El Debe y el Haber: un insulto a su inteligencia

Bases contables para la Finanza empresarial

La amortización: agua cristalina tal como se lo explico.
El tema de la amortización o depreciación de los activos fijos resulta confuso para muchas personas. A
menudo oyes expresiones que asimilan la amortización de una máquina a la consecución de una suma de
beneficios trabajando con la máquina que suponen haber recuperado ya su valor. Esto no es cierto. La
expresión que oímos es: “Con lo que este individuo ha ganado con esta máquina ya la tiene más que
amortizada…ahora todo lo que obtiene con el trabajo de la máquina es puro beneficio…” Expresión
incorrecta. La amortización (sinónimo de depreciación) es la constatación de que una máquina, el mobiliario,
el utillaje etc. van perdiendo valor con el tiempo, hasta el día que por exceso de averías o por obsolescencia
técnica, hay que retirar esa máquina o el mobiliario de las oficinas, los ordenadores o determinado utillaje.

¿Cuáles son los activos fijos que no pierden valor por desgaste u obsolescencia técnica? Los terrenos y las
participaciones accionariales en otras empresas. El terreno que sustenta un edificio o que es edificable en un
futuro, puede tener pérdidas de valor a causa de una crisis económica en ciertas áreas o países, pero en
épocas de bonanza suele revalorizarse. El terreno no sufre un desgaste sistemático como un camión o una
grúa. Las participaciones accionariales (shares portfolio) en otras empresas: filiales (subsidiaries) y
participadas aumentarán de valor si esas empresas van bien y evidentemente pierden valor si las filiales y
participadas van obteniendo pérdidas, pero no hay una pérdida de valor sistemática como la de un ordenador
que pierde modernidad cada año.

Repasemos el comportamiento de otros activos fijos en cuanto a su proceso de pérdida de valor, depreciación
o amortización:

Los edificios. Es preciso separar el valor del terreno que sustenta el edificio del valor del edificio
propiamente dicho. El concepto de finca urbana, industrial o agrícola reúne dos conceptos con evolución de
valor muy diferente. El terreno que sustenta el edificio, no sufre depreciaciones sistemáticas. El edificio sí.
Tarde o temprano la fachada puede sufrir desprendimientos, los tejados averías, los suelos piden cambios, los
elementos de obra de madera pueden deteriorarse. Los edificios se amortizan porque la obra va perdiendo
valor. Obviamente un edificio lo sometemos a dos “impulsos”: su pérdida de valor por las razones que
hemos aducido y los aumentos de valor por grandes arreglos en suelos, fachada y tejado

Instalaciones de luz y fuerza: Tarde o temprano, mejor tarde, piden cambios por razones de eficiencia y
seguridad, luego su depreciación sistemática es muy clara.

El mobiliario industrial o de oficinas: Pierde modernidad, pide actualizaciones.

Seguiríamos hablando de ordenadores, utillaje, maquinaria, parque móvil y siempre encontraremos la

evidencia de su pérdida continuada de valor.

¿Cómo estimamos la depreciación anual de los activos fijos amortizables? Lo hacemos siguiendo la
normativa oficial. El Ministerio de Hacienda fija los años de vida útil de las distintas partidas que integran el
activo fijo empresarial. Dividimos el valor de compra del bien de activo fijo por el número de años de vida

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útil y tenemos un valor lineal de depreciación anual. Esto no es preciso ni exacto, no refleja la estricta
realidad de la pérdida de valor de un activo fijo, porque hay años de mayor desgaste o mayor obsolescencia
que otros, pero es una forma de aproximar un coste. Si fuéramos capaces de estimar con fundamento el valor
residual del activo amortizable, podríamos restarlo del valor de compra y la cifra resultante dividirla por los
años de vida útil. La realidad es que actualmente esto es de muy difícil estimación. ¿Cuánto valdrá un
ordenador tras tres o cinco años de uso? ¿Cuánto una máquina? La tecnología avanza a ritmo veloz y los
activos fijos pierden valor rápidamente. Muchos activos fijos se amortizan por su totalidad, porque la
esperanza de un valor residual es muy tenue modernamente.

¿Qué pasa con los activos inmateriales? Gastos de constitución, Patentes, Marcas, Estudios de mercado etc.

También pierden valor. La normativa legal es todavía más imprecisa y débil que en el caso de los activos
materiales. Hay activos inmateriales que el Plan Contable Oficial torpemente no permite que aparezcan en el
Activo: Gastos de constitución, Gastos de puesta en marcha, Proyectos industriales…

Este sistema absurdo de contabilización que obliga a restar estas inversiones del Capital Propio como si no
fueran inversiones reales, ahorra la reflexión sobre sus difíciles cálculos de vida útil.

El valor anual de la amortización se va a registrar como un coste en el Estado de Resultados, tema del que
hablaremos más adelante. Por otra parte esa pérdida gradual de valor de los activos fijos debe aparecer en el
balance, de manera que los activos fijos, año tras año presentan cifras menores.

Veamos un ejemplo: La empresa A adquirió un camión hace tres años por un valor de 101.000 euros. Al
valor de compra del camión nuevo se le ha dado un nombre copiado del inglés y que sirve para complicar las
cosas. En vez de llamarle “valor de compra” o “valor del camión nuevo”, la terminología contable lo
denomina “valor bruto” traducido del inglés gross value. Tras la compra del camión se le otorgó una vida útil
(technical life) de 5 años con una expectativa de alcanzar el millón de kilómetros, momento de retirar el
camión, por un valor estimado de desguace de 1.000 euros. El valor a amortizar queda por 100.000 euros.
Una vida útil de 5 años, supone una amortización lineal anual de 20.000 euros. Dado que la empresa lleva
tres años con el camión, ha acumulado ya depreciación (accumulated depreciation or Depreciation Fund)
por 60.000 euros. El valor en balance es el siguiente:

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 Valor bruto del camión 101.000 euros
-Amortización acumulada - 60.000 euros
Valor neto del camión en balance 41.000 euros

Con ánimo de complicar la terminología contable, el valor neto que aparece en el balance, también recibe
el nombre de “valor contable” o “valor en libros” (book value), aunque lo normal en el balance es que se
hable de activo fijo neto. Algunos contables presentan el valor del activo fijo, citando el valor bruto y
restando el valor de “Amortización acumulada” o “Fondo de Amortización”. En otros casos se hace una
presentación simplificada citando directamente el activo fijo a valor neto.

Volveremos a hablar de este tema de la amortización, por su importancia en la finanza y economía de todas
aquellas empresas con cierto volumen de inversión en activo fijo. De momento espero que estas primeras
ideas le hayan acercado ya al concepto de la amortización.

Ya sabe suficiente Contabilidad para entender con seguridad las

finanzas empresariales
Así es. No hace falta ir mucho más lejos. Para entrar en los módulos siguientes en los conocimientos de la
finanza empresarial, le basta con haber captado la lógica práctica del activo y del pasivo. Saber cómo van
apareciendo sucesivamente las cuentas en el balance. Ver la lógica de movimientos que se suceden
exclusivamente dentro del Activo y aquellos que requieren de financiación adicional aumentando ambos
lados del balance. Ha podido ver cómo y por qué razón el beneficio aparece en el Pasivo, dando origen luego
a las Reservas dentro del gran grupo del Capital Propio. Se ha iniciado también en el conocimiento de un
concepto clave, como es la amortización.

Ver Plan Contable Español 2016 para acceder a Plan de Cuentas PGC y Plan general de Contabilidad de
Pymes.

Un simple listado de cuentas se puede ver en este link:

www.contabilidad.tk/files-contabilidad/plan-cuentas-PGC-contabilidadtk.pdf

Para ver “normativa” y también listado de cuentas se puede consultar este otro link:

www.icac.meh.es/documentos/contabilidad/pgcpymes%20arreglado%20correccion%20erratas.pdf

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