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I. Estado liberal y Estado benefactor orden político liberal no sólo hacía una distinción
tajante entre Estado y sociedad, sino que incluso los
En sus orígenes, la forma de organización estatal que concebía como dos sistemas con un alto grado de
se llegó a denominar como Estado benefactor obser- autonomía.
vó diversos condicionamientos históricos: el afianza- Como lo ha planteado Picó: “En principio el Estado
miento de los estados-naciones a fines del siglo XIX y es visto como un instrumento pasivo cuya función
principios del XX; la “nacionalización” del capitalismo, consiste solamente en facilitar las reglas y el marco en
provocada por la primera guerra mundial, que mos- el que operan las fuerzas sociales, sin tomar ningún
traba las capacidades potenciales de los estados como protagonismo en el cambio social, y a lo sumo res-
reguladores de las relaciones económicas y políticas ponde a los problemas que genera la economía de
al interior de sus sociedades y con respecto al sistema mercado” (Picó,1987: 4). Bajo tales supuestos, el
mundial; la experiencia rusa, que aunque diferente a Estado no debía tratar de modificar el orden social
las situaciones existentes en los demás países occi- natural, sino que habría de limitarse a asegurar las
dentales, no dejaba de ser una muestra de control total condiciones mínimas para el funcionamiento espon-
sobre los medios de producción y, por ende, de la táneo y, cuando mucho, a intervenir transitoriamente
vida económica global de la sociedad. para eliminar algún bloqueo en la dinámica del orden
Ciertamente, estos factores no son los únicos que autorregulado de la economía.
coadyuvaron para la instauración del nuevo accionar Estas concepciones que habían prevalecido desde
del Estado, sin embargo, esos elementos fueron esen- la época de la Revolución Industrial y de Adam Smith,
ciales para delinear y plantear ciertos rasgos que empezaron a mostrar debilidades e ineficiencias en
pasarían a ser características centrales en la nueva un mundo que había cambiado sustancialmente des-
relación entre Estado y sociedad. de entonces. La modernización, la industrialización y
El Estado benefactor constituyó, por un lado, la un sistema mundial crecientemente complejo, recla-
respuesta que las democracias occidentales ofrecie- maban ajustes en el funcionamiento del sistema
ron a los enormes desajustes en la economía capitalis- capitalista que la autorregulación no era capaz de
ta provocados por la crisis de 1929, así como a las proporcionar.
tendencias políticas que habían encarnado en la En la etapa de desarrollo capitalista de los años
instauración de regímenes totalitarios, ya fueran de treintas y cuarentas, el Estado no podía limitarse a
derecha como el fascismo y el nazismo, o de izquier- asegurar las condiciones del orden social prevale-
da, como en el caso de la Rusia socialista. ciente, ni a vigilar simplemente los disturbios que se
El Estado benefactor o de bienestar (welfare state) presentaban en el mecanismo económico. Lo que la
implicaba un cambio fundamental en las relaciones realidad histórica reclamaba en ese momento era el
entre Estado, sociedad y economía. La teoría liberal
tradicional concibe al Estado como un conjunto de * Profesor de la UAM-A y de la ENEP Acallan. Licenciado en
instituciones organizadas racionalmente, cuyos obje- Sociología. Estudios de Maestría en la UNAM y Candidato a
tivos, valores y funciones eran garantizar la libertad; la Doctor por la Universidad de Rittgers, N.J. Profesor definitivo en
convivencia pacífica, la seguridad y la propiedad; el área de sociología de México y Doctrinas Políticas en la ENEP
pero sin intervenir en la esfera económica. Es decir, el Acatlán-UNAM.
mico, evitando por tanto la caída en crisis cada vez presupuesto balanceado del gobierno, este buscó sus
más profundas. metas a través incluso de la impresión de dinero
Las concepciones keynesianas dejaron una profun- nuevo para lograr los objetivos de mayor producción
da huella en el pensamiento económico y fue la y empleo, así como de oferta de niveles mínimos de
tendencia predominante durante cuatro décadas, los bienestar para la población. En una etapa posterior, el
países europeos más adelantados como Francia, In- aumento del gasto público se vería como un exceso
glaterra y Alemania, así como los Estados Unidos cometido por el Estado benefactor y como una de las
aplicaron las teorías keynesianas y dieron un impulso causas relevantes de la crisis que llevaría consecuen-
decisivo al Estado benefactor. temente a la adopción de políticas que contrarresta-
Es importante señalar que el contexto para el desa- ran las tendencias del gasto público del Estado bene-
rrollo del Estado benefactor fue altamente positivo, factor.
pues el periodo posterior a la guerra se acompañó de La otra forma de intervencionismo estatal fue la
una renovación tecnológica sin precedentes en la transformación del Estado en un Estado empresario,
historia de la humanidad. La reconstrucción de los con la consiguiente creación de un sector de la econo-
países afectados por la guerra impulsó el desarrollo mía bajo control directo de la autoridad estatal, la
capitalista, y el liderazgo de la economía norteameri- participación del Estado en otras empresas como
cana generó un aliento al desarrollo económico en el socio de la iniciativa privada y, en suma, la creación de
cual las crisis desaparecieron prácticamente del siste- una nueva modalidad de economías que se conocie-
ma mundial capitalista por más de veinte años. ron como economías mixtas.
Incluso se llegó a plantear que la economía capita- Tanto en países desarrollados como subdesarrolla-
lista había entrado a partir de los años cuarentas en un dos, el Estado desplegó una intensa actividad empre-
ciclo económico de larga duración de crecimiento sarial, participando directamente en la producción y
acelerado, que se extendería hasta mediados de los con una intromisión activa en los procesos de repro-
años sesentas (Mandel, 1969: 12) y a la prosperidad ducción y acumulación de capital.
alcanzada en el apogeo del “neocapitalismo” se le La economía mixta fue un signo distintivo del Esta-
atribuía un ritmo desconocido aún respecto al perio- do benefactor en los países desarrollados: en “Ingla-
do anterior a la Primera Guerra Mundial. terra, Francia, Alemania Occidental e Italia, por men-
En gran medida, el auge del capitalismo de la cionar unos cuantos, el gasto público, es cercano al
posguerra se debió precisamente a la intervención 40% del producto interno bruto (PIB) y además el
desplegada por el Estado benefactor en la economía. Estado participa activamente en las empresas euro-
El Estado de bienestar presentó dos modalidades peas más grandes”. (Villarreal, 1984: 297)
centrales de intervencionismo. Por un lado, el Estado Por su parte, en los países periféricos, aunque con
se encargaría de la «administración de la demanda características diferentes a la de los países centrales,
efectiva» ya fuera a través de la vía fiscal o de la se dio también una intensa participación estatal en la
monetaria o de las dos. A este respecto se ha plantea- conducción de los procesos de industrialización,
do lo siguiente: «A través de la política fiscal el Estado como fue el caso de América Latina. La experiencia
puede reducir los impuestos al ingreso personal, lo mexicana muestra cómo desde el cardenismo se
que a su vez estimula el consumo, que es un compo- configura un Estado promotor del desarrollo (Córdova,
nente importante de la demanda efectiva. El otro 1974: 190), que se distingue tanto por la creación de
camino, más directo, es que el propio Estado aumente infraestructura, como por su participación activa en la
su gasto público.» (Villarreal, 1984: 61). Fue precisa- creación de un poderoso sector paraestatal. Movi-
mente esta vía, la del aumento del gasto público, la mientos similares al representado por el cardenismo
que se desarrolló más vigorosamente durante la épo- en México se observaron en Brasil y Argentina con
ca del Estado benefactor. Muchos de los programas varguismo y el peronismo, respectivamente, en los
de bienestar del Estado formaron, y forman aún, parte que el Estado, “especialmente a partir de los años
del presupuesto del gasto público, y se financian cuarentas pasó a ser también un agente de transfor-
apropiándose fondos de impuestos recibidos por el mación directo del proceso económico”, (Altman,
gobierno que son después canalizados a los adminis- 1983: 67) con una amplia participación empresarial.
tradores de los programas de bienestar. El gasto
público cubrió una amplia gama de apoyos del Estado IV. Estado benefactor y política
hacia la sociedad civil, creación de empleos, fondos
para vivienda, asistencia médica, educación, subsi- Ciertos autores han enfatizado el aspecto político del
dios a diversos sectores y otros. Es importante hacer Estado benefactor, desarrollando la idea de que este
notar que una vez que se rompió con el tabú del tipo de Estado sirvió como moderador de los conflictos
de clase, proporcionando una solución política a las democracia no se pudiera alcanzar, el Estado trataría
desigualdades prevalecientes en el sistema capitalista. de paliar las desigualdades producidas por el merca-
En este sentido, Offe plantea lo siguiente: “Esta do, y la autonomía de la esfera de lo económico
fórmula de paz consiste básicamente, en primer lugar, respecto a lo político, asistiéndose así a una
en la obligación explícita que asume el aparato estatal repolitización de la economía. Ciertamente la igual-
de suministrar asistencia y apoyo (en dinero o en dad general de todos modos no se logró, pero se
especie) a los ciudadanos que sufren necesidades y establecieron mecanismos de ayuda a los sectores
riesgos específicos, característicos de la sociedad más necesitados de la población sin olvidar que junto
mercantil. En segundo lugar, el Estado de bienestar se con el control político, la demanda y el mercado
basa en el reconocimiento del papel formal de los interno se expandían también.
sindicatos tanto en la negociación colectiva como en
la formación de los planes públicos”. (Offe, 1991: V. El ascenso del Estado neoliberal
135).
En efecto, la modernización de la sociedad y el La crisis que se desencadenó en los países capitalistas
influjo que sobre esta ejerció la industrialización, dio en la década de los setentas planteó la necesidad de
origen al surgimiento de grupos y movimientos socia- una reestructuración del capitalismo a nivel mundial.
les que reclamaban derechos, libertades y reivindica- Esta crisis se caracterizaba por la presencia de infla-
ciones, estos grupos presionaban al sistema político ción, recesión, desempleo y grandes déficits presu-
en busca de satisfacción a sus demandas y el sistema puestarios, y exigía una estrategia que cambiara las
político respondió con políticas de bienestar social. bases de la política económica de la posguerra, la cual
Esto era más acuciante considerando, por un lado, evidentemente no funcionaba adecuadamente en el
las expresiones políticas autoritarias representadas nuevo contexto.
por el fascismo y el nazismo, los cuales habían apro- El análisis marxista era correcto en lo esencial: el
vechado el descontento popular para presentarse gasto público tendía a exceder a los ingresos, la
como una opción política para el remedio de los ganancia descendía por las demandas salariales en un
problemas sociales. contexto de pleno empleo, los sindicatos eran fuertes
Pero más importante era el combate a los gobiernos y demandaban prestaciones sociales, etc;
y partidos socialistas en los propios países de mas las tendencias socialistas no habían logrado esta-
capitalismo avanzado, pues después de la Segunda blecer una alternativa política viable que permitiera el
Guerra Mundial esos partidos se habían prestigiado y tránsito a una configuración sociopolítica diferente y
fortalecido. atractiva.
A pesar de las controversias ideológicas en las que Como Mishra ha planteado, (Mishra, 1989: 59), el
se ve vio involucrado, el Estado de bienestar logró su eurocomunismo fracasó en proponer una respuesta
propósito de estabilización sociopolítica. Hasta teórica y política coherente frente al capitalismo de
principios de los setenta existía un consenso favora- bienestar, y no aportó nada nuevo; la izquierda mar-
ble a su viabilidad política, y el “Estado de Bienestar xista era muy asimilable a las versiones socialdemó-
parecía ofrecer una atractiva y efectiva vía intermedia cratas y además el público no estaba muy ansioso por
entre el capitalismo liberal y el socialismo burocrático apoyar los programas socialistas.
de Estado” (Mishra, 1989: 57). Por su parte, la corriente de pensamiento neoliberal
De cualquier manera, existía una tendencia en los le atribuía al Estado un papel altamente importante en
gastos sociales de producción a elevarse cada vez las causas de la crisis, ya que, por un lado, este había
más, y el Estado se veía como la única institución absorbido importantes sumas financieras que de otra
capaz de manejar el problema de la socialización de manera se podrían haber canalizado a la acumulación
esos gastos. de capital y, por otro, el gasto público con su déficit
Como O’Connor ha planteado: “El capitalismo de acompañante se consideraban como la causa princi-
bienestar falló porque ninguna corporación o indus- pal de la inflación. (Cordera y Tello, 1981: 79-80).
tria pudo planear o financiar efectivamente un siste- Desde la perspectiva neoliberal, se planteó que la
ma diseñado para mantener la armonía en los órdenes inflación y los déficits gubernamentales podrían re-
político y social” (O’Connor, 1973: 170), de ahí que ducirse, si se limitaba el gasto público y el papel
fuera el Estado, vía la socialización de estos gastos, el intervencionista desplegado por el Estado desde la
encargado de proporcionar la solución al problema, Gran Depresión.
al mismo tiempo de controlar políticamente a la En este sentido, Milton y Rose Friedman planteaban
población sobrante por medio del sistema de bienestar. que: “Aunque los Estados Unidos no han adoptado
Aunque la igualdad general preconizada por la una planificación económica central, hemos ido muy
como Japón, Brasil y la India fueron acusados por los Estas evidencias, entre otras, son las que ha usado
E.U. de realizar “prácticas de comercio desleal”4 acu- el pensamiento neoliberal para proponer un cambio
saciones apoyadas legalmente por la sección 301 de en la relación Estado-sociedad, en la que el Estado
la nueva acta de comercio. Asimismo, otros países, ceda el papel protagonice a la empresa privada.
México entre ellos, estaban en la lista; estos eran La consecuencia lógica de la propuesta neoliberal
vigilados para ver si no realizaban comercio desleal. en el caso de las empresas paraestatales ha sido la
A este respecto, el representante de la CEE ante el reprivatización. Esta es una tendencia que en los
GATT consideró que los argumentos de los ochentas se expandió mundialmente. En los países
estadunidenses, basados en la mencionada ley, eran avanzados como Inglaterra, Francia, Alemania o Ita-
una “violación a la ley internacional”5 y varios países, lia, se ha convertido en la política de moda, y su
entre ellos México, Noruega y Canadá rechazaron las ejemplo se extendió a países y regiones distantes
acusaciones estadunidenses. Los ejemplos en torno a entre sí, como Japón, India, Canadá, África,
la actitud proteccionista de los E. U. y de muchos otros Latinoamérica e incluso China y la Unión Soviética
países propagandistas del libre comercio abundan. (González, 1990: 75).
Todavía están frescos en la memoria histórica de En el caso de México, la reprivatización ha sido
México los problemas con E. U. sobre las exportacio- intensa. Este proceso se inició con el presidente De la
nes de atún, acero, cemento y diversos productos Madrid, en cuyo periodo de gobierno existían 1,155
agrícolas, que indican las tendencias proteccionistas empresas paraestatales; Carlos Salinas continuó con
en la política comercial de esa nación, lesivas no sólo esa tendencia, y a fines de 1991 quedaban tan sólo 269
a los intereses mexicanos, sino también a la doctrina empresas paraestatales (González, 1992: 36), varias
del libre comercio. de las cuales ya se han vendido y otras están en
De tal manera, la experiencia hasta ahora ha sido proceso de venta.
que los gobiernos poderosos no lian observado siem- En otros países de América Latina el proceso
pre las reglas de liberalismo comercial que ellos han reprivatizador también se ha dado, aunque con dife-
creado y se han comprometido a respetar, mas el rentes modalidades y resistencias.
acuerdo alcanzado en diciembre de 1993 por el en- En Chile ese proceso se ha verificado con gran
tonces GATT (ahora Organización Mundial de Co- amplitud: mientras que en Brasil ha sido modesto, y
mercio) abre una nueva época para el comercio en el caso de Argen-tina, durante el gobierno de
internacional, el cual abatirá barreras aduanales que Alfonsín se dieron pocas transferencias, aunque con
permanecieron cerradas por mucho tiempo6, y este la administración de Ménem se ha tratado de intensi-
impulso podría ser fundamental para la recuperación ficar el proceso (Glade, 1991).
económica mundial, lo que no descarta por supuesto, De acuerdo a datos recientes del Banco Mundial
que pueda haber intentos de reimplantación de polí- (Kikeri, 1992: 22), entre 1980 y 1991 se han vendido
ticas proteccionistas.’’ 6,832 empresas paraestatales en todo el mundo, la
mayoría en Europa del Este. Tan sólo en la hoy
VII. La reprivatización desaparecida República Democrática Alemana se han
privatizado 4,500 empresas, pero se espera seguir
El enorme gasto público ejercido por el Estado bene- vendiendo muchas más: de hecho, en ciertos países el
factor ha tenido -se afirma- una enorme responsabili- proceso de transferencia de empresas estatales al
dad en los déficits de las finanzas públicas presentes sector privado recién empieza.
en la mayoría de los países, y esto se asocia a veces Salta a la vista que el proceso de privatización
también con la ineficiencia de los sectores significa no solamente la venta de las empresas del
paraestatales. gobierno a la inciativa privada, las consecuencias de
En Japón, por ejemplo, los Ferrocarriles Nacionales esta transferencia se remiten sobre todo a la pérdida
Japoneses a mediados de los setentas perdían anual- de la capacidad de los órganos estatales para ejercer
mente 7,000 millones de dólares aproximadamente, y un control sobre ciertas ramas económicas, de esta
a mediados de los oclientas las pérdidas eran del manera el Estado se debilita en su poder de
orden de 10,000 mdd anuales (Kikeri, 1992: 19). concertación, mientras el poder privado crece.
Entre 1989 y 1991 las empresas paraestatales en Los postulados del neoliberalismo que han intenta-
Argentina tuvieron pérdidas equivalentes al 9% del do restarle relevancia a la acción de los gobiernos en
PIB, 8% en Yugoslavia y más de 5% en promedio en lo tocante al manejo de la economía han demostrado
varios países del norte de África. Los subsidios y igualmente conceder poca importancia a los objeti-
transferencias del gobierno eran del orden del 3% del vos sociales de crecimiento, empleo o igualdad de los
PIB en México en 1982 (Kikeri, 1992: 15). agentes sociales. Como ha planteado Ibarra: “En bue-