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demencia, no todo es
Alzheimer
Publicado por Dr.Wilfredo G. Santa
el Febrero 17, 2007, 9:41 pm
Los distintos tipos de demencia
Se le llama demencia al deterioro funcional crónico, progresivo e irreversible de las funciones
superiores o intelectivas, de causa orgánica, con afectación estructural anátomo-patológica del
cerebro. La demencia no es una sola, existen distintas clases de demencia, en base a su origenes
y manifestaciones clinicas, otra definición mas abarcadora proclama que es una alteración
global de la función cognitiva, habitualmente progresiva (en oposición a la evolución en brotes
de los pequeños accidentes vasculares cerebrales) que interfiere con las actividades sociales y
profesionales normales, incluso a pesar de que el paciente esté completamente consciente.
Demencia primaria
Trastorno psiquiátrico de deterioro que progresa desde síntomas que muestran cierta
discapacidad a mutismo, incontinencia, alteración grave de la memoria, desorientación e
inmovilidad total. Las características clínicas de los síntomas dependen de la duración y la
velocidad de progresión de la enfermedad. El uso de tomografía de emisión de positrones ha
permitido observar decrementos metabólicos focales en las fases precoces, que afectan
predominantemente a los lóbulos parietal y temporal. La afectación metabólica se vuelve más
generalizada y grave a medida que evoluciona la enfermedad. El diagnóstico definitivo requiere
que el paciente cumpla los criterios clínicos de probable demencia de tipo Alzheimer y que la
biopsia o hallazgos necrópsicos sean compatibles.
cuando no existe otra causa alternativa de la enfermedad, o cuando sólo se observa una
deficiencia aislada y lentamente progresiva. Es improbable que las características clínicas
diagnósticas de la demencia de tipo Alzheimer incluyan un inicio brusco de la demencia, la
presencia de hallazgos neurológicos focales o la aparición de convulsiones o trastornos de la
marcha al principio de la evolución de la enfermedad. Estos criterios previos se observan de
forma constante en más del 80% de los casos.
Forma de demencia relacionada con el infarto cerebral. Su frecuencia aumenta con la edad,
especialmente en personas mayores de 85 años. En poblaciones con una elevada prevalencia de
factores de riesgo de vasculopatía, la prevalencia de la demencia vascular puede superar a la de
la enfermedad de Alzheimer. El número de personas con alguna de estas enfermedades es cada
vez mayor, así como el índice de los casos denominados mixtos (coexistencia de ambos
trastornos). El reconocimiento de que los infartos múltiples pueden no ser el único mecanismo
causal de la demencia está haciendo que el concepto de demencia multiinfarto se sustituya por
el de demencia vascular.
Demencia frontotemporal
También conocida como demencia frontal degenerativa primaria. Tipo de demencia que
aparece en el periodo presenil y conduce a la muerte antes de los 75 años de edad. Las
características neuropatológicas incluyen una atrofia neuronal simple de las capas II y la III en la
convexidad de la corteza frontal y en el tercio anterior de los lóbulos temporales, con cambios
leves o ausentes en el núcleo estriado y en la amígdala, y sin alteración del núcleo olivar inferior
de Meynert ni del hipocampo. En algunos casos avanzados, los cambios también pueden afectar
a las regiones poscentrales, preservando la corteza motora sensorial. Además de la atrofia y de
la pérdida neuronal, también existe gliosis y microvacuolación en las capas I a III. Una
característica típica de este tipo de demencia es la pérdida progresiva de la expresividad del
habla, con una falta de espontaneidad creciente, frases estereotipadas y ecolalia. En estadios
avanzados, el paciente suele quedarse mudo. En contraste con la enfermedad de Alzheimer, los
pacientes con demencia frontotemporal presentan una menor amnesia y permanecen orientados
en tiempo y espacio durante la mayor parte del tiempo.
Tampoco existen signos físicos destacables. Pueden aparecer reflejos primitivos e incontinencia.
El reconocimiento precoz de la demencia frontotemporal puede efectuarse mediante la
evaluación clínica complementada con pruebas neuropsicológicas, técnicas de neuroimagen
cerebral y otros métodos diagnósticos. La deficiencia de memoria suele ser menos aparente en
las fases precoces, en comparación con la demencia de Alzheimer, y las dificultades de la
memoria pueden manifestarse inicialmente como una deficiencia de atención ("olvidarse de
recordar") más que como una verdadera amnesia. Los signos de liberación frontal aparecen en
fases más avanzadas. Puede existir un síndrome de Klüver-Bucy, así como todas las
características del síndrome del lóbulo frontal. Otras características diferenciales con la
demencia de Alzheimer son: el electroencefalograma suele ser normal, los cambios en la
personalidad aparecen en las fases iniciales y la desorientación en fases más tardías. También
puede existir ausencia de introspección y anosognosia. En la fase terminal de la enfermedad
predominan la apatía y la abulia, y el paciente puede presentar un aspecto similar a la
depresión. Determinados tipos de diferencias cognitivas observadas en la exploración del estado
mental pueden ayudar al diagnóstico diferencial con la demencia vascular.
leve alteración del funcionamiento hasta deterioro que requiera atención custodiada. La
demencia alcohólica debe diferenciarse de las deficiencias cognitivas leves relacionadas con la
dependencia alcohólica, las cuales se detectan sólo con la evaluación neuropsicológica.
También existen síntomas neurológicos, tales como disfunción motora (escaso equilibrio, marcha
anormal, torpeza, dificultad para escribir) y debilidad. Los cambios en el comportamiento
consisten en apatía, labilidad emocional y retraimiento social. En la actualidad se están
investigando numerosos fármacos para el tratamiento de la demencia por VIH. El más estudiado
es la zidovudina, y también destacan los inhibidores nucleosídicos de la transcriptasa inversa.
Dado que estos pacientes suelen presentar varios trastornos psiquiátricos coexistentes que
requieren diversos psicofármacos, es frecuente la aparición de efectos adversos.
Demencia pugilística
Denominada también cerebro del boxeador, síndrome del boxeador golpeado o encefalopatía
traumática crónica. Pseudoparkinsonismo que sufren algunos boxeadores como consecuencia de
una lesión cerebral repetida. Se trata de una encefalopatía compleja con demencia, disartria,
ataxia, convulsiones y características parkinsonianas y del tracto piramidal. Los pacientes
muestran depósitos antiguos petequiales de hemosiderina, degeneración, pérdida neuronal y
gliosis que afecta a la corteza y a los núcleos basales. Se manifiesta por habla titubeante,
pérdida de coordinación, demencia y muerte prematura. El examen necrópsico cerebral muestra
extensas placas de proteína β y ovillos neurofibrilares similares a los que se observan en la
enfermedad de Alzheimer.
El traumatismo craneal es un factor de riesgo para el desarrollo de este tipo de demencia. Otros
estudios neurohistopatológicos cerebrales en boxeadores muestran que la gliosis y la atrofia se
concentran en las estructuras mediales del lóbulo temporal, el cual está relacionado con la
memoria y la conducta. Las pruebas neuropsicométricas de memoria y pequeños cambios en los
patrones de conducta son más sensibles que las técnicas de neuroimagen para detectar una
lesión cerebral. Las alteraciones del comportamiento pueden consistir en celotipia y reacciones
de ira. En los estudios anatomopatológicos se han observado anomalías hipotalámicas,
degeneración de la sustancia negra, cambios neurofibrilares diseminados y cicatrización del
folium cerebral.
Demencia subcortical
corteza prefrontal dorsolateral con dichos núcleos subcorticales. Entre ellas se incluyen las
enfermedades degenerativas de los núcleos basales, tales como enfermedad de Huntington,
enfermedad de Parkinson y enfermedad de Wilson, hidrocefalia, síndrome de Steele-Richardson,
calcificación idiopática de los núcleos basales y parálisis supranuclear progresiva.
Aproximadamente dos tercios de los pacientes con enfermedad de Parkinson pueden presentar
disfunción subcortical frontal. Los trastornos que se manifiestan con demencia subcortical se
caracterizan por movimientos anómalos, que suelen considerarse como una manifestación de la
afectación de los núcleos basales.
Las características principales de las demencias subcorticales son: lentitud cognitiva, alteración
de la memoria, deficiencias de la función ejecutiva y cambios del estado de ánimo y de la
personalidad. Las alteraciones neuropsiquiátricas son frecuentes. Los cambios de la personalidad
son ubicuos y consisten en apatía o irritabilidad. La depresión es común, produciéndose en el
40% de los pacientes con enfermedad de Parkinson y en el 25% de los pacientes con enfermedad
de Huntington.
Aunque con mucha menor frecuencia, en esta última enfermedad se ha descrito la aparición de
manía, así como también en la calcificación idiopática de los núcleos basales y en la enfermedad
de Wilson. La psicosis es rara, pero es más común en los pacientes con enfermedad de
Huntington (5% al 20%) y en los que poseen calcificación idiopática de los núcleos basales. El
deterioro cognitivo se caracteriza por una profunda incompetencia psicosocial asociada con
pérdida de memoria y ausencia de afasia, apraxia o agnosia. Muchas demencias subcorticales
están relacionadas con alteración del sistema motor. Las anomalías del habla, tales como
disartria, hipofonía y diprosodia, suelen aparecer de forma precoz en las enfermedades
subcorticales.
Pueden existir dificultades para resolver problemas y anomalías del juicio y de la introspección.
Los pacientes muestran un aumento desproporcionado de los períodos de reacción compleja.
Esta lentitud también se produce en tareas que requieren una exploración de la memoria en
determinados aspectos y en pruebas que incluyen secuencias seriadas rápidas. Las deficiencias
de memoria en la demencia subcortical difieren de las que generalmente se observan en las
demencias corticales, como la enfermedad de Alzheimer, en la cual la alteración del
almacenamiento de la memoria se manifiesta por un escaso recuerdo y una memoria de
reconocimiento anómala.
Estos pacientes no mejoran cuando se les proporcionan pistas, apuntes o listas con múltiples
opciones, al contrario de lo que sucede en las demencias subcorticales, en las que la memoria de
reconocimiento está preservada y los pacientes mejoran considerablemente cuando se les
facilitan dichos elementos de ayuda. En general, en las demencias subcorticales se conservan las
capacidades del lenguaje hasta las fases finales de la enfermedad, cuando todas las capacidades
cognitivas están afectadas, en contraste con la enfermedad de Alzheimer, en la que la afasia es
frecuente. La bradifrenia (lentitud del funcionamiento cognitivo), considerada una
característica primordial de la demencia subcortical, es un rasgo que la diferencia de la
demencia cortical. La distinción entre ambos trastornos puede tener un cierto valor terapéutico,
ya que las demencias subcorticales pueden tratarse con agonistas dopaminérgicos y levodopa,
mientras que las demencias corticales son incurables.
Demencia vascular
Síndrome clínico de deterioro intelectual causado por lesiones cerebrales isquémicas, hipóxicas o
hemorrágicas. La oclusión de un vaso sanguíneo es la causa más frecuente de este tipo de
demencia. Según la localización del daño isquémico, pueden producirse diversos síntomas
cognitivos. Los principales síndromes de demencia vascular son demencia multiinfarto, demencia
por infarto en lugar estratégico y demencia por infarto en los núcleos talámicos mediales. La
demencia vascular se relaciona con los accidentes vasculares cerebrales. Los pacientes que han
sufrido un accidente vascular cerebral poseen un riesgo cinco veces mayor de desarrollar
Foto; Playade naguabo, Puerto Rico (wsanta)
demencia y tres veces mayor de mortalidad en los próximos 5 años que los que no han sufrido
dichos accidentes. Ciertos episodios clínicos son más frecuentes que en la enfermedad de
Alzheimer: trastorno de la marcha, caídas frecuentes, incontinencia urinaria, presencia de
deficiencias neurológicas focales, parálisis pseudobulbar, signos extrapiramidales y cambios del
estado de ánimo.
Además de la demencia multiinfarto existen otros mecanismos que pueden producir demencia
vascular, como infartos únicos localizados en zonas críticas, tales como: a) arteria cerebral
media, asociados con afasia intensa y deterioro cognitivo adicional, b) arteria cerebral
posterior, asociados con amnesia y lesión talámica o temporal inferomedial bilateral, c) arteria
cerebral anterior, asociados con abulia, alteración de la memoria o trastorno del lenguaje y
lesión frontal inferomedial, y d) arteria cerebral media, asociados con confusión o psicosis aguda
y lesión del lóbulo parietal no dominante. Otro mecanismo de demencia vascular es la
microangiopatía, que incluye desde múltiples pequeños infartos profundos, también
denominados lagunas, hasta lesiones isquémicas más diseminadas, aisladas o difusas, de la
sustancia blanca profunda del cerebro.
Por el contrario, los déficits cognocitivos de los pacientes con EA no mejoran sustancialmente
con el tratamiento antidepresivo. El diagnóstico diferencial entre pseudodemencia y depresión
nos lleva a descartar otras enfermedades que tambien producen demencia, además de la EA.
Entre éstas se incluyen: demencia vascular, enfermedad de Parkinson, enfermedad de
Huntington, enfermedad de Pick, enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, trastornos endocrinos o
metabólicos, hidrocefalia normotensiva, hematoma subdural crónico, neurosífilis, infección por
el virus de la inmunodeficiencia humana y demencia producida por sustancias. Cuando se
sospecha pseudodemencia depresiva, debe revisarse el estado clínico general y el consumo
farmacológico del paciente para detectar y eliminar enfermedades médicas subyacentes o
medicamentos que puedan causar signos y síntomas depresivos. Si no se detecta ninguna
enfermedad clínica o efecto farmacológico adverso subyacentes remediables, está indicado el
tratamiento farmacológico antidepresivo o la terapia electroconvulsiva.
Referencias: