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Opabinia

Es un animal extinto, cuyos fósiles se han encontrado en depósitos correspondientes al periodo


Cámbrico, en la formación Lutitas de Burgess, Columbia Británica. Fue un animal marino, de
pequeño tamaño y aspecto peculiar, con cinco ojos y una larga probóscide frontal. Su única
especie es Opabinia regalis. Un posible pariente fue Myoscolex, cuyos fósiles se han encontrado en
el sur de Australia. El descubridor de Opabinia, Charles Doolittle Walcott, la llamó así debido al
pico Opabin, en la parte canadiense de las Montañas Rocosas. Se conocen menos de veinte
ejemplares. El animal estaba segmentado y poseía un exoesqueleto no mineralizado. La longitud
total del cuerpo oscilaba entre los 4 y 7 cm. La cabeza mostraba cinco ojos pedunculados que le
habrían dado a Opabinia una visión de 360°, y una larga y flexible probóscide. Al final de la
probóscide habría algunas espinas que teóricamente podrían haber servido como palas para
atrapar presas, y luego arrastrarlas hacia la boca, situada debajo de la cabeza, detrás de la base de
la probóscide. En un principio, Walcott confundió con una probóscide a un pequeño gusano que
quedó fosilizado junto a un opabinia. Al creer que existía una diferencia de grosor en la probóscide
dependiendo del género del animal, pensó que los machos emplearían una trompa más
desarrollada para sujetar a la hembra durante la cópula. Después de que la hipótesis de Walcott
quedase refutada, no hay videncias de que existiese dimorfismo sexual en estos animales y lo más
probable es que simplemente empleasen la probóscide para capturar el alimento.

Cada segmento del cuerpo presentaba un conjunto de branquias y un par de apéndices similares a
alerones que son extraños a los demás animales conocidos de la época, excepto Anomalocaris. Los
tres últimos alerones formaban la cola. A diferencia de los artrópodos conocidos la cabeza no
parece estar formada por segmentos fusionados.

Historia natural

La forma en que los animales del esquisto de Burgess fueron enterrados por un derrubio o
corrimiento de tierras, sugiere que vivían en la superficie del fondo marino. Opabinia debió vivir
sobre los sedimentos del lecho marino, y presumiblemente nadaba tras sus presas usando sus
aletas laterales. La probóscide pudo haberse sumergido en madrigueras en busca de presas.
También pudo haber servido para remover rápidamente los sedimentos en el suelo marino
buscando comida. De ser así, Opabinia habría usado la probóscide para llevar la comida a su boca
en la parte inferior de la cabeza. Dado que no hay ningún signo de nada que pueda funcionar
como mandíbulas, su comida debía ser pequeña y blanda. Whittington cree que Opabinia no tenía
patas, piensa que se arrastraba y que también podría haber nadado lentamente por el aleteo de
los lóbulos. Por otra parte, en su opinión, no era lo suficientemente flexible como para permitir
hacer ondulaciones de todo el cuerpo.

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