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TEMA 7: LA CONVERSIÓN

Duración: 50min

• OBJETIVO: Hacer tomar conciencia al joven de que para seguir a Jesús


tiene que vivir una conversión personal, reflejándola en compromisos y
actitudes concretas.

• PALABRAS CLAVE: Conversión, proceso, compromiso, actitudes, cambio

• DINÁMICA: “Solo no puedes”

- MATERIAL: Un trozo pequeño de cinta adhesiva por cada joven


- DESARROLLO: Esta dinámica se desarrolla de forma individual. Para
iniciar se indica que van a realizar un concurso, cada joven tendrá un
pedazo de cinta y se les pedirá que lo peguen en la parte de atrás de la
mano izquierda. Una vez que todos lo tengan se le indicará que el concurso
consiste en averiguar quién puede quitarse la cinta de la mano izquierda
usando únicamente la propia mano izquierda. Una vez que se han
percatado de que nadie puede se hace la explicación de la dinámica. Las
malas actitudes y por consiguiente el pecado son así. No podemos
quitarlas del todo por cuenta propia, necesitamos la ayuda de alguien más,
siendo ese alguien la persona de Jesús.
- Analogía: La mano izquierda representa al hombre (c/u de nosotros), la
cinta nuestras malas actitudes o el pecado, la mano derecha el pecado y
nuestras malas actitudes.

• CITA BÍBLICA:

Lc. 11, 11-24

El hijo pródigo

• DESARROLLO DE LA CHARLA
CONVERTIR: Transformar.

CONVERSIÓN: Transformación o cambio de una cosa en otra distinta.

La conversión es la exigencia inicial para entrar al Reino Prometido. Es un


proceso que nos permite avanzar en el conocimiento de uno mismo, además
de modificar ideas y actitudes. En la actualidad, como lo explica San Juan
Pablo ll, ya no se experimenta la necesidad de conversión, y de manera más
particular en la juventud.

Ciertamente el camino de la conversión implica un cambio personal, un


cambio que afecte desde nuestra manera de pensar y la forma de ver la
realidad hasta la manera en que actuamos en el día con día.
Inicialmente es importante un cambio interior, es decir, transformar
primero nuestra mente y corazón es por donde tenemos que empezar para
continuar con el cambio exterior el cual se enfoca más a situaciones
concretas de la vida cotidiana como lo es el trato hacia la familia o
amistades.

Es evidente que la conversión no se realiza de una vez por todas, puesto que
es un acontecimiento gradual en donde poco a poco iremos aprendiendo todo
aquello que sea necesario. En otras palabras, poco a poco se irá trabajando
cuanto se considere necesario. SS. Benedicto XVl afirma que no podemos
pensar en vivir una vida cristiana al cien por ciento desde un primer
momento, pues solo aprendiendo y poniendo en práctica llegaremos a la
Verdadera Felicidad.

Para trabajar nuestra conversión podemos tomar en cuenta los siguientes


puntos:

1. Examen de conciencia

Este es el punto de partida para emprender el camino de la conversión.


Es importante recordar que como seres humanos, como seres limitados,
tenemos innumerables errores y defectos que pueden estar plasmados
en ciertas actitudes que no son agradables a los ojos de Dios, de las
cuales somos conscientes. Por lo tanto debemos reflexionar acerca de
nuestro actuar cotidiano, para poder identificar qué es aquello que
necesito cambiar en mi vida. Conviene pedir la ayuda del Espíritu Santo
para examinar nuestra conciencia.

2. Arrepentimiento

Éste se suscita cuando somos sabedores de qué está bien y qué está mal.
Al saber que hemos obrado mal o que hemos dejado de obrar por cierta
razón nos viene a la mente un sentimiento de culpa, ¿por qué no hice tal
cosa? ¿por qué lo hice?, pero este sentimiento no nos beneficia hasta que
nos arrepentimos de nuestras acciones. Nos arrepentimos porque nos
duele aquellos que hemos hecho o dejado de hacer.

3. Aprender a transfigurarse en Cristo

La imitación de Cristo consiste en tener esa actitud que en todo se


conforma a la de Jesús, consiste en hacer lo que Él haría si estuviera en
mi lugar, desde los detalles más insignificantes en la vida cotidiana.
Algunas herramientas que nos pueden ayudar son los Sacramentos, la
oración, etc.

4. Aprender de los santos

En la Iglesia Católica se veneran más de 5000 santos, cada uno de ellos


con una vida totalmente particular, con sus costumbres y con su propia
historia, pero todos ellos tienen algo en común y es que han transitado el
camino de Cristo, siguiendo su ejemplo y haciendo de lo ordinario algo
extraordinario. Los santos nos han dejado un legado tan importante que
podemos conocer poco a poco, desde su ejemplo de vida hasta las obras
que ellos realizaron. No pasemos por alto la riqueza que sus vidas
encierran, pues siempre pueden aportar algo constructivo a nuestra vida.

NOTA: Al finalizar todos estos puntos se invitará a los jóvenes a participar


en este camino de conversión, realizando un pequeño examen de conciencia
donde puedan identificar qué necesitan cambiar, anotando cuanto
consideren necesario. Pueden tomarse diversos esquemas para examinar la
conciencia, por ejemplo antes de la confesión. Lo importante de esta
dinámica es que también puedan proponer ellos mismos una acción concreta
para cambiar lo que creen necesario. Para esto se les invitará a hacer un
compromiso de poner en práctica dicha actitud.

• CONCLUSIÓN

La conversión es un largo camino que tenemos que recorrer paso a paso, a su


vez implica constancia y compromiso, implica dejar gustos y comodidades,
pero todo esto para alcanzar un fin mayor que es la Verdadera Felicidad.
Este camino no podemos completarlo sin la ayuda de Dios y sin la ayuda de
otras personas. ¿Qué tan dispuestos estamos para continuar con este
camino?

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