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Heinz Von

Foerster- Visión y
conocimiento:
disfunciones de
segundo orden
El autor revé ideas de Gregory Bateson con respecto a sus formulaciones de un punto
fundamental, esos conceptos "de segundo orden" que con frecuencia aparecen en sus
trabajos Von Foerster se centra en dos conceptos que son, por un lado, el "ver" que equivale
a alcanzar la comprensión de algo utilizando todas las explicaciones, metáforas, parábolas,
etc. con que contamos, y, por el otro, la "ética" que no puede expresarse con palabras. Estos
dos conceptos se conectan. Esto es lo que lleva al autor a titular el texto de esta forma:
"disfuniones de segundo orden". El autor explica el "punto ciego" filosóficamente. Es
realidad este término hace referencia a un fenómeno de la vista y del ojo que hace que
dejemos de ver determinados objetos. Esto tiene que ver con la forma y el lugar donde se
refleja la luz que entra al ojo y nos permite formar los objetos en la retina.
Si uno mira a su alrededor en todas direcciones con un ojo, luego con los dos, luego con el

izquierdo, luego con el derecho, va siempre un campo visual sin solución de continuidad,

sin interrupciones. No se ven "puntos ciegos" que recorran el campo visual. Wo advertimos

que estamos parcialmente ciegos. No vemos que no vemos.  Esta explicación introduce la

disfunción de segundo orden en el dominio cognitivo.

En la lógica ortodoxa, una doble negación produce una afirmación; en cambio, es evidente

que una disfunción perceptual como la ceguera de la ceguera no nos otorgará la visión. Por

lo tanto no se produce el mismo efecto en ambas lógicas. Este campo de la lógica, ligado a
los conceptos de segundo orden, versa sobre aquellos conceptos que pueden ser aplicados a

si mismos. Una teoría tiene que dar cuenta de sí misma, de lo contrario surgen problemas

con los tópicos que tienen que aplicarse recursivamente, a sí mismos. Nos encontramos así,

con dificultades lógicas graves. Para comprender dicha dificultad hay que examinar dos

cuestiones: el lenguaje que empleamos y el concepto sobre qué es la realidad.

Los peligros del lenguaje

El lenguaje es esencialmente connotativo. Cuando yo digo "silla", evoco en todos los

demás el concepto que tienen de silla y no una silla en particular. Por otro lado, está la

limitación propia de las lenguas indoeuropeas con respecto a la posibilidad

de sustantivar (nominalizar), es decir, la posibilidad de convertir un verbo en un nombre o

sustantivo. Muchas de nuestras dificultades para comprender se deben a que

constantemente tratamos con objetos que, en realidad, son procesos. La sustantivación es

muy útil porque permite localizar las funciones. Esta se cuela muy a menudo en nuestros

argumentos. Resulta muy difícil captar el concepto mismo de proceso  cuando éste

desaparece y se pierde entre las cosas. El autor realiza una crítica al concepto de

nominalización. Una de las consecuencias de esta es que el conocimiento se transforma en

un mercancía: la información puede comprarse como cualquier otra materia prima.

Los peligros de la "realidad"

El autor problematiza la noción de realidad, que proviene de una interpretación errónea y

consolidada a través del tiempo,

sobre un diálogo entre Sócrates y Glauco.


En "La Alegoría de la Gavera" Sócrates explica a Glauco que los hombres viven en una

caverna subterránea, encadenados

y viendo tan sólo las sombras, que representan figuras de hombres, animales y otras formas.

Según von Foerster, muchos se quedan con la visión de Platón de la realidad como sombra,

pero esto no acaba ahí. Luego

explica que pasaría si se saca a un hombre de la caverna, acostumbra su vista a la luz del

Sol y así ve los objetos de la

región superior. Luego de contemplar el Sol, reflexionará sobre éste y concluirá que lo

gobierna todo en el mundo visible y

que es la causa de lo que veía en la caverna.

Von Foerster concluye que tendríamos así diferentes realidades de diferentes realidades,

por lo que se pierde el sentido de

describir "la realidad".

Luego llegamos al punto al que Sócrates, o Platón querían arribar: sí el hombre que ha

estado en la superficie, al retornar a

la caverna, diera a los demás su opinión sobre las sombras, éstos lo mataría.

Lo que Sócrates quiso decir es que el que ve las cosas de un modo distinto al que las ven

los demás, iría a parar a un

hospital psiquiátrico.
La metáfora de la caverna nos muestra que hay niveles sobre niveles de "realidad".

La invención de la realidad

El lenguaje y la realidad están íntimamente conectados. Si bien suele sostenerse que el

lenguaje es la representación del

mundo, el autor plantea que el mundo es una imagen del lenguaje. El lenguaje viene

primero, el mundo es una

consecuencia de él.

Von Foerster cita un metálogo de Gregory Bateson, en el que se ocupa del concepto de

explicación y la distinción entre

invención y descrubrimiento.

El metálogo comienza con una hija preguntando a su padre "¿Qué es un instinto?" éste

contesta que un instinto es un

principio explicativo, y dice que explica todo lo que uno quiera explicar. Al ir explicando

cosas a su hija, entre éstas lo que es

una hipótesis, el padre permanece dentro del dominio lingüístico y dentro de la descripción

no hace referencia a nada más

allá del lenguaje. El padre termina concluyendo con que las hipótesis "se componen como

los cuentos" y la niña pregunta sí


Newton no descubrió la gravedad, a lo que su padre contesta que no, que la inventó.

Von Foerster concluye que si uno inventa algo, es el lenguaje el que crea el mundo. Si en

cambio uno piensa que ha

descubierto algo, el lenguaje no es más q una imagen, una representación del mundo.

Una versión moderna de la caverna de Platón

Aquí von Foerster cuenta de un relato que le dejaron como posible continuación de la

metáfora de la caverna. Los hombres estaban encadenados, pero de manera muy

confortable a un sillón contemplando en una pantalla las sombras, y los hombres anhelaban

convertirse en éstas. Uno de ellos se levantó y se sacó las cadenas, los demás desaprobaron

su actitud, ya que no entendían como seguía tratando de mirar afuera y de ver lo que alguna

vez se llamó la realidad verdadera.

Tres ejemplos

El primer ejemplo se refiere a las explicaciones. Cuenta la visita que realiza Castañeda a la

selva mexicana, acompañado

por un brujo. Éste le muestra cosas a Castañeda, que nunca ve nada. La solución que da el

brujo es la siguiente: "tu no


puedes ver lo que no puedes explicar. Trata de olvidarte de tus explicaciones y comenzarás

a ver".

El segundo ejemplo está tomado de la clínica. Durante la Primera Guerra Mundial los

soldados sufrían graves lesiones

cerebrales. El proyectil perforaba el cráneo y salía por el otro lado, dejando un agujero en el

cerebro. Luego de unos meses

de ser dados de alta, algunos soldados padecían de disfunción motriz: no podían caminar

bien, usar las manos como

correspondía, etc. Cuando los médicos estudiaron las disfunciones no encontraron nada

anormal, todo parecía estar en

orden.

Un médico mostró a un paciente un atado de cigarrillos y le ofreció uno. El paciente no

entendía, solo comprendió cuando el

médico sacó uno de los cigarrillos y se lo acercó. Ahí el soldado respondió afirmativamente

a la pregunta. De esta forma, el

médico advirtió que el paciente tenía un problema de visión. Esta persona tenía un punto

ciego casi tan extenso como el

total de la retina. Prácticamente no veía, y al mismo tiempo no veía que no veía.

La solución fue cubrir los ojos del soldado con una venda, de modo que no recibiera ningún

indicador visual. Si uno está


vendado, gracias a su sistema propioceptivo, conoce exactamente la posición de su cuerpo.

El paciente no veía sus propios

miembros al moverse, por lo que había perdido el control sobre éstos y no podía

desplazarlos. Cuando lo vendaron, su

sistema propioceptivo recobró la fuerza y puedo volver a caminar y trasladarse a todas

partes. Al sacarle la venda, pudo

caminar ya que se había disociado de la necesidad de controlar sus movimientos con la

vista.

El tercer ejemplo: Peter, uno de sus alumnos que padecía ceguera congénita, iba

frecuentemente a su oficina a informarle cómo iba su trabajo. Cada vez que lo hacía

señalaba directamente al pizarrón ubicado detrás de su escritorio. Esto era porque detrás de

esa pared estaba la oficina de Peter. Como él era ciego, podía ver a través de la pared,

mientras que los que tenemos visión no podemos hacerlo. Este es un ejemplo de percepción

a través de un circuito sensorio motor.

No lo veo si no lo creo

Partiendo de un experimento realizado por el profesor Oakland, Heinz von Foerster

demuestra cómo un gato expuesto a un determinado estímulo sonoro sólo empieza a oírlo

cuando sabe lo que ese tono significa. Antes de saber lo que significa, si bien se emite el

tono, el gato no lo escucha. Así concluye que uno debe comprender lo que ve, o de lo

contrario no lo ve. Uno debe creer para ver. 


Análogamente, la manera de describir aquello que sucede puede inhibir o facilitar su

percepción.

Por ejemplo: si se realiza una operación cualquiera y se la repite una y otra vez, se obtiene

un concepto de segundo orden: se habrá realizado la operación sobre la operación. En el

sistema sensorio motor, cuando uno mueve la mano, a través de la retina uno puede

observar sus cambios y estos son de inmediato realimentados dentro del sistema por vía de

los receptores, volviendo asi al sistema motor. Pero hay un segundo circuito o "cierre" (el

que afecta a las sinapsis mediante las hormonas que segrega la hipófisis). Una de las

consecuencias que trae este "cierre" es que deslice la noción de propiedades de un objeto al

observador, (por ej. si se muestra una fotografía y a alguien le parece obscena, esto nos dice

mucho sobre la persona y poco sobre la fotografía).

/.Seres humanos o devenires humanos?

A raíz del aspecto denotativo del lenguaje, muchas veces buscamos las propiedades de la

realidad "afuera" y no dentro de nosotros. Esto genera cierta complacencia. Por ejemplo, al

referirnos a nosotros mismos hablamos de seres humanos. Como somos seres humanos que

somos y no que devenimos, nada puede sucedemos. Foerster propone abandonar esta

autocomplacencia y convertirnos en devenires humanos. La única forma de vernos a

nosotros mismos, seria entonces vernos a través de los ojos de los demás.

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