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¿Qué entendemos por juventud?

E
l contenido de este capítulo ha sido elaborado para promover la refle-
xión sobre la situación de la juventud en el medio rural, e invitar a la
participación activa a jóvenes, profesionales y agentes sociales, eco-
nómicos y políticos, involucrados de alguna manera en la incorporación
de este colectivo en los procesos de desarrollo.

Se desarrollarán elementos de debate sobre qué entendemos por juventud,


aceptando que este concepto se ha transformado en la medida en que también ha
variado la composición y proporción del contingente de jóvenes respecto al total
de población.

Por último se analizará el papel de la gente joven, y las vías para incorporarla
en los procesos de desarrollo rural, no sólo con el fin de mejorar sus condiciones
generales de vida, sino para que se sientan protagonistas de su propio destino.

¿A quién define
el concepto “Juventud”?
Tradicionalmente, la juventud se ha abordado y delimitado en términos de edad
biológica. Sin embargo, el concepto de juventud, las generalizaciones resultan
particularmente equívocas, porque no podemos englobar en un marco único la mul-
tiplicidad de situaciones e intereses existentes, y en algunos casos este colecti-
vo sólo tiene en común la edad.

Las Naciones Unidas define a la juventud como


la población comprendida entre los 14 y 25 años,
"un momento muy especial de transición entre la
infancia y la edad adulta, en el que se procesa la
construcción de identidades y la incorporación
a la vida social más amplia".

Manual para la introducción de la perspectiva de género y juventud al desarrollo rural 31


¿Qué entendemos por juventud?

Tanto mujeres como hombres jóvenes comparten las dificultades de inserción


laboral representadas por el paro juvenil y el precario mercado de trabajo. Sin
embargo, la desigualdad se hace más patente en el caso de las jóvenes, ya que a
la dificultad de inserción a la actividad productiva, hay que sumar su añadida acti-
vidad reproductiva, condición que en la mayoría de los casos se resuelve con un
incremento de las discriminaciones laborales indirectas y mayores tasas de tem-
poralidad y de parcialidad en los contratos femeninos.

Así pues, el factor de edad biológica no implica una identidad de conformación


de opiniones, actitudes y situaciones de las personas.

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¿Qué entendemos por juventud?

Dinámica Lo que tenemos en común


y lo que nos diferencia

Objetivos

- Profundizar en el conocimiento de un grupo, evidenciando las cosas que


comparten y lo que tienen en común, para conocer mejor sus expectativas
sobre la sesión de trabajo o actividad de que se trate.

- Identificar diferencias que construyen la identidad femenina, masculina y


de jóvenes / adultos.

r Método: Trabajo en subgrupos


r Tiempo: 45 minutos.
r Material: Lápiz y papel.

Cómo llevarlo a cabo

El grupo se dividirá en subgrupos (de 3 a 6 personas, no más de 4 subgrupos),


cada uno de los cuales hará una lista de "todas las cosas que comparten o tie-
nen en común sus miembros". La lista puede incluir todo tipo de cuestiones:
gustos, aficiones, opiniones, valores, experiencias comunes, rasgos caracterís-
ticos (edad, origen, sexo, etc), deseos, etc. Los subgrupos trabajarán durante
10 minutos.

Concluido el tiempo, una persona como portavoz de cada subgrupo leerá su


lista (dejando para una segunda ronda las expectivas). Quien coordine la sesión
anotará todas aquellas que se repitan para leer al final una sola lista con "lo que
tiene en común todo el grupo".

Respecto a las expectativas, se leerán también y se hará la misma tarea,


abriendo un coloquio sobre lo que el grupo espera de la sesión que se inicia.

Este ejercicio podrá completarse si se agrupan las respuestas de jóvenes,


mujeres y hombres.

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¿Qué entendemos por juventud?

¿Se han producido cambios


en el término "juventud"?
Si aceptamos, que la
"juventud" es un proceso CUANDO
de transición por el cual se YO TENÍA
pasa de la dependencia TU EDAD...
completa, que caracteriza a
la infancia, a la plena auto-
nomía que es la propia de la
vida adulta, hay que admitir
que este proceso no siem-
pre transcurre de igual
forma.

Hace unos años, desde los


quince años, o incluso antes,
los chicos empezaban a tra-
bajar en el campo como
agricultores o jornaleros, en la fábrica como aprendices, o tal vez en un comer-
cio u oficina. En el caso de las chicas la situación era, si cabe, más dura, ya que
independientemente de la clase social a la que perteneciera, estaban práctica-
mente excluidas de la educación y pasaban de la dependencia del padre a la de su
marido. Si, además, eran de clase modesta, desde niñas se incorporaban al servi-
cio doméstico y debían ayudar en las tareas de la casa y en el cuidado de sus her-
manas y/o hermanos.

Afortunadamente, desde el último cuarto de siglo esta situación ha cambiado


bastante, existiendo más flexibilidad para elegir su futuro y nuevas dificultades
propias de un nuevo contexto.

Este fenómeno, conocido como moratoria social o juventud prolongada, es típico


de las "sociedades modernas". El período educativo, la dificultad para encontrar un
puesto de trabajo, la edad de contraer matrimonio, edad para independizarse, etc.,
todo ello obliga a que se dilate el tiempo de estancia en el hogar familiar.

Una definición ampliamente aceptada es aquella que considera jóvenes a todas


las personas comprendidas entre 16 y 30 años, período en el que se desarrolla un
proceso intenso de maduración física y sexual, donde se consolidan los rasgos fun-
damentales de la personalidad y la estructura de valores y creencias acerca del
mundo. Además, es precisamente durante esta etapa cuando tiene lugar el perío-
do fundamental de la cualificación y preparación para el desempeño ocupacional,
y con él la asunción de nuevos roles sociales.

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