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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


Universitaria
Ministerio del Poder Popular para la Cultura
Universidad Nacional Experimental de las Artes
CREA Argimiro Gabaldón
Araure – Edo. Portuguesa, mayo de 2020

La Nueva Figuración en Venezuela

Autora: Nerianna Pérez


PNF: Artes Plásticas Mención Pintura
Lapso 5
Asignatura: Historia de las Artes Plásticas V
Docente: Yelkim Rodríguez
La Nueva Figuración fue el resultado de diversas circunstancias contextuales a
nivel nacional e internacional, en donde se busca traer de vuelta la admiración por la
figura humana y el entorno físico, esta vez dotándolos de una carga simbólica y crítica,
siendo portadores los artistas de una nueva mirada hacia las acciones del ser humano, en
el cual predominaron la angustia, lo burlesco, el sufrimiento, la soledad, el descontento,
la injusticia, etc.
Para ello los artistas se valieron de los recursos y de las vanguardias anteriores,
como fueron el informalismo, y la llegada de la abstracción como movimiento
predominante lo cual produce en ellos una reacción contrapuesta al no querer provocar
un vacío respecto a su papel y a ellos mismos como individuos, inherentes a las
situaciones y a los sucesos, vehículos de las vivencias y opiniones que los representaban
pero cuyos cuerpos, rostros, físicamente demostraban aún más la manera en cómo
interpretan esos sentimientos y emociones.
Ante estos hallazgos como el expresionismo abstracto, el gestualismo, los artistas
se apoyan de ellos para lograr el movimiento y velocidad que desean en torno a las
figuras, la distorsión en las proporciones de los cuerpos es algo característico, pues es
una burla específicamente ante en lo que la sociedad humana ha parado, seres
destinados a amar, a enseñar, a generar valores que beneficien a la humanidad, se han
convertido en un mundo despiadado causante de numerosas guerras y aspirantes de la
fama, el bien económico, la vanidad y la crueldad.
Este arte es un profundo y rotundo reflejo de todo lo que un ser humano puede
soportar y el cómo afecta a todos el vivir de este modo, haciendo caso omiso de las
necesidades espirituales que son tan importantes de atender como las físicas.
Estos artistas quisieron desapegarse de los cánones clásicos para dar pie a un
informalismo que sin embargo conservara el aspecto idóneo para la representación del
objeto, de una forma especialmente subjetiva que lo dotaba de una poética única y que
invitaba a la reflexión colectiva puesto que la mayoría fueron realizados en grandes
formatos. En Venezuela contamos en la historia con artistas de un gran potencial y
talentos innatos, tal vez los más importantes desde mi punto de vista, Alirio Rodríguez,
Jacobo Borges, Oswaldo Vigas y Edgar Sánchez.
El drama vivido a través de las guerras, la destrucción, la pérdida, el dolor, la
tragedia, eran temas constantes tratados en la obra de estos creadores de la era
contemporánea. Para ello deben hacer caso omiso de las disputas o preferencias del
público para ser fieles a lo que conocen y desean comunicar. Por ello la realidad que nos
acontece en estos trabajos de gran calidad es la sensibilidad que todos deberíamos tener
para reconocer ante nosotros de manera tan inmediata lo que vive una población.
En la figuración europea se destacaron los artistas Jean Dubuffet y por supuesto,
Francis Bacon.
Quisiera que mis pinturas se vieran como si un ser humano hubiera pasado por
ellas, como un caracol, dejando un rastro de la presencia humana y un trazo de
eventos pasados, como el caracol que deja su baba.
Francis Bacon
En sus obras refleja la soledad y opresión dotando de carácter anónimo a sus
personajes y colocándolos en espacios o habitaciones sin mucha profundidad. Los
atributos plásticos que enriquecen sus obras son el color, la atmósfera y la gestualidad.

El pintor del que se trabajó para la reinterpretación es Alirio Rodríguez, natal


del estado Bolívar, Venezuela, en 1934.
Alirio es un pintor de imposibilidades. Más allá de un simple informalismo en
donde lo efímero hace gala, sus personajes, sobre todo podemos hablar de su serie
“Cosmonautas”, hacen impresiones entrañables de la búsqueda hacia un lugar de
profunda serenidad y meditación. Es como el nacimiento luego del eterno caos. La paz
luego de las tormentas. A través de sus colores intensos y fluorescentes, texturas,
gráficas, logra esparcir el deseo por recobrar el principio del mundo, en donde el cosmos
y la existencia de todos los seres vivos era mutua y en cariño. Las formas circulares
repetidas, las curvas, ejemplifican el movimiento de la evolución y de los ciclos de la vida.
La temática en las obras de Alirio Rodríguez gira en torno a la figura humana, y es
una denuncia ante el drama del hombre contemporáneo sometido al impacto de la
complicada tecnología moderna, condenada al estrés que actualmente vive nuestra
civilización, el temor ante lo desconocido y lo imprevisible. Pero no lo presenta como un
símbolo de destrucción, sino como un reto para proyectarse hacia el hombre cósmico,
cargado de futurismo.
En el colorido predominan los tonos cálidos, naranja, amarillos, rojos estridentes,
que con una gama de azules le dan movimiento, y viceversa.
El artista se ve muy preocupado por la degradación de lo humanístico en el arte,
que era característico de esta nueva corriente, ya que para ese momento integrar
visualmente elementos como la reflexión o la poética era algo ilícito.
La imagen del hombre se ve muy dinámica y martirizada por fuerzas ocultas. Son
seres angustiados, sumergidos en un espacio elástico del cual luchan por escapar. En
estas líneas de colores vibrantes, parecen no poder contenerlos, como si se fuesen a
desbordar. Este es un ejemplo de "Hacia otra Galaxia", 1969.
Sus figuras se ven amenazadas por arquitecturas espaciales, y se ven en la
obligación de aferrarse a delgados hilitos blancos, esto quiere decir que el hombre
contemporáneo vive aferrado a frágiles ataduras que lo protegen de un mundo hostil, y
que, como ellos, tenemos que defendernos para vivir.
Esto lo expresa con una pintura gestual, en la que son importantes los trazos
desenvueltos y rápidos, de curvas amplias y otras más cerradas, que van describiendo
elipses alrededor que la distorsionan.
En una entrevista, él dice que es una invocación a la justicia, que el hombre busca
incansablemente, pero muchas veces no existe o no la encuentra. Muchas veces esta
justicia es manejada en función de intereses o de valores que no son acorde a los valores
de la justicia. Desde el quinto piso del edificio que alberga el vitral se puede ver el abismo
desde el cual la gente está invocando a la justicia.
En la obra "La transfiguración de Aminta", con la técnica de Alirio se logra
vislumbrar el instante mismo de la transfiguración, lograda a través de la distorsión de la
imagen, que a cada desplazamiento, logra que se quede plasmada en el espacio.
En el libro publicado en el año 2002, El cuaderno de Hiroshima, donde el texto,
perteneciente a José Ramón Medina, y las obras de Alirio Rodríguez, se ve reflejado el
trabajo realizado ante los sucesos ocurridos en Japón durante la guerra y la tragedia de
la bomba de Hiroshima. Desde las primeras series hasta las últimas, Alirio parece un
astronauta del futuro que presiente la humanidad trágica que corre hacia su propia
destrucción bélica, tecnológica y ecológica.
Porque no es otra cosa que su autodestrucción lo que se plantea el hombre
contemporáneo cuando, en detrimento de la justicia, asume la fuerza y el poder
como el garante de su paz y de su desarrollo. Cuando su materialismo, pleno de
conocimiento, paradójicamente ahoga su espiritualidad.
Pareciera que no aceptamos aún que, cuando el hombre se ausenta de sí mismo,
se produce la catalepsia humana, donde todo lo malo puede suceder.
Así como representa la velocidad del sonido, alcanza también a pintar el silencio
galáctico, representación de una búsqueda dentro de una búsqueda del silencio del
hombre ensimismado.
También es cosa suya, la esperanza. Sabe que la esperanza, con exclusión de la de
Dios, es lo único que -a través del color y del movimiento que puede legar al hombre-,
luego de haberle despertado mediante angustia y de regresos de ejercicios
introspectivos, el vacío es una concesión a la serenidad.
Y allí se revela otra característica de la angustia de Rodríguez: el buceo en sí mismo
no es una búsqueda para sí, sino ambición de hallar algo que proporcione al hombre un
soporte y compañía en su andar solitario por entre máquinas, orgullos, temores y
tragedias.
Alguien, aterrado ante el destino que podría tocarle a la humanidad pidió un día:
"Dios mío, no le envíes al hombre todo lo que puede soportar". Sin embargo el hombre
lo vivió, en la guerra, en los campos nazis de concentración, en Hiroshima, en el olvido
que recibe el hombre y en el olvido que el hombre no logra alcanzar. Revelar lo que puede
soportar la raza humana es el único compromiso que Alirio Rodríguez, fuera del logro
plástico, asumió durante toda su vida.
Cuando un artista comienza a preguntarse acerca del significado de lo que hace,
de lo que alcanza y da al hacer, está en posesión de sus manos, no es un turista de
su universo, sino el transformador de ese universo, el creador de criaturas. La obra
de Alirio Rodríguez le responde y lo rebasa: liberada de su autor, se entrega y se
compromete, porque viene de una necesidad de comunicación, de darse sin
preservarse a la interpretación y revelación posible del destino del hombre. "La
Nueva Figuración" proyecta al hombre hacia la sociedad a través de su propia
esencia, revalidando y reinventando el símbolo viviente, hasta hacerlo capaz de
convivir con la técnica sin perecer.
dice Alirio en su libro: "Carta a Nadie".

Para el segundo referente, latinoamericano, se trabajará basado en la obra


plástica del pintor y escultor mexicano Jorge Figueroa Acosta, nacido en 1942, quien
a través de su temática enfatizada en la figura de la mujer, logra entornar la cualidad
metafórica de su cuerpo, el cómo la degradación de ciertas partes la hace ver vulnerable,
y sin embargo, al colocar desproporcionadamente su cabeza, le asigna un puesto inferior
a su mente, no en torno a su capacidad de sensatez, sino en una perspectiva de honrar
el sentimiento que está a través de su espíritu en donde hace énfasis a través de la gama
de colores y divisiones lineales, dejando en segundo lugar la cantidad de prejuicios que
ellas llevan desde que son pequeñas al mostrar su físico y sus ideales a las personas en la
sociedad, en ocasiones dando índices de cubismo, logrando crear volúmenes increíbles y
una masificación del concepto de ser mujer, obteniendo a través de sus enormes manos
las grandes obras que suelen crear, en donde da pie a un cromatismo inigualable,
armónico en todos los aspectos y filosofando acerca del color y de su reconocimiento
ante las diversas combinaciones respecto al modelo tratado.
Asimismo, utilizando técnicas como óleo, acrílico y acuarela, Jorge Figueroa dirige
varias categorías estéticas en torno a la percepción de las mujeres como un tema central
y rasgos semánticos que determinan su naturaleza. Dentro de estas categorías, la
exaltación de la belleza del cuerpo femenino es la fuente de introducir al público a su
trabajo en la sala de otras cualidades, como lo sublime, fantástico, e incluso el enigmático
en la cara hierática de las mujeres representadas.
Propuesta plástica 1

Aguatinta sobre cartulina


48x32cm
2020
Este dibujo es muy diferente. Lo hice un día que me sentía con mucha ansiedad,
pues sentía que mis tareas, mis entregas no avanzaban, esto me frustró, me estresó y me
asustó. No me había bañado y me sentía gastada. Recuerdo que también me tomé fotos,
y empecé a experimentar con las emociones que había en mi rostro aunque eran muy
lavadas o indiferentes tal vez. La verdad es que el hecho de no poder abarcar o cubrir
todos los aspectos de mi educación en este momento de la manera en que quisiera, me
hizo sentir como un ahogo en el pecho, y sentía que cada segundo que pasaba no sucedía
mucho, o algo de lo que yo quería.
Entonces, ya que estaba sintiendo todo eso, francamente cuando sucede, no voy
directamente al dibujo ni a la pintura. Casi siempre voy a la escritura, ahí me vacío. A lo
que hice una reflexión, y es que todas las veces que hago eso, casi nunca quiero volver a
leer lo que escribí, porque me parece absurdo, y es que esas emociones son tan efímeras
y poco duraderas, que me terminan aburriendo y voy por otra cosa. Por ello, dije, mi obra
no dice, nunca termina de ser un transparente reflejo de lo que yo soy, de mi tiempo, de
mis días, de a donde voy o lo que paso, es como si intentara esconder todas las partes
malas y guardarlas para mi misma. Así que busqué rápidamente una cartulina y agarré la
tinta y con tranquilidad fui dibujando, hasta que luego, antes de terminarlo, se fue la luz.
Y ahí sí se puso muy oscuro, porque eran como las 7pm, pero lo mejor fue que dentro de
mí, ya no sentía nada oscuro.
Todo lo dejé en el papel. Y cuando lo observaba, decía, ya me había visto de otras
maneras así, y cuando lo hacía, cuando era mucho más joven y dibujaba mis emociones,
siempre las rompía, y era cuando decía que el arte me hacía daño porque me hacia sentir
que podía ser alguien mala o sentir cosas inadecuadas. Pero, luego de darme cuenta de
que, nada que yo sienta no lo ha sentido ninguna otra alma ya, y de que este mundo es
tan tan tan antiguo, viejo, no debo sentir temor de pensar o sentirme cansada en
ocasiones, y querer comunicarlo en mi arte. No se parece a mi estilo, pero me hace sentir
diferente, nueva, tal vez por tomar el coraje de ser yo misma y no la versión de quien se
supone que debería ser.
Esto también lo quise hacer llevando los miembros en perspectiva, como si
estuviesen más cerca de lo que realmente están.
Propuesta plástica 2

Aguatinta sobre papel craft


44x57cm
2020
En referencia a este trabajo, al interpretar las pinturas y figuras de Jorge Figueroa,
quedó en mí grabado una especie de símbolo, que son los senos. Esto me interesó en el
aspecto de lo que representa la sexualidad femenina, por ello quise dibujarlo, y algo muy
poético que pienso acerca de ello es que reflejan protección, cariño, belleza. En las
proporciones que sean, o en el ángulo en que estén. Y es que, a través de estos meses
antes de comenzar la cuarentena, me pude dar cuenta de lo que hacen significar los senos
a la mujer en cuanto a su seguridad y confianza, e incluso en cuanto a su madurez,
aptitudes, prejuicios estos que ya en esta contemporaneidad han sido erradicados, pero
en lo personal como mujer he vivenciado y conozco por experiencia propia. Además de
esto, uno de los métodos que intento emplear al hacer un dibujo es el de la escritura
plástica, cuyo término acuña otro de mis referentes del dibujo que es el artista plástico
Juan Calzadilla; por lo cual al realizar el dibujo estuve pensando en autorretratarme
escribiendo a manera de diario, en todas las situaciones en las que recuerdo o me hallo
mirando el tiempo de manera retrospectiva, reflexionando sobre algún ámbito, en esa
intimidad que suelo sostener. Al igual que el anterior trabajo fue un impacto para mí pues
esta tendencia suele provocar en mí un desahogo tal, que incluso hasta me impresiono
demasiado de lo que logra salir de ello. Ya que las emociones negativas no son las que
prefiero retratar, aún a pesar de eso, es propio el hecho de que cuando nos ponemos en
la situación de reflexionar acerca de nuestras vivencias y comenzamos a sacar todo de
manera transparente, solemos vernos ante nuestra propia realidad, que a veces
tememos mostrar.
Sin embargo lo que específicamente quise tratar aquí fue el estiramiento de los
miembros y del cuerpo como tal, siento que el hecho de esto hace a una mujer más
flexible y como si pudiese adaptarse a cualquier lugar o espacio. Aun así, la fragilidad es
la misma que se ve representada, como de alguna forma ser insuficiente. Por ello se
muestra con un semblante de resignación ante los sucesos, y el último aspecto que quise
tratar fue uno de los que más me llamó la atención en las pinturas de Jorge, y fue el hecho
de la presencia de un segundo brazo añadido debajo del brazo del personaje. Esto
desarrolla una idea de compañía que trasciende cualquier límite, de serena
contemplación, a pesar de las circunstancias, que puede ser el antiguo ser amado que en
otros tiempos fue idealizado.

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