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FACULTAD DE DERECHO

“VIENTRE DE ALQUILER”
En este trabajo analizaremos la problemática que trae la falta de regulación o
una regulación clara en el tema del vientre de alquiler, suponiendo que la
pareja progenitores es la que aporta el material genético (embrión) para luego
implantarlo en el útero de la mujer contratada.

QUE EL VIENTRE DE ALQUILER

El vientre de alquiler es un proceso por el que una mujer gesta un bebe ajeno
(genéticamente) para otra, y por el cual le pagan una cantidad de dinero, a
condición de desligarse de la criatura al nacer.

"Es aquel acuerdo en el cual una mujer carga a un niño en su vientre hasta el
momento del parto, con la intención de que otra mujer sea la madre social de
éste. Son mujeres que prestan su vientre y comprometen sus óvulos para
concebir un hijo por encargo con semen de un donante conocido. Estas madres
genéticamente hablando son madres verdaderas ya que ellas conciben su
propio hijo con su óvulo y lo cargan en su vientre, es un hijo que está prometido
y encargado. Al momento de su nacimiento esta madre, de honrar su
compromiso o contrato, lo tiene que entregar luego del parto al padre biológico
y a su esposa o compañera."

LEGISLACIÓN COMPARADA

FRANCIA
El "Comité National d' Ethique" ha rechazado esta práctica médica,
recomendando que en la legislación en vigencia no se de cabida a la misma
(28). Tal afirmación descansa en la creencia de que legalizar la maternidad
subrogada 28 contiene en potencia una inseguridad para el niño, para los
padres, para la portadora y para todos los que en ella toman parte.

SUECIA
Una ley de 1985 prohíbe la práctica de maternidad subrogada en la cual existe
retribuciones impide a la mujer contratante poder adoptar al hijo dado a luz por
la gestante.
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AUSTRALIA
La legislación acerca de esta materia pertenece al Estado de Victoria, el cual
reputa como nulo esta clase de contrato y sanciona penalmente a quien da o
recibe pago por ayudar a que se realice un acuerdo de este tenor o efectúa el
mismo.

De igual modo, la legislación sobre concepción artificial del Estado de Nueva


Gales del Sur, si bien no se expide directamente, dificulta la práctica de la
maternidad por sustitución al señalar que los donantes de esperma no tienen
ningún derecho sobre los niños nacidos por inseminación artificial.

CASO EN PERÚ

Han pasado seis años desde que María entregó al bebe que dio a luz a una
pareja de españoles. Diez meses antes había llegado a un acuerdo con ellos
para prestar su vientre a cambio de 15 mil dólares. La joven alumbró a un
varón en una clínica de Surco, donde se registró con los nombres de la
española que la había contratado. Legalmente, María no era madre del niño.
Es más, ni siquiera hay registros de su paso por la clínica.

El niño le fue entregado a la pareja y luego inscrito con documentos falsos.


Semanas después, los tres volaban de regreso a Madrid. Del pequeño no sabe
nada, y de aquellos 15 mil dólares no queda ahora más que el recuerdo. “Trato
de no pensar en él [bebe], ni sentir culpa. Yo ayudé a esa pareja y ellos me
ayudaron a mí”, confiesa.

En nuestra normativa, el vientre de alquiler o la maternidad subrogada no está


prohibida expresamente. La Ley General de Salud establece que toda persona
tiene derecho a recurrir a un tratamiento de fertilidad, pero solo si la condición
de madre genética y de madre gestante recae sobre la misma mujer. Es decir,
se entiende que una tercera persona no podrá participar en la fecundación
(donando su óvulo, por ejemplo) o gestar el embrión de una pareja. Sin
embargo, el Código Penal no sanciona este tipo de prácticas.

Según varios especialistas, estos vacíos legales permitirían que en estos casos
se cometan delitos como la falsificación de documentos, la estafa, el tráfico de
menores o las extorsiones.
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Pese a ello, decenas de peruanas ofrecen su vientre en alquiler en Internet por


montos que van desde S/.40 mil hasta S/.70 mil. Además del pago, la pareja
contratante acuerda correr con todos los gastos de la madre subrogada durante
su gestación (exámenes, ecografías, vitaminas, parto, etc.) y pagarle una
pensión durante el embarazo, que usualmente bordea los S/.1.200 al mes.

María estableció contacto con la pareja de españoles por intermedio de su


hermana, quien por esos años vivía en Madrid. “Ellos no tenían impedimento
para concebir a un bebe, pero la mujer tenía miedo de pasar por el proceso del
embarazo. Mi hermana trabajó para ellos por un tiempo y les propuso que yo
les prestara el vientre. Vinieron a Lima y se quedaron aquí como si estuvieran
de vacaciones”, revela a El Comercio. Dice que no hubo intermediarios y que
los extranjeros hicieron los trámites por su cuenta.

Sin embargo, existen organizaciones dedicadas a esta actividad, que reclutan a


las candidatas a alquilar su vientre, contactan a las clínicas y a los médicos que
vigilarán la gestación y, finalmente, falsifican los documentos del recién nacido.
Hace algunos años una de estas mafias, que suelen captar a parejas
extranjeras, fue descubierta en un informe de la televisión española. La banda
cobraba $30 mil por cada trabajo.

Para el doctor Julio Dueñas, del Centro de Fertilidad Procrear, “este fue uno de
los tantos casos que se presentan en el país”. “Pero no todos salen a la luz.
Algunas clínicas no cumplen irregularidades en la inscripción de los bebes”,
denuncia a este Diario.

ANALISIS INTERPRETATIVO

El derecho es la representación de la sociedad, las sociedades avanzan e


innovan y sobre todo ahora con las nuevas tecnologías, por tanto, el derecho
no puede quedarse de brazos cruzados si regular el nuevo comportamiento
humano.

El vientre de alquiler es una nueva situación en el Perú que no debe ser dejada
de lado o regulada con una sola norma y que además su trasgresión no tiene
consecuencias jurídicas.
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Al momento de regular esta práctica debe hacerse con mucho cuidado pues
muchos derechos fundamentales están en juego: el derecho a la libertad, a la
integridad tanto física como moral, a la identidad, a tener padres y ser criado
por estos, entre otros.

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