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“La educación según la veo ahora, debería estar dirigida a lograr que uno
aprendiera a pensar y razonar por sí mismo”
Rius
Sin duda alguna esta frase dicha por Ruis, es un paradigma digno de analizar
dentro de la educación contemporánea.
Es sabido que estamos frente a una Reforma Educativa que ha sido blanco de
polémica entre el gremio magisterial, político y los medios de comunicación,
quienes hoy en día son un elemento importante e influyente dentro de la formación
y mentalidad del ser humano, principalmente niños y jóvenes; una reforma que
lejos de ser educativa es laboral, manipulada por un gobierno que prefiere un
pueblo obrero pagado con mano de obra barata a un pueblo donde impere la
cultura, debate y nuevas formas de pensamiento en pro de un mejor país.
Sin embargo esta situación no es nueva y dentro del presente ensayo se dan a
conocer la manera de cómo dichas reformas educativas han evolucionado hasta
llegar a la propuesta por el actual presidente Enrique Peña Nieto, pasando por una
breve remembranza de la Educación en México, la influencia de la televisión en la
educación, la escuela que formó a los maestros de hoy y sus sindicatos que los
respaldan y con ello dar una conclusión de estos temas tan controversiales en la
actualidad.
Recordemos que en nuestro país desde que existe uso de razón, los hombres
recibieron la educación formativa al principio, siempre en beneficio del gobierno y
sólo para hijos de los nobles y caciques donde se inmiscuía descaradamente la
iglesia para también obtener un beneficio hacia la misma, en pocas palabras cada
quien obtenía beneficios propios, sin importar el resultado de la educación como
tal.
Rius, (2016), en su libro “La Reforma Heducativa” afirma que desde la época del
presidente Echeverría (los años 70) éste trató de ajustar la Reforma Educativa a
las necesidades del sistema educativo nacional en la legislación entonces vigente,
sin embargo sus planteamientos eran abstractos y retóricos, por ejemplo formar al
hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social, y ¿cómo? Si en esa
época la educación era tradicionalista, impuesta por el maestro, donde el alumno
no debía voltear a ningún lugar que no fuera frente al maestro, y la socialización
no se hacía ni entre compañeros más que para lo básico.
Con el paso de los años y llegando al poder Cárdenas, se tuvo una mejora más ya
que su idea era que sin una buena educación no se podía hacer avanzar al país,
impidiendo también la enseñanza antirreligiosa, y logrando que en las escuelas se
tuviera una educación técnica, científica y racional, principalmente en las zonas
rurales, fundándose así el instituto Politécnico Nacional. Haciendo con ello que el
alumno se interesara más por el estudio para lograr dos objetivos: 1) conocimiento
teórico y 2) llevar a la práxis lo aprendido en el aula al mismo tiempo. De esta
manera se empezaron a tener mejores empleos y en ese entonces mejor pagados
comparado con la actualidad donde entre más estudios se tenga mejor pagado
deberían ser los empleos, sin embargo eso no sucede, desmotivando al
profesionista a seguir con sus ideales de preparación y actualización. Y si a esto le
sumamos la “flamante” Reforma Educativa, postulada por nuestro Presidente de la
República, donde sin tomar en cuenta la opinión de los trabajadores de la
educación, la propuso bajo la finalidad de imponer una disciplina laboral entre el
magisterio para controlarlo políticamente, disfrazando con ella una Calidad
Educativa, considerando a los maestros como empleados del estado, beneficiando
con ello solo a los mismos de siempre, la burocracia, quitando de esta manera la
antigüedad en los maestros, sus derechos laborales, incluyendo los de salud. Esta
situación de manera personal me afecta como trabajadora de la educación, ya que
con 23 años de ser docente frente a grupo se me han restringido una serie de
derechos que me correspondían, entre ellos el de salud y jubilación a los 28 años
de servicio, aunándose la estabilidad del empleo al tener que presentar un
examen de permanencia donde ponen en tela de juicio la profesionalización y
conocimientos que se tienen, realizando un examen de mismo tipo de un contexto
social y un rural, no tomando en cuenta la manera en cómo viven y se
desenvuelven los alumnos que van a escuela, su nivel social, cultural, económico
y el grado de estudios de los padres. Esa Reforma lejos de beneficiar al país, lo
está hundiendo y cada vez somos señalados como uno de los países con bajo
nivel de educación.
Haciendo hincapié que a la par de dicha Reforma se tiene la creación del Instituto
Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y juntas vienen a “crucificar” a
los maestros de este país, sin dejar de mencionar que se tienen trabajando en
estos grandes puestos a personas que ni siquiera han trabajado frente a un grupo
de alumnos y menos que sean especialistas en materia educativa.
Pero no solo la Reforma educativa está por demás mal formulada y puesta en
práctica, también nosotros como maestros y padres de familia (soy ambas) somos
responsables de la educación que reciben y damos a nuestros hijos, ya que por
falta de tiempo o simplemente flojera y comodidad los dejamos frente a una
pantalla ya sea de televisión, Ipad, celular o computadora viendo lo que ellos
quieren para de esta manera tenerlos entretenidos, ocupados y callados, mientras
nosotros hacemos lo que nos interesa, que obviamente no son ellos. Logrando
solamente que programas de índole nociva se apoderen de su atención. Este es
el tipo de educación que reciben millones y millones de mexicanos, impartida por
los canales de televisión abierta, predominando el sexismo y la violencia, sin tener
un dialogo de un tema específico del cual discutir, haciendo al alumno un ser sin
análisis, reflexión, sin valores y a merced de lo que quiere el gobierno, gente sin
cultura y que siga trabajando para ellos a un bajo costo, sin elevar el nivel cultural
y educativo de nuestro país, teniendo como consecuencia un país donde no hay
democracia ni progreso. Esto es en gran parte culpa de la Reforma Educativa
actual, misma que demanda gran parte de la vida de un docente a su trabajo
dejando de lado a su familia, su vida personal, social, emocional, recreativa y
salud, para que realice planeaciones, actualización, profesionalización, calificación
de trabajos, formulación de estrategias preparación de material didáctico para
impartir clases diarias, etc, todo a contraturno; y dentro del aula dar los
conocimientos que marcan los planes y programas de estudio, a la par de
aplicación de programas como el SiSAT (Sistema de Atención Temprana), PNCE,
Toma de lectura, escritura y práctica de las matemáticas, ensayos de bailables
alusivos a fechas conmemorativas, ceremonias cívicas, realización de periódicos
murales, etc. y finalizar con un Consejo Técnico Escolar cada fin de mes, dando
resultados de una ruta de mejora escolar, aplicando estrategias plasmadas en la
Ruta de Mejora Escolar. Y como si esto no fuera suficiente esperar a ser
convocados para la aplicación del examen de permanencia, implicando realizar
otra serie de actividades para ser evaluados y demostrar que somos “aptos” para
estar frente a un grupo de alumnos, todo por el mismo sueldo y sin chistar, ya que
de hacerlo se somete a estar en la banca indefinidamente.
Con lo anterior, es triste pero real decir en lugar de mejorar con dicha Reforma
educativa, se está fracasando, ya que de acuerdo con Rius, México ocupa el
primer lugar en deserción escolar de adolescentes, y de los que continúan
estudiando la mitad no termina sus estudios de nivel medio superior, y en la
prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de alumnos), según la
OCDE, ocupamos el último lugar, no así en el bullyiing, donde tristemente
ocupamos el primer lugar.
Dadas estas situaciones, se pregunta uno: ¿Por qué no se plantea una verdadera
Reforma Educativa quitando tanto papeleo y barreras en los 3 agentes principales
de la educación (alumno, padre, docente)? Pidiendo el apoyo de los medios de
comunicación para que pasen programas educativos reales en beneficio de la
cultura de todo aquel que los ve, sería genial tener una situación de esta índole en
nuestro país. Y al mismo tiempo se tendría una escuela activa, democrática, libre y
creativa, ya que la escuela que queremos no es la que tenemos ahora.
La escuela debe adaptarse a lo que necesitan los alumnos y no al revés como es
que real y desafortunadamente funciona; no debemos dejarlos ser conformistas,
debemos fomentar el razonamiento, análisis, reflexión, para que con ello los
alumnos aprendan y no solo mecanicen los conocimientos, es decir hay que
hacerlos dudar de todo para que razonando y cuestionando, salgan de la duda por
sí mismos, respetando la igualdad de género e inclusión; hacerlos seres creativos,
que aprendan a comprender con motivación e inspiración, llegando al dialogo y a
acuerdos.
Para finalizar con este ensayo, considero que como trabajadores de la educación
debemos tomar conciencia que a pesar de estar regidos por una Reforma
educativa utópica, tenemos una gran responsabilidad con las futuras generaciones
en el campo productivo, mismos que no tienen la culpa de lo que está sucediendo
con nuestro gobierno, la información que reciben de los medios de comunicación
ni la forma en cómo se dirige e impone una educación convencional para algunos;
por lo tanto debemos rescatar lo que consideremos rescatable e innovar formas de
trabajo que hagan del alumno un ser competente en su vida presente y futura, un
ser que tome conciencia de las situaciones y sepa de qué manera enfrentarlas y
resolverlas para que con ello nos sintamos satisfechos de lo que estamos
sembrando en este momento y al cosechar el orgullo de haber contribuido a la
formación de un ser sea tal que ese mismo alumno diga: yo sé lo que sé y soy lo
que soy por los cimientos que me brindó mi profesora Isabel Estrada Jiménez.
BIBLIOGRAFIA