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TRABAJO DE COMERCIAL III

TITULOS IMPROPIO

CARLOS MARIO BATISTA GARCIA

PROFESOR:
CARLOS LIÑAN

UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR


FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES
PROGRAMA DE DERECHO
2019-1
INTRODUCCION

El fin de este trabajo es conocer sobre los títulos impropios, los cuales
no reúnen todas las características esenciales de un título de crédito,
además de que nacen y quedan atados a una relación contractual.
Los títulos impropios tienen dos funciones: la de identificar a quien tiene
el derecho de exigir la prestación que en ellos se consta y la de facilitar
la transmisión del crédito legitimado al cesionario mediante la posesión
del documento.
Alguno de estos títulos son estos los billetes de lotería, las papeletas de
empeño con cláusula al portador, los billetes de entrada a espectáculos,
etc.
TÍTULOS IMPROPIOS

GENERALIDADES.
NOCIÓN
es aquel documento que no está creado y emitido para circular, aunque excepcionalmente
puede ser transferido, que no reúne una literalidad, cabe citar que dicha literalidad no existe
respecto al elemento subjetivo, puesto que aislado de este si contiene o incorpora la
literalidad del servicio u objeto; cuya explicación de estas características, será ampliada
concretamente en lo que sigue.
NATURALEZA
La naturaleza de estos títulos puede resultar variada; si hacemos mención a la materia, ésta
es de carácter mercantil; en cuanto a la funcionalidad, puede citarse una naturaleza de uso
o disfrute, (por ejemplo el boleto de avión, el boleto de ferrocarril), y por la pretensión
pecuniaria ejecutiva, (por ejemplo el billete de lotería), puesto que su adquiriente y luego
poseedor o tenedor, al resultar beneficiado, puede exigir en el caso de negativa, se haga
efectivo en la vía que corresponda al pago del importe contenido en el título; siendo la vía
a invocar la vía sumarial o arbitraje pactado por derivarse de actos de comercio.
CONCEPTO.
Indistinta y erróneamente se ha utilizado con el de definición, de tal suerte oportuno resulta
señalar que concepto en sí es el término, palabra o expresión, y la definición la explicación
de éste, atendiendo para ello a todos los elementos que lo integran.
DEFINICIÓN.
Citado lo anterior, puede definirse al título impropio como aquel documento que no está
creado para circular, que no contiene una literalidad en cuanto al elemento subjetivo y que
no están firmados.
OBJETO
Como todo acto comercial es de orden contractual, puede asumirse un contrato de uso,
goce o disposición (ejemplo: boleto de avión, boleto de juegos recreativos, boleto de
ferrocarril, billete de lotería) o bien como un contrato de obligación de dar o entregar, (por
ejemplo el billete de lotería), en el caso de que tal adquiriente luego denominado poseedor
o tenedor resulte beneficiado, existe para quien lo ha creado o emitido la obligación de
entregar el importe consignado en el título, según las disposiciones insertas en el mismo.
En conclusión, puede afirmarse un doble objeto, el contractual y el excepcional. El primero,
quedó concretamente explicado, en cuanto al segundo, cabe anotar que se da una
excepcionalidad derivada, que quien posea el título sin demostrar como causa previa que
lo ha adquirido contractualmente, se presume por ello una legítima propiedad por su
poseedor o tenedor.
CIRCULACIÓN.
Se realiza anormalmente por ser títulos que no están creados para circular; en forma casual
o accidental y no por destino. Como nota aclarativa, pueden ser transferidos por simple
tradición, contrario sensu, al título de crédito, el destino de éste radica precisamente en su
circulación, de allí el justificativo de las diferentes doctrinas que existen al respecto para los
títulos nominativos, a la orden y al portador, cuya explicación ya se anotó con antelación;
existe la excepción para aquellos títulos cuya limitación mediante la cláusula no negociable
y no endosable, propios de la creación.

APRECIACIÓN:
En torno a esta materia, se puede sostener que los boletos de transporte, no pueden ser
calificados como títulos de crédito, así también es discutible si lo son o no, los boletos de
lotería y las pólizas de seguro; se concluye, que son simples documentos que legitiman e
identifican una obligación de dar o hacer.

CARACTERÍSTICAS.
1. INEXISTENCIA DE LITERALIDAD
De tal suerte no constituyen carácter de nominativos, por no estar creados a favor de
persona determinada, en consecuencia revisten el carácter de títulos al portador y carecen
de literalidad en cuanto al elemento subjetivo.
2. NO ESTÁN FIRMADOS
Su creador, emisor, no los firma, excepto la firma inserta mediante el mecanismo de
facsimil, debido a la inexistencia de la misma, cabría citar que la creación y emisión de los
mismos se determina por simbología institucional, verbigracia por la institución creadora –
emisora, por ejemplo: los billetes de lotería, boleto de avión.
3. NO ESTÁN CREADOS PARA CIRCULAR
Con antelación se ha explicado que los títulos impropios (documentos confundibles con los
títulos de crédito), a diferencia de éstos no están creados para circular, claro
excepcionalmente a juicio de la autora accidentalmente pueden ser transferidos por simple
tradición. Tal planteamiento induce a afirmar que por ello los mismos a diferencia de los
títulos de crédito legal y doctrinariamente no cuentan con una teoría de circulación.
4. ATRIBUYEN UNA SUPUESTA LEGITIMACIÓN A SU POSEEDOR
Dávalos Mejía expone que ciertamente la confusión surge en los documentos cuyo titular
necesita exhibir una aparente legitimación, a fin de poder retirar o hacer valer un bien o un
derecho aparentemente incorporado en el local del deudor, es decir, no es tanto la
ejecutabilidad, formalidad, autonomía y literalidad de los elementos que comúnmente
originan la confusión de si el documento a la vista es o no un título de crédito, brevemente
se incluye, pues los dos primeros, mediante la cita de los siguientes ejemplos: las
contraseñas de guardarropa o de estacionamiento, los boletos de ferrocarril, boletos de
avión, boletos de barco, boletos de autobús, boletos de acceso a espectáculos, los boletos
de rifas o sorteos, las facturas de bienes muebles, y otros similares.
Los anteriores ejemplos, son documentos que pueden perderse en un momento dado, pero
que de hacerlo, se pierde al mismo tiempo, de momento, el derecho a recuperar la
propiedad o a recibir el servicio, que de no haberse perdido dicho boleto, serviría para
probar que ya fue pagado o cancelado al deudor, pero si bien es cierto, al perderlos se
complica el ejercicio de ese derecho, esto es solo porque ya no se podrá hacer valer de la
forma y métodos ordinarios al tipo de operación (exhibiendo el mismo), pero no debe
pensarse por eso que se ha perdido la propiedad del abrigo, automóvil, derecho de
transporte o premio ganado.
se debe precisar que los instrumentos en referencia corresponden a los denominados por
la doctrina títulos de legitimación o títulos impropios 1, a los cuales no se aplican las reglas
relativas a los títulos-valores, teniendo en cuenta que por expresa disposición (artículo 645
del Código de Comercio) no se asimilan a aquellos los documentos que no estén destinados
a circular, como sucede con los boletos, fichas, contraseñas y los que sirven exclusivamente
para identificar a quien tiene derecho para exigir la prestación correspondiente.
La nota característica de tales dispositivos es que otorgan legitimación activa a quien los
presenta ante el deudor, para que mediante su exhibición éste efectúe con eficacia
liberatoria la prestación a que se encuentra comprometido en virtud de su emisión y entrega.
Se dice asimismo que dichos documentos son simplemente probatorios, porque
comprueban la causa de la obligación y sirven para facilitar su reconocimiento y pago. En
la practica son utilizados en los negocios de compraventa, contratos de depósito, tarjetas
de crédito, tarjetas de autorización de giro, tarjetas micro procesadoras, tarjetas con cinta
magnética, etc. 2.
En relación con estas últimas, especialmente en atención a los fines que están llamadas a
cumplir, se considera del caso citar las siguientes apreciaciones de la doctrina
especializada en la materia:

______________________________________________________________________________

1 SANIN ECHEVERRI, Eugenio. Títulos Valores. Quinta Edición. Ediciones Librería del Profesional. Bogotá, 1993, Página 69.

2 GÓMEZ CONTRERAS, César Darío. Títulos-Valores. Parte General. Editorial Temis S.A., Bogotá, 1996, páginas 135 y 136.
“La tarjeta de crédito permite al usuario efectuar compras en los establecimientos afiliados al sistema
y pagar en cómodos plazos. Es un documento nominativo e intransferible y, desde luego, no incorpora
un derecho, pero lo resalta o representa, y sólo en ese sentido es un instrumento de crédito, como lo
denomina Uría (…).
“La tarjeta de autorización de giro la entregan los grandes almacenes y supermercados a sus clientes
más asiduos con el objeto de que puedan girar cheques al efectuar sus compras. No acreditan
derechos; son un simple instrumento de identificación.
“La tarjeta con cinta magnética o tarjeta débito lleva grabada en la cinta una serie de datos de mucha
utilidad. Con ella se tiene acceso a los cajeros automáticos y, en ocasiones, usando una computadora,
se obtiene conexión con la cuenta bancaria del usuario y se pueden cargar en dicha cuenta los importes
de las adquisiciones o servicios en establecimientos de comercio.
“Mención especial merece la tarjeta microprocesadora o tarjeta inteligente. Esta tarjeta tiene una
célula electrónica (chip), verdadero microcomputador capaz de realizar operaciones matemáticas con
memoria adjunta. Con ella se pueden realizar pagos cuyo importe se descarga en la misma tarjeta,
utilizando un pequeño aparato del tamaño de una calculadora, aparato del que se dispone en cualquier
punto de venta. Además, en la memoria de la tarjeta se pueden (sic) incluir otro tipo de datos como,
por ejemplo, el historial médico del usuario, muy útil sobretodo en caso de accidentes. El uso
generalizado de esta tarjeta, que hasta sirve para pagar el transporte en bus o en metro y para teléfonos
públicos de larga distancia, etc., pondrá en serias dificultades la subsistencia del cheque y del mismo
billete del banco”3.
Los anteriores, junto con los vales de restaurante, canasta, cine, tiqueteras, en general,
todo instrumento electrónico recargable (producto a que alude la consulta) y similares que
ofrece hoy en día el comercio de bienes y servicios, son ejemplos de mecanismos utilizados
en el tráfico mercantil para demostrar que su poseedor es titular de un derecho; sin embargo
y como quedó expuesto, en razón a que su vocación no es circular (por ello, a la luz de la
descripción contenida en el artículo 645 del estatuto mercantil no se enmarcan en la
definición de título-valor), se entregan al portador con el objeto de que él mismo los use, y
aunque puede admitirse en algunos casos la cesión ordinaria, en la práctica ésta se dará
excepcionalmente.

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3 RAVASSA MORENO, Gerardo. Derecho Comercial. Bienes Mercantiles. Tomo II. Títulos Valores.
Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez Ltda. Primera Edición. Reimpresión. Bogotá, 2003. Paginas 148 a 150.
CONCEPTO DE LA SUPERINTENDENCIA FINANCIERA DE COLOMBIA SOBRE LOS
TITULOS IMPROPIOS, SOBRE SU EMISION Y COMERCIALIZACION.

Concepto 2009019569-001 del 28 de abril de 2009.

SÍNTESIS: No se requiere autorización previa de esta Superintendencia para la emisión y


comercialización de los vales, tiquetes o cupones que no incorporen un derecho negociable ni estén
dirigidos a captar recursos de ahorro privado, como sucede con algunos documentos utilizados en
el mercado de alimentos para proveer ante su presentación, bienes o servicios a sus clientes. Los
instrumentos en referencia corresponden a los denominados por la doctrina títulos de legitimación
o títulos impropios, que no están destinados a circular y cuya nota característica es otorgar
legitimación activa a quien los presenta ante el deudor, para que mediante su exhibición éste efectúe
con eficacia liberatoria la prestación a que se encuentra comprometido.

«(…) dirigida a conocer si se requiere autorización previa de esta Superintendencia o el cumplimiento


de requisitos para la “…emisión, expedición y comercialización de vales, tiquetes o cupones que
tienen función de pago y que son intercambiables en diferentes establecimientos de comercio por
bienes y servicios”.

Al respecto, le informo que la Ley 964 de 2005 y normas reglamentarias consagran la


regulación de las actividades del mercado de valores que involucran el manejo,
aprovechamiento e inversión de recursos captados del público, entre ellas la emisión y la
oferta de valores.

De manera que para determinar si la emisión, expedición y comercialización de vales,


tiquetes o cupones a que alude su comunicación requieren de autorización estatal previa,
se debe analizar si los mismos constituyen valores en los términos previstos en referido
régimen.

De acuerdo con el artículo 2º de la prenombrada ley, se considera valor para los efectos de
la regulación del mercado de valores, “…todo derecho de naturaleza negociable que haga
parte de una emisión, cuando tenga por objeto o efecto la captación de recursos del público,
incluyendo los siguientes:

a) Las acciones;
b) Los bonos;
c) Los papeles comerciales;
d) Los certificados de depósito de mercancías;
e) Cualquier título o derecho resultante de un proceso de titularización;
f) Cualquier título representativo de capital de riesgo;
g) Los certificados de depósito a término;
h) Las aceptaciones bancarias;
i) Las cédulas hipotecarias;
j) Cualquier título de deuda pública”.
En adición, en el artículo 4°, literal b) de la misma normativa se atribuye la facultad al
Gobierno Nacional para disponer “…el reconocimiento de la calidad de valor a cualquier
derecho de contenido patrimonial o cualquier instrumento financiero, siempre y cuando
reúnan las características señaladas en el inciso 1° del artículo 2° de la citada ley…”.

Con referencia en los anteriores lineamientos y conociendo de modo general la condición


de intransferibles de los vales de restaurante, canasta, cine, tiqueteras, o cualquier otro
instrumento electrónico recargable, tales documentos no reunirían las características
exigidas en artículo 2° de la citada ley, esto es, constituir derechos de naturaleza negociable
que hagan parte de una emisión y tengan por objeto o efecto la captación de recursos del
público.

Respecto de la naturaleza no negociable de los mencionados documentos, esta


Superintendencia, con ocasión de un estudio sobre el particular, se pronunció manifestando
que los instrumentos en referencia corresponden a los denominados por la doctrina títulos
de legitimación o títulos impropios, que no están destinados a circular y cuya nota
característica es otorgar legitimación activa a quien los presenta ante el deudor, para que
mediante su exhibición éste efectúe con eficacia liberatoria la prestación a que se encuentra
comprometido en virtud de su emisión y entrega (Oficio 2008050551-001 de septiembre 9
de 2008).

Se concluye entonces que no se requiere de autorización previa de esta Superintendencia


para la emisión y comercialización de los vales, tiquetes o cupones que no incorporen un
derecho negociable ni estén dirigidos a captar recursos de ahorro privado1, como sucede
en la práctica con algunos documentos utilizados en el mercado de alimentos (restaurantes
y supermercados) para proveer ante su presentación, bienes o servicios a sus clientes,
transacciones que en todo caso estarían sujetas al cumplimiento de las condiciones
establecidas en los negocios celebrados para tales efectos entre las partes interesadas.

Por último, no sobra anotar que el Gobierno Nacional no ha reconocido la calidad de valor
a los referidos documentos.
CONCLUSION

A partir del estudio de los títulos impropios podemos evidenciar que los títulos impropios
sirven exclusivamente para identificar a quien tiene el derecho a exigir la prestación que en
ellos se consigna y no están destinados a circular en el sentido que si lo hicieran no
conferirían derechos autónomos y que el alcance de los derechos que pudieran conferir
serán medidos no por la literal de este documento sino por la relación de la emergen.

Los instrumentos en referencia corresponden a los denominados por la doctrina títulos de


legitimación o títulos impropios, a los cuales no se aplican las reglas relativas a los títulos-
valores, teniendo en cuenta que por expresa disposición (artículo 645 del Código de
Comercio) no se asimilan a aquellos los documentos que no estén destinados a circular,
como sucede con los boletos, fichas, contraseñas y los que sirven exclusivamente para
identificar a quien tiene derecho para exigir la prestación correspondiente.

En consecuencia, podemos afirmar que la principal característica de éstos títulos impropios


reside en que el deudor puede efectuar la prestación con eficacia liberatoria a quien le
presente el documento, el que se legítima como titular del derecho originario. Se trata de
documentos meramente probatorios que comprueban la causa de la obligación legitimando,
además, a su poseedor como titular del derecho respectivo.

No sirven para legitimar al poseedor como eventual cesionario y por ello, cuando queda
demostrado que el poseedor no es el titular originario, cesan los efectos de la legitimación.
Se da como ejemplo el caso de quien presenta el talón de un cheque a la orden para
cobrarlo en ventanilla del banco, pero que resulta no ser la misma persona que ha
presentado el cheque: se hace necesario que pruebe su derecho a cobrar.

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