. Existen incluso algunas organizaciones creciente interés por aprender de quienes se
como Resilience Alliance (http://www.resallian- enfrentaron a ese tipo de retos con cierto éxito.
ce.org/), Community&Regional Resilience Ins-
titute (http://www.resilientus.org/), o Resilient Pero cualquier aproximación a esta literatura
City (http://www.resilientcity.org/), junto a la en expansión, que tiene por el momento un
Network on Building Resilient Regions (http:// carácter más teórico que de investigación em-
brr.berkeley.edu/) que hoy ejercen un impor- pírica, pone de inmediato en evidencia diferen-
tante papel activo en su difusión. tes usos para este concepto, que P OLÈSE
(2010) vincula a dos tipos de resiliencia con un
En el caso de los estudios regionales, que han significado muy distinto desde la perspectiva
alcanzado un mayor desarrollo relativo hasta de los estudios urbanos.
el momento, uno de sus rasgos característicos
es la primacía de enfoques principalmente Por una parte, la que denomina como Resilien-
económicos, que se han trasladado en buena cia-A se entiende como la capacidad de sobre-
medida a los primeros análisis sobre ciudades vivir a diferentes tipos de desastres coyuntura-
realizados desde esta perspectiva. En tal sen- les, acaecidos en determinados momentos, ya
tido, uno de los primeros trabajos relevantes sean de origen natural (sismos, tsunamis, ciclo-
sobre resiliencia urbana la define como: nes, inundaciones...) o humano (bombardeos
masivos, ataques terroristas...). Aunque existen
«la capacidad de las economías locales para ejemplos de ciudades fantasma que no fueron
transformarse frente a los shocks tecnológicos capaces de reconstruirse tras una catástrofe, lo
que socavan su base económica preguntándo- cierto es que esa capacidad parece ser inhe-
se, en esencia, sobre cómo reinventar sus eco- rente a la mayoría de ciudades, al menos de
nomías» (POLÈSE, 2010: 8). cierta dimensión, lo que hace que sean mucho
más numerosos los ejemplos de superación.
No obstante, en una perspectiva más amplia
podría considerarse la adaptabilidad que De ese modo, si las condiciones que justificaron
muestran algunas ciudades para enfrentarse a el desarrollo urbano previo a la catástrofe se
procesos de declive y revertirlos, lo que supo- mantienen, tras un periodo más o menos prolon-
ne un incremento de sus ventajas competiti- gado de reconstrucción las ciudades podrán re-
vas, pero también de su cohesión social inter- cuperar su anterior dinamismo e incluso superar-
na, sus procesos de gestión local, su calidad lo en términos de población, actividad económica,
de vida y su sostenibilidad, aumentando de expansión física, etc., renovando aquellas áreas
ese modo las posibilidades de atraer pobla- más afectadas (VALE & CAMPANELLA, 2005,
ción, inversiones y empresas que puedan ge- CHERNICK, 2005; SHAW & SHARMA, 2011). Esta
nerar un nuevo dinamismo. De ahí su especial perspectiva de la resiliencia, hoy predominante,
utilidad para abordar el análisis de la evolución se ve reforzada por acciones como la Estrategia
seguida por este tipo de ciudades, que en la Internacional de Naciones Unidas para la Re-
maduras, iii) una localización central dentro de pos de cuestiones a menudo se entremezclan
un área con un amplio mercado interno o una y, en el caso de las ciudades enfrentadas a una
buena posición para comerciar con mercados crisis, lo fundamental es llegar a comprender el
externos y iv) un clima o entorno natural agra- modo en que se enfrentan a unas carencias
dable y más favorable que el de otras ciuda- que se hicieron más evidentes al cambiar el
des del país. Según su planteamiento: contexto exterior. Para lograrlo, puede ser útil
volver la mirada hacia algunos de los textos
«si una ciudad tiene la fortuna de alcanzar una que intentaron explicar por qué ciertas perso-
alta puntuación en los cuatro aspectos, su creci- nas, comunidades o sistemas socio-ecológicos
miento a largo plazo está asegurado y su resi- se enfrentaron con éxito a la adversidad, para
liencia será un resultado inevitable» (POLÈSE, luego regresar al ámbito urbano y discutir la po-
2010: 21). sibilidad de incorporar algunas de esas reflexio-
nes, tal como también plantea FICENEC (2010).
Al mismo tiempo, reconoce que buena parte
de esos rasgos se correlacionan positivamente En primer lugar, la resiliencia se entiende como
con el tamaño urbano, lo que cuestiona su uti- un proceso lento y no una respuesta inmediata
lidad para explicar procesos de resiliencia en a la adversidad, que es consciente y se basa
ciudades de tamaño medio o pequeño, donde en la decisión de adoptar determinadas estrate-
también son visibles y a menudo más significa- gias de acción que se consideran adecuadas
tivos por sus mayores dificultades iniciales. para lograrlo, no obstante es importante preci-
sar que no existe un único camino para alcan-
Con un enfoque diferente, Christopherson, Mi- zarla y que los múltiples factores que la impul-
chie y Tyler consideran como claves explicati- san pueden cobrar diferente importancia según
vas de la capacidad de resiliencia las siguien- los casos. El proceso surge y se construye a
tes: i) un sistema de innovación fuerte, unos partir de un diagnóstico introspectivo sobre la
recursos humanos cualificados y universidades situación del entorno y las propias capacida-
de calidad, bien conectadas a la economía lo- des/debilidades, importante para saber lo que
cal/regional; ii) una moderna infraestructura no podemos cambiar, pero también lo que debe
productiva (redes de transporte, digitales, etc.); y puede cambiarse. Exige también, por lo tanto,
iii) una base económica diversificada y un sis- una actitud positiva, de cierta autoestima, que
tema financiero eficaz; iv) relaciones de colabo- evite la inacción al no aceptar un discurso de-
ración entre empresas y con otras organizacio- terminista sobre las negativas perspectivas de
nes; v) gobiernos comprometidos en políticas futuro, ni tampoco otro asistencialista que deja
que apuesten por lo anterior y favorezcan una la responsabilidad del cambio en manos de de-
buena inserción internacional (CHRISTOPHER- cisiones y soluciones externas. Debe tener pre-
SON & al., 2010: 6-7). Aunque se trata de facto- sente que supone una transformación de la que
res que pueden variar su importancia entre te- sólo cabe esperar resultados a medio o largo
rritorios y a lo largo del tiempo, de nuevo en plazo, por lo que lo importante es que las accio-
este caso se insiste en el stock de determina- nes a emprender tengan sentido dentro de un
dos recursos, si bien ahora se añade la impor- proyecto más que sus resultados inmediatos,
tancia de un marco institucional que potencie la pues éxito y sentido no siempre van juntos ni
construcción de diferentes tipos de redes. siguen idénticos ritmos.
Sin cuestionar ahora la consistencia de algu- Se trata, pues, de interpretar que existen alter-
nos de estos argumentos, estamos en presen- nativas, aunque eso no conlleve la ingenua
cia de factores que pueden servir para explicar suposición de que todo es posible ni igualmen-
el desarrollo económico de cualquier tipo de te probable para todos por igual, lo que debe
ciudad, más viable cuando tales condiciones poner en guardia frente a la simple imitación
están presentes y difícil cuando su carencia o de comportamientos de éxito en algunos ca-
escasez se convierten en un obstáculo. Pero sos, pero no siempre adecuados a otros. Ade-
se plantea la duda de saber si se trata de una más, el proceso de resiliencia se basa en inte-
propuesta interpretativa válida para ciudades grar la experiencia pasada en el presente, sin
que, precisamente por presentar una acusada la inútil pretensión de borrar ese pasado que
debilidad en este tipo de recursos, se enfren- forma parte de la propia identidad, pues se tra-
taron a un agudo declive del que han conse- ta de buscar respuestas creativas para lograr
guido recuperarse. una reconstrucción y no para inventar una
nueva realidad.
Desde ese planteamiento, resulta necesario di-
ferenciar mejor qué se necesita para esa recu- En segundo lugar, dentro de este esquema ar-
peración del cómo conseguirlo, pues ambos ti- gumental resulta de especial significado la in-
T1
T2
T3
ACTORES REDES
ENTORNO(s)
CIUDAD
Redes Redes
locales externas
RECURSOS ESTRATEGIAS
TRAYECTORIA
(Estructuras heredadas)
tenerse en cuenta al considerar su diversa ca- En consecuencia, si bien el pasado de las ciu-
pacidad de resiliencia. dades no determina su futuro, sí influye de
modo significativo sobre las debilidades o po-
Por una parte, las ciudades heredan un stock tencialidades acumuladas y, en el caso de las
de recursos materiales cuyo volumen y carac- aquejadas por procesos de declive, ese balan-
terísticas condicionan su evolución: su dota- ce resultó negativo en un determinado momen-
ción en capital físico en forma de infraestructu- to histórico. También debe orientar las estrate-
ras y equipamientos, capital productivo en gias de resiliencia que, más allá de posibles
forma de empresas, o capital humano en for- recetas genéricas, deberán proponer respues-
ma de ciudadanos con ciertos niveles formati- tas específicas basadas necesariamente en un
vos y de cualificación son tres de los más cita- buen diagnóstico previo de cada caso.
dos. Especial importancia suele concederse a
la estructura económica y el tipo de especiali-
zación funcional, que generan múltiples rela- 5.2. Respuestas de los actores
ciones de dependencia difíciles de cambiar
(vínculos interempresariales, demanda de ser- y movilización de los recursos
vicios, saber hacer de los trabajadores, estruc- locales
tura sociolaboral, etc.). En el caso de numero-
sas ciudades en declive, la crisis de los Enfrentadas a una situación de declive, deri-
sectores en que se basaba la economía local vada de procesos estructurales y de su parti-
fue el origen del cambio de tendencia y, por cular trayectoria, las ciudades pueden aban-
ello, el reto a menudo se plantea entre la vo- donarse a su suerte y reaccionar de forma
luntad política de transformar esa estructura, defensiva a las presiones externas, o bien
sustituyendo actividades ya poco competitivas pueden plantearse respuestas más proacti-
por otras con mejores expectativas y la impo- vas, surgidas de la decisión y el esfuerzo de
sibilidad de provocar una metamorfosis rápida diferentes personas e instituciones a las que
que, de producirse, también acarrearía eleva- cabe calificar como actores locales, con des-
dos costes sociales. La idea de la path depen- igual presencia del sector público, el ámbito
dence apunta así a la conveniencia de trans- empresarial o la sociedad civil según los ca-
formar algunas estructuras heredadas y sos. Cuanto mayor sea la densidad de acto-
avanzar hacia una mayor diversificación, pero res implicados y más cuantiosos los recursos
apostando al mismo tiempo por la permanen- de que dispongan (financieros, humanos, de
cia de otras coherentes con la trayectoria local, conocimiento, de influencia, etc.), cabe supo-
que deberán renovarse para ser viables en la ner que mayor será también la posibilidad de
nueva etapa. hacer frente a la situación, adaptándose y
reinventándose con el fin de recuperar la sen-
Al mismo tiempo, las trayectorias de desarrollo da del desarrollo perdida.
de las ciudades también se asocian a otros
rasgos menos tangibles, pero no por ello me- El primer paso será hacer un inventario de los
nos importantes ni difíciles de cambiar. Aquí se recursos disponibles en la ciudad, en especial
incluyen las instituciones (valores y comporta- aquellos de carácter específico, construidos so-
mientos colectivos, normas, organizaciones) y cialmente en el tiempo, difíciles de reproducir y
las relaciones sociales, junto a unos estilos de capaces de dotarla de cierta identidad, para po-
gobierno y gestión de los asuntos locales que nerlos en valor y utilizarlos en una estrategia de
también constituyen una seña de identidad revitalización. Son sin duda importantes los re-
que tiende a pervivir e influye sobre la capaci- cursos materiales en forma de empresas, infra-
dad de respuesta al reto del declive. Modificar, estructuras, equipamientos o patrimonio inmo-
por ejemplo, una cultura autocrática, en donde biliario (ALBERTOS & al., 2004). Pero en la
las decisiones estratégicas se tomaban tradi- actualidad suele hacerse más hincapié en otros
cionalmente por unos pocos, en favor de otra como el capital humano, el cultural, el social o
más participativa, o un ambiente conflictivo de el intelectual, que pueden asimilarse a lo que
intereses encontrados y fuerte individualismo MASKELL & MALMBERG (1999) identifican como
por otro de colaboración ante la adversidad capacidades localizadas y que a menudo no
colectiva puede exigir tanto o más esfuerzo abundan en estas ciudades por su historia re-
que la inversión en infraestructuras, educación ciente y exigen orientar en esa dirección buena
o desarrollo tecnológico. Por tanto, el cambio parte del esfuerzo inversor.
de las bases materiales de la ciudad exigirá en
paralelo un esfuerzo de adaptación en las es- Pero si la presencia de actores locales com-
tructuras institucionales de soporte para resul- prometidos con la búsqueda de soluciones es
tar eficaz. importante, la capacidad de liderazgo mostra-
da por los gobiernos locales suele valorarse más negativa— se considera útil la construc-
como esencial, tanto para desencadenar y ción de redes de cooperación entre ellas, tanto
gestionar las iniciativas de revitalización como formalizadas como informales pero relativa-
para ejercer de agentes catalizadores, al tejer mente densas y estables, que supongan la
vínculos entre los restantes actores presentes formación de clusters integrados en donde se
en la ciudad, con culturas e intereses a menu- reducen los costes de transacción en el inter-
do no coincidentes. Según un estudio realiza- cambio de información y conocimiento tácito al
do para las ciudades medias británicas por la compartir trabajo en común, aumentando la
Work Foundation, ese liderazgo, basado en su eficiencia colectiva. Eso permitirá también re-
credibilidad y autoridad, junto a la inversión en forzar los procesos de aprendizaje interactivo
formación especializada y adaptada a las es- apoyados en ese milieu o buzz local (STORPER
pecíficas necesidades locales, la búsqueda de & VENABLES, 2004), de especial relevancia en
una identidad urbana que ayude a atraer em- la transmisión de conocimiento tácito, traduci-
presas, trabajadores cualificados o visitantes, dos en diversos tipos de externalidades positi-
así como la colaboración con otras ciudades vas y rendimientos crecientes.
para trabajar en proyectos comunes, serán
instrumentos útiles para impulsar la recupera- Pero tanto o más necesaria será la presencia
ción (CLAYTON & MORRIS, 2010). de redes sociales entre personas e institucio-
nes públicas y privadas que a su proximidad
No obstante, la búsqueda de capital exterior espacial unen la derivada de códigos y lengua-
(inversiones, instalación de empresas, turis- jes comunes, con objeto de poner en marcha
tas...), el fomento de la actividad empresarial e iniciativas de signo muy diverso (culturales,
inmobiliaria y el freno a la deslocalización se políticas, solidarias, de ocio, etc.). Como re-
convierten, a menudo, en los ejes prioritarios cuerda WOLFE (2010: 143), «esta dimensión
de la acción del gobierno local, que se consti- cívica del capital social es particularmente sen-
tuye en facilitador de esas dinámicas económi- sible a la distancia geográfica» y exige relacio-
cas de las que depende también parte impor- nes cara a cara poco formalizadas, que pue-
tante de sus propios recursos. En ese sentido, den generar cierto sentido de comunidad e
el empresarialismo urbano (HARVEY, 1989 y identidad necesario para abordar cualquier es-
2007), destinado en principio a completar las trategia compartida de superación del declive.
simples tareas de gestión con una función más Esta será también la base de una gobernanza
activa en la promoción del desarrollo local, a local verdaderamente participativa, que impli-
menudo acaba orientándose en exceso en que la concertación entre diversos actores no
esta dirección, dejando de lado otras dimen- sólo en la reflexión y la propuesta de estrate-
siones no menos importantes relacionadas con gias, sino también en la toma de decisiones
las condiciones de vida de los sectores socio- para su materialización, acumulando recursos
laborales precisamente más golpeados por la y dotando de mayor legitimidad a esas decisio-
crisis. nes colectivas (LE GALÉS, 2002; PASCUAL &
GODÁS, 2010; BASSOLS & MENDOZA, 2011).
carácter más vertical que horizontal, en donde externos a la propia ciudad, pero en cambio
la participación de los actores sociales se limi- algunas visiones de la resiliencia urbana de-
ta al asesoramiento o el debate, que sirve para masiado localistas centran su atención de for-
legitimar decisiones de gobierno. En el extre- ma casi exclusiva en el papel de los actores y
mo opuesto, este discurso sirve a veces de las redes internas. Se olvida así ese otro plano
justificación para externalizar segmentos cre- de análisis que corresponde a las relaciones
cientes de la gestión urbana desde el sector que las ciudades tejen con el exterior y que
público al privado tal como postulan las tesis pueden ser una oportunidad para transformar
neoliberales. En ese sentido, aunque la situación heredada y promover la innovación
económica y social o, por el contrario, dificultar
«el cambio de gobierno a gobernanza implica la ese proceso ante la creciente influencia de ló-
influencia de nuevos actores en la toma de deci- gicas globales y grupos financieros/empresa-
siones políticas, dado que las redes se amplían riales e instituciones internacionales cuyas de-
para incluir nuevas representaciones», en esos cisiones generan impactos directos y aumentan
casos supone que «se detrae más poder político la vulnerabilidad de numerosas ciudades
del alcance de los representantes democrática- (VALE, 2011).
mente elegidos» (PIKE & al., 2011: 200-201)
En tal sentido, aunque cada ciudad constituye
y, por tanto, las decisiones estratégicas que- una entidad espacial diferenciada y con identi-
dan en manos de unas élites locales sin ape- dad propia, también debe tenerse presente
nas de control ciudadano efectivo. Entre am- que está cada vez más abierta al exterior, in-
bas situaciones, en bastantes casos la terconectada por densas redes de flujos mate-
gobernanza permite la participación de aque- riales e inmateriales que no quedan bien refle-
llos actores (stakeholders) con influencia pre- jadas en el ya clásico binomio local-global,
via suficiente como para ser convocados, sino que hacen necesario plantear el análisis a
mientras margina a aquellos otros segmentos diferentes escalas (MACLEOD & JONES, 2007).
de la sociedad local menos organizados o con En esa perspectiva multiescalar sigue siendo
menores recursos, lo que condicionará la importante la consideración del Estado y de
agenda y las prioridades que definan la ges- sus políticas, cuyo frecuente debilitamiento en
tión urbana. las últimas décadas ha hecho precisamente
más frágiles a muchos territorios y a diferentes
Por lo tanto, no todas las formas de gober- sectores económicos y sociales.
nanza favorecerán la puesta en marcha de
estrategias de resiliencia, pues en ocasiones En relación con un concepto utilizado con
pueden ser un factor de inercia y resistencia sentidos tan diversos como es el de resilien-
al cambio, al intentar reproducir pautas de cia, existen visiones demasiado autocentra-
comportamiento anteriores, ya disfuncionales. das que deben someterse a este tipo de críti-
Al mismo tiempo, las diversas geometrías de ca, pero resulta más discutible extrapolar ese
poder en el seno de las coaliciones locales, enfoque a todas las visiones existentes sobre
que incluyen a unos y excluyen a otros de los tales procesos. Ya en el ámbito de la resilien-
procesos de deliberación/decisión, también cia personal y comunitaria FORÉS & GRANÉ
influirán sobre el sentido de la resiliencia, al (2010: 116) alertan de que, si bien en algunos
atender de modo desigual las diversas de- autores «llega a ser una magnífica excusa y
mandas que puedan surgir en el seno de la una excelente justificación teórica para redu-
sociedad local. En consecuencia, las diferen- cir e incluso eliminar toda política social»,
cias territoriales de adaptación que identifican porque «las personas son resilientes o no lo
la resiliencia exigen comprender las relacio- son... este enfoque desvirtuado de la resilien-
nes de poder en cada lugar y valorar la apor- cia es peligroso porque puede significar la
tación de los sectores hegemónicos a la con- carencia de solidaridad social». En ese senti-
secución de objetivos colectivos (PIKE & al., do, la ausencia de Estado hará más difícil la
2010), en especial de aquellos más afectados recuperación de aquellas ciudades que se en-
por la crisis. frentan a una situación de mayor debilidad, si
no pueden contar con el apoyo de políticas
destinadas a renovar su base productiva, ge-
nerar empleos, mejorar sus infraestructuras,
5.4. Inserción exterior y relaciones sus niveles educativos, la calidad de vida de
multiescalares sus ciudadanos y elevar la cohesión territo-
rial, acompañamiento necesario a las estrate-
Al considerar los procesos de declive es habi- gias que puedan promoverse desde el ámbito
tual prestar especial atención a los factores local.
PROMOCIÓN ECONÓMICA
Y DEL EMPLEO
(CIUDAD COMPETITIVA)
• Apoyo a sectores estratégicos
• Promoción del empleo
• Ayudas a nuevos emprendedores
• Políticas de suelo empresarial
e infraestructuras...
PROMOCIÓN DE
LA INNOVACIÓN
(CIUDAD INNOVADORA)
• Programas de formación
• Apoyo a iniciativas creativas
• Centros de empresas
• Espacios para la innovación
• Redes digitales alta capacidad...
con otras instancias del Estado multinivel y frentar el declive, adaptarse a la nueva situa-
una creciente presencia internacional. En resu- ción y reconstruir una trayectoria de desarrollo,
men, debe tenerse muy presente que la resi- por contraste con aquellas otras que se en-
liencia tiene una naturaleza sistémica y que frentan a graves dificultades para lograrlo.
exige, por tanto, considerar de forma integrada Pero esa novedad no deja de proyectar ciertas
sus distintas dimensiones y escalas. sombras que exigen un análisis crítico de sus
potencialidades y limitaciones.
de otros sobre su aportación a una mejor des- iniciando una nueva etapa en que se entre-
cripción y comprensión de este tipo de proce- mezclan rasgos heredados del pasado, trans-
sos. Más allá de una posible moda pasajera, su formados total o parcialmente, junto con otros
uso sólo resultará de utilidad si se precisan los nuevos. En el plano teórico, la propuesta inter-
diversos significados que se le han dado hasta pretativa realizada ha buscado poner de mani-
ahora y si incorpora un contenido teórico cohe- fiesto la posibilidad de integrar estos estudios
rente, que pueda quedar enmarcado en los de- sobre resiliencia urbana en el marco que apor-
bates actuales sobre claves del desarrollo ur- tan la geografía relacional, el neoinstituciona-
bano y regional. Sólo si se profundiza en esa lismo y los enfoques evolucionistas.
dirección cabe compartir la opinión de SIMMIE &
MARTIN (2010: 27) en el sentido de que la no- Pero sólo la contrastación de este tipo de re-
ción de resiliencia puede ser: flexiones con el análisis de la evolución re-
gistrada por ciudades concretas mediante el
«altamente relevante para comprender los pro- uso de estrategias de investigación multimé-
cesos y pautas del desarrollo desigual». todo permitirá comprobar su verdadero valor
explicativo y su utilidad para orientar políticas
En el plano de las definiciones, frente a quie- de dinamización. Si la crisis iniciada en 2008
nes identifican la resiliencia urbana con el re- se entiende como algo más que una simple
greso a una supuesta situación de equilibrio oscilación coyuntural en la evolución cíclica
previa al choque provocado por algún aconte- del capitalismo, el estudio de las diferentes
cimiento externo, o a quienes lo asocian a la respuestas urbanas ante la nueva amenaza
capacidad para prevenir esos posibles golpes que se cierne sobre muchas ciudades puede
reduciendo la vulnerabilidad del sistema, aquí suponer una línea de trabajo relevante en los
se interpreta que se trata de una capacidad no planos científico y social para la que el con-
generalizada de adaptación y posterior recupe- cepto de resiliencia ofrece un camino a ex-
ración tras el impacto de una crisis duradera, plorar.
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