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Universidad abierta para adultos uapa

Tema:
Naturaleza y funciones
Asignatura:
Procesos cognitivos

Participante:
Indhira meran mora
Matricula:
201808356
Facilitadora:
Tomasina vasquez
Fecha:
31-01-2020
1. Elabora un mapa conceptual en el que sintetices los siguientes puntos: 

1. Naturaleza y funciones de la atención


2. Selección de la atención inicial frente a la atención tardía. 

La Atención, de acuerdo a numerosos


autores, es un objeto de estudio amplio
porque involucra procesos y capacidades,
una de ellas es la capacidad de enfocarse
seleccion de la atencion inicial frente a la
naturaleza y funciones de atencion en un solo aspecto del medio o de una
atencion tardia
actividad, que, a veces, es acompañada
por otra habilidad que permite responder
automáticamente a eventos inusuales o
inesperados

El ser humano es un ser con consciencia,


que tiene la capacidad de desplazar la
atención hacia los objetos que desee,
puede ser levantar la mirada para ver un
concepto de atencion tipos de atencion avión o simplemente escoger entre que
camino tomar hacia el trabajo. Sin
embargo, esta consciencia tiene dos
vertientes, una física o corporal y otra
mental o psíquica

En términos generales nuestra consciencia Para conectar con nuestro cuerpo


Los sentidos propios del cuerpo están
dirige la atención hacia el plano mental, necesitamos desplazar la consciencia de la
dormidos, comemos o tomamos algo sin
donde pasa relativamente todo el tiempo. mente hacia el plano corporal, realizar
saborear, ni si quiera sabemos como nos
Para que exista una consciencia corporal ésta practica frecuentemente permite que
quedan la ropa pues estamos
es por que se esta manifestando algún amplifiquemos nuestros sentidos y
acostumbrados a esa sensación que ya ni
dolor, se acaba de golpear o magullar con tengamos una percepción mucho más
la internalizamos, vemos nuestra casa sin
algo o necesita asistir a sus necesidades holística de la realidad. De esta manera
detallar nada de lo que en ella hay, y así
fisiológicas, por ejemplo como comer o podemos cultivar la atención del cuerpo y
sucesivamente.
dormir. a su vez de los contenidos mentales.

El problema de llegar a este consenso se


encuentra, como veremos, en que la
atención no puede entenderse como un
mecanismo unitario, sino que remite a
una pluralidad de fenómenos psicológicos.
 2.Elaboración de un ensayo que comprenda:
  teorías del procesamiento de la información

La teoría del procesamiento de la información

La teoría del procesamiento de la información es un conjunto de modelos psicológicos


que conciben al ser humano como un procesador activo de los estímulos (información o “inputs”)
que obtiene de su entorno. Esta visión se opone a la concepción pasiva de las personas que
caracteriza a otras orientaciones, como el conductismo y el psicoanálisis.

Estos modelos se engloban en el cognitivismo, paradigma que defiende que los pensamientos y
otros contenidos mentales influyen en la conducta y deben ser distinguidos de esta. Se
popularizaron en la década de 1950 como reacción a la postura conductista, predominante en la
época, que concebía los procesos mentales como formas de conducta.

Las investigaciones y modelos teóricos desarrollados en el marco de esta perspectiva se han


aplicado a un gran número de procesos mentales. Cabe destacar el énfasis particular en el
desarrollo cognitivo; desde la teoría del procesamiento de la información se analizan tanto las
estructuras cerebrales en sí mismas como en su relación con la maduración y la socialización.

Los teóricos de esta orientación defienden una concepción fundamentalmente progresiva del
desarrollo cognitivo, que se opone a los modelos cognitivo-evolutivos basados en estadios, como
el de Jean Piaget, centrados en los cambios cualitativos que aparecen a medida que los niños
crecen (y que también son reconocidos desde el procesamiento de la información).

El ser humano como ordenador

Los modelos surgidos de este enfoque se fundamentan en la metáfora de la mente como
ordenador; en este sentido el cerebro se concibe como el soporte físico, o hardware, de funciones
cognitivas (memoria, lenguaje, etc.), que equivaldrían a los programas o software. Tal
planteamiento sirve como esqueleto a estas propuestas teóricas.

Los ordenadores son procesadores de información que responden a la influencia de “estados


internos”, el software, que puede por tanto ser utilizado como herramienta para operativizar los
contenidos y procesos mentales de las personas. De este modo se busca extraer hipótesis sobre la
cognición humana a partir de sus manifestaciones no observables.

El procesamiento de la información empieza con la recepción de estímulos (inputs en lenguaje


computacional) a través de los sentidos. A continuación codificamos la información de forma
activa por tal de otorgarle significado y poder combinarla con la que almacenamos en la memoria
a largo plazo. Finalmente se ejecuta una respuesta (output).

¿Una memoria o muchas clases de memoria?


Si nos ponemos a reflexionar sobre las capacidades del ser humano, es muy posible de que
lleguemos a la conclusión de que nuestra especie se caracteriza por tener una
buena memoria. Cada día aprendemos y memorizamos cosas sobre el entorno en el que
vivimos: quién es el nuevo presidente de un país lejano, dónde podemos encontrar un parque
nacional cuyas fotos nos han sorprendido, cuál es el significado de una palabra que
desconocíamos, etc. 

Comparada con la nuestra, la memoria del resto de animales parece empequeñecerse. A fin de
cuentas, no disponen de un lenguaje a partir del cual memorizar conceptos complejos y que hacen
referencia a elementos que no han visto directamente. Pero... ¿seguro que la memoria es solo
eso? 

A fin de cuentas, muchas aves migratorias memorizan los lugares por los que han de pasar para
recorrer miles de kilómetros cada año en su viaje de Norte a Sur y viceversa. Del mismo modo, los
salmones memorizan el punto de un río en el que hay que desovar y llegan allí, después de mucho
esfuerzo y de haber pasado mucho tiempo en el mar. 

Los tipos de memoria

Los distintos tipos de memoria tienen su forma particular de funcionamiento, pero todas


cooperan en el proceso de memorización. La memoria nos ayuda a adaptarnos al entorno y nos
marca para definir quiénes somos; nuestra identidad. Sin ella seríamos incapaces de aprender, ni

Primeras investigaciones sobre la memoria

Las primeras investigaciones sobre la memoria tienen su origen en los estudios de Hermann
Ebbinghaus, un psicólogo alemán que a finales del siglo XIX intentó descifrar las leyes
fundamentales de la memoria al estudiar las sílabas sin sentido  (BAT, SIT, HET). 

La teoría de Ebbinghaus sobre la memoria

Uno de sus logros más destacados fue la demostración de que las funciones mentales superiores
podían estudiarse en el laboratorio de manera científica. También concluyó que existía una “curva
del olvido”, que muestra el deterioro de la memoria con el paso del tiempo desde el momento del
aprendizaje. Además, formuló un modelo teórico en el que defendió que el mecanismo
de la memoria requiere de repetición, para que los datos que recordamos se asocien entre
sí.

Evolución de esta metáfora

Distintos autores han llamado la atención sobre las similitudes entre las personas y las
máquinas a lo largo de la historia. Las ideas de Thomas Hobbes, por ejemplo, manifiestan
una visión de las personas como “animales máquina” que recogieron también el padre del
conductismo, John Watson, y otros representantes de esta orientación, como Clark L. Hull.

Alan Turing, matemático y científico de la computación, publicó en 1950 el artículo “Maquinaria


computacional e inteligencia”, en el que describió lo que posteriormente se conocería como
inteligencia artificial. Su obra tuvo una gran influencia en el ámbito de la psicología científica,
favoreciendo la aparición de modelos basados en la metáfora del ordenador.

Las propuestas psicológicas de tipo computacional nunca llegaron a ser hegemónicas en


sí mismas; no obstante, dieron paso a la “revolución cognitiva”, que fue más bien una
progresión natural desde el conductismo mediacional estadounidense, con el cual los
procesos mentales ya habían sido añadidos a los planteamientos básicos de la tradición
conductista.

Selección de la atención inicial frente a la atención tardía.


Funciones de la atención

Seguramente, todos nos habremos encontrado en situaciones similares a las siguientes:

Hemos empezado una novela que nos mantiene totalmente concentrados en su lectura. Nos
avisan cuatro veces de que la cena está en la mesa.

La reunión de trabajo es larga y pesada. A duras penas nos damos cuenta, pero vamos
desconectando de lo que sucede a nuestro alrededor, hacemos planes para el esperado viaje de
fin de semana que estamos programando. El jefe dirige de repente su mirada hacia nosotros y
hace ademán de iniciar una pregunta; con un sobresalto, pero tratando de que no se note,
aterrizamos otra vez en la realidad.

Conducimos nuestro coche y la luz roja del semáforo hace que nos detengamos. Detrás de
nosotros se forma una cola de vehículos y, para evitar el ruido de los cláxones impacientes del
resto de los conductores, no apartaremos la vista de la señal de circulación para reiniciar la
marcha tan pronto como cambie de color.

Mantenemos una conversación telefónica con un amigo mientras vemos la retransmisión


televisiva de un partido de fútbol de nuestro equipo favorito. De repente, una jugada de peligro en
el área nos tiene el alma en vilo por unos instantes y nos hace perder el hilo de la conversación.
Evidentemente, nuestro interlocutor pregunta qué pasa y por qué ha tenido que repetirnos la
misma pregunta tres veces antes de oír nuestros balbuceos al otro lado de la línea.
Estos ejemplos nos servirán para entender por qué decimos que la atención es un mecanismo
complejo y que, de hecho, con esta denominación nos referimos a una pluralidad de fenómenos
psicológicos.

En el primero de los ejemplos tratamos de mostrar cómo, a veces, parece que atendemos de
manera prácticamente exclusiva a alguno de los estímulos que recibimos, e ignoramos cualquier
otra información o cualquier otro acontecimiento que tenga lugar a nuestro alrededor. Así, cuando
estamos concentrados en la lectura, podemos llegar a ignorar el sonido del atasco que oímos por
medio de la ventana abierta, el olor de la comida que nos espera en la mesa o, incluso, la
incomodidad de la butaca en la que estamos sentados. Si dirigimos nuestra atención sobre el texto
que leemos, facilitamos su comprensión y nos acercamos a los personajes y los acontecimientos
que nos presenta el autor. De este modo, la atención nos puede permitir que nos centremos en
una parte de la información que nos llega tanto desde el exterior (mediante nuestros órganos de
los sentidos), como del interior (las ideas, recuerdos, imágenes, etc. que guardamos en nuestra
memoria), para que ésta se procese de manera eficiente.

Ésta es la que conocemos como función selectiva de la atención o atención selectiva, e implica no
sólo que prestemos atención a la información que consideramos relevante, sino, como reverso de
la moneda, que ignoremos o bloqueemos aquella que, para el curso de nuestra acción o nuestro
pensamiento, es irrelevante.

Parece claro que esta selección se hace en cada momento a partir de nuestros intereses y nuestras
motivaciones; sin embargo, hay ocasiones en las cuales nuestra atención se requiere de manera
repentina sin que intervenga esta intencionalidad. Es el caso del segundo de los ejemplos: la
reunión de trabajo nos resulta aburrida y nuestra atención se dirige, bien lejos de allí, a otros
asuntos más agradables. No obstante, basta con la mirada de nuestro jefe para que, de manera
inmediata e involuntaria, nuestra atención se vuelva a dirigir a lo que sucede en la reunión. Ciertos
estímulos, ya sea porque aparecen de manera inesperada, por su intensidad o por su significado
especial, captan nuestra atención de manera automática. Es lo que conocemos como atención
pasiva o reflejo de orientación, un fenómeno que, como veremos, no es exclusivo de los seres
humanos.

Una situación totalmente diferente es la que se produce cuando la actividad en la cual estamos
implicados exige que nuestra atención se mantenga sobre el mismo estímulo durante un periodo
de tiempo más o menos prolongado a la espera de que se produzca un determinado
acontecimiento. Eso es lo que nos sucede cuando estamos, por ejemplo, pendientes del semáforo
esperando que la luz roja cambie a verde, aunque el ejemplo característico de este tipo de tareas,
llamadas tareas de vigilancia,  es el de la tarea que llevan a cabo los operadores de radar. La
función de la atención que se pone de manifiesto en las tareas de vigilancia recibe el nombre
de atención sostenida y, como fácilmente podemos entender, cuanto mayor sea el tiempo durante
el cual tenemos que mantener nuestra atención sobre el mismo estímulo, más complicada nos
resultará la tarea y más dificultades tendremos para evitar que nuestra atención se dirija hacia
otros objetos.
Sin embargo, mientras esperamos que cambie la luz del semáforo con nuestra mirada fija en éste,
podemos estar escuchando con atención una entrevista que un deportista famoso hace en la
radio. Es decir, en ocasiones podemos atender a diferentes informaciones o realizar distintas
tareas sin que éstas interfieran entre sí o, al menos, no excesivamente. Pasear mientras
masticamos chicle, pedalear en la bicicleta estática mientras escuchamos nuestra música favorita,
conducir mientras intentamos resolver mentalmente un problema del trabajo, mantener una
conversación telefónica mientras no quitamos el ojo de encima al partido de fútbol, etc.

Teoría del foco de luz 

Las características de la luz .


Debemos saber que la luz es una onda (como lo es también el sonido, por ejemplo). La frecuencia
de esta onda determina su color. Cuando luces diferentes se solapan, la luz resultante es la suma
de ambos colores. El color es un fenómeno físico de la luz, y su color se puede desglosar en una
conjunción de los colores primarios. La luz funciona como un sistema de color aditivo. De este
modo, la suma de los tres colores primarios nos dará el blanco. La ausencia de los tres colores
primarios, es decir, la ausencia de luz, provoca la oscuridad, o sea el negro.

Los colores primarios son el Rojo, Verde y Azul. En inglés sus siglas son Red, Green Blue, lo que nos
lleva a las iniciales RGB, que tan a menudo encontramos cuando componemos un color en el
ordenador. Estas tres iniciales, representan un

Las televisiones y los monitores de ordenador son las aplicaciones prácticas más comunes de la
síntesis aditiva.
Introduzcamos algunos conceptos referentes a la luz.
Reflexión. Cuando los rayos de luz llegan a un cuerpo en el cual no pueden continuar
propagandose, salen desviados en otra dirección, es decir, se reflejan. La forma en que esto ocurre
depende del tipo de superficie sobre la qué inciden y del ángulo que forman sobre la misma.
Absorción. Existen superficies y objetos que absorben la mayor parte de las radiaciones luminosas
que les llegan. Estos objetos se ven de color negro. Otros tipos de superficies y objetos, absorben
sólo unas determinada gama de longitudes de onda, reflejando el resto.
Refracción. El cambio de dirección que sufren los rayos luminosos al pasar de un medio a otro,
donde su velocidad es distinta, da lugar a los fenómenos de refracción. Así si un haz de rayos
luminosos incide sobre la superficie de un cuerpo transparente, parte de ellos se reflejan mientras
que otra parte se refracta, es decir penetran en el cuerpo transparente experimentando un
cambio en su dirección de movimiento. Esto es lo que sucede cuando la luz atraviesa los medios
transparentes del ojo para llegar hasta la retina.
En clase hemos hablado de las técnicas de iluminación. Comentaremos en estos apuntes los
aspectos fundamentales.
Técnicas de iluminación.
La mayoría de las escenas trabajan con los siguientes tipos de iluminación:
1) luz principal (key light):incide en la escena a es la zona de mayor luminosidad determina el nivel
de sombra qué llevara la escena y con respecto a esta se disponen las demás luces se ubica a 45°
en altura.

Teoría de la integración de características y búsqueda guiada 

La teoría de integración de características es una teoría de atención desarrollada en 1980


por Anne Treisman y Garry Gelade que sugiere que cuando se percibe un estímulo, las
características se “registran de forma temprana, automática y en paralelo, mientras que los
objetos se identifican por separado” y en una etapa posterior en el procesamiento. La teoría ha
sido uno de los modelos psicológicos más influyentes de la atención visual humana. De acuerdo
con Treisman, la primera etapa de la teoría de integración de característica es la etapa preventiva.
Durante esta etapa, diferentes partes del cerebro automáticamente reúnen información acerca de
las características básicas (colores, forma, movimiento) que eran encontradas en el campo visual.
La idea de que las características se separan automáticamente parece ser contraintuitiva; sin
embargo, no estamos conscientes de este proceso porque ocurre temprano en el procesamiento
perceptual, antes de que nos demos cuenta del objeto.

La segunda etapa de la teoría de integración de características es la etapa de atención enfocada,


donde las características individuales de un objeto se combinan en orden para percibir el objeto
entero. Con el fin de combinar las características individuales de un objeto, se requiere atención y
la selección de ese objeto ocurre dentro de un “mapa maestro” de ubicaciones.  El mapa maestro
de ubicaciones contiene todas las ubicaciones en las que han sido detectadas características., con
cada ubicación en el mapa maestro se tiene acceso a los múltiples mapas de características.
Cuando la atención es focalizada en una ubicación en particular del mapa, las características que
se encuentran en esa posición se atienden y se almacenan en “archivos de objeto”. Si el objeto es
familiar, se hacen asociaciones entre el objeto y el conocimiento previo, lo que resulta en la
identificación de ese objeto. En apoyo de esta etapa, los investigadores a menudo se refieren a
pacientes que padecen el síndrome de Balint. Debido al daño en el lóbulo parietal, estas personas
no pueden enfocar la atención en objetos individuales. Dado un estímulo que requiere la
combinación de características, las personas que padecen el síndrome de Balint no pueden
enfocar la atención el tiempo suficiente para combinar las características, brindando apoyo para
esta etapa de la teoría

Para probar la idea de que la atención juega un papel vital en la percepción visual, Treisman y
Schmidt (1982) diseñaron un experimento para demostrar que las características pueden existir
independientemente una de la otra al inicio del procesamiento. A los participantes se les mostró
una imagen con cuatro objetos ocultos por dos números negros. La pantalla se iluminó durante
una quinta parte de un segundo seguido de un campo de enmascaramiento de puntos aleatorios
que apareció en la pantalla para eliminar "cualquier percepción residual que pudiera permanecer
después de que se apagaran los estímulos".1 Los participantes debían informar los números
negros vieron en cada lugar donde habían estado las formas anteriormente. Los resultados de este
experimento verificaron la hipótesis de Treisman y Schmidt. En el 18% de los ensayos, los
participantes informaron haber visto formas "formadas por una combinación de características de
dos estímulos diferentes",2incluso cuando los estímulos tenían grandes diferencias; esto se refiere
a menudo como una conjunción ilusoria. Específicamente, las conjunciones ilusorias ocurren en
varias situaciones. Por ejemplo, puede identificar a una persona que pasa con una camisa roja y un
sombrero amarillo y transformarla rápidamente en una que use una camisa amarilla y un
sombrero rojo. La teoría de integración de características proporciona una explicación para las
conjunciones ilusorias; Debido a que las características existen independientemente unas de otras
durante el procesamiento temprano y no están asociadas con un objeto específico, pueden
combinarse fácilmente de forma incorrecta tanto en la configuración del laboratorio como en
situaciones de la vida real.

Cuando se identifican las letras durante la lectura, no solo se recogen sus formas sino también
otras características como sus colores y elementos circundantes. Las letras individuales se
procesan en serie cuando se unen espacialmente con otra letra. Las ubicaciones de cada
característica de una letra no se conocen de antemano, incluso cuando la letra está frente al
lector. Dado que la ubicación de las características de la letra y / o la ubicación de la letra es
desconocida, los intercambios de características pueden ocurrir si uno no está enfocado
atentamente. Esto se conoce como enmascaramiento lateral, que en este caso se refiere a una
dificultad para separar una letra del fondo

Investiga acerca de los principales Mecanismos que permiten el


funcionamiento de la atención:

La atención es un proceso psicológico básico e indispensable para el procesamiento de la


información de cualquier modalidad (imágenes, palabras, sonidos, olores, etc.) y para la
realización de cualquier actividad. Su función es seleccionar del entorno los estímulos que son
relevantes para llevar a cabo una acción y alcanzar unos objetivos (Ríos-Lago et al., 2007). Ayuda,
facilita y participa en todos los procesos cognitivos superiores (Londoño, 2009). Es un proceso
activo, no estático (Luria, 1984), que depende de los intereses, expectativas y experiencias previas
del sujeto, por lo que exige una alta implicación conductual y emocional por parte del individuo.
Obviamente, la motivación analizada anteriormente La motivación: bases fundamentales tiene un
papel relevante en la capacidad atencional ya que impulsa nuestra conducta según los objetivos,
intenciones, expectativas y/o premios que se quieran conseguir (Garrido, 2000). 

No es un proceso unitario sino un conjunto de diferentes mecanismos que trabajan de forma


coordinada. Se trata, pues, de un sistema complejo de subprocesos específicos que incluye
percepción selectiva y dirigida, interés por una fuente particular de estimulación y esfuerzo o
concentración sobre una tarea para poder realizarla lo mejor posible, así como memoria a corto y
largo plazo.  Constituye el “mecanismo de activación o alerta de los procesos cognitivos”
(Fernández-Trespalacios, 2004). Por todo ello, la atención es una función neuropsicológica que
exige un esfuerzo neurocognitivo, precede a la percepción, a la intención y a la acción y tiene un
papel importante en la capacidad de memoria y aprendizaje.

Ver o escuchar, atender y percibir no son procesos sinónimos. Atender o prestar atención nos
permite enfocar los órganos de los sentidos sobre determinada información y focalizar
selectivamente nuestra consciencia, filtrando y rechazando la información que no es deseada para
la realización de una tarea que se lleva a cabo, resolver la competencia entre estímulos para su
procesamiento en paralelo, temporizar las respuestas apropiadas, controlar la conducta y facilitar
la percepción, memoria y aprendizaje  (Cooley y Morris, 1990; Bench et al., 1993; Desimone y
Duncan, 1995). 

La cantidad de información exterior a la que continuamente nos vemos sometidos excede la


capacidad de nuestro sistema nervioso para poder procesarla por completo; por ello, es necesario
que exista un mecanismo neuronal regulador que seleccione y organice las percepciones para una
efectiva recepción de la información (Broadbent, 1958; Mesulam, 1985; Desimone y Duncan;
1995; Estevez-González et al., 1997). También, dicha recepción procede de factores internos tales
como las expectativas, motivos e intereses personales. Por ello, de toda la información disponible
en el medio externo e interno, sólo puede ser procesada una pequeña fracción en un tiempo dado
(Perea y Ardila, 2009). La atención, por tanto, es el mecanismo regulador que, además de regular
la entrada de información, está también implicada en su procesamiento (Cooley y Morris, 1990).

A grandes rasgos, la atención se puede dividir en dos grandes bloques: a) la atención voluntaria,
que depende del individuo y de sus motivaciones personales, y b) la atención involuntaria,
producida por la atracción del medio eteriorucida por la atracci de sus motivaciones personales, y
b) la atencironales que interactón del medio exterior (Rosselló-Mir, 1996).

2.-Características de la atención

Son de destacar las siguientes:


La intencionalidad que ayuda a activar, enfocar y mantener la atención en lo que es relevante para
el aprendizaje actual o posterior

Las expectativas del individuo como función activadora y selectiva de la atención, cuyo


componente anticipatorio, incide e influye significativamente en la atención, así como en la
percepción y la cognición en general

la activación  o puesta en marcha y mantenimiento de los procesos cognitivos de procesamiento


de la información

La orientación o capacidad de dirigir los recursos cognitivos a objetos o acontecimientos de


manera voluntaria, por ejemplo, decidir leer o escuchar música

La focalización o habilidad en centrarse en uno o unos cuantos estímulos a la vez. Es decisivo el


significado de los estímulos y sentido de la tarea para el sujeto

La concentración  se refiere a la cantidad de recursos de atención que se dedican a una actividad


en concreto

La flexibilidad  se refiere a la capacidad para cambiar corrientes de pensamiento y acción con el


objetivo de responder a situaciones de diferentes maneras

La ciclicidad  se refiere a la capacidad de atención según los ciclos básicos de actividad y descanso

La estabilidad  o mantenimiento de la atención se refiere al tiempo que una persona permanece


atendiendo a una información o actividad.

Estas características ayudan a comprender mejor el funcionamiento de la atención, tanto en la


realización de las tareas como en la adaptación que hace el individuo en cuanto a la dificultad o
facilidad para poder realizarlas (Rivas, 2008).  Por ello, la respuesta al entorno depende en gran
medida del proceso atencional, el cual participa en la codificación y el análisis de información de
variada modalidad sensorial (Londoño, 2009). 

Hemos de diferenciar dos dimensiones de la atención: la intensidad y la selectividad.


La intensidad tiene relación con el “grado de concentración” hacia una tarea o acontecimiento, así
como la capacidad de atención sostenida. Ésta variará principalmente en función del grado de
interés y el significado de la información. La selectividad se divide en focalizada y dividida.

En síntesis, la capacidad atencional se encarga de seleccionar de entre varios estímulos “el” o “los”
más relevantes y, a su vez, ayudar a mantener la atención por períodos de tiempo limitado, e
incluso alternando pasando de una tarea a otra, con el fin de lograr un objetivo (Londoño, 2009).

3. Tipos de atención

James (1890) fue el primero en hablar de la naturaleza múltiple de la atención; desde entonces,
otros muchos autores han intentado describir los componentes que la conforman (Posner y
Petersen, 1990; Ríos-Lago et al., 2004). La mayoría de investigadores están de acuerdo en que la
atención no es simple ni única (Mesulam, 1986; Allport, 1993; Sohlberg y Mateer, 2001). Por ello,
se han descrito al menos 9 tipos distintos de atención:

Alerta o “arousal”, vigilia o consciencia: corresponde al nivel de consciencia determinado o grado


de alerta, en contraposición al sueño o al estado comatoso. Es la capacidad de estar despierto y
mantener la alerta.

Span atencional o amplitud de atención: especifica el número de estímulos o elementos evocados


(golpes rítmicos, dígitos) que somos capaces de repetir inmediatamente tras la presentación de la
información, distinguiéndose diferentes modalidades (acústica, auditiva-verbal, visuoespacial).

Atención selectiva o focalizada: es la habilidad mediante la cual podemos enfocar la atención en


una sola fuente de información o bien en la realización de una tarea, mientras se ignoran los
distractores que pueden interferir. Permite seleccionar, de varias posibles, la información
relevante a procesar. Este tipo de atención se utiliza cuando, por ejemplo, un niño tiene que
escuchar en clase las explicaciones del profesor e ignorar los ruidos externos que provienen del
patio.

Atención de desplazamiento: es la capacidad de enfocar o desenfocar información prioritaria


existente en una u otra área del mismo o diferente hemicampo visual.

Atención serial:  es necesaria para llevar a cabo tareas de búsqueda y cancelación de un estímulo


repetido entre otros que ejercen de distractores. Se trata de un subproceso de la atención
selectiva.

Atención alternante: es la habilidad que requiere o implica redirigir la atención y cambiar


rápidamente en función de la demanda de las tareas, es decir, la capacidad que permite poder
cambiar el foco atencional entre tareas que implican requerimientos cognitivos diferentes
(Sohlberg y Mateer, citados por Ríos-Lago et al., 2007). Es precursora de la atención dividida .

Atención dividida: dual o compartida, es la capacidad de responder simultáneamente a un doble


estímulo, es decir, la capacidad de atender a dos cosas al mismo tiempo. Se trata de distribuir los
recursos atencionales entre diferentes tareas (Sohlberg y Mateer, citados por Ríos-Lago et al.,
2007). Este tipo de atención es la que permite a un niño escuchar en clase, tomar apuntes y
reaccionar ante algún acontecimiento imprevisto que surja. Por tanto, requiere cierto dominio de
las tareas a realizar, es decir, es necesario haberlas practicado suficientemente para volverlas
automáticas o independientes de la atención (Schneider y Shiffrin, 1977).

Atención de preparación: es el proceso atencional para llevar a cabo una operación cognitiva,
movilizando los esquemas o respuestas más apropiadas a la tarea que tenemos que hacer, y que
implica la activación de las zonas cerebrales donde debe realizarse el proceso neurocognitivo

Atención sostenida o capacidad atencional, concentración o vigilancia: es la capacidad de


mantener una respuesta de forma consistente durante un período prolongado de tiempo. Por
ejemplo, atender la explicación en clase durante al menos 45 minutos. Para conseguir mantener la
atención de manera eficaz es necesario que haya unos niveles mínimos de activación, a pesar de
que existan ciertas fluctuaciones o cambios de intensidad de atención. En este tipo de atención
pueden englobarse distintos aspectos: el mantener la atencion, a lo largo del tiempo, la
organización y autodirección del proceso y la cantidad de esfuerzo o intensidad de la atención .

Inhibición o capacidad de inhibir respuestas automáticas o naturales. Por ejemplo, para llevar a
cabo el test de Stroop (Golden, 2001) en el que es necesario inhibir la respuesta a la lectura de una
palabra, que es el nombre de un color, para dar prioridad al color con la que se encuentra escrita.

Sin la capacidad de atención, nuestra percepción, memoria y aprendizaje o no tendrían lugar o se


empobrecerían. La atención ha sido uno de los últimos procesos complejos cerebrales en adquirir
la categoría de "función cerebral superior". Hoy en día se le da mucha importancia, así como en su
día se le dio al lenguaje, a la memoria y al aprendizaje.

4. Modelos teóricos de la atención

La atención es un estado neurocognitivo cerebral de preparación que precede a la percepción y a


la acción, y el resultado de una red de conexiones corticales y subcorticales de predominio
hemisférico derecho (Posner y Petersen, 1990; Estévez-González et al., 1997). Sin atención no
sería posible almacenar información en la memoria ni acceder al aprendizaje. Por otra parte existe
una clara relación entre atención, funciones ejecutivas e inteligencia (Charlton et al., 2008; Rabbit
et al., 2007).

En la atención se integran componentes perceptivos, motores y límbicos o motivacionales, por lo


que la complejidad conceptual, neuroanatómica y neurofuncional de la atención hace que no
pueda quedar reducida a una simple definición, ni ligada a una única estructura anatómica o
explorada con un simple test o prueba (Mesulam, 1990). Se trata, pues, de un conjunto de
procesos complejos sustentado por diferentes redes neuronales que interactúan entre sí.

Desde un punto de vista neurofuncional, y en un intento de clarificar y organizar tanta diversidad


de concepciones sobre la atención, Posner (Posner y Petersen, 1990; Posner y Rothbart, 1991;
Posner y Dehaene, 1994)  propuso una estructura teórica útil en el contexto clínico. El modelo
defiende que dicha variedad de manifestaciones atencionales está producida por sistemas
atencionales separados aunque relacionados entre sí. Fuentes y Lupiáñez (2003) postulan la
existencia de tres redes atencionales: de alerta, de orientación y ejecutiva, que trabajan de forma
coordinada y complementaria.

La red de alerta  tiene que ver con los aspectos intensivos de la atención, la vigilancia en la
preparación atencional dirigida a un objetivo. En este sistema, el hemisferio derecho y las regiones
contralaterales asumen un papel importante (Fan et al., 2005). También incluye el denominado
“arousal” que representa el suministrador del tono atencional y que se refiere a la activación
general inespecífica de carácter involuntario, basado en una red córticosubcortical del hemisferio
derecho, en la que el cíngulo anterior funciona como coordinador central (Bruna et al., 2011). Esta
red de alerta se sustenta en la corteza prefrontal y parietal derechas jugando un papel importante
en tareas en las que el sujeto debe mantener la atención durante ciertos períodos de tiempo. El
papel “ejecutivo” de la corteza prefrontal derecha sería el de supervisor y regulador de los niveles
de “arousal”, posiblemente junto con la participación del cíngulo anterior y otras estructuras
mediales frontales

Las redes neuronales atencionales en el cerebro.

Cuando determinamos el funcionamiento neuropsicológico analizando el comportamiento
observable de un sujeto, deducimos a partir de éste el funcionamiento real del cerebro.

La corteza prefrontal se encarga de la función ejecutiva: cómo planificar una acción, iniciarla,
regular si se está haciendo mal o bien, darse cuenta de los errores y corregirlos, ver si se está
siguiendo un plan, evitar distracciones por estímulos irrelevantes, rechazar interferencias, ser
flexible si las circunstancias cambia, y ser capaz de acabar una acción iniciada.

Cuando observamos la conducta de los niños/as con trastorno por déficit de atención e


hiperactividad (TDAH), observamos que comenten errores en estas áreas y presentan dificultades
a la hora de realizar la mayoría de estas acciones. Esto se debe a que el funcionamiento cerebral
subyacente de los afectados con TDAH está caracterizado por una menor actividad funcional y un
menor tamaño en esta córtex prefrontal responsable de estas acciones

Le cerebro tiene circuitos especiales para cada una de sus diferentes funciones. Los circuitos de la
atención están en la corteza cerebral de la zona frontal, en el área llamada pre frontal, y que
controlan la memoria de trabajo, la atención, la atención y la inhibición de las respuestas.
(Soutullo y Díez, 2007.)

También en los niños con TDAH, los circuitos y los grupos de neuronas que controlan la atención
son de menor tamaño y menos activos (hipofunción neuronal). En las personas con TDAH al
presentar esta función deficiente en estos circuitos, el cerebro compensa activando otras zonas
(zonas emocionales, zonas motoras), lo que hace que el procesamiento de los datos sea
defectuoso (Soutullo y Díez, 2007).

Los dominios de la atención

La realización exitosa de una tarea depende de la capacidad del sujeto de poner su atención en
dicha tarea, seleccionar las partes importantes, localizar los posibles problemas, atender a los
detalles e inhibir los elementos distractores y que nos alejan del objetivo o meta.

La atención se divide en dominios en función del objeto de la atención y la respuesta atencional o


el grado o nivel de atención del sujeto. Cada dominio de la atención tiene su función e importancia
a la hora realizar una tarea, y cada acción o tarea requiere de un tipo de atención u otra.

Arousal o estado de alerta: Es la capacidad de estar despierto y de mantener la alerta. Es la


activación fisiológica del organismo. Se trata de una respuesta de activación primaria. Se activa
ante un estímulo muy relevante, atractivo, novedoso o ante una situación de peligro. También
Implica la capacidad de seguir estímulos u órdenes.

Atención focalizada: Habilidad para enfocar la atención a un estímulo visual, auditivo o táctil. No


se valora el tiempo de fijación al estímulo, sino la capacidad de redirigir el foco atencional hacia el
estímulo correcto.

Atención sostenida: Es la capacidad de mantener una respuesta  de forma consistente durante un


período  de tiempo prolongado. Se divide en dos  subcomponentes: se habla de vigilancia cuando
la tarea es de detección de un estímulo y de concentración cuando se refiere a otras tareas
cognitivas. La atención sostenida se relaciona de manera directa con la memoria de trabajo
especialmente en tareas que implican el mantenimiento y manipulación de información de forma
activa en la mente (operaciones matemáticas, cálculo, gestión de alternativas...).

Atención selectiva: Es la capacidad para seleccionar, de entre  varias posibles, la información


relevante a  procesar o el esquema de acción apropiado, inhibiendo la atención a unos estímulos
mientras se atiende a otros. Los  pacientes con alteraciones en este nivel  sufren numerosas
distracciones, ya sea por estímulos externos o internos.

Atención alternante: Es la capacidad que permite cambiar el  foco de atención entre tareas que
implica requerimientos cognitivos  diferentes, controlando qué información es procesada en cada
momento. Las alteraciones de este nivel impiden alternar la atención entre varias fuentes
estimulares no siendo capaces de de intercalaar la atención cuando debemos de prestar atención
a más de un estímulo. 
Atención dividida: Capacidad para atender a dos cosas al mismo tiempo. Es la capacidad de
realizar  la selección de más de una información a la vez o de más de un proceso o esquema de
acción simultáneamente. Es el proceso que permite distribuir los recursos de una misma.

Mecanismos que permiten el funcionamiento de la atención: las redes neuronales atencionales

Para que un estímulo del exterior entre en nuestro de campo de atención y sea procesado
correctamente es preciso que estos circuitos atencionales pongan en funcionamiento una den una
serie de mecanismos para realizar correctamente la acción de atender.

Las fuentes de atención se divide por tanto en estos tres mecanismos o sistemas anatómicos y
funcionales independientes y diferenciados: orientación o selección, vigilancia y control ejecutivo,
que a su vez se divididos en redes funcionales, esto es redes neurales que se relacionan
integrando diferentes áreas de la atención.

Las tres redes son independientes pero funcionan de manera interrelacionada:

El Sistema reticular: El primero es el Sistema Reticular o Sistema de Alerta. Corresponde a la


atención más básica o primaria y lo regula el sistema reticular activador y sus conexiones
talámicas, límbicas, frontales y de los ganglios basales. Estas áreas se comunican a través de
la dopamina. Es la habilidad para mantener la atención consciente o vigilancia durante largos
períodos de tiempo. La vigilancia o atención sostenida, asegura que esas metas se mantendrán en
el tiempo. Existe evidencia de que el componente de selección y el de atención sostenida pueden
ser procesos opuestos en cierto sentido, que aseguran un equilibrio atencional en el organismo.
Por ejemplo, cuando este sistema falla o sufre alteraciones, como en el caso de los TDAH, la
persona no es capaz  de mantener su atención en una tarea durante períodos de tiempo
relativamente prolongados y por tanto la probabilidad de obtener un mal resultado en la
resolución de la tarea es mayor (un examen, a la hora de hacer los deberes, a la hora de atender
en clase, etc.) Es importante apuntar que esta red de vigilancia influye tanto en la red anterior
(S.A.A) como en la posterior (S.A.P) de forma que se incrementa la actividad en una o en otra de
forma  alternativa. Así, a más activación de una red, menos de la otra.

El Sistema Atencional Posterior (S.A.P.): esla atención focalizada/selectiva. Este sistema nos


proporciona la capacidad de atención deliberada o atención ejecutiva, o dirigida a la acción. Lo
integran zonas del cingulado anterior, las zonas prefrontales dorsolaterales y el núcleo caudado
Estas áreas se comunican a través de la noradrenalina (neurotrasmisor). La atención selectiva es
sin duda el mecanismo más estudiado del campo de la atención. Sin  este mecanismo de selección,
los organismos no estarían bien equipados para hacer frente a las diversas fuentes de estimulación
distractoras del entorno (Parasuraman, 1998). Debido a las limitaciones en la capacidad atencional
debemos filtrar y jerarquizar la relevancia de los estímulos, localizando y seleccionando aquel
estímulo que consideramos objetivo-meta frente a los demás estímulos del ambiente. Conlleva un
componente más ejecutivo que lleva a cabo la resolución de los conflictos en las respuestas.
Gracias  a los mecanismos de inhibición, podemos seleccionar y clasificar los estímulos de entrada
seleccionando el que nos interesa procesar, e inhibiendo la respuesta hacia aquellos que
consideramos innecesarios. En el caso de los afectados con TDAH, los fallos en los sistemas de
control, inhibición y atención, hacen que tengan más dificultades a la hora de seleccionar y aislar
un estímulo determinado frente a otros estímulos distractores, lo que deriva en un procesamiento
erróneo y sesgado de la información, aprendizajes incorrectos y distractibilidad en el rendimiento
de una tarea específica.

El Sistema Atencional Anterior (S.A.A.): El S.A.A juega un papel importante en el procesamiento


de la información interna. Se trata de un procesamiento reflexivo, voluntario, flexible y orientado
a una meta y dirigido por el SAP, en el que el SAA actúa como un instrumento. El SAA se subdivide
en tres tipos de atención: la Atención Selectiva, la Atención Sostenida y la Atención Dividida.  Las
bases neuroanatómicas del SAA se asientan fundamentalmente en el córtex prefrontal y en sus
múltiples conexiones con otras áreas subcorticales, como los ganglios basales (Cummings, 1993).
Estas áreas se comunican a través de la noradrenalina (neurotrasmisor). El SAA representa por
tanto, el Mecanismo de Control, es decir, la habilidad para mantener el procesamiento de la
información en el tiempo con la presencia de distractores. Implica mantener la conducta
consciente dirigida a metas-objetivos. Se trata de un mecanismo que debe activarse de manera
controlada y consciente, ya que la información puede que tenga que ser detenida temporalmente
y luego retomada, puede haber otras actividades paralelas, y en el futuro puede que tengan que
llevarse a cabo algunas tareas con información que hemos almacenado previamente. Estas
operaciones las lleva  acabo la memoria de trabajo. El mecanismo de control depende de la
capacidad de la persona de esforzarse y de la motivación sobre la tarea. En el caso de los TDAH,
que ante la presencia de una tarea que requiere inicialmente de un esfuerzo atencional grande de
mantener la atención, mantienen el control de la atención en los primeros minutos, pero ese nivel
de activación y control sobre la atención va disminuyendo hasta que pierden casi totalmente la
capacidad atencional (se distraen, de fijan en otras cosas, pierden en el hilo, se aburren?). 

Fallo atencional en el TDAH

Por tanto, en los afectados por TDAH se producen alteraciones anatómico-funcionales a nivel de
las estructuras cerebrales (corteza frontal, zonas prefrontales, el tálamo, las zonas dorsolaterales,
núcleo caudalado, ganglios basales...), sino que también se producen deficiencias a nivel de las
redes neuronales atencionales y los circuitos reguladores de las sustancias encargadas de trasmitir
la información: los neurotransmisores dopamina y noradenalina, especialmente en la zona
prefrontal y ganglios basales.

Estas alteraciones producen fallos a nivel de los diferentes dominios atencionales, especialmente
de la atención selectiva y la atención sostenida, especialmente en el caso de los TDAH inatento, la
sintomatología principal está caracterizada por este aspecto.
Electrofisiología y atención humana

En las últimas décadas, los avances en el estudio del cerebro han revelado importantes datos al
respecto. Los estudios histológicos llevados a cabo por Cajal, Golgi, Brodmann y Vogt, entre otros,
revelaron datos transcendentales acerca de la estructura cerebral. Concretamente, los estudios
postmorten realizados por estos autores revelaron datos importantes, tanto a nivel macroscópico
como microscópico de esta estructura. Sin embargo, los datos más relevantes acerca de esta
función, se han obtenido a partir de estudios clínicos, como lo llevado a cabo
por Wernicke o Broca. No obstante, los datos más significativos acerca de la función cerebral
fueron aportados por cirujanos como Penfield.

¿Qué es la electrofisiología?

En la actualidad, el fin último de la Neurociencia es comprender los mecanismos que subyacen a la


actividad cerebral con el objetivo de idear diferentes métodos que ayuden a reparar esta actividad
en distintas situaciones. Para ello, las investigaciones se han basado en el estudio de la actividad
cerebral de neuronas individuales. Se trata, por tanto, de investigaciones englobadas en el campo
de la electrofisiológica, centradas fundamentalmente en el estudio de las propiedades eléctricas
de las células y los tejidos biológicos. Dentro de este campo, se incluye medidas de cambio de
voltaje o corriente en una variedad amplia de escalas, desde el simple canal iónico de proteínas
hasta órganos completos, como el cerebro. Asimismo, en el campo de la Neurociencia, la atención
se ha centrado en el estudio de la actividad eléctrica de neuronas, y particularmente de los
potenciales de acción. Además, en este campo se incluyen registros de señales eléctricas a gran
escala procedentes del sistema nervioso. En resumen, podríamos decir que la electrofisiología nos
permite conocer la función cerebral desde un nivel microscópico, a través del registro de la
actividad neuronal individual; hasta un nivel macroscópico mediante el registro de la actividad
cerebral al completo. 

Estudios electrofisiológicos

La mayoría de estos estudios se han llevado a cabo en animales, pues el registro de la actividad en
humanos está muy limitado, ya que estos son métodos invasivos que únicamente pueden llevarse
a cabo en determinadas situaciones. Sin embargo, estas intervenciones son de vital importancia ya
que revelan aspectos de la cognición que no pueden ser revelados a través de las investigaciones
con animales, como por ejemplo el lenguaje, la memoria episódica, la imaginación o la
consciencia, entre otros.

Ventajas de la electrofisiología

Este conjunto de técnicas posee numerosas ventajas frente a otras técnicas. Sin embargo, su
aplicación también presenta una serie de inconvenientes, los cuales han de tenerse en cuenta a la
hora de determinar qué tipo de técnica es la más útil.
Señal: permite el registro tanto de poblaciones neuronales como de neuronas individuales. Esto
supone una gran ventaja frente a técnicas como la resonancia magnética funcional o la tomografía
por emisión de positrones, las cuales aportan información acerca del flujo sanguíneo,
indirectamente vinculado a la actividad eléctrica.

Resolución espacial y temporal: el registro de la actividad cerebral puede llevarse a cabo dentro de
un diámetro de pocos milímetros. Además, los registros invasivos tienen la capacidad de
detectar fenómenos dinámicos que cambian en el tiempo en una escala de milisegundos,
equivalente a la actividad cerebral. Esto supone una gran ventaja frente a técnicas como la
resonancia magnética la cual aporta información acerca de las lentas fluctuaciones
hemodinámicas que tienen lugar en una escala de tiempo equivalente a segundos.

Ruido de señal: las técnicas invasivas tienen un menor ruido de señal comparado con diferentes
métodos no invasivos como la electroencefalografía o la magnetografía; métodos más sensibles a
determinados factores como el movimiento o el parpadeo de los ojos. Además, éstos aportan una
señal más débil pues la señal ha de atravesar el cráneo y el cuero cabelludo hasta alcanzar el
electrodo de registro.

Distribución espacial: los registros invasivos permiten registrar la actividad en múltiples zonas


cerebrales de forma simultánea.

Cognición humana: estas técnicas permiten conocer aspectos de la cognición que no son posibles


conocer mediante las técnicas no invasivas, como por ejemplo el lenguaje, la memoria episódica,
la voluntad y las emociones. Aspectos de la cognición que carecen de modelos animales
experimentales. 

Limitaciones de la electrofisiología

Sin embargo, no todo son ventajas. Este conjunto de técnicas también posee un conjunto de
limitaciones, las cuales detallamos a continuación:

Sujetos: sólo pueden ser sometidos a este tipo de registros aquellos pacientes con diferentes
patologías. Por lo tanto, los resultados de dichas grabaciones no pueden ser generalizados a
personas sanas.

Tiempo de estudio: el tiempo de estudio es limitado. Por ello, es prácticamente inconcebible


hacer experimentos prologados en el tiempo. Dependiendo del tipo de grabación, la duración de la
sesión experimental puede oscilar entre 15 y 40 minutos.

Medicación: la medicación puede afectar al registro de la actividad cerebral. Esto puede ser
controlado registrando la actividad en un periodo libre de medicación o mediante el registro de
diferentes pacientes medicados con distintas sustancias.
Homogeneidad de los sujetos: la muestra en comparación con sujetos controles suele ser
heterogénea, en relación a la edad, las habilidades cognitivas y los niveles de desempeño de la
tarea.

Conclusiones

En la actualidad, debido a las limitaciones de los métodos invasivos, estos registros han sido
complementados con procedimientos no invasivos. Esto procedimientos permiten obtener datos
acerca de la estructura y la función del cerebro. Hecho que, ha promulgado un importante número
de investigaciones centradas en analizar la relación existente entre el funcionamiento cerebral y el
comportamiento. Dentro de estas técnicas podemos encontrar dos tipos: estructurales y
funcionales. En el primer grupo encontramos la tomografía computerizada, la resonancia
magnética y el tensor de imagen por difusión, las cuales aportan imágenes cerebrales estáticas.
Mientras que, en el segundo grupo encontramos la electroencefalografía, la
magnetoencefalografía, la tomografía por emisión de positrones y la resonancia magnética
funcional, las cuales aportan información acerca de la dinámica temporal cerebral mientras los
sujetos realizan diferentes tareas.

Neuroimagen funcional y estimulación magnética transcraneal. De estos


procedimientos ¿cuál consideras tú que es el más abarcador y por qué? 

Estimulación magnética transcreaneal y neurocirugía

La EMT puede utilizarse para la evaluación preoperatoria de áreas específicas del cerebro.

Antes del procedimiento quirúrgico es necesario identificar el hemisferio dominante, localizar las
áreas del lenguaje o las áreas motoras. La combinación de EMT y la resonancia magnética
funcional pueden ayudar en dichas localizaciones.

La EMT repetitiva de alta frecuencia sobre el hemisferio dominante puede inducir un stop del
habla que ayuda a localizar las áreas relacionadas con el lenguaje Tokimura 23 describió un método
más sencillo para identificar el hemisferio dominante, con un único pulso magnético que medía el
aumento de la excitabilidad motora cortical del hemisferio dominante pero no del no dominante
durante tareas de lenguaje. La correlación de estos resultados con los del amobarbital
intracarotídeo (test de Wad) es alta pero no satisfactoria para un estudio prequirúrgico.
Es importante monitorizar la integridad de la vía motora central durante la cirugía para conseguir
mejorar los resultados quirúrgicos. El registro único de los potenciales somato sensoriales no es
totalmente satisfactorio ya que un daño en la columna anterior o lateral pueden causar parálisis
sin afectar a la columna posterior y por tanto sin alterar los potenciales somatosensoriales.

Los PEM pueden verse afectados por los anestésicos inhalados. Pueden suprimir las ondas
indirectas. El desarrollo de nuevos anestésicos y la estimulación repetitiva a alta frecuencia
pueden mejorar los registros.

En los procedimientos quirúrgicos en la vecindad del corte motor, la EMT no ofrece una ventaja
real sobre la estimulación eléctrica directa, que puede realizarse más fácilmente en la sala de
operaciones; sin embargo, durante la cirugía de tronco del encéfalo y médula o para
intervenciones con anestesia espinal, la EMT puede ser más ventajosa debido a que es menos
dolorosa y puede ser mas focal que la estimulación eléctrica transcraneal.

Un tren de pulsos de EMT de la misma intensidad aplicado en una determinada área del cerebro y
a una frecuencia que puede variar desde una a veinte estímulos por segundo, se conoce como
EMT repetitiva (EMTr). Cuanto mayor es la frecuencia del pulso y la intensidad de la estimulación,
mayor es la disrupción de la función cortical durante el tren de estímulo. Sin embargo, después de
este efecto inmediato, un tren de estimulación repetitiva puede también inducir un cambio en la
excitabilidad cortical. Este efecto puede ir desde inhibición hasta facilitación, dependiendo de las
variables de estimulación, principalmente de la frecuencia de estimulación. Frecuencias bajas, del
orden de 1 Hz, puede suprimir la excitabilidad del córtex motor, mientras que trenes de
frecuencias del rango de 20 Hz pueden producir un incremento temporal de la excitabilidad
cortical24.

Varios estudios combinando EMTr y técnicas de neuroimagen funcional han detectado descenso o
incremento del flujo sanguíneo cerebral y el metabolismo en el área estimulada después de trenes
de estimulación a bajas o altas frecuencias respectivamente 25.

Los mecanismos de la modulación de la excitabilidad cortical no están claros. La potenciación o


depresión a largo tiempo de las sinapsis corticales o mecanismos neuronales relacionados han sido
sugeridas como posibles mecanismos para explicar los efectos de la EMTr a altas y bajas
frecuencias respectivamente. Estudios con animales sugieren que la modulación de los trasmisores
y la inducción genética pueden contribuir a esos efectos modulatorios de la EMTr.

Uso terapéutico

El tratamiento de la depresión es el efecto más ampliamente estudiado de la aplicación clínica de


la EMTr. Se ha visto que puede producir un beneficio en el 40% de pacientes con medicaciones
resistentes a la depresión26.
Se han hecho estudios en pacientes con enfermedad de Parkinson en los que EMTr a altas
frecuencias mejoraba la función de la mano contra lateral.

También en distonías, en las que se sugiere que existe una hiperexcitabilidad del córtex motor o
un fallo de la inhibición intracortical, se ha utilizado EMTr a 1 Hz en el calambre del escribiente.

Varios estudios han utilizado estimulaciones a bajas frecuencias para el tratamiento de epilepsias
mal controladas con fármacos y en el mioclonus cortical. En todos estos estudios, sólo en pocos
pacientes se han encontrado resultados positivos y los hallazgos son contradictorios.

La recuperación tras un accidente cerebrovascular puede verse influido favorablemente por la


EMTr, suprimiendo la plasticidad cortical maladaptada y promoviendo una actividad cortical
adecuada para promover la neurorehabilitación. Estas observaciones son prematuras
para promoverlas como aplicación terapeútica. Sin embargo, la EMTr de regiones de
interés detectadas en imágenes funcionales, puede poner de relieve las propiedades de
los cambios plásticos de los circuitos corticales y pueden darnos pistas de las futuras
intervenciones clínicas

Consideraciones de seguridad

Efectos adversos tras EMT de un solo pulso sobre el córtex motor es muy rara. El efecto
potencialmente adverso que han provocado más inquietud hasta ahora ha sido epilepsia,
aunque teóricamente el riesgo es remoto. Varios miles de pacientes han sido sometidos a
estimulación eléctrica y magnética pero solamente se han descrito aisladas crisis focales.

En contraste, no hay discusión que EMTr a altas frecuencias pueden producir crisis en
sujetos normales además de en pacientes con alteraciones neurológicas. La evaluación
de los parámetros de estímulo pertinente a la inducción de las crisis (intensidad del
estímulo, frecuencia, y la duración del tren y la frecuencia) ha llevado a unas específicas
recomendaciones y una guía para EMTr27.

Teóricamente, estructuras metálicas implantadas dentro del cráneo (clips de aneurismas)


pueden moverse por la fuerza mecánica de la corriente inducida, aunque es muy
improbable. Es razonable tener en cuenta ambos, epilepsia y neurocirugía previa como
una relativa más que absoluta contraindicación de la estimulación.

Hay que tener precaución con los implantes cocleares. Se ha sugerido que los artefactos
acústicos de la bobina del estimulador magnético pueden producir pérdida auditiva y se
recomienda el uso de tapones. Esto es importante en niños de corta edad en los que la
distancia bobina-oído es muy pequeña.

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