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Lazzaro Spallanzani.

Fue profesor de historia natural en Pavía y


director del Museo Mineralógico de esta ciudad. Considerado uno de
los fundadores de la biología experimental, sus trabajos principales de
investigación se centraron en la respiración, la reproducción, la
digestión y el origen de la vida. Realizó importantes estudios sobre la
reproducción artificial. Demostró la acción del jugo gástrico en el
proceso digestivo y el intercambio de gases en la respiración.
Nacido en Scandiano el 12 de enero de 1729, estudió leyes en la
Universidad de Bolonia y se dedicó a la lógica y la metafísica antes de
convertirse en catedrático de física en la Universidad de Módena y,
finalmente, en la de Pavía donde llevó a cabo la mayoría de sus
experimentos. Tras rechazar la teoría de la generación espontánea,
Spallanzani diseñó experimentos para refutar los realizados por el
sacerdote católico inglés John Turberville Needham, que había
calentado y seguidamente sellado caldo de carne en diversos
recipientes; dado que se habían encontrado microorganismos en el
caldo tras abrir los recipientes, Needham creía que esto demostraba
que la vida surge de la materia no viviente. No obstante, prolongando
el periodo de calentamiento y sellando con más cuidado los
recipientes, Spallanzani pudo demostrar que dichos caldos no
generaban microorganismos mientras los recipientes estuvieran
sellados.

Trayectoria como investigador


Spallanzani hizo trabajos experimentales e investigó la capacidad de
muchos animales de regenerar partes de su cuerpo. En un
experimento de trasplante implantó con éxito la cabeza de un caracol
sobre el cuerpo de otro. Estudió la circulación de la sangre a través de
los pulmones y experimentó con los jugos digestivos, según observó,
están especializados en la digestión de diferentes tipos de alimentos.
En un intento de descubrir qué parte del semen era esencial para la
fecundación, descubrió que cuanto mayor era el grado de filtración,
menos probabilidades había de que se desarrollara un ser y logró la
inseminación artificial de una perra y varios animales mediante sus
meticulosos experimentos. En sus últimas experiencias intentó
demostrar que los tejidos del cuerpo convierten lo que hoy conocemos
como oxígeno en dióxido de carbono.
Spallanzani murió en Pavía el 11 de febrero de 1799.
El origen de la vida
En 1745 John Needham hirvió trozos de carne para destruir los
organismos preexistentes y los colocó en un recipiente abierto. Al cabo
de un tiempo observó varios microorganismos sobre la superficie y
concluyó que se generaban espontáneamente a partir de la carne. En
1769, Lazzaro Spallanzani repitió el experimento pero tapando los
recipientes, no apareciendo las colonias, lo que contradecía
la teoría de la generación espontánea. Pero Needham argumentó que
el aire era esencial para la vida incluía la generación espontánea de
microorganismos y este aire había sido excluido en
los experimentos de Spallanzani.
Lazzaro Spallanzani
Spallanzani demostró que no existe la generación espontánea de la
vida, abriendo camino a Pasteur. En 1769, tras rechazar la teoría de la
generación espontánea, Spallanzani diseñó experimentos para refutar
los realizados por el sacerdote Needham, que había calentado y
seguidamente sellado caldo de carne en diversos recipientes; dado
que se habían encontrado microorganismos en el caldo tras abrir los
recipientes, Needham creía que esto demostraba que la vida surge de
la materia no viviente. No obstante, prolongando el periodo de
calentamiento y sellando con más cuidado los recipientes, Spallanzani
pudo demostrar que dichos caldos no generaban microorganismos
mientras los recipientes estuvieran sellados y esterilizados.
La disputa entre Needham y Spallanzani fue larga y enconada, pues el
inglés afirmaba que las cocciones del italiano destruían el espíritu vital
y Spallanzani demostró que lo único que la cocción destruía eran las
esporas de las bacterias, no un principio de vida de índole místico

Spallanzani creía principlamente en la teoría de la “Biogénesis y no


en la GENERACIÓN ESPONTÁNEA

La generación espontánea: se emplea en el terreno de la biología para


nombrar al principio que señala que un organismo vivo siempre
proviene de otro organismo vivo. El término también alude a la
fabricación y el procesamiento de sustancias químicas que desarrollan
los seres vivos. Es decir La hipótesis de la generación espontánea
aborda la idea de que la materia no viviente puede originar vida por sí
misma. Aristóteles pensaba que algunas porciones de materia
contienen un "principio activo" y que gracias a él y a ciertas
condiciones adecuadas podían producir un ser vivo

Biogénesis
La biogénesis, por lo tanto, puede apuntar al proceso que lleva a la
“producción” de un nuevo organismo con vida. Una gallina puede
poner un huevo, del cual nace una nueva gallina. A su vez, esta
segunda gallina también genera otros ejemplares a través de sus
propios huevos. Esto se conoce como biogénesis: el nacimiento de un
ser vivo a partir de otro ser vivo.
La teoría de la biogénesis señala que una vida solo puede generarse
de una vida preexistente. Dicho de otro modo: la vida nunca proviene
de elementos inorgánicos. La unidad más pequeña y simple visible
que posee vida independiente es la célula.

Siguiendo con estas ideas, puede señalarse que la biogénesis


sostiene que no existe la generación espontánea de vida partiendo de
sustancias que no están vivas
Gracias a la investigación de spallanzani se demostraba que la
generación espontanea era falsa sin embargo aun mucha gente creía
en esta, por lo que muy pronto Franchesco Redi un medico el cual
estaba de acuerdo con spallanzani baso sus pruebas en los de este,
realizando el siguiente experimento: Colocó una víbora muerta, un
pescado y un trozo de carne de ternera en frascos, los cerró y selló.
En otros frascos colocó los mismos componentes, pero los dejó
abiertos. Los resultados fueron muy interesantes. En los frascos
cerrados y sellados no había gusanos, aunque su contenido se había
podrido y olía mal. En los frascos abiertos, en cambio, se veían
gusanos y moscas que entraban y salían. Por lo tanto, la carne de los
animales muertos no puede engendrar gusanos a menos que sean
depositados en ella huevos de animales. Redi pensó que la entrada de
aire a los frascos cerrados podría haber influido en su experimento,
por lo que llevó a cabo otro. Puso carne y pescado en un frasco
cubierto con gasa y lo colocó dentro de una jaula cubierta también con
gasa. Los resultados fueron exactamente los mismos que en el primer
experimento. Aún con los resultados obtenidos y los de otros autores,
la gente seguía creyendo en la generación espontánea.

No es sino hasta la segunda mitad del siglo XIX, Louis Pasteur realizó
una serie de experimentos que probaron definitivamente que los
microbios se originaban a partir de otros microorganismos. Demostró
que todo proceso de fermentación y descomposición orgánica se debe
a la acción de organismos vivos y que el crecimiento de los
microorganismos en caldos nutritivos no era debido a la generación
espontánea. Para demostrarlo, expuso caldos hervidos en matraces
provistos de un filtro que evitaba el paso de partículas de polvo hasta
el caldo de cultivo, simultáneamente expuso otros matraces que
carecían de ese filtro, pero que poseían un cuello muy alargado y
curvado que dificultaba el paso del aire, y por ello de las partículas de
polvo, hasta el caldo de cultivo. Utilizó dos frascos de cuello de cisne
(similares a un Balón de destilación con boca larga y encorvada).
Estos matraces tienen los cuellos muy alargados que se van haciendo
cada vez más finos, terminando en una apertura pequeña, y tienen
forma de "S". En cada uno de ellos metió cantidades iguales de caldo
de carne (o caldo nutritivo) y los hizo hervir para poder eliminar los
posibles microorganismos presentes en el caldo. La forma de "S" era
para que el aire pudiera entrar y que los microorganismos se
quedasen en la parte más baja del tubo. Al cabo de un tiempo observó
que nada crecía en los caldos demostrando así que los organismos
vivos que aparecían en los matraces sin filtro o sin cuellos largos
provenían del exterior, probablemente del polvo o en forma de
esporas. Finalmente cortó el tubo en forma de “S” de uno de los
matraces. El matraz abierto tardó poco en descomponerse, mientras
que el cerrado permaneció en su estado inicial. De esta manera Louis
Pasteur mostró que los microorganismos no se formaban
espontáneamente en el interior del caldo, refutando así la teoría de la
generación espontánea y demostrando que todo ser vivo procede de
otro ser vivo anterior

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