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Casos Clinicos Con Fundamentos en La Terapia Familiar I Modelo Estructural
Casos Clinicos Con Fundamentos en La Terapia Familiar I Modelo Estructural
Casos Clinicos Con Fundamentos en La Terapia Familiar I Modelo Estructural
FAMILIAR II
El modelo sistémico plantea que en la familia todos influyen sobre todos, en una especie de
reacción en cadena circular. Esta confluencia de interacciones tiene un carácter sinérgico, vale
decir, que produce una cualidad nueva que no se puede producir sólo en los individuos
aislados. Esta cualidad es la patología. Lo que llamamos síntoma –y en realidad, todo lo
mental- es en sí relación e interacción. No es algo que se encuentra encerrado en la cabeza de
las personas, sino algo que se actualiza en el contacto de ida y vuelta con el prójimo (Bateson,
1972).
El Caso de Patty.-
A la primera consulta se presentaron Patty (6), su mamá (37) ama de casa e hija única, y el
padre (40), policía. Rossy (18), la hija mayor, se niega a acudir a las consultas aduciendo falta
de tiempo, debido a que asiste a la universidad en el horario de atención del consultorio. Los
padres tampoco no se muestran muy interesados en que vaya a consulta con toda la familia
porque “no quieren perturbar sus estudios ni forzarla”.
La historia familiar puede resumirse del siguiente modo. Desde que se casaron, siendo muy
jóvenes y a raíz del embarazo de la señora, la vida conyugal estuvo marcada por constantes
separaciones debido al trabajo del padre. Estas separaciones podían darse por periodos de tres
a cuatro años, en los que el padre se daba “escapaditas” de dos o tres días para ver a la familia,
con intervalos de varias semanas entre cada una. Luego el señor era cambiado a Lima por
lapsos de uno a dos años, reuniéndose así con la familia, para luego ser destacado nuevamente
a otra ciudad, repitiéndose la misma situación de separaciones y reuniones esporádicas y
efímeras. Debido a ello, y a fin de darles un hogar estable y protegido a sus hijas, la pareja
decidió que la esposa y las niñas se queden a vivir con los abuelos maternos.
Al momento de la consulta la familia llevaba viviendo junta seis meses, luego de una
separación de tres años y medio, con las visitas intermitentes ya descritas. No obstante, en
esta ocasión la situación se muestra distinta, ya que el padre regresa destacado a un puesto en
el que deberá permanecer no menos de cinco años. Desde hace cuatro meses decidieron
mudarse de casa de los suegros e irse a vivir a un pequeño departamento de dos dormitorios.
En uno de ellos duerme Rossy, que goza de un cuarto más amplio gracias a la deferencia
especial de la familia para con ella. El argumento que esgrimen los padres es que “es mayorcita
y necesita más espacio”; además, “no soporta” dormir con su hermana menor “porque es
pequeñita y para cogiendo sus cosas y se las desordena”. Entonces en la otra habitación se
acomodan los esposos y la niña. Esta y la madre acostumbraban dormir juntas en la misma
cama durante las largas ausencias del padre. Se hacían mutuamente compañía, y al parecer no
estaban dispuestas –ayudadas por “la necesidad de espacio” de Rossy- a modificar esta
costumbre de años. Cabe acotar que la hija mayor cumplía la misma función de “acompañante
de la madre” hasta que Patty nació y la sustituyó en el rol, desplazándola en el interés de la
progenitora y liberándola de la demanda materna de compañía. La madre explicaba este
hecho aduciendo que desde que Rossy entró en la adolescencia “ya no se podía contar con ella
tanto”. Cabe destacar la estoica aceptación del padre a esta simbiosis madre-hija -que respeta
y no intenta modificar ningún momento-, y a ver recortado e invadido su espacio conyugal sin
reclamar su derecho a la intimidad. No deja de ser sospechoso que de buena gana acepte
mantener esta situación, teniendo en claro que su permanencia en el hogar, esta vez sí, va a
ser prolongada. Ello, sumado a la “gran consideración” que la familia tiene hacia la hija mayor,
que ayuda a mantener este estado de cosas, induce a hipotetizar que la permanencia de Patty
en el cuarto (y en la relación) de los esposos es importante por alguna razón. Abundaremos en
este análisis más adelante.
2. Identificar y clasificar sus signos, síntomas y conductas desadaptativas según patrones pre-
establecidos para ver en cuál de ellos encajan.
De esta manera se podría elaborar y aplicar un plan de tratamiento desde cualquier enfoque
que el clínico maneje, y que sea consecuente con el mismo paradigma usado en el diagnóstico
(psicoanalítico, conductual-cognitivo, humanista, existencial u otro basado en el modelo
lineal), buscando aliviar los síntomas de la niña. Posiblemente nos daríamos por satisfechos si
deja de mojar su dedo con saliva y de introducírselo en las fosas nasales. Pero no sería extraño
que al poco tiempo –días, semanas o hasta meses después- regrese a consulta con el mismo
problema o estrenando un síntoma nuevo. O que la familia presente a un nuevo integrante
como paciente identificado, portando esta vez un síntoma diferente.
Veamos ahora cómo sería el análisis del caso siguiendo el modelo de diagnóstico tradicional:
2. Se pensaría entonces que el síntoma, enfermedad o trastorno que sufre Patty es efecto de
alguna causa (interna y/o externa) que la contamina y afecta. Ergo: si se afecta la causa se
modifica el efecto. Así de “simple”.
4. Inevitable consecuencia: obtenemos una visión parcial y recortada de la situación real. Por
ver el árbol analíticamente descuidamos el bosque que nos permitiría entenderlo cabalmente.
El diagnóstico sistémico.-
Como se dijo líneas arriba, el objetivo del diagnóstico sistémico es pasar del paciente
identificado y de sus características intrínsecas, al sistema familiar y su entramado de
relaciones como factor hermeneútico-comprensivo de la conducta sintomática. Digámoslo de
otro modo: es la relación del paciente en conjunción sinérgica con el sistema familiar lo que
nos va a permitir entender el problema; el paciente solo no es suficiente. La conducta y la
mente son relación; la patología también (Bateson, 1972; Vásquez, 1999).
La finalidad es liberar al paciente portador del síntoma del estigma que acarrea el diagnóstico
tradicional, y comprender el carácter circular y secuencial del ciclo sintomático. En estos casos
la conducta perturbada es connotada positivamente, como una forma de “ayuda” o “sacrificio”
que el paciente hace en pro de sus seres queridos y de la estabilidad familiar. Se busca un
cambio en la comprensión del problema por parte de la familia; un ensanchamiento de su
visión percibiéndose a sí misma como un todo en el que el paciente es sólo un engranaje más
del mecanismo familiar. El problema que motiva la queja, entonces, no es sólo de él, sino de
toda la familia. Si se ha de culpar a alguien es a la forma de organización familiar pero no a
ninguno de sus miembros y menos al paciente identificado.
Algunos elementos de la metodología del diagnóstico sistémico son los siguientes (Fishman,
1994; McGoldrick y Gerson, 1996; Minuchin, 1995; Ochoa, 1995; Papp, 1991):
2. Delimitar como se presentan los componentes de la estructura familiar, sin perder de vista
el motivo de consulta:
3. Como resultado se elaboran hipótesis diagnósticas que tratan de ordenar toda esta
información en un todo coherente, donde se destaca la conexión y la función que cumple el
síntoma en el equilibrio familiar, y donde se describe cómo todos los integrantes de la familia y
los elementos extrafamiliares -por acción u omisión-, contribuyen al surgimiento del problema
y a su mantenimiento. Se busca descubrir cuál es la utilidad del síntoma para la familia. La
hipótesis diagnóstica se efectúa en tres planos: el conductual, el emocional y el ideacional o
cognitivo.
c. Esculturas familiares.
e. Elaboración de genogramas.
f. Tests familiares, etc.
Volviendo al caso de nuestra niña, intentemos efectuar algunas explicaciones sobre lo que está
pasando con ella, desde la óptica sistémica.
Podría decirse en primer lugar que la presencia del padre es una intromisión, una especie de
“cuerpo extraño”, en el sistema familiar, puesto que por razones laborales más estaba fuera
que dentro de él. Antes era tolerado porque sus lapsos de permanencia eran cortos y no
constituía una amenaza al equilibrio; este mismo hecho no permitía que el sistema le hiciera
un espacio, lo acomodara y se acomodara en torno a él, reconociéndolo como miembro de la
familia con plenos derechos. El papá, funcionalmente hablando, es una novedad en el hogar;
novedad que amenaza con quedarse, exigiendo a todos así un esfuerzo muy grande de
reorganización. Esto implica, desde el plano subjetivo, miedo, recelo, desconfianza, capacidad
de tolerancia, deseos de explorarse y conocerse, y temores muy grandes de fracasar en el
intento. El miedo a la intimidad entre los cónyuges está latente pero no se habla de ello (es
habitual en las familias hablar de lo anecdótico pero no de lo esencial). La presencia de Patty
en el habitación conyugal minimiza el riesgo de acercamientos o demandas afectivo-sexuales
peligrosas, para las que no se sienten aún preparados(da a uno u otro de los esposos el
pretexto de decir no), por eso se la tolera, y por eso también se respeta tanto la “intimidad” de
la hija mayor: si Patty duerme con Rossy, mamá y papá se quedan solos, uno frente al otro, y
ello los enfrentaría con el reto de revisar sus sentimientos y trabajar en conjunto para
fortalecer las fronteras del subsistema conyugal. Los padres cuentan con humor cómo la
pequeña cela a la madre y no permite que los padres se besen o se den muestras de afecto
frente a ella. Cuando ello sucede trata de llamar la atención de diversa manera, siendo la
novedad la conducta presentada como motivo de consulta. Así parece cumplir la función de
censor, mediador, salvavidas y modulador de la distancia marital, cuando alguno de los
esposos se siente muy exigido o incomodo por los afectos o apetitos del otro.
Al solicitársele a Patty que identifique a los miembros de su familia como animales, hizo la
siguiente asociación: mamá es como un conejito blanco, por lo bonita, suave y delicada. Papá
es como un oso, por lo grande y corpulento. Rossy es como un mono porque siempre se
escapa por los árboles. Y ella misma se identificó como un gato. Es importante resaltar la
perspicacia de la niña y lo atinado de estas identificaciones. En efecto, la impresión que la
madre deja en el terapeuta es el de una mujer de apariencia frágil y sensible, sofisticada,
delgada, atractiva, con un estilo de comunicación suave y refinado. Produce la sensación, pese
a su edad, de ser una niña-mujer; de haber sido criada a la antigua, para ser madre y esposa, y
de necesitar de alguien que la cuide o en quien apoyarse. El padre, alto y corpulento, contrasta
marcadamente frente a la esposa. De aspecto bonachón, es afectuoso y tranquilo, y aparenta
seguridad. Se muestra permisivo frente a la niña, quizá en exceso. Las referencias de Rossy dan
a entender que se trata de una joven difícil y hasta rebelde, que trata de mantenerse alejada
de casa y especialmente de la madre. Se opone a compartir su habitación con la hermana, ante
la aliviada complacencia de sus progenitores.
Es en este contexto que luego de cuatro meses de convivencia con toda la familia, la tensión se
acumula sobrepasando el umbral de tolerancia familiar, y entonces Patty irrumpe con su
síntoma, inmovilizando a la familia y rescatándola del difícil proceso de reorganización por el
que están atravesando. Allí radicaría la utilidad de la “manía” de la niña.
Entre las funciones que cumple el síntoma de Patty se pueden mencionar los siguientes:
1. Concentra la atención de los esposos en ella, mediante el proceso conocido como difusión
de conflicto (Fishman, 1994).
5. Indirectamente trae a la familia a consulta, logrando así que se hable del problema,
favoreciendo la metacomunicación que no se puede alcanzar en el contexto familiar.
Cabe aclarar que las relaciones entre los padres de Patty no son malas. No se producen
discusiones ni agresiones. Quizá, incluso, la preocupación por lo que le sucede a Patty los
mantiene más unidos que nunca; pero como padres, no como esposos. Existe amor entre
ambos pero falta experiencia en la convivencia. Al no haber metacomunicación, su percepción
de la dinámica familiar es limitada. Cada uno puntúa los acontecimientos desde su peculiar
perspectiva, y es así que no pueden escapar del problema en el que están atrapados; antes
bien, tienden a perpetuarlo y a mantener vigente la sintomatología de la niña.
Como vemos, el paradigma sistémico nos permite ir más allá de la conducta individual, y lograr
explicaciones que trasciendan el modelo causa-efecto que es, en sí mismo, limitado y
limitante. Si concebimos el diagnóstico como aquel proceso destinado a obtener información,
sistematizarla y utilizarla para orientar nuestra actividad en el ámbito clínico, entonces el
diagnóstico sistémico es el que permite obtener mayor información -contextualizada y amplia-
y guiar una praxis más eficiente y eficaz. Es así que un cambio de paradigma es imperioso para
mejorar nuestra actividad como profesionales de la salud mental.
I RESUMEN
En este artículo se presenta el caso clínico de una familia de cinco miembros, en donde ambos
padres padecen de alcoholismo. La madre (alcohólica en tratamiento AA), solicita ayuda
terapéutica ya que los tres hijos presentaban problemas serios. G la mayor había abortado
voluntariamente hace 8 meses, M había intentado suicidarse en dos ocasiones hace un a año y
el hijo menor E tenía dos meses de estar vistiéndose de mujer. De este modo se inició el
tratamiento del sistema familiar utilizando el modelo estructural y técnicas creado por
Salvador Minuchin. Se estableció como hipótesis central una estructura disfuncional en la
familia en donde los límites se ‘encontraban difusó. Los resultados hasta el momento son
alentadores.
Se hace una breve descripción de los principales conceptos y técnicas de Minuchin. Se exponen
las sesiones con la familia, su evolución y conclusiones del caso.
2.1 INTRODUCCION.
El inicio de la terapia familiar se remonta a la década de los 50, cuando un grupo de psiquiatras
e investigadores desilusionados por los resultados que estaban obteniendo con sus pacientes,
deciden ampliar su campo de observación hacia la interacción de la persona sintomática con
los miembros de su familia. Es así como se da inicio a una serie de investigaciones por
diferentes estados de los Estados Unidos.
2) Ecológico - Dirigido al campo total de un problema por lo que incluye a otros profesionales.
Sus principales representantes son: Rabkin, Montalvo y Averswald.
SALVADOR MINUCHIN
2) Las modificaciones del medio o estructura familiar del individuo contribuyen a la producción
de cambios en su conducta
3) La conducta del terapeuta que trabaja con esta estructura influye significativamente en este
cambio (Minuchin, 1999)
Así la terapia familiar estructural tiene como fundamento que el terapeuta se asocie con la
familia con el objetivo de cambiar la organización de la familia de tal modo que la experiencia
de sus miembros se modifique, cambiándose a la vez su funcionamiento para que ésta pueda
desarrollar sus tareas con mayor eficacia.
Minuchin (1999), concebía a la familia como un ‘sistema” que opera dentro de contextos
sociales específicos bajo tres componentes. En primer lugar como un sistema sociocultural
abierto en proceso de transformación. En segundo lugar, decía que la familia se desarrolla
desplazándose a través de diferentes etapas que necesitan una reestructuración. En tercer
lugar, la familia tiene la capacidad de adaptarse a las circunstancias cambiantes fomentando el
crecimiento psicosocial de cada miembro.
“La estructura familiar es el conjunto invisible de demandas funcionales que organizan los
modos en que interactúan los miembros de una familia. Una familia es un sistema que opera a
través de pautas transaccionales. Las transacciones repetidas establecen pautas acerca de qué
manera cuando y con quien relacionarse y estas pautas apuntalan al sistema.” (Minuchin, l
999, p.86)
Estas pautas, regulan por lo tanto la conducta de los miembros de la familia y son mantenidos
tanto por las reglas familiares en donde se establecen las jerarquías de poder y por las
expectativas mutuas de los’ diversos miembros de la familia.
El sistema familiar se diferencia y desempeña sus funciones a través de subsistemas, los cuales
pueden ser formados por generación, sexo, interés o función. Así cada miembro pertenece a
diferentes subsistemas en los que posee diferentes niveles de poder y en los que aprende
habilidades diferenciadas. (Minuchin, 1999)
Asimismo cada subsistema está constituido por límites que son reglas que definen quienes
participan y de qué manera la función de los límites reside en proteger la diferenciación del
sistema.
Minuchin (1999), plantea que para que el funcionamiento familiar sea adecuado los límites de
los subsistemas deben ser claros, definiéndose con tal precisión como para permitir a los
miembros de los subsistemas el desarrollo de sus funciones sin interferencias indebidas. Los
dos extremos del funcionamiento de los límites son el aglutinamiento (límites difusos) y el
desligamiento (límites rígidos), en donde las familias se sitúan entre estos dos extremos. Los
subsistemas se clasifican en: conyugal, parental y fraterno.
Una de las razones principales por lo que una familia acude a terapia es porque presenta
dificultades en La adaptación a situaciones nuevas en su vida diaria. El stress la desorganiza
impidiendo su adecuado funcionamiento. (Minuchin, 1999)
Para que es terapeuta estructural realice su diagnóstico, es necesario que analice el campo
transaccional en el que se relaciona la familia. Esto lo obtiene a través de diversas preguntas
que le hace a la familia enfocadas a la elaboración de un esquema organizativo o mapa familiar
que le ayude a formular su hipótesis y establecer sus objetivos terapéuticos.
6) Explora la forma en que los síntomas del paciente identificado son utilizables para el
mantenimiento de las pautas preferidas por la familia.
Una vez que el terapeuta tiene claros sus objetivos, le comunica a la familia la naturaleza del
cambio. El contrato terapéutico específica la frecuencia de las sesiones y durante cuánto
tiempo se extenderán.
Minuchin (1998), expone una serie de técnicas las cuales explican en forma detallada la forma
de practicar la terapia estructural. Así, menciona tres estrategias principales:
Reencuadramiento:
Todas las familias, han ido tejiendo a lo largo de los años una historia sobre sí mismas.
Reencuadrar es darles una visión distinta de su realidad. En otras palabras es ayudar a la
familia a lograr un manejo más adecuado de su realidad disfuncional.
De este modo, el terapeuta debe de acomodarse a la familia, pero debe al mismo tiempo
mantener su posición de liderazgo y resistir su absorción dentro del sistema familiar.
(Minuchin, 1999).
1) Captar las pautas transaccionales de la familia- Aquí el terapeuta utiliza diversas técnicas
para lograrlo como son: La dramatización en sesión de la forma como naturalmente la familia
resuelve sus conflictos, la recreación de los canales de comunicación y la manipulación del
espacio cambiando a los miembros de asiento según él crea que corresponde.
2) Señalamiento de los límites- Para que una familia logre un adecuado funcionamiento es
necesario que cada miembro de la familia y cada subsistema familiar negocie su autonomía e
interdependencia del circuito psicodinámico. El objetivo es el de lograr un grado correcto de
permeabilidad de los límites.(Minuchin,1999)
“En una familia aglutinada, los límites deben ser consolidados para facilitar la individuación de
los miembros de la familia. El terapeuta se une a una familia aglutinada con la intención de
clarificar los límites. En las familias que se encuentran más cerca del extremo desligado del
continuum aglutinación desligamiento, actua para disminuir la rigidez de los límites, facilitando
el flujo entre los subsistemas de un modo que permita un incremento de las funciones de
apoyo y orientación de la familia. Los niños de la familia deben de ser diferenciados y recibir
derechos y privilegios individuales según su edad y posición en la familia” (Minuchin, 1999,
p.212).
El terapeuta debe de hacer evidente los límites que deben de existir entre el subsistema
conyugal y el de los hijos etc...
“El terapeuta puede imponer los límites trabajando selectivamente con diferentes subsistemas
de una familia. Inicia el trabajo entrevistando a todos los miembros de una familia nuclear,
pero, a medida que establece un mapa familiar, es posible que distinga un área en la que le
sería útil aumentar ó disminuir el número de miembros de la unidad terapéutica” (Minuchin,
1999. P. 216).
3) Intensificación del stress- El terapeuta produce stress en diferentes partes del sistema
familiar para así observar la capacidad de la familia para restructurarse cuando las
circunstancias cambian. Puede utilizar para ello el bloqueo de las pautas transaccionales la
acentuación de las diferencias, el desarrollo del conflicto implícito y la unión en alianza o
coalición.
6) Manipulación del humor- Para Minuchin (1999), la utilización del humor con el fin de
mostrar a la familia sus pautas transaccionales era muy importante.
7) Educación y guía- El terapeuta se mantiene en todo momento como líder y funge como un
educador de la familia, para mostrarle otras pautas de funcionamiento dentro de su realidad.
Realidad Familiar:
Las técnicas utilizadas son: el empleo de constructos cognitivos, el uso de paradojas y el uso de
los lados fuertes de la familia.
En síntesis, Minuchin creó un modelo de terapia metódico y bien estructurado, con técnicas
específicas que ayudan a su entendimiento y aplicación. Es importante considerar que para
Minuchin (l 999), una familia normal es aquella capáz de adaptarse a los cambios que pueda
sufrir, reestructurandose de tal modo que pueda seguir funcionando. Además es capáz de
movilizar pautas transaccionales alternativas cuando las condiciones de la familia le exigen una
reestructuración. Sus límites de los subsistemas deben de ser firmes pero lo suficientemente
flexibles como para permitir una modificación cuando las circunstancias cambian adaptandose
al stress de forma adecuada.
De este modo cuando la familia responde con rigidez a los cambios y desarrolla pautas
disfuncionales, la terapia estructural tiene como objetivo ayudarla y orientarla para encontrar
pautas alternativas de funcionamiento.
3. DESARROLLO
Nombre: Familia X
Edad: 43 años
Nombre de los hijos: G 21 años preparatoria (no estudian este momento), M 20 años
C acude a consulta referida por un programa de radio. Reporta que sus tres hijos tienen
problemas “siempre están peleando, son muy inseguros, frustrados y están muy resentidos”.
La hija mayor G abortó hace 8 meses, M hace un año intentó suicidarse en dos ocasiones y la
madre reporta que además fue violada por su cuñado cuando tenía cinco años de edad y E
desde hace dos meses se viste ocasionalmente con ropa de su madre y hermanas.
La madre es alcohólica desde hace 20 años pero desde hace cuatro acude a alcohólico
anónimos. La relación de los hijos con ella es mala ya que los tres están muy resentidos por el
abandono en que os tuvo durante su alcoholismo activo y en la actualidad porque pasa la
mayor parte del tiempo con su grupo de AA.
El padre es alcohólico también pero no acude a AA. La familia lo reporta como muy violento y
agresivo verbal y físicamente.
C quisiera saber además cómo controlar a sus hijos ya que no la obedecen “siento que ya perdí
todo el control sobre ellos, sólo a su papá le hacen caso porque les pega.”
Para facilitar la comprensión y secuencia del caso se cambió el orden del formato establecido
enumerándose cada una de las sesiones con sus respectivos objetivos y tratamiento y análisis
de las interacciones y estructura familiar.
3.3 Explicación, tratamiento y elaboración del mapa estructural de cada una de las sesiones:
Sesión I:
En esta primera sesión sólo acudieron la madre y sus dos hijos G y E. Comentaron que M
estaba enojada y no quiso venir y el padre es muy difícil y no está de acuerdo con la terapia.
Es importante mencionar que esta sesión se llevó a cabo por única vez por dos terapeutas, las
cuales desafortunadamente no se acoplaron lo que no permitió que se recogieran los datos
necesarios en forma adecuada para la elaboración de la hipótesis de trabajo.
Sin embargo lo que pudo observarse de primera instancia es que la madre se sentó en medio
de los hijos, los cuales se mostraron muy tensos sobretodo E el cual se movía constantemente
de su silla y se frotaba una mano contra la otra.
Llamó mucho la atención el hecho de que cuando se les preguntó por el motivo de consulta,
contestaron con evasivas, por lo que los terapeutas tuvieron que enfrentar sobretodo a la
madre que fue quien solicitó la cita. Al tocarse el tema G se puso a llorar y contó que quedó
embarazada de su novio pero que éste tomaba mucho y “corno yo no quería una familia corno
la mía por eso decidí abortar, pero me siento muy mal, muy culpable por lo que hice”. Por su
parte E permanecía callado y cada vez se inclinaba más al escuchar la historia de su hermana.
La madre también permanecía en- silencio y lloraba. Cuando se le pregunto corno le afectaba
esto que decía su hija comento:
T: “Se ve que la discusión entre tu mamá y tu hermana te altera, tienes una posición de no
querer escuchar casi te estas tapando los oídos.
Un dato importante es que E comentó que se vestía de mujer para llamar la atención de su
madre y de hecho le había resultado porque ahora que estaba preocupada por él había faltado
a algunas de sus sesiones.
Se planteó la siguiente hipótesis: Los hijos están presentando conductas disfuncionales para
llamar la atención de la madre. Existen límites difusos entre el subsistema de los hijos y padres,
en donde por lo visto en sesión G y E están por encima de la madre.
Se le dijo a la madre que por el momento se necesitaban más sesiones para investigar que era
lo que estaba pasando en la familia para que sus hijos hubieran decidido presentar esas
conductas y que indudablemente todos los miembros estaban involucrados.
(Reencuadramiento, el terapeuta desvió la atención de la conducta sintomática de los hijos
involucrando a toda la familia).
Se establecieron sesiones de una hora cada semana y se invitó a la hija faltante y al padre,
pero los tres contestaron que el padre no iba a acudir porque no estaba de acuerdo con la
terapia. Se tomó nota de este comentario.
Sesión 2:
En esta sesión se integra M la cual se le observa con más fuerza que a los demás miembros. Se
sienta en una silla apartada de los otros tres integrantes. La sesión con ella tuvo mayor fluidez.
Vuelve a observarse una vez más que los límites están totalmente difusos al igual que las
jerarquías. M ocupa un lugar superior a sus hermanos y es ella por tanto la que más ataca a su
madre.
M: “Mi mamá no tiene carácter, todos hacemos lo que queremos especialmente E, nunca la
obedece”.
La terapeuta aprovecha para pedir a M que se dirija a su madre buscando observar las pautas
transaccionales y escenificar sus conflictos.
E: “No te metas”
M: Necesita alguien que le diga lo que está mal, a ti siempre te promete y no te cumple; y G
por ejemplo ¿no le prohibiste hablar por teléfono con ese y no te hace caso’ Le repites y
repites que cuelgue y ella como si nada. Además ¿cómo es posible que después de que yo te
doy de gritos, me ofrezcas de cenar y planchar mi ropa? No te respetas nunca mamá, no tienes
remedio.
G: “Si mucho, ella (señala a M siempre se mete), siempre nos peleamos y gritamos y ella
(señala ahora la madre nunca hace nada)” (G empieza a llorar).
T: M esto es algo que tú mamá y tu hermana tienen que resolver entre ellas. Guarda silencio
por favor. Bloqueo de pauta transaccional.
El terapeuta al observar esta interacción y como se dan los canales de comunicación obtiene
una segunda hipótesis: La conducta de los tres hijos cumple la función de forzar a la madre a
ocupar el nivel jerárquico que le corresponde en la familia. Los hijos están cansados de su
actitud pasiva y de mantenerse en un nivel por debajo de ellos, quieren que ella ejerza su
autoridad. M, que es La más agresiva con ella se encuentra muy enojada al tener que ocupar el
rol de hijo parental, rol del cual también obtiene ganancias secundarias. Los límites se
encuentran en esta familia muy difusos.
De este modo el tratamiento a seguir pretende corregir esta jerarquía incongruente. Es decir
reestructurar la organización familiar, ayudando a la madre a establecer los límites
correspondientes entre sus hijos y ella. Por otros pedazos de la interacción no transcrita en
este trabajo, se observó que toda la familia presenta una coalisión en contra del padre a quien
le tienen mucho rencor sobretodo porque se perciben impotentes hacia la conducta agresiva
de él. Sin embargo en este momento se pretende trabajar con la madre primero respetando la
resistencia de la familia de no incluir al padre, aunque se buscará más adelante integrarlo
también a las sesiones.
Lo ideal sería trabajar con la coalisión en contra del padre y que la madre y éste estuvieran en
el mismo nivel superior, pero dadas las circunstancias se pretende primero que la madre
ocupe la jerarquía que le corresponde. Corno puede observarse en el mapa se establece un
límite difuso entre M y G - E, esto se pensó así ya que M ha ocupado durante tanto tiempo una
jerarquía tan superior que el terapeuta no quiso quitarle el poder por completo.
Una vez establecida la hipótesis de trabajo el terapeuta cerró la sesión de la siguiente manera:
T: “Doña C después de observar cómo se relacionan entre sí veo que esta familia es como un
barco que ha estado a la deriva durante mucho tiempo. Sé corno usted lo comentó hace un
momento que ha hecho un gran esfuerzo ante su alcoholismo, esto habla de la gran fuerza
interna que posee al haberse decidido a control este problema (se menciona fortaleza delante
de los hijos para apoyarla), por esto mismo ha llegado el momento que ocupe nuevamente su
puesto corno capitán de este barco. Ustedes (dirigiéndose a los hijos) serán los grilletes del
banco, sus ayudantes. (Al decir esto los tres hijos se sonrieron ampliamente y suspiraron con
alivio, pero lo más significativo fue que E se paró del asiento y con gran alegría grito ¡Viva!).
Sus hijos necesitan de su autoridad y para ejercerla más fácilmente le voy a pedir que elabore
un reglamento sobre horarios y obligaciones de cada uno y las consecuencias sobre el
incumplimiento. Una vez que lo haga se reunirá con sus hijos para que conozcan las reglas.
Habrá situaciones que s puedan negociar dentro del rango que usted misma establezca, es
decir si el horario de llegada de G-usted lo estableció 1: a las 9.00pm si ella no está de acuerdo
se puede negociar media o una hora más, usted es la que pone el rango, aunque habrá ciertas
cosas que no podrán negociarse (dirigiéndose a los hijos con la mirada) recuerde que usted es
el capitán de este barco. ¿Queda claro? (vista hacia los hijos nuevamente) (Los tres asienten
con la cabeza complacidos).
C: “Lo que sucede es que luego gritan tanto entre ellos que mi voz no se escucha” (resistencia
a realizar cambios en el sistema y asumir el rol que le corresponde)
T: “Doña C venga para acá (El terapeuta toma una silla vacía y le pide que se suba en ella)
(escenificación-asignación de tarea dentro de la sesión), Cuando su voz no se escuche que
estoy segura que no va a suceder porque los grilletes de un barco saben que tienen que
escuchar al capitán (paradoja) se va a subir a una silla como ahora y se hará oír.
La madre aceptó más convencida e incluso comento que le gustó estar arriba de la silla.
Sesión 3:
Acuden nuevamente todos los miembros excepto el padre, pero en esta ocasión, M llega
sumamente enojada diciendo.
M:” Esta es la última vez que vengo porque mi mamá no hizo nada de lo que usted le dejó. Ella
siempre va a ser igual sólo le interesa su grupo, no sabe llamarnos la atención, yo soy una
grosera y mis hermanos son de lo peor”.
C: “Es que no pude porque se me junto lo de la Navidad fueron fechas muy difíciles y pues la
verdad tiene razón se me pasó el tiempo y no hice nada, pero de verdad que ahora sí voy a
cumplir”
Después de escuchar esta entrada el terapeuta se dio cuenta que había cometido un error al
pedirle a la madre una tarea muy fuerte para ella, donde necesitaba organizarse, organizarlos y
empezar a imponer su autoridad. Pero al mismo tiempo echar para atrás la tarea asignada
equivaldría a reconocer la falta de capacidad de la madre delante de los hijos.
T: Lo que puedo ver aquí es que esta familia no respeta los compromisos establecidos.
Ninguno de ustedes realizó la tarea que les asigne. (Los hijos hacen cara de asombro,
M: “Es que ella no va a cambiar, yo esperaba que nos llamara la junta y nunca lo hizo.”
T: “Sé que estas muy enojada con tu mamá y que ha sido muy frustrante observar que ella no
propiciaba el cambio, pero .tampoco ninguno de ustedes hizo algo por cambiar la situación,
aquí todos son responsables (Enfoque) (asintió con la cabeza). ¿Cuántos años
M: “Como veinte”
M: “Como 7000”
M: “Como tres”
T: “Y tres horas se te hacen suficiente para cambiar y darte por vencida? Todos ustedes han
dicho que han vivido en un caos durante muchos años que si lo ponemos en horas son
muchisimas. Este es un barco que se ha volteado en el mar. ¿Alguno de ustedes ha intentado
voltear una lancha que se voltea?
T:”Pero no es imposible. Para regresar a este barco a su lugar tendrán que hacer un gran
esfuerzo y para ello es indispensable que sigan las indicaciones y respeten los compromisos de
la terapia. Respetar los compromisos de terapia es muy importante! (Intensidad)
M y todos los demás miembros sonrieron. La madre se mostró más tranquila y relajada.
Se le dio a Doña C una explicación más detallada de la realización del reglamento elaborando
reglas individuales. Dentro de la sesión establecieron dos reglas generales: comprometerse en
los acuerdos y no agredirse ni faltarse al respeto mutuamente.
Sesión 4:
En esta sesión, el terapeuta tenía sus dudas con respecto a si la madre había podido llevar a
cabo la tarea. Si no la había realizado cuestionarla nuevamente delante de los hijos no la
dejaría bien parada ante ellos. De esta forma se decidió llamar a la madre en primer lugar
dejándo a los hijos en la sala de espera unos minutos, para así darle importancia frente a los
hijos al llamarla aparte y al mismo tiempo confrontar a la madre en el sentido de que ella era
la que había solicitado la terapía y no estaba ocupándose realmente de sus problemas.
Sin embargo, afortunadamente Doña C se presentó con tina amplia sonrisa comentando que
había podido realizar la tarea y que había funcionado de manera extraordinaria, había sido una
semana sin pleitos y sus hijos habían reaccionado al reglamento que ella había hecho muy
favorablemente.
El terapeuta la felicito por su gran trabajo comentándole que indudablemente era una
extraordinaria organizadora como lo era en su trabajo. A continuación mandó llamar a los
demás miembros, los cuales se presentaron acorde con la actitud de la madre. Todos se
mostraron contentos y muy satisfechos por la labor emprendida. M le reconoció a su madre
que sus reglas habían sido muy claras y lógicas por lo que no hubo necesidad de negociar
mucho, y lo más importante es que pudieron respetadas.
T: “No me asombra que hayan podido tener tanto éxito (Reencuadre), en las sesiones
anteriores he podido constatar que tienen muchas áreas fuertes que les están permitiendo
salir adelante. Tienen la capacidad de organizarse, negociar y por lo visto también saben
comprometerse.(Enfasis en lados fuertes).
Posteriormente el terapeuta pidió a la familia que platicaran entre ellos sobre algún problema
en particular. (Escenificación)
C:” Haber E porque llegaste a la casa ayer con esas marcas de tu novia en la cara, ya te dije que
no permitas que te haga eso”
E: “A mi me gusta y ya”
G: Te están hablando
C: “Tienes que ser más estricto con él mamá, luego no hace la tarea por estar todo el tiempo
con esa chamaca.”
La terapeuta paro la conversación y le pidió a M que dejara su lugar que era una silla apartado
enfrente de la madre y a los dos hermanos y que se sentara entre G y E intercambiando su
lugar con la madre. (cambio de distancia)
M: “Yo me siento rara aquí entre los dos, aunque sea el orden correcto”.
M: “Así está mejor, pero además con esto que hicimos me di cuenta que a mi siempre me
gusta sentarme separado y que siempre he sido como la mamá de mis hermanos. Esto fue
porque G siempre fue muy delgadita y mi papá decía que no hiciera nada. Además como mis
padres se emborrachaban yo les daba de comer, los bañaba, me ocupaba de ellos sobretodo
de E, a ese escuincle lo quiero mucho”.
T: “Me sorprende con que facilidad te das cuenta de las cosas, has estado ocupado
efectivamente un papel que no te corresponde, mientras fuiste chica fue muy funcional
porque estaban prácticamente solos y alguien tenía que encargarse de ustedes. De hecho te
felicito hiciste un gran trabajo, pero ahora ya no es necesario, tus hermanos han crecido y tú
mamá está presente otra vez”.
M sonríe y llama la atención como la postura de la madre es más erguida, a ella también se le
observa contenta.
Finalmente se le pide a la madre que cuando tenga que discutir algún tema con uno de los
hijos lo haga en privado para evitar intervenciones. A M se le pide que abstenga de meterse y
dar consejos sobre todo a la madre. E y G suspiran aliviados.
CONCLUSIONES:
En síntesis, las intervenciones que se realizaron de acuerdo a Salvador Minuchin fueron las
siguientes:
Este caso sorprendió por su evolución ya que al parecer la hipótesis establecida acerca de la
estructura de la familia realmente fue atinada induciendo al cambio y movimiento de la
familia. Se pretende seguir trabajando en la misma línea. Sin embargo como ya se mención
anteriormente se planea invitar al padre a las sesiones ya que es una pieza fundamental en la
dinámica de la familia y no se ha indagado lo suficiente sobre su impacto e interacción en el
núcleo familiar.
PACIENTE: Bueno, para empezar, bueno… ¿cómo podría empezar? (pausa) En primer lugar,
este… yo tengo un problema con el alcohol.
T: Ajá…
T: Mmm…
P: Es porque cuando bebo no tengo buena memoria, tengo una memoria completamente
mala. Entonces, yo les digo: “¿Por qué no se sientan y me cuentan lo que hice?” Les digo que
sé, que hablo mucho, pero que me digan las cosas que hago.
T: Ajá.
P: Pero después no me acuerdo. ¿Qué hago realmente? Bueno a veces tenemos altercados
violentos por causa de eso, algunos altercados físicos por culpa de eso. Y, ejem… yo no sé si…
(pausa). Yo sé muy bien que la bebida es un gran problema en todo esto. Pero no lo entiendo,
porque normalmente no soy muy violento, no puedo verme como una persona violenta que…
T: ¿Así?
P: (Sonriendo y tocándose el pecho) Este soy yo. ¡Este soy realmente yó!
T: Cuénteme algo más, cuénteme que quiere decir así, porque yo todavía no lo conozco bien.
P: Bueno, a mí me gusta la gente, soy correcto, creo, y…este…siempre soy amable con la gente
que, ejem, no es tan afortunada. Y cuando veo una persona que no es tan afortunada como yo,
siempre trato de ayudarla.
P: Yo era más o menos esa clase de tipo que en las fiestas se ocupaba de que los muchachos y
las chicas llegaran a su casa, aunque hubieran bebido mucho. Siempre era yo el que me
ocupaba…
T: Mmm…Mmm…
T: (interrumpiendo) ¿Cuánto tiempo duró eso, que usted era de esa clase de persona, tenía
ese modelo y que le gustaba hacer así?
P: Oh, toda la secundaria, todo el servicio militar, todo mi…porque yo tuve seis meses de
servicio activo.
T: Ajá.
T: Bien, bien.
P: (sigue) hasta después, después de que empecé a beber y luego dejé, ese era el tipo de
modelo que yo tenía cuando conocí a mi esposa.
P: Ahí… Bueno…Con mi esposa estuvimos separados dos años y hace poco tiempo atrás nos
reconciliamos…
T: Ajá.
T: ¡Ah!
T:¿Cómo se da usted cuenta, de que las cosas están cambiando y de que usted está más cerca
de su hija?
P: Bueno la llevo a pasear y jugamos. Lanzar la pelota, en fin, esas cosas que yo nunca había
hecho con la niña.
T: ¿Ah, sí?
P: Nunca jamás. De hecho, en los ocho años que ella tiene, nunca jugué con mi hija.
T: ¿Excepto ahora?
P: ¡Excepto ahora! Sí, así es. Y ahora que pienso…he estado haciendo muchas cosas más con
ella.
T: Mmm…
T: ¡Ah!
P: A veces me despierto después de haberme tomado una botella y no puedo recordar dónde
dejé lo zapatos, o los pantalones, dónde puse mi billetera, o sí cuando llegué tenía la billetera o
no la tenía. Y después me dicen que hice. Me dicen que cosas hice…Me cuentan algún acto de
violencia. Un par de veces me desperté en la cárcel preguntándome qué demonios estaba
haciendo allí.
T: Ajá.
P: Y cuando al día siguiente tengo que ir a ver al Fiscal de Familia, me dicen: “Usted actuó
violentamente con su esposa, la amenazó con matarla y golpearla” Y yo siempre pienso
“¡Demonios, no me acuerdo de nada!”
P: Sí, porque…con tantos años de beber, algo me funciona mal aquí (se seña la cabeza).
T: Mmm…
T: ¡Oh!
P: Si, y punto y aparte. ¡Muy duro! Porque ése es…yo sé que ése es uno de los principales…que
ése es el principal problema.
T: ¿Ah, sí?
P: ¡Por supuesto! Yo me doy cuenta de que es un problema importante por el hecho de que
cuando bebo no me acuerdo de nada…no puedo recordar nada.
TERAPEUTA: Muy bien, entonces, ¿Hace cuánto tiempo que está sobrio?
T: ¡Es increíble!
P: Y yo dije “¡No!” Y realmente no quería beber. Y eso que conocía bien a la persona, porque
antiguamente fuimos compañeros de juerga.
T: ¿O sea que era un amigo? ¿No era cualquiera el que le ofreció un trago?
P: No, era un viejo amigo. Habré bebido varias veces con él…
P: ¡Sí que lo fue! Fue algo terrible. Creo que si yo hubiera viajado un poco más lejos, habría
terminado aceptado.
T: Entonces, ¿cómo se las arregló para no ceder, hasta que llegó el momento de bajarse del
autobús?
P: Sí, yo creo que esta sesión era condenadamente más importante que tomar un trago.
Porque si yo hubiera aceptado un solo trago, me habría bajado del autobús y habría tomado
otro para el otro lado y no hubiera venido.
T: ¡Caray! Entonces, usted sabía que lo que ya estaba haciendo y el lugar a dónde iba eran
cosas más importantes.
P: Sí, Claro. Y mi familia es muchísimo más importante que un trago; y creo que lo que más
está destruyendo a mi familia es la bebida.
T: ¿Y cómo sabe que será capaz de seguir rechazando invitaciones para beber? Porque, como
usted sabe muy bien, van a seguir ofreciéndole.
P: Creo por ejemplo; fue alejarme de mis compañeros de juerga, dedicarme más a mi familia,
dedicarme también a mi trabajo, ayudar a otros…
TERAPEUTA: Y ahora permítame hacerle otra pregunta relacionada con esto. Simulemos por
un momento que esta noche usted se va a la cama, pues bien, usted se duerme y sucede un
milagro.
P: (sonriendo ampliamente) Bueno, creo que me sentiría como hoy. ¡Hoy es un día del milagro!
P: Sería un día exactamente como hoy. ¿Y sabe qué? Yo estaría feliz, feliz con mi mujer y mi
hija, y haría más cosas en familia.
P: Y… como le dije antes, sacar a la niña a pasear, y jugar a lanzar la pelota y agarrarla…y sería
cariñoso con mi mujer.
T: Bien ¿Hay algo más que sería diferente y por lo que usted se daría cuenta de que ha
sucedido el milagro?
P: Bueno, yo podría mantenerme alejado de la bebida como lo estuve esta última semana.
P: Bueno, mi familia y yo estamos más unidos. Y nosotros, sabe, nosotros estamos llevándonos
mejor; y ahora que lo pienso…no hemos tenido ninguna pelea.
T: ¡Fantástico!
PACIENTE: Ojalá, espero que no cambie porque es difícil…tengo que alejarme de algo para
hacer lo que estuve haciendo ahora…
T: ¿Cómo sabría usted que este milagro va a seguir, que las cosas van a seguir como están
después del milagro?
P: Yo lo único que sé es que me siento muy bien. Pero otra cosa no podría decir…Siento que ha
llegado el momento de hacer las cosas bien…Me siento fantástico.
T: Entonces, a mí me gustaría asegurarme de que usted puede seguir sintiendo lo mismo. Y me
pregunto cómo podría usted seguir teniendo esa buena sensación. Supongamos que el milagro
ya ha sucedido. ¿Cómo sabría usted que el milagro dura y que ésta era la cosa real que tenía
que pasar?
T: ¿y cómo lo sabría?
P: Lo sabría porque, normalmente, lo primero que digo al entrar es: “¿Qué hay para comer?” y
me siento en mi sillón favorito y ¡clic! Enciendo el televisor y después, ejem…me aburro, o mi
mujer empieza a pelear, y entonces decido salir y juntarme con mis compinches.
T: En una escala de 1 a 10, dónde el 10 indica que usted haría cualquier cosa para mantener
las cosas tal como están yendo ahora; y dónde 1 significa que eso no importa, ¿qué número
se pondría a usted mismo?
P: Un 10, porque yo quiero que todos los días las cosas sean como fueron hoy. Ahora, sé que
va haber conflictos…mi mujer y yo no vamos a estar de acuerdo en todo…pero, en la forma
que estoy ahora, puedo manejarlo. Si yo tomara un solo trago, entonces diría ¡vete al infierno,
a mí que me importa! Así que no puedo volver a emborracharme.
T: Bien, bien. En la misma escala, porqué me parece que es algo que tiene que ver, pero esta
vez 10 significa que usted tiene plena confianza en que podrá seguir con lo que está
haciendo ahora, y 1 significa que no tiene ninguna confianza, le pregunto: ¿qué número
pondría?
T: Bien.
P: (sigue hablando) Estoy bastante seguro, pero por lo mismo tendría que poner más o menos
un 5. No podría poner un 10 y asegurar que nunca van a pasar las mismas cosas que antes.
¡Eso no!
T: Bien, me alegro de que sea realista. Y a propósito, mmm… ¿qué haría falta para poder
pasar a 6, en eso de la confianza?
P: ¡Ah! ¡Día a día! Tendría que trabajar en eso día tras día para poder llegar a 6
P: Yo diría que si pudiera estar como estoy hoy, aunque por la mañana me levantara hecho
una ruina. Si yo pudiera mantenerme tal como hoy, digamos…unos cinco o seis meses…sin
beber. Sin probar ni una gota, ésa sería una de la claves para llegar a 6.
T: Bien. ¿Y habría señales en el camino que le permitirían saber que está llegando a 6?
¿Cómo serían esas señales?
P: Bueno, mmm…si yo no me enojo por cualquier cosa. Por ejemplo, no me enojaría si la niña
derramara agua o, digamos rompiera algo…
P: Hablaría con ella; le diría, por ejemplo: “¿Por qué comes en la sala y no en la mesa del
comedor?
P: Si claro, en vez de gritar y enfurecerme cuando ella hace esas pequeñas cosas que yo
también hacía cuando era un niño…
T: Entonces, dígame algo más que le parezca que le serviría para darse cuenta de que va
llegar a 6.
P: Sí, llevarme mejor con mi mujer…ser un poco más amable con ella.
T: ¿Y cómo se daría cuenta ella de que usted ha empezado a ser más amable?
T: ¡Ah! Bien.
P: (ríe) No, no, porque ya me lo ha dicho, me dijo: “Nunca me dices que estoy guapa”. Y yo
siempre le contesto: “¡Por Dios! Ya te lo dije hace 12 años, cuando me casé contigo. ¿Para qué
tengo que estar repitiéndolo?”
T: (todavía riéndose) ¡Si usted no le ha dicho un cumplido en 12 años, entonces creo que
tendrá un ataque al corazón!
P: Verá usted…antes, yo bebía un par de copas y empezaba: ¡Epa, vaya, chica esta preciosa
hoy! (el paciente levanta los pulgares y guiña el ojo)
T: Sí, claro, me doy cuenta…(pausa)…¿algo más que le serviría para darse cuenta de que está
subiendo puntaje en la escala de confianza?
P: De vez en cuando, como ella trabaja tres días por semana, yo podría colaborar, pasando la
aspiradora o ayudando a la niña a hacer sus deberes, pequeñas cosas, ¿se da cuenta?
P: Bueno, ella es una persona muy limpia. Así que cuando yo me saco la ropa o los zapatos le
gusta que guarde todo en el armario o que ponga lo que está sucio en la lavadora.
P: Sí, porque, como les dije antes…ejem, yo tengo que cambiar, tengo que cambiar por mi
familia.
P: ¿Sabe?, ahora que pienso…yo diría que las cosas están mejor…así que, bueno, pondría un
10…
T: Hay algo más que quisieras decir antes de hacer una pausa para consultar con el equipo…
• Honesto
• Franco
• Esta dispuesto a
• “Pequeñas cosas”
Cuando el terapeuta estaba a punto de volver a la sala de consulta, un miembro del equipo
sugirió que el terapeuta iniciara el mensaje estrechando la mano del paciente para poner de
relieve la idea del equipo acerca de su éxito.
El mensaje de intervención
El terapeuta volvió a la sala y, antes de sentarse, le estrechó la mano al señor Meeks.
TERAPEUTA: El equipo me pidió que le estrechara la mano (se sienta). Hay muchas cosas que
realmente nos impresionan. Estamos impresionados por todas las cosas que usted está
haciendo, esas cosas de las que usted y yo hemos hablado hoy. De hecho, con todo lo que está
haciendo para que las cosas mejoren, es difícil saber exactamente por dónde empezar…
PACIENTE: (con una amplia sonrisa, mueve la cabeza afirmativamente) Oh, ¡Vaya!
T: …y que sea franco con lo que sucede. También es impresionante que usted tenga una clara
conciencia de lo que es importante para usted…
T: …Sí, como lo está haciendo ahora. Y también nos resulta claro que para usted es importante
ser un buen padre y un buen esposo y ser bueno con usted mismo.
P: (el paciente sigue afirmando con la cabeza y en sus ojos aparecen lágrimas)
T: …y que usted tiene un claro sentido de las cosas. Y en este momento, señor Meeks, usted ya
está haciendo muchas cosas que hacen la diferencia en su vida. Cosas como intimar más con su
esposa y su hija, ayudar en la casa, no beber; y hasta acudir a terapia. Esto facilita mucho
nuestro trabajo.
P: (ríe) Sí, claro.
T: Hoy ha sido una especie de “día del milagro” por la manera en que hemos estado
conversando; y… ejem…estamos realmente impresionados de que usted haya tenido hoy un
día del milagro.
T: Así es, y por lo que nos ha contado, usted ha estado haciendo un trabajo durísimo, un
trabajo que lo llevó a esto.
T: En general, para nosotros esto significa que usted sabe que hay más trabajo duro por hacer
y que sabe también que necesita, seguir haciendo lo que ha estado haciendo, para repetir y
tener más días como hoy.
P: (asiente)
T: La indicación que tenemos para usted, señor Meeks, es que siga haciendo lo que está
haciendo, mientras hace eso tome nota de las cosas que hace para mantenerse en el buen
camino.
Los movimientos de cabeza afirmativos, las lágrimas en sus ojos y las verbalizaciones
afirmativas indicaron al terapeuta y al equipo que el mensaje de intervención había sido
aceptado por el señor Meeks. Después de transmitido el mensaje, el terapeuta y el paciente
caminaron juntos hasta el área de recepción; allí se concertó una segunda cita.