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TEORIA DE ARISTOTELES

Aristóteles es propiamente un filósofo de tipo racionalista al ser discípulo de Platón, donde un sistema lógico que
parte de verdades garantiza nuevas verdades y llega al conocimiento verdadero e intuitivo de los principios y la
intuición de las esencias como formas sustanciales de las cosas. Sin embargo, Aristóteles formula una teoría del
conocimiento desde una visión realista y empirista, donde el mundo sensible es el único existente y en donde
forman parte todas las sustancias compuestas de materia y forma.1 Aristóteles también fue el primero en
reflexionar sobre el valor del conocimiento mediante la experiencia y los razonamientos inductivos (epagogé) junto
con la deducción, mientras que Platón únicamente se basa en la deducción a partir de principios a priori. La
afirmación de la importancia del conocimiento sensible, y del conocimiento de lo singular para llegar a lo universal,
le abrió la posibilidad de la experimentación e investigación científica empírica
TEORIA DE FRANCHESCO REDI
Médico, naturalista, fisiólogo, y literato italiano. Franchesco Redi demostró que los insectos no nacen por
generación espontánea. Realizó estudios sobre el veneno de las víboras, y escribió "Observaciones en torno a las
víboras". En el siglo XVII, realizó un experimento en el que puso carne en unos recipientes. Unos se sellaban y los
otros no, con lo que resultaban que en los recipientes sellados no "aparecían" moscas de la carne y en los
abiertos sí. Su experimento de 1668 mostrando la ausencia de gusanos en un frasco cerrado donde se había
dejado carne pudriéndose asestó un duro golpe a la teoría de la generación espontánea. En sus investigaciones
usó ampliamente la disección y la observación con el microscopio.

Se graduó en 1647 en Medicina por la Universidad de Pisa. Redi fue, desde 1654, primer médico de los grandes
duques de Toscana Fernando II y Cósimo II. Si bien comenzó estudiando a las serpientes y sus mordeduras. Se
dedicó sobre todo a la parasitología. Por su labor puede considerarse como fundador de esta rama de las ciencias
naturales, especialmente de la helmintología (el estudio de los gusanos), cuyas bases dejó plasmada en su
tratado de 1684. Redi también fue un celebrado poeta y en 1665 fue nombrado catedrático de lenguaje toscano en
la Academia Florentina.

En una época en la que se creía tanto en la creación como en la generación espontánea, Francesco Redi era
uno de los que dudaba de ella, por lo que realizó en el siguiente experimento: Colocó una víbora muerta, un
pescado y un trozo de carne de ternera en frascos, los cerró y selló. En otros frascos colocó los mismos
componentes, pero los dejó abiertos. Los resultados fueron muy interesantes. En los frascos cerrados y sellados
no había gusanos, aunque su contenido se había podrido y olía mal. En los frascos abiertos, en cambio, se veían
gusanos y moscas que entraban y salían. Por lo tanto, la carne de los animales muertos no puede engendrar
gusanos a menos que sean depositados en ella huevos de animales. Redi pensó que la entrada de aire a los
frascos cerrados podría haber influido en su experimento, por lo que llevó a cabo otro. Puso carne y pescado en
un frasco cubierto con gasa y lo colocó dentro de una jaula cubierta también con gasa. Los resultados fueron
exactamente los mismos que en el primer experimento. Aún con los resultados obtenidos y los de otros autores,
la gente seguía creyendo en la generación espontánea.
TEORIA JOHN NEEDHAM
Científico inglés y sacerdote católico, defensor de la teoría de la generación espontánea. Needham llevó a cabo
numerosos experimentos en los que preparaba unos caldos de carne y vegetales. Entonces, los dejaba estar en
envases con tapones de corcho que no estaban bien ajustados. De hecho, creía que, al hervir los caldos, mataría
todos los microorganismos que había en ellos. Pasados unos días, Needham observó que los caldos contenían
microorganismos. Needham llegó a la conclusión de que los microorganismos tenían que haberse desarrollado de
los caldos. Los descubrimientos de Needham apoyaron la hipótesis de la generación espontánea de los
microorganismos. Él no se dio cuenta de que los microorganismos pudieron entrar porque los frascos no estaban
bien cerrados. En 1745 John Needham hirvió trozos de carne para destruir los organismos preexistentes y los
colocó en un recipiente que no estaba lo debidamente sellado ya que según su teoría, se necesitaba aire para que
esto se llevara a cabo. Al cabo de un tiempo observó colonias de microorganismos sobre la superficie y concluyó
que se generaban espontáneamente a partir de la materia no viva. En 1769, Lazzaro Spallanzani repitió el
experimento pero tapando los recipientes de manera correcta, evitando que aparecieran las colonias, lo que
contradecía la teoría de la generación espontánea. Pero Needham argumentó que el aire era esencial para la vida
incluida la generación espontánea de microorganismos y este aire había sido excluido en los experimentos de
Spallanzani, en concreto, llegó a afirmar que Spallanzani destruía lo que él llamaba la "fuerza vegetativa o vital",
sin embargo, Spallanzani volvió a abrir los recipientes donde supuestamente se había destruido esa "fuerza
vegetativa" y observó cómo seguían apareciendo los organismos. En 1748 publicó "Observaciones acerca de la
Generación, Composición y Descomposición de las sustancias Animales y Vegetales", trabajo en el que pretendía
demostrar la teoría de la generación espontánea de la vida a partir de la materia inorgánica. En 1768 fue elegido
miembro de la Royal Society of London
TEORIA DE LAZZARO SPALLANZANI
El naturalista italiano Lazzaro Spallanzani, nació en Escandiano el 12 de enero de 1729. Estudió en el colegio
de los jesuitas de Regio y años después se matriculó en la facultad de Derecho de la Universidad de Bolonia,
siguiendo los deseos de su padre, que era abogado. Pero un amigo de la familia logró convencer a su padre
de la auténtica vocación científica de Lazzaro y finalmente pudo inscribirse en la Facultad de Ciencias.
Las dotes intelectuales de Spallanzani eran tan vastas y diversas que sus maestros temían que las
malgastase. A los 25 años había traducido obras de poetas clásicos, redactado un Tratado sobre Mecánica y
discutía con facilidad sobre complejas cuestiones matemáticas. Antes de los 30 era profesor de Lógica,
Metafísica y griego en la Universidad de Regio, y se había ordenado sacerdote, aunque siempre mostró mayor
afición por la biología experimental que por los estudios teológicos. Posteriormente fue profesor de Física en
la Universidad de Módena y de Historia Natural en la de Pavía, cuyo museo mineralógico dirigió y enriqueció
con ejemplares hallados en sus numerosas excursiones. Spallanzani investigó la fecundación natural y
artificial. Demostró que la presencia de semen es indispensable para la concepción de un nuevo ser, aunque
no supo reconocer la importancia de los espermatozoides, de los que se pensaba que eran parásitos. Logró la
inseminación artificial de una perra y de varios animales inferiores con sus meticulosos experimentos.
También estudió la regeneración de las distintas partes del cuerpo en anfibios y reptiles. Descubrió que se
produce con más facilidad en los animales inferiores, aunque no pudo explicar por qué no sucedía lo mismo
en los superiores. Estudió la circulación y el aparato respiratorio de los animales de sangre fría y caliente y
demostró que tejidos vivos arrancados a un animal sacrificado, absorbían el oxígeno y despedían el óxido de
carbono. Investigó el proceso de digestión mediante experimentos realizados en su propio cuerpo que casi le
cuestan la vida. Basándose en los resultados obtenidos con animales, del francés Reasumir, Spallanzani
ingirió esponjas y pequeñas bolsitas de tela rellenas de pan o carne. Al cabo de unas horas vomitó y analizó
el contenido del estómago: los alimentos se habían disgregado a pesar de no haber estado en contacto con
las paredes del estómago. Spallanzani dedujo que la sustancia digestiva en la digestión era el jugo gástrico.
Utilizando el recogido por las esponjas, demostró que el alimento se desintegra de la misma manera fuera del
cuerpo. Spallanzani confirmó que los organismos unicelulares son seres vivos y refutó la generación
espontánea, anticipándose a Pasteur. El sacerdote católico inglés Needham había hecho una serie de
experimentos en favor de esa teoría. Calentó caldo de carne en diversos recipientes que luego selló. Al cabo
de unos días, el alimento había sido descompuesto por los microorganismos, por lo que Dedham sostenía que
la vida surgía de la materia no viviente. En 1769, Spallanzani repitió los experimentos pero prolongando el
periodo de calentamiento y sellando con más cuidado los recipientes. De esta forma, pudo demostrar que el
caldo se mantenía intacto mientras no estuviera en contacto con el aire. La disputa entre ambos sacerdotes
fue larga y enconada. El inglés afirmaba que las cocciones del italiano destruían el espíritu vital mientras que
Spallanzani demostró que lo único destruido por la cocción eran las bacterias, y no un principio de vida de
índole místico. Estudió la médula ósea en lagartos y la atrofia de la visión en los murciélagos. No le faltaron
enemigos que intentaron desacreditarle acusándole de apropiarse de los fondos del museo de la Universidad
de Pavía, pero fueron ellos los únicos condenados. Federico el Grande le hizo miembro de la Academia de
Berlín. Entre sus obras destacan 'Ensayo sobre la reproducción animal', 'Opúsculos de física animal y vegetal'
y 'Memoria sobre la respiración’. A principios de 1799, Spallanzani sufrió un ataque de apoplejía. Poco
después, el 1 de febrero de 1799, fallecía en Pavía. Gracias a sus investigaciones en el campo de la
bacteriología se le conoce como 'Biólogo de biólogos'

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