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característica mezcla de lo lírico y narrativo) y es una concreción de la primacía de la
libertad y originalidad (verdaderas piedras angulares de lo estético).
Antes de proceder a la caracterización sincrónica de los tradicionalmente llamados
géneros fundamentales, macrogéneros o formas naturales (Goethe), conviene trazar
un breve bosquejo de índole diacrónica para constatar la naturaleza esquiva del
concepto y observar hasta qué punto las visiones actuales constituyen desarrollos de
ideas e intuiciones del antaño.
1.1. LA ANTIGÜEDAD
Debemos remontarnos a Platón para encontrar el primer tratamiento del género
literario en el libro III de República, en donde establece una división tripartita de la
poesía –entendida como la construcción imitativa de cosas pasadas, presentes y
futuras- en mimética (las acciones verbales y no verbales de los personajes son
ejecutadas por estos, asimilable a la dramática), no mimética (las acciones verbales y
no verbales son ejecutadas por el poeta) y mixta (categoría propia de la epopeya).
Asimismo, Platón condena el género teatral porque es completamente imitativo (mal
ejemplo para los jóvenes) y el épico porque induce al placer.
A pesar del antecedente platónico es en la Poética de Aristóteles donde se contiene la
que ha sido considerada como la primera gran teoría de los géneros literarios. Así,
partiendo del concepto de la mímesis, Aristóteles establece tres criterios de
discriminación genérica: el medio de la mimesis (enfrenta a los géneros en los que
existe música ritmo y melodía con aquellos en los que tales elementos se dan por
separado); el objeto de la mimesis (producciones de tono alto, bajo y medio); y el
modo de la mimesis (narrativo o dramático). Seguidamente, Aristóteles solo considera
la tragedia y la epopeya, sin tener en cuenta la lírica puede que porque no cumpliera
con el requisito de ser mimética.
La segunda contribución fundamental de la Antigüedad es la propiciada por Horacio en
su Epistula ad Pisones. Para el poeta romano los géneros son moldes esenciales cuyas
características deben ser respetadas. Considera irrenunciable el principio del decorum
(adecuación de aspectos temáticos y estilísticos), si bien admite la posibilidad ocasional
de mezcla de géneros, mostrando así una actitud tolerando y abierta.
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Un último hito de cierta relevancia en la Edad Antigua es el constituido por el
tratamiento que desde la Retórica se le concede a las cuestiones literarias. Así, se
realizan intentos de sistematización de los textos literarios. De este modo, autores
como Dionisio de Halicarnaso o Quintiliano se mostraran partidarios de establecer un
esquema ternario en lo concerniente a la división de los géneros, lo que supondrá un
primer intento de conceder un lugar central al género lírico.
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2.LOS GÉNEROS LITERARIOS EN EL SIGLO XX
2.1. EL IDEALISMO
Benedetto Croce rechaza en el siglo XX la concepción evolutista de los géneros y la
rigidez de la clasificación genérica clásica porque concibe la obra literaria como algo
original, autónomo e irrepetible. Este razonamiento le conduce a la negación de los
géneros como concepto artístico-literario. A pesar de ello no niega la instrumentalidad
de los géneros, pues se muestran como criterios organizativos oportunos en el estudio
de la historia de la literatura.
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entones establecidas. Además, señalan que la noción de género resulta
particularmente provechosa como criterio organizador aplicado a los estudios
literarios.
2.4. ESTRUCTURALISMO
Siguiendo en principio la senda iniciada por el formalismo ruso, el estructuralismo se
ha mostrado a lo largo del tiempo como un paradigma lo suficientemente flexible para
ir enriqueciéndose con nuevas propuestas procedentes de la perspectiva pragmática,
resultando de ello una visión sincrética superadora de los límites del método
inmanentista. De este modo, si los primeros intentos de estudio de los géneros
literarios se limitaban a señalar los elementos constitutivos de las estructuras
lingüísticas de cada uno, en acercamientos recientes se ha situado la cuestión genérica
dentro del panorama más general de los tipos de discurso, manifestación palmaria del
innegable carácter convencional de los usos idiomáticos. Así concebidos, los géneros
se identifica, en opinión de Culler, con convenciones discursivas que garantizan la
comprensibilidad de los textos, pues gracias a la puesta en relación de la obra en
particular con los modelos que la inspiran, la extrañeza inicial experimentada en la
recepción del texto se torna en familiaridad, ocupando de esta manera un lugar central
el fenómeno de la intertextualidad en los procesos de comprensión y construcción de
sentidos por parte del lector. O. Ducrot y T. Todorov establecen una distinción entre
géneros históricos (definibles a partir de la observación de rasgos en obras de un
período determinado) y géneros teóricos o tipos (que se deduce de una teoría sobre
las diferentes modalidades de discurso). Asimismo, defienden una concepción más
dinámica de los géneros al afirmar que una obra puede pertenecer a varios géneros
según la importancia que se otorgue a tal o cual rasgo de su estructura y que ningún
género se define por la posesión en exclusiva de un rasgo distintivo.
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suponen distintas concreciones de un mismo tipo de lenguaje. Ej: novela griega
o sentimental.
2. Tradición pictórica. Compuesta por los denominados géneros jocoserios,
rastreables desde la Antigüedad y que suponen manifestaciones concretas de
la literatura carnavalesca, definida por plasmar “una concepción alterada y
heterodoxa de la existencia, al margen de la vida oficial”, tal y como señala
Huerta Calvo. Precisamente la forma más lograda de lo carnavalesco en
literatura es la novela moderna, cuya polifonía aparece como recurso
imprescindible para lograr, en el interior de sus páginas, el enfrentamiento
dialéctico entre diversas visiones del mundo puestas de relieve por distintas
voces.
Para Bajtín el género literario fija un modelo del mundo, interrumpe la serie infinita o
ilimitada, y delimita temáticamente la totalidad mediante unas coordenadas
espaciotemporales que constituyen lo que él llama el cronotopo (“correlación esencial
de las relaciones espaciotemporales, tal como ha sido asimilada por la literatura”).
Cada género vendría conformado por un cronotopo particular: novela griega (tiempo
de la aventura localizado en un mundo extraño); novela de caballerías (cronotopo del
camino y del itinerario); novelas que rompen las convenciones genéricas (cronotopo
de acuerdo a la personalidad de los personajes proteicos).
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-Supragéneros: trascienden los límites de un género particular, pues dan cabida en su
interior a diversidad formal y/o temática.
Por razones metodológicas, la tríada genérica clásica, tan sistematizada en la Estética
de Hegel, resulta operativa para clarificar la tipología genérica; sin embargo, siguiente
a algunos autores, añadiremos los géneros didáctico-ensayísticos, que dan cabida a
prácticamente todas las manifestaciones de la prosa escrita no ficcional, aunque en
ella no se denote siempre una voluntad artística bien definida. Así las cosas, tenemos
cuatro grandes géneros:
Géneros poético-líricos.
Géneros épico-narrativos.
Géneros teatrales.
Géneros didáctico-ensayísticos.
Por otro lado, en lo que se refiere a la subdivisión de los grupos, fruto del hibridismo
que la práctica de los géneros ha puesto siempre, la única solución solvente es la
clásica distinción de E. von Hartmann de tres grados distintos en cada género:
Lírico:
o Lírico-lírico.
o Lírico-épico.
o Lírico-dramático.
Épico:
o Épico- épico.
o Épico- lírico.
o Épico-dramático.
Dramático:
o Dramático-dramático.
o Dramático-lírico.
o Dramático-épico.
Se trata de una distribución que intenta dar cuenta de aquellos géneros cuya
configuración es mixta.
Ensayísticos:
o Ensayístico- ensayístico.
o Ensayístico-narrativo.
o Ensayístico-dramático.
o Ensayístico-lírico.
A. LOS GÉNEROS POÉTICO-LÍRICOS
Según Rodríguez Adrados, la lírica es la más antigua manifestación del sentir popular;
la primera manifestación literaria de cualquier civilización. Para K. Spang estos son los
rasgos definitorios de la lírica:
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1. La interiorización. La especial disposición del enunciador en la lírica hace que
incluso el mundo exterior se conciba como causa o escenario ideal para
comunicar algún aspecto del mundo interior del propio poeta. Esto supone que
la brevedad y la intensidad sean ingredientes comunes del texto lírico, pues son
particularmente indicados para la manifestación de lo emocional.
2. La carencia de historia. Si se muestra es solo como soporte de la subjetividad.
3. Predilección por la instantánea. Es consecuencia de la brevedad.
4. Profundización. Se muestra como un requisito indispensable para la
consecución de la intensidad emotiva.
5. Predominio de la función poética. En la lírica alcanza su mayor manifiesto la
densidad estilística y la complejidad de la estructura.
6. Generalidad de versificación. No es obligatorio (poema en prosa), pero sí es
una tendencia convertida en norma durante muchas etapas históricas.
7. Ritmo. Puede conseguirse mediante la aplicación de pautas métricas
consagradas por la tradición o mediante la búsqueda original de recurrencias
en los más diversos niveles de la lengua.
8. Oralidad. La dimensión rítmica y musical del texto lírico hace que la percepción
más adecuada de este sea la auditiva, ya sea explícita o implícitamente.
9. Musicalidad. Descansa en el ritmo, melodía, color de las vocales, dureza o
suavidad de las consonantes.
10. Pragmáticamente, se puede distinguir en la lírica una comunicación directa o
diferida.
B. GÉNERO NARRATIVO
Frente a lo sucedido con la lírica, la narrativa sí recibió consideración por parte de la
Poética clasicista, por lo que desde Aristóteles fue concebida como un modo, forma
natural o universal literario. En cualquier caso, el género narrativo suele ser una de las
primeras manifestaciones literarias de cualquier civilización, pues la relación de
sucesos de interés comunitario constituye el germen de las primeras obras de cierta
extensión que pueden rastrearse en muchas literaturas. Para K. Spang estos son los
rasgos definitorios de lo narrativo:
1. Se compone de una historia narrada por alguien. Por historia ha de entenderse
la configuración verbal y ficticia de espacio, tiempo y figuras en situación
generalmente conflictiva.
2. La existencia de narrador, que se presenta como una voz que actúa de
intermediario entre la historia y el receptor.
3. Carácter ficticio del narrador y de la propia historia.
4. Subjetividad narrada. En el texto narrativo se comunican aspectos de la
subjetividad de terceros que realmente solo podrían comunicar esas personas
mismas.
5. Carácter exclusivamente verbal. La palabra es el único vehículo comunicativo.
6. Objetividad, entendida como la necesidad que el autor tiene de crear un
mundo real en apariencia en el que anclar la historia que pretende contar.
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7. Carácter diferido. De ahí la utilización de tiempos verbales en pasado.
8. Independencia de la forma. El texto narrativo puede utilizar como vehículo de
expresión tanto el verso como la prosa.
C. EL GÉNERO DRAMÁTICO
El género dramático también suscitó atención teórica desde los orígenes mismos de la
reflexión literaria y ha constituido objeto de controversia constante a lo largo del
tiempo, en especial referencia a la cuestión de la necesidad o no de respetar la pureza
genérica de la tragedia y la comedia. Para K. Spang estos son los rasgos definitorios de
lo dramático:
1. Inseparabilidad del texto literario y su consecuente representación. Aunque
pueda limitarse su recepción al ámbito de la lectura individual, el texto
dramático nace con vocación de ser representado.
2. Plurimedialidad. El teatro supone la movilización de señales procedentes de
una enorme variedad de códigos por lo que se muestra como un conjunto
semiológico complejo.
3. Colectividad de producción y recepción. Ya que requiere la participación del
autor, director, actores, intermedios escénicos y público.
4. Autarquía del drama. Aparentemente, se produce en casa representación la
ficción de la autosuficiencia de lo representado en las tablas, en ese momento
juzgado independiente de la voluntad de la cadena que hace posible la emisión
y de las reaccione del propio público asistente.
5. Sistema de comunicación doble. En el espectáculo teatral se produce la
concomitancia de dos situaciones comunicativas: la escénica y la extraescénica.
6. Diálogo. Constituye la forma de comunicación verbal característica en el teatro.
Por ello se dice que su función es exclusiva, no introducida o parcial.
7. Doble sistema ficcional. Pues combina la ficción del texto con la propia
representación, llevada a cabo gracias a la intervención de actores, decorado,
iluminación, etc.
D. EL GÉNERO DIDÁCTICO
Tradicionalmente, no se ha incluido en la nómina de géneros fundamentales, pero a lo
largo del siglo XX se ha impuesto la necesidad de clasificar adecuadamente obras
consideradas literarias a pesar de no desarrollar contenidos de ficción y privilegiar lo
reflexivo sobre el alarde meramente estético. Su mayor representante es el ensayo.
Dentro del ámbito didáctico, Garcío Berrio establece la siguiente subdivisión: