Está en la página 1de 2

FENOMENOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO

La actitud del idealismo propone la afirmación de la existencia del yo pensante; y


que todo pensamiento garantiza la existencia del yo que piensa. Como
consecuencia, los objetos del pensamiento se convierten en problemas.

Para poder salir del sí mismo, Descartes distingue una idea entre los pensamientos,
que garantiza que el objeto pensado existe: es la idea de Dios.

La actitud idealista lleva en primer lugar a la filosofía a


una reflexión lógica y psicológica sobre los pensamientos
y sus objetos.
Los pensamientos sobre los objetos son conocimientos
de ellos, por lo tanto, esta postura tiene que comenzar
con una teoría del conocimiento.

Esta teoría podrá ser principalmente psicológica, o sea,


teniendo en cuenta a los pensamientos como vivencias
o podrá ser una teoría lógica, que se fijará en los
pensamientos como enunciados del objeto.

Todos los filósofos del idealismo sintieron la necesidad de anteponer una teoría del
conocimiento, estableciendo sus orígenes, sus alcances, sus límites y sus
posibilidades, antes de tratar el tema metafísico.

John Locke, por ejemplo, hace una teoría del conocimiento en su “Tratado sobre el
entendimiento humano”, donde estudia el origen de las ideas y de los
pensamientos; donde se ocupa de si las ideas corresponden a realidades o
impresiones efectivas y de cómo las ideas complejas derivan de las simples; y otros
filósofos ingleses también hacen lo mismo.

Berkeley, antes de su teoría metafísica resuelve el problema del conocimiento.


Hume, también soluciona el problema del conocimiento antes de proponer su teoría
positivista, no metafísica.

En Europa ocurre lo mismo, con excepción de Espinosa, Leibniz y Kant, también se


proponen la cuestión del conocimiento como primera tarea.

Por lo tanto, el idealismo exige ante todo una descripción fenomenológica del
conocimiento, es decir, poner entre paréntesis todas las contingencias históricas
del objeto, sus relaciones existenciales o no existenciales y aislándolo de toda
peculiaridad que se relacione con él, independientemente de si existe o no existe,
si es posible o no es posible.

El fenómeno es entonces lo que queda como resultado de este aislamiento de algo


con respecto al resto de la realidad; y la descripción de ese algo se denomina
descripción fenomenológica.

Como primeros elementos del conocimiento tenemos el sujeto pensante, el sujeto


cognoscente y el objeto conocido, o sea que todo conocimiento será de un sujeto
sobre un objeto.

El conocimiento, por lo tanto, siempre será la dualidad sujeto-objeto, que al mismo


tiempo es una relación, o mejor dicho una correlación, ya que no pueden pensarse
uno sin el otro, y esa correlación irreversible.

El sujeto sale de sí mismo para captar el objeto por medio de un pensamiento, el


objeto produce una modificación en el sujeto, y esa modificación es el pensamiento.

El objeto es trascendente con respecto al sujeto, porque siempre permanece


mediatizado por el pensamiento.

La verdad del conocimiento la da la coincidencia del objeto con el pensamiento, y


esta concordancia es considerada por muchos filósofos como criterio de verdad,
pero más bien es la definición de la verdad, la esencia misma de la verdad.

Uno de los problemas de la teoría del conocimiento es lograr esta certeza, o sea
saber si el objeto verdaderamente coincide con el pensamiento, de manera que
será necesario establecer los criterios y métodos para saber si el conocimiento es
o no verdadero.

Esta descripción fenomenológica del conocimiento nos revela las relaciones que
tiene necesariamente la teoría del conocimiento con la psicología, la lógica y la
ontología.

Fuente: “Lecciones preliminares de psicología”, Manuel García Morente.

También podría gustarte