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Para Platón el arte es de la Forma una imitación y la educación

es su función

Para Platón el arte es una imitación, el artista copia lo que percibe que a la vez es
una imitación de la Forma verdadera. De manera que un artista está alejado dos
veces de la Verdad.

Platón valoraba las obras artísticas del hombre, como las pinturas y las esculturas,
pero su interés por la Verdad lo llevaba a menospreciar el trabajo artístico.

En lo que se refiere a la pintura señalaba que un


pintor se limita a ver nada más que lo que percibe
desde un solo punto de vista, el de él, que está
lejos de lo Verdadero.

Con respecto a la música, nos dice que produce


solamente una sensación física de goce ,
considerando que sólo se puede considerar como
buena música a la que imita el bien, porque
también en la música hay que buscar la Verdad y
no quedarse solo con lo que la sensibilidad
disfruta.

Por lo tanto, tanto la música como la pintura son


copias de la Forma siempre que sean reproducidas
de la mejor manera posible.

A pesar de este concepto sobre el arte, Platón veía con buenos ojos que el Estado
diera lugar al arte no solo para educar sino también para el sano esparcimiento.

Un buen crítico sería, para este filósofo, aquel que tiene conocimiento de la
Verdad para poder evaluar con justicia si esa imitación es fiel a ella, más que
prestar atención a la calidad de su ejecución, o a los sonidos.

Una obra artística revela la imaginación creadora de un artista, en cuanto a que es


imitación de la Verdad, para conmover emocionalmente al público.

En este sentido afirmaba que hay que tener cuidado porque las emociones del
hombre pueden ser beneficiosas pero también dañinas.

Esta concepción de Platón sobre el carácter imitativo del arte, evoca los dichos de
Mozart, quien afirmaba no tener la necesidad de hacer ningún esfuerzo para crear
su música porque podía captar la totalidad de la obra, en un solo instante como si
en su momento creativo estuviera fuera del tiempo.
Beethoven era sordo, discapacidad que a un compositor, se puede suponer,
debería inhabilitarlo para crear música, sin embargo, sin poder escuchar
absolutamente nada, pudo componer sus mejores obras. Decía que las escuchaba
en su mente.

Sin embargo, Platón reconocía que el arte ocupaba un lugar singular en la


actividad del hombre que según su punto de vista no se tenía que reducir a la
contemplación estética sino que debería estar al servicio de la educación y la
moral.

Platón no acepta de ningún modo la opinión de la gente común de que el objetivo


del arte sea proporcionar placer, sin por eso querer desdeñar complacerse con la
satisfacción que produce.

En el estado ideal Platón propone un estricto control y una censura rigurosa del
arte en cuanto se refiere a las expresiones que no tengan en cuenta los valores
morales.

Si el arte no es fiel reflejo de la Forma verdadera para Platón no vale nada porque
no sirve a los efectos de la educación.

De esta manera define el arte Platón, como una simple imitación de la Verdad
cuando es bueno y como una doble imitación, cuando copia la realidad que el
artista percibe, que a su vez Platón considera que es una copia de la Forma
verdadera.

La belleza para Platón


13 de febrero de 2013 Publicado por Ruben Avila

Platón escribió en el Banquete, quizás una de sus obras más conocidas, que si
«hay algo por lo que vale la pena vivir, es por contemplar la belleza».
Sentencia con la que probablemente muchas personas, en la actualidad, estén
completamente de acuerdo. Aunque, realmente, no estén hablando de lo mismo.
No, el concepto de belleza al que se refiere Platón, y que era dominante en su
época, no es el mismo del que podemos hablar nosotros.
La belleza para Platón
Para nosotros algo bello, un objeto, una persona o, incluso, algo etéreo, como
puede ser una canción, tiene que ver con las formas, los colores, la melodía
de dicho objeto, persona o canción. Nuestra percepción de la belleza tiene más
que ver con lo que sostenían los sofistas, cuando aseguraban que algo bello es
lo que da placer a la vista y al tacto. A los sentidos, vaya.
Sin embargo, para Platón lo anterior no sería más que una parte de la belleza, que
también tendría que ver con elementos sociales, mentales, sistemas políticos…
Con la virtud, el bien, y la verdad.

Así que cuando Platón habla de belleza, no se está refiriendo únicamente a


aquello que da placer sensual, que agrada a los sentidos, sino a todo lo que
causa aprobación o admiración, lo que fascina y agrada en cualquier de sus
formas.
Es en uno de sus diálogos, en el Hipias Mayor, en el que Platón, como siempre
poniéndolo en boca de su maestro, Sócrates, trata de establecer una definición de
lo que es belleza.
Para Hipias, en una postura claramente utilitarista, la belleza, lo más hermoso,
es hacer fortuna, ganar dinero, gozar prestigio entre sus contemporáneo,
tener buena salud y una vida longeva. Comprobamos que aquí se mezclan
muchos conceptos que nosotros podríamos considerar como agradables, útiles o
buenos, pero no bellos. Como hemos dicho antes, para la mayoría de los griegos
no existía tal distinción.
Por su contra, Sócrates, es decir, Platón, aseguraba que lo más bello, lo más
hermoso que una persona podría contemplar es la sabiduría.
Existen las vasijas hermosas, las mujeres y hombres bellos, pero solamente en un
sentido puramente estético. La belleza como tal, en su máximo esplendor,
desbordaría este pequeño recipiente para abarcarlo todo. Y en ese todo, lo más
hermoso es la sabiduría.

Es decir, para Platón, al margen de los estéticos, la belleza abarca también los
morales y cognoscitivos. Como también lo hace, por otra parte, el bien.
Así, aunque el Banquete sea un libro que trata de ser una loa a la belleza, y
ese es su tema principal, lleva como subtítulo Sobre el bien. ¿Cómo es
posible esto?
para Platón la belleza y el bien eran términos que se podían sustituir sin
cambiar su significado, eran sinónimos. Lo que decía del uno lo aseguraba del
otro.
Algo que, por otra parte, era moneda corriente entre los pensadores griegos de la
época donde la teoría de la división entre belleza, bien y verdad no era todavía
dominante.
Imagen: pagina-catolica.blogspot.com.es

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