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Hoy lunes 11 de mayo nos corresponde estudiar el Salmo 99

Es placentero comenzar el día con buenas noticias y el salmo 99 es un aliciente


para todo aquel que tiene en su corazón alguna congoja, preocupación, o aflicción,
quizá en su mente albergue un ardiente deseo que desaparezcan todas ellas, tal
ves hasta haya llegado a pensar que está muy lejos de ser escuchada su petición.
Sin embargo, este salmo nos presenta un Dios todopoderoso pera al mismo
tiempo también misericordioso.
Comienza pintando un cuadro tan hermoso de nuestro Dios a fin de que podamos
conocerle. Se muestra a Dios en un trono de querubines y la tierra temblando,
“como tembló el Sinaí cuando habló con Moisés”. Ante un momento así solo
queda exaltar, alabar y glorificar a Dios porque es santo.
En el verso 4 nos de: “Y la gloria del rey ama el juicio; tú confirmas la rectitud; tú has hecho en
Jacob juicio y justicia”. Hay algo interesante que mencionar aquí, en Jacob hace juicio y
justicia. Sí, fue él quien engaño a su propio padre, pero también fue engañado por
su suegro y sus hijos, y por muchos años vivió sufriendo lo que el había sembrado,
con razón el apóstol escribe: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo
que el hombre sembrare, eso también segará. Dios hace juicio, en muchas ocasiones
solo deja que las consecuencias se encarguen de reprendernos, pero nunca deja de un
lado su misericordia. También le hace justicia. Y fue después que Jacob reconoce la
rectitud de Dios, enderezó sus pasos y nuestro Señor hizo justicia a tal punto que
uno de sus hijos fue el salvador no solo de su familia, y los egipcios , sino de otros
pueblos que acudieron a Egipto en busca de comida, y hoy lo conocemos como el
patriarca de las doce tribus de Israel. Juicio y justicia.
1. Aquí encontramos la primera lección: debemos reconocer que si tenemos un
Dios misericordioso no debemos olvidar que también hace juicio. No
vacilemos en nuestra vida diaria, reconozcamos que es menester obedecer a
Dios antes que nuestros propios impulsos buscando ganancias deshonestas.

En el verso 6 también menciona a tres personajes que sirvieron a Dios con una
entrega total. Nos lleva a considerar la historia de Moisés, Aarón y Samuel, sus
sacerdotes, consagrados a su servicio, estos siervos de Dios lo invocaban y el los
oía, que maravilloso. Por cierto, también que ellos cometieron errores, pero
siempre reconocieron que servían a un Dios justo y misericordioso, lo más
importante siempre buscaron agradarlo, y eso los hacia líderes entregados a su
causa. Esa clase de líderes necesita el mundo hoy y el Señor los reclama. ¿Cuantas
de tus oraciones han sido escuchadas y Dios a obrado dándote la respuesta que
esperabas?

¡Qué gran ejemplo a seguir! Sus obras aun siguen siendo mencionadas en todo el
mundo. Yo me pregunto, ¿qué dice la gente de mi ministerio por los lugares donde
he pasado? ¿Eres un hombre de Dios? A estos tres guerreros no les importó la
fama, el poder, las riquezas, a ellos les importaba simplemente servir a Dios, y a su
pueblo. Prácticamente dieron sus energías, talentos y sus propias vidas por
agradar a Aquel que los llamó. Preguntante amigo, hermano, por donde has
pasado, desde tu hogar, escuela, trabajo, tu familia, tus amigos, tus vecinos, ¿Qué
es lo que dicen de ti?
2. Aquí encontramos nuestra segunda lección: debemos reconocer que por el
simple hecho de vivir en este mundo ya le debemos respeto y obediencia a
nuestro Padre Celestial. Por eso querido amigo, hermano, que todo lo que tú
hagas deje una huella que han de recordar siempre como la de un verdadero
siervo de Dios.

Y es que Dios muestra su amor hacia nosotros buscando una relación íntima con
Él. Esta relación es el sello de oro en tu vida. Este tipo de relación te hace un
gigante ante los problemas, te brinda protección de tus enemigos y te hace
siempre un vencedor. Pero esto implica dejar que Dios decida por ti, Moisés no
entró a la Canaán prometida, dejó que su Señor decidiera por él. Por eso el
salmista termina diciendo: Exaltad a Jehová nuestro Dios, y postraos ante su santo
monte. Porque exaltar a Jehová es decir como el apóstol Pablo: con Cristo estoy
juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas Cristo vive en mi.

3. Aquí encontramos nuestra tercera lección: Exalta a Dios con tu forma de


vivir. Cuando dejamos que Dios tome el control de nuestras vidas somos
guiados por su Espíritu y esto nos lleva a hacer siempre la voluntad de
nuestro Señor.

Hermano, hermana que me escuchas, si tu refugio está en el Dios fuerte, celoso y


misericordioso y si obedeces sus estatutos estableciendo una relación íntima con
Él, no dudes que también será quien tome el control de tu vida. Ante esta realidad,
solo podemos postrarnos a sus pies y alabar a nuestro Dios por su amor, santidad,
justicia y misericordia. Este es mi Dios, ¿también es el tuyo?
Dios te bendiga.

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