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4.

- Elementos de la apreciación artística

La apreciación artística se concibe como un proceso en el que están implicados


una obra única y original con ciertos atributos y diferentes tipos de espectadores
en busca de valoraciones, experiencias significativas y sentidos. 

Una perspectiva más profunda del fenómeno de la apreciación del arte, nos lleva a
considerar que tanto la obra artística como los espectadores o público, están
inmersos en una cultura que condiciona los modos de expresión y apreciación de
las artes. 

Integran el conjunto de los elementos de apreciación artística,


un espectador motivado a una apropiación simbólica de la obra. Y por
supuesto, la obra: Una forma de expresión determinada en principio por ciertas
reglas o convenciones al servicio de una intención comunicativa y/o expresiva que
el espectador va a construir a partir de sus conocimientos y sensibilidad.

Un espectador tendrá que atribuir a una obra artística tema y contenidos


expresados con originalidad e imaginación (sustancia). Por su parte, la obra,
estructurada como expresión a partir de ciertos principios que ordenan sus signos
en tiempo y espacio (forma), evidencia el toque personal del artista (técnica) que
le dan un distintivo particular. Utilizamos aquí el término técnica no sólo para
referirnos a la maestría en el manejo de los materiales, sino a la integración de
forma y sustancia en una creación original. 

La sustancia es el tema que el artista trata de comunicar; su concepción o su


sueño, los aspectos de la vida que desea subrayar o expresar, las emociones,
sentimientos, estados de ánimo o ideas que quisiera compartir con su público. El
valor artístico de esta sustancia se mide por su originalidad, su verdad, su cualidad
imaginativa y su sinceridad. 

La forma se utiliza para proyectar o transmitir estos sentimientos o ideas. Sólo


mediante una forma determinada se podrá proyectar la sustancia. Ésta puede ser
un poema, un cuento, una danza, un drama u obra teatral, o cualquier tipo de
expresión artística. 

La forma constituye el producto tangible del artista. La forma incluye determinadas


reglas, fórmulas, pautas, convenciones o esquemas, cualquiera que sea el término
que seleccionemos, la historia ha demostrado muchas veces que las
convenciones de una forma cambian y que las reglas o principios no deben limitar
el arte: aunque cada arte constantemente crea reglas. 
La técnica es el tercer elemento, que consiste en ajustar o combinar la sustancia
y la forma. Constituye el método personal del artista para lograr su fin e implica la
selección y el arreglo de sus materiales para conseguir un efecto determinado. La
técnica es además el elemento que distingue la obra de un artista de otro; a
menudo se le llama su estilo o cualidad personal, porque se trata, en esencia, del
auto proyección del artista. Por ejemplo, el cine, el teatro y la televisión, son muy
semejantes en cuanto a su sustancia y su forma, pero varían muchísimo en su
técnica. 

El propósito final de todo arte es transmitir las ideas o emociones del artista:
Producir placer estético y ayudarnos a comprender la vida. 

Fuente: Wright, Edward A. Para comprender el Teatro Actual. 


Tercera reimpresión. Fondo de Cultura Económica. 1995 

Experiencia de la apreciación artística

Analizar, interpretar y valorar son las tres operaciones básicas a realizar, si se


quiere tener una experiencia con el arte que no se quede en lo trivial.

Para analizar, es importante observar, escuchar o dado el caso, interactuar con


la obra. Al mismo tiempo, es importante hacer una descripción de los elementos
constitutivos de la obra, desde los más sencillos a los más complejos: sonidos,
colores, formas, escenas, etc.

Al interpretar, se deben considerar las características expresivas de


los elementos que conforman una obra artística en función del tema y sus
contenidos.

Valorar una obra conlleva a emitir un juicio, luego de situarla dentro de una


genealogía, un periodo histórico, una tendencia, su género y estilo. La valoración
tiene por finalidad descubrir el grado de originalidad de una obra. El espectador
además cuenta con otras opciones para apropiarse de una obra:

•        Identificar y disfrutar la estética de sus elementos configurativos


bajo los principios de armonía,contraste, espacio, composición, y ritmo.

•        Percibir los posibles efectos que una obra produce en su


sensibilidad, transformando su gusto, su manera de percibir la realidad,
de pensar el arte, por citar algunos ejemplos.

•        Asociar la obra artística a cualquier tipo de conocimientos,


experiencias, vivencias, recuerdos, y a otras obras o expresiones en otros
medios, no necesariamente artísticas. En otras palabras, vinculando a la
obra con una historia íntima, personal, con otra objetiva de referencias
entre obras artísticas (artes plásticas, danza, teatro, música), y de
obras artísticas con otras manifestaciones estéticas (artesanías y
diseños).

•        El goce de una obra artística, puede provenir


de circunstancias y detalles inesperados, sorpresivos, fuera de todo
cálculo o estrategia para abordar la obra. Detalles de su realización técnica,
de su producción, cambios notables entre una reproducción y la obra
original, son sólo algunos ejemplos de las gratas sorpresas que guarda el
arte a quien está dispuesto a dedicarle tiempo y atención.

•        Otra manera de intensificar el disfrute de la obra artística, consiste


en formular hipótesis de sentidos, significados y efectos posibles de la obra,
y compartirlas con otras personas, explicándolas y analizándolas.
Buscando diferencias y consensos para validar nuestro juicio estético.

Elementos afines entre las artes

Dentro de la variedad de expresiones artísticas, encontramos elementos que las


emparentan y que pueden identificarse y valorarse en su apreciación. Éstos son la
armonía, el contraste, el espacio, la composición y el ritmo.

  Artes Danza Música Teatro


Plásticas
Armonía Relación Integración Estudio de Coherencia y
coherente entre equitativa entre los acordes organización
las formas, el bailarín, la con miras a en la forma de
figuras y expresión, los su escenificar
colores movimientos integración una historia. El
corporales, la principio
música y los básico alude a
recursos la sencillez,
escenográficos claridad y
unidad de una
obra que debe
experimentar
el público.

Contraste Diferencias Comparación Diferencias Alude a la


cuantitativas y entre los que marcan tensión
cualitativas matices que las dramática
entre las afectan el posibilidades creada por las
formas para grado de sonoras fuerzas
crear un drama rapidez y el contrapuestas
visual. grado de en una obra
intensidad con que hacen
el que se avanzar su
ejecutan los desarrollo
movimientos argumental

Composición Relación Combinación Creación Integración de


integrada y de elementos formal de los
equilibrada visuales y una melodía. componentes
entre las partes auditivos dentro de la obra
y un conjunto de un espacio teatral (texto,
de formas que determinado dirección,
integran una para lograr actuación,
representación, coherencia, vestuario,
para lograr efectos maquillaje e
unidad en la sensibles y iluminación)
variedad y sentidos bajo una
variedad en la determinados determinada
unidad. para una obra intención o
dancística. inspiración.

Ritmo Sucesión Constante que Sucesión de Podemos


ordenada de proporciona la acentos advertirlo en la
elementos en principal fuerza fuertes y cadencia de
una de movimiento débiles, para las frases de
composición. y se encuentra anotar ó los
en el tiempo, a interpretar parlamentos
través del notas de los
pulso, la acordes de personajes, y
duración, la una melodía. de forma
acentuación y general, en
la pausa. El una obra, en la
patrón rítmico experiencia de
en la danza es situaciones
construido por escénicas,
la ejecución de unidades
secuencias de aristotélicas, la
movimientos de música, los
diferentes sonidos y la
duraciones, utilización del
intensidades y espacio
pausas. escénico, y
aún en las
pausas y
silencios. Es
un recurso
para romper
con la
monotonía.
Fuente:

http://plasticas.dgenp.unam.mx/inicio/introduccion/elementos_ap

4.1 Elementos de apreciación artística de las artes plásticas

(Escultura, Fotografía, Grabado y Pintura)

En una obra plástica se pueden encontrar los siguientes aspectos:

•        Temáticos. Se refieren al significado establecido de las formas y


figuras que se representan, es decir, la asociación más común que
manifiesta el espectador con lo representado en la obra.

En las obras que se muestran a continuación se plasma un acto común y


establecido en las sociedades: el besarse como expresión de afecto o amor,
entonces, de acuerdo a lo mencionado anteriormente el elemento temático o tema
de estas manifestaciones artísticas es el beso.
Escultura Fotografía Grabado Pintura

El beso V-J day in Times El beso Der kuss


Square
(1897)  (1897)  (El beso) (1907-
(1945) 1908)
Rodin Edvard Munch
Alfred Eisenstaedt Gustav Klimt
Mármol Xilografía
Plata sobre Óleo y hojas de
gelatina Acervo Municipal
de Arte de Oslo, oro en lienzo
Noruega
Österreichische
Galerie Belvedere,
Viena, Austria

•        Estéticos. Es la sensibilidad que generan las representaciones en el


espectador y se relacionan con las categorías estéticas: la belleza y la
fealdad; lo trágico y lo cómico; lo sublime (o lo grandioso) y lo trivial; y, lo
típico y lo nuevo.
Las categorías estéticas se han utilizado para estudiar y clasificar los parámetros
en las representaciones artísticas pero sus características y su apreciación son tan
relativas como lo es la percepción de cada uno de los seres humanos, así que
mientras alguien considera alguna obra como “fea”, para otra puede ser
“hermosa”, depende de los parámetros culturales que cada quien posea. A
continuación vemos ejemplos en obras plásticas.
La belleza y la fealdad Lo trágico (o lo dramático) y lo
cómico

Venus de Arlés Cloto Tragedia Calaveras:

(Siglo I a.C.) (1897) (1930) Concierto


Sinfónico
Autor desconocido Camille Claudel Leopoldo
Méndez (1943)
Mármol de Himeto Arcilla
Grabado, madera Xilografía
Museo de Louvre, Museo de Louvre, de hilo
París París José Guadalupe
Fondo Díaz de Posada
León.
 

Lo sublime (o lo grandioso) y lo trivial

Pescando en la Laguna de Pjulaga Hénri Cartier-Bresson ()


durante
Plata sobre gelatina
la Ceremonia Kuarup del grupo
Waura,

Alto Xingu Basin, Mato Grosso,

Brasil (2005)

Sebastião Salgado

Plata sobre gelatina

Galería Peter Fettermann, San


Francisco

Lo típico y lo nuevo
Autorretrato Autorretrato 2

 (1901) (1971)

Pablo Picasso Francis Bacon

Óleo sobre lienzo, 81x60cm Centro Pompidou, París

Museo Picasso, París

 •        Artísticos o plásticos. Se refieren a las semejanzas o diferencias en los


estilos y tendencias del lenguaje artístico que se estén presentando en la obra,
esto es, si es renacentista o cubista, impresionista o minimalista, etcétera.

Para diferenciar los cambios que se van dando en el lenguaje artístico de las artes
plásticas que se imparten en la Escuela Nacional Preparatoria, es necesario
conocer elementos de análisis específicos y propios de la Escultura, la Fotografía,
el Grabado y la Pintura.

Los elementos artísticos o plásticos para valorar en la Escultura son: el punto, la


línea, el plano, el espacio, el color y la composición. (Para conocerlos en
detalle consulta el libro Expresión y Apreciación Artísticas de Juan Acha.)

 
En la Fotografía hay que apreciar elementos como el encuadre, el centro de
atención, la iluminación, el punto de vista, la profundidad, la forma, la
textura, el color, el ritmo, la dirección y la composición. (Para conocerlos en
detalle consulta el libro Fotografía Básica de John Hedgecoe.)

Como hemos visto hay ciertos elementos artísticos en común para observar en
una obra plástica, y el Grabado y la Pintura no son ajenos estas afinidades por lo
que entre los elementos a considerar en estas artes tenemos el punto, la línea, el
plano, el volumen, el color, las formas, las figuras, la totalidad o
composición, el ritmo, la simetría, la proporción, la oposición y la dirección. 

http://plasticas.dgenp.unam.mx/inicio/introduccion/elementos_ap/art_plast

Juan Acha por su parte, dirá al respecto:

Por primera vez se enfocó el arte de nuestros países como totalidad y con un
espíritu latinoamericanista que no es otra cosa que una de las caras de
nuestra conciencia tercermundista; conciencia ávida de reconocer su
identidad cultural mediante la búsqueda conjunta de soluciones a los
problemas artísticos y sensitivos que nos son comunes. (Acha,1979, 55)

Así comienza desde Latinoamérica y elaborado por una latinoamericana el


concepto aglutinador de las artes de esta región como consecuencia y respuesta a
la histórica construcción foránea de lo latinoamericano y aupado por la necesidad
de autoafirmación

Hasta la crisis de la modernidad de los años setenta, con independencia de los


planteamientos de la crítica y la historia del arte latinoamericanos, se partía de la
evidencia de la validez del discurso unilineal impuesto por las vanguardias
europeas (…) a las necesarias interpretaciones y adaptaciones de esos lenguajes
en clave latinoamericana, sin que en ningún caso se cuestionase la autoridad del
canon occidental. (2006, 1989)
(...) una nueva problemática latinoamericanista que, como tal, posea doble
articulación: haga frente a cuestiones de la estética desarrollista que hoy
practicamos y, al mismo tiempo, dé cara a las que originarían la formulación de
una nueva o, lo que es lo mismo, de una manera diferente y realista de conceptuar
el arte y ayude a encauzar nuestra mutación tercermundista en lo sensitivo y
contrarreste los excesos y defectos del desarrollismo. (Acha, 1984, 37)

Acha no es único latinoamericanista, como es de suponer –aunque sí es uno de


los que lo asume abiertamente-, son muchos los implicados en la revisión
conceptual desde sus propios protagonistas. En las artes plásticas Jorge Alberto
Manrique, la misma Traba, Damián Bayón, Saúl Yurkievich, Mario Pedrosa, Jorge
Romero Brest, entre otros, perseguirán objetivos similares en cuanto a la plástica
de la región, aunque utilicen vías distintas, debido a que cada uno tiene su área de
interés y su visión sobre el arte y Latinoamérica. Acha reconoce esta tendencia, de
la que deriva este movimiento latinoamericanista, por lo que además de hacer
referencia a artistas e intelectuales del subcontinente –algunos de los arriba
mencionados- hace especial hincapié en las propuestas contemporáneas de Paulo
Freire y de Darcy Ribeiro, quienes realizan trabajos sobre temas de identidad y su
relación con la historia y la región desde las ciencias sociales, especialmente la
antropología cultural4
“existe, pues un pensamiento latinoamericano que sale de escolástica
colonial y de las luchas y consolidación de la independencia política para
penetrar en nuestra realidad y conocerla”
Juan Acha insiste constantemente en que el arte latinoamericano debe ser
redefinido, lo que no quiere decir que se despoje de lo occidental sino que
utilizando los instrumentos occidentales se reelabore la teoría, y en un
segundo término, la práctica del mismo. Pero siempre se debe distinguir
entre las dos culturas occidentales que existen: la oficializada y la
verdadera. La verdadera es la que posee una capacidad autocrítica que va
acorde con los tiempos que vive y entendemos que aquella que entiende las
vicisitudes en ese momento consecuencia de la crisis epistemológica del
pensamiento occidental, que en las artes plásticas representan las
vanguardias tardías.
Es así como lo social no pierde vigencia como constructo del arte más
actual, si bien nos interesa resaltar su importancia para la elaboración
teórica en proceso de formación en Latinoamérica durante los años 70.
Por un lado tenemos al mestizaje continuo a la hibridación posterior (García
Canclini), la situación como parte del Tercer Mundo refleja en todas las áreas
de la sociedad, completado con el furor del mercado, la democratización de
las comunicaciones que señalan las pautas que conceptualizan y moldean
las producciones artísticas globales, con el desbordamiento de la sociedad
postcapitalista,
3.2.- El Simposio de Austin
En este requirimiento del crítico de origen peruano se vislumbra la labor
pendiente de la crítica para elaborar una base teórica donde el
latinoamericano pueda saber lo que es en términos identitarios, debido al
desconocimiento por parte del individuo al respecto; en especial, de un
individuo que “quiere ser otro”, donde podemos entender que este otro se
refiere al occidental o, específicamente al estadounidense, pero también se
puede interpretar en la necesidad del latinoamericano de ser mejor, de
mejorar sus condiciones, por lo que sería “otro” distinto al que es en la
actualidad. Acha cuestiona que el arte latinoamericano exista como una
expresión distinta dentro de la esfera internacional, por lo que considera que
estos modelos deben tener en cuenta “nuestra pluralidad cultural, artística,
humana y social” (Íbidem) pero dentro de parámetros estéticos que tienen
que ver con la unicidad de la obra de arte, la comprensión de la misma
dentro del sistema artístico, y cuando hablamos de las artes visuales. Acha,
por su parte, insiste en la diversidad de nuestro pasado y con ello platea
que: la diversidad es nuestra real identidad, o sea que nos caracterizamos
por tener una identidad que no es identidad según el pensamiento europeo.
Si aceptamos esta realidad con seguridad que cambiará nuestra perspectiva
en el conocimiento de nosotros mismos y de nuestras relaciones estéticas.
No sólo esto, sino que hoy es útil saber manejar las múltiples diferencias de
un mundo en estrecha comunicación (1979, 125).
No cabe duda que estas palabras pronunciadas hace más de 30 no solo
señalan el estado de la cuestión en América Latina en torno a la identidad y
ya un contacto con su contrario en convivencia en el caso de la región: la
alteridad. Palabras que vistas al trasluz de la globalización actual donde ya
hemos trascendido conceptos como multiculturalidad y aceptamos la
interculturalidad, suenan premonitorias y que sin duda muestran, según
nuestro punto de vista, cómo todo este debate abrió camino y tendió
puentes, parafraseando a Peluffo, con lo que pasaría después.

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