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Universidad del Valle.

Instituto de Educación y Pedagogía.


Estudios Políticos y Resolución de Conflictos.
Asignatura: Políticas Públicas
Docente: Rafael Vergara.
Alumno: Juan José Martínez Rodríguez. 1842016.

Evaluación de las Políticas Públicas.

El texto “Reflexiones en torno a la relevancia temática de la evaluación de políticas


públicas” del profesor Rafael Vergara Varela aborda la fase de evaluación del policy cycle,
mediante la exposición del marco cognitivo, desarrollo y el estado de la misma. En este
sentido, el artículo busca evidenciar el rol fundamental de dicha fase tanto para la academia
como para la administración pública.

Ahora bien, la evaluación pública es una “estimación sistemática de procesos o efectos


comparados en un conjunto de estándares con el objeto de generar información para
mejorar, continuar, o modificar una política o programa” (Weiss, citado en Vergara, 2015
p:195). Este ámbito de estudio tiene como origen el siglo XVIII, ya que durante esta época
se empezó a usar la estadística y la aritmética con fines políticos. A lo largo de su historia,
el desarrollo de la evaluación pública ha estado marcado por debates teóricos y
epistemológicos, el más característico fue la disputa académica entre los que defendían un
modo de análisis positivista y los que argüían la necesidad de una investigación más
enfocada en un análisis cualitativo. Sin embargo, en cierto sentido, este debate se ha
resuelto en la actualidad, dado que cada vez son más los investigadores que justifican la
necesidad de un razonamiento transdisciplinar y holístico, con la aplicación articulada de
métodos cuantitativos y cualitativos.

Dicha fase se constituye en tres dimensiones: axiológica, epistemológica y la concepción


del Estado de bienestar social. Estas confluyen en las funciones base de la evaluación, las
cuales consisten en la revisión valorativa del proceso en el que se desarrolló la política y de
los resultados obtenidos. La primera tarea estudia la capacidad de los actores involucrados
para efectuar, a través de un método, la transformación de los insumos económicos,
sociales y políticos en productos administrativos. Mientras, la evaluación de los resultados
realiza un análisis de efectividad entre los objetivos esperados y efectos reales de la política
pública. Para la realización de estas dos funciones, el evaluador debe llevar a cabo -como se
mencionó anteriormente- una metodología transdisciplinar basada en la complementariedad
de las perspectivas cuantitativas y cualitativas, para así responder a la rigurosidad científica
exigida por la academia o a la eficacia administrativa exigida por el gobierno. Es menester
indicar que tales funciones están sujetas a la finalidad que guía la evaluación, existen dos:
la formativa o endoformativa, la cual tiene un objetivo de mejora gubernamental, ya que
informa a los actores públicos de las acciones o medidas que deben tomar para optimizar la
política. El segundo corresponde a un fin recapitulativo que expone a sujetos externos de
los hallazgos obtenidos, para así suscitar en el público una opinión sobre la política.

En base a lo expuesto, existen tres tipos de evaluación de políticas públicas, a saber: Ex


ante, el cual se lleva a cabo previo a la ejecución de la política, por ende, realiza un análisis
predictivo de los efectos y externalidades. El segundo tipo es el proceso concomitante, es
decir, una revisión constante de cada etapa de la política pública. El último concierne a la
evaluación ex post, el cual se efectúa ulterior a la ejecución, analiza los beneficios y efectos
previstos y los compara con los productos resultantes. De manera análoga, la evaluación
pública se divide en diferentes niveles de estudio: de medios, de resultados, de impacto, de
satisfacción y de eficiencia.

A modo de conclusión, se asevera que dicha fase del policy cycle es fundamental para la
academia y la administración, puesto que permite una revisión y valoración crítica del
producto gubernamental, en efecto, es una herramienta para impulsar y promover la
efectividad de la intervención estatal. Por otro lado, en clave con lo mencionado, se afirma
sin lugar a dudas del requerimiento de un dialogo de saberes y el uso de una metodología
complementaria en el investigador, debido que desde ese enfoque epistemológico es posible
resolver de optima manera la complejidad de los problemas públicos contemporáneos.

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