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Un volumen, con profusión de fotos a todo color y un texto del británico John Dyson
que no es más que una biografía de Colón amena y superficial. Nadie había oído hablar en
la Redacción de ese tal Coín Cuenca, y resultaba cuando menos extraño que su historia
viniera a España envuelta en un libro británico. Lo que no resulta extraño es que cinco
siglos después de su hazaña siga habiendo teorías y discusiones sobre quién era Colón,
sobre lo que hizo o lo que no hizo.
Martín Alonso Pinzón fue tan importante como Colón para el descubrimiento. Los pleitos
fueron la base de la imagen oficial del almirante, de ese tópico Cristóbal Colón que aparece
siempre en los grabados en la proa de un barco, contemplando con ardientes ojos de héroe
visionario unas tierras ocultas que ningún otro ser humano sabía ver.
Si el Coín tiene razón y son ciertas las manipulaciones de documentos que presenta,
estamos ante uno de los casos de ocultamiento de la verdad más espectacular de la historia
Ya está dicho que la vida de Colón está llena de enigmas. Uno de ellos es por qué un
marino inculto, como él era, llegó a obsesionarse de tal manera con la idea del viaje que se
pasó ocho años buscando financiación en las cortes de Europa.
Y así, era en el mundo náutico en donde a finales del siglo XV se daban los mayores
avances científicos y la tecnología punta de la época. Platón habla de la Atlántida, y
Aristóteles, de tierras conquistadas por los cartagineses. Por otra parte, parece seguro que
los vikingos llegaron a Canadá en el siglo X. « En el siglo X, el mundo era un lugar turbio y
de perfiles geográficos inestables.
En la segunda mitad del siglo XV, sin embargo, los navegantes tuvieron que aventurarse
cada vez más al centro del océano. Los barcos portugueses, sobre todo, al regreso de la
muy rica colonia de La Mina, desarrollaron una ruta secreta por mitad del océano, un
camino que pasaba muy cerca de una zona de fuertes huracanes.
El profesor Coín Cuenca sostiene que Colón obtuvo de primera mano un mapa del Nuevo
Mundo, y un mapa, además, confeccionado por un muy buen piloto. Y quizá el barco
naufragara cercano ya a la costa de Puerto Santo, y el piloto, malherido, fuera recogido por
Colón, quien, tras la muerte del hombre, pudo quedarse con el mapa. Colón era el cuñado
del gobernador, y en ocasiones, gobernador él mismo en funciones de la isla.
Al sacar “La Niña” de Puerto Sherry, donde se había pasado dos años inactiva, advirtieron
que tenía el casco casi por completo comido por el teredo, un gusano de la madera. Eso fue
el responsable del hundimiento de los barcos de Colón en el cuarto viaje.