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El Debe y el Haber: un insulto a su inteligencia

Introducción y terminología contable


Introducción
A medida que crece la responsabilidad de un directivo empresarial, la necesidad de conocer la finanza
empresarial se hace más acuciante. A la vista del balance mensual (monthly balance sheet) de la empresa,
ese directivo no-financiero sospecha que le fallan los conocimientos de Contabilidad.

En realidad está sobrevalorando la importancia del conocimiento de la Contabilidad de cara a familiarizarse


con las finanzas empresariales, pero cargado de buena fe se apunta a un curso de Contabilidad.

En el primer solemne minuto de la primera sesión del curso, el profesor pronuncia las terribles palabras Debe
(Debit balance) y Haber (Credit balance). El directivo, atento alumno, razona rápidamente: “Debe”, será
que lo debo…”haber” será que lo tengo…es terrible pero a este directivo le ha traicionado su lógica tan
necesaria en el mundo de la gestión empresarial. En Contabilidad estas dos nefastas palabras funcionan justo
al revés: lo que consta escrito en el Debe es lo que no se debe a nadie y lo que está escrito en el Haber, se
debe en buena parte a terceros. A partir de aquí, el directivo no va a entender nada y concluye: no sirvo para
“esto” de la Contabilidad.

Si quiere un consejo: destierre de su vocabulario los términos Debe y Haber. Son dos términos equívocos,
lingüísticamente erróneos, porque no definen verdaderamente lo que contienen. A fuerza de usarlos mucho,
los contables se los han creído, pero cualquiera que los someta a la criba de la lógica más estricta, podrá
afirmar que insultan su inteligencia.

La izquierda de un balance es más precisa que la izquierda política


¿Es preciso saber Contabilidad para entender las finanzas empresariales? Algo si, pero no tanto como
bastante gente presupone. De hecho le bastará con entender el sentido y enfoque del balance de una forma
lógica y práctica para ir comprendiendo los conceptos que rigen las finanzas de cualquier empresa.

El balance es un apretado texto expresado en dos porciones laterales, lado derecho y lado izquierdo, bastante
más precisos que lo que se entiende en política por izquierda y derecha.

¿Qué rol cumple el lado izquierdo del Balance? Algo tan sencillo como constituirse en un listado o
inventario de las propiedades que la empresa maneja para dar servicio o producto a sus clientes. Su lectura,
por tanto, no ha de revestir ninguna dificultad; por extraño que pueda parecer, cualquier término, tal como lo
exprese el contable de la empresa, ha de traducirse en términos de un bien en propiedad.

No lo he dicho todo: el lado izquierdo del balance incluye, además de las propiedades los préstamos que
hemos hecho a terceros. Esto quizás le sorprenda…si hemos prestado dinero a alguien no tenemos en
nuestras arcas el dinero prestado o el producto entregado al cliente, vendido a crédito. Cierto, ya no tenemos
la masa monetaria en nuestras manos, ni el producto en nuestros almacenes, pero en su lugar hemos
adquirido un derecho contra terceros. El que compra obligaciones de una compañía cotizada en Bolsa tiene

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un crédito a su favor contra dicha empresa y esos títulos constarán en su relación de bienes. Lo mismo vale
para el lado izquierdo de un balance: una suma de propiedades y derechos a favor de la empresa.

También la derecha del balance es más precisa que la derecha política


¿Qué función cumple el lado derecho del balance?
Simplemente restar del lado izquierdo. ¿Qué es lo que resta? Lo contario de la propiedad que es la deuda
(debt, loan), es decir la contra-propiedad. Imagínese usted que ese inventario de propiedades y derechos que
es el lado izquierdo del balance totaliza 200 millones de euros. En el lado derecho aparecen deudas con
bancos y proveedores (banks and suppliers) que totalizan 50 millones.

Propiedades 180
Derechos 20 Deudas 50
TOTAL 200

Si el balance quedase tal como lo acabamos de representar, no cumpliría el requisito fundamental, que es que
ambos lados se igualen, es decir que el balance cuadre. Va a ser fácil cuadrarlo: por encima del valor de las
deudas aparece un generoso espacio en blanco donde podremos escribir la palabra Capital (Equity), darle el
valor de 150 y cuadrar el balance.

Propiedades 180 Capital 150


Derechos 20 Deudas 50
TOTAL 200 TOTAL 200

Dicho así, el capital es siempre una cuenta de cuadre o ajuste. Es una simple resta. En el fondo en el balance
solamente subsisten dos realidades: la tangibilidad de las propiedades y derechos del lado izquierdo y la
deuda comprometida con bancos y proveedores que aparece en el lado derecho. Lo que hace el capital es
medir la propiedad neta. Lo que está inscrito en el lado izquierdo, menos lo que se debe en el lado derecho,
nos dice la propiedad neta de los accionistas.

La lógica práctica del balance


Vamos a reconciliarnos con la terminología contable. El Activo (assets)
Los términos “izquierda” y “derecha” permiten introducir unas primeras ideas sobre la lógica del balance,
pero ambos lados tienen su apropiado nombre. El lado izquierdo es el activo del balance. Con este nombre
nos vamos a reconciliar con la terminología contable ya que tiene todo su sentido. El conjunto de
propiedades del lado izquierdo están vivas, están activas, en vibrante y continuo funcionamiento para que la
empresa cumpla sus finalidades de dar producto o servicio al cliente. El activo no es un montón de inerte
chatarra…las máquinas están en funcionamiento, los camiones viajando , cargando y descargando. Ha de
haber vida en los almacenes, moviendo la mercadería para que llegue puntualmente al cliente. Los derechos
a nuestro favor vencen en determinadas fechas, pero se crean nuevos derechos al vender a crédito a la
clientela. Todo el activo ha de rebosar vitalidad y fuerza.

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Otro nombre sin tacha. El Pasivo (Equity plus Liabilities)
En contraste con la actividad qu respira todo el activo, ahora toca observar la pasividad de los muchos
papeles…documentos que componen el lado derecho del balance llamado pasivo. Los contratos de préstamo
con la banca están pasiva y silenciosamente guardados bajo llave en un archivo. La escritura original de un
préstamo hipotecario permanece silenciosa en el protocolo de una notaría. La copia de esa escritura duerme
silenciosa en uno de los archivos de la empresa. La escritura de constitución de sociedad donde constan las
primeras aportaciones de capital, también se ha unido a la pasividad y silencio de protocolos notariales y
cerrados archivos. La palabra “pasivo” ha estado bien escogida. Luego llegan los zafios que todo lo
deforman en materia de lenguaje. Zafios, ignorantes e insensibles, algunos individuos deciden rebautizar la
palabra deuda con el nombre de pasivo. Le otorgan a una parcela del pasivo, como son las deudas, el nombre
de todo el conjunto. No será la única deformación del lenguaje contable-financiero sobre la que
advertiremos. Lo terrible de los ignorantes de la lingüística es que hablan mucho, muchísimo, propagando y
contagiando el pegadizo veneno de sus términos apócrifos.

La cara y cruz del balance


Hemos dicho que el balance es un denso texto formalizado en dos lados. Piense cuantas cosas gozan de
virtud en sus dos caras…muy pocas. Son pocas las prendas llamadas reversibles utilizables por ambas caras,
una cuchara le sirve por el lado cóncavo solamente. No todos los cuchillos cortan por ambos lados. Le diré
cosas válidas por ambas caras: las páginas de suave papel de un libro que estoy leyendo, las monedas, los
billetes de banco…y también los balances. El balance es como una moneda: ambos lados tienen sentido.
Muy diferentes sentidos por cierto, como la cara del rey tan diferente del decorativo reverso de esa moneda
que te dice que vale 1 euro o 20 céntimos.

Tangibilidad versus inmaterialidad


El activo es hierro, acero, cemento, madera… materiales del mobiliario, máquinas, instalaciones industriales,
camiones, utillaje, ordenadores y el largo etcétera que iremos desgranando en pasos sucesivos. El valor en
unidades monetarias (euros, dólares, yenes…) del activo te habla del tamaño de la empresa, de su
envergadura, de su capacidad de producir, transportar o dar servicio. Te habla de su capacidad de competir e
innovar…fuerza, vitalidad… moviendo el pesado acero o los ligeros envases en los almacenes o los
numerosos apuntes de las deudas de los clientes.

El pasivo es documental, papeles y más papeles, desde la blancura de los más recientes documentos hasta las
hojas amarillentas de un contrato de préstamo del que ya han vencido unos cuantos años. ¿Pero, qué me
dicen esos papeles de diferente extensión y color? Nos explican de donde proceden los fondos que han hecho
posible ese hercúleo activo. Nos explican en cuanto han contribuido los accionistas (shareholders) en forjar
el activo y en cuanto los acreedores (creditors): proveedores y banqueros. En el ejemplo numérico que
hemos visto anteriormente, el protagonismo de la financiación correspondía a los accionistas que habían
hecho aportaciones de fondos (150), tres veces superiores a la financiación de los acreedores. Activo y
Pasivo nos hablan de historias muy diferentes.

El activo responde a una pregunta: ¿Qué hay? Y el pasivo a otra muy diferente: ¿Quién ha hecho posible lo
que hay?

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