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Hechos 22

Empezamos con una de las primeras defensas del apóstol Pablo ante los
judíos, y como aclara el texto en lengua hebrea. Pablo empieza afirmando
que él era un judío como ellos, instruido por Gamaliel (Véase el estudio de
Hechos 5). Y Aclaro que no era solo conocedor de la ley, sino que también
la practicaba, por lo cual, observamos que su propio celo lo llevo a perseguir
a los judíos que creían en Jesús (vv. 1 – 5). Luego les explicó por qué él
cambió radical de propósito con respecto a Jesús y a sus seguidores. Esta
fue una excelente oportunidad para dar su testimonio en público, en
Jerusalén (vv. 6 – 11). En los siguientes versículos relata concretamente su
milagrosa conversión (v. 12 – 17). También confesó su llamado a predicar a
los gentiles porque los judíos no quisieron recibir el mensaje (vv. 17 - 21). Al
momento, que Pablo hablo sobre los gentiles, la multitud se levantó contra
él para matarlo (vv. 22 - 23). Ahora observamos como el tribuno no le gusto
esto, por lo cual Pablo fue mandado hacer azotado, pero Pablo cuestiono
la práctica del tribuno Romano, por realizar tal acto ilegal, ya que, Pablo
como ciudadano romano, no podía ser tratado de tal forma, puesto que no
era culpable de nada. De esta forma Pablo logro escapar de un castigo
severo y hasta provocar temor en el tribuno (vv 24 – 29). Por último, el v.30
nos menciona como Pablo decidió conocer las razones de la injusticia que
le imputaron, y de forma estratégica llevo el problema hasta el sanedrín con
la esperanza de hallar la causa de su acusación.

Ahora bien, es importante resaltar varios puntos, tales como:

1. El celo asesino de Pablo, se transformó en un celo por predicar el


evangelio. ¿Cuál es nuestro celo? Debemos tener el mismo celo de
predicar la palabra sin importar el testimonio que hayamos tenido en
nuestra vida pasada o del lugar, donde sabemos que seguramente
nos insultaran, golpearan o hasta donde nos podrán matar.
2. Pablo tenía presente con detalle la obra sobrenatural que hizo Cristo
con él para su conversión y usaba la misma para dar testimonio del
Dios vivo. ¿Nuestra conversión fue sobrenatural? ¿nuestra cosmovisión
fue cambiara radicalmente? Nuestro testimonio no debe ser
predicado para engrandecer nuestra reputación, más bien para ser
luz hacia los incrédulos y glorificar a Dios.
3. Observamos que Pablo manifiesta su ciudadanía romana, para evitar
un castigo sin juicio. Todo creyente que verdaderamente ama a Jesús
va ser perseguido sin juicio justo. ¿Qué haremos? ¿Cuál es nuestra
ciudadanía? Nuestra ciudadanía es celestial ¿Qué significa? Pues,
significa que: ¡Nuestra protección es divina, nuestro Padre nunca nos
va abandonar, ¡si realmente somos sus hijos!
4. Por último, Pablo no se permitió dejar su caso como si nada, el apelo
a la justicia, porque ahora, él ya era un hombre de justicia santa.
¿Amamos lo que Dios ama y aborrecemos lo que Dios aborrece?
Somos llamados a obedecer a Dios en TODO, tanto en lo que
debemos amar, como en lo que debemos aborrecer. No olvidemos
que nuestra conversión fue un acto sobrenatural de Dios, sobre
nosotros, ni olvidar testificar lo que Dios hizo, está haciendo y seguirá
obrando en nuestras vidas, ni mucho menos olvidemos que ahora
somos hijos de luz, llevemos la luz y defendamos la justicia a donde
partamos. Y como mensaje especial, para aquellos jóvenes que
estamos empezando a vivir por gracia divina un cristianismo genuino
como el de Pablo, no olvidemos:

¿Cómo puede un joven mantenerse puro? obedeciendo tu


palabra.

Salmos 119: 9

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