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Demencias corticales
La incapacidad para el “yo” de operar la integración lógica de su conducta, con
la perdida de la función de juicio, se define como un trastorno fundamental de la
organización intelectual que se muestra al mundo con una nueva organización, como
un “yo demencial”. A pesar de la existencia de un yo vigilante, su estado de alerta se
halla alterado, carece de autocrítica y, el demente, está profundamente alienado de su
personalidad.
El hombre no tiene pensamiento, es su pensamiento, como organizador de su
mundo personal, es por ello que el demente ya no es histórico, su historia se ha
detenido.
Definición:
La demencia es un síndrome de comienzo gradual y progresivo de al menos
seis meses de pérdida de memoria con afectación de otras capacidades cognitivas,
incluyendo orientación, juicio y función ejecutiva, y que afecta a las actividades de la
vida diaria del paciente.
Es un deterioro progresivo de las capacidades que la persona había logrado
alcanzar; por ello es importante conocer la historia del paciente y relacionar el
deterioro con el potencial alcanzado y no solo compararlo con la población en general.
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Enfermedad de Alzheimer
Curso clínico:
Inicialmente, los pacientes se quejan de olvidar nombres que antes conocían y
recordaban. Es difícil determinar si esto representa el primer estadio de una
enfermedad progresivamente demencial o si tales síntomas representan tan solo la
manifestación de “olvidos seniles” estables y benignos.
La edad de inicio se ubica alrededor de los cincuenta años, manifestándose
una debilidad aperceptiva (interpretación de la percepción), junto con el
empobrecimiento de la expresión verbal y del acervo de conceptos y vocablos.
Pueden descubrirse: déficit de concentración, menor conocimiento sobre
eventos recientes, imposibilidad de incorporar con sentido lo vivenciado (que lo aleja
del mundo compartido), alteraciones en la memoria de fijación y en la de conservación.
Si bien los pacientes mantienen el interés, se observa un tono depresivo que va
inundando su personalidad. En la siguiente fase, los pacientes ya no pueden
sobrevivir sin asistencia, ya que no puede atender sus necesidades básicas.
La desorientación temporoespacial se instala casi con permanencia, aunque se
mantiene la posibilidad de recordar su nombre y el de los seres más cercanos por un
tiempo más, hasta que progresivamente se va perdiendo.
No todos los enfermos muestran la frecuente variedad amable de la demencia,
al aumentar la afección, se tornan excitables, golpean y presentan periodos de
egoísmo que lleva a los que lo rodean a una atención permanente. Se vuelven
intransigentes y pendencieros.
En periodos posteriores, anatómicamente, se encuentran fibrillas de Alzheimer,
definiéndola como una enfermedad atrófica cerebral difusa de circunstancias
hereditarias no aclaradas.
Criterios de diagnóstico:
Alzheimer posible: demencia insidiosa en comienzo y progresión; ausencia de
otra enfermedad sistemática cerebral que explique el cuadro.
Alzheimer probable: demencia establecida por examen clínico y documentada
por test neuropsicológicos; déficit en dos o más áreas del conocimiento;
deterioro progresivo de la memoria y funciones cognitivas; ausencia de
alteración en la conciencia; comienzo a partir de los 40 años; ausencia de otra
enfermedad que explique el cuadro.
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Alzheimer definitivo: criterios de A. probable; evidencia de EA en biopsia
cerebral o necropsia.
En la actualidad, ningún investigador puede decir con seguridad de la EA es
una sola enfermedad, un complejo sindrómico de muchos subtipos o si se trata de
varias enfermedades con un agrupamiento similar de síntomas.
Diversas nociones hacen que la EA se manifieste de forma heterogénea.
Afecta el cerebro; las lesiones no son estrictamente sistematizadas y participan
sucesivamente distintos sistemas neuronales; la distribución e intensidad lesional no
es igual en todos los humanos; la edad del paciente aumenta la complejidad; entre
otras.
Diagnóstico diferencial
Enfermedad de Pick:
Es una enfermedad degenerativa cerebral que afecta los lóbulos frontales y
temporales (demencia frontotemporal). A diferencia de la EA se trata de una atrofia
cerebral sistemática cerebroespinal, circunscripta y progresiva, homo o bilateral,
generalmente en su comienzo está localizada de forma asimétrica.
El comienzo es insidioso con fallas de la memoria de fijación, especialmente
para los nombres propios. A medida que la enfermedad avanza, aparecen los
síndromes frontales, cuya afectación hace que se observen cambios en la
personalidad, deterioro en el sentido moral, indiscreción, aumento de la instintividad
por desinhibición, deterioro en las habilidades sociales. La apatía inunda el
comportamiento general del paciente; pero en otros casos, la conducta se caracteriza
por movimientos continuos, hiperactividad y agitación intensa.
Las lesiones frontotemporales determinan una afasia sensorial, y en la fase
final la apraxia de tipo ideomotriz. La presencia de signos afásicos, apráxicos y
agnósicos llevan al paciente a una desconexión del mundo que lo rodea.
Hay deterioro en la atención, lenguaje y comportamiento, por lo tanto resulta
imposible determinar el grado de deterioro real del paciente, salvo por su conducta.