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Cooperativas agrarias

y peronismo
Cooperativas agrarias y peronismo
Acuerdos y discrepancias.
La Asociación de Cooperativas Argentinas

Graciela Mateo
Mateo, Graciela
Cooperativas agrarias y peronismo : acuerdos y discrepancias : la Asociación
de Cooperativas Argentinas . - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires :
Fundación CICCUS, 2014.
E-Book.
ISBN 978-987-693-075-8
1. Economía. 2. Cooperativas. I. Título
CDD 334

Fecha de catalogación: 31/10/2014

Diseño de tapa: Juan Fenu


Diseño y diagramación de interior: Sol Osorio
Corrección: Ana María Marconi

© Ediciones CICCUS - 2014


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Impreso en Argentina Ediciones CICCUS ha sido


merecedora del reconoci-
Printed in Argentina
miento Embajada de Paz,
en el marco del Proyecto-
Campaña “Despertando Con-
ciencia de Paz”, auspiciado por la Orga-
nización de las Naciones Unidas para la
Ciencia y la Cultura (UNESCO).
A la memoria de mis padres,
María Esther y Julián,
por su inconmensurable amor

A Leny y Diego,
por permitirme renovar a diario
el milagro de la maternidad.
Agradecimientos

El contenido de este libro corresponde a una versión ampliada y


corregida de la tesis de Maestría en Metodología de la Investiga-
ción Científica presentada en la Universidad Nacional de Lanús en
mayo de 2011. Su realización no hubiera sido posible sin el incon-
dicional apoyo de mi directora, la Dra. Noemí Girbal-Blacha. Como
docente primero, en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación de la Universidad Nacional de La Plata, como AMIGA y
colega después, en la Universidad Nacional de Quilmes, Noemí ha
sido para mí un ejemplo de compromiso, trabajo, honestidad y
sobre todo generosidad. Sin su estímulo y respaldo permanente no
hubiera retomado la investigación histórica, actividad en la que
nos iniciara a ambas un verdadero Maestro, el Dr. Horacio Juan
Cuccoresse, a quien también profeso un profundo agradecimiento
por el legado intelectual y humano que nos dejó a los discípulos
que tuvimos el honor de formarnos bajo su dirección.
La redacción de este trabajo requirió la consulta de diversos
archivos y bibliotecas, en las que siempre encontré no solo per-
sonal idóneo, sino también amable y dispuesto a solucionar pro-
blemas. El señor Juan Carlos Fola, director de prensa de ACA, y el
equipo que dirige, integrado por Roberto Méndez, Juan Molina y
Rodolfo Maresca, fueron quienes siempre facilitaron la tarea con
su buena disposición.
Quiero hacer público mi agradecimiento a quien estuviera a
cargo del Museo del Banco de la Nación Argentina, el licenciado
Arnaldo Cunietti Ferrando; a las bibliotecarias Patricia, Fabiana y
Mirta Villalba de las Bibliotecas Tornquist, Prebisch y del Centro
Cultural La Cooperación, quienes colaboraron desinteresadamente
en la búsqueda del material que da sustento a esta investigación.
Un especial reconocimiento a la memoria del profesor Isaac
Bleger, cooperativista inveterado, quien respondió con premura a

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Graciela Mateo

cada uno de mis requerimientos bibliográficos, pero sobre todo,


me transmitió su admiración hacia los valores cooperativos.
A la profesora Silvia Mallo por haber despertado mi vocación
por la Historia y haberme inducido a encontrar respuestas en ella.
A las doctoras Gabriela Olivera y Beatriz Solveira, colegas de
la Universidad Nacional de Córdoba, con quienes he compartido la
organización de diversos simposios referidos a la Economía Social
y el Cooperativismo, en los que presenté a debate resultados par-
ciales de la investigación.
A la Dra. Beatriz Moreyra, investigadora del CONICET, por la
atenta lectura y las minuciosas observaciones formuladas como
miembro del jurado de tesis.
A mi amigo y colega, el Dr. Horacio Bozzano, por el trabajo
compartido y por involucrarme en proyectos de intervención, en el
convencimiento de que la labor científica debe servir para mejorar la
calidad de vida de la gente, vaya también mi agradecimiento hacia él.
Un sincero reconocimiento a mis compañeros del Centro de
Estudios de la Argentina Rural (CEAR) dirigido por la Dra. Noemí
Girbal-Blacha. Me refiero a María Silvia Ospital, Talía Gutiérrez,
Gustavo Zarrilli, Javier Balsa, Martha Ruffini, Luis Blacha, Juan Ma-
nuel Cerdá, José Muzlera y los jóvenes de 30, como se autodeno-
minan los becarios que integran el equipo, quienes han hecho más
placentero el trabajo y han enriquecido –sin lugar a dudas− con sus
comentarios, críticas y aportes el contenido de este libro.
Al Dr. Mario Lattuada, referente indiscutido del asociacionis-
mo rural y de la política agraria del peronismo, por haber prolo-
gado el libro.
A mis amigas y compañeras de la Facultad de Humanidades
de la UNLP, las profesoras Betina Espada y María Isabel de Sousa
Janela, y a las amigas y colegas, las doctoras Silvia Lázzaro y Ana
Inés Ferreyra, infinitas gracias por la horas de estudio, de inter-
cambio de ideas, de congresos compartidos.
Para Gabriela Capel, compañera de la Maestría, también
GRACIAS por el itinerario académico que recorrimos juntas y por
su inquebrantable amistad.
Para Juan Carlos Navarro, un especial reconocimiento por
su estímulo para que finalizara el trabajo de tesis y por estar, más
allá de la distancia física, siempre cerca.

10
Agradecimientos

Por último, quiero agradecer a dos instituciones: a la Uni-


versidad Nacional de Quilmes, de cuya fundación participé con
orgullo hace más de veinte años y en la que me desempeño como
docente e investigadora, y al Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas, que hizo posible la publicación de este libro
a través de uno de sus Proyectos de Investigación Plurianuales,
PIP Nº 2244, radicado en la UNQ y dirigido por la Dra. María Silvia
Ospital.

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Índice

Nómina de abreviaturas 15

Prólogo
Mario Lattuada 17

Introducción 23

Capítulo I
Posmodernidad y ciencias sociales  29

Capítulo II
Economía social, economía asociativa,
economía solidaria, tercer sector:
distintas denominaciones, significados y alcances análogos 45

Capítulo III
El cooperativismo,
pieza clave de la economía social 55

Capítulo IV
Una perspectiva del cooperativismo agrario en Argentina 63

Capítulo V
Dos genuinos representantes
del cooperativismo agrario argentino 81

Capítulo VI
Un paradigma del cooperativismo agrario argentino:
la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) 105

13
Capítulo VII
Peronismo y cooperativismo 121

Capítulo VIII
Educación cooperativa  165

Capítulo IX
Mujeres y jóvenes en el cooperativismo agrario 177

A modo de epílogo 199

Bibliografía 205

Sobre la autora 229

14
Prólogo

El contenido de este libro es producto de un trabajo de investiga-


ción llevado a cabo para la realización de una tesis de maestría en
Metodología de la investigación científica, en la que se rescatan
los enfoques multidisciplinarios en la construcción de un objeto de
estudio como lo es la “economía social”. Un objeto en el que el
cooperativismo agrario se destaca como sustento cultural, ideoló-
gico y político de un conjunto de iniciativas asociativas de peque-
ños y medianos productores agropecuarios que a través de diversas
organizaciones basadas en principios no estrictamente capitalistas
buscan su reproducción y crecimiento en economías de merca-
do. Se demarca entonces como objeto de estudio una esfera de
lo económico que trasciende la institución “mercado” desde una
perspectiva –promovida por los enfoques de Weber y Polanyi entre
otros– de comprensión de los fenómenos económicos a partir de su
inserción en la complejidad social.
Por este motivo, el libro de Graciela Mateo nos brinda mucho
más de lo que promete su título, y abarca en forma extensa y en
profundidad las diferentes aproximaciones de las ciencias sociales
al tema de la economía social, realiza un recorrido por una de sus
formas de expresión organizativa –el cooperativismo–, analiza los
antecedentes de estudios sobre el cooperativismo agrario en la
Argentina, y explora la génesis, consolidación y transformaciones
de uno de sus referentes empíricos más relevantes: la Asociación
de Cooperativas Argentinas. En este último caso, el libro posibilita
observar cómo las ideas e iniciativas de dos reconocidas persona-
lidades de principios del siglo xx –Domingo Bórea y Juan Costa– se
materializan en la fundación de la primera asociación de coope-
rativas agrarias de la Argentina, las improntas ideológicas de sus
principios en relación a la iniciativa privada y a la intervención del
Estado, el rol de las mujeres y los jóvenes en la organización, la

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Mario Lattuada

importancia de la educación cooperativa en el reforzamiento de


la ideología y la estructura institucional, y la interacción con el
poder público desde su creación. Es en este punto donde el tra-
bajo se detiene para profundizar el análisis de la relación entre la
Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) como expresión re-
presentativa del cooperativismo agrario y el Peronismo en pleno
ejercicio del poder del Estado (1946-1955).
Como suele suceder, quien realiza un prólogo elige priorizar
ciertos aspectos de la obra en detrimento de otros –probablemen-
te tanto o más valiosos que los elegidos– en función de sus propios
intereses, preferencias y limitaciones –y este caso no constituye
una excepción–. Sepa disculpar el lector –y también el autor– mi
arbitrariedad para referirme exclusivamente a la relación del Pe-
ronismo y las cooperativas agrarias como motivo central de estas
páginas, a sabiendas de que el recorte es mezquino en función del
contenido del libro enunciado más arriba, aunque en cierto modo
legitimada esta licencia por el título de la obra.
El Peronismo históricamente ha tenido una tensa relación
con el sector agropecuario, en particular con sus sectores propie-
tarios pampeanos, aun con aquellos que se beneficiaron en forma
directa o indirecta de sus políticas de transformación social y eco-
nómica, como los pequeños y medianos arrendatarios y aparceros
productores de granos que aspiraban a consolidarse como una bur-
guesía agraria.
Un claro ejemplo de esta tortuosa relación se puede abordar
a partir de la interacción del Peronismo en el poder y el movimiento
cooperativo agrario, uno de cuyos exponentes más relevantes por su
trayectoria previa y posterior, e importancia económica y social, lo
constituye la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA).
La política peronista a favor de arrendatarios, aparceros y
pequeños propietarios –base mayoritaria de las cooperativas agra-
rias–, el significativo apoyo financiero a las cooperativas a través
del Banco de la Nación Argentina, y el lugar que ocupó en el dis-
curso y el accionar oficial a partir de la “vuelta al campo” del II
Plan Quinquenal, en 1950, constituyeron un fuerte incentivo al
crecimiento del cooperativismo en el país.
Como lo demuestra Mateo, la Asociación de Cooperativas Ar-
gentinas surgida en la década de 1920 se consolidará definitiva-

18
Prólogo

mente en la etapa peronista. El número de entidades y asociados


que la integraban, el capital suscripto, las reservas y fondos, y el
volumen y valor de sus actividades económicas se duplicaron du-
rante la década en que el Peronismo gobernó el país (1946-1955).
No obstante, la ACA reclamaba reiteradamente al gobierno
el retorno a la libre comercialización de su producción, a la li-
bertad de trabajo en las chacras y a la libertad de transporte, así
como eliminar las “intromisiones” del Estado en el normal desen-
volvimiento de la economía y el mercado a través del monopolio
comercial del IAPI y la aplicación del Estatuto del Peón.
El interrogante que uno podría plantearse para ese momen-
to, pero cuya vigencia y actualidad se pudo observar en el conflic-
to “campo-gobierno” del 2008, es por qué, si los resultados objeti-
vos son exitosos en un determinado contexto político y económico
–aunque ello implique ciertos costos y concesiones a partir de la
existencia de un Estado que interviene decididamente en la redis-
tribución de la riqueza y el poder en la sociedad–, las organizacio-
nes rurales solicitan el retorno a condiciones de libre mercado en
las que sus bases tienen mayor vulnerabilidad, y con ello afectan
la solidez de las propias organizaciones. La respuesta no parece
simple y tampoco fundada solo en la variable económica. El con-
flicto en el plano ideológico, de poder, dominación y control social
se presenta como un factor adicional y de peso en la explicación
de estas relaciones fluctuantes y contradictorias.
Para Mateo, el principal objetivo del Estado nacional durante
el primer Peronismo fue la consolidación de un sistema de capita-
lismo nacional inclusivo que denomina “sistema nacional-popular
de inclusión”, basado en una alianza entre la burguesía nacional y
los trabajadores, y donde la importancia asignada al movimiento
cooperativo fue una constante durante todo el período, que le
posibilitará erigirse en un factor económico de primera magnitud
durante la etapa posterior al primer Peronismo.
En el período 1946-1955, la orientación del Estado con el
cooperativismo agrario siguió la misma dirección que con el sector
agropecuario en general. La primera etapa (1946-49) fue marcada
por el monopolio estatal del comercio de granos a través del IAPI,
el control de los elevadores de granos, la fijación de precios, y el
empoderamiento de los sindicatos rurales en la contratación de

19
Mario Lattuada

trabajadores y el transporte de la producción, lo cual fue criticado


por el cooperativismo así como por los sectores que respondían a
sus bases, a pesar de ser beneficiados con las políticas de arrenda-
miento y congelación de los precios de los contratos, la suspensión
de los desalojos, y las cooperativas con la promoción del aumento
del consumo de los sectores populares.
Esta situación se modificó a partir de 1950 con la denominada
“vuelta al campo”, cuando el Peronismo, tanto en el discurso como
en su accionar a través de diferentes políticas públicas, incenti-
vó al sector agropecuario a recuperarse de su etapa de retracción
y estancamiento de la producción agropecuaria. El importante rol
asignado a las cooperativas en el II Plan Quinquenal y la legislación
peronista que se incrementa en el número de decretos y resolucio-
nes con beneficios impositivos y crediticios para las cooperativas,
la mayor flexibilidad en el accionar del IAPI al permitir a las coo-
perativas intervenir en la formación de precios y en el transporte
de la producción; así como la incorporación por varias provincias
de la obligatoriedad de la enseñanza de los principios cooperativos
en la instrucción básica, son prueba de esa mayor consideración.
Para Mateo, en esta coyuntura el Estado estaba dispuesto a dejar
en manos del movimiento cooperativo todas las actividades de pro-
ducción de bienes y de servicios en los cuales no pudiera intervenir,
representando una inmensa oportunidad para ser explotada por el
cooperativismo local, frustrada por el golpe militar que dejó incon-
clusas las realizaciones propuestas en el II Plan Quinquenal.
No obstante, existió durante todo el período una constante
supeditación de la actividad de las cooperativas a las necesidades
del Estado, y la iniciativa de incorporar al movimiento cooperativo
dentro del ordenamiento corporativo propuesto por el Peronismo en
el poder. Un movimiento cooperativo que desde sus orígenes se sus-
tentaba en una ideología más asociada a los partidos de izquierda
como el Comunista y el Socialista, pero que, como lo demuestra Ma-
teo, el Peronismo procuró armonizar con la concepción organicista
de Bunge y el humanismo cristiano de Maritain, que influyeron en
las ideas de comunidad organizada y economía social de Perón.
El denominado “decálogo de la acción cooperativa agraria”
contemplaba una fuerte presencia del Estado dentro del movi-
miento cooperativo a partir de la creación de un sistema nacional

20
Prólogo

unitario de cooperativas de productores del país. Se trataba de


conciliar la doctrina cooperativa con la doctrina nacional justicia-
lista concibiendo a las cooperativas como unidades básicas de la
economía social. Se sostenía que las cooperativas debían ser para
los productores, lo que el sindicalismo era para los trabajadores.
El II Plan Quinquenal proponía la creación de una Confederación
Nacional de Cooperativas Agrarias que tendría la representación de
los productores ante los organismos oficiales del Estado. Esta pro-
puesta fue materializándose en la creación de comisiones y conse-
jos a partir de 1953. De este modo, por una parte se promovía la
creación de una entidad gremial cooperativa plenamente integra-
da al proyecto peronista en un nivel similar al de la Confederación
General del Trabajo y a la Confederación General de la Empresa y,
por otra, se ejercía un mayor control y direccionamiento desde el
Estado y el partido sobre las organizaciones sociales y económicas.
Una situación que, para las características de una organización
como la ACA –que para esa época había alcanzado solidez eco-
nómica, bases sociales importantes, y relaciones institucionales
estrechas con el movimiento cooperativo internacional–, era gene-
radora de incertidumbre y tensiones institucionales en el plano del
poder y control de la organización, y de su proyección futura. La
inclinación hacia un acercamiento al gobierno de una parte de su
dirigencia encontró seria resistencia en las asambleas y produjo el
alejamiento de algunas figuras representativas del cooperativismo
agrario. Pero el mal tan temido no se produjo mientras el Peronis-
mo estuvo a cargo del poder del Estado, sino el 26 de octubre de
1955, cuando el gobierno de facto decidió la intervención de ACA,
situación que revertirá un año después.
Pero como hemos mencionado al inicio, el relato histórico de
esta apasionante relación constituye solo una parte de la riqueza
que el libro de Graciela Mateo nos brinda al recorrer el origen,
formación y desarrollo de una de las más importantes y complejas
organizaciones cooperativas del sector agropecuario argentino.

Mario Lattuada

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