Está en la página 1de 3

La lírica romántica es una expresión poética tradicional que se utiliza para transmitir un

sentimiento intenso, el resultado de una reflexión profunda o la manifestación de cualquier tipo


de experiencia del autor como el “yo” protagonista de su propia obra.
Esta expresión poética nace en Europa durante el siglo XIX, como manifiesto del movimiento del
romanticismo. Sus mayores exponentes provenían de Inglaterra, España, Alemania, Francia y
otros países donde la literatura buscaba reivindicar los valores de la libertad y el amor. Sin
embargo, su mayor apogeo tuvo lugar desde el comienzo en Alemania.
Por su naturaleza humana y emocional, las obras entregadas por la lírica romántica son
altamente dramáticas, desaforadas y violentas.
Por lo tanto, los espacios que se describen en ella pueden ser poco convencionales (cementerios
nocturnos, lugares desolados o habitaciones altamente cargadas de emoción).

LIRICA ROMÁNTICA DE JUAN ANTONIO PÉREZ BONALDE

El Romanticismo, como movimiento que surge en contra del Neoclasicismo, va a propiciar una
poesía lírica con características muy distintas a la neoclásica. En efecto la lírica romántica no va
a ser impersonal, sino que va a proclamar la exaltación del yo, va a oponer el predominio de la
pasión y los sentimientos, no se va a sujetar a reglas ni cánones, no busca inspiración en los
clásicos sino más bien en lo propio, proclama un sentido de libertad amplio que va a permitir
una mayor variedad en cuanto a temas y a la versificación en general.

La Lírica Romántica tuvo su gran representante, Juan Antonio Pérez Bonalde, considerado como
el máximo exponente de la poesía lírica del país, del romanticismo y uno de los precursores del
modernismo. Tuvo una vida de mucho dolor, fue desterrado, pero siguió amando a su Patria, su
madre murió en su ausencia y su hija siendo apenas una niña. Por estas razones escribió sus
poesías que han perdurado toda la vida, las más conocidas son: "La Vuelta a la Patria", "Flor" y
"El Poema del Niágara", el cual expresa sus sentimientos, anhelos, decepciones, pero aun así,
son obras extraordinarias.

Pérez Bonalde cae en las drogas y el alcohol, por lo que su salud pronto se resiente, enferma
gravemente, vuelve a Venezuela, y este fue su último retorno al país, ya que el 4 de Octubre de
1892 muere en La Guaira. Sus restos reposan en el Panteón Nacional.

JUAN ANTONIO PÉREZ BONALDE

La vida y trayectoria de Juan Pérez Bonalde son netamente románticas, aunque se presiente en
su obra el pre-modernismo. Los rudos golpes sentimentales que afrontó, como la muerte de su
madre, la muerte de su hija, su matrimonio desgraciado, su vida errante lejos de su amada
patria, el uso de las drogas, su enfermedad, influyeron profundamente en su obra.
Nació en Caracas en 1846, hijo de Juan Antonio Pérez y Gregoria Bonalde. La violencia política
de la época, obligó a la pequeña familia a buscar refugio en Puerto Rico. En esa Isla discurrió la
infancia del vate. Tuvo buenos maestros, logrando gran cultura humanística y musical. Aprendió
a tocar piano, interpretando a varios de los clásicos más conocidos.

Junto con su familia regresó a Venezuela en plena juventud. Fundó periódicos de oposición en
compañía de Nicanor Bolet Peraza. Estaba entonces en el gobierno el General Antonio Guzmán
Blanco, quien no obstante su formación masónica, se sintió fastidiado por las críticas de Pérez
Bonalde, al cual para silenciarlo lo mandó al destierro.

Pérez Bonalde estuvo exilado en Nueva York. Para ganarse la vida trabajó como agente
vendedor de una firma comercial. El destierro enseñó al poeta la importancia de aprender
idiomas. No sólo estudió inglés, alemán, francés, italiano y portugués, sino hasta sueco y
holandés. Fue un incansable viajero. Recorrió por casi toda Europa y estuvo inclusive en las
selvas del África. Dicen que en una partida de casería en el continente negro, estuvo a punto de
ser devorado por un león.

En sus andanzas por los Estados Unidos y Europa, hizo amistad con grandes figuras intelectuales
y con prestigiosos dirigentes de la masonería. Fue amigo de Santiago Pérez Triana, Roberto de
Narváez y del héroe cubano José Martí. Pérez Bonalde se casó en los Estados Unidos con una
muchacha de singular belleza, en quien tuvo una hija, que fue bautizada con el nombre de Flor,
cuya muerte prematura le produjo intenso dolor, escribiendo en su memoria un poema
inolvidable.

Es un precursor, fue romántico, clásico y pre-modernista. Su obra poemática es vasta y de


extraordinaria calidad. "La Vuelta a la Patria", "Flor" y "El Poema del Niágara", son sin duda sus
versos más conocidos. La nostalgia de Venezuela, le hizo emprender el regreso en 1890. Su vida
estuvo llena de penalidades y desengaños. Falleció en La Guaira el 4 de octubre de 1892.

El aporte de Juan Antonio Pérez Bonalde al modernismo hispanoamericano no radica únicamente


en las traducciones, sino en la perfección de ritmos y similitudes con la obra original. Su
variedad de versos, ritmos, melodías, sensibilidad y sentimientos fueron seguidos por los poetas
modernistas.

Vuelta a la patria

El poema “Vuelta a la Patria” es la producción lírica más conocida y famosa del poeta venezolano
Juan Antonio Pérez Bonalde; fue publicado por primera vez en el libro Estrofas que el poeta editó
en Nueva York en 1877. Según investigaciones realizadas por el crítico Santiago Key Ayala, el
poeta concibió este poema en 1876 en su segundo retorno a Venezuela, motivado por la muerte
de su madre. Dicho viaje fue realizado navegando hacia Puerto Cabello y no hacia La Guaira,
como muchos suponían, por lo tanto el poeta no tenía por delante el paisaje que le servía de
inspiración en ese momento. Key Ayala agrega que el poeta soñaba que iba hacia La Guaira.
Esto explica por qué el paisaje descrito en la primera parte del poema está como desdibujado,
un poco apagado, con colores muy tenues, e íntimamente ligado a un estado remoto de felicidad
asociado con el mundo de su infancia. El poema tiene cierta extensión y está estructurado en
dos partes muy bien definidas por los motivos que la inspiran. La primera parte corresponde a
un poema del amor a la patria; el poeta aparta las emociones más dolorosas y deja las más
dulces, los colores y las formas más livianas. La segunda parte tiene como motivo fundamental
el dolor que el poeta padece por la pérdida de su madre, muerta durante la ausencia.

El poema comienza cuando el poeta va de regreso y el barco se acerca a las riberas de


Venezuela. Poco a poco los elementos del paisaje se van haciendo presentes y traen a su
memoria los recuerdos más felices de su infancia. Una vez que pisa el suelo de la patria,
emprende en coche el viaje de ascenso hacia la ciudad añorada y de nuevo las imágenes
naturales son asociadas con los más alegres tiempos de su vida pasada. De pronto ese estado
de ensimismamiento se ve interrumpido cuando el cochero le advierte la presencia de la ciudad.
Entonces el poeta se emociona y siente un súbito deseo de apurar la marcha para entrar en
contacto con los suyos, pero, al volver a la realidad, se da cuenta de que no tiene hogar y decide
ir al cementerio donde lo aguarda la tumba de su madre. En medio de un estado doloroso, de
angustia e inconformidad, concluye la primera parte de Vuelta a la Patria.

También podría gustarte