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TEMA 27: EL TEXTO DESCRIPTIVO.

ESTRUCTURAS Y CARACTERÍSTICAS
A partir de la segunda mitad del siglo XX crece el interés por hacer una lingüística del
habla, lo que supone la necesidad de superar los límites impuestos por dos principios
básicos del análisis lingüístico: el inmanentismo (que supone la casi total exclusión de
lo relativo al significado), y el límite oracional. Se aprecia ahora que el código, aunque
imprescindible, no es suficiente para interpretar el hablar.
Comienza a hablarse ahora de lingüística del texto: el texto deja de ser considerado
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como mera unidad de orden superior a la oración y a pasa a ser considerado como
unidad comunicativa. Desde esta perspectiva el texto se concibe como la unidad
mínima de la información, de comunicación y de interacción social.
Una vez fijado el texto como unidad de comunicación, hemos de referirnos ahora a las
diferentes clasificaciones y tipologías textuales ya que no cabe duda de que los
hablantes son capaces de reconocer y agrupar los textos dependiendo de sus
estructuras textuales; en este sentido, cabe resaltar la aportación de Van Dijk, quien
diferencia entre superestructura (estructura formal de un texto, es decir, el esquema
que presente) y la macroestructura (estructura semántica global de un texto).
Considerando esta diferenciación, denominaremos superestructura textual a cada uno
de los esquemas que agrupan textos diferentes pero que poseen unas características
globales comunes. Adam, partiendo de los conceptos de Van Dijk, introduce el
concepto de competencia textual (capacidad que tiene el hablante de una
determinada lengua para interiorizar unos determinados esquemas formales para cada
tipo de texto y para elaborar y reconocer los tipos de texto dependiendo de su relación
con estos esquemas) y secuencia textual (una red de relaciones jerárquicas, una
unidad de relativa autonomía, dotada de una organización interna que le es propia).
Entiende Adam que el hablante que posee competencia textual es capaz de elaborar y
reconocer cinco estructuras básicas: narración, descripción, exposición,
argumentación y diálogo-conversación.
De entre los cinco, el texto descriptivo es quizá el que mayores controversias ha
suscitado entre los autores para su inclusión como una tipología textual específica: hay
quien lo supedita a lo narrativo (M. Álvarez) o incluso quien concibe la descripción
como un subtipo de texto expositivo centrado en la explicación de entes físicos (Roulet
y Fuentes). No obstante, consideramos (con Genette) que el lector reconoce la
particularidad del texto descriptivo, lo que justifica enteramente su consideración
como tipo específico (así lo hace Adam), por más que suela combinarse con otras
superestructuras.

1.EL TEXTO DESCRIPTIVO


1.1. DEFINICIÓN
Describir es representar mediante la lengua seres u objetos del mundo exterior,
impresiones físicas o psíquicas, ambientes, procesos… con la intención de generar en la
mente del receptor una imagen semejante a la que causaría la impresión sensible. Es,
por tanto, como señala M. Álvarez, “una pintura hecha con palabras”.
Una descripción implica la presentación de un todo y de sus partes, por lo que están
formadas por un tema: la realidad global que se explica; varios subtemas: los
elementos o partes que integran esa realidad global; y una serie de predicados que los
explican o desarrollan. De esto se deduce que en toda descripción participan tres
ingredientes básicos: la palabra clave (el tema), la ordenación jerárquica de las partes
constituyentes y la progresión (en virtud de la cual las diversas partes pasan a ser
núcleos de nuevos predicados.
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Asimismo, la descripción está estrechamente relacionada con la dimensión espacial,


pues se basa en la percepción de realidades en el espacio. Es por ello que se
caracteriza por su estatismo frente al dinamismo temporal consustancial al texto
narrativo.
Al igual que ocurre con los demás tipos de texto, es difícil hablar de un texto
descriptivo puro. Lo más habitual es que la descripción se combine con otro tipo de
secuencias (en especial la narrativa) formando textos heterogéneos y asumiendo un
rol secundario o subordinado. Eso sí, también puede erigirse en la secuencia
dominante (así sucede en determinados reportajes periodísticos o ciertos folletos)
aunque esto ocurre con menor frecuencia.
1.2. EL PROCESO DESCRIPTIVO
Schöckel considera que en la complejidad inherente al procedimiento descriptivo hay
que delimitar al menos tres fases:
a. Observación. Es un paso previo imprescindible en el que se deben captar los
elementos siguiendo un orden, establecimiento las relaciones que existen entre
ellos, las distintas partes de las que constan, sus rasgos (forma, color, materia,
textura, peso, posición…), y la finalidad.
b. Selección de datos. Resulta imposible agotar todas las facetas de una realidad
mediante la descripción. Por eso es necesario escoger los datos más
significativos y seleccionarlos en función de la impresión que se pretenda
producir. Por tanto, potenciar unos aspectos y omitir otros servirá para
conseguir distintos efectos en el receptor. La selección de los datos va
acompañada de una ordenación de los mismos, que puede ser de diversos
tipos: arriba-abajo; dentro-afuera; general-particular; particular-general;
próximo-alejado; alejado-próximo; real-imaginario; imaginario-real.
c. Presentación de los datos. Es la descripción propiamente dicha porque
consiste en expresar mediante palabras los datos seleccionados y organizados.
Habrá que emplear un vocabulario preciso y plástico, ser completa (lo será en
mayor medida si incluye información relativa a los cinco sentidos) y estar
conformada por predicados calificativos (cómo son) y funcionales (para qué
sirven).
1.3. TIPOS DE DESCRIPCIÓN
Básicamente podemos tomar tres criterios fundamentales para la discriminación de
diversos tipos complementarios de descripción:
 Según la finalidad objetiva o subjetiva del emisor, se distinguen dos tipos
fundamentales:
o Descripción científica o técnica. Su propósito es dar a conocer un objeto
(partes, funcionamiento, finalidad). Predomina la objetividad y por eso el
empleo de la 3º persona, del presente atemporal y la ausencia de léxico
axiológico y de figuras retóricas. Asimismo, hay predominio de un afán de
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precisión y por ello el uso de abundantes adjetivos especificativos,


sustantivos concretos (muchos de ellos tecnicismos). En esta clase de
descripción, por lo tanto, el autor se mantiene al margen sin manifestar sus
opiniones  Textos científicos.
o Descripción literaria o impresionista. En estas descripciones se plasma lo
que al autor le sugiere el objeto que se describe. Predomina en ella por
tanto la subjetividad, perceptible en el uso de la 1º persona, adjetivos
valorativos y léxico connotativo, por lo que alcanzan en ella las funciones
emotiva y poética  Textos artísticos y literarios.
 Según el punto de vista, se pueden distinguir tres tipos de descripciones:
o Pictórica. Definidas por la inmovilidad del sujeto y del objeto. Desarrolla
especialmente las facetas correspondientes a sus aspectos externos y
evidentes: luz, color, texturas, distribución.
o Topográfica. Se describe un objeto inmóvil visto por un sujeto en
movimiento. No se describe todo lo que se ve, sino aquellos detalles
característicos que lo define.
o Cinematográfica. Un sujeto inmóvil describe un objeto móvil. Con ella se
pretende captar un ambiente variopinto y en movimiento. El receptor asiste
al espectáculo como si estuviese contemplando una película.
 Según el objeto descrito, Pierre Fontanier establece siete tipos:
o La topografía. Es la descripción de un paisaje, sea este natural o producto
de la intervención humana. Se da por ejemplo en la descripción técnica
elaborada por un arquitecto o en los típicos pasajes novelescos en los que
se transmite el ambiente peculiar en el que queda anclada la acción
narrada. Los rasgos lingüísticos más característicos son: sustantivos
comunes concretos, topónimos y adjetivos especificativos.
o La cronografía. Consiste en la descripción de una época o una cultura a
partir de los elementos físicos y espirituales que la caracterizan frente a
otra época anterior o posterior. Suele atender tanto a rasgos físicos como
espirituales.
o Paralela. Consiste en la alternancia o sucesión de descripciones mediante
las que se comparan dos objetos para resaltar sus semejanzas o diferencias.
o El cuadro. Varias descripciones de pasiones, acciones, acontecimientos o
fenómenos físicos o morales. Es típico del costumbrismo romántico.
o La prosopografía. Se trata de la descripción externa de una persona, animal
o ser ficticio del que se destacan sus rasgos físicos y su indumentaria. En la
Edad Media se estableció un orden predeterminado para la misma: de
arriba a abajo.
o La etopeya. Es una descripción personal centrada en el carácter y
personalidad del ser descrito.
o El retrato. Supone la fusión de la prosopografía y de la etopeya. Suele ser la
descripción personal más frecuente. Existen varios tipos de retrato, pues
pueden ser objetivos, subjetivos, laudatorios (alabanza), autorretrato
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(coincidencia de sujeto y objeto), caricatura (exageración burlesca de los


rasgos); y esperpento (surge en 1920 con la obra de Valle Luces de Bohemia
y consiste en la degradación de los seres para revelar la realidad grotesca y
absurda para realizar la crítica moral y social. Algunos recursos: la
presentación de lo extraordinario como normal y verosímil, la
animalización, la muñequización y la cosificación).

2.LA ESTRUCTURA DEL TEXTO DESCRIPTIVO


Existen diversas teorías que explican la estructura que poseen los textos descriptivos.
De este modo, aquí nos centramos en los modelos de Hamon y de J. M. Adam
2.1. EL MODELO DE HAMON
Para Hamon toda descripción se compone de un tema-título identificable con la
totalidad del objeto que va a ser descrito. Este tema-título puede formularse
explícitamente o permanecer implícito (como sucede con las adivinanzas). Asimismo,
fija un marco y crea expectativas sobre la presencia y función de las unidades que
constituyen el texto para conseguir que tenga cohesión.
La nueva información aparece como una expansión del tema-título (explicación de las
partes del objeto descrito, nomenclatura, ejemplificación…) que se relaciona con una
serie de propiedades o cualidades (denotativas o connotativas) referidas a este
objeto. De este modo se establece una relación entre el objeto y la descripción.
2.2. EL MODELO DE ADAM
Adam entiende que una descripción se apoya en cuatro operaciones fundamentales en
las cuales se combinan las partes de la estructura de la descripción: anclaje,
aspectualización, puesta en relación y tematización.
 El anclaje es el punto de partida de la descripción y suele coincidir con el título o
tema, es decir, que el emisor señala mediante un nombre aquello que va a ser
explicado. Tras el anclaje aparecerá la aspectualización o la puesta en relación con
otros objetos.
 La aspectualización pretende describir el objeto mediante su fragmentación en los
elementos que lo forman. Para ello puede utilizar dos procedimientos
(aisladamente o combinados): la enumeración de sus partes y/o la enumeración de
sus propiedades. Tanto en un caso como en otro, la enumeración puede tender a la
exhaustividad o la a selectividad.
 La puesta en relación del objeto descrito con otros objetos del mundo exterior se
realiza mediante dos operaciones: El enmarque situacional y la asociación. El
primero tiene como fundamento la metonimia ya que establece una relación entre
características contiguas al objeto descrito desde una perspectiva temporal,
espacial o en lo que respecta a otros objetos próximos. La asociación consiste en
relacionar dos objetos diferentes mediante comparaciones y metáforas.
 La tematización es la operación que garantiza la progresión temática de la
descripción. El procedimiento de encadenamiento por tematización permite que
una parte seleccionada por aspectualización se convierta en un nuevo tema de la
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descripción.

3.CARACTERIZACIÓN DEL TEXTO


DESCRIPTIVO
El texto descriptivo se caracteriza porque representa la simultaneidad de un todo y sus
partes. Por lo tanto, guarda relación con una ordenación espacial y aparentemente
objetivable, frente al texto narrativo que se relaciona con una ordenación lógica. El
carácter objetivable no excluye la condición de irrealidad ni de subjetividad de la
descripción pero supone cierta verosimilitud, cierta conexión con elementos externos
y objetivos.
3.1. RASGOS LINGÜÍSTICOS
-Dado que en la descripción se procede a explicar las partes y propiedades que
componen un todo es lógico que predominen en ella los sustantivos y adjetivos. Los
sustantivos nombran los objetos o partes de la realidad y clasifican seres y estados. Por
su parte, el adjetivo ejerce un importante rol al completar las nociones señaladas por
él ya que es el encargado de explicitar los componentes sensoriales inherentes a la
descripción. Dependiendo de la finalidad del emisor, predominarán los adjetivos
especificativos (descripción objetiva) o los epítetos y valorativos (descripción subjetiva
y/o literaria).
-En cuanto a los verbos, teniendo en cuenta el carácter estático propio del texto
descriptivo, resulta razonable que los tiempos característicos sean el presente con
valor atemporal y el pretérito imperfecto (tiempo adecuado para la expresión del
estancamiento temporal de este tipo de texto debido a su valor durativo), así como la
presencia de formas no personales como el infinitivo y el gerundio (atemporalidad y
valor durativo). Por lo que respecta a la semántica, predomina el uso de verbos
estativos y de significado sensorial.
-La percepción espacial de un objeto hace que sea necesaria la presencia de adverbios
y locuciones adverbiales para la precisa ubicación de las partes y propiedades en la
interpretación del texto por parte del receptor.
-Por último, en el ámbito de la descripción subjetiva es típica la aparición de figuras
retóricas como comparaciones y metáforas, las cuales pueden cumplir con el propósito
de facilitar la comprensión aludiendo a otras realidades conocidas por el receptor o
dotar al texto de mayor densidad estilística.
3.2. RASGOS TEXTUALES
En lo que concierne a la coherencia y cohesión textuales, los textos descriptivos
muestran un uso constante de la referencia endofórica y de la cohesión léxica
(repetición de palabras, sinonimia, hiperonimia e hiponimia, metáfora, metonimia,
proformas léxicas) como mecanismos formales para garantizar la adecuada conexión
entre los distintos enunciados que conforman la unidad textual. Asimismo, suele ser
muy frecuente el empleo de conectores espaciales, temporales y de focalización.
También se observa una marcada preferencia por determinados modelos de
progresión temática, en especial la progresión lineal y el de temas derivados (dada la
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relación hiperonímica que vincula al todo y a sus partes).


3.3. RASGOS PRAGMÁTICOS
Desde el punto de vista pragmático, la descripción se ve ineludiblemente condicionada
por dos factores fundamentales relacionados con los dos agentes de la comunicación:
la intención del emisor y la imagen que del receptor posea aquel, ya que la selección
de datos que habrán de formar parte del texto descriptivo quedará supeditada al
propósito de crear cierta predisposición con respecto al objeto descrito en el
destinatario, a los conocimientos previos que este pueda tener, el marco situacional
que enmarca el acto comunicativo y el tipo de relación que se establece en ese caso
entre emisor y receptor. Por otra parte, la descripción implica la ejecución del acto
ilocutivo de informar, algo que explica su carácter generalmente subordinado a otro
tipo de secuencias.

4.RELACIÓN DE LA DESCRIPCION CON LA


NARRACIÓN
Anteriormente se señaló que en opinión de ciertos autores la descripción no constituía
una tipología textual autónoma. Una de las razones fundamentales que sustentan esta
postura se basa en el hecho de que muy frecuentemente la descripción se constituye
como una secuencia incrustada en otra dominante, la mayoría de las veces de tipo
narrativo.
Entre las principales diferentes existentes entre narración y descripción es que la
primera está basada en la temporalidad de los hechos frente a la segunda que se
centra en la espacialidad de los objetos. Para Todorov narración y descripción se
contraponen pues la primera correspondería a la sucesión de acontecimientos frente a
la yuxtaposición simultánea de objetos con o sin transformación.
Por su parte, Genette alude a la mutua dependencia entre narración y descripción. La
narración se centra en la dimensión temporal y dramática del relato: su contenido son
acciones o acontecimientos vistos como procesos; en cambio, la descripción implica el
estancamiento del tiempo mediante el realce del espacio y de la presentación de los
procesos. Se trata de operaciones semejantes que difieren en el contenido, por ello
considera a la descripción como un aspecto de la narración.
Las relaciones que pueden establecerse entre narración y descripción cuando
funcionan conjuntamente son:
 La descripción introduce la acción. Esta es la forma más simple de relación,
consiste en describir personajes y movimientos.
 La descripción depende de la acción. Es el caso contrario al anterior. De la acción
deducimos de descripción y se configura el objeto.
 La descripción provoca la acción. Se describe un ambiente, una situación… de los
que se desprende que necesariamente la acción.
En cuanto a las funciones de la descripción dentro del texto narrativo podemos
destacar las siguientes siguiendo a Antonio Garrido:
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1. Función decorativa o estética. Ya la tradición retórica le asignó a la descripción


en el seno del discurso judicial una finalidad ornamental, la cual podía poder de
manifiesto la especial habilidad lingüística del orador. Con todo, más allá del
mero alarde estético, también suele aportar el anclaje situacional de los hechos
narrados.
2. Función demarcativa u organizativa. Puede subrayar la frontera inicial o final
de una acción, presagiar o retardar esta, hacer patente la propia estructura
narrativa…
3. Función simbólica o explicativa. Puede proporcionar información abundante
que justifica la acción de los personajes, crea ambiente u ofrece claves para
entender mejor la trama.
4. Finalmente, la descripción dota de ojos al lector (Genette), pues facilita el
proceso de interpretación del universo narrativo haciéndole ver el espacio en
el que se desarrolla.
Garrido menciona que en la descripción inserta en una narración es posible
distinguir dos situaciones con respecto a la focalización, pues el punto de vista y las
opiniones del narrador y los personajes pueden ser convergentes o divergentes,
generándose en este último caso un distanciamiento entre ambos que permite la
entrada de opiniones, valoraciones, etc.

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