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La historia oficial

En esta obra cinematográfica que esta ambientada en 1985 cuando argentina atravesaba los
últimos meses de una dictadura militar, y un país al estar en crisis por la derrota en la guerra de
las Malvinas, en la primera media hora de la película podemos observar aun matrimonio
compuesto por Alicia una profesora de historia con un papel importante en la historia y su esposo
Roberto quien es un hombre de negocios, ambos son los padres adoptivos de Gaby a quien le van
a celebrar sus 5 años.
Poco a poco, de forma sutil, vamos sabiendo el drama que atormenta a Alicia: el hecho de no
poder tener hijos (la angustia de la Jacinta galdosiana y de la Yerma lorquiana) y el desconocer
cuáles son los padres biológicos de Gaby. Resultan significativas las actitudes contrapuestas que
la pareja transmite ante el origen de Gaby: el silencio de Roberto, que defiende el olvido para
poder seguir viviendo en un ficticio confort familiar; la incertidumbre de Alicia, que lucha por
conocer la verdad del pasado de la niña, aunque eso implique la destrucción de su propio
matrimonio.
Los dos espacios principales de La historia oficial son la casa de Alicia y Roberto, en la que
viven con Gaby, y el instituto donde Alicia imparte Historia de Argentina. El hogar se articula
como un ambiente familiar, mientras que el centro educativo se conecta con la esfera
sociopolítica. Conviene destacar el equilibrio narrativo entre las escenas familiares y las
educativas. A través de las secuencias en el aula podemos notar la evolución del personaje de
Alicia, que a nivel temático constituye una de las piedras angulares del filme. En el arranque de
la película, Alicia se muestra como una docente experimentada, que les advierte a los alumnos de
los tres principios fundamentales de su enseñanza: «No me gusta perder el tiempo; creo en la
disciplina; no regalo las notas». Alicia no es un personaje político (y al carecer de una ideología
marcada contribuye a su propia humanización y grandeza ética), pero en el inicio del
largometraje su estilo docente concuerda con el orden forzado impuesto por la dictadura militar.
Algo que me gustaría resaltar es a rebelión de Alicia ante Roberto se asocia metafóricamente a la
rebelión de muchos argentinos (las Abuelas de la Plaza de Mayo son el ejemplo más vivo) frente
al mantenimiento de la dictadura, luchando día a día por el retorno de la democracia y las
libertades. Norma Alejandro, leyenda del cine, la televisión y el teatro sudamericanos e
internacionales, fue designada presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias
Cinematográficas de la Argentina cuando este organismo se fundó, en 2004.
En lo que pude interpretar con respecto a la maestra de historia al principio es que era alguien
que creía solo en lo que veía y si alguien como el estudiante planteaba una teoría diferente o algo
no lo creía puesto que no tenía referencia bibliográfica alguna, ella creía en lo que leía en los
libros sin saber que los mismo que escriben esos libros, lo hacen por pura conveniencia y
desinformación, cuando la maestra junto con el alumno empezaron a indagar, ella misma se dio
cuenta de todo, de lo sucedido en las Malvinas y el como manipularon los documentos y los
libros de texto para que se enseñen cosas diferentes.
Progresivamente, a la vez que Alicia va clarificando las raíces de Gaby y de los mecanismos
dictatoriales, se evidencia un distanciamiento notable con su marido. Roberto se muestra
preocupado, bebe más de la cuenta, se enfrenta a problemas laborales (su empresa, sostenida con
fondos estadounidenses, puede disolverse: otro presagio del fin de la dictadura). Ante los
requerimientos de Alicia sobre cómo consiguió a Gaby le dice que no piense, que es mejor no
hablar de eso. Amnesia frente a memoria. Cuando la abuela de Gaby se presenta en su domicilio,
reacciona con violencia verbal: «Estás loca (a Alicia). ¿Quieres perder a la nena? Sácame a esta
vieja de mi casa».
El preludio de la escena terrible de malos tratos, en la que Roberto golpea a Alicia. La mujer
digna y valiente que ha encontrado la verdad de su historia, una verdad que muestra las
injusticias de la dictadura. Un matrimonio que se ha roto. Gaby está con la madre de Roberto. La
dignidad de Alicia, que coge el bolso, la chaqueta y se marcha del hogar. La puerta que se cierra
simboliza el próximo término de la dictadura.
Y el final, tan metafórico y emotivo, humanísimo. Gaby, sola, de noche, meciéndose en el patio,
mientras canta suavemente. La cámara se aleja poco a poco de la niña, manteniéndose la
melodía:
“En el país del no me acuerdo.
Doy tres pasitos y me pierdo.
Un pasito para allí,
no recuerdo si lo vi.
Un pasito para acá,
¡ay qué miedo que me da!”
Se trata de los versos de una canción infantil, En el país del no me acuerdo, de la poetisa y
cantautora argentina María Elena Walsh. Versos que sintetizan los miedos y angustias de muchos
niños y niñas, que se vieron privados del amor de sus padres. La inocencia de la infancia frente al
terror de la dictadura. Y Gaby que representa a tantos pequeños huérfanos de Argentina y de
otros países.

Cesar Fernandez
Id:1095200

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