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FRiEDA HOLLER FIGALLO

dedo meñique
en ei
trabajo
para el éxito profesional

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E SE DEDO MEÑIQUE EN E L T R A BA JO
Frieda HoUcr Figallo

© Frieda Holler Figallo


© Amores Libros Grupo Editorial S.A.

Prohibida la reproducción total o parcial

Derechas reservados
D. Leg. N* 822

Amores Libros Grupo Editorial S.A.


Angamos Oeste 526 - Miradores
Lima 18 - Perú
Telf. 241-6944/F ax. 241 - 2323

Ilustraciones: Constantino Castañeda Balbín


Diseño de tapa: Gemidme Vignolo Huamaní
Diseño de interiores: Rosa Alarcón Romero

P R IM ER A EDICIÓ N
Setiembre 2004
7500 ejemplares

Hecho el depósito legal


1501412004 / 6459
Ley N* 26905 / D.S. N° 017-98-ED

ISBN
9972-9894-1-0
Registro de Proyecto Editorial
11501220400777

Imprenta Editorial El Buho E.l.R.L.


San Alberto 201 - Surquillo.
Lima 34 - Perú.

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A gradecimientos
Deseo dar las gracias a varias personas por su apoyo y sus
valiosas recomendaciones:
A Jorge Salm ón por su tiem po: leyendo, corrigiendo y sugi­
riendo mejoras. A Javier Aróvak) por apoyarme en la estructura
del libro.
A M iguel Andrade por sus recom endaciones en e l im portan­
te tem a del vino.
A Percy, que entre silencios, conversaciones y consejos pro­
longados m e ayuda a enfocar mi vida sin decaer.
G racias a m i madre Yolanda, que a pesar de la distancia de
los años está cerca im pregnándom e entusiasm o y deseos de
vivir.
A m i nieta Isabella por sus m ensajes continuos: -Te amo
Abi». «Yo si puedo, tu tam bién-, -L o s grandes no están des­
piertos. viven dorm idos- y otros m ás...
A todas las personas que me alientan a seguir escribiendo,
que leen m is libros, a aquellas que leen mi columna «Ese dedo
m eñique» todos los viernes, a los que me invitan a dictar confe­
rencias en diferentes puntos de nuestro país y a la prensa en
general que me apoya siempre. G racias, muchas gracias.
D ijo alguna vez Leonardo Da Vinca: -U n libro no se term i­
na... se abandona-. Yo seguiré escribiendo...

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La Imagen y el
Usted: *4 más visible anu-cio de si i
F aius que afectan la buena rnaoer
B « « o propio
Soque a retocir sus cualidades
Ser m ujer

Actitud paralél

Recuerde: kHoy es el cfal


lA tfévss* ■ correr nesQoal —
■No peres, continúa tocando'
Le imagen dot éxito
Diez paulas para que cam bie sus háb tos y

Sonrisa y agradecimiento, doe secretos-de i


corl eeia
La m agia d a las palabras
BoQie, no e d iie

Buscando trabajo

B trabajo que cfeonAca


¿Está buscando trabajo?
C ím o elaborar un curicuiu m vitas
V%e*da para una entrevista tobera!
Saiga airosa de su entrevista v
Deserrvdtura y tacto en su nuevo trabajo
Reatos sus sueAoa

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8

Ser mujer en el trabajo

¿Lae dam a* prim ero?


L a im purtueided. ¿M r» c a n oe rru je r?
Am e su trabajo, rinda buanoa Irutoe

Cómo vestir en e l trabajo


¿Cóm o deba veear una e je cu to ?
0 com pleto arm ario la m e r* »
¿C u á le s aon lo e acceeorice fem eninoe?
Ropa term al lam en*»
Todo 1*1 hom bre en a l vea»
Lo que daba lanar a l arm ado m aaoJno
G alería d a acceaortea r r m o J r o a
Ropa d a g ala m a a a ir»

Saludos y presentaciones

B aatedo aaanoa d a tea buanoa m odalee


D ar la m ano: ta apropiodo o inapropiado
Las presertao cnas
Las preaerxacionee en grupo
¿CPm o debe desarM Uvarea m ientras ia presentan?
Sab er despedirse

U s formas comerciales

S a a a u n a s la confianza por trcato ro a


G uardar rto m e a ó n deber ótico y cbégaoón toga!
Saber deeem efcerse en pútftco
Buenos rrcdatoa en a l uao del teióteno
S i usted hace la te n a d a toiafcfnca
U so apropiado del fax. altavoz y conwatador autom ático
Aprenda a usar au celular

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G ft M Relaciones en la
O la to u u n e l jefe
¿O flcultadea co n b u jefe?
¿Su je fe la a co so aa«jalm er<e?
¿Debe se rw fe a l ca tó a s u jefe?
B am or e n e l trabajo

C ft M J H acia la Je
Pautaa p a ra a sce n d er leboraim enfe
C ualdadea de un Kder
Traca errores d e l jefe
Nunca d e scu id e la coneefe

CfU 10) Ética profesional

¿Para q u é e rv e fe éoca?
N d »• b a je so lo p o r d n o ro
Fto o ueree q u e c o n e l d in e ro eo c o m p ra

E m perte eu palabra, ly cúm plafel


Practique la 66ca incluso cu a n d o v a a
a s u trabajo

(ftJoK) Protocolo y

Protocolo y relaciorvee púM caa


¿CXMn oe i n cSonte?

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Prólogo
La vida está llena de oportu­
nidades que esperan ser tom a­
das.
Nadie puede decir que se
com place y que g lo rific a a
Dios con la pobreza, la esca­
sez, e l retraso n i con la resig­
nación nacida de la ignoran­
cia, mucho menos con el llan­
to y la lam entación. Estamos
obligadas a buscar la felici­
dad y debem os respetam os
y querem os, no sólo por no­
sotras m ism as, sino por to ­
dos aquellos que están a
nuestro alrededor y a quie­
nes amamos.
-Q u é tonto he s id o - -dijo
Napoleón H ill-, «la vida es un
em pleador que da todo k» que
pides, pero nada m ás. Cometí
el error de pedir m uy poco, aho­
ra cuando ya no hay remedio cai­
go en la cuenta de que gustosa la
vida me habría dado todo lo que hu­
biera pedido
N o se consigue tan fácilm ente, es cie r­
to, pero se puede lograr con capacitación adecuada, cam bios
de actitudes, disciplina, responsabilidad, perseverancia, honra­
dez, orden, lim pieza y am or por todo lo que hace; con un com ­
prom iso claro con sus ideales y con e l deseo im perioso de lo ­
grarlo.
Q uien gana en épocas difíciles es la persona m ás inteligen­

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te. más fuerte y que trabaja ccn ideales y m etas planil cadas y
organizadas, aquella que sueña con decisión y ejecuta sus ta ­
reas con fe y con entusiasm o, constancia, disciplina y mucho
amor.
Todos los seres hum anos som os creadores. La creatividad
n o es exclusiva de m úsicos, poetas, pintores, actores, es con­
natural al ser humano. C ream os cuando diseñam os e l am bien­
te de nuestro hogar, cuando elegim os m uebles y colores, cuan­
do elegim os la ropa que llevam os, cuando escribim os cartas,
y a sean personales o de negocios, o cuando alteram os nues­
tras rutinas a l descubrir nuevas form as de hacer la s cosas.
Escribí este segundo libro pensando en la s m ujeres y los
hom bres que salen a trabajar cada día de sus vidas y con dina­
m ism o intervienen de m anera vital y activa on la cultura, en el
desarrollo de su fam ilia, en el m undo de los negocios e incluso
en la propia política de su país.
A ellos va dedicado este libro.
Fneda H oller Figallo

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«Decida com o quiere que

la vean los demás y


véase así»
FLEU R CO RW LESS

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usted:
el más visible anuncio
de sí misma
Una persona tarda entre treinta
segundos y cuatro m inutos en ha­
cerse una prim era im presión de
otra. A l m enos eso es lo que
dicen algunos científicos socia­
les. Todos tenem os experien­
cia en esto de llevam os una
im presión, buena o m ala, de
la s o tra s p e rs o n a s , p e ro
¿piensa usted en la im presión
que causa en ellos?
Se d k » : «Nunca tendrá una se­
gunda oportunidad para causar una
prim era buena im presión». A sí dicha
la frase parece una redundancia, porque,
claro, una prim era im presión solo puede
lograrse en una prim era m iraca. Pero en
este caso, la redundancia enfatiza el he­
cho de que en el ám bito íntim o de las am is­
tades puede ocurrir que le demos o nos den
una nueva oportunidad para caer bien. Pero
en el m undo del trabajo y lo s negocios esto
ocurre con m ucha m ás dificultad, pues el tiem ­
po de los otros, y el suyo mismo, está pasan­
do factura a cada segundo. En este mundo, la
prim era im presión que proyecte será decisiva
para el futuro de su trabajo.
Si su apariencia es de seguridad, eficien­
cia. buen gusto, salud, sim patía y energía, us­
ted y los sen/icios y productos que venda se­
rán asociados autom áticam ente con el éxito
y e l triunfo.
Eari N ightingale sostiene que «som os lo
que pensam os». Es decir, lo que piensa de

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usted misma se verá reflejado en sus actitudes y acciones. La
imagen personal que usted desea proyectar la encontrará siem ­
pre en la KJea que bere de sí misma.
Cada quien lleva muy dentro una im agen determ inaba de su
aspecto. Es com o si usted llevara un autorretrato en la mente,
pero ocurre que a veces esa im agen no concuerda c o r la reali­
dad. A veces se cree n e jo r y a veces peor de lo que realmente
es. Para muchos efectos, la prim era im agen es m ejor que la
segunda. Pero lo verdaderam ente deseable es fija r una im a­
gen saludable y de seguridad en usted m ism a, así como lograr
que esa imagen sea real y pasearla ante e l m undo porque es
un factor d a ve para causar una prim era buena im presón.

Faltas que afectan


la buena imagen
En los libros sagrados com o la B iblia, e l Talmud y el Corán
ya se hablaba de la higiene, aunque en esas épocas este pro­
ceso era lim itado y se respiraba m ucha sudedad.
Conocida fue la frase de la herm ana de Francisco I de Fran­
cia a uno de sus admiradores: -M irad qué blancas son mis
manos aunque hace ocho días que no m e la s la vo -.
En esas m ism as é p o ca s, la s dam as se perfum aban
profusamente para ocultar e l fuerte olor que expedían N o se
bañaban con frecuencia, pues creían que hacerlo atentaba
contra la salud.
También cuenta la historia que C atalina de Rusia tuvo que
dictar una ley por la que el protocolo perm itía a sus dam as ras­
carse la cabeza en su presenda. Creían que el lavado hacía
caer el pelo o lo estropeaba y por eso no lo hacían periódica­
mente.
Cuando pase las hojas de un libro, esté buscando un articu­
lo en su archivador, esté repartiendo cartas en una mesa de
juego, esté contando dinero en su caja registradora o entregan­
do boletos de rifa o de un teatro, jam ás se m oje lo s decos con
safiva para ayudarse. ¿Qué sentina usted si después esa per­
sona le da la m ano o le entrega una galleta. Como es Obvio,
Sentirá repugnanda.

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i \ár\ Cuando se le presenten deseos de estornu­
d a r o de toser estando en com pañía, voltee la
cabeza hacia e l lado opuesto y no se lleve la
mano a la boca, para eso está su pañuelo.
S i tiene la necesidad de lim piarse la nariz no lo
haga con estrépito, utilice un pañuelo por una misma cara y no
tiene necesidad de extenderlo com o si fu e 'a una sábana. No lo
revise, mire su contenido ni lo vuelva a doblar com o estaba. No
es un espectáculo elegante consecuentemente no lo haga peor.
No se corte n i lim pie las uñas delante de otras personas.
N i m ucho m enos se las com a. Se ganará una calificación
lamentable.
Es im perdonable ve r a un ejecutivo bien vestido, afeitado y
perium ado con una uña larga especialm ente del dedo me­
ñique. Se cuenta que este fenóm eno se inicia en la China
cuando la necesitaban para e l opio y las drogas en polvo y
luego degeneró en el conocido «saca m oco» que resulta
ser incalificable en nuestra época de educación y buenos
modales.
El ejecutivo debe m antener sus uñas siem pre cortas y lim ­
pias. E l brillo que algunos hom bres se aplican en las uñas
para algunas personas es de mal gusto; a m í no me inco­
moda sino todo lo contrario, m e da la im presión de m ayor
cuidado.
Considere sus piernas com o un accesorio de lujo. Llévelas
siempre m uy bien rasuradas. Q ue no se le vean los vellos
enroscados dentro de las m edias de nylon. Sus piernas
constituyen un punto focal de su imagen.
fg fi Si está transpirando, p o r favor no se pase la m ano por la
frente para enjugar e l sudor. S eria bueno tener un pañuelo
o un kleenex a la mano.
[ f f l Es fe s y adem ás de antihigiénico el rascarse la cabeza
a g Si bostezar delante de otras personas es una grosería, ha­
cerlo ruidosam ente es peor aún. Una costumbre de la Edad
Media era el trazarse una cruz en la boca. En las épocas
de grandes epidem ias se creía que el mal entraba por la
boca y cada vez que se bostezaba se trazaba una cruz
para ahuyentar la enfermedad. Gracias a Dios ya no hay
necesidad de esta costum bre.
O tra de las m anifestaciones desagradables es el hipo. Si

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se te presenta, trate de no hablar y m enos reír, pues si se le
presenta con la boca abierta tendrá una m anifestación rui­
dosa que la avergonzará
flg*i El hipo suele desaparecer s i hace algunas aspiraciones
profundas o bebiendo sin respirar un vaso de agua.
No se puede tolerar en esta época e l eructo, e l escupitajo
o la lim pieza de la boca con las m anos
sg Si a siste a una reunión y va a com er bocaditos com o
tequeños. papilas, chifles, cam otes en hojuelas, choclos o
alitas de pollo que se m ojan en alguna salsa, no los vuelva
a untar una vez m ordidos. Recuerde que sus m icrobios los
pasará a la salsa
El sorbete o cartita. com o lo conocem os en nuestro país,
solam ente úselo cuando tenga que tom ar de una botella,
pero no lo ponga dentro de un vaso. No tiene sentido to­
mar ju go o gaseosa con sorbete, ¿verdad?
Es antihigiénico usar los dedos para lim piarse las orejas,
ojos, dientes o nariz. E s com ún enco n tra r a personas
escarbándose la nariz m uy entretenidas en sus autom óvi­
les esperando el ca m b o de luz del sem áforo . ¡qué repug­
nancia!
p g l Si usted siento la necesidad de llevar papel higiénico en la
cartera, ¡por favor no lo haga' U eve en cam bio un paquete
de kleenex. Hace poco, en un viaje en avión, cuando ob­
servé a una seóora m uy bien arreglada, vestida con una
linda y fin a cartera, abrirla y sacar su rollito de papel higié­
nico para lim piarse la nariz, casi m e desm ayo. No iba con
su apariencia de m ujer elegante ¡Q ué m anera tan absur­
da de m altratar una atractiva im agen personal!

El estilo propio
Pocas personas, com o las publicas o las que trabajan en
m edios de com um cacon, tienen la posibilidad de verse u oírse
en grabaciones o en vídeos, con ta l regularidad que pueden
descubnrse defectos y corregirlos C ierta vez. le com entó a una
periodista que m e im presionaba la m anera en que form ulaba
tan claram ente sus preguntas y cóm o llevaba adelante una con­
versación fluida apenas diciendo pocas cosas.
Ella me explicó que le había costado logrado, ya que en sus

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n o o s se había dado de cabezazos contra las paredes
de la vergüenza que le daba escuchar las grabaciones
de sus entrevistas llenas de m uletillas, repeticiones,
(rasos truncas y dubitativas.
Todos nuestros m ovim ientos, conscientes e incons­
cientes. el lenguaje de nuestro cuerpo, e l que tenem os
a l vestim os, el tono de nuestra voz a l hablar, la form a de
expresam os hasta en los m om entos m ás íntim os 0 la
form a d e callar, denotan un estilo propio.
Algunos pensadores han definido el estilo com o
e l alirto del alm a, otros com o la m aterialización del
yo. E stilo es. en resum idas cuentas, la correspon­
dencia que hay entre su vida y sus movimientos.
Se dirá que usted -tie n e e s tilo - cuando su
com portam iento revele el atractivo de su conduc­
ta, m anifestado p o r su m anera d e moverse, hablar
y actuar. E s su encanto especial, su m odo de ser. su
ndrvKfcjalidad. su carácter.
Es lógico pensar que cada persona debe tener un
estilo propio que la distinga de las dem ás, ya que una
im agen positiva y un estilo co rro clo pueden llegar a
ser m ás im portantes que la belleza física.
Las personas que son m ás agradables que otras,
son aquellas que transm iten seguridad y clase, aun
sin d e a r una palabra: no tenga duda que es su estrío el
que está hablando por ellas.
Pero tenga cuidado, s i ya sabe que el estilo se exte­
rioriza a través de los m ovim ientos, lo s gestos y las pa­
labras. n o debe olvidar que estos son alg o sobre lo que
no so suele tomar conciencia, pues no todo el tiempo
estará frente a un espejo que se los m uestre.
C uando hablaba del carácter, olvidé d e cir que este es
adquirido desde la nirtez. com o resultado de la educación
proporcionada prim ero por sus padres E l estilo lo adquirirá
en cam bio en la juventud o en lo s prim eros artos de la
adultez, porque es en esa etapa de su vid a cuando se defi­
ne su personalidad, expresada, com o ya había señalado,
en la m anera de desenvolverse
Recuerde que el conjunto de atnbutos que com po­
nen su persona transm ite siem pre un m ensaje El que

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sea positivo o negativo solo depende de usted. Decía la prince­
sa G race de Mónaco: «Cada persona proyecta su estilo desde
el interior, la apariencia externa es solo el com plem ento de la
im agen total». En efecto, si logra proyectar a l m undo la confian­
za que desarrolla a través de su propio estilo, tendrá asegurado
el éxito en todos los campos

Saque a relucir
sus cualidades
Conocí en una reunión muy anim ada y con gente bastante
brillante a un hom bre encantador que se preocupó porque una
am iga com ún parecía sentirse excluida de la reunión y perm a­
necía muda. Al parecer, Yolly, nuestra am iga, pensaba de sí
misma que todos sabían más que ella y eso la inhibía. En un
aparte, este caballero y yo confabulam os para traer a la conver­
sación algunos de los temas que ella podría dom inar. Lo prim e­
ro que se me ocurrió es que ella cocinaba delicioso y le gustaba
ir a todos los restaurantes que podía para probar un plato que le
encantaba y que ella misma hacía en su casa: e l lom o saltado.
De pronto, el caballero com entó que había ido a determ ina­
do restaurante y que había com ido e l m ejor lom o saltado de la
ciudad. V i los ojos de Yolly abrirse, muy interesada, pero toda­
vía no se atrevió a hablar. Entonces d i el últim o em pujoncito y
sostuve que ella tenía algo que decir al respecto. Lo que siguió
fue una conferencia sobre si se ponían o no la s papas antes o
después de freír la carne, si el plato venia con arroz o no, si la
carne se cortaba en cubos o a lo largo, hasta temas com o las
tem peraturas, los tiem pos y los licores que se usaban en los
diferentes restaurantes donde lo había probado.
La gente estaba encantada, y creo que esa noche aprendi­
mos algo con m i amiga.
Nadie es capaz de proyectar hacia fuera lo que no tiene den­
tro. Yolly tenía m ucho dentro de sí, pero no se atrevía a mos­
trarlo.
Por eso es que conocerse interiorm ente no solo es buscar
las cualidades internas que definen su carácter, sino, también,
desarrollar un atributo: el respeto hacia uno mismo.
Esta cualidad hará que ascienda a un im portante plano en la

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mejora de su im agen personal, y k> conseguirá fam iliarizándo­
se con las cualidades que controlan su carácter, com o la com­
prensión, tolerancia y respeto a l prójimo.
Conocer su yo interior le perm itirá m ejorar su relación con
quienes com parten sus horas de trabajo y vida personal. Soy
una convencida de que si usted tiene m ayor control sobre sus
emociones, se convertirá en una persona m ás productiva y dis­
puesta a encontrar la arm onía interpersonal.
¿Cómo podrá desarrollar estas cualidades internas? La idea
es que identifique y fortalezca sus virtudes y al mismo tiempo
com ience a com batir sus puntos débiles. N o tenga la menor
duda de que las posibilidades de un cam bio se encuentran en
su conciencia y en e l dom inio de sí misma.
Inicie su proceso de cam bio! N o será fá c il la prim era vez,
pero la segunda será m enos difícil y la tercera m enos aún. Esto
puede tom ar tiem po, pero vale la pena porque la elevará a un
nivel más alto en el logro de una buena im agen personal y ad­
quirirá confianza en sí misma.

Q uisiera reproducir las opiniones de Rafael M artin del Cam­


po sobre lo que significa ser m ujer
«En m i paso por este m undo he conocido personas de to­
das las condiciones sociales, pero a fin de cuentas solo se ha
tratado de gente y lo que yo busco es: ¡Una m ujer!
Una mujer, que no sea una m uñequita d e aparador, n i la
rosa candorosa e ingenua. Ni tam poco que sea la hermosura
m ercenaria, ni la m adre sum isa y abnegada o la esclava del
hogar.
Busco una m ujer que se atreva a ser ella m ism a con todas
sus potencialidades.
Una mujer, que no tem a ser fuerte, segura e independiente,
pues con ello no pierde su fem ineidad y, en cam bio, tom a el
lugar que le corresponde en la evolución de la pareja.
Una mujer, dispuesta a descubrir y a desarrollar todos sus
valores y su potencial, porque los hom bres no maduramos
em ocionalm enle jam ás si tenem os com pañeras, madres o her­
manas que han dado poca im portancia a l crecim iento como

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persona La evolución supone un crecim iento com partido.
Una mujer, que me descargue de todo el peso de un amor
no entregado, porque nunca antes alguien lo había reoóKto por
completo.
Una mujer, que me ayude a verm e com o soy. n o com o creo
que soy. Q ue tenga tacto al decirm o m is defectos en el momen­
to en q jo soy m ás receptivo, para que digiera la critica cons­
tructiva y pueda asi florecer com o persona.
Una mujer, que sea tierna, s in perder firmeza,
sena s¡n ser solemne, deseosa do su­
perarse sin sentirse supenor. dulce sin
ser melosa y con la frescura de una
jovon, sin sor puenl
Una mujer, que sea mi com pañe­
ra en todo, desde tender la cam a jun­
tos hasta adentram os en una aventu­
ra intelectual, pasando por la experien­
cia de trabajar hom bro con hom bro y
recorrer ct parque en bicicleta.
Una mu/er. que no se atarm e si
alguna vez me ve llorar, pues auie-
ro recuperar esa capacidad de ex­
presión repnmida por el m achismo
y que me aliente a -darm e perm i­
s o - do sor dóbil y a pedir ayuda a
pesar de ser el hom bre fuerte
Uno mujor. quo descubra lo que
ie gusta en la vida y que se esfuerce por
averiguar lo que quiere de la mism a, te­
niendo el valor de pagar el precio
de sus más grandes anhelos
Una m ujer, que no se deje u ti­
lizar y que nunca m anipule a otro ser
humano, incluyendo a su pareja, pues no tiene
objeto caer en una sim biosis destructiva, cuando exis­
te la alternativa lum inosa de un ennquecim iento reciproco
... Cuando la encuentre. !a am are intensam ente-
M aravilloso, ¿verdad? O jalá que estas lineas nos provoque
trabajar para m ejorar nuestra calidad de m ujer y ser amadas
como realmente nos merecemos.

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«El cambio es una puerta
que solo se abre
por dentro»
V ie jo d ic h o f r a n c é s

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Recuerde:
¡Hoy es el día!
¿Se siente et ser m ás desafortunado del m undo? ¿Le pare­
ce que su vida no tiene ningún sentido? ¿Amanece abatida y
sin deseos ni sueóos? jjjB ie o ve n id a al P laneta Tierra!!!
Vive en un m undo de inseguridad a pesar del progreso m a­
terial que ha alcanzado nuestra civilización y cam inando en el
siglo XXI parece que el ser hum ano e s el prisionero en una
enorm e celda, y lo que es peor, construida por é l mism o... Den­
tro de esta cárcel se m ueven e l hom bre y la m ujer de este siglo
com o indefensas criaturas en un m undo realm ente com plicado
a pesar de la s llam adas m odernidad, globalización y otros tér­
m inos m uy de moda.
Tiene que sobrevivir con los azotes d e la recesión. El auge
de la violencia, el m alestar político, las enferm edades crueles,
com o e l cáncer y el SIDA, las guerras sangrientas, suicidios,
m atanzas, m entiras, burlas, hipocresía, odios, egoísm os, viola­
ciones. ro to s, injusticias sociales, falta de trabajo y educación
se sum an ó diario en el horizonte de su vida.
La fa lta de fe y de creencia paraliza a l ser. S e tiene m iedo a
lo m alo pero no nos orientam os a lo bueno.
Frente a esta dura realidad cotidiana, adcm óo, la lucha por la
vida se transform a en una dura batalla que para poder librarla se
debe d e sa ro lla r lo que nos sugiere M auras: -U n arte para vi­
v ir-, Y aun asi resulta difícil, porque es un desafío de todos con­
tra todos. Existe un desajuste entre el medio y el ser humano.
¿Debe sublevarse? ¿Ser pasiva? ¿Qué debe hacer?
En e l juego de la vida, la m ayor parte de los seres humanos
buscam os llegar a la cim a, a la cum bre y trabajam os con la espe­
ranza d e realizam os y de alcanzar nuestra m eta y objetivos.
Pero en a vida, para lograr esta m eta debe tener en cuenta
que si no adquiere buenos hábitos conscientem ente, seguirá
adquiriendo tos matos inconscientem ente.
Se h a estudiado la actitud de algunas personas que han
logrado llegar a la cum bre. Tenían el hábito de hacer cosas que
no les gustaba o que no hacían bien y lo convertían en algo
grato y lo sentían así hasta que por fuerza del hábito estaban
totalm ente convencidas del pensam iento enterrado en su sub-

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consciente,
Es interesante observar que m uchas d e las características
que adquirim os e n nuestras vidas so n e l resultado desgracia­
dam ente de m alos hábitos.
¿Cuáles son los hábitos que le pueden destruir la vida?
El m iedo, la derrota , la ansiedad, la desesperación, la
autocompasión, la falta de perdón, el odio, el rencor, e l deseo
de venganza, el despecho...
Por ejemplo, el quejarse, renegar, pelear, lam entarse de todo
y de todos o el hecho de ser negativo es un m al hábito que hace
mucho daño y va anulándolo, de a pocos.
El fam oso Earl N ightingale afirm a que «Somos lo que pen­
samos» y esto e s un hecho.
Lo que piensa de usted m ism a se verá reflejado en sus acti­
tudes y accones y así es que el éxito o el fracaso, puede volver­
se un hábito en su vida.
Es incuestionable que m uchas personas nunca triunfan por­
que le tienen m iedo al fracaso, que ni siquiera suelen hacer el
mínimo intento. E l tem or a l fracaso o al riesgo puede resultar un
serio problema.
A lo prim ero que debe obligarse es a avanzar y hacer algo...
venza el hábito del m iedo, del fracaso, del temor. Sim plem ente
tiene que hacer fuerza, apretar los dientes y seguir, seguir, y
seguir. No se quede esperando hasta que se dé la situación
perfecta para in iciar y dar el prim er paso, que es el m ás im por­
tante de todos.
«Un viaje d e m il leguas com ienza con e l prim er paso» reza
un antiguo proverbio chino.
Los m alos hábitos pueden elim inarse m etíante dos senci­
llas frases, digo sencillas y no fáciles, pero m ilagrosas «‘yo s i
puedo» y «/o quiero».
Se dice tam bién que «el éxito se com pone de una serie de
pequeñas victorias diarias».
La palabra es la fuerza m ás poderosa del mundo. R epitien­
do palabras positivas de am or, esperanza y estím ulo lo pueden
llevar a nuevas alturas. En cam bio, las palabras negativas de
frustración, odio, vulgaridad lo pueden perjudicar. Debe por lo
tanto recordar que «los hábitos son al com ienzo telarañas y con
el tiem po se convierten en cables» .

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27
¡Atrévase
a correr riesgos!
Siem pre se habla sobre una característica com ún a casi to­
das las personas que han triunfado y que han sido exitosas:
todas han tenido «el coraje para arriesgarse a fracasar-».
N d hacer nada, no tener nada y no ser nada, evita el fraca­
so... pero tam bién im pide e l éxito. C ualquier cosa de im portan­
cia, im plica riesgo, Pero el que eso im pida la realización de sus
sueños es im perdonable. E s una verdad sencilla, única, sin lu­
gar a discusión, clara y real: todo lo que se hace en la vida
conlleva un riesgo:
Cuando conduce un vehículo, corre el riesgo de estrellarse,
¡g] Cuando solicita un trabajo, corre e l riesgo de ser rechazada.
íg j Cuando ingresa a la universidad, corre el riesgo de tener
c.ue retirarse.
■S] Cuando am a, corre el riesgo de ser ignorada,
gj Cuando le sonría a alguien, corre el riesgo de no ser corres­
pondida.
g Cuando está esperanzada, corre el riesgo de perder la e s­
peranza.
■jg Cuando sueña, corre e l riesgo de parecer una idiota soña­
dora.
g* Cuando com ienza una dieta e l lunes, corre el riesgo de no
continuarla.
Cuando escribe con auténtico am or, corre e l riesgo de que
no la lean.
■g) Cuando pasa por la vida sin capacitarse, corre el riesgo de
ser una ignorante.
Md pase por la vida lam entándose por lo que no hizo y pudo
hacer. W ill Rogers d ijo alguna vez: «Hay cue arriesgarse a trepar
a las ramas m ás delgadas, porque a llí se encuentra la fruta»».
IVucha gente y m uchos obstáculos podrán interponerse para
cerrarle el paso hacia los niveles que se ha propuesto: pero
todos pueden ser superados.
El ser hum ano tiene la capacidad de hace lo que quiera si
cree y está dispuesto a ello, Shakespeare ya lo dijo: «Nuestras
dudas son traidoras porque nos hacen perder a m enudo el bien

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28
que hubiéram os podido obtener y que perdem os por nuestro
m iedo de intentar».
Y Conrad H íton aseveró: « 0 hombre con la ayuda de Dios y su
propia dedcación es capaz de cualquier cosa que pueda soñar».
Por eso, cuando le í la siguiente historia descubrí que mucho
de lo que aprendem os está concentrado en pequeñas anécdo­
tas que nos ofrecen relevaciones extraordinarias.

«No pares,
continúa tocando»
Deseando dar ánim os a l progreso de su joven hijo a l piano,
una m adre lo llevó a un concierto de Paderewski.
Después de sentarse, la m adre vio a una am iga en la platea
y fue hacia ella para saludarla. Aprovechando la oportunidad
para explorar las m aravillas del teatro, el pequeño niño se le ­
vantó y eventualm ente sus exploraciones lo llevaron a una puerta
donde estaba escrito: -P ro h ib id a la entrada».
Cuando las luces bajaron y el concierto estaba a punto de
empezar, la madre regresó a su lugar y descubrió que su hijo
no estaba. De repente, las cortinas se abneron y las luces caye­
ron sobre un im presionante piano Steinway.
Horrorizada, la m adre vio a su hijo inocentem ente sentado
al teclado, tocando la s notas de «Mambrú se fue a la guerra».
En aquel m om ento, e l gran m aestro hizo su entrada, rápida­
m ente fue al piano y susurró al oído del niño: «No pares, conti­
núa tocando».
Entonces Paderewski extendió su m ano izquierda y empe­
zó a llenar la parte del bajo. Luego, puso su m ano derecha
alrededor del niño y agregó un bello arreglo a la m elodía. Jun­
tos, el viejo maestro y el joven aprendiz, transform aron una si­
tuación embarazosa e n una situación m aravillosam ente creativa.
El público estaba perplejo.
La próxim a vez que se detenga a realizar grandes hechos,
escuche atentam ente. Puede o ír la voz del M aestro, susurran­
d o en su oído: «No pares, continúa tocando».
Sienta sus brazos am orosos a su alrededor. Sienta que sus
fuertes m anos están tocando e l concierto d e su vida. -D io s no
llam a a aquellos q u e son capacitados. É l capacita a aquellos
que son llamados».

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29
La imagen
del éxito
¿Quiere usted transm itir la im agen d e una persona de éxito?
A lgunas m ujeres y hom bres triunfan porque están destina­
dos a ello: pero la m ayor parte porque ya lo ha resuelto así.
Luego q u e una persona se descubre, adquiere confianza en
sí m ism a y logra ser auténtica, se im pulsará d e m anera optim is­
ta a conquistar el éxito.
Una form a d e ponerse seriam ente en cam ino para lograr
una huella im borrable, es adoptando las «Diez guías
para lograr el é xito - elaboradas por M arshall Field,
uno de los hom bres de m ayor éxito en e l mundo,
g ] E l valor del tiem po: no lo desperdicie,
g ] E l valor de la perseverancia: no se rinda.
F g El placer de trabajar duro: no sea pe­
rezosa.
30

30
ta.
g ] El p o d e r de la bondad: n o sea desal­
m ada.
g j E l llam ado del deber: no sea irrespon­
sable.
3zJ La sabiduría del ahorro: no sea derrochadora.
LrS La virtu d de la paciencia: no sea im paciente.
S El m ejoram iento de las destrezas: no deje de
practicar.
¿Le caen de sorpresa?, ¿piensa que son muy
obvias y sim ples?, ¿las ha practicado todas? El
éxito no es com plicado.
Las acciones de todos los seres hum anos ra­
cionales están controladas por los pensam ientos
y estos están controlados por lo que cada una
inyecta constantem ente a su mente o perm ite que
otros hagan.
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Todo esto quiere decir que puede program ar su mente para
se r un ganador. Los pensam ientos y la s proyecciones positivas
requieren práctica para que logre un cuadro m ental que form a­
rá parte de su desempeño diario y real
El alcance dei ser hum ano debe estar m ás allá de su mano
O s i no. ¿para qué existe e l cielo?

Diez pautas para


que cambie sus hábitos y tenga
éxito en la vida
1. A m e su trabajo
Dediqúese a él y a sobresalir en su actividad cualquiera que
esta sea. ám ela. Actúe Cuando no se actúa se envejece como
e l elástico; en todo trabajo existe una bendición escondida, de­
pende de usted encontrarla.
FÁBULA:
-U n hom brecillo que vivía a la onlla d e un cam ino y vendía
hot-dogs no tenia radio y por deficiencia ©n la vista no leía dia ­
rios y no veía televisión... en cam bio vendía unos hot-dogs de­
liciosos.
Colocó un letrero a la onlla del cam ino anunciando su m er­
cadería y se paraba ahí gritando a los q ue pasaban
•Mire usted, los ricos hot-dogs!
Las personas paraban y le com praban
Con esto aum entó sus com pras de pan y de hot-dogs y ter­
m inó construyendo un pequeño y agradable restauranto.
Entonces se le ocurrió m andar a buscar a su hijo que oslaba
on la universidad para que lo ayudara a adm inistrar el negocio
Pero algo sucedió...
El hijo llegó y le dijo:
•¿Poro papó, usted no ha escuchado las noticias? Hay una
crisis muy sena, no hay dinero y la situación internacional es
terrible
El padre escuchó y pensó:
Entonces redujo sus com pras de p an y hot-dogs. sacó el
letrero del cam ino y decidió no in vitar m ás a los que pasaban a

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dram áticam ente y de un día para otro
sus ingresos se redujeron... el hom­
bre le dijo muy seguro a su hijo:
- Hijo, tú tenías toda la razón del
mundo. La crisis es m uy sena...
-S o lo debe te n e r m iedo de te­
n e r m ie d o - ¿ seguirá vendiendo
hot-dogs o prefiere parar para ha-
b|ar 13 crisis? Se lo pregunta Luis
Salardi Martínez.
-¿ P or qué m e estás olvidando?
¿Por qué te aburres conmigo?
¿ Por qué m e traicionas?
C uando no m e tenías, me buscabas.
Algunas veces hasta mo rogabas y sufrías por mí.
Sentías celos cuando veías a otros conm igo. #
Después de que m e conseguiste, m e dedicaste interés, tu
tiem po, tus cuidados y te esforzabas por mí; hasta acudías pun­
tual a nuestras atas. Pero esto fue solo por un tiempo.
Yo cuido tu salud y la do tu fam ilia, por s i alguna vez se ve
quebrantada. Yo soy quien te proporciona lo que necesitas...
hasta un poco de felicidad, y aquí estoy, esperando.
Cuídam e igual que antes, y recuerda, yo tam bién puedo can­
sarm e de esperar. Muchos me buscan y sufren por mí.
¿ No adivinas quién soy?
C laro, mo estás olvidando: S oy tu trabajo-.
2. Decida qué es lo qu e quiere
D elina bien sus metas y decídase, nada valioso se obtiene
de la vida -s in pagar un peaje-.
U n experto en gestión de tiem po sorprendió a quienes asis­
tieron a su conferencia cuando puso sobre la mesa un frasco
de cristal de boca ancha y un montón de piedras del tamaño de
un puño:
-¿.Cuántas piedras entran en el Irasco? -preguntó.
M ientras el público hacía sus conjeturas, fue introduciendo
piedras en el frasco hasta que no entró una más. Luego pre-

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guntó:
-¿Está todo lleno? -y todos asintieron.
Entonces sacó de debajo de la m esa un cubo con cascajo,
puso parte de é l en el frasco y lo agitó. Las piedras m ás peque­
ñas penetraron por los espacios que dejaban las piedras gran­
des
El experto volvió a preguntar.
-¿Está lleno? -esta vez los asistentes dudaron.
-Tal vez no -dijo uno. y acto seguido, el conferencista extrajo
un saquito de arena y la m etió dentro del frasco.
•¿Y ahora? -inquirió.
-iN o! -exclam ó el público.
Entonces tom ó un jarro de agua que em pezó a ve rte r dentro
del recipiente. Este aún no rebosaba.
Terminada la dem ostración, preguntó:
-¿Qué acabo de dem ostrar?
Uno de los asistentes respondió:
-Que no im porta lo llena qué esté tu agenda, s i lo intentas,
siempre puedes hacer que quepan m ás cosas.
¡No! -repuso el experto y concluyó:
-Lo que e sto nos enseña es que si no ponen las piedras
grandes al pnndpio. luego ya no cabrán. ¿C uáles son las gran­
des piedras en sus vidas? ¿Su fam ilia, su pareja, sus amigos,
sus sueldos, su salud? No olviden ponerlas pnm ero. El resto
hallará su lugar. (G ottfried Kerstin)
3. S ea elástica y perseverante
Refuerce sus m etas, persista, persista, persista, sea fle xi­
ble. perm eable, puede volver a pararse y contin uar su camino,
no será la últim a persona que se cae y puede caerse, pero ¡no
puede quedarse en el suelo!
■Siempre tenga presente que la piel se arruga, el pelo se
vuelve blanco, los días se convierten en artos... Pero lo im por­
tante no cam bia; su fuerza y su convicción no tienen edad.
Su espíritu e s el plum ero de cualquier te la de araña. Detrás
de cada línea d e llegada, hay una de partida. D etrás de cada
logro, hay otro desalío. M ientras esté viva, siéntase viva.
Si extraña lo que hacía, vuelva a hacerlo. No viva de fotos
amantias...

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S*ga. aunque toóos esperen quo abandone. No deje que se
oxide eí hierro que hay en usted Haga que en vez de lástima. le
tengan respeto. Cuando por los artos no pueda correr, trote.
Cuando n o pueda trotar, cam ine Cuando no pueda caminar,
use el bastón. Pero ¡nunca so detenga»- E ste es e l mensaje
m aravfloso que nos dejó la M adre Teresa de Calcuta
4. Fo rm e en usted el hábito de aprender
D edique le un tiem po a la capacitación constante, la capaci­
tación es inversión, nunca es ni tiem po ni dinoro perdido. Parti­
cipe en charlas, sem inarios, cursos libres, le a . perfecciónese
siempre
Las palabras de David Thoreau nos recuerdan que. -E l di­
nero es la gran obsesión de nuestra época Sería bueno que
usted se diera cuenta de que el lugar más seguro para una
inversión está dentro de sí m sm a: en conoam ientos y educa­
ción. Es la riqueza que nunca podrán arrebatarle y la inversión
quo da lo s m ejores dividendos durante toda su vnda-
5. S ig a el cam ino d e lo s lideres exitosos
Evité aJ perdedor, al negativo, al alarm ista, a i chismoso, como
si fueran una plaga contagiosa. Relaciónese solo con personas
positivas, seguras de s i m ism as, confiada*, persistentes, entu­
siastas. alegres, llegará a ser una de ellas -L o
sem ejante atrae lo se m e ja n te -, d*ce Conroe
Méndez, prim era m etafísica e n Latinoamérica,
postulado que a través d e l tiem po está to­
mando cada vez más fuerza
6. Utilice su tiem p o d e m anera Inte­
ligente
Todos los seres hum anos tienen et
m ism o tiem po, solo que uno s lo
aprovechan, en cam bio otros lo des­
perdician El tiem po e s un recurso no
renovable, no se puede recuperar, no per­
dona. nadío le puede añadir un solo rranu-
to a su día.
Con e l tiem po solo existen dos aXematvas
gastarlo o invertirlo Disfrutar cada instante de su
tiempo, es su único patnmomo
E l hom bre inventó el tiem po... e l pasado, e l pre­
sente y el futuro, pero el universo no tiene tiempo

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P or eso es necesario «Aprender a darse tiem po»:
0BJ Darse tiem po para pensar, es e l origen del poder.
ggj Darse tiem po para jugar, es e l secreto de la eterna juventud.
ZÉ Darse tiem po para leer, es fuente de sabiduría.
SÉ Darse tiem po para orar, es e l m ayor poder en la tierra.
Darse tiem po para am ar y ser am ado, es un privilegio dado
por Dios.
cfií Darse tiem po para reír, es la música del alma.
SÉ Darse tiem po para ser am istoso, es el cam ino de la felicidad.
S3 Darse tiem po para trabajar, es el precio d e l éxito,
gg Darse tiem po para dar, un día es dem asiado corto para ser
egoísta.
Destierro de su vocabulario las frases: «mañana lo haré» o
«si hubiera...». El pasado es historia, es cheque cancelado, ló ­
melo solamente com o m arco de referencia.
Hoy es el día, es lo único que le pertenece, e l presente, el
aquí y e l ahora. ¡Viva por lo tanto cada día. cada instante, com o
si fuera e l últim o! En realidad lo es... y vívalo tan bien que m e­
rezca ser recordado.
7. Utilice su creatividad, es un don de Dios
Atrévase y rompa sus propios lím ites. N o sea una oveja, sea
la directora del rebaño. Se sentirá de m aravilla. ¿Conoce usted
cuáles son las diez causas por las que no se asciende en el
trabajo?
1. M irar dem asiado el reloj.
2. Hacer las cosas a medias.
3. Tener e l trabajo atrasado.
4. Estar siem pre refunfuñando.
5. No tener confianza en s i misma.
6. No poner el corazón en su trabajo.
7. Tener com o excusa «se m e olvidó» o «tuve m ucho trabajo».
8. No atreverse a obrar conform e a l propio criterio.
9. Estar contenta con ser m ujer de segunda categoría.
10. Creer que no vale la pena estudiar ni interesarse por nada.
8. Trate a todos c o m o s i se tra ta ra d e «su cliente de un
millón»
No prejuzgue nada r* a nadie, trate a todos los que la ro-

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deán com o si fueran lo m ás im portante en su vida. Le recuerdo
ese fam oso letrero que debe tener cada una colgado del cuello:
«Hazme sentir im portante».
Leí una anécdota que m e parece interesante reproducir:
«Durante m i segundo sem estre en la Escuela de Enferme­
ría, nuestro profesor nos d io un exam en sorpresa. Yo era una
estudiante consciente y leí rápidam ente todas las preguntas,
hasta que llegué a la últim a: '¿C uál es el prim er nombre de la
m ujer que lim pia la escuela?’
Seguramente era un tipo de brom a. Yo había visto muchas
veces a la m ujer que lim piaba la escuela. Ella era alta, cabello
oscuro, com o de cincuenta años, pero, ¿cómo iba yo a saber
su nom bre? Entregué mi examen, dejando la últim a pre­
gunta en blanco.
Antes de que term inara la clase, alguien
le preguntó a l profesor si la últim a pregunta
contaría para la nota del examen.
-Absolutamente -dijo e l profesor-. En sus
carreras ustedes conocerán m uchas per­
sonas. Todas son significativas. Ellas m e­
recen su atención aun si ustedes
solo les sonríen y dicen [hola!
Nunca o lvid ó e sa lección.
También aprendí que su nombre
era Dorothy y que todo3 som os im ­
portantes».
9. Trabaje fu erte y de m anera in­
teligente
Su actitud lo dem uestra todo. Crea
que puede y lo conseguirá. Aprenda
todo lo que pueda de sus funciones y
de sus com pañeros. Desarrolle un só­
lido program a de m etas a corto, m edia­
no y largo plazo.
Sea persistente, nunca renuncie a sus
sueños ni con el m ínimo pensam iento.
Recuerde la s tres «erres» de un tantra
hindú: Respétese a s i mism a. Respete
a los dem ás. Responsabilícese de to ­
das sus acciones.

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10. Cree m ilagros en su vida
Como dijo Zig Z ig la r «Crea en la m agia de creer». Para
tenerlo todo, ofrézcalo todo a todos los que la rodean.
Sea bondadosa en sus actos con los demás, recibirá sus
propias recompensas. Encárguese de sf m ism a, no sea una
persona difícil de llevar, recuerde que es absolutam ente res­
ponsable de sus actos, logros, éxitos y fracasos, no le eche la
culpa a nadie, |no se haga la víctim a!
«No somos responsables de la cara que tenem os, somos
responsables de la cara que ponemos».
Se dice que hace tiem po, en un pequeño y lejano puebla,
había una casa abandonada. C ierto día, un perrito, buscando
refugio del sol, logró entrar a la casa. El pequeño perro subió
lentam ente las viejas escaleras de m adera, a l final de las cua­
les se encontró con una puerta sem i abksita, lentamente se metió
en e l cuarto.
Para su sorpresa, se dio cuenta que dentro de ese cuarto
había m il perros m ás. El perrito com enzó a mover la cola y a
levantar sus orejas poco a poco. Los m il perrr.os hicieron lo
m ism o. Posteriorm ente sonrió y le ladró alegrem ente a uno de
ellos, los m il perritos sonrieron y ladraron alegrem ente con él.
Cuando salió d e l cuarto, se quedó pensando: «¡Q ué lugar
tan agradable, vaya venir más seguido a visitarlo!».
Tiem po después, otro perro callejero entró al m ism o sitio,
pero a diferencia del prim ero, al ve r a los otros m il, se sintió
amenazado y em pezó a gruñir y a ladrarles ferozm ente; obvia­
mente los mil perritos tam bién le gruñeron y le ladraron.
Cuando salió del cuarto pensó: «¡Q ué lugar lan horrible es
este, nunca más volveré a entrar allí».
Cuando salía, recién se dio cuenta de un viejo letrero que se
encontraba en e l frente y que decía: «La casa de los m il espe­
jos».
Todos los rostros del m undo son espejos. Decida cuál rostro
llevará por dentro y ese será e l que m ostrará. Recuerde que el
reflejo de sus gestos y acciones se repite en los dem ás, com o
en un espejo.

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Sonrisa
decim iento:
secretos
U ro de suscitad os para conseguir e l estilo propio es apren-
p ^ trrklarjp m irona; |0 im portante es que esta $ea siem pre
qpay£ y amistosa» solo así transm itirá sus mejores deseos.
Pero tan im portante ctyn o la m irada, es la sonrisa. Nunca
olvide sonreír. De la expresión que tenga dependerá la im pre­
sión que deje. Sepa que la jo n risa .e s gratis v gracias a ella se
pueden conseguir grandes cosas.
La sonrisa será su p ip jn r a liad a a la hora de proyectar la
imagen de una persona ggradable. afectuosa y cordial.
Pero, cuidado con exagerar: su sonrisa debe se r moderada.
de lo contrario la otra persona podría pensar que usted se está
b u ria o d a ilfi^ lia . Recuerde que es m uy cistinto reírse con una
que reírse de una.
Una sonrisa franca com place a cualquiera mu­
cho m ás que un m illar de cosas. P or eso no debe
ser com prada, pedida, prestada n i robada, por­
que la sonrisa no rinde bereficio si no es brinda­
da de m anera espontánea, sincera y gratuita.
Se dice que a quien sonríe, la vida le son­
ríe, que la vida es un espejo que reprodu­
ce lo que proyectam os en él. Trate de
tallar en su rostro esa sonrisa sincera
para transm itirla durante todo el día.
Una sonrisa no solo alegrará el cora­
zón de otras personas, también em ­
bellecerá su rostro y le proporcio­
nará un encanto especial.
Nada debe se r tan im portan­
te com o para quitarle la fres­
cura de una sonrisa. Deténga­
se unos segundos, m ire direc­
tam ente a los ojos de quien le
habla, y sonríale. ¡Le cam biará la
vida!

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Todos sabemos que no existen palabras m ágicas, pero si
palabras que obran por aú& dfem age.
Los tiem pos de A lí Babá y e l «Ábrete sésamo» han pasado
y el lanzar a l aire una voluta de hum o no hace aparecer un
genio amigo.
Pero usted posee un poder: «el de las palabras», a l usarlo,
usted consigue que los dem ás la ayuden a hacer cosas mejo­
res y con m ejor voluntad.
Repita estas cuatro palabras que son im portantes para con­
seguir la sim patía de la gente que la rodea, especialm ente en el
hogar y e l trabajo: «Estoy orgullosa de ti».
¿Por qué no se las dice a su secretaria, a su jefe, a sus
subordinados, a sus amigas, a su m arido, a su pareja, a sus
hijos? Dígales que está orgulloso de algo que ellos han hecho.
Procure que esas cuatro palabras los haga sentirse felices y
verá cóm o les devolverá la alegría perdida y les prenderá la
mecha de la acción con am or y entusiasm o.
Tampoco olvide frases tan significativas como: «¿Cuál es su
opinión?», «¿Me haría el favor de...?», «M uchas gracias por...».
¿Se ha percatado de que son palabras que garantizan el
apoyo de los dem ás? Son ta n fáciles de pronunciar y se usan
tan raras veces. Le vuelvo a recordar que todas siem pre debe­
mos llevar colgado en e l pecho un gran letrero que diga: «Hazme
sentir im portante».
Destine unos instantes en decirlas y habrá adquirido para el
futuro la certeza de que todos atenderán más fácilm ente sus
deseos, sugerencias y solicitudes.
Recuerde tam bién que la m ejor palabra del m undo es «no­
sotros» y la peor «yo», la consideram os muy fácil de escribir,
m ás fácil aún de decir; pero pocos deseam os en realidad oírla.
Am ado Ñervo nos d ic e a l respecto:
Una palabra cualquiera puede ocasionar una discordia.
Una palabra cruel puede d e stru ir una vida.
Una palabra am arga puede crear odio.
Una palabra brutal puede golpear y matar.

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Una palabra agradable puede suavizar e l camino.
Una palabra a tiem po puede ahorrar un esfuerzo.
Una palabra alegre puede ilum inar e l día.
Una palabra con am or y cariño puede cu ra r y bendecir.
No olvide que existen palabras que obran com o por arte de
magia, busque esas palabras y convénzase de que con e l po­
der que encierran ganará m ás am igos, m ás seguridad, más
confianza y felicidad.

isle nada m ás agradable, fortalecedor y positi-


scuchar un elogio sincero, cálido y afectivo. No
común escucharlo, ya que aparentem ente se
ás con la destrucción, el chism e, e l rum or y el
o verbal. Parece que la crítica es una constan-
jestras sociedades.
me olvidado e l elogio que e s una habilidad muy
útil y ayuda a m antener relaciones m ás cáli­
das y positivas con los dem ás, especialm ente
con la fam ilia, am igos, pareja sentim ental y, por
cierto, oon los com pañeros d el trabajo.
ero, qué es un elogio? Según e l Diccionario de
cadem ia Española: «Alabanza de la s cualida-
áritos de alguien o de a lg o -. No es lo mismo
onja o la adulación, m uchas personas se con-

ivés del elogio dem ostrará s u estim a y respeto


>tra persona adem ás de decirle que está aten-
m irándola. No solam ente e s agradable escu-
elogio sino que tiende a s e r recíproco, une a
ia s y son trem endam ente gratificantes,
asgraciadamente, se señala más lo que dis-
está m al hecho, la equivocación, que el traba­
jo bien hecho, el vestido bien cosido, e l presupuesto bien plani­
ficado, e l evento bien realizado, e l regalo bien com prado o la
llamada hecha a tiempo.
Se suele decir que no hay tiem po para perder en elogios,

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porque lo que eslá bien hecho es o b vio y no hay necesidad de
decirlo. Lo m ism o sucede con las frases tan olvidadas y necesi­
tadas entre las parejas: «Te amo», «¡Q ué bien te queda ese
tem o!». «¡Que linda y elegante estás!».
Hace algún tiem po, prefiero no recordar cuánto, m e dijeron
que las frases relativas a la ropa, la elegancia e im agen, eran
un absurdo, que tenía que decirlas solo si la im agen no estaba
bien, si era desaliñada, grotesca, fuera de tono, de lo contrario,
lodo era obvio... ¡qué lástim a da la persona que no sabe elogiar
y solo sabe criticar!
Los elogios deben ser sinceros, específicos y personalizados.
Qué desagradable es escuchar uno que sea generalizado, ¿se
podrá creer en él? D ecirlo sin m irar a lo s ojos directam ente tam ­
poco será tan creíble, y si e l tono de voz no tiene el entusiasm o
debido, tam poco funcionará.
En los elogios se debe u tilizar el nom bre de la persona aludi­
da. se hará m ás gratificante para e l que los escucha. Y no tema
aceptar elogios, nadie dirá que usted e s una vanidosa o petu­
lante porque los agradece; sea educada y agradecida siem pre,
recuerde que ¡usted se los m erece!
La autoestim a y el sentido de la m odestia, en ciertas perso­
nas. están tan desarrollados que estas n o se creen merecedoras
de las expresiones que contienen elogios. Otras, en cambio, se
sienten obligadas a responder con otro elogio y no entienden que
el elogio es un regalo sin envoltura. Acéptelo con gratitud y sonrisa
sincera; solo responda: «¡Gracias!» con una sonrisa sincera.
Si usted es jefa en alguna com pañía, sea agradable y atenta
con sus em pleados. Hay un sinfín de oportunidades para alen­
tar, elogiar y estim ular a las personas que están a su alrededor.
No sea tím ida, no tem a que la m alinterpreten, y no trate de bus­
car cosas excepcionales para elogiar, e so es no ser realista.
Busque aspectos destacables y aum ente la frecuencia de
los elogios; pero no lo haga cuando tenga que pedir favores, de
lo contrano sentirá que es m anipuladora y deshonesta. Esto no
seria un elogio sino «una lis o n ja - q u e es un halago fingido,
generalm ente utilizado para captar la atención o e l tavor nece­
sitado.
De igual m anera la adulación es; « H acer o decir con inten­
ción, a veces inm oderadam ente, lo que se cree que puede agra­
dar a otro».

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« De todos los medios que
conducen a la fortuna
Los más seguros son la
perseverancia y
el trabajo»
REYBAUD

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: El trabajo qué)

U na m ujer que trabaja es un m iem bro ac­


tivo del m ovim iento económ ico del mundo,
sustenta las necesidades de su hogar y con­
sigue determ inada autonom ía, sabiéndose
útil y productiva en su com unidad.
Por e l contrario, quien no trabaja no solo
enfrenta las dificultades que im plica care­
cer de un ingreso económ ico para cubrir
sus necesidades elem entales, sino que su
autoestim a decrece y afecta su «yo interior»
al sentirse a l m argen del sistem a.
Hasta hace algunos pocos años, era lim itado el núm ero de
m ujeres que trabajaba; sobre todo en los países latinoam erica­
nos. Las prioridades de la m ujer se inclinaban m ás a encontrar
el anhelado m atrim onio y a form ar una fam ilia estable.
Pero no todas las m ujeres se conform aban viviendo de ese
modo, hasta cierto punto lim itado y lim itante, y muchas de ellas
se rebelaron en diferentes form as y estilos, em prendieron ca­
rreras profesionales perm itidas solam ente a l género masculino
y lograron éxito intelectual im poniendo la presencia femenina
en un m undo dom inado por los hombres.
En esle tercer m ilenio, las posibilidades laborales se han
abierto totalm ente a las m ujeres. Esto no quiere decir que lo
hem os logrado todo, pero sí que hem os evolucionado y sabe­
m os que todavía nos queda m ucho terreno por conquistar o,
com o diría Mamami, mi abuela m aterna a quien siem pre re­
cuerdo con amor, todavía queda «mucho pan por rebanar».
La oficina, nuestro centro laboral se convierte prácticamente
en una segunda casa y será m uy importante que sepa conducir­
se adecuadamente, aplicando sus conocimientos de etiqueta.
La persona trabajadora y ejecutiva que hace de la etiqueta
un estilo de vida, es sincera, optim ista y considerada. La eti­
queta es sinónim o de prudencia, de saber escuchar y de callar,
pues la grandeza m uchas veces exige silencio.
La etiqueta la ayudará a asum ir una actitud que la mantenga
optim ista, alegre y positiva. Encontrará su propia satisfacción si

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sabe cóm o entablar un tip o de relación de respeto con sus je ­
fes. sus subalternos, y con los com pañeros que la rodean. Esas
relaciones deben ser caracterizadas por las cuatro com ­
pañerismo. consideración, colaboración y com unicación.
Gracias a la etiqueta tendrá en cuenta la puntualidad, e l or­
den, el respeto a la privacidad, e l buen uso del teléfono, e l cui­
dado de su apariencia, e l tono adecuado de su voz y el lengua­
je de su cuerpo, es decir, a desenvolverse com o una persona
que aspira a crecer, cultivar una buena im agen personal y man­
tenerla así por e l resto d a §u vida.

¿Estábuscando.
rabaio'
Qué éqolvocados están quienes piensan que e l tra­
bajo es una m aldición que cayó sobre e l hom bre cuan­
do Adán y Eva desobedecieron a Dios en e l Paraíso.
Por e l contrario, es una bendición que dignifica al ser
hum ano, lo eleva en su estatus y m ejora su calidad
de vida.
En nuestro país, com o m uchos en e l mundo, hay
una escasez m uy grande de trabajo. Esta e s una
situación preocupante, pero cierta. Sin embargo,
¿es motivo para desanim arse? Por supuesto que
no. Vea esa realidad com o un desafío para re­
doblar sus esfuerzos tendientes a una m ejor
capacitación personal.
Si usted tiene un trabajo, sabe que es un
bien m uy preciado e l que tiene entre sus ma­
nos. En cam bio, si no lo tiene, ¿qué espera para
salir a buscarlo? N adie vendrá a su casa a ofre­
cérselo.
¿Qué hacer para conseguir un em pleo? Sabe­
m os que en e l m ercado laboral la oferta supera lar­
gam ente la dem anda; en otra s palabras, son mu­
chas postulantes para tan pocos puestos. Este des­
equilibrio hace que la com petencia sea ardua, sin
em bargo, un buen punto de partida consiste en
saber qué es lo que buscan las empresas.

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45
Las grandes com pañías requieren personas que no soto
acrediten conocim iento, profesionalism o y talento, sino tam bién
espíritu ganador y optim ism o, que crean en lo que hacen y se
identifiquen con la em presa plenam ente.
Es bueno conocer lo que U. Steven Brown nos dice en un
pensam iento que siem pre debe tom ar en cuenta a la hora de ir
a solicitar un nuevo trabajo:
«Se solicitan: m ás personas que hagan algo por m ejorar las
cosas, m enos que las desaprueben. M ás personas que actúen,
m enos que hablen. M ás personas que digan: ¡puede hacerse!,
m enos que digan: ¡no puede hacerse!
Más personas que inspiren confianza a tos dem ás, menos
que arrojen un chorro de agua fría sobre tos que han dado,
aunque sea, un solo paso en la dirección correcta. M ás perso­
nas que se interesen en las cosas y hagan algo para m ejorar­
las, m enos que se sienten a un lado sin hacer m ás que encon­
trar defectos.
M ás personas que señalen lo que es correcto, m enos que
insistan en señalar lo que es incorrecto. Más personas que en­
ciendan una vela, m enos que m aldigan la oscuridad*».

Leí en una revista para jóvenes que la m ejor m anera de pre­


parar un currículum vitae u hoja de vida era ser original. La
pregunta es: ¿y si quien revisa e l docum ento presentado es
m uy convencional?
Su hoja de vida será su carta de presentación y m i consejo
es que se parezca a usted misma, sin perder de vista que se
realiza en un am biente que de todas m aneras es formal.
La inform ación debe ser breve, oportuna y d ara, sin que
esté reñida con el buen gusto. El orden y la lim pieza son dos
factores prim ordiales en su presentación.
El prim er paso es m encionar todos sus datos personales,
com o su nom bre com pleto, dom icilio, teléfono y estado civil. El
siguiente punto es su form ación académ ica, señale su nivel de
estudios, y si tiene m aestrías, doctorados o postgrados no olvi­
de indicarlos. Especifique claram ente las fechas de inicio y cul-

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46
minación en cada caso.
Su experiencia laboral o profesional d ebe esta r debidam en­
te dispuesta en orden cronológico inverso, e s decir, d esde el
último trabajo hasta el prim ero. Incluya e l nom bre de la s em pre­
sas, el tiempo d e duración y cuáles fueron su s funciones y res­
ponsabilidades.
No olvide m encionar o tras habilidades, com o idiom as que
domina o program as d e cóm puto q u e estudió. E n cu an to a los
idiomas, indique cuál es s u nivel: principiante, interm edio o avan­
zado. Recuerde m encionar las aptitudes y virtudes personales
que crea apropiadas para e l puesto a l que postula. S u habilidad
creativa, la facilidad para tra b a ja r en equipo y bajo presión son
referencias que pueden a brirle m u ch as puertas.
Finalm ente, incluya alg un a s referencias laborales y perso­
nales que den fe d e su capacidad laboral y personal; recuerde
que aquí no están contem plados su s parientes. E n lo posible,
anexe una carta de presentación d on d e exponga los motivos
por los cuales cree que e s la persona idónea para e l pue sto de
trabajo.
Las siguientes recom endaciones le se rá n útiles para elabo­
rar una buena hoja de vida:
Si no es de fácil lectura, es probable que no la tom en en
cuenta. S u estructura debe ser cla ra y concisa.
No use un tipo d e letra ilegible, que n o se a m uy gran­
de ni m uy pequeña; en com putadora el núm ero 12 para
la fue n te será apropiado.
No m ienta. D iga la ve rd ad sin sobrevalorarse. ni
subestimarse.
La falta de ortografía e n un currículum no e s un sim ple error,
sino una falla capital: e s inconcebible una falla de ese tipo.
■gj Procure una presentación original p ara distinguir su cu rrí­
culum . Haga cualquier cosa (pertinente) para llam ar la aten­
ción de los seleccionadores. Un file en ve z d e un sobre de
m anila, un d iseño novedoso, use su creatividad.
gj N unca m encione sus puntos débiles o deficiencias. Se trata
d e conseguir e l trabajo, no d e perderlo.
Si n o le piden que, in clu ya fotografía, no la envíe. Pero si se
la solicitan, envíe u n a actualizada, a colores y de buena
calidad.

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vestida para una
entrevista laboral
Escoja su ropa de acuerdo a l cargo a l que postula.
No exagere con los atuendos, a veces resultan
inapropiados y no son bien vistos por los evaluadores.
¡Sería irónico que vaya m ás lujosa que la propia due­
ña de la em presa!
Le recom iendo que vista un sastre de dos piezas
de color neutral, sobrio, sin escotes profundos, el lar­
go de la falda debajo de las rodillas, tacos ejecutivos
Üamás aguja), cabello recogido, m aquillaje ejecuti­
vo, poco perfum e, los accesorios discretos y no
bulliciosos, m edias nylon. Fíjese que todo su atuen­
do indique orden, pulcritud, lim pieza y, sobre todo,
eficiencia.
Busque sobriedad y com odidad en su vesti­
menta, son dos cualidades que sum arán puntos
a favor de su evaluación. No tenga duda que lo
prim ero que evaluarán en usted será su apa­
riencia y gusto para vestir profesionalm ente.
En una entrevista de trabajo sus ropas tam ­
bién hablan por usted. Escoja las prendas que
m ejor le queden y con las que se sienta más
confortable, porque eso es lo que va a transm i­
tir a sus evaluadores. Si viste ropas que no le dan
libertad de m ovim iento, se sentirá atrapada y las co­
sas no saldrán com o quiere.
El traje puede potenciar su estilo y la propia perso­
nalidad: si tiene apariencia de ser m uy joven para el
puesto a l que postula, vístase clásica y conservadora.
Antes de salir, párese frente al espejo, arréglese y cer­
ciórese de que está im pecable. S i va a ser entrevista­
da en diferentes días, procure no repetir la m isma ropa.

salga airosa de su
entrevista
¡La felicito!, su hoja de vida ha sido escogida en-

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tre muchas y le ha brindado la posibilidad de entrevistarse con
los seleccionadores. El currículum ya hizo su parte, ahora le
toca a usted. No deje que los nervios la dominen y prepárese
para la últim a fase de su aventura en la búsqueda de un empleo:
pgj Infórm ese sobre la: em presa a la que postula: a qué se de­
dica, cuál es su m ercado, la antigüedad que tiene, son re­
quisitos fundam entales; además, indague sobre quién la
entrevistará, sus hobbies, profesión, años en e l puesto, etc.,
la ayudará a rom per el hielo.
¡g ] «A quien madruga Dios le ayuda», por ningún m otivo llegue
sobre la hora, hágalo m inutos antes, evitará la carrera final
y la apariencia de aprem io que se refleja en e l rostro. La
puntualidad es la educación de las reinas, y su evaluación
com enzó cuando cruzó la puerta de la em presa.
pgl Si lleva un portafolios no lleve cartera. No está vendiendo
nada. Lleve siem pre sus tarjetas personales, una agenda
para hacer apuntes y un buen lapicero.
ñSI Si tiene que esperar en una antesala, hágalo con tranquili­
dad, sin dem ostrar ansiedad o nerviosism o. Evaluarán todo
lo que usted haga, su desenvolvim iento físico y oral. Solo
así podrá defin ir e l p erfil que tiene que m ostrar, no se olvide
que en una entrevista está vendiéndose a sí mism a. San
Mateo dijo: «Muchos son lo s llam ados, pocos los elegidos».
Rgl Cuando la hagan pasar no se le ocurra besar a su entrevis­
tador F stirft su hrazn nara saludarlo

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puesto. Actúe en form a natural, preste atención a todo k>
que le dice su entrevistador y esté lista para responder
calm adam ente. Que se le sienta confiada y segura,
f f i G ran parte del éxito en una entrevista de trabajo está en la
m odulación de la voz. Cuando responda a las preguntas
hágalo con voz clara y firm e, y p o r ningún m otivo tutee al
entrevistador n i le acepte invitación alguna, esas confian­
zas son perjudiciales. Tampoco acepte preguntas íntimas
ni relacionadas con su vida personal.
N o perm ita respuestas evasivas en tom o a su rem unera­
ción. «Depende de u ste d -, «Vamos a v e r-, «De acuerdo a
su rendim iento». Debe ser respondida en form a directa, pre­
císelo con la m ejor de sus sonrisas. Si le es im posible por
las evasivas constantes, m encione la cantidad que desea
ganar.
ffi Pregunte tam bién p o r los beneficios adicionales, seguros,
vacaciones, bonificaciones, horario de trabajo y todo lo que
le interese. N o deje nada pendiente y que luego pueda traer
m alos entendidos.
ffi Si luego de la entrevista el puesto le es ofrecido, tóm elo si
usted está de acuerdo en todo lo conversado, incluyendo
su salario. No se le ocurra decir: «Lo tengo que pensar-,
«Estoy esperando una respuesta de otra em presa- o «Ten­
go que consultarlo con m i papá, m arido o novio...» porque
perdió usted su oportunidad.
£ j No deje de preguntar qué día em pieza y a qué hora debe
llegar. Y por favor, ¡sea puntual siem pre!
Si en cam bio la entrevista ha finalizado y no tiene una idea
clara, no se sienta inhibida y pregunte cuándo tendrá su
evaluación y respuesta. Es lo correcto, no se preocupe, está
en su derecho.
SI Repase si no ha olvidado ninguna pregunta por hacer, es
de pésim o gusto retroceder para tocar un tem a que no fue
cubierto.
f f i Despídase am ablem ente. Recuerde que la tensión juega a
veces m alas pasadas. Controle cada uno de sus m ovim ien­
tos y no tropiece con nada. M anténgase serena y cordial.
No envíe ninguna tarjeta de agradecim iento por la entrevista
ni tam poco llam e constantem ente para saber la respuesta.

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Desenvoltura y tacto
en su nuevo trabajo
Montesquieu so lía decir: «Un pueblo defiende con m ás em ­
peño sus costum bres que sus leyes». P or nada d e l m undo olvi­
de esta sentencia cuando em piece a trabajar con personas que
aún no conoce. S i e s nueva en la em presa donde trabaja, no
pretenda im poner sus normas y su m odo d e trabajo, debo recor­
darle que n o es m ás que una extraña para sus com pañeros y
tendrá que ganarse su confianza co n m ucho ta cto y paciencia.
Antes d e que usted llegue ya existía una form a establecida
de proceder y trabajar. Es usted quien deberá a da p ta rse a los
códigos ya establecidos. Escuche, observe y aprenda cóm o
funcionan las cosas. Una vez asim iladas, a p iiqu e la s y trate de
adaptarse a ese ntm o entendiendo la filosofía d e trabajo d e su
nuevo centro de labores y respetándola.
En cada una d e su s palabras, e n ca d a a cto q u e realice, trate
siem pre de inspirar confianza, seriedad y re speto hacia su per­
sona. Pregunte s i n o sabe algo, y se a hum ilde para recibir co n ­
sejo y ayuda de lo s que tienen m á s tiem po e n e l trabajo.
Está com probado q u e las buenas relaciones e n tre los traba­
jadores repercuten directam ente e n la productividad d e la em ­
presa y en e l é x ito profesional. S i usted se encuentra rodeada
de un am biente agradable, donde e l respeto y la s buenas for­
m as son e l pilar d e las interrelaciones co n sus com pañeros de
trabajo, no tenga duda d e que su producción a lcanzará e l más
alto nivel.
La cortesía n o puede dejar d e se r u n soporte e n su s relacio­
nes laborales. S u s com pañeros n o tienen por q u é pagar los
platos rotos si llega d e m al genio. Todos los problem as de casa
se dejarán guardados e n un ca jó n y n o se llevarán a la oficina.
Recuerde que los buenos m odales son la e xpresión de la e ti­
queta y la práctica no e s privilegio d e ningún g rupo especial ni
de ningún am biente, es a lg o que toda p e rso n a que aspira a
crecer debe cu ltiva r y mantener.
= g M antenga siem pre su escritorio o lugar de trabajo ordena­
do y atractivo a la vista. Tenga u n ce sto p a ra la basura, no
deje papeles en e l piso y docum entos e n cim a del escritorio,
guárdelos e n su cajón.
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g g ] No se pinte las uñas, no se m aquille, no se peine, ni lea
novelas en horas de trabajo, aunque no tenga nada que
hacer, esto deja una muy m ala impresión.
r g l Le recuerdo que no debería fum ar, pero si lo hace es por­
que está aceptado com o regla en su centro de trabajo, de lo
contrario, no se alreva y m enos en un lugar cerrado.
g g j Su oficina, escritorio o el espacio para trabajar, no es lugar
apropiado para comer. S i acostum bra a tom ar café varias
veces al día, podrá hacerlo en su escritorio, pero debe pre­
ocuparse que la taza sucia sea retirada inmediatamente.
I*g1 Por favor, escape de los consabidos chismes y rumores do
oficina. Se puede ver envuelta en situaciones embarazosas
y posibles catástrofes laborales. Decídase y diga: «No me
interesan los asuntos personales de los demás», y póngale
punto final a los rumores,
g g Sus m anías y hábitos particulares déjelos en casa. La di­
versidad de personalidades que se congregan en el trabajo
es tan grande que si cada una liberara sus m anías sin res­
petar al resto, la oficina se convertiría en un manicomio.
Algunos dan golpecitos con los dedos sobre el escritorio,
otros hacen ruidos con la boca. No son agresiones propia­
mente. ¡pero cóm o molestan!
F g¡ O tras personas son distraídas y hacen esto de manera es­
pontánea, su deber es advertírselo: una buena táctica es
ser directa pero educada, pedi ríes por favor que suspendan
su actividad porque distraen a l resto de sus compañeros.
Todo se puede solucionar con una sonrisa sincera.
Antiguam ente estaba prohibida la m úsica para trabajar. Ac­
tualm ente se ha com probado qu e la m úsica suave y
orquestada crea ondas de creatividad, paz y calma para
trabajar con mucho más rendim iento. A las vacas se les
pone m úsica para que den m ejor y más leche, y las plantas
crecen más fuertes, alegres y con m ejor color,
g g Háblele con am or a esa planta que tiene junto a su escnto-
rio. aunque la crean loca. M is hijos se reían de m í cuando
me escuchaban, pero cuando fueron adultos lo compren­
dieron. Actualm ente me despido de ellas cuando salgo de
viaje y las saludo al regresar cada día del trabajo,
g ] Si no tuviera nada que hacer, no incomode o distraiga a sus
com pañeros por este sim ple hecho. Denota falta de consi-

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deración y de respeto a l trabajo del otro, a d e m á s causará
muy m ala im presión en su jefe.
F g i Sea firm e con e l consabido D on Juan d e la oficina. Trátelo
con cordialidad pero con firm eza y so lo para asuntos rela­
cionados con su trabajo. V p o r favor, no le acepte nada... ni
siquiera ¡un inocente cafecito! V ivirá m ás tranquila, se lo
aseguro.
Comportarse adecuadam ente e n diferentes situaciones es
también saber decir «no» cuando se a necesario y también
saberse defender con altura si alguien intenta sobrepasar­
se, o saber halagar cuando sea p rudente y conveniente.
g j j Es una rotunda falta de respeto tra ta r co n palabras extre­
m adam ente cariñosas a su s com pañeros de trabajo. No
piense que de esa m anera agradará m ás y sum ará puntos
a su favor, por el contrario, solo devalúa su im agen frente al
resto. «D e lo sublim e a lo ridículo n o hay más que un paso»,
reza un dicho que resulta a q u í m uy oportuno. Llam ar «mi
amor», «negrita linda», «mi rey» o «chatita», resulta poco
menos que ofensivo en e l entorno laboral. Por favor, destie-
rre esas palabras d e su vocabulario.
• g j El uso de los servicios higiénicos e s com ún p ara todos, cuí­
delos y déjelos com o quisiera encontrarlos: lim pios, orde­
nados, con los papeles en e l basurero, los pisos limpios y
sin d ejar e l agua corriendo. E nvuelva en un papel o en su
bolsita la toalla higiénica o el tam pa x antes de tirarlos al
basurero. No use el papel higiénico por m etros n i lo deje
fuera de su rollo. ¡Y tam poco se lo lleve!
B al Cuando esté por retirarse del tra ba jo no em piece a arreglar
sus artículos personales m e dia h ora antes. «La hora no es
media hora antes ni m edia hora después, la hora e s la tora»,
además estaría dem ostrando poco interés por sus labores.
Sea puntual, tanto para llegar a su trabajo com o p ara asistir
a una cita de negocios, a un evento social, cultural o políti­
ca. «La puntualidad n o conoce fronteras».

Realice
sus suenas
Me im agino que usted com o todas la s m ujeres y hombres

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por igual ingresaron en e l colegio con sueños en m ulticolor y
salieron de é l con otros en blanco y negro.
¿Qué había pasado?
Es sim plem ente el problem a de luminosidad.
Al ingresar en e l colegio con sus seis años, e l panorama a
su alrededor era m uy vistoso, atractivo y lleno de color; prom e­
tía un futuro parecido a las páginas que adornan los cuentos de
hadas.
Pero qué distinta es su perspectiva cuando uno sale del co­
legio a los diecisiete años...
No solo han vanado las imágenes que se evocan en los
sueños, sino los matices y la intensidad del color. Para enton­
ces, con la influencia de sus valores, su carácter casi definido y
la orientación vocacional, poca o mucha, que haya recibido,
sus sueños para el futuro son más confusos; una tarea de elec­
ción, descarte y eliminación.
Para m uchos, es difícil responder a la pregunta: ¿Qué espe­
ra de la vida?
Para pocos, el cam ino está señalado: estudiar, trabajar, for­
m ar un hogar, tener hijos, am ar con intensidad, divertirse y pa­
sarla bien. etc.
Pocas veces he visto y escuchado a una niña, que desde
que tuvo uso de razón supiera a qué se iba a dedicar en la vida.
Mi hija Frieda Ximena siem pre supo y d ijo que quería sei médi­
co veterinario, carrera que finalizará, Dios mediante.
Hasta a llí, solo se trata de un espejismo que le atraerá por la
vida con distintas posibilidades de realización porque tanto su
inclinación vocacional para el trabajo com o autorrealización en
e l am or no han hecho su aparición.
Hablar de éxito a esta altura es m uy prem aturo, pero este
factor debió de haber estado en sus sueños.
Es posible que antes de los veinte ya hubiera definido su
cam ino por recorrer; solo le faltaba identificar los personajes
con quienes habría de iniciar la travesía.
Nathaniel Hawthome, un m aestro de la historia corta norte­
am ericana, escribió la historia de David Swan, un pobre joven-
cito que lleno de sueños e ideales cam inó hacia Bastan en bus­
ca de éxitos. Cansado y sediento se quedó dorm ido al lado de
una fuente después de haber saciado su sed.

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Mientras dorm ía pasó por su im provisado lecho una pareja
de ancianos acaudalados deseosos de encontrar a un joven
para adoptarlo; ingresó saltando y bailando una adinerada chi­
quilla que quedó enamorada del dulce sueño de David y, final­
mente. ingresaron dos perversos y avezados delincuentes que
intentaron perpetrar un crim en horrible en la creencia de que el
muchacho tenía algún dinero suelto.
Nada ocurrió mientras la fortuna, el am or y la m uerte estu­
vieron rozando el destino de David y sin que él tuviera noción
alguna, porque después de un sueño reparador, el jovencitose
despertó y siguió su camino a conquistar sus sueños.
¡Qué bueno que así sean las cosas!
Que vaya por el mundo sin nada preestablecido para ver
m ejor el objetivo que ousca.
Pero una vez que haya divisado en e l horizonte vocacional
lo que quiere ser. luche con tesón por alcanzarlo.
Planifique su vida para que llegue a ese objetivo en forma
gradual y progresiva.
Quizás a pocos, es m ejor y m ás prudente realizar e l ascen­
so, especialm ente cuando tiene algunas dificultades de tipo fa­
m iliar. económ ico o de salud.
Pero no desmaye en el cam ino.
Descanse, si desea com o David, para recuperar sus fuer­
zas. Aquí las palabras de Hellen Keller, la fam osa escritora cie­
ga. adquieren verdadero significado: «Mantenga su mirada al
sol y no podrá ver las sombras**.
Si tuvo sueños de juventud que aún no ha realizado, vaya
iras ellos, a lo m ejor está a tiem po para conquistar sus metas y
ser feliz o más feliz todavía.
No se detenga a pensarlo, solo planifique cóm o llegar a su
objetivo y REALICE SUS SUEÑOS...

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« Cualquier cosa
que hagan las mujeres
tienen que hacerla
dos veces mejor
que los hombres
E ara ser consideradas
i mitad de buenas que ellos»
C H A R L O T T E W H ITT O N

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¿Las damas
primero?
Afortunadamente, las mujeres hemos avanzado lo sufi­
ciente para asegurar que estamos haciendo grandes con­
quistas en el terreno laboral y profesional. Y no soto eso,
sino que las mujeres trabajadoras aparentemente hemos
resultado más honradas que el hombre. Al menos, el
porcentaje de juicios a las mujeres funcionarías por
diferentes delitos no es significativo.
Si usted trabaja en una gran empresa esta­
rá som etida a un mundo de com petencia don­
de deberá luchar por una constante superación, s o -
bresalir, em bellecerse, cuidar su silueta, vestirse mejor,
leer más y estar enterada de lo que sucede en el mundo
para que su conversación sea variada y amena. Es su
responsabilidad. Es decir, aprender a ser más com petiti­
va y a no conformarse.
En el am biente laboral las deferencias que tienen las
mujeres en el ám bito social quedan suspendidas. El
trato con ellas es exactam ente igual que con tos hom- i
bres. La jerarquía se determina explícitam ente por el / i
cargo que ocupa dentro de su trabajo. Ij
|No se asuste!, esos cam bios se hacen indispen- i ¡
sables en el entorno laboral y es una realidad que / J
debe asumir. Los tratos que se guarden para con J J l
usted serán los m ismos que para sus colegas hombres, por
esa igualdad hemos luchado durante muchos artos. También
sepa que si bien la palabra «señora» es utilizada en e l protoco­
lo social para designar a una m ujer casada y «señorita- a una
m ujer soltera, e l protocolo laboral no entiende de sexo, edad, ni
estado civil, sino de jerarquías.
Recuerdo aquella ocasión en que tuve que hacer una entre­
vista, y pregunté: «¿En qué puedo atenderla, señora?». Ella,
ofendida, me contestó: «|No soy señora, soy señorita!». Tran­
quilamente le respondí: «Usted sabe que existen muchas se­
ñoritas, pero quedan muy pocas señoras». La señora lo pensó
y me dijo: «G radas, señora, por la enseñanza».
Cuando se curse una invitación para una cena o comida de

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trabajo, es norm al que e l titular sea la m ujer y no su acom pa­
ñante o esposo.
Sin em bargo, la m ujer debe proyectar siem pre la im agen de
una ejecutiva fem enina y no la de una m ujer dura, am biciosa de
poder, de dom inio, con m odales m asculinos.
La oficina de la m ujer ejecutiva debe tener la apariencia de
una oficina, no la de una habitación personal; preocúpese de
que su espacio cuente con buenos m uebles, con detalles fe ­
m eninos que dem uestren su personalidad, inclinaciones y pa­
satiempos favoritos, a s i com o flores, plantas y algunas fotogra­
fías de la fam ilia, hijos, esposo y cuadros que adornen las pare­
des con calidez y color.
¿M aquillarse? S i. Y estar perfectam ente arreglada pero en
form a apropiada para cada ocasión. M antenga la m oderación,
es su obligación. Si es capaz de proyectar un prim er im pacto
positivo, tiene ganado e l prim er encuentro en cualquier batalla
que pueda librar. «La que tiene fe en s i m ism a, no necesita que
los dem ás crean en e lla -, nos dice M iguel de Unamuno.

La impuntualidad
¿tiene cara de mujer?
¿9) ¡Si supieran las personas tardonas lo determ i­
nante que es la puntualidad ante e l ojo de los je ­
fes! Lo m ás trágico es que las excusas son las
m ism as y que adem ás nadie las cree: e l tráfico
es un caos, e l transporte público es lento o el
auto se descom puso a últim o momento.
'N X Es cierto que nadie está libre de caer en
una de estas situaciones. ¡Pero qué sos-
pechoso resulta cuando son frecuentes
y justifican todas sus tardanzas! Una
persona precavida vale por dos: si
\ \ 531)6 que lales imPrevis,os son
V
V M J r
amén^ ,odos,osd,as’ e s m e ‘
' i jo r que los asum a y tome car-
\ tas en e l asunto.
Actualm ente, las em presas son
'L V in fle x ib le s con la im puntualidad y

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existen sanciones que pueden llegar hasta e l despido si las
tardanzas son reiteradas. P or años se ha considerado la
im puntualidad com o una característica fem enina. Aún hoy no
hem os logrado desplazar este concepto absurdo.
Si usted suele llegar, sistem áticam ente, unos m inutos tarde
todos los días, la solución es sim ple: levántese m ás temprano
de lo acostum brado. Adelante su reloj diez m inutos, y problem a
solucionado. Sin em bargo, es un error creer que durm iendo
m enos se gana m ás horas; si todos los días llega cansada o
som nolienta trabajará m uy m al y perderá m ás tiem po del que
piensa ganar. Lo que podría hacer es acostarse m ás tem prano
y brindar a su cuerpo e l descanso que realm ente necesita.

Ame su trabajo,
rinde buenos frutos
Para m uchas personas e l trabajo es una carga. Para otras,
es un castigo. Sin em bargo, e l trabajo es noble, desarrolla al
ser hum ano, lo dignifica y lo diferencia de otros.
Realice siem pre su trabajo con afán de perfección, en e l que
com prom eta toda su creatividad y deseo de superación. Pien­
se en su autorrealización y ejecútelo con el privilegio de estar
haciendo «su trabajo» y com partirlo con los demás.
Recuerdo claram ente que corría e l año 1985 y Ruby -una
antigua am iga- acababa de graduarse en la Universidad de Lima
com o Bachiller de Adm inistración de Em presas y estaba en la
etapa m ás d ifícil de su carrera: conseguir trabajo.
Le pedí sus datos y los llevé a l banco donde yo trabajaba
(que aún recuerdo y a l que agradezco en mi form ación profe­
sional). Ruby tuvo entrevistas hasta e l cansancio; luego vino la
noticia: había una vacante, casi se desm aya de alegría, pero se
desvaneció cuando se enteró que era para ¡cajera! No m enos­
preciaba e l puesto, sino que le parecía injusto para una bachi­
lle r que había estudiado cinco años en la universidad. La con­
vencí, ¡y vaya que me costó tiem po y argumentos!
Hoy, veinte años después, es una profesional de prim er ni­
vel. Logró por sus propios m éritos un gran título que ostenta
con orgullo, seriedad y m ucho profesionalism o. Una muestra
real que la perseverancia, e l «am or a l trabajo» y la paciencia
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rinden los mejores frutos.
El am or a l trabajo conduce nuevam ente al -e stu ­
d io - porque en él siem pre habrá un m odo de ejercitar
la creatividad; tam bién conduce a la -innovación-
porqué el m ercado de hoy no és él de ayer y rvo será
el de m añana, y finalm ente a la -superación perm a­
nente- porque ¡quién no desea ser m ejor profesional
cada día!
g g j W alter Uphaus nos recom ienda respecto al trabajo: «Cuan-
~ do hay que cum plir una tarea, la debe hacer inm ediatam en­
te, aunque le parezca de poca im portancia-. Termine cual­
quier cosa que com ience y haga más de lo que esperan de
usted, cam ine ese kilóm etro extra sin que se lo pidan.
- f f Sea productiva: trate de convertirse en perfeccionista y haga
de su trabajo una obra de arte. Los detalles cuentan. No
pretenda hacer cosas extraordinarias; más bien haga co­
sas ordinarias con todo esmero. Uphaus nos dice tam bién
que: -S u trabajo ha de ser com o un juego o deporte. D edi­
qúese a él con el m ism o entusiasm o-,
rg * -H aga de su trabajo una expresión de su persona, conviér­
talo en parte de usted. Valore todo lo que el trabajo le da. y
este le ayudará a apreciar lo que realm ente im porta-, dice
el psicólogo y científico social David Niven.
¡^3 Si trabaja para una em presa, no im porta el puesto que ocu­
pe en ella, usted es una relacionista pública perm anente.
La m anera cóm o trabaja, su actitud frente al público exter­
no o interno revelarán la calidad de su trabajo,
t i Si atiende directam ente a los clientes de la em presa, dirija
su actuación especialm ente a ellos, atienda todos sus pedi­
dos. busque resolver todos sus problem as. Un cliente satis­
fecho hablará favorablem ente de su trabajo y eso será un
punto im portante para su evaluación.
Trabaje con interés y dedicación, haga como si fuera la due­
ña del negocio, ¿quién sabe? quizá algún día llegue a serfo.
C laro que para e sto tam bién se debe contar con la actitud
de los jefes, gerentes y em presarios. Se espera de ellos
una m entalidad m ucho más abierta, m ás hum ana e inteli­
gente.
rg * El trabajo es un factor im portante de producción y los em­
presarios deben considerar los recursos hum anos com o el

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m ás valioso patrim onio con que cuentan, entonces la cui­
darán, prom overán, capacitarán, m otivarán, protegerán y
hasta engreirán.
Hace m uchos años, cuando recién empezaba a traba­
jar, lo hice para el Departam ento Edito­
rial del entonces Diario La Prensa de
don Pedro Beltrán. Él era un hombre
increíble, gran periodista, estupendo
M inistro de Econom ía al q ue todos res­
petaban y adm iraban, con muy justas
razones.
Yo era muy joven y recién empezaba
m i vida fuera del cascarón, recién salida
del colegio. B eltrán era un -g ra n jefe»,
enérgico, exigente y perfeccionista. Yo
ayudaba a la periodista Elsa Arana Freire
algunas veces, y m e tenía que quedar
fuera de m is horas de trabajo. Don Pe­
dro (como le decía todo el m undo con res­
peto) salía al Cream R ica del Jirón de la
Unión y m e Iraía un gran helado, sonriente y am o­
roso. com o m uestra de agradecim iento y consi­
deración. A mí ¡se m e helaban las piernas, no lo
podía creer! Todo un personaje engriendo a una
joven secretaria.
El am or al trabajo está íntimamente ligado al por­
venir de un pueblo. A sí lo concibieron los econom is­
ta s de todos los tiem pos. A sí tam bién lo pensó
O ctavio Mavila. autor del -D ecálogo del D esarrollo-.
Hace falta que nos m etam os en la cabeza que el
trabajo es y debe ser la única fuente de riqueza y
bienestar colectivo. Eleve el -a m o r al trabajo» al
nivel más im portante en su tabla de valores.
¿Y cóm o se logra ese am or tan especial? T ra­
bajando con pleno sentido de responsabilidad,
entendiendo que su trabajo es deber sagrado,
pnm ero con usted m ism a, luego con su cen­
tro de trabajo y finalm ente con la sociedad
entera.
Recuerdo siem pre una experiencia viví-

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da hace m ás de catorce años. Trabajaba en un banco nacional
y todos en esa entidad sabíam os y reconocíam os que estába­
m os n a l pagados; pero nos ocntíam oc folisoe. Éram os un sóli­
do grupo hum ano en nuestras responsabilidades, nos quedá­
bamos fuera de hora (sin cobrar horas extras) y sentíamos nues­
tro trabajo com o una bendición, no com o una carga.
Me ofrecieron un sinfín de oportunidaces de trabajo y mu­
chísim o m ejor remunerados. En una ocasón especial me ten­
taron. ¡No sabía qué hacer! Al conversar con m i m adre aquella
vez, que nunca he olvidado, me preguntó sabiam ente: «Frieda,
¿te sigues levantando todos los días sonriendo y contenta para
ir a trabajar?» Le respondí afirm ativam ente, asom brada. Y ella
solo dijo: «Entonces ya sabes qué hacer»
Nc» tuve que hacer m ucho esfuerzo para com prenderla y asi
lo hice, me quedé sin poder ahorrar n i un solo centavo... ¡pero
feliz y contenta! Después vinieron tiem pos m ejores, com o todo
en la vida, especialm ente cuando se tiene am or a l trabajo.

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« Una corbata bien anudada es
el primer paso serio en
la vida de un hom bre»
O SC A R WILDE

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¿Cómo
debe vestir
una ejecutiva?
Muchas veces he recibido llamadas
telefónicas de empresarios que desea­
ban una cita privada para conversar
acerca de la apariencia de algunas eje­
cutivas de su empresa. Me he quedado
asombrada de lo que oí en todas esas
oportunidades: «Señora, necesito que
ayude a una excelente profesional que
no puede ascender por culpa de su apa­
riencia personal». ¿En este nuevo siglo?,
¡no lo podía creer!
Alguna vez leí que las mujeres se pa­
san la vida frente al espejo, pero que no
saben cómo son en realidad. Creo que es
cierto. Es lamentable tener que escribir
sobre la poca personalidad de algunas
mujeres que jn o saben qué hacer con ellas mismas!
El vestido más lindo del mundo, si no le queda bien, será un
verdadero desperdicio. Luzca un atuendo de acuerdo a su acti­
vidad. Una imagen personal, pulcra y elegante es y será siem­
pre su m ejor carta de presentación y dirá más que mil palabras.

El com pleto
armario femenino
Apenas se incorpore al m undo laboral, escoja y combine
sus prendas siguiendo siempre dos reglas fundamentales: sen­
tirse cómoda y lucir bien.
Los errores que cometen algunas mujeres a l comprar y pla­
near su clóset, están en adquirir demasiadas prendas de me­
nor calidad para poder tener m ayor variedad. Un error común,
difícil de controlar, es el comprar diez vestidos regulares en vez
de dos sensacionales, o diez pares de zapatos baratos en to­
dos los colores y formas, en vez de tres pares de la mejor cali­

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dad posible. Aprenda a controlar el afán de tener mucho y sea
m ás selectiva.
Su armario, para que sea completo, debe estar compuesto
por las siguientes prendas:
La blusa. Es importante que sea cómoda, que su hechura
sea de calidad y de buen acabado, es la prenda que más ex­
puesta está a las miradas de su entorno. |Y cuidado con la
transparencia de su blusa! El escote deberá ser discreto y no
revelador. Le doy un secreto: para lucir variedad se pueden
añadir cuellos falsos o lazos y combinarlos con un pañuelo.
Parecerá que ha comprado una blusa nueva.
La falda. Las faldas con más de dos centímetros sobre las
rodillas no son apropiadas para el trabajo, ni ceñidas que reve­
len la forma de sus glúteos, ni con aberturas indiscretas que se
abran paso hasta el final de sus nuslos. Ciertos detalles, que
resultan atractivos en la vida sociai, son considerados provoca­
tivos en el trabajo y no denotan profesionalismo ni senedad.
El saco. De excelente corte y entalle perfecto, con un largo
que armonice con su estatura y figura. Un buen saco transmite
elegancia, pero también la persona que lo lleva debe compor­
tarse con elegancia; en caso contrario, no habrá equilibrio entre
prenda y persona. Queda bien con falda o pantalón, y mejor si lo
combina con un pañuelo, estos contagian de alegría la sobrie­
dad de nuestras prendas y no hay nada más apropiado para
marcar distancias con la exigente sobriedad del vestir masculino.
E l pantalón. No se le ocurra llevar uno m uy apretado a l tra­
bajo. especialmente las mallas, en la oficina están fuera de lu­
gar. no solo por ser muy informales sino por su afán provoca­
dor. En lo posible compre pantalones de buen corte y que no se
arruguen demasiado. El largo ideal del pantalón debe llegar al
doblez del pie por el frente y media pulgada sobre el zapato por
detrás.
La ropa in te rio r. Evite exhibir sus prendas íntimas. Es por
eso que se les llama así. No luzca los tirantes de su brassiere.
No es prudente que debajo de una blusa blanca lleve un
brassiere negro y menos aún si es de encaje.
Si el pantalón que usa es muy ceñido será inevitable que se
note su ropa interior, por eso evite toda prenda pegada al cuer­
po. Si prefiere evitar el brassiere en la oficina, le recomiendo
que solo lo haga si su entorno es exdusivo de mujeres. De lo

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contrario, los hombres podrían advertirlo y jocharán a volar su
imaginación!

¿Cuáles son los


accesorios femeninos?
Un accesorio fuera de lugar pone en peligro toda la imagen
que pretenda transmitir. ¿Cómo los usará apropiadamente? El
secreto consiste en mirarse al espejo con ellos, sin dejarse en­
gañar por una misma, ni por la pareja o la mamá para quien
siempre seremos regias.
Los zapatos. Al respecto, Mary Me Fadden nos dice: «Un
par de zapatos malos arruina la elegancia de una ejecutiva-.
Existen de diferentes estilos: sport, casual y formales, que van
de acuerdo a la hora, clima y ocasión. No se puede poner el
calzado que se le antoje si desea ser una ejecutiva
elegante.
La mejor alternativa para la oficina son
los zapatos de taco mediano, preferente­
mente cerrados y de buena fabricación;
no los escoja de colores m uy vivos ni
exageradamente adornados.
Los zapatos son los principales dela­
tores de su vida: por ellos descubren si
es atrevida o conservadora, ordenada o
desordenada. Sea como fuera, téngalos
siempre bien lustrados y cuidados. Casi
todos nos fijamos en los zapatos de la per­
sona que tenemos al frente.
Cuando era soltera recuerdo clara- / # )
mente que m e e n a n c a b a un marine muy I I ^
atractivo, galán en aquella época. Salía I
con él encantada hasta que le miré los [
zapatos... jnunca más volvimos a salir! 11
Hoy, com o mujer adulta, soy más exi- A l
gente aún.
Las m edias. Dan un toque de sua- J
vidad a las piernas y contribuyen a la / / - \ \
elegancia del atuendo profesional feme- J ] ü x

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nino, porque una m ujer sin medias es una mujer
incompleta, especialmente si lleva zapatos cerrados.
Es conveniente que las medias sean del color de su
piel, ni m ás claras, ni más oscuras; buscando la so­
briedad por sobre todo. En el caso de medias panta­
lón, las de color hum o o negras, sean brillantes o
mate, son las m ás elegantes y se ven muy bien tan­
to con el zapato de cuero o d e gamuza. En invierno
nunca las use de color blanco. Deben ser armo­
niosas con el color de la falda o el pantalón.
Toda mujer precavida tendrá un par de me­
dias de repuesto en su oficina porque son tan
frágiles que se corren al menor descuido. La me­
dias se cambiarán diariamente.
La cartera. Leí alguna vez que: «La mayoría de
mujeres preferirían perder a sus maridos en lugar
de sus carteras, ya que los primeros pueden ser reem­
plazados. no así el contenido de las carteras».
La cartera la acompaña a todas partes con excep­
ción de la cam a y la piscina. Fue un accesorio creado
por la maravillosa diseñadora Coco Chanel con el fin de
liberar los brazos de la m ujer elegante.
Antiguamente, una dam a bien vestida, no salía de
su casa si no tenía zapatos y cartera del mismo mate­
rial y color. Actualmente, basta con tener la cartera del
tono que armonice o que sea de la misma gama que
la del zapato.
En el mundo de los negocios, la cartera es tan o m ás impor­
tante que los zapatos mismos, p o r ser más visible. Es por eso
que la calidad de la cartera debe mantenerse en óptimas condi­
ciones. nada de manchas, raspones, bordes gastados, carte­
ras destartaladas o con adornos despintados.
Dos carteras de buen gusto y distintos colores son suficien­
tes para alternadas en su trabajo. Estas deben ser de acuerdo
a su tamaño y constitución. No e s lógico que una mujer peque­
ña use una cartera enorme, ni una m ujer alta una muy peque­
ña. Esas desproporciones juegan en su contra.
Es recomendable que sean d e cuero y una de ellas deberá
ser negra, indefectiblemente. Al elegir su cartera prefiera un
diseño discreto, los accesorios constituyen el complemento de

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un vestuario, no debe por lo tanto ser punto focal para llamar la
atención. Y por favor no olvide que todas las carteras deben
limpiarse por dentro y por fuera.
El p o rta fo lio . Usted no es un hombre, no tiene por qué usar
uno demasiado masculino que esté lleno de claves y llaves, o
que sea grande, rectangular y serio.
No es un elemento necesario para todas las mujeres que
trabajan, aunque para algunas es parte esencial de su vesti­
menta. Felizmente, existen en el mercado maletines para muje­
res ejecutivas de colores de moda, com o el azul, guinda, y toda
clase de marrones para superar la rigidez de lo masculino. Son
muy femeninos, prácticos y funcionales.
Tenga en cuenta siempre la calidad revisando cierres, cos­
turas bien hechas y un acabado elegante. Un secreto para im­
presionar cuando abra su portafolio es poner a la vista un juego
de bolígrafos de la m ejor calidad.
Si usa portafolio, no se atreva a usar además una cartera.
Calculadoras, agendas, tarjetas personales. Serán de bue­
na calidad, limpios, profesionales y de colores serios; si tienen
su logotipo o iniciales, que no estén rayados ni despintados,
piense que al usarlos usted se representa en ellos y deberá
hacerlo con dignidad y orgullo para que no se sienta avergon­
zada y tenga que ofrecer disculpas. Estos accesorios los usan
también los hombres.
Lo s anteojos. No solo sirven para ver mejor sino que defi­
nen su apariencia. A las mujeres con cara de niña, les caen
magníficamente pues les aumenta algunos años y les da una
apariencia sofisticada e intelectual.
No los compre porque le gusta cómo le quedan a su herma­
na, cómprelos porque el diseño de la montura está de acuerdo
a la forma de su rostro. Si son lunas oscuras deberá quitárselos
en la oficina o en lugares bajo techo o cuando hable con al­
guien. Resulta impersonal y es descortés hablar cuando no se
ven los ojos de su interlocutora.
El pañuelo. Los chales, capas, pashm inasy ruanas dan un
toque de glam our;de color, de elegancia, de individualidad. Por
lo general, intimidan al grueso de las mujeres, le tienen miedo a
lo que estos representan: personalidad definida y estilo propio.
V iene n en to d o tip o de d is e ñ o s . A p re n d a a u sa rlo s
creativamente, en nuestro instituto podemos enseñarle, teñe-

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mos un curso muy completo que la ayudará.
Los som breros y guantes. ¡Qué lástima que ya no los usen
con frecuencia! Mujeres de la generación de m i abuela y hasta
de mi madre los usaban para casi toda ocasión y qué lindas y
elegantes se veían.
R e g re sa b a d e un v ia je d e lo s E s ta d o s U n id o s de
Norteamérica, y mi hermano Herbert y mi cuñada Ingrid amoro­
samente me esperarían en el aeropuerto tal com o habíamos
acordado. Llegué puntualmente, pasé aduana y miré y esperé
un buen rato a que aparecieran sin éxito. Decidí entonces to­
mar un taxi y frustrada ir a mi casa sola.
A la hora llegaron ellos a casa. Yo traía un sombrero maravi­
lloso puesto y no me habían reconocido ni se habían imaginado
que viajaría con uno; además llamó mucho la atención en el
aeropuerto, me preguntaban dónde lo había comprado y me
felicitaban por la elegancia de usar un sombrero.
Los guantes deben armonizar con los colores del sombrero,
la cartera y los zapatos para dar equilibrio. En los accesorios es
necesario repartir el color tres veces, en la cabeza, el tórax y las
piernas, de esa forma se da equilibrio y ba­
lance a la vestimenta final.
Se deben usar con seguridad, personali­
dad y confianza, de lo contrario mejor
no los use.
El perfum e. Proyecta una for­
ma de ser, transmite sensualidad a
toda hora y su aroma es único en la
reacción química de cada piel. Por
lo tanto, no se debe comprar por el
envase, por que está de moda o por
imitación.
Se debe probar directamente so­
bre la piel y en los lugares donde
late el pulso. Espere a que se eva­
pore el alcohol y quede el aroma
para ver su reacción. Colóquelo
detrás de las orejas, muñecas, de­
trás de las rodillas y en su profun­
do escote.
Existen m uchas personas

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que proyectan su imagen, personalidad y estilo en una fragan­
cia. Son tan fieles a ella que han convertido esa fragancia en su
sello personal.
Para la oficina, por favor, olvídese de los aromas intensos,
guárdelos para una cena o reunión especial. La mujer usará un
perfume o colonia muy suave, m ás aún s i comparte su oficina
con oirás personas; una fragancia fuerte resulla ofensiva para
sus compañeros. Imagine si todos en su oficina decidieran usar
perfumes de arom as intensos... ¡no se podría respirar!
La bisutería. He dejado para el final la bisutería pues es
también el toque final del vestuario, le da sentido, lo personali­
za. Se trata de aretes, pulseras, collares, prendedores.
¿Lo ideal? Nada de escasez ni de excesos. Sin ostentacio­
nes, recuerde que lo elegante no está necesariamente en el
lujo ni en la opulencia. La seriedad y la naturalidad son necesa­
rias para lucir bien.
El exceso de joyas es de pésimo gusto, no solo por el exhi­
bicionismo económico, algunas parecen estar gritando «tengo
mucho dinero». Con esta demostración de cursilería solo está
señalando poca autoestima y poco respeto por sí misma, y esto
vale tanto para el hombre com o para la mujer, claro está.
Es preferible desarrollar un sentido del balance y equilibrio
de diseños, texturas y colores. Ya lo dijo Georgio Armani: «Con
mucha frecuencia las mujeres usan accesorios equivocados,
bolsos desproporcionados para el tamaño del cuerpo, tacos
demasiados altos para mujeres de m uy baja estatura y exceso
de joyas».
Los aretes son uno de m is vicios. M e encantan y siempre se
me pega el ojo en las vitrinas de exhibición. ¡Si no m e pongo
aretes, me siento desnuda!
¿Cuándo usarlos? Siempre, pues adornan, embellecen, dan
color, luz y complementan un atuendo, cualquiera que sea el
estilo.
Los collares y pulseras son maravillosos accesorios siem­
pre y cuando sepa cómo utilizarlos. Tenga ambos, lo mismo,
perlas, dorados o plateados, piedras de colores, etc., de mane­
ra que resalten el atuendo elegantemente.
El prendedor o broche es sin duda alguna un accesorio prác­
tico. versátil y elegante. Se luce con personalidad propia en un
saco, abrigo, pañuelo, chal, vestido, chaleco y hasta en una

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chompa (suéter).
Los anillos son piezas necesarias para lucir en los dedos de
la mano, aunque ahora se usen tam bién en los pies... deben
ser de acuerdo al tamaño de los dedos y de la mano. Manos
chiquitas con anillos chicos y m anos grandes con anillos gran­
des. Pueden realzar una m ano u opacarla. Su uso depende
únicamente de su personalidad y seguridad en sí misma. No
los usa si entorpece su trabajo y le causa complicaciones.
En el trabajo deberá usar las joyas indispensables, la oficina
no es siempre el m ejor lugar para lucirlas.
Un reloj fino y de buen acabado resalta la prestancia de una
mujer, pero si viene acom pañado de sorteas en todos los de­
dos, prendedores y aretes lo pierde, el resto le quita brillo. Pue­
de usar todos estos accesorios si su personalidad se lo perm i­
te. Yo soy una amante de las sortijas. Uso cuatro, y si pudiera
me pcndría más, ¡me encantan!

Ropa formal
femenina
El diseñador Ivés Saint-Laurent creó el
esmoquin femenino con pantalón. Su inten­
ción fue equiparar la elegancia femenina con
la masculina. Sin embargo, el vestido es y se­
guirá siendo la vestimenta elegante más apro­
piada para usted por que resalta toda su femi­
neidad.
La llamada gala femenina no es muy estric­
ta. Brinda flexibilidad para realizar combinacio­
nes de prendas y colores, regidas siem pre por
el buen gusto. Sin e n t o g o , todas estas com­
binaciones se pueden agrupar en dos tipos:
el vestido largo y el vestido corto.
E l v es tid o larg o o tra je de noche. Es
la prenda m ás elegante, equivalente al
frac masculino. Su elegancia tiene que
ver con las telas que se utilizan en su
confección, como los rasos, sedas,
terciopelos, entre otras. De la mis­

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m a forma, los complementos, en la medida de lo posible, debe­
rán ser de gran calidad. Es la oportunidad de lucir lo m ejor de
su joyero.
jg j Va sea en cualquiera de sus variedades, com o los vestidos
discretos, los que tienen escotes, tirantes sugerentes o es­
paldas al aire, el vestido siempre deberá ser largo y cubrir
las piernas completamente.
Los colores serán aquellos que vayan mejor con su tono de
piel, aunque últimamente la moda está siendo flexible.
£1 Los zapatos deben ser altos y de taco fino. El accesorio
ideal es un bolso de m ano pecueño (sobre o vanite), de
metal, carey o de tela con pedrería. No use cartera colgada
del hombro, desmerece el atuerdo.
g j Las joyas que m ejor se lucen son los collares, pendientes y
pulseras de gia n calidad. Las perlas y diamantes son la
más alta expresión de la eleganda y nunca pasan de moda.
El vestido corto. Mal conocido como traje de coctel, es una
prenda para usarse en el día o a media tarde. Elegante y de
corte clásico, su tejido depende de la temporada y es ideal para
la mayoría de ocasiones.
« g El largo deberá ser hasta la rodilla o, ligeramente, encima
de ella. Por ningún motivo será tan corto com o la mínifalda.
g Se permiten más colores que en el vestido largo,
g Como toda prenda femenina, los diseños pueden ser varia­
dos y marcados por la moda, aunque los escotes serán más
discretos y las espaldas poco descubiertas pues estas son
características propias de los vestidos de norhe
Los com plementos son importantes, el uso de joyas admite
atrevidos diseños,
g Los zapatos serán a media altura, de corte actual y que
hagan ju ego con el vestido y la cartera; preferiblemente
medianos y pueden ser de diversos materiales.
Con la ropa de gala no se puede llevar reloj pulsera.

Todo un hom bre


en el vestir
Transcribo lo que Zairo Lara le preguntaría:

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¿Qué d ase de hombre es usted?
Algunos hombres son como canoas:
Solo andan a remo y a veces a la deriva...
Algunos son como gatitos:
Contentos cuando los miman...
Algunos son como globos de gas:
Uenos de aire y listos para explotar...
Algunos son como los anundos intermitentes de los almace­
nes:
Se encienden y se apagan...
Algunos son como una batería descargada:
Sin ninguna energía...
Algunos son como tráileres en las grandes carreteras:
Tienen que ser remolcados...
Algunos son como el clima:
Inestable y mudable...
Algunos son como el telescopio:
Pueden ver el trabajo... pero a larga distancia...
Algunos son como los niños:
Sin sentido de responsabilidad...
Algunos son como el microscopio:
Siempre sacando a la luz los pequeños errores de los de­
más...
Algunos son como el nacer del sol:
Siempre podemos depender de él...
Algunos son como el peñón de Gibraltar:
Firmes, constantes, inmutables e inapelables...
¿Qué d ase de hombres es usted?
Un hombre del siglo XXI, al igual que la mujer, tiene la suerte
de conocer que la eleganda no es materia de tener mucho di­
nero ni de salir de viaje para vestirse bien. Todo se puede lograr
si tiene la información apropiada y desea hacerla. Ya lo
comprobará.
Algunos secretos para lu d r elegante con el temo,
la camisa, la corbata, los zapatos, los pañuelos, el
jean o el biazen
El temo debe vestir bien al hombre y caer perfecta­
mente en los hombros.
Los cuadros y las rayas del saco deben calzar y empalmar
unos con otros, si no es así, no lo use, no está bien confeccionado.
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El largo del saco debe cubrir la curvatura del trasero.
La basta del pantalón deberá caer sobre el zapato (no cho­
rreada, abultada ni con pliegues) de manera que las medias no
aparezcan cuando camine.
3S1 Por lavor, no use tem o blanco en invierno, solo en verano, y
de lino; tampoco accesorios blancos, de lo contrario pare­
cerá recién salido del hospital.
US! Si usa un tem o azul no necesitará zapatos azules, podrá
” usar negros de vestir, con pasador y liso, pero las medias sí
deben ser del color del pantalón o del color de los zapatos,
pero de seda, transparentes y finas.
gSJ La corbata nunca descansará encima de la barriga ni den­
tro del pantalón, sino encima de la correa del pantalón.
El pantalón de vestir siempre tendrá dos bolsillos laterales.
•^3 Las camisas de rayas solo con fondo blanco.
ggj Los puños clásicos con un solo botón, si tiene dos, úselo
” como opción para ajustar un poco más el puño.
ggj Los gemelos para el estilo clásico y con puño volteado, es
decir, con doble puño,
g g La camisa clásica de color blanco se deberá usar con boto­
nes blancos.
fg j Los monogramas pueden expresar respeto por el hombre
que los usa, será reconocido entre los demás.
flC! No use corbatas con dibujos, con colores aberrantes,
metalizados o con sellos publicitarios, es ridículo y se pue­
de prestar a burtas irónicas,
g g El pie del cuello de una camisa debe ser entre 2 y 2 1/2
cms. para abotonarse bien y la parte de atrás entre 4 y 4 1/
2cm s.
En el saco lineal, el último botón debe estar desabotonado
siempre, esto le da la amplitud para sentarse sin arrugar el
saco. El resto de los botones estarán cerrados siempre.
3g] En el caso de cuatro botones, el primero y el cuarto botón
desabotonadas y el resto abotonados. \Funciona y se ve
genial!
j g Las líneas del pantalón deben caer rectas, no deben hacer
curvas.
^ 3 La camisa no debe salir más de 1 cm. de la manga del
saco.

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R61 El cuello con presilla es para mantener la corbata m ás alta
y solamente para el hombre de cuello largo.
ASI Usualmente el pantalón elegante se observa en la hechura
y la confección, sin pliegues, liso.
g g Las costuras laterales del pantalón deben ser rectas no para
adelante.
a ? ¿La corbata y el pañuelo haciendo juego? Es para los hom­
bres clásicos pero es opcional, si desea acompañe una
corbata de diseño con un pañuelo diferente pero d e color
entero.
3 3 El cuello sin botón visible se usará para reuniones form a­
les, se ve elegantísimo.
íg ¡ Si desea usar un je an clásico, limpio, nuevo con un saco,
este puede ser de tw eed de lana y con zapatos mocasín y
polo de algodón de un soto color, con cuello o sin él.
S j El je an con zapatillas solo para actividades deportivas.
[£ ] El je an con camisas d e algodón de cuadros, lineales, de
color entero y con una buena correa de cuero. Recuerde
que deberá ser más ancha y con hebilla más grande que la
que usa para el pantalón de vestir.
Las bastas curvas de las camisas deben ir dentro del pan­
talón y las de bastas rectas encima del pantalón.
Si va a usar lana en cualquier prenda y le pica o tiene pro-
~ blemas alérgicos, le recomiendo una receta de «Mamami»,
echarse talco antes de ponerse la prenda, ¡no habrá pica­
zón!
3Ü Para retirar las pelusas propias en la prenda negra, solo
humedezca sus manos y páselas sobre la prenda, n o use
scotch, tape u otros materiales. Dañan la tela y retiran muy
poco o nada.
Los pliegues de un pantalón de hombre o de mujer deben
estar confeccionados hacia las caderas, h a d a fuera, nunca
hacia adentro para evitar las bolsas que engordan, ensan­
chan y son inelegantes.
BsJ El blazer; ese saco que no debe faltar en el guardarropa del
hombre elegante, debe ser de color azul marino general­
mente, con botones dorados o plateados, pero evitando sím­
bolos. animales o escudos grabados.
■g. Los botones preferiblemente opacos y discretos.

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£ ] No use e l blazer con zapatillas, ¡ni pensarlo!
ig ¡ No se puede poner un blazer para una actividad formal,
siempre es cruzado y con doble fila de botones que deben
estar siempre abotonados al estar de pie. y desabotonados
al sentarse.
Recuerde que la compra de un blazer de calidad no es un
gasto sino una inversión, pues es una vestimenta clásica
que le puede durar muchos años. Es sumamente práctica y
no pasa de moda nunca.

Lo que debe tener el


armario masculino
El armario masculino será más sobrio que el femenino y es­
tará compuesto por menos prendas, mas no por ello debe ser
menos práctico y útil. Las prendas indispensables para el hom­
bre de trabajo son las siguientes:
La cam isa. Los sacos deben usarse con camisa de manga
larga debido a que los puños sobresalen por debajo de la man­
ga de aquellos, completando la decoración de la pieza.
La camisa blanca es la formalidad por excelencia. En luga­
res de trabajo que no exijan formalidad, puede vestir una cami­
sa de manga corta, pero lo suficientemente larga que le cubra
el codo. Si la camisa es de cuello abierto no debe permitir que
se vea la camiseta, y mucho menos que tenga mensajes o pu­
blicidad.
El pantalón. Cuando se los pruebe, antes de comprados,
ponga en los bolsillos todas las cosas que usualmente lleva en
ellos. Solo asi estará en condiciones de ver cóm o le va a que­
dar realmente. No olvide que la cintura estará a la altura de su
ombligo, de esta manera estiliza su figura y mejora el entalle de
la prenda en su cuerpo.
El pantalón con doblez lo utilizará únicamente si tiene una
estatura adecuada, nunca si es pequeño. No se concibe en el
ejecutivo un pantalón mal planchado y sin el filo correctamente
marcado.
El saco. Es la prenda masculina por excelencia. Si bien es
cierto que también se ha hecho popular entre las mujeres, en
los hombres se luce más por ser una prenda que resume toda

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la masculmidad.
Cuando lome asiento desabotonará los botones del saco
cruzado, y cuando se ponga de pie lo abotonará inmediata­
mente. Si usa saco de botonadura sencilla, mantenga siempre
el último botón desabrochado.
Los bolsillos y las solapas deben caer lisos, sin arrugas ni
fruncidos. Es preferible que el saco le quede un poco suelto en
lugar de ajustado y parezca que está atrapado en su propia
ropa.
El terno. Lo utilizará básicamente para situaciones de mu­
cha formalidad, sugiere la jerarquía de una persona. Si usted
jefatura un grupo sepa que un tem o de matices oscuros pro­
yecta seriedad y autoridad. Para que encuentre los co­
lores y combinaciones ideales es bueno que tenga en
cuenta su tono de piel.
No recomiendo las telas sintéticas puesto que no
tienen buena caída ni lucen bien a sim ple vista. Las
telas lustrosas no son ideales para la oficina, son muy
elegantes, e s preferible usarlas en reuniones después
de las cinco.
La corbata. La «/oca/e» romana tal vez sea la pri­
mera corbata de la historia, era una pieza de tela que
colgaba del cuello y la usaban los legionarios para
secarse el sudor y limpiarse la nariz. En estos
días la corbata ha evolucionado tanto que se ha ' £' 'V i
convertido en la prenda masculina por excelencia.
Para el trabajo cuente con corbatas de diferentes colo­
res y diseños, de tal manera que siempre pueda esco­
ger una que armonice con sus sacos y camisas. Apren­
da a anudar una corbata. No le recomiendo usar una
corbata del mismo color de su traje. El contraste resul­
ta actualmente más agradable. La seda e s el material
por excelencia para las corbatas, no solo porque su
caída es perfecta sino porque el nudo de la corbata se
enlaza m ejor que nunca en esta tela.
La ropa Interior. En el caso de la trusa, los mode­
los más usados son el slip de algodón o los boxers. El
primero es m ás cómodo y no se marca debajo de la
ropa. El boxer. en cambio, al ser más grande muchas
veces incomoda con los pantalones que son m uy ceñi-

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dos. Usted elegirá su prenda ideal, sabiendo que lo más impor­
tante es su comodidad.

Galería de accesorios
masculinos
Los zapatos. ¿Sabia que hasta 1880 no había diferencia
entre el zapato izquierdo y derecho? Ambos eran idénticos y.
com o se imagina, ocasionaban muchos dolores a los pobres
pies. Luego, con la fabricación en serie, se comenzó a diferen­
ciar el diseño del zapato derecho con el izquierdo.
Una encuesta reveló que los zapatos son una de las prime­
ras cosas que las dam as ven en un caballero. S u calidad y
acabado dicen mucho de este. Al igual que con las mujeres, su
personalidad se refleja en esta prenda de vestir; la manera de
cuidarlos y llevarlos dirá si usted es desordenado o pulcro.
Cuando se encuentre en situaciones de mucha formalidad,
el calzado negro es la mejor elección porque combina con todo
y es el color que representa la máxima elegancia. Si no quiere
hacerse problemas con las combinaciones, la m ejor alternativa
es usar los zapatos del mismo color que el de su pantalón. Los
zapatos blancos o d e colores m uy llamativos no son adecua­
dos para la oficina ni para ocasiones formales.
Los calcetines. Cuando un hombre cruce la pierna los calce­
tines deben ser tan largos que no permitan verle la piel. El color
de sus calcetines debe combinar con el de sus zapatos o el de
su pantalón. Ojo, com binar no significa que sean del mismo
color, sino que sean complementarios.
Un elástico en buenas condiciones hará que los calcetines
queden estirados y no se caigan o arruguen produciendo una
desagradable sensación de descuido. Los calcetines blancos
son inaceptables en u n temo, solo pueden ser usados con za­
patillas deportivas y eventualmente con mocasines.
El cin turón . Elegantes y apropiados para un ejecutivo se­
rán indefectiblemente de cuero. Lo ideal es que tenga uno ne­
gro y otro marrón o color vino. De esta manera podrá combinar­
los con sus prendas según convenga. Una pulgada de ancho
es lo recomendable y. en lo posible, debe buscar com binar con
los zapatos. La hebilla, sobria, quedará alineada a los botones

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de la camisa.
E l perfume. Nada de esencias fuertes y seductoras que se
perciban desde varios metros de distancia. Com o ya dije, las
fragancias suaves son las idóneas para el ambiente laboral. Un
perfume moderado es agradable y hasta hace atractivo a un
ejecutivo cuando nos acercamos a él.
El pañuelo. Uno de color blanco es indispensable en el bol­
sillo izquierdo trasero del pantalón, el que se usará para secar­
se la transpiración o la nariz. Un segundo pañuelo irá en el
bolsillo superior del saco, y es recomendable que esta prenda
armonice con la corbata y con el color de la camisa.
Los anteojos. Al igual que con las mujeres, el diseño ideal
para usted depende de su tipo de rostro. Si tiene rasgos finos
usará lentes de montura liviana y cristales pequeños. Si. por el
contrario, tiene facciones muy marcadas, podrá usar monturas
grandes y lunas amplias.
El p o rta fo lio o m aletín. El secreto son los cierres dorados,
le darán un toque de distinción. Los colores ideales son el ne­
gro o marrón, y el cuero el material idóneo. Su dimensión debe
ser más grande que el de las mujeres. Es vital que lo mantenga
en perfectas condiciones por dentro y por fuera. No sabe lo
desagradable que es estar ante un maletín que se abre y se ve
un gran desorden al interior. No olvide incluir un buen lapicero.
Hablará por usted.
La bisutería. En su vida privada, todas las que quiera; en el
trabajo, procure llevar las indispensables, como un buen reloj
que, si es de manecillas y no análogo, es mejor. También pue­
de llevar alguna otra prenda que destaque por su sobriedad. En
su trabajo, a diferencia de su vida social, es preferible pecar de
modesto que de ostentoso.

Ropa de gala
masculina
Cuando una ceremonia o actividad social tiene trascenden­
cia. se hace imprescindible la ropa de gala. En el caso del hom­
bre esta ropa está claramente definida, se limita generalmente
a tres posibilidades: esmoquin, chaqué y frac que generalmen­
te no se usan en países latinoamencanos.

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« Donde hay
buena educación
no has distinción de clases»
C O N F U C IO

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El saludo:
esencia de los buenos modales
Abraham Valdelomar solía visitar la calle Ca­
pón, a principios del siglo pasado, en la vieja
Lima. Allí descubrió que los inmigrantes chinos,
asentados en el barrio, se saludaban con una ex­
presión que el escritor reprodujo así: c h i fá y que
significaba -¿ ya comiste?». Era una antigua fór­
mula para saludar, que. sin embargo, no era solo
una fórmula retórica, realmente la persona era in­
vitada a com er algo, por más m odesto que esto
fuera.
Los japoneses saludan con una reverencia
que pone de manifiesto la sensibilidad de su
cultura; los gélidos rusos lo hacen con tres be­
sos en la mejilla o uno en la boca, y en África
todavía existen tribus que utilizan tambores para
comunicar a sus vecinos sus mejores deseos.
El saludo es una manifestación social de cor­
tesía. muestra de respeto y afecto. Nos lo en­
señan desde pequeños, y a pesar de eso, para
muchos, el momento del saludo resulta em ba­
razoso porque no están seguros de hacerla
correctamente.
f g j Siempre que la saluden corresponda de la
misma manera. Negar el saludo es un agra­
vio m uy serio que denota una actitud de rechazo total hada
las personas.
t t f j Una frase corta pero amable es suficiente para empezar
una interrelación de la m ejor manera en nuestro país,
i g j Pienso que el saludo no solo es el principio, sino también la
esenda de los buenos modales, por eso debe hacerse m i­
rando a los ojos como señal de transparencia y sinceridad.
INunca ocultando la mirada!
g g Toda persona que se acerca a un grupo debe saludar. Si
por descuido alguien no lo hizo, usted puede darle una lec­
ción que no olvidará jamás, tomando la iniciativa y saludán­
dola. No perderá categoría si toma la iniciativa, por el con-

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trario, dará un buen ejemplo.
pgl ¿Pero cuál es la manera correcta de hacerlo? En nuestro
país se saluda con la mano, con un beso, e inclusive con un
fuerte abrazo, depende de la situación en que se encuentre
y a quién tenga al frente.

Dar la mano:
lo apropiado e inapropiado
El origen del saludo con la mano es una vieja costumbre del
tiempo en que los hombres eran fieros guerreros: cuando m os­
traban su mano abierta era para demostrar que no traían armas y
que venían en son de paz. Los siglos pasaron, la historia cambió y
el apretón de manos se convirtió en el saludo por excelencia.
Dar la mano es el saludo correcto entre personas que se
conocen o cuando se hace una presentación. La forma correc­
ta de dar la mano es ofrecerla abierta y completa. Por
favor, no ofrezca solo los dedos, ese gesto la delatará
como una persona tím ida y poco sincera.
El apretón debe durar dos o tres segundos, man­
teniendo la mano firme y no blanda, tampoco lo haga
muy fuerte porque puede dañar a quien está salu­
dando. i Pero tenga cuidado con los hombres fornidos, po­
drían triturar su mano!
gg] Junto al leve apretón está la sacudida, movimiento que debe
partir del codo y no del hombro. Se hace en forma vertical,
no horizontal, la otra persona podría pensar que intenta
arrancarle la mano.
F61 No olvide que al momento d e ofrecer la mano debe brindar
la mejor de sus sonrisas y m irar a los ojos amigablemente,
de lo contrario, la persona a la que saluda puede suponer
que lo hace por obligación y no por placer.
rgfl Si le están presentando a una persona, preste atención y
escuche bien su nombre. Sería lamentable que cuando ten­
ga que despedirse incurra en una equivocación o tenga una
«laguna mental*».
Nunca dé la mano a nadie con los guantes puestos, tampo­
co con lentes oscuros, ocultar su mirada es señal de mala
educación. Sus manos deben estar impecables, limpias y

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secas; de no ser así, es preferible que se excuse de ofre­
cerla.
Nunca dé la mano izquierda,
g g Si está cargando una pila de libros o archivos, quizá no sea
conveniente dar la mano. En el intento de saludar podría
tirar todo. Una leve inclinación de la cabeza y una sonrisa
amable y sincera serán la solución. Le aseguro que la en­
tenderán.
s i No salude a través de una mesa, póngase de pie y acér-
quese hacia la persona para saludarla,
g g No extienda la mano delante de la cara de otra persona,
hágalo por detrás y tampoco salude con la mano izquierda,
ni siquiera en el saludo de la paz en misa.
S I Si están sentados, los jóvenes (de ambos sexos) deben
ponerse siempre de pie para saludar a sus mayores.

Las presentaciones
No es lo mismo saludar a un viejo amigo que a un nuevo
compañero de trabajo o a un cliente importante. Las relaciones
con sus compañeros comienzan con las presentaciones, estas
son más que una simple formaJidad, tienen por objeto que dos
personas que van a trabajar juntas se conozcan y sepan quién
es quién en el entorno laboral. Es conveniente que usted sepa
que en el trabajo siempre existen pequeñas diferencias.
^ La persona de menor jerarquía es presentada a la de ma­
yor jerarquía. Es decir, el subordinado será presentado ante
el jefe. Por ejemplo; -D octor Uccelli. permítame presentar­
le a Erika Ames, estudiante de derecho de la Universidad
Católica, quien trabajará com o asistente de su área. Erika.
el doctor Uccelli es el gerente de la empresa» .
g g Se presenta un ejecutivo joven a un ejecutivo m ayor «Se­
ñor César, le presento a Antoinette Coronado, nueva inte­
grante de nuestro equipo d e marketing. Antoinette. el señor
Casas es vicepresidente de nuestra compañía».
fg ] Para el saludo en el trabajo no es necesario estrechar la
mano o besar en la mejilla a todas las personas que vemos
a diario en la oficina, com o e s nuestra costumbre desgra­
ciadamente. jImagínese si todos los días los ciento cincuenta
miembros de una empresa se saludasen dándose un beso!

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ri¿¡ Con un «buenos días» o un «buenas tardes» mientras se
cruzan, será suficiente. *
Bal Vuelvo a recordarle que palabras com o «por favor» y «gra­
cias» abren más puertas que la prepotencia. Si usted es
una persona de carácter fuerte tenga especial cuidado por­
que sin quererlo podría avasallar a sus compañeros.
Si desea conversar con alguno de ellos, lo correcto e s que
vaya a buscarlo a su escritorio u oficina. No está bien que lo
haga venir a su oficina a menos que haya una persona de
rango superior en la suya a quien no puede dejar sola y sea
necesaria la presencia de su compañero.
Fgl Si es una reunión formal y usted una ejecutiva, deberá po­
nerse de pie cuando su colega ingrese a su oficina, lo salu­
dará y presentará a los visitantes, indicándole dónde tomar
asiento. Ese gesio elegante revela que ambos son de la
misma jerarquía.
g g Si entra a la oficina de una persona y esta se encuentra
hablando por teléfono, espere a que termine su conversa­
ción, no tome asiento sin permiso. Y si es usted quien está
al teléfono, tom e en cuenta la situación y agilice su diálogo,
no haga esperar a su compañero.
pg] Los términos y frases usuales para presentar, son: «Le vaya
presentar a...», mencionando el nombre y título de la perso­
na que presenta, luego presentará a la otra persona de la
misma manera: «Señora Tapia, permítame presentarle a
Miguel Aliaga, am igo de la casa de muchos años, quien es
ingeniero civil. Miguel, la señora Tapia es la arquitecta que
diseñó nuestro departamento».
F^I Si usted es presentada también debe decir algo. Lo usual es:
«Encantada», «Mucho gusto», «Encantada de conocerla».
s g ¿Y si se le olvida el nombre de la persona a quien está
— presentando? Le recomiendo salir del aprieto, diciendo:
«¿Ustedes se conocen, verdad?» Si son un hombre y una
mujer los involucrados, le corresponde al hombre decir: «Qué
tal, Emilio Paredes»; luego ella continuará: «Soy Violeta
Segú».
Los desconocidos deben ayudarla fingiendo que se cono­
cen. Pero si esto no ocurriese, usted no debe dudar y decir
que olvidó el nombre, sin ninguna incomodidad. Su sinceri­
dad será bien tomada.

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gg] Si cuando alguien la está presentando, olvida su nombre,
debe ayudarlo mencionando su nombre a la persona que
es presentada, no a quien los presentó.

Las presentaciones

Las presentaciones en grupo si


len producirse en reuniones sociale
como fiestas, agasajos o recepcic
nes que en e l mundo laboral son co-
muñes. Lo ideal en este tipo de
eventos es que las personas se
presenten y sean presentadas con
educación y mucho respeto.
Pg ] Cuando haya muchos invita­
dos en una reunión no es ne­
cesario que el recién llegado
sea presentado a todos los
a s is te n te s . Si u s te d e s lí
anfitriona, lo mejor será que lo
que a uno de los grupos que le sea m ás afín,
ogj Al hacer la presentación debe mencionar el nombre de la
persona que llega y luego cada una de las personas se van
identificando, empezando por las señoras.
Una dam a jamás estará circulando de un grupo a otro to­
mando e l lugar de la anfitriona, usted la presentará ante un
grupo y ella permanecerá en este. Serán los caballeros de
otros grupos quienes deben acercarse a saludarla si es que
la conocen. Ella también podría saludarlos a la distancia,
con una sonrisa y un asentimiento de cabeza.
Qg Si se trata de un congreso o una actividad equivalente y
usted e s una de las organizadoras o anfitriona, será la en­
cargada de hacer las presentaciones; estas se harán hasta
donde sea prudente. Lo recomendable es que todos partici­
pen en las presentaciones para facilitar el contacto y su ta­
rea com o anfitriona.
Fg¡ Al presentar a una pareja de esposos, evitará muchas con­
fusiones diciendo simplemente: -L o s esposos Flores. Ai-

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berto y Marina», luego dará los nom bres de las personas
que conforman el grupo,
cg En una reunión con innumerables invitados, puede estar
exonerada de hacer todas las presentaciones. En este caso,
no está mal que los invitados se presenten a s í mismos, por
el contrario, facilitarán su labor de anfitriona.
rg ] Si son los caballeros quienes tienen que presentarse entre
sí, bastará con que se acerquen, digan su nombre clara­
mente y se den la mano. Cualquiera puede tom ar la iniciati­
va y la otra persona deberá corresponder de la m ism a m a­
nera.
ASI Para presentarse a sí mismo, el caballero dirá su nombre y
apellido. No es necesario que diga su cargo si se trata de
una reunión social.
Fgf En cienos casos, como en la calle, banco, consultorios, etc.,
no es prudente que una dam a d é su nom bre a un señor que
se presenta solo, a menos que lo haga con tal respeto y
educación que no tenga m ás que corresponderle.

¿Cómo debe
desenvolverse
mientras la
presentan?
Ciertos detalles son de sum a impor­
tancia en el momento que la están pre­
sentando, detalles que no terminarán allí
si no que deben guardar armonía con la
conducta que demostrará luego de ser
presentada.
3g| El caballero, al ponerse de pie ya
sea para se r presentado, presen­
tar o saludar, permanecerá de pie
hasta que usted tome asiento o se
aleje. También lo hará cuando una
señora se levante de la m esa para
retirarse. El caballero siem pre se

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pondrá de pie.
s g Usted debe permanecer sentada para ser presentada, ex­
cepto cuando sea la anfitriona para recibir a un invitado o
cuando la otra persona sea mayor o tenga un cargo muy
importante.
Si usted es quien presenta, evite confusiones al presentar a
dos personas. En el caso d e un matrimonio, decir algo asi
como: «Roberto López y su jefa (refiriéndose a la esposa)»,
puede ser mal interpretado por las otras personas, o muy
mal recibido por el matrimonio López.
Después de las presentaciones, si se vuelven a ver dos
personas que han sido anteriormente presentadas, es la
mujer quien debe dar señales de reconocimiento. De no ser
así, un caballero no tomará ninguna forma de iniciativa.
Es la mujer quien decide si la relación debe o no continuar,
pero la etiqueta dice que usted debe saludar a todas las
personas que le han sido presentadas.

despedirse
Hay personas que hacen demasiado largas, incómodas y
hasta insoportables sus despedidas. ¡Tenga cuidado! No vaya
a echar a perder su imagen luego de que ha sabido demostrar
su educación durante toda la reunión. Sería desastroso que en
usted se cumpla el refrán: «Tanto nadar para morir en la playa».
Si usted es la anfitriona y sus invitados empiezan a mar­
charse, póngase cerca de la puerta, corresponda a sus agra­
decimientos y despídalos deseándoles buenas noches.
Si no le alcanzó la comida u ocurrió un suceso desagrada­
ble durante la reunión, no lo comente a la hora de la despe­
dida, solo diga a sus invitados lo agradable que fue tenerlos
en casa.
^ S i tuvo un invitado realmente importante y usted vive en un
edificio, acompáñelo hasta el ascensor o la escalera. Pero
si tiene que despedir a muchas personas, delegue a alguien
para que acompañe a su invitado hasta la calle.
&5¡ Si usted es invitada, jam ás olvide agradecer a su anfitnón.
Su despedida debe ser breve, no le quite mucho tiempo.
Algo como: «Muchas gracias por invitarme, pasé una no-

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che encantadora», estará m uy bien.
f é j Si tiene que salir temprano de la reunión, hágalo con mu­
cha discreción, podría hacer pensar al resto de invitados
que la reunión ya terminó.
Recuerde llamar al día siguiente para agradecer la invita­
ción, ¡será la diferencia!
flg] No todas las despedidas se realizan al final d e una reunión,
hay algunas que ocurren en un aeropuerto o una estación
de buses. En estos casos evite las despedidas interm ina­
bles o trágicas, sobre todo si la persona a quien despide
solo fue un huésped pasajero. Lo apropiado e s que se des­
pida tan pronto como el viajero haya facturado su equipaje.

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« Las buenas formas
están hechas de sacrificios
insignificantes»
R A L P H W ALD O E M E R S O N

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Secretarias:
la confianza
por excelencia
«Pocas cosas son tan útiles a una
persona com o darte responsabilidad y
dem ostrarte nuestra confianza», estas
son palabras d e W alter Uphaus que
caen m uy bien a una labor tan impor­
tante com o el secretariado.
La palabra «secretaria» viene de
«secreto» y es a sí com o la discreción juega un
papel importantísimo dentro de sus funciones.
Antiguamente se tenía el concepto de que una secretaria
era una mujer q u e desempeñaba labores meramente mecáni­
cas. com o tom ar un dictado o efectuar una trascripción. Esta
idea ha perdido vigencia.
Si recordamos que la verdadera dignidad humana radica en
la virtud, resultaría un deber primordial como secretaria ganar
la estimación y el respeto de todos los que trabajan con usted
El fundam ento espiritual de una secretaria es ia confianza,
que exige com o principales condiciones la honestidad, trans­
parencia y ética profesional.
Quien no ha vivido e l mundo del trabajo de oficina (recuerdo
claramente cuando fui secretaria por muchos años), no podría
imaginar nunca toda la esforzada labor que realiza la secretana
para que los documentos, oficios, circulares, invitaciones, car­
tas. memorándums, resoluciones y hasta discursos, estén he­
chos con pulcritud y sin errores... usted sabe que si los comete
le puede costar e l trabajo.
Por importante que sea cualquier documento, no tendría nin­
gún significado s i no fuera por la habilidad, destreza y cariño
con que usted cuida del texto, la coma, el punto, las mayúscu­
las, el párrafo.
Todo lo que usted escribe, ve y oye en su centro de trabajo,
quedará registrado solamente en su memoria. Su labor com ­
prende no solo trabajar con la máquina de escribir o la compu­
tadora, sino tratar con seres humanos, por lo que deberá tener

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sensibilidad y percepción psicológica, así como también gran
dominio de sí misma, ya que se espera y se le exige paciencia,
comprensión, tolerancia, buen humor y buena disposición de
ánimo para el trato continuo con el jefe, compañeros de trabajo
y público en general.
El secretariado convoca otros temas com o las responsabili­
dades. la moralidad y la ótica, y exige además tener presente
una serie de aspectos de su vida: ser elegante pero sencilla,
simpática pero recatada, moderna pero femenina, comunicativa
pero discreta (especialmente en lo que al secreto profesional
concierne). Usted debe saber que con su labor, eficiencia y ho­
nestidad, contribuye al bienestar general, e infunde vida y belle­
za a una oficina.
Como secretaria no tendrá un horario de trabajo estricto;
sabrá el horario de entrada, pero no el de sali­
da. Su aporte, honradez, sencillez, simpatía,
rm dedicación, comunicación y compañerismo,
aparte de su profesionalismo, siempre se­
rán elementos indispensables para el éxito
de sus funciones.

Guardar inform ación:


deber ético
y obligación legal
En las películas de espionaje, los espías
soportan las torturas que les infringen y pre­
fieren m orir antes de revelar sus secretos.
Sin ser necesario llegar a esos extremos, la
actitud de los espías resulta en este caso un
buen ejemplo.
Una de las personas más ligadas al mane­
jo de información, en muchos casos por su
cercanía a los ejecutivos que manejan las gran­
des decisiones de la empresa, es la secretaria.
El fundamento espiritual de una secretaria es la
confianza y la honestidad profesional. Por eso,
no habrá nada m ás carente de ética que usted
revele información; incluso puede traer graves

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consecuencias, como el despido o la denuncia judicial. De he­
cho, nuestro Código Penal tipifica esta acción y la sanciona con
cárcel.
La responsabilidad que tiene usted com o secretaria es muy
grande. Su objetivo es manejar y organizar la información que
su jefe le confía y protegerla contra cualquier elemento que
amenace su condición de reservada.
La discreción debe ser como un signo que la distinga, y debe
llevarla consigo incluso en los pequeños detalles, hay personas
que no tienen por qué saber ciertos datos que solo a usted le
son confiados; defienda el derecho de intimidad de su empre­
sa. sobre todo con personas que muestren curiosidad o un inte­
rés demasiado sospechoso.

Saber desenvolverse
en público
Podríamos recordar en todo momento que el mundo no le
pertenece exclusivamente y que lo com parte con millones de
millones de seres humanos, los cuales tienen sus mismos de­
rechos y obligaciones, pero que también viven en él, animales y
plantas, que hay que respetar y cuidar.
Es de pésimo gusto que hable a gntos en tonos subidos o
simplemente reírse estrepitosamente sin respetar a los demás.
No ensucie su medio ambiente, sea una persona ecológica,
no lance papeles, bolsas o desechos a cualquier piso, el de su
casa, la calle, la playa, el parque, en su centro de estudios o de
trabajo.
Si está en el cine, teatro, hospital, el derecho al silencio debe
ser respetado. Los comentarios hágalos al term inar la función o
al salir del hospital.
Recuerde la discreción. Sea cordial, am able, educada, son­
riente en todo momento, sin exagerar. Los saludos, las palma­
das repetidas, carcajadas, sonoros com entarios fuera de tono
«solo avergüenzan Y molestan**.
Es absolutamente incorrecto mascar chicle, hacer globos,
reventarlos, pegarlos en las sillas, en los platos o en las mace­
tas, es tan fácil, ¡solo busque el tacho con basura!
Los besos, abrazos y demostraciones d e cariño, deben re­

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servarse solo para los momentos íntimos. Tiene que estar cons­
ciente y observe las reglas del buen gusto y decoro al manifes­
tar sus sentimientos ya que estos no tienen por qué ser com ­
partidos con el público.
¿Tocar o no to c a r?
El tacto es uno de los cinco sentidos del ser humano y reco­
nozca que debe desarrollarlo en el momento preciso y permiti­
do, pero en público tiene que limitarse.
Evite tocar repetidamente y aprenda a sustituir las manos
con palabras, ya que es importante tener un espacio físico en­
tre las dos personas que se están comunicando.
Tiene que dejar aclarado que en la relación íntim a y privada
es otro tema y está permitido todo lo que ambos decidan libre­
mente.

Buenos modales
en el uso del teléfono
Si e n los documentos escritos, la ortografía y la
redacción es lo más importante, en la comunicación
telefónica lo son la voz y la brevedad. Su voz es lo
único que la otra persona percibe de usted, en ese m o­
mento usted es la imagen de su empresa.
El teléfono no e s un monstruo, no le tema, póngalo a su ente­
ro servicio y acostúmbrese a utilizarlo debidamente, mostrando
respeto hacia las personas que están al otro lado de la línea,
g g El volumen y la entonación correctos son equivalentes a
una sonrisa en el trato interpersonal. Dicen m ucho de us­
ted.
ag] Espere unos segundos para que la persona responda y sea
quien inicie la conversación.
■g¡ Si la empresa es grande y existen muchos departamentos,
es necesario q u e se identifique además con su nombre:
«Departamento de Promoción, Carmen Benavides la salu­
da».
r g | Acuérdese de su tono de voz: am able y sin titubeos y no
deje de sonreír.
@g] No admita bromas ni adivinanzas: que le inform en el motivo

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d e la llamada.
cgj S i tiene que dejar a la persona que
llam ó en línea, no tarde m ás de dos
minutos, es una falta de corte­
sía hacer esperar más de ese
tiempo. Cuando retome la lla­
mada. agradezca la espera y
continúe con su información.
S No haga llamadas personales
desde su centro d e trabajo.
Solo las hará si tiene mucha ur­
gencia.
Ftfl Las secretarias y recepcionistas
tie n e n e l d e b e r d e p ro te g e r la
pnvacidad de su jefe y de las personas que
la empresa.
í g j Infórmese del nombre y em presa de la persona que llama
antes de transferir una llamada. Es el jefe quien decidirá si
recibe la llamada en ese momento, no se tome atribuciones
que no tiene.
N o tome la iniciativa, salvo las excepciones que ya conoce.
Aprenda a utilizar las frases adecuadas: «Sí, se lo paso
enseguida...». ¿Si no aprendió a expresarse correctamen­
te, qué hará entonces?, ¿buscar excusas? Su jefe y su in­
terlocutor merecen respeto.
HS1 «Está en una reunión...» es una frase muy trillada que ya no
da buenos resultados.
Nunca deje una llamada sin contestar. Acepte el fastidio
una sola vez.
S I N o hable a dos personas simultáneamente, es de muy mala
educación.
ggj N o le tenga terror a la contestadora automática. No cuelgue
sin dejar el mensaje, está dem ostrando m uy poca educa­
ción, además de estar fuera de la modernidad.
g g N o coma, no masque chicle, ni beba cuando está hablando
por teléfono.
N o dé las quejas por teléfono, son mucho más efectivas por
escrito o tratadas personalmente. Cuide siempre su lenguaje,
sea cortés y educada. Con m alas palabras y gritos no se

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logra nada.
g g Guarde moderación cuando ingresa una llamada de larga
distancia No grite ni se atolondre.
^ No se aproveche del teléfono, conviértase en su amiga.
¡ag] No haga llamadas en exceso, y menos a celulares. Apren­
da a controlarse.
agt Si han preguntado por una persona que no está presente,
ofrézcase a tomar nota de su nombre y del número donde
devolver la llamada. Nunca está de más preguntar al inter­
locutor «¿Desea dejar un mensaje?».
Es etiqueta elemental que la persona a quien le hacen una
llamada conteste lo antes posible, sin hacer esperar. Si está
muy ocupada, comuníquelo a la recepcionista de su em­
presa y pídale que no le pasen llamadas por algunas horas.
BS1 ¿Quién tiene la preferencia: la visita que acaba de recibir o
una llamada telefónica? Sin duda, la visita, a menos que
sea una comunicación de capital importancia. En tal caso,
se excusará con su invitado y agilizará su conversación te­
lefónica. Es de mala educación dejar plantada a una perso­
na mientras conversa por teléfono.
OS3 Si usted está hablando por teléfono y un compañero la inte­
rrumpe con algo en ese momento, discúlpese, pida que la
esperen unos instantes y trate de resolver el asunto rápida­
mente. Luego continúe con su conversación telefónica.
E á No se interrumpe una conversación telefónica ya iniciada, a
menos que se trate de una verdadera emergencia.
f g j Si usted es la recepcionista, cuando llaman a un ejecutivo
de su empresa y este se encuentra ocupado, no active la
melodía de espera sin preguntar a la persona que llamó si
quiere esperar o dejar un mensaje. Si desea esperar, ad­
viértale que la pondrá en espera y no olvide preguntarle
cada medio minuto si quiere seguir esperando.
« g Si recibe dos llamadas por distintos teléfonos, deberá dar
prioridad a la primera, y antes de contestar la segunda se
disculpará, prometiendo devolver la llamada a la brevedad
posible.

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Si usted hace la
llamada telefónica
rg \ Primero debe saludar y decir claramente su nom- / í f i S
bre y el de la compañía que representa; luego / j y
preguntará por la persona con quien desea ha- AT
blar. Lo correcto es tratar de usted a la perso-
na que le contesta el teléfono, si nota que J j \ \ |
es una secretaria o recepcionista S ¡ / \\
joven, eso no le da derecho . j^ r r Z - j) ^
a tutearla.
g Si la persona con quien de- ( V /t)
sea hablar contesta el te- ”
lófono. dígale quién le habla
y luego adviértale que la co nve rsa dor*
va a ser larga. Eso le permitirá saber a la persona si tendrá el
tiempo suficiente para atenderla con calma y tranquilidad,
rg ] Si ha equivocado un número no cuelgue sin antes ofrecer
disculpas. Si no le contestan el teléfono luego de la sétima
timbrada, no es correcto dejarlo sonar infinitamente, debe
colgar e intentarlo en otro momento.
gS¡ Si la persona a quien llama no se encuentra, y la situación
lo amerita, déjele un recado o el número de su empresa
para que le devuelva la llamada,
g ] Cuando no pueda contestar sus llamadas por alguna razón
de emergencia, delegue a alguien y autorice a esa persone
a ofrecer disculpas al interlocutor por no contestar perso­
nalmente.
r g l Si llama a un igual o a un superior con ayuda de su secreta­
ria, no olvide que deberá estar a l teléfono cuando le contes­
ten, no hacerlo supone una falta de consideración hacia su
interlocutor. Si llama a una persona de rango inferior, la se­
cretaria la anunciará y le pasará luego la llamada.
ñgl El criterio y el sentido común deben estar del lado de usted,
que es la persona que llama. Si percibe que su llamado ha
sido inoportuno, no dude en tom ar la iniciativa y decirle a su
interlocutor que lo conveniente e s hablar en otro momento,
g Si se interrumpe la llamada por motivos ajenos a ambos
(una falla del sistema), quien llamó es el encargado de vol-

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100
ver a comunicarse, a menos que el corte haya sido un des­
cuido de quien la recibió.
ffgl Si 3e llama a otro país, debe tener en cuenta la diferencia
de horarios. No olvide que hay lugares donde las personas
duermen mientras otras trabajan.
f t f l Usted terminará la llamada por ser quien llamó. Pero si es
una «eterna conversadora», quien recibió la comunicación
está en todo su derecho de provocar una despedida.

uso apropiado
del fax, altavoz y
contestador autom ático
E l fax
Solo lo usará para pasar documentos importantes. Pero debe
enviarlo bajo ciertas pautas:
3 g j En la primera página debe consignar el nombre y número
del destinatario del fax.
No olvide mencionar el número de páginas
que envía y el nombre y número de teléfono
y fax del remitente.
rg ] Antes de enviarlo, advierta al destinatario cuá­
les son los documentos que va a remitir, nun­
ca descarte la posibilidad de un corte de trans­
misión.
Recuerde que el fax es un medio
de comunicación para asuntos la­
borales. No le recomiendo transmi­
tir información personal, del otro lado
pueden encontrarse personas que no
respetarán su privacidad.
Bel No olvide conservar siempre una copia
de cada fax enviado.
El altavoz
La finalidad del altavoz e s poder hacer
conferencias telefónicas o tener las manos
libres. Esta segunda situación es m ás fre­
cuente en una empresa, puesto que

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101
las oficinas suelen revisarse documentos vía telefónica.
Antes de usado tiene que prevenir a su interlocutor y comu­
nicado quién está en su oficina. Es posible que su interlocutor
le pida que no lo use, y está en todo su derecho. Muchas perso­
nas hacen m al uso de este sistema activándolo cuando están
presentes personas a quienes no les incumbe el asunto del que
se conversa.
El contestador automático
Las empresas modernas tienen un sistema
computa rizado para recibir y pasar llamadas.
Las personas que llamen deben saber que se
toparán con voces grabadas que le informa­
rán qué teclas presionar para alcanzar el
anexo deseado.
No se enfade por esto, no es falta de
respeto que le responda una máquina,
es una muestra del avance de la tec­
nología y debe adecuarse a la moder-

Su mensaje debe ser concreto y directo, sin


hacer comentarios innecesarios, y claro, si quiere
que le devuelvan la llamada no olvide dejar su nom­
bre y teléfono.
No es raro escuchar que el contestador auto­
mático o la llamada en espera nos ponga músi­
ca. Este detalle puede convertirse en una mo­
lestia si no existe b je n criterio para elegir la
música y el volumen adecuados. Deben ser me­
lodías suaves e instrumentales, nada de ruidos
que causen incomodidad en el interlocutor.

Aprenda a
usar su celular
Este pequeño pero eficaz aparatito se ha
convertido con toda derecho en el compañe­
ro inseparable del ejecutivo de hoy. Pero casi
mismo tiempo en una verdadera moles­
tia para quienes no lo usan. ¿Quién no se

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102
ha encontrado con aquellas personas que usan e l celular sin el
menor respeto por las personas que están a su alrededor. Sue­
nan en e l cine, en los conciertos, ¡hasta en la iglesia! Es peor
cuando el dueño del celular levanta la voz com o si todos quisie­
ran enlerarse do sus intimidades. Y muchos no solo gritan, sino
que hacen ademanes bruscos o caminan de un lugar para otro,
exhibiéndose ridiculamente.
El celular se usa en llamadas de suma importancia. Si us­
ted. por la naturaleza de su trabajo, debe estar e n la calle y la
comunicación por celular es parte de su rutina, sea prudente,
procure apartarse a un lado, donde esté sola, y n o incomode a
nadie.
El ruido del celular en determinados momentos resulta des­
esperante. Si está en una importante reunión de trabajo o de
negocios, no se le ocurra tenerlo encendido. Desconéctelo, es
una falta de respeto tenerlo encendido, quedará m uy mal ante
el resto d e personas.
Lo ideal sería no contestar el celular en lugares públicos.
Pero algunos profesionales, com o un médico, no puede darse
este lujo puesto que las emergencias se presentan sin aviso.
Lo que s í es inaceptable es el uso del celular para contarse
chismes. El sentido común y el respeto hacia quienes la rodean
la ayudarán siempre a manejar la situación.

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« Al conbinar un corazón cálido
con el conocimiento
y la educación,
aprendemos 3 r e s p e t a r
los puntos de vista y
los derechos de los dem ás»
D ALA I LAM A

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105

El trato con
el ¡efe
La palabra jefe se pronuncia mejor cuando reconocemos en
este personaje a un líder. El jefe puede ser hombre o mujer, en
ambos casos es vital mantener una buena relación con él. A
diferencia del trato con los colegas, con su jefe guarde las for­
mas que responden a la naturaleza de sus funciones. Recuer­
de que las órdenes provienen de él y es usted quien debe cum ­
plirlas.
Un jefe busca una persona en quien confiar, alguien que le
brinde soluciones y no problemas. S i su jefe le ha encomenda­
do una tarea y se le presentan problemas, no se lo comunique
de inmediato porque esto la pintará com o una persona irresolu­
ta, incapaz de hallar soluciones.
La distancia jerárquica no le impide consultar si tiene dudas.
Si hay algo que no entiende, pregunte, venza el temor que la
sobrecoge. Es peor que haga las cosas mal, entonces s i sería
su responsabilidad.
Evite la zalamería. Las zalameras son una especie que se
preocupa solo de halagar a costa de todo... y de todos, son
personas que tarde o temprano verán reveladas sus verdade­
ras intenciones y su falta de talento.
Tampoco se le ocurra tratar a su jefe solo por su primer nom­
bre. No estaría respetando los límites establecidos en el trato
jefe/empleada. Si su jefe es hombre, joven y buen mozo, con
mayor razón.
En el entorno laboral, cuando dos personas acaban de co­
nocerse se tratarán de usted, luego, si son compañeros cerca­
nos de trabajo y su trato es cotidiano, llegarán a tutearse. Este
razonamiento no se aplica entre el jefe y el subalterno.
El trato hacia su jefe siempre será de «usted». Y lo ideal
sería que el mismo trato sea del jefe hacia la empleada, pero
muchos jefes la tutearán sin m ás ni más. ¿Eso supone que por
ser jefes tienen autoridad para tutearla? Por supuesto que no.
Es una treta sicológica que. si la incomoda, deberá corregir pi­
diéndole a su jefe que por favor la trate d e «usted».

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106
¿Dificultades
con su jefe?
Existen jefes con personalidades diversas. Las mujeres que
hemos trabajado durante años con jefes sabemos por expe­
riencia que existen algunos que son neuróticos, mal educados,
intransigentes y que pueden llevar a sus empleadas a) borde
de la locura.
Se dice que una de las soluciones es cambiar de trabajo o
hacerse de la vista gorda y de oídos sordos. Pero no siempre
es lo correcto. Recuerde que por m ás jefe que sea no
tiene derecho a ofenderla bajo ninguna forma. No per­
mita que abusen de su cargo, de ser asi puede que­
jarse a un superior inmediato.
En todo caso, tenga siempre una conversación
alturada y en privado con su jefe. No se le ocurra llo­
rar haciéndose la víctima y menos aún delante de sus com ­
pañeros de trabajo. Una mujer elegante, digna y segura de si
misma tiene que conocer sus limitaciones en su centro de tra­
bajo.
No busque la compasión y el apoyo de sus compañeros de
trabajo. Haga sus redamos, peticiones, sugerencias y recomen­
daciones en privado, tendrá mejor aceptación y resultados.
g g El problema m ás frecuente hoy en día e s la jefa que puede
llegar a ser una espina m uy difícil de sacar. Podría tomar
una actitud hostil contra usted si llega a verla com o una rival
en potencia.
¿Qué hacer? Elevarle el ego. elogiar de forma mesurada el
' trabajo que realiza y todo lo que está aprendiendo de ella.
Su actitud de aprendiz la colocará en otro plano y sus rela­
ciones mejorarán,
g g ¿Y si la critica mucho? Converse en privado haciéndole com ­
prender que hace lo mejor que puede, que está poniendo
mucho interés y esfuerzo en lograr lo que se le encarga.
Pídale que cualquier comentario que haga sobre su trabajo
sea en privado. Evite de todas las formas posibles una con­
frontación, y al finalizar la conversación no se olvide de dar­
le las gracias por haberla escuchado.
¿Y si tiene un jefe que no sabe delegar responsabilidades?

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rCT Un jefe así puede herir mortalmente su autoestima. Tenga
una conversación privada sin utilizar palabras com o -usted
siempre...» o -nunca m e da...». No se queje, al contrario,
presente alternativas, sugerencias; que su jefe sienta que
está dispuesta a cooperar en todo lo que pueda.
HC1 ¿Tiene un je fe silencioso, parco, que no la m ira y es
monosilábico? Es difícil trabajar con un jefe así, pero no
imposible. Hágale preguntas que no pueda contestar con
un «sí» o un «no», sino que tengan que ser pensadas y
elaboradas, así estará logrando que su jefe rompa la barre­
ra del silencio y se sienta cómodo.
f g ] ¿Y si su jefe es indeciso? Es mucho más fácil porque él
necesita de usted. Recomiéndele discretamente, con fra­
ses como: - y o le sugeriria...», -usted preferiria...», -e s po­
sible que...». De ninguna manera le diga: -y o haria...», «yo
pienso que...», atentaría contra su autoridad y provocaría
un rechazo en él.
g ] ¿Tiene un jefe que comparte sus intimidades? De ninguna
manera lo acepte. Está aprovechándose de su calidad de
jefe y sobrepasando los límites do las relaciones profesio­
nales. cayendo en las del plano personal e íntimo. Lo más
probable es que, sin darse cuenta, usted pudo haber esti­
mulado esta situación.
r d ¿Qué hacer en este caso? Dígale que usted ya tiene sufi­
cientes problemas personales que atender, que no puede
ayudarlo y que preferiria no conocerlos. Sea cortés pero
enérgica. No se desarme,
g g ¿Es hostil y agresivo? Háblele suavemente, dígate que siente
que su comportamiento es agresivo y que desea conocer
cuáles son los motivos que lo impulsan hacia esa actitud,
que por favor modifique su comportamiento. Escuche lo que
tenga que decirle, no de ninguna respuesta inmediata, agra­
dezca y retírese a meditar.
Todas las personas involucradas en una empresa desean
trabajar en armonía y creatividad para impulsar el desarro­
llo personal. Si después no siente que -a lg o - ha cambiado
estará en libertad de tomar otro tipo de acción en aras de su
dignidad.

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08

¿Su jefe la acosa


sexualmente?
El acoso sexual puede producirse
desde cuando se comete una agresión
física directa hasta una broma con do­
ble sentido, y resulta totalmente ofen­
sivo e inaceptable para quien la reci­
be. Además interfiere y altera el am ­
biente de sana camaradería, y desde
luego repercute directamente en la pro­
ductividad de la acosada, por eso es obli­
gación de las compañías establecer políti­
cas que eviten que inescrupulosos den rienda suelta
a sus bajos instintos.
Una reciente Ley peruana, la 27942, obliga a los
empleadores a capacitar a sus trabajadores sobre las normas y
políticas contra el hostiga4miento sexual en la empresa, y a
adoptar medidas necesarias para que este cese.
El acoso sexual, según la Ley, se manifiesta cuando hay de
por medio una relación jerárquica, y la forma m ás común es la
del jefe con la subalterna. Cuando ocurre esto, la acosada se
encuentra entre la espada y la pared, porque de no aceptar las
«proposiciones» del jefe pone en riesgo su puesto de trabajo.
La mejor manera de frenar un acoso sexual es afrontándolo
firme y seriamente ante el acosador para que cambie su actitud.
Si se siente acosada y el acosador es su jefe, pregúntele si su
actitud o su vestimenta están provocando esta situación. Si así
fuera, corrija su actitud inmediatamente. Si no es así, dígale que
usted no está interesada en él y que este tipo de comportamiento
va en contra de la imagen de una empresa seria y profesional.
Si continúa el acecho, adviértale que tendrá que utilizar otros
canales dentro de la empresa para inform ar sobre su compor­
tamiento. Generalmente suelen cambiar inmediatamente. Y lue­
go que todo está aclarado pueden desarrollarse relaciones co­
rrectas, profesionales y eficientes, hasta llegar a ser buenos
amigos.
La situación que hemos analizado suele ser una bomba ex­
plosiva. Por lo tanto no la comente con nadie y menos con sus
compañeros de labores. Recuerde que tiene que resolverla

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109
personalmente. Pero tampoco olvide que la Ley que mencioné
lineas arriba también la faculta a tomar medidas firmes, como
denunciar a su jefe legalmente, solicitar una indemnización o
dar por terminado el contrato de trabajo.
Pero antes de tomar medidas tan drásticas usted podría con­
versar sobre esta situación a un superior o al departamento de
recursos humanos para que la aconsejen y le presten ayuda.
Lo que jam ás debe permitir es tolerar, bajo ningún motivo, una
situación como esta.
Ciertas situaciones de acoso suelen producirse en almuer­
zos de trabajo y viajes con el jefe. ¿Puede un jefe invitar a al­
morzar a su secretaria? No habrá problemas siempre y cuando
sea, estrictamente, para asuntos de trabajo. Si se trata de un
viaje, evite las reuniones en las habitaciones del hotel, prescin­
da de las copas o los brindis y rehuya todos los lugares y situa­
ciones que considere peligrosos, inapropiados.

¿Debe servirle
el café a su jefe?
Muchas ejecutivas ven con malos ojos y hasta como un acto
denigrante preparar el famoso café para el jefe. ¿Es degradan­
te que una profesional se tome la molestia con un quehacer de
ese tipo? Pues no lo es. en verdad.
Si e s cierto que no existe un contrato que determine que una
secretaria o asistente deba preparar café, esto se toma como
una muestra de cortesía y deferencia para el jefe. Es una muestra
de consideración que, hecha en el momento oportuno, dejará
en todos la imagen de una empleada con mucho tacto y educa­
ción.
Pero también es cierto, que ese cafó, en un momento deter­
minado. puede llegar de las manos de ese jefe. Es una cues­
tión de calidades de persona.
Al igual que el café, existen casos particulares en los que se
sentirá confundida frente a situaciones que no han sido especi­
ficadas oportunamente, y no sabe si hacerlas o no porque...
¿Son parte d e su responsabilidad o es una «viveza» del jefe?
Si su jefe le pide ayuda para com prar regalos para su cónyu­
ge o sus dientes, acepte sin problemas, siempre y cuando esté

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110
dentro de su horario de trabajo. Sin embargo, otro tipo de tareas
que no tienen nada que ver con la oficina, com o mecanografiar
trabajos privados, no deberían ser solicitadas, a menos que sea
fuera del horario de trabajo y con una compensación extra.

Se cree que nadie escoge de


quién va a enamorarse, ni cuán­
do va a surgir el amor. Pero esto
no puede ser excusa para que­
brar los códigos elementales de
ética en el mundo laboral. No
es conveniente establecer amo-

Con la existencia de una reía-


ción amorosa dentro de una empresa,
se suelen generar favoritismos, divulgación de secretos, se
trastocan normas, se hacen comentarios malintencionados, y
hasta se alteran los horarios. Todo esto, com o comprenderá,
rompe con la ética y perjudica mucho a la empresa y la más
perjudicada es usted como mujer.
Así usted sea una persona muy profesional y m antenga una
relación amorosa con algún compañero o jefe sin que afecte su
normal desempeño, quedará expuesta a los comentarios y el
chisme. De igual manera, el día que consiga un logro o recono­
cimiento, más de uno pensará que no es por sus méritos labo­
rales, sino por su afinidad con alguien «especial».
Si, por el contrario, usted es la simple espectadora de un
romance, manténgase como tal. No intervenga, no lo comente,
critique o alabe. La mejor actitud es la del silencio; s i la aplica,
no se meterá en conflictos ni apuros. Recuerde que muchas
veces: «Quien sale de redentor, termina crucificado».
En algunas empresas se prohíbe la contratación d e cónyu­
ges. Y si dos personas que trabajan juntas contraen matrimo­
nio, es ótico que él o ella renuncie o que cambien de área para
evitar conflictos laborales y personales que afecten la producti­
vidad.

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«El que tiene fe
en sí mismo, no necesita
que los demás
crean en él»
M IG U E L D E U N A M U N O

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113
Pautas para ascender
laboralmente
Jefe viene del latín «caput», que significa «cabeza» y es
sinónimo de conductor y guía. Para llegar a serlo n o basta bus­
car un ascenso a toda costa, usted tiene que desarrollar su
personalidad y su trato, sentirse una verdadera lideresa.
Ya habíamos visto en la primera parte de este libro que us­
ted puede programar su mente para convertirse en ganadora,
que los grandes proyectos requieren de una actitud mental po­
sitiva. En el entorno laboral necesitará mucha práctica para lo­
grar un excelente cuadro mental que forme parte d e su desem­
peño diario. Es decir, desarrollar calidad y excelencia.
En su trabajo, en su puesto, en su profesión, tiene respon­
sabilidades específicas, dediqúese a estas con todo su ser. La
«excelencia» exige dosis enormes de trabajo sacrificado, tiene
alma de tirana porque no muestra compasión alguna, no acep­
ta condiciones ni atiende excusas, no perdona errores y castiga
sin piedad «la audacia», descuenta el «apresuramiento» y no
se contenta con lo «simplemente bueno» .
La excelencia n o se queda en lo «mínimo aceptable», no se
deje atrapar por lo «mediocre» porque tiene que conocer que
ello es retroceso, recorta las alas, reduce el campo de visión y
aletarga las facultades.
Para llegar a ser la cabeza de su empresa, busque siempre
lo óptimo, atrévase a caminar en busca de la perfección. No
todo es fácil, debe pagar un precio alto: esfuerzos, sacrificios,
privaciones, incomprensiones, envidias, celos, rumores, insom­
nio... todo esto es normal, nadie ha llegado a ser líder sin haber
pagado derecho de piso. El triunfo no es algo que se da de la
noche a la mañana, sino que se hace poco a poco, paso a
paso, día a día.
(No se detenga, no se estanque!. Nunca se dé por satisfecha
ni cometa el error d e creer que ya alcanzó todo lo que podía.
Alfonso Arau, famoso cineasta mexicano, director de la pelí­
cula «Como agua para chocolate», al narrar el secreto de su
éxito, explica m uy bien lo que he dicho:
«Cuando una persona trabaja muy duro, lo m ás lógico es
que tenga éxito y sea colocada en un pedestal. Cuando se está

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114
allí se siente muy sabroso, pero el secreto es no quedarse más
de dos días porque se te empiezan a acercar las palomas y
acabas convertido en una estatua cubierta de suciedad. Cuan­
do el éxito te lleva al pedestal, debes permanecer allí lo sufi­
ciente para disfrutarlo, pero después tienes que bajarte y volver
a empezar».
Robert Marcóse, conocido banquero, señala en -L a impor­
tancia de las cosas sm importancia», un libro sobre el éxito en el
trabajo, seis factores fundamentales para ascender laboralmente.
Al contrario de lo que mucha gente piensa. Marcóse considera
poco profesional reconocer el ascenso en la ayuda de la -buena
suerte». Esta no existe ¡cada ser humano labra su propia suerte!
Para él, los seis secretos para lograr un ascenso son:
1. Hacer todo, es decir no solo haga lo útil e indispensable,
sino también aquellas labores que puedan parecer se­
cundarias o superfluas.
2. Aquello que haga, hágalo bien, tome un verdadero inte­
rés por lo que hace y acabará disfrutando su trabajo, asi
considere que no corresponde a su vocación.
3. Tenga confianza en s i misma, no se mortifique pensando
que hay otras personas más hábiles que usted, es usled
misma la persona a la que tiene que superar.
4. Nunca subestime a los demás, si bien es cierto que es
importante que tome conciencia del valor de su trabajo,
reconozca los méritos de los demás; si ve que alguien
fue ascendido, no sienta envidia, piense más bien: -¿qué
hizo él que no hice yo?».
5. Mantenga la objetividad y el equilibrio ante los problemas
laborales, nada es tan desastroso como lo parece en el
primer momento, m uchos problemas suelen arreglarse
con facilidad si mantiene la calma.
6. Tenga fe en el -apoyo de afuera», es decir, en lo que está
más allá del entorno físico o laboral, como su propio ta­
lento o personas afines, como su cónyuge o su pareja.
Por mi parte, yo conozco otros cuatro factores dentro de los
cuales usted se debe manejar s i aspira a un ascenso:
Ambición. Es decir, ser más, tener más, hacer más. Entu­
siasmo. Sentir un fuego interno que la lleve a la acción.
Perseverancia. La decisión firme e inquebrantable de llegar
a ser lo que quiere.

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115
Fe. Tener una convicción profunda de que lo logrará.

Cualidades
de un líder
La diferencia entre un líder y un ¡efe es
que el jefe ordena y el líder predica con
el ejem plo. B ob Nelson en su libro
«1001 formas de tomar la iniciativa en
el trabajo», señala que todo líder, en .
relación con sus trabajadores, se ca­
racteriza por tres factores básicos:
1. Inspira a los demás a actuar: es
decir, hace entrar en acción a
sus empleados para alcanzar el
objetivo deseado.
2. Sabe comunicar: porque la comu­
nicación es el medio más eficaz de juntar a los trabajado­
res de una organización. Un líder no solo inspirará a otros
con sus palabras, sino que «pintará visiones fascinantes
del futuro, lo cual motiva al resto a seguirlo».
3. Apoya y facilita: porque el líder sabe respaldar a quienes
trabajan con él, «y en lugar de frenar a sus seguidores,
aplaude sus esfuerzos en voz alta».
Muchos jefes llegan a serlo sin saber precisamente cómo,
sin conocer sus atributos o saber dónde se encuentra el
liderazgo. Si es uno de estos jefes, permítame reflexionar junto
a usted con las acertadas palabras brotadas del fondo del cora­
zón y la razón de Kal Krause:
«El liderazgo no conoce edad ni límites de jerarquía. Es evi­
dente tanto en su presencia como en su ausencia. El liderazgo
está presente en las capitales de las naciones como en los par­
ques infantiles. Se le puede observar en los pies ágiles de los
jóvenes atletas como en los lentos coloquios de los abuelos.
El liderazgo puede estar en el momento del triunfo como en
un instante de oración. Liderazgo es decir sí para asum ir la
responsabilidad adecuada, o decir no para rechazar una tenta­
ción malsana.
El liderazgo no se envanece en la victoria, ni desespera nunca

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116
en la derrota. Porque es una cierta «elegancia de conducta»
que trasciende en todas las circunstancias».
¿Y cómo llevar el liderazgo a la práctica? A continuación le
dejo algunas pautas sobre las cualidades que debe demostrar
una gran lideresa. Encontrará que las reglas de corte­
sía son fundamentales para mejorar no solo sus rela­
ciones con los subordinados sino también su im a­
gen personal:
Un espíritu generoso se preocupa por brindar lo
mejor de sí a sus trabajadores, su mejor disposición y
atención ante cualquier duda o requerimiento. Esta cualidad es
fruto de la bondad y no solo es aplicable para los jefes sino para
toda persona en general.
Las grandes alegrías o las m ás com o profundas tristezas
deben saber controlarse. Como jefa, usted será ejemplo de
comportamiento y no celebrará una buena noticia dando
brincos como un canguro, ni recibirá una noticia sorpren­
dente con la boca abierta y los ojos saltones,
g g Cuando una cosa no le ha salido com o deseaba, contróle­
se y busque la serenidad mental y la estabilidad del cora­
zón para manejar la situación de la mejor manera. Por su
posición en la compañía, está expuesta a múltiples tensio­
nes, propias del trabajo. S i no sabe controlarse y manejar la
crisis con aplomo su imagen frente a sus empleados se irá
devaluando.
^ Ya sea para mantener una conversación o para conocer
mejor a las personas que trabajan con usted, es necesario
saber escuchar. Esto significa dejar hablar a su interlocutor
mientras usted este pensando en otros asuntos, menos en
lo que le están diciendo. Esto causaré una pésima imagen
suya frente a sus empleados, quienes se sentirán desam­
parados con alguien que no tom a en cuenta sus preocupa­
ciones. Recuerde que tal vez escuchando pueda conocer
los motivos por los cuales ese empleado no rinde como
debe. Dios no ha dado dos orejas y una sola boca. Adivine
para qué.
fg j Si un jefe no es comprensivo no es jefe. Para manejar con
tino y prudencia los conflictos de un grupo humano debe
ponerse en el lugar de la otra persona para conocer con
mayor certeza, su verdad; es decir, ponerse en los zapatos

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117
del otro.
ñg| Cervantes dijo en uno de sus libros: «En la llaneza y la hu­
mildad suelen esconderse los regocijos más aventajados».
El hecho de que haya conseguido un lugar importante y
jeíature un grupo o un área, no quiere decir que mantendrá
una actitud arrogante hacia el resto de personas, como una
manera de demostrar que usted es más importante en ese
lugar. Las normas de etiqueta dicen lo contrario, cuanta más
sabiduría posea, mayor humildad expondrá. La persona que
reboza sencillez no solo se hará querer sino también respe­
tar y admirar.
g g Aun en las situaciones m ás críticas una verdadera lideresa
mantiene el optimismo y lo contagia a sus dirigidos. Su ac­
titud es el último bastión cuando la esperanza de todos se
va carcomiendo. Como jefa, no puede mantener la mala
costumbre de ver solo el lado negativo de las cosas, porque
hasta en las situaciones más adversas hay algo positivo
que rescatar. La optimista siempre será más valorada que
la pesimista, lo que no significa desconocer las dificultades
sino buscar hasta el final una solución.
No hace menos, sino más, a la jefa que emplea la amabili-
; dad en el trato con sus empleados. Es el resultado de la
buena educación que, llevada a la oficina, consigue resul­
tados asombrosamente positivos. El distintivo de la cordia­
lidad es la sonrisa. Decía Horacio: «Nada impide decir la
verdad sonriendo». Aunque debe tener criterio para aplicar
esta frase, no le dirá a nadie que está despedido mostrando
una sonrisa de oreja a oreja, ¿verdad?
¿Qué será de usted si llega tarde y es la primera en retirar­
se? No durará mucho en su puesto. Eso es seguro. Como
jefa debe ser un ejemplo de puntualidad, y si tiene que que­
darse horas extras, lo hará sin dudarlo. Dicen que «La pun­
tualidad es cortesía de reyes, deber de caballeros y necesi­
dad de personas de negocios».

Trece errores del jefe


Repase los trece errores fatales que puede cometer un jefe.
Se lo recomienda U. Steven Brown:
1. No aceptar la responsabilidad personal.

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118
2. No desarrollar a sus empleados.
3. Controlar resultados y no pensamientos.
4. Quejarse públicamente.
5. Manejar a todos de la misma manera.
6. Olvidar la importancia de las utilidades.
7. Concentrarse en problemas y no en objetivos.
8. Ser un amigo no un jefe.
9. No establecer normas de conducta.
10. No entrenar a su gente.
11. Permitir la incompetencia.
12. Reconocer solamente empleados estrellas.
13. Manipular a la gente de acuerdo a sus necesidades.

Nunca descuide
cortesía
Una je fa no debe olvidar sus comienzos ni el sacrificio que le
costó conseguirlo. Así como es importante que un empleado
sepa tratar a su jefe, también es correcto que com o jefa ponga
en práctica algunas reglas de cortesía con sus subalternos.
No deje que se le suba a la cabeza su ascenso y maltrate a
sus empleados. Con amenazas no conseguirá nada positivo.
Hay jefes que imponen su autoridad con modales bruscos, lo
que pone en evidencia, no su capacidad de jefe, sino sus limita­
ciones para hacerse obedecer de buenas formas.
Cuando sea necesario hacer una reprim enda a un subal­
terno no deje qu e la ira le gane. Contrólese y la reprimenda
será más objetiva si está tranquila y lo hace a solas. Recuerde
que la com unicación es mejor que la crítica. S i optimiza la
comunicación con las personas que trabajan para usted, los
resultados en su centro laboral serán excelentes. Empiece
cambiando la form a de comunicarse con sus empleados. A
continuación le dejo diez pautas sobre el - S i antes decía, aho­
ra debo decir»:
Así como es importante reír lo es también hacerlo en el
1momento oportuno:
pagt No lance una broma al aire sin antes haber valorado a la
persona que va dirigida.

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119
fgfi Tenga sentido común para captar el estado de ánimo de la
otra persona.
f§g\ Un comentario inoportuno puede resultar inadecuado y pue­
de causar resentimientos.
En cambio uno divertido y sim pático alegrará la reunión.
El buen humor puede evitar discusiones.
Contribuye a mejorar la calidad de su vida
Fgfl El humor también puede sorprender con salidas ocurrentes
que el otro no espera escuchar y le provocan risa.
g |J Haga bromas para aliviar la tensión de la vida diaria.
pgT Sea creativa y disfrute con las personas que lo rodean.
No sea acartonado, sea espontáneo, no programa todo lo
que va a ocurrir en su vida... no piense en las consecuen­
cias: ni trate de adivinar lo que va a suceder, solo viva el
presente, al fin y al cabo es lo único que tiene.
PgT Su atractivo personal aumentará en la medida que los de­
más lo consideren una persona que contagie su buen hu­
mor y optimismo.
g ) Si le ha sucedido un percance y se dio un tremendo golpe...
no maldiga la mesa ni a su pareja por reírse ríase usted
también...
La vida tiene derecho a sorprendemos algunas veces con
situaciones maravillosas y otras con dificultades. Pero está
en la mejor escuela de la vida y tiene que aprender a vivirla
con sentido del humor.
Las llamadas de atención son d e m uy mal gusto cuando se
hacen en público y no consigue n sino atentar contra la
autoestima; en cambio, si un cliente le expresa el buen desem­
peño de este empleado, hágalo conocer a su grupo de trabajo,
felicite a quien se lo merece.
Existe un momento propicio para todo, un momento para
hacer un comentario gracioso que amenice el ritmo de trabajo o
un momento para hacer una reprimenda. Evite tomarse liberta­
des con sus subordinados, que en lugar de estrechar vínculos
marcarán más las distancias.
Por otro lado, si tiene dudas de cómo dirigirse ante un em­
pleado, lo más conveniente es que le consulte primero si puede
tutearlo, si este le da el permiso recién hágalo. En ciertas oca­
siones será más conveniente tratarlo de usted, como cuando

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120
llegan personas de afuera, eso brindará una m ejor imagen de
su empresa.
Hay ocasiones en que el jefe es mucho menor que el subor­
dinado, si ese es su caso, el trato hacia ese em pleado debe ser
el mismo que a sus demás trabajadores, pero con la considera­
ción natural que merece una persona de más edad.
Si usted se hizo acreedora a una felicitación, un reconoci­
miento o un premio por su trabajo, al momento de agradecer no
deje de mencionar a sus empleados y la manera cómo contri­
buyeron en dicho logro, en lo posible mencione el nombre de
cada uno de ellos. Este es uno de los actos de cortesía más
importante de una jefa para con sus empleados.

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« Es bueno tener un final
a cada jomada, pero al final
es la jomada
lo que importa»
U R S U L A K . D E G Ü IN

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123
¿Para qué sirve
la ética?
La filosofía se dedicó a examinar los usos y costumbres de
las personas y a señalar aquellas form as que permitían a una
comunidad vivir en equilibrio y armonía. Esta parte de la filoso­
fía es la ética. La ética nos dice qué actos son los que de ante­
mano se distinguen entre lo bueno y lo malo, lo correcto e inco­
rrecto. lo que es justo e injusto. Desde la ética, lo que es bueno
para usted necesariamente debe ser bueno para los demás, a
menos que no sea ótico.
Y esto trae a colación un tema que suele confundirse con la
ótica, la legalidad. Ética y legalidad no son lo mismo. La legali­
dad le permitirá vivir mejor en relación con las leyes, en otras
palabras, le permitirá convivir en armonía con el resto de perso­
nas; pero la ótica la ayudará a vivir m ejor con su propia con­
ciencia, consigo misma.
Muchas ejecutivas consideran que algunos de los actos que
realizan en su desempeño profesional no son malos porque no
vulneran las leyes del Estado, sin embargo, no meditan en cómo
se sentirían interiormente si cometieran un acto que puede ser
legal pero deshonesto. La ética profesional no es distinta a la
ética personal, la ética es una sola y está presente en todos los
terrenos de su vida.
En su actividad profesional, la ética siempre surgirá de ma­
nera espontánea: cuando tenga que tom ar una decisión con
sus empleados, guardar reserva de información o cambiar de
trabajo. La mayoría de los actos relacionados con la ética esta­
rán determinados, entre otros, por un valor fundamental: la ho­
nestidad.
La honestidad se aprende en la infancia y se practica toda la
vida. Si usted no la aprendió desde pequeña, quizá lo más fácil
será ser honesta solo cuando la están viendo, pero ¿y cuando
nadie la ve?, ¿adiós a los valores, la ética y el buen ejemplo?
¿Será cierto que todo ser humano tiene su precio? Leí en un
artículo que: «Para ser buena, uno debe dejar de ser honrada».
¿Se puede imaginar qué clase de conducta moral puede tener
quien lo pensó y luego lo escribió?
Aquí entran en juego las normas éticas que aprendió desde

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124
la infancia. Si siempre mostró una imagen de persona honrada
y justa, habrá sembrado entre quienes la rodean una excelente
reputación; y cuidar su reputación es lo más importante.
Si lo ve de este modo, quizá no sea su título, su trabajo, su
posición social, su ideología, el dinero o el poder lo más impor­
tante, sino su reputación, pues a través de ella sostendrá aque­
llos otros elementos de su vida que se vuelven com plementa­
rios pues hoy están y mañana... ¿quién sabe? Recuerde a aque­
llos que ostentaron el poder y hoy están juzgados, en cárceles
o prófugos de la justicia.
¿Cómo debe practicar la ótica en el trabajo? Respetando las
reglas, normas y pautas al interior de su empresa, evitando la
••viveza criolla», siendo una persona digna en todos sus actos,
comprometiéndose con la palabra dada y respetándola siempre.
¿Cuáles son los principios y valores centrales q u e debe prac­
ticar? La dignidad, la verdad, la lealtad, la disciplina, el respeto
y la honestidad, entre otros.
Se dice que la diferencia entre e l hombre que
v triunfa y el que fracasa no es la inteligencia o el
\ poder. No es tampoco la oportunidad o la bue-
j na suerte. Es simplemente el punto de vista
moral, ético, decente que tiene y practica.

No trabaje
solo por dinero
Para muchas personas, su motivación laboral
no se encuentra precisamente en el am or al trabajo,
sino en la obligación, la necesidad de «ganarse la
vida» y en «tener un trabajo seguro».
Me encantaría que las personas amaran su trabajo,
que salieran temprano de sus casas pensando no solo
en que ganarán dinero, sino que las hará desarrollarse
personal y profesionalmente, que aplicarán sus cono­
cimientos y contnbuirán al progreso del país.
Si bien es cierto que hay personas que envidian
a otras por su inteligencia, espiritualidad, virtudes,
cultura o moral, las más lo hacen p o r otro tipo de

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125
Gracias a Dios, algunas personas han despertado a otras
alternativas, se están haciendo m ás activas en sus obligacio­
nes y m ás conscientes de las decisiones que toman. Descubra
su «propósito de vida- y alcáncelo a través de su trabajo y su
carrera profesional, viva con la satisfacción de saber que su
trabajo es pieza importante de la gra n maquinaria que mueve al
país y al mundo todos lo días.
No menosprecie su trabajo p o r el hecho de sentir que la
crisis lo agobia. Trabaje con dedicación, identifiqúese con lo
que hace e irá viendo cómo en su em presa comenzarán a tener
un mejor concepto de la tarea q u e desarrolla.
Trabajando con dedicación hallará que el trabajo tiene otras
compensaciones aparte del dinero; el compañerismo, la leal­
tad, la capacitación, son factores que permiten que valga la
pena salir a trabajar todas las mañanas con una sonrisa, como
la que tengo a l levantarme y darle gracias a Dios por un trabajo
y otras bendiciones.

Recuerde que
con el dinero se compra...
Una casa, pero no un hogar,
un libro, pero no la sabiduría;
un aliado, pero no un amigo;
los cosméticos, pero no la gracia natural;
el sexo, pero no el amor;
la fiesta, pero no la felicidad:
las drogas, pero no la paz;
el armamento, pero no la segu ridad;
la medicina, pero no la salud;
la comida, pero no la vida;
un crucifijo, pero no la fe;
un lugar en el cementerio,
mas no en el cielo.
Por lo tanto, fortalezca su espíritu ya que con el dinero no
consigue lo m ás importante, jaunque usted no lo crea!

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¡Acostúmbrese
a decir la verdad!
Ocultar o callar aquello que es necesario que e l jefe sepa es
una forma de mentira, de sacarle la vuelta a su empresa.
Si usted ha obtenido un dato que considera beneficioso para
la empresa, será desleal no revelarlo en su debido momento, y
aún peor si esta información está relacionada directamente con
las funciones que usted desarrolla. Se pueden perder valiosas
oportunidades por culpa de tan grave omisión.
Algunas ejecutivas cometen esta falta sin m ala intención, lo
hacen por ignorancia, por inseguridad, por no estar absoluta­
mente seguras de que la información que tienen e s realmente
valiosa para la empresa.
Una situación grave es cuando, deliberadamente, se deja
de decir la verdad. Esta es una muy mala política porque tarde
o temprano la verdad llega a saberse. «Zozobra la verdad, mas
nunca ahogada la verás», dice sabiamente el refrán.
Lo cierto es que todos los actos de nuestra vida retornan a
nosotros con el mismo peso. Si usted acostumbra a mentir, sus
compañeros harán lo mismo con usted; y recuerde que todo lo
que usted dé con la mano derecha, la vida le devolverá con la
izquierda, pero multiplicado por cinco veces.
Decir la verdad le traerá beneficios pues siempre tendrá
mayor posibilidad d e recibir a cambio lo que usted brinda. «La
verdad es la estrella sin la cual el alma humana n o es más que
noche», solía decir Víctor Hugo.
Un problema para decir la verdad puede ser el verse obliga­
da a dar una mala noticia, a muchos empleados les incomoda
ser portadores de noticias desagradables o dolorosas. En este
caso, le recomiendo ensayar algunas maneras de expresar este
tipo de noticias. No se vea obligada a mentir por e l simple he­
cho de tener que transmitir una noticia negativa.

Empeñe su palabra...
¡y cúmplala!
¿Se ha preguntado cuántas veces ha faltado a su palabra?,
¿recuerda el núm ero de desplantes y desaires que ha cometi­

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127
d o por dejar de cumplir sus promesas? Quizá estas preguntas
le parezcan algo indiscretas, pero es bueno que se las haga
personalmente para que sepa cuán leal es ante la palabra em­
peñada.
Incumplir con lo ofrecido es otra manera frecuente de faltar a
la ótica. Muchas ejecutivas se preocupan demasiado por res­
petar los términos de un contrato firmado en un papel, pero
suelen olvidar aquellos compromisos que se formalizaron solo
de palabra, ¡pregúntele a los políticos!
Es cierto, el incumplimiento d e un contrato puede llevarla a
sufrir un engorroso proceso judicial, lo que representa un alto
costo de tiempo y dinero; ¿pero se ha preguntado cuáles son
las consecuencias de faltar a la palabra empeñada? El alto costo
quizá no se contabilice en dinero, pero estará de acuerdo con­
m igo en que puede hacerle perder valiosas amistades o todo el
respeto que había ganado entre sus colegas y superiores.
Si incumplir un compromiso e s grave, aún más grave será
incumplir varios y acostumbrarse a esta conducta. Lo único que
ganará será perder el respeto ante sí misma, lo que representa
un fracaso personal. ¡No corra riesgos! Ante una propuesta,
mida primero sus posibilidades, y si descubre que no podrá
cumplirla, no se comprometa.
Muchas ejecutivas se han visto obligadas a cambiar de tra­
bajo o trasladarse a otras ciudades por su mala reputación
producto de los tratos incumplidos. Faltar a la palabra empeñada
le creará una pésima imagen ante sus dientes, quienes inclusive
pueden propagar esa mala imagen y echar a perder su carrera.
Carlos Alberto Torres lo deja c la ro :«Recuerde que hay algo
m ás fuerte que el hierro, más duradero que el acero y de más
valor que el oro, ese algo es... la palabra del hombre íntegro».

Practique la ética
incluso cuando va a
renunciar a su trabajo
Todas tenemos derecho a buscar mejores oportunidades en
la vida. Si usted es consciente de que se encuentra bien capa­
citada y desarrolla muy bien su trabajo, seguramente sentirá

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128
que merece ascender en la escala laboral y buscará un trabajo
que le ofrezca mayores oportunidades y mejores beneficios.
Si consigue un nuevo trabajo, será ótico que se conduzca
sobre la base de ciertas reglas que son esenciales para no de­
jar un mal recuerdo ni tenga problemas con su empresa.
Procure hablar con el ejecutivo de mayor rango y expliquele
en los mejores términos la razón de su partida. Si el ejecutivo
es una persona seria, oomprenderá sus razones e inclusive le
deseará suerte en su nueva etapa laboral.
Nunca sugiera que en el caso de mejora de sueldo estaría
dispuesta a quedarse. Eso es un gran desatino pues se parece
mucho a la extorsión. Si lo hace, seguramente habrá perdido
toda la reputación ganada durante tantos años por su desem ­
peño laboral.
Jamás comunique su decisión
a pocos días de partir. Es una gran
descortesía y pondrá en problemas
a la oficina de personal de la em­
presa. Hágalo por lo menos con
un mes de anticipación y, si lo
considera apropiado, ofrézcase
a buscar a la persona que la
reemplazará
Si se desempeña en ven­
tas, puede ocurrirle que otra em­
presa la busque para proponerle
un contrato de trabajo más atrac­
tivo del que ahora tiene. Esto pue­
de suceder no necesariam ente
porque usted es la reina de las ven­
tas, sino porque lo que quieren de
usted es su cartera de clientes.
Sea sensata, antes de tom ar una
decisión, piénselo bien, tómese su
tiempo y analice fríamente la razón
por la que proponen un contrato en
términos más interesantes. Si no
es la cartera de dientes, puede ser
otro tipo de información, indusive
confidendal, que. dado el mo-

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129
mentó, buscarán extraérsela.
Pero la Idea también puede partir de usted misma, es decir
ofrecer información a otra empresa a cam bio de un jugoso con­
trato. Este comportamiento está totalmente reñido con la ética.
Además, ¿se ha puesto a pensar cuánto tiem po más duraría en
la nueva empresa luego de proporcionar la información que
necesitan?
Sea prudente y piense que si la empresa en la que actual­
mente trabaja cumple puntualmente con su remuneración, le
ofrece todos sus derechos laborales y tiene el mejor concepto
de usted y del trabajo que desarrolla, merece a cam bio su leal­
tad y un comportamiento ético y honesto en todo momento.
Si tiene que retirarse de todas maneras, sea honrada para
no divulgar datos, información confidencial, o robarse la propie­
dad intelectual, como me ha sucedido con alguna profesora
que se llevó mi temario para dietario en otro lugar. No duró
mucho porque la falta de ética se paga.

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«Al hablar uno debe
cuidarse de tres cosas:
• Hablar antes de ser interrogado,
se llama indiscreción.
• No hablar cuando se nos
pregunta, se llama
ralta de delicadeza.
• Hablar sin reparar en el
estado de ánimo de la persona
con quien se habla,
se llama ceguera»
C O N F U C IO

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Protocolo y
relacio n es públicas
Cada vez e s m ás evidente que todo
cuanto nos rodea comunica y en una em­
presa. escritorios, uniformes, papelería, colo­
res de las paredes, todo está enviando mensa­
jes a los jefes, socios, clientes y empleados.
Las relaciones públicas de una empresa
se hacen a partir de la evaluación e identi-
ficación de la política que una em presa r-\
adoptará para mejorar su imagen o captar •
el interés del público.
El protocolo se entendía solo como
una parte de las relaciones oficiales y
diplomáticas, pero hoy se ha extendi­
do a los círculos políticos, financieros,
económicos y empresariales. En una pala­
bra, a todo el campo laboral.
El protocolo es la etiqueta en las relacio­
nes profesionales. Con el protocolo se perfecciona la actividad
empresarial, y no solo entre una empresa y sus clientes exter­
nos, sino también dentro de una empresa, mejorando las rela­
ciones personales con los clientes internos, es decir, con todos
sus compañeros de trabajo.

¿Quién es un
cliente?
Es verdad que esta pregunta debería hacérsela cualquier
empleada, pues todas somos relacionistas públicas de la em­
presa donde trabajamos, sin embargo, es de importancia espe­
cial para quien tiene a su cargo la imagen de la empresa.
Preguntarse quién es un cliente mejorará su trabajo como
empleada y m ás aún si se desempeña como relacionista publi­
ca, pues buscando la respuesta irá conociendo el perfil del cliente
promedio, sus preferencias, modo de vida, necesidades bási­
cas y su idea de lo que es para él una empresa.

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134
«Cli» viene de una palabra en lalin que significa «auxilio,
xxirro» y «ente» significa «persona». Toda persona
jue solicita un servicio se convierte en su cliente y
usted en proveedor de su servicio.
¿Qué desea un cliente? Quiere atención, forma­
lidad. interés personal, sen/icio de confianza, infor-
.....ción, satisfacción, sentirse importante, que no lo sub­
estimen. buenos modales, honradez, que se interesen por sus
problemas personales, educación y halagos sinceros.
g g Un cliente es la persona más importante en cualquier em­
presa.
=6T) No es solo dinero en la caja registradora, es un ser humano
con los sentimientos iguales a los suyos y merece ser trata­
do con todo respeto.
gg¡ El cliente no es una interrupción, es el principal propósito.
¿Cree usted que el cliente le hace un favor cuando recurre
a su empresa? El cliente es parte de su negocio, no es un
extraño.
El cliente es una persona que tiene necesidades y deseos.
Es su deber satisfacerlo debidamente y merece la atención
más cortés que pueda darle, es la vida misma d e lodo ne­
gocio.
ES El cliente hace prosperar a la empresa para la cual trabaja,
debe ser su amigo, sin él tendría que cerrar las puertas del
negocio o de su trabajo. |Q ue esto nunca se le olvide!

Como se atiende
El público y los clientes son la razón de ser de todo acto,
ceremonia o evento social que comprometa la imagen de la
compañía, por lo tanto, el trato es la principal arma a la hora de
tratar con el público.
Las reglas generales para una excelente atención al público
no discrim ina ninguna de las opciones d e se r anfitriona,
impulsora, promotora, vendedora o propagandista. En todas
estas funciones de promoción, secretaria, recepcionista y aten­
ción al cliente el trato y desenvolvimiento serán los mismos:

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PiSl Salude a todas las personas que asistan con los términos
adecuados «buenos días, tardes o noches» y nunca «bue­
nas» a secas que no es la forma de saludar, no expresa
nada.
f¡g¡\ Mencione «señor», «señora», «joven», «señorita» después
de saludar, y al referirse a alguna otra situación: «sí señor»
o «si señora», según sea el caso,
g g Trate de «usted» a todas las personas del entorno, aun­
que sean jóvenes,
g g N o m astique chicle, es de pésim o gusto, aunque en
Norteamérica sea una costumbre, usted no rumie como las
vacas.
Eg| En lugares donde hay mucha aglomeración de público ten­
ga a flor de labios las expresiones de «bienvenido», «con
mucho gusto», «encantada», «por favor», «muchas gra­
cias», «gracias por haber venido», etc.
g g Camine a un ritmo normal. Aunque esté apurada, no corra,
el público no debe sentir su apuro.
e g j Esté atenta a todo lo que sucede a su alrededor. Utilice su
criterio, tino, iniciativa, educación y seguridad,
g g Practique la moderación en todo momento, no bese a los
invitados, aunque los conozca, tampoco los toque.
0gJ No confunda el evento social con su trabajo.
¡ag Esfuércese para que el invitado se sienta com o en su casa
¡engreído com o un bebé!
N o sa lg a a tra b a ja r con e sco te s p ro fu n d o s e
insinuantes, o con ropa provocativa, no la conducirán
a nada bueno y honesto.
Si está con otra compañera no esté pegada a ella
conversando o cuchicheando, cada una debe desa­
rrollar su trabajo sola, para eso le están pagando sus
servicios.
Si está trabajando, no puede comer aun si los invitados lo
hacen, aunque la inviten a sus mesas o insista el jefe o la per­
sona que la contrató. Solo lo podrá hacer cuando termine su
trabajo.
g g No puede quejarse del hambre que pueda sentir, solo le
queda aguantar.
3 En todo caso, si se conoce y sabe que va a sentir deseos

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de comer algo, hágalo anles de salir a trabajar, tampoco se
trata de ir demasiado satisfecha porque le dará modorra
por la digestión.
g g Está prohibida la posición d e espectadora cuando trabaja,
tendrá que circular en la reunión o en la posición del trabajo
encomendado.
« g Si tiene que perderse un show por trabajar, lo hará sin rene­
gar ni quejarse, ya sabía que estaba contratada para traba­
ja r no para sentarse a mirar lo que sucede en el escenario.
flg j Cuando trabaja atendiendo al público no debe fumar, ni sen­
tarse en las mesas que están destinadas a los invitados,
t g La conversación que tenga durante el evento debe ser inte­
resante y agradable, no puede tocar temas relacionados
con el trabajo que está desempeñando, ni comentar los pro­
blemas internos suscitados antes del evento, ni asuntos fa­
miliares que a nadie interesan, y menos aún sobre la remu­
neración percibida.
g f l ¡Cuidado con la bebidal la ocasión invita a beber, y si no
mantiene el control es fácil embriagarse. El espectáculo
podría ser deprimente. Además de perjudicar su imagen y
su nombre, perderá toda opción de trabajos futuros.
ñST No lleve bolsas de plástico a su lugar de trabajo, son feas.
pgí No hable de tarifas ni aproveche la ocasión para pedir au­
mentos y/o promesas para futuros contratos de trabajo. Estos
le llegarán si deja una buena imagen de su desempeño.
3¡g Respete el horario para entrar y salir de su trabajo, tómese
su tiempo y no llegue agitada y transpirada.
ft* \ No hable en secreto con nadie ni en otro idioma delante de
los invitados.
fg ¡ No se junte en grupos con los invitados o con los compañe­
ros de trabajo, no pierda el tiempo. La contrataron para tra­
bajar.
S ¡ No se le ocurra llevar niños a su centro de trabajo, no jue­
gue con los niños si están e n la reunión, sea amable con
ellos y vea que no interrumpan en el evento.
S ¡ Sonría siempre y muéstrese segura y confiada, pero recuer­
de que no debe tocar a los invitados, tampoco gritar, levan­
tar la voz o hacer señales con las manos.
ñSfl No use lentes con lunas oscuras o de sol en lugares cerra-

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137
dos com o oficinas, restaurantes, iglesias, elevadores, clíni­
cas, cines o teatros.
g j Si en su trabajo debe colocar banderolas, revise que las
letras estén bien ubicadas al ponerlas y no al revés. Si pue­
de, ensaye antes.
Si entrega un certificado o u n diploma, enséñelo con el con­
tenido hacia afuera y derecho, no tape el contenido ni lo
lleve boca abajo, las fotos se reproducen asi.
Los trofeos o diplomas se tom an con las dos manos y se
1 llevan de esa misma manera para ser entregados.
Si entrega flores, llévelas sobre el lado izquierdo, recosta­
das y las entrega con la mano y brazo derecho extendido.
Por favor ¡no bese a nadie mientras trabaja! No me cansaré
de repetido jamás,
fg ) Reconozca con anticipación el escenario, teatro, jardín o
patio donde trabajará, el lugar debe ser familiar para usted
antes del evento, de esta manera evitará tropiezos, incon­
venientes y momentos embarazosos.
Revise la lista de los invitados con los nombres y apellidos,
el número de mesas y sillas, determine la ubicación del área,
fíjese dónde está ubicada la playa de estacionamiento de
automóviles, dónde están los baños, la cocina, la recep­
ción, si están en orden los folletos, las flores, los diplomas o
trofeos, revise bien los programas, los horarios, los tumos.
No deje nada al azar.
fag) Ubique a los invitados pero n o los siente ni les jale las sillas,
fíjese que estén bien atendidos en las mesas, pero usted
no debe hacerlo, esa es función de los mozos o de las per­
sonas que se han contratado.

Al caminar delante d e los invitados, voltee de vez en


cuando para ver si la están siguiendo, muchas veces
se quedan conversando con amigos, no los pierda de
vista, es doble trabajo para usted el volver a encon­
trarlos.
No interrumpa el paso de los invitados parándose
en los pasillos o estorbando en el camino.
Muestre especial cortesía y educación con las personas im­
pedidas o con habilidades diferentes. Respete y no utilice los
lugares ni espacios permitidos solo para ellos. No se haga de la

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138
vista gorda ni crea que nadie la ve. ¡La viveza criolla no tiene
cabida en la vida diaria si queremos recuperar los valores per­
didos!
fg ¡ No lleve objetos de valor ni dinero en la cartera o en el ma­
letín de trabajo, no siempre puede dejarlos en un lugar se­
guro, averigüe con anticipación si contará con un casillero
con candado y llave o cajón de un escritono para guardar
sus artículos personales.
pgl Si tiene que arreglarse y cambiarse de ropa en el lugar de
trabajo, sea precavida y lleve todo lo que va a necesitar. Por
favor, no pida prestado, da una imagen m uy poco profesio­
nal, además es un problema de higiene y estética.
No permita bromas, tomaduras de pelo, chistes subidos de
tono o de doble sentido ni vulgaridades de ninguna espe­
cie. «Respetos guardan respetos- y más cuando está us­
ted trabajando.
Por ningún motivo acepte una invitación para bailar con un
invitado, con el jefe o con sus hijos, recuerde que la contra­
taron para realizar un trabajo y no para que divierta a nadie.
Tenga en cuenta un lema muy especial: «Los invitados y los
jefes son intocables», es decir jfrutas prohibidas!
Recuerde siempre no tirar las puertas y tocar antes de in­
gresar a una habitación u oficina.
PCT En este tipo d e trabajo se tiene que demostrar que se pue­
de compartir espacio y respeto con las demás personas...
«¡La cortesía no cuesta nada pero gana todo!
HSf Si por casualidad descubre un romance, manténgase ale-
~ jada com o espectadora, niéguese a intervenir o participar,
diga no a toda clase de rumores.
f t f l No acepte confesiones íntimas y tampoco haga comenta­
rios al respecto, no critique lo que sucede. Una actitud de
silencio es siempre la más acertada y no le traerá conse­
cuencias.
pgi ¿Le duelen los pies y está cansada? Jamás se saque los
zapatos, |no le volverán a entrarl Trate de comprar zapatos
de muy buena calidad y que sean cómodos, del número
correcto. No pida zapatos prestados, es un artículo muy
personal.
Busque la postura correcta para descansar sin recostarse o

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139
apoyarse en las sillas, pared o barandas, no le puede de­
mostrar a los invitados su cansanoo.
f f f l Si su trabajo lo debe realizar de pie, busque conocer cual
es la parada oficial, la posición de un pie delante del otro
formando una T. y no olvide cuidar las manos y brazos, no
los cruce, es señal de cansancio y aburrimiento. Todos los
invitados la observan y comentan. Cuide el lenguaje de su
cuerpo.
gg] Si tiene problemas en la columna, callos, juanetes, mareos
o es de salud débil, no acepte este tipo de trabajo, solo le
traerá problemas.
x * ¿Tiene que retocarse 7 Recuerde que nunca en público, es
~ señal de pésima educación, excúsese y vaya al tocador
(como se dará cuenta, no me he refendo al baño).
^ ¿Cuándo es el momento de comer, tomar café, fumar, qui-
tarse los zapatos y darse un buen baño caliente y descan­
sar?: solo cuando se vayan los invitados o cuando haya
terminado su turno y esté en su casa, hacerlo antes es
mostrar mala educación.

La tarjeta
de presentación
El mundo ejecutivo está plagado de tarjetas de presenta­
ción. Pero el uso de estas cartulinas rectangulares que nos es­
meramos en entregar a todo el mundo y también recibimos a
diestra y siniestra, tiene sus reglas de etiqueta:
3g¡ Su tarjeta de presentación es también la de su compañía,
las representa a ambas. Por eso debe resumir dos caracte­
rísticas: senciliez y buen gusto.
ifg*, El tamaño estándar es de nueve centímetros de largo por
cinco y medio de ancho, elaboradas con un material resis­
tente y de buena calidad, de tal manera que pueda entrar
fácilmente en su portatarjetas. nunca las use dentro de su
bolsillo.
Siempre estará actualizada y conservada en perfecto esta­
do. Si está suda o dañada es preferible no entregarla, puesto
que la tarjeta que entrega es la imagen que proyecta en los
demás profesionales. Acuérdese que ¡así como la ven, la

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140
tratan!
gg No e s elegante diseñar tarjetas de formas extrañas o de
colores llamativos que hieran el buen gusto. Casi siempre
el color es el blanco, salvo los pasteles. La sobriedad en
una tarjeta de presentación es sinónimo de distinción,
gg Las tarjetas de presentación no son de exclusividad mas­
culina. Es correcto y necesario que la m ujer que trabaja
tenga también sus propias tarjetas. Sin em bargo, no exis­
ten tarjetas «masculinas» y -femeninas». Todas tienen el
mismo diseño, tamaño y color,
gg El texto debe ser breve, con los datos elementales: logotipo
y nombre de la empresa, nombres y apellidos completos,
su cargo, dirección postal y electrónica; puede añadir su
página web además de los teléfonos fijos y fax. El número
del celular solo si k) usa para el trabajo, de lo contrario debe
ser privado.
gg Está permitido colocar el título que tiene: doctor, ingeniero,
gerente, arquitecta, pintora, escritora, entre otros.
fS I Si su padre tiene su mismo nombre, no olvide colocar sus
dos apellidos. Y en su tarjeta no ponga «hijo» o «Jr.» (Jú­
nior, anglicismo que equivale a hijo), e s de pésimo gusto.
pg] No se colocan las palabras «Señora», «Señorita» o «Se­
ñor» antes del nombre. En algunos países aún se coloca,
en caso de viudez, el nombre de la señora: «Yolanda Figallo
viuda d e Holler» pero no es necesario.
f g j Si usted es divorciada, es de nuevo soltera. A sí debe apa­
recer e n su tarjeta de presentación,
e g Las tarjetas de negocios son totalmente diferentes a las tar­
jetas llamadas de visita. Estas se utilizan sin mayores da­
tos. safvo el nombre y apellido. Los datos adicionales se
escriben al momento de ser entregadas, y se utilizan para
enviar regalos, flores, o escribir una nota de pósame o feli­
citación.
pg* Se acostumbra también, cumpliendo ciertas norm as de la
etiqueta de hoy. usar tarjetas con los nombres y apellidos
de ambos cónyuges: Jesús Ochoa Zavala y, en el región
seguido. Elsa Durand Art-Nissen. En este caso, no se colo­
ca el título de doctor,
g j Cuando llegue a su cita de negocios entréguele su tarjeta a

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141
la secretaria, al mismo tiempo que menciona e l nombre de
la persona con quien tiene la cita, para que ella pueda ma­
nejar la situación.
^ St usted llegó a la hora señalada y la persona está ausente,
e s correcto dejarle su tarjeta com o testimonio fiel que estu­
vo presente a la hora indicada. Lo correcto es que la llamen
para disculparse y concertar una nueva cita.
agí Nunca olvide que su tarjeta no es un volante para repartirla
a diestra y siniestra. Es muy importante ser oportuna y ac­
tuar con soltura, jamás demuestre desesperación por en­
tregar su tarjeta, la idea es que la reciba quien realmente
tenga interés en comunicarse con usted.
Si está en una reunión, deberá haber sido presentada an­
tes de entregarla. Es de uso común haber entablado una
conversación previa en la que el curso de la conversación
propicie el intercambio de tarjetas.
Si usted recibe una tarjeta, lo menos que puede hacer so-
—1 bre la base de la buena educación, es entregar también la
suya.
■451 Si está interesada en que una persona en especial tenga
su tarjeta, haga que alguien la presente primero y entrégue-
sela luego de entablar un diálogo.
^ V por favor, jamás entregue una tarjeta en la m esa mientras
” esté comiendo.

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«La cazuela de dos
asociados no esta
ni caliente ni fría»
T A LM U D ( S i g l o II)

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145
Agasajos y
negocios
Los agasajos en los negocios son comunes, y los realizan
generalmente los gerentes o altos ejecutivos de la empresa hacia
sus principales clientes. La organización de un agasajo contará
siempre con la asesoría de la oficina de protocolo de la empre­
sa, porque uno de los principales objetivos del agasajo es me­
jorar la imagen de la compañía.
Para lograrlo, tenga m uy claro cuáles son las razones para
agasajar en los negocios. Se organiza un agasajo fundamen­
talmente por tres razones:
1 . Por afecto.
2 . Por agradecimiento.
3. Por interés... aunque cueste admitirlo.
De estas tres razones se desprenden otras diversas. Si us­
ted es gerente o alta ejecutiva d e su empresa, puede agasajar:
1 . Para devolver la hospitalidad que le han ofrecido.
2 . A fin de conocer a una persona que le pueda interesar
como posible colaborador, socio o miembro en su negocio o
trabajo.
3. Para devolver, solicitar favores, o ambas cosas.
4. Para que conozca a la competencia, averigüe sus objeti­
vos, u obtenga cooperación en cuestiones de interés común.
5. Para averiguar y enriquecer a su clientela.
6. Para atraer a su campo a personas de interés.
7. Para convencer a los dudosos.
8. Para encontrar solución oportuna de un determinado pro­
blema.
9. Para iniciar o cerrar una operación.
10. Para celebrar un triunfo.
11 . Para agradecer la destacada labor de una colaboradora
o colega.
12. Para honrar a una personalidad, institución o empresa.
13. Para lanzar una personalidad, un producto o un servicio.
14. Para darse a conocer.
15. Para informar sobre una realidad o aclarar una situación.
16. Para transmitir un mensaje.
17. Y para un largo etcétera.

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Sin embargo, no olvide que la elección de un tipo o modo de
agasajo está en función de los objetivos trazados los medios
económicos, medios humanos y técnicos, y el tiempo del que
dispone para ello.
La manera más usual de agasajar es mediante una comida,
organizando desayunos, almuerzos, cenas, banquetes, un cóctel
o recepción.
En cuaquiera de las formas, se hace con gente que estará
colocada de un modo determinado para asegurar la eficacia del
agasajo. V para ello existe una manera correcta de situar a las
personas, a través de las precedencias.
La precedencia es la primacía o preferencia en el lugar y
asiento. Indica la colocación de las personas en u r determina­
do orden, de acuerdo a su rango, nivel o relevancia.
Dentro de un sentido estricto, el orden va en virtud del nivel
o rango oficial establecido por una norma legal, tradición o uso;
pero en sentido amplio, en virtud de su importancia real dentro
de la aocitdad. Es decir, «que estén en su sitio» quienes si lo
tienen en in a relación oficial, y quienes «siendo importantes» y
no lo tienen, tengan también un lugar preferencial. como una
gran escritora, jurista, banquera, pintora o periodista.
Pero la precedencia hay que aplicarla con flexibilidad, nunca
con rigidez, es una guía, no un cinturón de castidad ni un corsé.
Tampoco olvide que ante un invitado importante, los ejecuti­
vos de mayor rango en la empresa serán los anfitriones.
S i se trata de un evento especial y el invitado es un empre­
sario o ejecutivo importante, recíbalo en la puerta. La persona
encargada será el jefe de relaciones públicas. Si la visita es un
Ministro o su equivalente, entonces será el Presidente de la
empresa quien lo reciba.

¿Dónde y cuándo
se realiza el agasajo?
El desayuno d e negocios. Puede comenzar por invitar a
un desayuno de negocios, considerando que, como ejecutiva
que invita a tempranas horas, estará bien descansada para
comenzar a tratar asuntos de trabajo.
Este desayuno puede llevarlo a cabo tanto en casa como en

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un sitie público: cafeterías, hoteles, coffee sheos, co­
medores empresariales, el propio despacho o clubes.
Será de corta duración, aproximadamente sesenta
minutos, y la hora correcta para invitar es entre las
siete y nueve de la mañana.
En cuanto a la indumentaria, será la misma que usa
para la oficina.
g g Si invita a un ciudadano inglés, por favor, además del desa­
yuno continental, con cafó o té y tostadas, no deje de po­
nerle huevos, salchichas y tocino.
E l alm uerzo d e negocios. Si desea puede agasajarlo con
un almuerzo de negocios, que tendrá lugar generalmente en un
restaurante, club privado o en su propio despacho.
. £ ] Lo importante es que el servido sea rápido. Se almuerza
viandas ligeras y no muchos platos. Se pueden ofrecer ape­
ritivos y viro. Pero no insista si al invitado no le provoca
ingerir alcohol a esa hora.
Si el almuerzo es en su casa, se requerirá mucha puntuali­
dad de parte de los invitados com o de la anfitriona. El a l­
muerzo tendrá una duración de entre una y dos horas.
qSI También puede invitar almuerzos rápidos, son reuniones
que no duran m ás de una hora. Si hay ejecutivas y son
compañeras de trabajo, solo se exige un cordial saludo, nada
de besitos. Se ubicarán sin protocolo en la mesa,
sg] También puede organizar almuerzos o cenas en su casa. Si
se trata de un almuerzo, no pueden asistir las esposas ni
esposos de los ejecutivos; tampoco el suyo.
■<i La cena en cambio tiene otro carácter, aquí s í pueden estar
presentes las esposas y esposos, empezando por el suyo.

Organícese
para esa com ida con anticipación
Debido a su trabajo, usted puede conformar una comitiva
que organice un almuerzo o cena de camaradería entre com­
pañeros de traoajo o personal de su empresa. También podría
organizar una comida de negocios y ser la anfitriona junto a un
ejecutivo.

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Es imprescindible que en comidas de ese tipo todo camine
de maravilla, desde el momento en que se escoge el restauran­
te hasta la hora en que se cierra el negocio con un buen vino.
Los pormenores de esta comida empiezan, com o ya dije,
con la elección del mejor restaurante. Si bien no es necesario
que sea uno caro y demasiado lujoso, cerciórese al menos de
que tenga aquellos servicios que lo identifican como un restau­
rante fino, cuyo servicio deje satisfechos a sus invitados.
Le recomiendo que conozca al menos cuatro buenos res­
taurantes. de manera que pueda elegir el que se ajusta mejor a
sus necesidades. Sabrá que está eligiendo un buen restauran­
te, cuando tiene:
Personalidad.
r£ ¡ Reputación por su buena comida.
SO Buena mantelería, cristalería, vajilla y cubertería.
j^ J Personal que ofrece un excelente servicio: son amables,
educados y simpáticos.
Un maitre.
3 ? Un bar.
3 3 Comedores reservados, confortables e íntimos.
rgfl Una atención que hace sentir a los clientes amigos de la
casa.
3 3 ValQt parking (aparcador de autos) y un parqueo privado.

No olvide
las reservaciones
¿Se imagina si una vez que llega con sus invitados a la puerta
del restaurante, el m aitre le dice que no hay mesas disponi­
bles? Lo que pudo ser una excelente oportunidad para cerrar
un buen negocio o iniciar un vínculo de comunicación perma­
nente con una nueva compañía, podría convertirse en una pe­
nosa situación.
No es raro ver ejecutivos con cargos importantes
pasando este tipo de apuros. La mayoría de restau­
rantes de alta categoría funcionan bajo la formali­
dad de reservación, es decir, separar con anticipa­
ción una mesa de manera personal o por teléfono.

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Procure hacer su reservación al menos con una semana de
anticipación.
Cerciórese de que e l administrador del restaurante tome
conciencia de que su comida es muy Importante.
Informe el número d e comensales y el día y la hora exactas
de la comida.
rSfl Averigüe previamente si uno de sus invitados requiere de
atención especial.

f Intente separar la m esa que mejor se adecúe a sus fines.


Reserve una que le garantice privacidad.
Pregunte cuál es la especialidad de la casa, qué comida y
vino quedarán m ejor con su tipo de reunión.
3 3 Consulte qué tarjetas de crédito se aceptan.
Revise cuál es la capacidad del estacionamiento.
¿¡gt Pregunte si el restaurante exige un tipo de vestimenta es­
pecial.
¿ g En fin, no deje nada al azar, cerciórese de que todo salga
perfecto.
Y no olvide que de ocurrir un imprevisto y tiene que cancelar
su reservación, lo hará cuanto antes. Cancelar una reservación
a último momento es una evidente falta de respeto y se la pue­
den cobrar.
Al llegar al restaurante y el grupo está compuesto por da­
mas y caballeros, son los caballeros quienes abrirán la puerta a
las damas y dirigirán todos los movimientos. Como anfitriona.
usted debe recibir a sus invitados en la puerta.
Será el m ailre o encargado del restaurante quien conducirá
su grupo a la mesa. Una costumbre es tomar un aperitivo en el
bar mientras se espera que lleguen todos los invitados o que
terminen de disponer la mesa.
A la hora de tomar asiento, usted y el otro anfitrión ocuparán
los extremos de la m esa. Procure intercalar a sus invitados por
sexo, trate de que no se sienten dos hombres juntos ni dos
mujeres juntas.
Como es un alm uerzo de negocios, no espere que uno de
los varones la ayude a sentarse retirándole la silla.

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Eligiendo
el menú
El m aitre o m ozo ofrecerá una carta a cada comensal, em­
pezando por las damas. Para hacer los pedidos se procede de
la siguiente manera:
Su compañero anfitrión preguntará a las dam as si ya han
decidido.
a g Las damas no se dirigirán al m ozo sino a los anfitriones,
quienes comunicarán su elección, salvo si el número de
invitados es grande.
^ Se harán los pedidos empezando por las damas. Es bien
visto que el anfitrión haga también el pedido de los caballe­
ros, este es un gesto que pinta de cuerpo entero a una per­
sona elegante y cortés,
g g El desenvolvimiento en una m esa de restaurante es similar
al de una mesa cualquiera. La única diferencia
es que en algunos restaurantes encontrará pa­
lillos de dientes en la s mesas. (Olvídese que
están ahí! Usarlos será desagradable para las
personas que la acompañan.

El vino:
sus reglas
Una comida de negocios no estará completa sin
la compañía del vino. La bebida ha estado presente
desde tiempos remotos en las mesas de persona­
je s célebres y en grandes ocasiones.
El vino es una bebida que se obtiene de la fer­
mentación de las uvas. Debido a que existen va­
riedades diversas de uvas, existen también di­
versos sabores de vinos: básicamente las uvas
son blancas y tintas y crecen en diversas par­
tes del mundo.
Las variedades blancas m ás importan­
tes son: Chardonnay (considerado por
los entendidos como la uva reina de las

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uvas blancas) Sauvignon Blanc, Sémillon, Gewurztraminer y
°in o t Grigio.
Y de las variedades tintas las más importantes son: Cabemet
Sauvignon (considerada la uva reina) Meriot, Malbec, Pinol Noir,
Tempramllo y Zinfandel.
Se elaboran vinos blancos de uvas blancas y vinos tintos de
uvas tintas. Pero también se hacen vinos blancos de uvas tintas,
sencillamente porque las cáscaras son las que añaden el color.
Retiradas las cáscaras, ambos tipos tienen la pulpa incolora.
H ay varios tipos de vino
L o s vin os blancos. Se obtienen de la fermentación de uvas
blancas o de tintas sin cáscara.
Los vinos tintos. Son el resultado de la fermentación de
uvas tintas con cáscara, lo que añade el color.
Los vin os espum osos. Necesitan una segunda fermenta­
ción. Esta segunda fermentación se realiza en envase cerrado
para evitar que el gas producido se escape. El más famoso de
ios vinos espumosos es el Champagne (Francia).
Los vinos rosados. Son producto de corta fermentación,
con las cáscaras, de variedades tintas, por eso su color es muy
tenue.
Los vin os licorosos. Son aquellos vinos a los que se les
agrega alcohol para tener una m ayor graduación alcohólica
(jerez, oporto. madeira, etc.).
¿Cuál es el m ejor vino?
Como hemos visto, hay variedad de vinos. Distintos también
son los países que lo elaboran. Los mayores productores son
Francia, Italia, España y Estados Unidos.
Todos ellos elaboran sus vinos según su estilo, su tradición,
su gastronomía, su cultura, es por eso que a la pregunta que
encabeza esta página debo contestar: el vino que a uno le gus­
te. Es cierto que hay muy buenos vinos representativos de cada
país pero sobre gustos y colores...
Cuando tenga la oportunidad de probar alguno hágalo de
manera curiosa y sin menosprecio, sea cual fuese su proce­
dencia. Es como abrir un regalo, no sabemos nunca con qué
sorpresas nos podemos encontrar.
El vino en casa
Las visitas pueden llegar en cualquier momento, las cele­

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braciones. los ascensos, siempre serán una oportunidad para
descorchar una botella de vino, en especial, un espumoso.
Sería estupendo tener un pequeño lugar donde guardar las
botellas de vino y obtener, si nuestra economía lo permite, ca­
vas refrigeradas que hoy existen en el mercado y que permiten
la mejor conservación del vino.
No debe faltamos un par de botellas de vino blanco, de co­
secha reciente (muy jóvenes) un par de vinos tintos y un par de
espumosos para cualquier eventualidad.
Los vinos blancos se sin/en fríos, ojo, NO helados, a una
temperatura de 8 a 10 grados. Los blancos dulces (cosecha
tardía o la te harves', sautem es) deben servirse a 5 o 6 grados.
Los vinos rosados se sirven fríos, a una temperatura de 10 a
12 grados
Los vinos espumosos se sirven m uy fríos, de 6 a 8 grados.
Los tintos debemos servirlos a 16 a 18 grados de tem pe­
ratura.
Muchos se estarán preguntando acerca de k> que se dice
siempre respecto a servirlos a la temperatura del ambiente. Y
es derlo, pero esa Irase es relativa. Si usted está en Huaraz a
una temperatura de 12 o 14 grados y el vino tinto debe servirse
a 18 grados, ¿qué deberá hacer?, pues necesitará cham brear
el vino, es decir, calentarlo hasta llegar a la temperatura ideal.
La manera m ás sencilla de cham brear eI vino es llevarlo a
un lugar cálido (muy cerca de la cocina por ejemplo, pero no
tanto) o poner la botella en agua a 21 grados.
Y si mi amigo lector se encuentra en la ciudad de Lima en
pleno verano, en una terraza, con una temperatura de 25 gra­
dos, ¿qué deberá hacer?, pues todo lo contrario, enfriar el vino.
Lo puede hacer fácilmente poniendo la botella en una hilera
con pocos cubos de hielo para evitar que el vino pierda equili­
brio. pues el alcohol empieza a evaporarse y produce un denso
aroma que oculta s j carácter. Notará usted la diferencia que
hay entre un vino caliente y un vino a la temperatura adecuada,
se lo aseguro.
Una manera sencilla de tener control de temperatura es uti­
lizando los termómetros caseros. Ahora, si desea hacerla de
manera profesional, encontrará múltiples modelos de termóme­
tros en las tiendas especializadas.

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El m aridaje: com binación vino-com ida
No hay nada mejor que sentarse a la mesa y compartir con
los amigos o familiares una grata conversación y acompañar
todo esto con una buena botella de vino.
La pregunta es: ¿qué vino es el adecuado para el
almuerzo o la cena preparada? En este caso, es nece­
sario tener en cuenta el mandaje.
El maridaje es el arte de combinar la comida con
el vino y se apoya en diversos puntos básicos:
Regla de oro: La intensidad gustativa del vino debe ir en
relación con la del plato, para que ninguno de ellos se quede
corto y domine los sabores del otro.
Un plato con mucha acidez requiere de un vino con alta
acidez (un se viche con un Sauvignon blanc. por ejemplo).
-g* Los platos salados pueden necesitar un toque de dulzura
en el vino.
g Los platos especiados deberán ser acompañados con vi­
nos que en sus características se encuentren los aromas y
sabores especiados.
-g f Las carnes de caza (venado, liebre, pato silvestre) es prefe­
rible acompañadas con vinos de carácter y mucha perso­
nalidad. elaborado a base de Cábeme! Sauvignon o Mertot.
g Los pescados y mariscos van bien acompañados con vinos
blancos; sin embargo, siempre hay excepciones como el
atún, el salmón, el róbalo, que por ser pescados más gra­
sas podrán hacer frente a vinos tintos de medio cuerpo,
g Las pastas van con cualquier vino, el detalle se encuentra
en las salsas, de modo que el maridaje depende de la salsa
con que se sirve. Una salsa al pesio va con un vino tinto
ligero. Una salsa a base de crema de leche, con un vino
blanco a base de Chardonnay. Una salsa boloñesa. con un
tinto de medio cuerpo,
g Los postres deberán ser acompañados con un vino dulce
(sautem es o de vinos de cosecha tardía) y es muy reco­
mendable servir un vino espumoso, si es un champagne
mejor.
g En el caso del chocolate, es mejor acompañado con un vino
licoroso (Oporto, por ejemplo).
Tenga en cuenta que los alimentos difíciles de maridar son:

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el huevo cocido, los espárragos, las alcachofas,
el picante, el vinagre.
Si en el menú, alguno de estos ingredientes
se encuentra en muchas cantidades, es preferi­
ble abstenerse de servir vino.
Teniendo en cuenta estas recomendaciones,
las posibilidades de quedar bien con
sus invitados será m uy alta. No olvi­
de que el maridaje es combinar, ha­
cer una alianza, un matrimonio armó­
nico entre los platos y el vino.
Reglas a l servir un vino
Sirva los vinos ligeros antes de los vi- ____
nos fuertes, sus papilas gustativas se lo agradecerán.
Si tiene vinos jóvenes (cosechas recientes) sírvalos antes
de los vinos antiguos
Los vinos secos (con mínimo azúcar) sírvalos antes de los
vinos dulces.
Los vinos blancos antes de los vinos tintos.
¿Cóm o descorcho un vino?
Es relativamente sencillo, el secreto está en tener un buen
sacacorchos y tos mejores son los de camarero, aquellos que
tienen un tirabuzón delgado y una palanca en un extremo para
extraer el corcho, son prácticos y fáciles d e usar, y se pueden
encontrar en cualquier autoservicio. Existen grandes armatos­
tes que si bien es cierto cumplen su función, son también un
gasto innecesario.
Corte con una cuchilla la parte superior de la cápsula y se
encontrará cara a cara con el corcho.
El secreto para un descorche sin problem as está en introdu­
cir el tirabuzón (espiral) en el punto central del corcho, e intro­
ducirlo de manera vertical, sin inclinaciones.
Una vez introducido, levante suavemente y con presión. Si
es su pnmer intento, no se desanime, la experiencia hace al
maestro.
Vino para cada ocasión
El aperitivo busca estimular el apetito, para eso necesita­
mos un vino seco, o con burbujeo. Si tenemos vino para la co­
mida, es mejor no brindar cócteles m uy fuertes com o aperitivo

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porque inutilizan el paladar y no permitirán apreciar e l buen vino
en la mesa. Lo más recomendable es un espumoso peruano
como el Tacama Brut, un cava espato! o un champagne francés.
Si servimos -p iq u e o s-, podemos acompañarlos con vinos
blancos jóvenes y secos, un Sauvignon Blanc chileno o un
Torrontés argentino.
Para los almuerzos o cenas informales, vienen bien vinos
de medio cuerpo com o un tinto peruano Tabernero, o un merlot
chileno joven (cosechas recientes), también podría ir muy bien
un riojano crianza.
Para las reuniones por la tarde, si estamos en verano, un
vino rosado español o un vino rosado argentino, com o el Crios,
de S usana Balbo, caería m uy bien, acom pañando unos
-p iqu eitos-.
Para las cenas formales o almuerzos de negocios podemos
probar con unos vinos prem ium de Chile o de Argentina, como
un Don Melchor o un Catena Zapata. Obviamente, el precio
será m ayor, sin embargo, debe ver si la reunión lo amerita, en
caso d e no ser así, podemos dejamos llevar por el precio y
buscar vinos de buena relación calidad/precio ¿ T
como Tacama selección especial o Taber- F
ñero Malbec-Merlot (Perú), Misiones de
Rengo Cabemet Sauvignon (Chile), El
Coto (España), Chianti Rufino (Italia).
El v in o en e l restaurante
Los restaurantes de calidad cuentan U f
hoy con una gama amplia de vinos de di- \ \ \/
versos países y de precios. En los buenos \ \ \¡\
restaurantes siempre encontrará la figura \ \ r ' v
del m aitre o, mejor aún, del sommelier, que \ y S ¡
es el encargado del servicio de vinos, así \ r
como también de asesorarlo en la elección. ^
Los mejores som m elieres no son aquellos que
tratan d e venderle a uno lo más caro si no lo que
mejor com binará con la comida que usted orde­
ne. En caso de dudas, es mejor recurrir a él.
A lgu nas reglas básicas J
E§] Cuando llegue la lista de vinos a la mesa,
será el anfitrión el encargado de estudiarla y »
ordenar. Esto no lo exime de pasar la lista a

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156
sus invitados, solicitar sugerencias o pedir directamente a
uno d e ellos que elija el vino,
g g El som m elieróebe ser consultado ante cualquier duda o el
jete d e salón.
El anfitrión preguntará a |u s invitados qué es lo que orde­
naron, así podrá pedir el vino más adecuado. No estará mal
preguntar si tienen alguna preferencia por algún tipo de vino
o por la procedencia de este.
^ Si le preocupa el precio, tenga la seguridad de que siempre
habrá una buena relación calidad/precio
qg] Si un invitado no desea tomar vino, ofrézcale otra bebida.
Una vez que la botella llegue a la mesa, el anfitrión se cer­
ciorará de que efectivamente es el vino que ordenó. Lo hará
fijándose en la etiqueta,
pg- Solo entonces la persona que atiende descorchará el vino y
le mostrará el corcho. El corcho debe estar entero, no debe
haberse destrozado en el momento del descorchado. Sola­
mente mostrará manchada la parte que estaba en contacto
con e l vino. Esto significa que la botella ha sido conservada
en buenas condiciones. En caso de que no sea así, hay
que dudar del vino, sin embargo, primero hay que probarlo,
podría estar bien,
g g Quien ordena el vino es la persona que lo prueba primero.
Si se trata de usted, y no es una experta, le comentaré que
el vino es un arte y com o tal debe causar un placer al mo­
mento de probario. Si usted lo prueba y no siente nada des­
agradable mientras e l vino está en su boca, estará enton­
ces perfecto.
r ^ i Por otro lado, en los restaurantes donde hay sommeliec
— este lo prueba antes que el anfitrión, así que ya hay un pun­
to del cual fiarse.
gg] Si el anfitrión tuviera una duda, o el vino no parece correcto,
siempre puede pedirse a uno de los invitados que se encar­
gue d e probario.
^ Si el anfitrión y el invitado notan que e l vino no los satisface,
— se lo dirán al som m elier o al mesero que los atiende quien
solucionará el problema reemplazando el vino por otro igual.
Esta operación solo debe hacerse cuando está seguro de
que el vino no está bien. Nadie debe aprovecharse de esta
facultad solo porque el vino no le gustó.

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157
3 g i Una vez que el vino ha sido aprobado, em pezarán a servir­
lo a las damas y a los caballeros y el anfitrión será el ultimo
en ser servido.
^ Si fue ordenado un vino muy añejo y el som m eiier le co­
menta que tiene sedimentos, quizá le proponga hacerte una
decantación, lo que significa verter el vino en una garrafa
para que se separen los residuos del vino. O tro d e los mo­
tivos por el que le ofrecen una decantación es para que el
vino respire, se oxigene. Esto se hace en vinos jóvenes de
cosecha reciente.
FS] Una botella de vino alcanza para 6 copas bien sen/idas.
S j Una media botella para 3 copas.
rg ] Una botella de espumoso para 5 copas.
rg l Haga su cálculo para no quedarse sin vino antes d e tiempo.
El vino y sus m itos
¿Los vinos caros son lo s mejores?
No siempre, si bien es cierto que el producto es más caro
porque los productores invirtieron más en obtener un buen pro­
ducto y gastaron en las campañas de marketing para hacerlo
conocido, encontraremos vinos que por su bajo precio no tie­
nen nada qué envidiar a vinos de mayor precio. Pero ponga
mucha atención en la cepa, el año de cosecha y su proceden­
cia. Por ejemplo:
Tacama, en todas sus variedades.
Casillero del Diablo, tinto y blanco en todas sus variedades.
Viu Manent, Reserva (Chile).
Casa Lapostolle (Chile).
Los vinos ¿cuánto m ás viejos, mejor?
No es así. los vinos blancos se tomarán frescos, con mucha
vivacidad, y se tomarán lo más pronto posible a excepción de
los vinos blancos fermentados y criados en barrica (lo dice en la
etiqueta), que pueden soportar tres a cuatro años.
En el caso de los tintos, en la actualidad las bodegas produ­
cen vinos para consumirlos ya. listos para beber, estos vinos no
soportan m ás de tres o cuatro años en botella. Normalmente
ios vinos más caros, sobre los treinta o cuarenta dólares, tienen
la capacidad de envejecer por más de diez años.
¿Vinos tintos con pescado?
En la actualidad encontramos tintos ligeros y que fácilmente

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158
pueden acompañar pescados grasos (atún, róbalo), o mejor aún,
si la salsa empleada está elaborada a base de vino tinto. Le
sugiero que experimente.
Para cerrar el tema del vino debo confesar que además de
lo agradable que es esta bebida, ella cum ple un papel muy im ­
portante en la salud. El vino es una bebida muy digestiva y, por
otro lado, está comprobado- que reduce considerablemente las
enfermedades coronarias y retrasa el envejecimiento por la gran
cantidad de antioxidantes que se encuentran en él.
Nuestro pisco
«Pisco» es una palabra quechua que significa «ave». Des­
de tiempos muy antiguos les sorprendió a los antiguos perua­
nos y más adelante a los conquistadores españoles la gran
cantidad de aves que existían en esta zona, debido a que en la
Cordillera de los Andes, a la altura de Pisco, no es muy elevada
y hace que las aves la crucen y puedan llegar hasta la costa.
En la actualidad, nuestra bebida de bandera está en franco
proceso de crecimiento. La gente está aprendiendo a consu­
mirlo, no solamente como coctel en nuestro ya famoso PISCO
SOUR, si no como digestivo. Al final de cada comida no hay
como tomarse un shot de Pisco puro, es realmente interesante.
Los tipos de pisco son:
Pisco Puro, procedente de una única variedad de uva. Esta
uva puede ser Negra Comente, Quebranta o Quebranta
Mollar. Encontramos tam bién Pisco Puro de uvas aromáti­
cas procedentes de una sola de las variedades: Albilla, Ita­
lia, Moscatel o Torontel
Pisco achatado, es elaborado principalmente con Quebranta,
con mezcla de una o de más variedades.
Pisco m osto verde, procede de una sola variedad, con la
particularidad de que su fermentación no es completa; las
variedades de uva son Albilla, Moscatel, Negra Corriente y
Quebranta

Sugerencias para el anfitrión


Llegará a la reunión quince minutos antes de la hora fijada.
Es usted quien recibirá a sus invitados, no el maitre.
El m aitre debe conocer al detalle la naturaleza de su invita-

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159
c:ón y el tipo de invitados que llevará.
Si asisten los cónyuges no se hablará solamente
de negocios. Si es una comida estrictamente de ne­
gocios. evite que vayan los cónyuges.
^ 5* Respete las normas del restaurante.
^ La reserva d e la mesa puede hacerla su secretaria con an-
— tidpación, así evitará sorpresas desagradables y vergüenzas
innecesarias.
Hgl Escogerá los platos de la carta (no del menú) y coordinará
para que se le avise cuando la mesa esté servida,
lá l Empiece a com er de inmediato.
¿Buen apetito! Y fíjese que no he dicho j»buen provecho»!

El m a i t r e , el chef
y el mesero:
nuestros aliados
El m aitre y e l chef son la columna vertebral de todo restau­
rante que se precie de elegante. La fundón d e un m aitre es
aconsejar a los comensales y gerenciar el establecimiento; ha­
bitualmente es el jefe de mozos. Por el cargo que tiene^no
recibe propinas, pero si puede recibir felicitaciones y
un agradecimiento por la calidad de la comida y su
buena atención. Si tuviese confianza con él, puede
hacerle un obsequio, detalle que denota un gran apre­
cio.
El chef es el artista, el creador de los man­
jares que usted degustará. Las felicitacio­
nes por la buena comida también se le ha­
cen extensivas, y si es prudente puede lla­
marlo para felicitarlo personalmente. Al
igual que el m aitre, no redbe propi­
nas.
El mesero, entre el personal de
servicio del restaurante, es la perso­
na con quien estará en contacto du­
rante casi toda la comida, respete su
trabajo y sea am able con él.
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160
Muchas personas chasquean los dedos para llamarlo, otras
prefieren dar palmadas con las manos, y no falta quien le grite
de un extremo a otro. Es probable que crean que eso les da
prestancia, pero en realidad están haciendo el ridículo. Estas
son cosas que no debe hacer porque él trabaja para el restau­
rante y no para usted.
Lo correcto es que lo busque con la mirada. Una vez que se
ha percatado de usted, hágale una leve señal para que se acer­
que. También es correcto levantar una mano si el local es muy
grande; si está cerca y no la ha visto, puede llamar su atención
diciendo: «¡mozo!», pero sin gritar.
Si el servicio no ha sido el esperado se lo dirá al m aitre; y si
su queja es muy grande, al dueño del lugar. No le llame nunca
la atención directamente porque n o es su empleado.

Llegó la hora de
hablar en público
Dedicar unas palabras es una situación
que puede producirse en cualquier momen­
to, sobre todo en aquellas reuniones don­
de usted es la anfitriona y tiene que recibir
a sus invitados con un discurso de bienve­
nida; también puede ocurrir en reuniones
sociales o culturales donde se rinde ho­
menaje a alguna celebridad, se inaugura
una exposición, o simplemente cuando
alguien le pide de manera espontánea
unas palabras.
Si usted sospechaba que un m om en­
to así se produciría, seguramente estuvo
preparada y quizá hasta organizó men­
talmente un libreto para la ocasión, ¿pero
qué ocurrirá si la toman desprevenida y
la situación e s insalvable?
¡ag Será una gran ventaja que tenga co-
nocimiento pleno del tema o motivo
de la reunión; las personas no ha­
cen el ridículo a la hora de hablar

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161
g porque tienen al menos una idea de lo que van a decir.
Antes de concurrir a una reunión, cerciórese de conocer
ciertos datos sobre la persona homenajeada o el motivo de
la celebración.
g Jamás se muestre nerviosa ni tensa, así se encuentre en
una situación difícil, no deje de sonreír ni mostrar naturali­
dad. l_a seguridad reflejada en su rostro y sus movimientos
jugarán siempre a su favor,
g Si conoce a esa persona a quien le dedicará unas palabras
y le tiene un especial cariño o admiración, apele a ese sen­
timiento e intente que su discurso salga del corazón, no de
la razón. Ser sincera en un momento como este será su
mejor arma.
g Si ,han considerado que usted es la persona idónea para
hablar es porque tienen un buen concepto de usted y quizá
hasta cierta admiración. N o conozco reuniones donde se
elija a alguien cuya presencia no signifique nada para los
presentes.
g La cortesía en casos com o este es indispensable, utilice
siempre términos cordiales. Si se trata de agradecer, hágalo
con sinceridad y tratando de recordar a cada una de las
personas por quien se siente agradecida. Si tiene que de­
morar un poquito para hacerlo, no se preocupe, unos se­
gundos haciendo memoria representarán muchos años de
amistad y aprecio mutuo,
g Un discurso, por m ás breve que sea, queda mejor si tiene
una pequeña introducción, luego un contenido, y finalmen­
te una especie de conclusión. Las tres partes son importan­
tes. Con una buena introducción ganará la atención de los
invitados, el contenido trae por su parte las palabras más
sustanciales, quizá las más inteligentes, y la salida debe
ser redonda, sin desentonar con lo que ya se dijo,
g La gente apreciará mucho si sus palabras son amenas, tie­
nen sentido del humor y ciertas anécdotas ilustrativas. ¡Qué
aburridos son los discursos simples, Henos de muletillas o
de tecnicismos que nadie entiende!
g Lo mismo ocurrirá si usted es una persona inexpresiva. Por
favor, que sus palabras hagan juego con su cuerpo y la
expresión de su rostro... sin hacer movimientos bruscos,
por supuesto.

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f g l Dicen que: «Lo breve y bueno, dos veces bueno-. No se
exceda con el tiempo, tome en cuenta la naturaleza de la
reunión y cuál será el tiempo conveniente; en ciertos casos,
usted no será la única que tomará la palabra; no descuide
esos detalles.
Qgj Sea cauta y prudente, tenga presente el tipo de personas
que conforman su audiencia, cuide que sus palabras no
vayan a ser ofensivas o fuera de lugar.

Presidencias en com idas y


banquetes formales
Existen dos modos de colocación de las presidencias:
1 . El sistema francés, donde la presidencia va al centro de la
mesa; y
2 . El sistema anglosajón, con las presidencias en los extre­
mos de la mesa. En este caso, como dicen los antiguos chinos,
el anfitrión se sienta con la espalda en la pared, mirando al
enemigo, por motivos de supervivencia.
1 . Sistem a francés
ENTRADA DE INVITADOS

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163
El sistema francés favorece la conversación.
Los dos anfitriones tienen a su alrededor a los invitados im­
portantes, de categoría, juntos en dos bandos.
Perjudica a los invitados de los extremos, y su conversación
se vuelve pasiva, solo escuchan a los del centro.
Es clara la categoría reinante de los invitados. ¡A nadie le
gusta sentirse disminuido!
2. S istem a anglosajón
ENTRADA DE INVITADOS

Puerta
Ventana
de servicio

ANFITRIÓNr

rCfl El anfitrión debe mirar hacia la puerta de ingreso de los


invitados, ya que si se sentara de espaldas a esta puerta se
dice que ¡sería un suicida!
¡ jg La anfitriona se sienta de espaldas a la puerta de ingreso y
mirando la de servicio, chequeando que todo esté en or­
den.
-g f La conversación es más uniforme y en forma general. Exis­
ten dos polos de conversación importantes.
ggj No se notan las categorías marginales, se puede involucrar
en la conversación a los de derecha e izquierda.
Ü Los anfitriones están alejados y no pueden conversar, este

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164
seria el principal inconveniente en este sistema.
Si el recinto de la reunión fuera en un lugar cerrado, sin
ventanas, la presidencia número uno quedará siempre mi­
rando la puerta de ingreso de los invitados (por sobrevivencia
ancestral), y la presidencia número dos siempre mirando y
relacionada con la puerta de servicio.

Colocación de los
invitados en la mesa
En el sistema de reloj (se sigue el movimiento del reloj).
En el sistema de las equis o aspas.
El sistema más usual es el de las equis o aspas. En el caso
de una mesa rectangular, el invitado de honor se ubicará aliado
derecho de la anlitriona, mientras que la señora o acompañan­
te de aquello hará a la derecha del anfitrión. El invitado que siga
en importancia se sentará a la izquierda de la anlitriona. y su
señora o acompañante a la izquierda del anfitrión, asi sucesi­
vamente. C om o verá, de lo que se trata e s de alternar hombres
y mujeres.
El siguiente es un esquema que le esclarecerá mejor las
cosas. En este caso, los hombres se han indicado con números
y las señoras con letras.

2 3 A

1 C B

Precedencias en una
mesa de ejecutivos
de la misma empresa
Si organiza una comida para ejecutivos de una misma em­

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165
presa, la mesa será presidida por la persona que tiene la más
alta jerarquía; el Presidente del Directorio o el Gerente General,
según el caso.
Este tipo de precedencia se ciñe al sistema francés, donde
el foco de conversación e s único y está en el centro. El otro
sistema es el anglosajón, donde hay dos centros principales de
conversación. Sin embargo, si se trata de comidas de ejecutivos,
es preferible que haya solo una presidencia. En este caso las
ubicaciones en la mesa se determinan de la siguiente forma:
E n una m esa rectangular:
3 1 P 2 4

7 9 10 8
En un a m esa e n fo rm a d e T:

7 5 3 1 P 2 4 6 8

En una m esa en form a de U:

3 1 P 2 4

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166
En los tres casos, «P» es el presidente de la compañía, y
tendrá a su derecha al ejecutivo más importante («1 *). El resto
de lugares se irán distribuyendo de acuerdo al rango y de forma
intercalada.

modales
n la mesa
Las mayores dificultades en la mesa se le presentarán cuan­
d o no esté segura si ciertos actos o movimientos son
lermitidos o no. Estas dificultades empiezan a veces
desde la ubicación. La correcta posición en la mesa
no solo cumple una labor estética, sino también fun­
cional.
Siéntese a la mesa por e l lado izquierdo de la
silla que le indiquen. Cuando tenga que retirarse hágalo
por el lado derecho.
HS* No debe pegarse mucho a la mesa, sino no podrá moverse
con soltura y comodidad, además le impedirá respirar y di­
gerir correctamente.
f g l Mantenga la espalda recta y las manos apoyadas sobre la
mesa sin que los codos lleguen a tocarla. Evite toser, estor­
nudar y levantarse si no es urgente.
FS?1 Para em pezar a comer espere que se haya servido a todos.
c g i Los anfitriones empiezan a com er con una frase previa.
— como: -podem os em pezar-, o simplemente comienzan a
comer.
ggj La conversación debe ser amena, los temas escabrosos o
de mal gusto se dejan para otro momento. No haga pregun­
tas personales con mucho énfasis pues lo que podría ser
una am ena conversación terminará convirtiéndose en un
interrogatorio. Temas como política, sexo, religión, acciden­
tes, operaciones, enfermedades, no deben siquiera men­
cionarse.
g g Nunca hable mientras tenga los cubiertos en la mano, no
los use como sables. Si quiere participar de la conversación
dejará los cubiertos sobre el plato cruzados y recién podrá
hacerlo.
HSj Cuando coma, hágalo siempre con la boca cerrada y por

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167
ningún m otivo hable mientras esté masticando. Los trozos
de comida los cortará pequeños, de un tamaño que le per­
mita comer sin llenarse la boca. Jamás corte dos pedazos
de carne a la vez. ni revuelva la comida.
¡g ¡ Nunca tome agua con comida en la boca. Espere, pase el
bocado que tiene, y no haga ruido, por lavor.
Cualquier sonido desagradable mientras coma será consi-
derado una (alta de respeto; cuídese de no sorber la sopa
ni llevarse el cuchillo a la boca.
5 3 No sople ni agite la sopa para enfriarla, lo que debe hacer
es poner la cuchara dentro de la sopa apenas se la sirvan
para que aquella absorba el calor.
jS ¡ No hay ninguna regla que díga que es incorrecto dejar co­
mida en el plato, tampoco existe otra que diga que es de
buen gusto dejar algo de comida. El único criterio que vale
en estos casos es el de su estómago. Si es una deliciosa
cena, ¿por qué no comerse todo? Por el contrario, si no es
un plato de su agrado, puede com er una cantidad prudente
y dejar el resto. Ya no se deja «la política».
■fg] Nunca se estira un brazo delante de otro invitado. Para to­
mar un objeto que esté fuera de su alcance lo m ás inteli­
gente es pedir que se lo alcancen. En ese caso, quien estu­
viera cerca deberá estar atento para auxiliar rápidamente el
pedido. No olvide que las palabras mágicas son: «por fa­
vor- y «gracias».
Si le ocurriese un pequeño accidente, como derramar vino
o permitir que se le resbale un poco de comida, tanto sus
anfitriones com o usted harán de cuenta que no h a ocurrido
nada. Usted se excusará sin hacer mucho aspaviento y so­
lucionará rápidamente el inconveniente.
HgT Si se le cae un cubierto, nunca se agache para recogerlo.
Si su anfitrión lo ha notado ordenará al servicio que lo reco­
ja y le traiga uno limpio.
Si es alérgica a alguna comida, usted puede d e c ir «No de­
seo. o gracias». Eso es suficiente para que la entiendan, no
son necesarias las explicaciones.
j Q Jam ás se rasque mientras se encuentra en la mesa, si es
inevitable hágalo con mucha delicadeza. Tampoco se sue­
ne la nariz, en todo caso discúlpese, retírese y hágalo en el
baño.

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| g | Si tiene un hueso en la boca o algo desagradable, sáquelo
con ios dedos y póngalo en el plato; si le parece que su
aspecto es desagradable, ocúltelo bajo el arroz o algún otro
alimento. Pero hágalo con mucha discreción. Por favor, no
vaya a escupirlo o envolverlo en la servilleta.
Pg] Cuando le retiren un plato no baje las manos ni las oculte
debajo de la mesa, solo retire un poco el cuerpo hacia el
lado izquierdo.
f g l Es de muy mal gusto tratar de rem over restos de com ida de
sus dientes, úsese el método que se use. S i quiere usar el
palillo de dientes, hágalo luego de que se haya retirado,
lejos de todos, a solas, si lo desea,
f f j j Nunca levante el dedo meñique al sostener los cubiertos,
tazas o copas.
ggj Al terminar un plato no lo empuje ni lo retire de su lugar,
deje ese trabajo al personal de servicio.

Manejando los Cubiertos


En diversas cenas y almuerzos he descubierto que algunas
personas importantes y distinguidas hacen pésimo uso de los
cubiertos. La mejor salida es m ostrar naturalidad y seguridad.
Alguna vez se encontrará ante m edia docena de cubiertos con
los que no sabrá qué hacer, le ofrezco las siguientes recomen­
daciones:
BS1 El cuchillo se toma con la m ano derecha y se sostiene entre
el pulgar y el medio, de tal m odo que la punta del mango
quede cubierta por la mano. El índice se coloca sobre el
mango cerca del lugar donde este se une con la hoja del
cuchillo.
El tenedor se coge con la m ano izquierda cuando esté utili­
zando el cuchillo con la mano derecha. Si va a utilizar lo solo
debe tomarlo con la m ano derecha, esto será frecuente si
come un alimento de fácil m anipulación y no necesita más
que el tenedor.
jg | Cuando sostenga el tenedor con la mano izquierda, sujéte­
lo de la misma forma que el cuchillo para que tenga estabi­
lidad mienlras corta la carne con el cuchillo. En cambio, si
toma el tenedor con la derecha sosténgalo como si fuera
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una cuchara, entre el pulgar. índice y medio, con el mango
saliendo entre estos dedos.
g Al cortar la comida con el cuchillo y el tenedor, puede proce­
der de dos maneras: el estilo americano propone cambiar
e tenedor de la m ano izquierda a la derecha, una vez corta­
do el trozo que se llevará a la boca. El estilo europeo propo­
ne continuar sosteniendo con la mano izquierda el tenedor
y llevarlo con esta a la boca; este es el estilo que más me
gusta y que enseñamos,
g Es frecuente que al em pezar un plato tome el cuchillo y el
tenedor. Pero si una vez que degusta descubre que no ne­
cesita el cuchillo, que con el tenedor es suficiente, coloque
el cuchillo en el borde del plato de sitio, no lo apoye en el
plato com o si fuera un remo,
g El pan no se coda con el cuchillo sino con las manos, sepa­
rando un trozo adecuado para llevarlo a la boca. Si quiere
untarte mantequilla, lo hará sobre el trozo que ya ha cortado.
No tom e los cubiertos con vehemencia ni movimientos exa­
gerados. hágalo con firmeza pero mostrando soltura. Ni muy
levantados los brazos, ni muy abajo,
g Es importante dom inar el arte de transportar correctamente
el alimento sobre el cubierto hacia a boca. Muchos invier­
ten la figura, acercan su boca al cubierto, cuando es el cu­
bierto el que se lleva a la boca,
g Para cortar alimentos blandos, como el huevo o las papas,
utilice el tenedor. Con los postres hará igual, a menos que
sean duros, en tal caso podrá ayudarse del cuchillo,
g Recuerde que una vez levantados de la mesa, los cubiertos
no vuelven a posarse sobre el mantel. Cuando desee hacer
una pausa mientras coma, los cubiertos los dejará sobre el
plato, cruzados si son tenedores y cuchillos, y marcando
las cuatro y veinte (com o si fuesen agujas de reloj) si es una
cuchara de consomé u otros,
g La posición correcta para que el personal de servicio en-
tenda que aún no ha finalizado de comer, es colocar el te­
nedor y cuchillo cruzados sobre el plato,
g Si ya terminó y desea que retiren el plato, dejará los cubier­
tos sobre este señalando las seis y xeinta minutos. Aunque
existen otros criterios, estos son los más aceptados.

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170
¿Qué hacer con los alimentos
difíciles de comer?
¿Qué ocurrirá si durante una cena le sirven alimentos que
nunca ha visto o no sabe cóm o comerlos? si por la naturaleza
de ciertos alimentos no está segura de usar los cubiertos, quizá
la solución sea esperar que sus anfitriones comiencen a comer
para que usted los imite, que no es lo recomendable.
Esta es una manera de proceder según el refrán: «Donde
fuereis haced lo que viereis». Sin embargo, no está de más que
conozca la manera correcta de com er ciertos alimentos que por
su naturaleza no dejan de ser m ás complicados que los con­
vencionales.
Aceituna con sem illa. Si es pequeña, la introducirá en su
boca por completo. Una vez que la semilla esté casi limpia, la
tomará de la boca con los dedos y la colocará en un extremo
del plato. Si e s una aceituna grande, sosténgala entre el índice
y el pulgar y cómala con mordidas pequeñas. La semilla no
ingresa a la boca.
A ceitunas sin sem illa. Si se sirven com o parte de un plato,
cómalas con el tenedor. Deben ingresar a su boca íntegramente.
Alcachofas. Son muy sabrosas, pero su apariencia suele
asustar a más de uno. Lo único que debe hacer es ir arrancán­
dola hoja por hoja, sumergiendo la parte m ás gruesa en la sal­
sa que suele ser de limón y mantequilla.
Colocará la parte gruesa entre los dientes y tirará de ella
raspando la pulpa. La hoja que ha quedado colóquela en la
orilla del plato que le han proporcionado. Las hojas más peque­
ñas deben ser retiradas junto con la pelusa, ayudándose con el
cuchillo y el tenedor. Cuando encuentre e l corazón de la alca­
chofa lo comerá con los cubiertos. Después de esto deberán
traerle un lavadedos o una servilleta para limpiarse.
Caviar. S e puede servir dentro d e un bol de plata o un reci­
piente similar, rodeado con trozos de hielo para mantenerlo frío,
acompañado de tostaditas finas. La manera correcta de comer­
lo es untando un poco de mantequilla en el pan tostado, y con
un cuchillo o palita sacar el caviar y untarlo también sobre la
tostada. Algunos prefieren añadir unas gotas de limón. Tam­
bién pueden servírselo en canapés ya preparados y colocados

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171
en una bandeja.
Choclos Se servirán con agujas especiales para choclos.
En comidas donde las personas son de confianza no se darán,
entonces puede utilizar ambas manos.
Chuletas. Aunque la parte más sabrosa es la que dicen que
está cerca del hueso, si no se puede remover con los cubiertos,
no podrá comerla. Se corta un trozo a la vez y se come con el
tenedor volteado com o lo usó para cortar.
Caracoles. Sosteniendo la concha en la mano izquierda re­
mueva el molusco con el tenedor de pescado. Puede untarlos
con salsa de ajo.
Espárragos. Tradicionalmente se comen con los dedos, pero
resulta complicado porque son m uy flexibles. I_a otra forma es
hacerlo con pinzas especiales, aunque éstas son muy escasas
en las cuberterias.
De una u otra form a mójelos en la salsa con que se acompa­
ñan y cómalos hasta llegar a la parte fibrosa, que luego dejará a
un lado del plato. O tra forma e s comerlos con el tenedor. Re­
cuerde que solo la carne se corta con el cuchillo.
Ostras. Cómalas con el tenedor de postre, no con el de pes­
cado. Sujete el caparazón con los dedos de la m ano izquierda,
agréguele limón o algún otro condimento y cóm ala con ayuda
del cubierto. Si hay una salsa especial, mójela en esta salsa y
llévela a la boca.
Paltas. Cuando se sirven partidas por la mitad y en su cás­
cara. con algún aderezo, las comerá con cucha rita. Si están sin
cáscara o partida en trozos, lo hará con tenedor.
Tallarines. Separe hacia un costado varios fideos con el te­
nedor y gire éste hasta formar una bolita que se enrede entre
los dientes del cubierto, luego traslade el bocado evitando que
caigan las hebras d e pasta en el trayecto.
Algunos usan una cuchara para ayudarse, pero es muy poco
elegante y denota falta de cultura y educación. No olvide que
para que el proceso de enrollar resulte fácil, la pasta debe estar
cocida al dente.
Ham burguesas y hot-dogs. Consideradas comidas infor­
males. puede com er los sándwichs con la mano, solo los de
pan de molde se harán con cuchillo y tenedor.
Queso. Se prepara un pequeño bocado cortando el queso

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172
con la punta del cuchillo, sin usar el tenedor. Cotóquelo sobre
un trozo de pan o tostada y lléveselo a la boca entre el pulgar y
el índice.
¿ Y cóm o se com en las frutas?
Usualmente no se sirven frutas en com idas formales. Pero
si se las srrven su primer objetivo será tratar de sacar las semi­
llas y separarlas en el plato mientras la corta. Si no lo consigue,
use la mano para llevarla de la boca al plato, con un movimien­
to elegante y recatado. Si usa cubiertos, las frutas no deben
tener contacto con los dedos cuando ya estén peladas.
Cereza. Con toda fruta pequeña que tenga hueso, como la
cereza, sacará las pepitas de la boca con la mano semicerrada
y las pondrá en el plato.
Melón o sandia. S e comen con cuchillo y tenedor de frutas.
Se los traerán a la mesa cortados en una especie de tajada con
forma alargada. Separe la pulpa de la cáscara y luego trócelo
del tamaño de un bocado que pueda caber en su boca.
Manzana Pinche la fruta con el tenedor sosteniéndola so­
bre el plato mientras la va pelando con el cuchillo. Una vez
pelada, corte la pulpa en trozos comestibles alrededor del cora­
zón. el cual debe quedar en forma de columna.
Naranja. Córtela en cuatro partes y pele cada una de ellas
utilizando tenedor y cuchillo. De cada parte irá sacando los ga­
jos que comerá uno a uno.
Uva. Tómelas con los dedos y llévelas a la boca. Las come­
rá con cáscara, está permitido devolver las semillas de la boca
hacia el plato, pero hágalo con la mano. ¡Por favor, no vaya a
escupirlas!
C hirim oya. Córtela por la mitad de largo y com a la puipa
con la cucharita. Las pepas se sacan de la boca poniéndolas
en la cucharita y luego en el plato.
Mandarina. Pélela con la mano. De igual modo saque los
gajos, no utilice tenedor ni cuchillo.
Plátano. Primero utilice el cuchillo para cortar los extremos
y cortar la cáscara por el lado interno de la curvatura; luego
saque el plátano con el cuchillo y el tenedor. Com a la fruta cor­
tando con el tenedor sin usar el cuchillo.

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173
Moderación y
buen gusto
en las fiestas de las
empresas
Existen tiestas que se tienen que
festejar porque son una tradición en
la empresa o porque forman parte del
calendado de festividades nacionales.
Si la fiesta es organizada por los di­
rectivos de la empresa, será esta quien
correrá con los gastos. Si es organiza­
da por los empleados, se realizará de
común acuerdo; e n otros casos se pue­
de destinar la organización a la oficina de
protocolo o relaciones públicas.
Sea como fuere, su desenvolvimiento debe regirse bajo re­
glas de camaradería, compañerismo, moderación y buen gusto.
SI la reunión está bajo su responsabilidad
No organice fiestas por departamentos o secciones. Es pre­
ferible una sola para que se conozcan y familiaricen todos los
empleados.
¿Deben asistir los familiares más cercanos? Esa es
decisión de los jefes. Existen grandes empresas que
organizan fiestas bailables y se invita a los cónyuges.
Las invitaciones deben entregarse a todos los
empleados, sin omisiones de raza, credo, posición
jerárquica o política.
Si decide invitar al cónyuge, colóquelo por escrito: «Sr. y
Sra. Gamio» o «Luzmi y Jorge Gamio».
Si en cambio, la invitación está dirigida solamente al em­
pleado. no debe asistir ni resentirse el cónyuge, sino respe­
tar los espacios y la individualidad de su pareja.
^ El tiempo prudente para entregar las invitaciones es de quin­
ce días, mínimo.
Es mejor y m ás saludable contratar a gente especializada

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174
para que sirva en la reunión y se encargue de la mesa, los
bocaditos, cócteles, decoración, bebidas, servilletas, sillas,
flores, etc.
ñSI Si la empresa compra regalos, que sean todos iguales para
las mujeres, lo mismo para tos hombres. Tienen que ser
muy bien pensados y útiles. No se trata de salir del paso.
agí ¿Es necesario el baile? No. Es preferible una música suave
que permita la integración de los compañeros de trabajo y
tos jefes.
Bg] También es muy entretenido presentar un show musical.
En nuestro país existe una variedad maravillosa de espec­
táculos. Sea creativa y recibirá aplausos de felicitación.
SI usted es em pleada d e la em presa
^ Y no le gustan este tipo de reuniones, tendrá que asistir de
todas maneras, pero el tiempo suficiente... usted sabrá cuán­
do escapar, com o lo hacía yo en m is épocas en el banco.
Respete la iniciativa y entusiasmo de tos organiza­
dores. no tos opaque con sus comentarios negativos.
No lleve «colilas». Es de pésimo gusto asistir con
\ personas que no han sido invitadas ni consideradas
\ en ¡a |jSta.
Respete la hora de la invitación. No llegue tarde.
Ya he hablado de la impuntualidad com o un acto de des­
cortesía, irrespeto y desconsideración.
gg] Tampoco aproveche y se quede eternamente, comiendo y
bebiendo todo lo que pueda, soto demostrará falta de edu­
cación.
fagi Es patético ver empleadas en estado de ebriedad, sobre­
pasándose con sus compañeros de trabajo. Para luego, al
día siguiente, pretender respeto. ¡Es casi un imposible...!
Si usted e s el jefe
f g \ No podrá escabullirse jamás. Está en la obligación de asis­
tir y compartir con todos tos empleados en forma cordial.
Integre el «Comité de Recepción» para recibir a todos los
empleados, recuerde el nombre de cada uno y utilice frases
de bienvenida.
No es necesario que se despida de cada uno de tos invita­
dos antes de retirarse. Lo hará con quienes integren su últi­
mo grupo o la mesa compartida.

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175
■<j Abandone la reunión discretamente. No amenace retirarse,
a nadie le importará si lo hace o no, ¡solo márchese!
ftm\ No olvide felicitar a quienes organizaron la reunión y dar las
gracias por el regalo, si lo recibió.
¿D e q u é d e b e cuidarse?
De la bebida. La ocasión invita a beber y es fácil embriagar­
se. El espectáculo será deprimente si bebe demasiado, no
tenga la menor duda que la perjudicará en su trabajo.
¡*5] De conversar solamente de trabajo, problemas personales
o familiares. Su conversación debe ser agradable en todo
momento.
a a De permanecer en la reunión m ás del tiem po prudencial.
Media hora es el mínimo, y tres horas el máximo.

¡La cuenta,
p o r favor!
Le corresponde pagar la cuenta al anfitrión. Los invitados no
tienen por qué saber cuánto se ha pagado. Com o la etiqueta
exige que las damas no deben enterarse cuánto costó la comi­
da. procure no observar al caballero cuando esté pagando si
usted ha sido invitada, siga conversando de manera natural o
mire en otra dirección.
La cuenta se recibe boca abajo en un azafate especial. A la
hora de pagar, el caballero lo hará de manera discreta, sin alar­
dear ni darse aires de importancia. Otra fórmula e s que se acuer­
de de antemano con el personal de servicio para que la cuenta
m siquiera llegue a la mesa. El arte consiste en pararse con
cualquier excusa y pagar en caja.
No es de mala educación revisar la cuenta antes de pagarla.
Puede ser que sin intención se hayan equivocado y más vale
revisar que las cantidades sean las reales. Inclusive puede exi­
gir una explicación si hay algo que no está claro.
Si la cuenta tiene que dividirse entre varias personas, cada
una aportará la cantidad de acuerdo a lo que se ha consumido;
en estos casos es preferible avisar de antemano al mesero para
que divida las cuentas.

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176
La propina
¿Cuanto se deja de propina? En siglos pasados, cuando un
restaurante contrataba un mesero, este recibía com o retribu­
ción solo cam a y comida, no teniendo derecho a probar el vino.
La propina empezó a hacerse costumbre precisamente para
que el mesero pudiera beber vino, para que pudiera darse un
gusto.
No hay una regla que obligue a dejar prop.na. pero es una
deferencia con quien ha puesto lo mejor de si para brindarle
una excelente atención. La costumbre es dejar el d*ez por c.en-
to del total del consumo, aunque también entra en juego su
criterio para determinar la cantidad.
Si considera que el servicio ha sido malo, tiene derecho de
no dejar propina. En algunos lugares la propina está incluida en
¡a lista de precios, lo cual supone que la atención es de primera
Déjele tiempo libre para que haga lo que le plazca. .Cuidado
con los niños de la casa, pueden ser agotadores!

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«La elegancia
no quiere decir ser notada
sino recordada»
G IO R G IO A R M A N I

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Formas de recibir
en casa a un
ejecutivo que
llega de viaje
A l recibir en su casa a un alto ejecutivo
que llega de otra ciudad, es indispensa­
ble que las atenciones que le preste lo
hagan sentir com o en casa:
Recójalo personalmente del aero­
puerto. Si no puede, envíe a alguien
de confianza en su nombre. Ocúpese de
los trám ites de rigor, equipaje, etc.
g g Si no va a alquilar un automóvil, póngale uno a
su disposición durante los dias de su estadía.
S i llega p o r la noche, déjelo descansar,
g j j Prográmele algunas visitas turísticas y activida­
des culturales o de entretenimiento, ¡pero sin ago­
tado!
g g ¡Cuidado también con los perros! Pueden molestar, asustar
y hasta irritar a su invitado.
g g Si programa una cena o un cóctel en su honor, facilítele la
lista explicándole quiénes son los invitados ya qué se dedi­
can.
y g Durante la cena no exhiba a su invitado como un trofeo.
Invite a las personas que puedan ser un complemento y
que hagan agradable la reunión,
f i ] El cócte^no debe ser numeroso, hágalo interesante invitan­
do gente adecuada.
Si es una cena haga solo un brindis en su honor y ofrézcale
el primer puesto de honor.
g g Coloque flores naturales en su habitación y chocolates o
frutas en las noches... puede hacer la diferencia, ¡no lo des­
aproveche!

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180

Las horas
adecuadas
Una invitación a una cena, entre las 8 y las 9 pm. S e tiene
usualmente una tolerancia de entre 10 Y 15 minutos m ás tarde.
Es de mala educación llegar antes com o después de la hora
indicada.
Se dice que «La hora es la hora, cinco minutos antes no es
la hora, cinco minutos después no es la hora. La hora es la
hora».
Una invitación a una gran fiesta se hará con tres semanas
de anticipación.
Una invitación formal debe hacerse diez dias antes aproxi­
madamente.
El invitado no se debe quedar más de cuatro horas en la
reunión.
Si hubiera una reunión durante día laborable, la hora pru­
dente para retirarse es alrededor de las doce de la noche, hora
en que se va el encanto de la Cenicienta.
Los bailes comienzan alrededor de las once de la noche y
pueden continuar hasta las tres de la mañana.
En cambio, una cena comienza a las nueve de la noche y
puede terminar alrededor de la una de la madrugada. Antes se
tomarán cócteles y a las diez de la noche se puede servir la
cena.
Después de tomar el plus café calcule una hora y media y
puede despedirse.
Es mucho mejor invitar con horas específicas, com o lo ha­
cen los ingleses, y todo marchará sobre rieles... y no con el
desorden que usualmente se da en nuestro medio en donde la
hora no es la británica sino, desgraciadamente, la peruana.

La mesa:
refinados pero naturales
El comportamiento en la mesa se aprende en la infancia y
refleja en gran medida su nivel cultural y el entorno fam iliar y
social donde se formó. Brillat-Savarín dijo alguna vez: «Dime lo

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181
que com es y te diré quién eres-. Para este caso, fácilmente
podría parafrasear sus palabras, y decir: «Dime cómo comes y
te diré quién eres».
Lo cierto es que nadie puede considerarse apta para la vida
empresarial si no sabe comportarse en la mesa; usted será una
excelente representante de su compañía si se comporta de
manera refinada pero natural. Hoy que están de moda los de­
sayunos y almuerzos de trabajo, es indispensable que aprenda
a manejar los cubiertos, conocer sobre vinos o saber cuál será
su lugar en una mesa. Ganará toda la confianza de sus compa­
ñeros de trabajo si ya no tienen que preocuparse en estos deta­
lles.

una mesa
bien puesta
Usted puede hacer de su almuerzo o cena uno de los mejo­
res motivos para pasar momentos muy gratos no solo por el
placer de compartir sus alimentos, sino también por su buen
gusto al poner la mesa.
Si no sabe hacerlo, recuerde estas palabras: orden y armo­
nía; dos atributos que deben estar presentes desde que elige el
mantel hasta la hora de seleccionar el vino, sin descuidar por
supuesto las normas que rigen la ubicación de la vajilla, copas
y cubiertos. Las siguientes son pautas y
reglas que proporcionarán a su mesa
un aspecto armónico y elegante:
E l m a n te l y e l c e n tro de
m esa
Ya sea con simples o ricos bor­
dados, el mantel tiene que ser
preferiblemente blanco o bei-
ge porque son los colores tra­
dicionales e ideales en comi­
das formales y el hilo es el
material perfecto.
S i se trata de una comida
ocasional el color del mantel
puede ser otro. Deje de lado

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182
la formalidad poniendo en libertad su imaginación, pero no
descuide el buen gusto para escoger un bonito diseño,
g g j Los individuales se han convertido en una alternativa mo­
derna para las comidas informales. Se utilizan sobre todo
cuando la mesa tiene una bonita superficie. Existen diver­
sos tipos y variedades para todos los gustos. No los use
encima del mantel.
fg \ Le recomiendo colocar debajo del mantel una tela afelpada
o una pieza de hule para que los platos y cubiertos no ha­
gan ruido al ser cambiados.
El mantel debe caer unos veinte centímetros en los cuatro
lados de la mesa,
g g Jamás cubra el mantel con un plástico, es de pésimo gusto.
Como centro de mesa colocará un pequeño ramo de flores
naturales, deseche las artificiales. Y no exagere con el ta­
maño, impediría el contacto visual entre los invitados.
f t f l Otras alternativas son velas en candelabros o en burbujas
de cristal. Asegúrese de que el tamaño de estos adornos
guarde armonía con la dimensión de la mesa. No recargue
su mesa con artefactos de todo tipo que entorpecerían el
movimiento de la vajilla o el espacio para los cubiertos y
copas. Y recuerde, solo de noche, y no se olvide de encen­
der las velas.
Las servilletas
Casi siempre la mantelería trae servilletas del mismo dise­
ño y material. S i usa individuales, estos no suelen traer ser­
villetas que hagan juego, entonces utilizará las que m ejor le
vayan.
a g S i se trata de una com ida con invitados especiales, por fa­
vor no ponga servilletas de papel, deje estas solo para las
comidas cotidianas en casa. Tampoco las ponga dentro de
la servilleta de tela, ¿qué pensarán sus invitados?
pgl La servilleta se coloca a la izquierda del plato de sitio, do­
blada de una m anera sencilla.
Bal Si sus servilletas tienen bordado un monograma (iniciales o
abreviaturas) tenga cuidado al doblarlas; procure que las
iniciales queden en la esquina inferior de la parte izquierda
del rectángulo.
El primer plato estará servido cuando ingrese al comedor.

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g f l Al lom ar asiento ponga la servilleta sobre sus rodillas, nun­
ca la coloque en el cuello de la camisa com o si fuese un
babero o en el escote de su elegante vestido.
La servilleta se utiliza para limpiarse los labios dándose
goipecitos. jam ás frotándolos. Lo correcto es que la use des­
pués de cada plato y antes y después de beber.
Finalizada la comida y antes de levantarse de la mesa, pon­
ga la servilleta donde la encontró. No la vuelva a doblar
pero tampoco la deje hecha una pelota. El dejar la servilleta
sobre la mesa indicará que usted ya terminó de comer.
Las servilletas del de sa yjn o o merienda, que son más pe­
queñas, no se colocan sobre las rodillas, se dejan junto al
plato, a la izquierda y, como en el caso de almuerzos y ce­
nas. se utiliza después de cada alimento.
La vajilla
^ La moda ha hecho que los estampados y dibujos sean váli-
dos para adornar platos y tazas, desde las rayas hasta los
cuadros y flores. Sin em targo. para las comidas formales le
recomiendo la sobriedad del blanco, que sigue siendo insu­
perable.
^ En una mesa se disponen diferentes tipos de plato; es con-
— veniente que sepa ident ficarios y saber el uso correcto de
cada uno de ellos.
aSl El plato de sitio es el primero que se coloca y es más gran­
de que el de comida. Elaborado en plata, metal blanco, bron­
ce, madera o porcelana, su función es marcar el sitio del
comensal. Para que en ningún momento el mantel quede
vacío, el plato de sitio no se mueve; se colocan sobre este
todos los platos que llegan y se cambian, hasta cuando lle­
ga el postre, que es el momento en que debe ser retirado.
En el plato de comida está el alimento que va a consumir,
se coloca sobre el plato de sitio. A l servir, cerciórese de que
las figuras del plato queden derechas frente al comensal,
eso genera una sensación de orden y esmero, que es
gratificante para quien lo recibe.
rfifi El ángulo superior izquierdo es el lugar del plato del pan, y
sirve, como su nombre lo indica, para colocar el pan. las
bolitas de mantequilla y el cuchillo especial para untar. Tam­
bién el pan estará servido en el plato antes de que los invi­
tados tomen asiento.

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g Otras piezas son: plato de postre, tazas de té, tazas de café.
” fuentes de servir, soperas, frutero y salseras.
g Cuide 3iempre de servir en vajilla en perfecto estado. Deja­
rá una mala impresión si su vajilla, por más limpia o fina que
sea, tiene roturas, rajaduras c descascanllados.
g Es una regla que toda la vajilla que llega a la mesa sea del
mismo juego. S i no ocurre esto con algunas ensaladeras o
fuentes, al menos procure que tengan similitud con el resto.
En el caso de la vajilla del postre, esta s í puede ser dilerente.
g Jamás mezcle cerámica rústica con vajilla fina, desentona­
rán totalmente y usted dejará una mala impresión en sus
invitados.
Las copas
g Son cinco las copas que usualmente se utilizan en toda
comida formal: copa de agua, copa de vino tinto, copa de
vino blanco, copa de champagne y copa de jerez.
^ La regla para las copas es que se colocan en la parte supe­
rior derecha, teniendo en cuerta que la mayoría de la gente
es diestra. Esto permitirá el fácil acceso a ellas, pues si se
pusieran en el lado izquierdo tendría que cruzar el brazo so­
bre la comida corriendo el riesgo de mancharse la manga,
g Es muy importante que sus copas luzcan relucientes y en
buen estado; también lo es el que su diseño no sea muy
recargado, cuanto m ás liso es el cristal m ás elegante es la
copa.
S I Cada vez se usan menos las copas, opacas, estas impiden
ver el verdadero color y aspecto de la bebida. Por eso lo
elegante actualmente es usar copas totalmente transparen­
tes que permitan apreciar la calidad del vino o champagne,
g La copa de agua destacará por su qran tamaño, es la que
estará con agua en la mesa cuando los comensales tomen
asiento. Su posición es a la derecha frente al plato ce sitio.
Esta copa será la últim a en ret rarse, inclusive luego que se
hayan puesto de pie y retirado los comensales,
g La segunda en tam año es la copa de vino tinto. Su posición
es al costado derecho de la copa de agua; la pondrá en la
mesa antes de iniciar la comida si el menú incluye carnes
rojas o pastas. La copa de vino tinto se retirará antes de
servirse el postre.

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g j La copa de vino blanco es ligeramente menor que la de
vino tinto. Su posición es a la misma altura que la del vino
tinto, pero si resta espacio puede ser llevada a la mesa du­
rante la comida un m omento antes de las carnes blancas,
pollo, pescado o los mariscos. Igual que la de tinto, la copa
de vino blanco se retira antes del postre,
n g La copa de cham pagne se llerará al momento de ser usa­
da. a la hora de los postres. Su ubicación puede ser detrás
de la copa de agua y la de vino tinto o al final de las copas
de vino. La copa de champagne no se diferencia de estas
copas por su dimensión, sino por su diseño, que es más
alargada con la boca un poco estrecha para evitar la pérdi­
da rápida del gas. S i no tiene presupuesto no ponga esta
copa y deje como final el vino que está utilizando.
La copa de jerez se sirve solo si el menú tiene crema, sopa
o consomé y se retirará junto a la vajilla. S u ubicación es
delante de la copa de agua y vino tinto.
F ^ I T o d a s la s c o p a s s e c o g e n p o r e l p o d o s ta l, e s d e c ir p o r e l p ió
de la copa sin levantar «ese dedo m eñique-.
Los cubiertos
La disposición de los cubiertos la realizará bajo un criterio
m uy simple: los más alejados del plato son los que utilizará
primero y los más cercanos los que usará al final. En ese orden,
los irá tomando por tumo, comenzando de afuera y avanzando
hada adentro.
agfl Los cubiertos más comunes en una comida formal son: cu ­
chara de sopa, tenedor de pescado, tenedor de ensalada,
tenedor de carnes rojas, tenedor de carnes blancas, cuchi­
llo de pescado, cuchillo de carne roja, cuchillo de carnes
blancas, cuchara de postre, tenedor de postre y cuchillo de
mantequilla, de acuerdo a su menú,
g g Los cuchillos se ubican con los dientes dirigidos al plato de
comida y los tenedores con los trinches hacia arriba.
f g i El tenedor y cuchara de posire se colocarán delante del
' plato de manera horizontal s o o en casos informales. El te­
nedor con los trinches mirando hacia la derecha y el mango
hacia la izquierda la cuchara con la parte cóncava hada la
izquierda y el mango mirando a la derecha.
f ^ ] Sobre el plato de pan debe ir atravesado el pequeño cuchi­
llo de la mantequilla con el mango hacia la derecha.

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Fgfl Aparte de estos cubiertos, no olvide proveerse de otras pie­
zas útiles, como cucharones, pinzas, palas o cubiertos es­
peciales para tos mariscos y frutas.
fg ] No está de más recordar que sus cubiertos deben guardar
armonía con su vajilla. Jam ás use cubiertos de plata o aJpa-
ca con platos de m elam ine. por ejemplo.
¡*gl Es importante su esmero a la hora de presentar sus cubier­
tos. Así sean de acero inoxidable, cerciórese de que estén
pulcros y en buen estado. Unos tenedores con los trinches
deformados darán muy m al aspecto.
Las tarjetas d e sitio.
En algunos lugares, y de acuerdo a las características d e la
reunión, se pueden incluir tarjetas de sitio para solucionar las
confusiones que suelen generarse cuando hay personas que
no se conocen y no saben dónde ubicarse.
Las tarjetas de sitio se colocan cerca de los platos ubicados
en la mesa y cada una lleva el nombre de un invitado por am ­
bos lados. De esta manera cada comensal sabrá qué sitio le
corresponde.

Sugerencias prácticas
con relación a sus invitados
Cuando hay invitados extranjeros, mézclelos con los nati­
vos. No siente a los extranjeros juntos.
La dama casada asume e l rango de su marido. En cambio,
el marido no asume el rango de su esposa, conserva el
propio.
ES Las damas solteras ingresarán después de las casadas, a
menos que posean rangos propios, Directora General, G e­
rente u otros.
i á Jamás siente juntas a dos personas que hablen idiomas
diferentes.
SaJ Delante del puesto del anfitrión y anfitriona no se coloca la
tarjeta personal de sitio, recuerde que jestán en su casa!
Sea precavida y contrate a un número suficiente de mozos,
tenga buena coordinación con ellos, en la cocina, entre co­
cineros, buen menaje de cocina y pruebe antes de servir

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platos nuevos.
fé ] Instruya al personal de servicio sobre el orden que han de
seguir al servir a los invitados en la mesa, primero las seño­
ras luego los caballeros, al final, e n ambos casos, los anfi­
triones.
f f i l Si falta un invitado ¿qué debe hacer? No se desespere:
corra los asientos hacia el centro de la mesa donde están
las precedencias.
Hgl Tenga coherencia, no siente juntos a los que se odian, o
cree que no se tienen simpatía y a los que son intolerantes,
deben tener algo en común para estar juntos.
Evite toda clase de discusiones entre los invitados, sea rá­
pida. Nunca siente a un invitado extranjero en el extremo
de una mesa.
1*3 Evite la discriminación ¡sea de la índole que sea!

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"T od o e l m ondo q u ie ra éxito , p e ra x ad ie q u ie ra p e g a r e l p re c io "
JHBUL

4 fic d a f-lollcr F ig a llo fu e c o ro n a d a


M is s P e rú e n 1965.
* v i - ' í ' •'. * > V \ V > ' s v »'^ A V - ' w L
A c tu a lm e n te e s re g id o ra p o r S a n Is id ro y
c o lu m n is ta d e l d ia rio P e rú 2 1 . S u p rim e r
lib ro , ‘‘E se d e d o m e ñ iq u e ’*, e s y a un
c lá s ic o d e io s m a n u a le s d e e tiq u e ta e n el
P e rú ; h a v e n d id o d e s d e su p u b lic a c ió n .
m á s d e 9 0 m il e je m p la re s.

A h o ra . F rie d a H o lle r d a u n a m ira d a


a l m u n d o la b o ra l y d e s c u b re c o n d u c ta s
in a d e c u a d a s q u é a fe c ta n la p ro d u c tiv id a d
e n el tra b a jo . B a jo ej p rin c ip io d e q u e
•sóm os p o rta d o r e s d e la im a g e n d e ia
e m p re s a p a r a la q u e tra b a ja m o s , su g ie re
la m e jo r m a n e ra d e tr a ta r a l o s c lie n te s
p a ra q u e n o h u y an d e n u e stro s n e g o c io s y
re s p o n d e a u n a se rie d e d u d a s s o b re el
p ro to c o lo e n re u n io n e s d e n e g o c io s.

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