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HANNYS PINTO
CÉLULAS GLIALES
El Sistema Nervioso no sólo está formado de neuronas. Junto con las neuronas, que son la
unidad funcional del SN, encontramos las células gliales (neuroglia o glía).
Las neuroglias, también llamadas células gliales, son células del sistema nervioso. Forman
parte de un sistema de soporte y son esenciales para el adecuado funcionamiento del tejido
del sistema nervioso. A diferencia de las neuronas, las células gliales no tienen axones,
dendritas ni conductos nerviosos. Las neuroglias son más pequeñas que las neuronas y son
aproximadamente tres veces más numerosas en el sistema nervioso.
sí, el término neuroglia querría decir “adhesivo de las neuronas”.
ASTROCITOS
Son las células gliales más abundantes y se denominan de esta manera por su forma
estrellada.
Se encuentran en el cerebro y la médula espinal. Son neuroglia en forma de estrella que
reside en las células endoteliales del SNC que forman la barrera hematoencefálica. Esta
barrera restringe qué sustancias pueden ingresar al cerebro. Los astrocitos protoplasmáticos
se encuentran en la sustancia gris de la corteza cerebral, mientras que los astrocitos fibrosos
se encuentran en la sustancia blanca del cerebro. Otras funciones de los astrocitos incluyen
el almacenamiento de glucógeno, la provisión de nutrientes, la regulación de la
concentración de iones y la reparación de neuronas.
Suministro de nutrientes a las neuronas: ejercen de enlace entre el sistema circulatorio
(donde se encuentran los nutrientes que las neuronas necesitan) y las neuronas.
Soporte estructural: se encuentran entre las neuronas y proporcionan soporte físico a las
neuronas y consistencia en el encéfalo.
OLIGODENDROCITOS
Los oligodendrocitos son estructuras del sistema nervioso central que envuelven algunos
axones neuronales para formar una capa aislante conocida como vaina de mielina. La vaina
de mielina, compuesta de lípidos y proteínas, funciona como un aislante eléctrico de los
axones y promueve una conducción más eficiente de los impulsos nerviosos.
Forman la capa de mielina del SNC: un solo oligodendrocito puede mielinitzar diferentes
segmentos de un mismo axón o de axones diferentes (de 20 a 60 axones diferentes).
El oligodendroglia también tiene una función protectora sobre los axones no mielinizados,
ya que los rodea y los mantiene fijos
CÉLULAS DE SCHAWNN
MICROGLIA
Las microglia son células extremadamente pequeñas del sistema nervioso central
que eliminan los desechos celulares y protegen contra microorganismos (bacterias,
virus, parásitos, etc.). Se piensa que las microglias son macrófagos, un tipo de
glóbulo blanco que protege contra la materia extraña. También ayudan a reducir la
inflamación mediante la liberación de citoquinas antiinflamatorias.
CÉLULAS EPENDIMARIAS
Las células ependimales son células especializadas que recubren los ventrículos
cerebrales y el canal central de la médula espinal. Se encuentran dentro del plexo
coroideo de las meninges. Estas células ciliadas rodean los capilares del plexo
coroideo y forman líquido cefalorraquídeo.
Las células ependimarias, al igual que las demás células de la neuroglia, derivan de
una capa de tejido embrionario conocido como neuroectodermo.
TUMORES CEREBRALES
Un tumor cerebral es un crecimiento de células anormales en el tejido del cerebro.
Signos y síntomas
El cerebro tiene pocas posibilidades de expandirse (crecer) al estar rodeado de una
estructura ósea rígida y cerrada que es el cráneo. Por ello, cuando aparece un tumor y crece,
los síntomas se presentan en general de forma rápida y brusca. Los síntomas variarán en
función del área(s) afectada(s) y pueden ser variados. Un tumor cerebral puede debutar con
crisis epilépticas (convulsiones) o con síntomas generales como la falta de concentración,
lentitud de pensamiento, cambios de carácter o comportamiento (denominados cognitivos),
o también con síntomas secundarios debidos al incremento de la presión intracraneal (dolor
de cabeza, vómitos) o finalmente con síntomas más relacionados con la localización del
tumor como pueden ser alteraciones en los movimientos o del lenguaje, etc.
En tumores de los lóbulos frontales pueden aparecer alteraciones denominadas motoras
como parálisis de la cara o extremidades, trastornos del lenguaje, trastornos de la función
cognitiva (cambios de humor y falta de atención), alteraciones de la conducta y de la
personalidad e incontinencia (pérdida) urinaria y/o intestinal.
En tumores de los lóbulos temporales pueden aparecer trastornos visuales, o auditivos o
del equilibrio o del olfato y gusto. También trastornos del lenguaje o de la memoria, así
como alteraciones emocionales y de la conducta.
Los lóbulos parietales no tienen una buena separación del resto de lóbulos lo que ocasiona
manifestaciones clínicas más complejas. Se pueden presentar diversos síntomas como
trastornos visuales o dificultad en el reconocimiento de objetos o de partes del cuerpo o del
lenguaje.
ASTROCITOMA
Astrocitoma grado I (astrocitoma pilocítico): especialmente frecuente en niños. Presenta
muy buen pronóstico, dado que la resección completa supone la curación en la inmensa
mayoría de los casos.
Astrocitoma grado II, es el astrocitoma difuso: dentro de este grupo existen diferentes
subgrupos con características propias. Es un tumor infiltrante y con una tendencia a
evolucionar hacia lesiones de histología más agresiva.
Astrocitoma grado III o astrocitoma anaplásico: Es un tumor igualmente invasivo, aunque
sus características histológicas le confieren un peor pronóstico que los grupos anteriores,
puede evolucionar hacia glioblastomas multiformes.
Astrocitoma grado IV o Glioblastoma multiforme: Es el de mayor agresividad y a la vez
el más frecuente de los astrocitomas.
ASTROCITOMA PILOCÍTICO
El astrocitoma pilocítico es el tumor glial más común en la edad pediátrica, con un pico de
incidencia en los 10-12 años
Este tumor se presenta generalmente como una lesión circunscrita y bien delimitada, de
crecimiento lento y puede ser sólido o quístico.2 Suelen apreciarse con facilidad en las
imágenes de TC y RM. Los quistes pueden ser monoloculares o multiloculares, con el
nódulo tumoral encapsulado en el interior. El astrocitoma pilocítico generalmente aparece a
nivel del cerebelo, tronco cerebral, región hipotalámica, nervios y quiasma óptico, y en
general en cualquier área donde haya presencia de astrocitos, incluyendo los hemisferios
cerebrales y la médula espinal. La localización más frecuente es el cerebelo.
Estos tumores suelen ser no infiltrantes, en el sentido de que tienden a permanecer en el
área donde se iniciaron y no se diseminan al tejido circundante, por lo que se clasifican en
el grado I de malignidad de la OMS. Su progresión a grados superiores es extremadamente
rara.4 En muchos casos, la cirugía puede ser curativa si se consigue una resección completa
del tumor.
Los síntomas más comunes son debidos a la compresión del parénquima cerebral como
resultado del efecto masa (debido a la hiperactividad de la proliferación celular) y al
aumento de la presión intracraneal. Los síntomas pueden variar dependiendo de la
ubicación y el tamaño de la neoplasia, aunque los más frecuentes son náuseas, vómitos,
dolor de cabeza, ataxia y alteraciones visuales.
El diagnóstico de este tumor se lleva a cabo normalmente usando la tomografía
computarizada (TC) o la resonancia magnética nuclear (RM) del cráneo, con medio de
contraste. De manera complementaria, puede añadirse una tomografía por emisión de
positrones (PET).8
Diagnóstico
La RM ofrece una mayor sensibilidad en comparación con la TC, si bien no siempre es
fácilmente accesible y presenta contraindicaciones, por ejemplo, no se puede utilizar en
pacientes con marcapasos, prótesis incompatibles con el campo magnético, clips metálicos,
etc. En las imágenes de TC y RM el astrocitoma pilocítico aparece como un tumor con
márgenes bien definidos, redondeado, sólido o asociado a macro o microquistes. El 10%
presenta calcificación.3 La captación de contraste es prácticamente homogénea y muy
intensa. Este hallazgo es indicativo de una fuerte vascularización del tumor, aunque en este
caso no se considera indicativa de malignidad. En fosa posterior, el diagnóstico diferencial
se hace con el meduloblastoma, el ependimoma y el hemangioblastoma, y en la región
quiasmática con el craneofaringioma.
Seguimiento
Después de la cirugía, el paciente debe ser controlado con RM encefálica cada seis meses
durante los dos primeros años, y después anualmente durante otros 5-6 años. Finalmente, la
frecuencia de los controles de imagen pasa a ser cada dos o tres años.
EPENDIOMAS
Un ependimoma es una neoplasia intracraneal del sistema nervioso central, que aparecen
comúnmente en el cuarto ventrículo en niños y en el conducto ependimario o raquídeo en la
región lumbosacra en adultos. Los enfermos afectos de neurofibromatosis tipo II pueden
desarrollar este tipo de neoplasia. Los ependimomas se tratan quirúrgicamente mediante
una resección total, presentando un pronóstico bueno en cuanto a supervivencia. A los 5
años se espera una sobrevida de 80%, aunque no todos los ependimomas puede resecarse
completamente, por lo que se emplea además la radioterapia y quimioterapia.
Los ependimomas se componen de células con núcleos regulares y ovoides o circulares. Por
lo general se acompañan de una parénquima denso y fibroso haciendo que las células
tumorales adopten una forma glandular y elongada que tienen cierto parecido al canal
ependimal embriológico con vasos sanguíneos irrigando la neoplasia.2 Los ependimomas
extraespinales o extradurales pueden ser una forma muy inusual de teratoma.
Los ependimomas son neoplasias gliales poco frecuentes (2-9% de los tumores cerebrales
primarios) originados a partir de las células que tapizan el sistema ventricular, el epéndimo.
Sin embargo, también pueden localizarse en el parénquima cerebral sin contacto con los
ventrículos. La incidencia de los ependimomas es la misma en varones y mujeres, siendo la
mediana de edad al diagnóstico de 5 años, con un 25-40% de los casos diagnosticados antes
de los dos años. No se conoce ningún factor etiológico de esta enfermedad, aunque los
pacientes con neurofibromatosis tipo II tienen mayor riesgo de padecerlos (Ebert C, et al;
1999). Aproximadamente el 60% de los ependimomas son infratentoriales y un 40%
supratentoriales (Schiffer D; 1991). El IV ventrículo es el origen más frecuente y en esta
localización el tumor se extiende hacia las cisternas de la fosa posterior a través de los
forámenes de Luschka y Magendie.
El ependimoma es un tipo de tumor que se puede formar en el cerebro o en la médula
espinal. El ependimoma comienza en las células ependimarias del cerebro y la médula
espinal que recubren los conductos donde fluye el líquido (líquido cefalorraquídeo) que
alimenta el cerebro.
Los tumores ependimarios son neoplasias muy poco frecuentes que derivan de las células
que rodean el sistema ventricular. La mediana de edad al diagnóstico es de 5 años, con un
25-40% de los casos diagnosticados antes de los dos años. La localización más frecuente es
la pared del cuarto ventrículo, pero también pueden presentarse a nivel supratentorial o en
la médula espinal. La variante mixopapilar se origina en el cono medular y filum terminal.
El ependimoma puede aparecer a cualquier edad, aunque, en general, aparece en niños
pequeños. Los niños con ependimoma pueden padecer convulsiones y dolores de cabeza. El
ependimoma que se presenta en adultos tiene más probabilidades de formarse en la médula
espinal y puede provocar debilidad en la parte del cuerpo que controlan los nervios
afectados por el tumor.
El tratamiento primario para el ependimoma es la cirugía. Con respecto a los tumores
más agresivos o que no se pueden extirpar por completo con la cirugía, es posible que
recomienden otros tratamientos, como la radioterapia o la quimioterapia.
El lugar de origen de estas neoplasias varía según la edad, siendo más frecuente la
localización intracraneal infratentorial en la infancia y la localización espinal en el adulto.
Las neoplasias que se originan en el sistema ventricular debutan frecuentemente con
hipertensión intracraneal por bloqueo del flujo de LCR. En los ependimomas de la fosa
posterior se añaden otros síntomas como ataxia, diplopía, vértigo y paresia de pares
craneales, mientras que los supratentoriales asocian sintomatología focal neurológica como
hemiparesia, hemihipoestesia, hemianopsia homónima o disfasia.
La radioterapia focal se utiliza en los casos en que la resección es incompleta, siendo
discutido su uso cuando la resección es completa, especialmente si estamos ante un tumor
de grado I o II. En el caso de que existan implantes meníngeos, es necesario realizar una
radioterapia cráneo-espinal total.
OLIGODENDROGLIOMA GRADO II
El oligodendroglioma (OD) es un glioma grado II según la clasificación de la OMS 2007.
Los OD representan entre el 5 y el 20% de todos los tumores gliales, y aparecen en adultos,
con un pico de incidencia entre los 35 y los 45 años. Es un tumor infiltrante, difuso, bien
diferenciado, de localización habitual en la sustancia blanca de los hemisferios cerebrales,
predominantemente en el lóbulo frontal. Es muy frecuente que presente calcificaciones,
mejor visualizadas en TC craneal. Los OD tienen una mayor sensibilidad al tratamiento y
mejor pronóstico que otros gliomas. El síntoma de presentación más frecuente son las crisis
epilépticas, que suelen conducir al diagnóstico y, probablemente por este motivo, esta
forma de presentación se asocia a mejor pronóstico.
La cirugía permite la obtención de material para llegar al diagnóstico histológico definitivo
y caracterización molecular del tumor. A su vez es la primera maniobra terapéutica que, en
la mayoría de los pacientes, además de mejorar la sintomatología, mejora el pronóstico.
El síntoma de presentación más frecuente son las crisis epilépticas (aproximadamente un
60% al diagnóstico). La aparición de una crisis epiléptica suele conducir al diagnóstico y,
probablemente por este motivo, esta forma de presentación se asocia a mejor pronóstico.
Sin embargo, al tratarse de tumores de crecimiento lento, los síntomas pueden aparecer de
forma insidiosa en forma de cefaleas, cambios de conducta, depresión, dificultad de
concentración, etc., y prolongarse durante años antes de llegar al diagnóstico.
TUMORES HIPOFISIARIOS
Un tumor hipofisario es una lesión localizada en la hipófisis. La mayoría de los tumores
hipofisarios son adenomas hipofisarios (suponen el 95%) que se originan a partir de las
células de la propia hipófisis. Prácticamente, siempre son benignos y de crecimiento lento,
solo un pequeño porcentaje se expande hacia estructuras vecinas.
Adenomas hipofisarios benignos: son tumores que no son cancerosos. Estos crecen muy
lentamente y no se diseminan desde la hipófisis hasta otras partes del cuerpo.
Carcinomas hipofisarios: tumores que son malignos (cáncer). Estos tumores de hipófisis
se diseminan hasta otras áreas del sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal) o
fuera del sistema nervioso central. Muy pocos tumores de hipófisis son malignos.
TUMORES HEMATOPOYÉTICOS
LINFOMA
El linfoma primario del sistema nervioso central es un subtipo que se deriva de un linfoma
agresivo no-Hodgkin (significa que es diferente a la enfermedad Hodgkin) que se
especializa en el Sistema Nervioso Central (cerebro, médula espinal, ojos y/o
leptomeninges), originado de los linfocitos B, sin evidencia de éste en el momento del
diagnóstico. Estos constituyen un 4% de los tumores primarios del Sistema Nervioso
Central y el 6% de los tumores intracraneales. Esta enfermedad produce células cancerosas
(células malignas) en el tejido linfático del cerebro y de la Médula Espinal.
El linfoma primario del SNC supone un 2% de los linfomas extraganglionares y un 1% de
los tumores intracraneales.
Los linfomas son un tipo de cáncer que se origina en las células del Sistema Linfático (parte
del Sistema Inmunitario). Los linfocitos (células del Sistema Linfático) entran y salen del
Sistema Nervioso Central, estos linfocitos se tornan malignos y forman el linfoma en el
sistema nervioso central.1
El término primario enfatiza la distinción entre las lesiones y la afectación secundaria del
SNC por el linfoma que se origina en otras partes del cuerpo. El linfoma cerebral primario
es por lo regular multifocal en el parénquima encefálico, aunque la afectación ganglionar,
de la médula ósea o extraganglionar fuera del SNC es una complicación rara y tardía. Los
Linfomas Cerebrales Primarios se presentan alrededor de la sexta década de vida y se
manifiestan con deterioro cognitivo, cefalea y déficit neurológicos focales.
PROTOCOLO QUIRÚRGICO
Instrumental:
* Canasta de neuro – cráneo * Craneotomo * Pinza del bipolar
* Pinzas raney - Ganchos Raney * Instrumental de microcirugía *
Separador cerebral (Leyla -YasargilI
Elementos:
* Paquete de ropa * Caucho de succión (2) * Lápiz del electrobisturí
* Cable del bipolar * Compresas Accesorias
Insumos
* Cotonoide * Jeringa 20 cc (2) * Jeringa 10 cc
* Yelco – branula * Gasas * Steri drape
* Bandas elásticas * Agujas Hipodérmicas * Guantes
* Apósito * Forro Plástico * Cera ósea
* Hoja de bisturí 20 – 15 * Hemostáticos: Surgicel – geolfoam – lyostip
Medicamentos EQUIPO
* Xilocaína 1 – 2 C. E * Monopolar * Microscopio
* Solución Salina * Bipolar * Balas de nitrógeno
* Agua oxigenada * Equipo de aspiración
Suturas
* Nylon 2/0 -3/0 Sc20 - Prolene 2/0 – 3/0 P3: Piel
* Vicryl 0 – 1 Ct1: Galea Aponeurótica - músculo
* Vicryl (Poliglactín) - Seda 3/0 Sh1 – 4/0 Rb1 Suturar la duramadre
* Seda 2/0 Sc26: Fijar campos
* Prolene (polipropileno) 0 – 1 Ct1 o Alambre quirúrgico.
* Vicryl 0 o 1 Ct1 para afrontar cuero cabelludo
Arreglo de mesas
TÉCNICA QUIRÚRGICA
Paciente en posición decúbito dorsal con la cabeza rotada hacia el lado contrario de la
lesión.
* Asepsia y antisepsia
* Craneotomía osteoplástica en el área de la lesión.
Incisión de la duramadre en forma de cruz con hoja 15 y se cubre con cotonoides húmedos.
* Si el tumor tiene un componente quístico (Según TAC) se puncionará con cánula de
Cushing previa electrocoagulación bipolar de los vasos corticales vecinos al área escogida
para la punción y se evacua el contenido líquido el cual se recoge en un recipiente.
* Ayudados por el separador automático de Leyla (Yasargil) se fija las espátulas cerebrales
exponiendo el tejido tumoral del cual se toma muestra con pinzas Aligátor o biotomo y se
envía para el estudio de anatomía patológica por congelación.
* Extirpamos la mayor parte posible del tumor mediante fragmentación progresiva con
pinzas Aligátor y succión evitando las maniobras bruscas de presión, tracción o rotación
que puedan lesionar el tejido sano vecino.
* Una vez extirpado el tejido neoplásico se revisa la hemostasia en el lecho tumoral
irrigando con suero fisiológico tibio y cauterizando los vasos sangrantes con la coagulación
bipolar.