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Para ello, utilizaremos estos 3 momentos para deslumbrarnos y fascinarnos, sentir como
Dios nos va moviendo internamente para ser y hacer, sentir y caminar. Todo en pro de una Iglesia
que camina, que escucha, que es movimiento, que es vida…
Dejémonos inspirar por la propia vida de Jesús y por el ardor de su Espíritu. ¡Que el
mismo Dios haga de nuestros corazones, manos y pies sus herramientas de Salvación!
Antes de iniciar con cualquier proyecto pastoral, debemos hacer un repaso del camino
recorrido (luego lo haremos con más calma en la redacción del mismo). Es por ello que, desde
la Academia, resaltamos los pilares que debemos tener en cuanta antes de la elaboración de un
proceso pastoral.
Durante los últimos meses, hemos vivido un proceso formativo interesante en ambos
diplomados. Una formación que nos ha llevado a profundizar en nuestra propia vida, en
nuestro caminar, en nuestros sentires, en nuestros procesos, heridas y necesidades. Así como
también hemos profundizado en una mirada más humana y más divina al mismo tiempo.
Entramos en un terreno donde se nos mueve a adentrarnos y encarnarnos en una realidad
latente, diversa, especifica y que presenta una necesidad que podemos abordar. Es por ello
que, a partir de lo aprendido y sumado a nuestra experiencia personal, se nos invita a
planificar bajo la luz de aquellos que ya han caminado: desde aquellas dinámicas, miradas,
herramientas y experiencias brindadas por tantos facilitadores que ya han hecho camino en
la Pastoral Juvenil latinoamericana, española, italiana y hasta a nivel sinodal en nuestra
Iglesia Universal.
Te recomendamos, antes de iniciar, tomar aquello que más te ha movido y desechar aquello
que sientes ajeno, para así asumir, desde tu persona, una nueva visión de cómo
“adentrarse” desde, con y para la juventud de tu comunidad.
Motivación: la oración es un buen punto de partida, así como la vida sacramental y los
espacios de alabanza y adoración. Para profundizar aún más en tu fe, te recomendamos leer
algún libro de tu Santo preferido o algún escrito que te ayude a adentrarte en la persona de
Jesús.
De la mano del sínodo de los jóvenes y nutridos bajo la sabiduría de nuestro papa
Francisco, hemos tomado 4 etapas que surgen de la exhortación Christus Vivit. Estas etapas
son:
RECONOCER
El inicio de todo proceso debe estar enmarcado por el SER de cada persona: el ser de
quien planifica, de a quienes va dirigido, quienes integran el proceso, quienes lo ejecutan. Si no
partimos desde la propia persona, convertiremos el proyecto en un manual. Es necesario dar
nombres y poner cara, conforme a lo que el discernimiento nos vaya revelando. Así nuestro
proyecto tendrá su propio rostro que responderá a el llamado que nos hace nuestra realidad.
INTERPRETAR
Ante la realidad que se me plantea en mis ojos ¿Cómo puedo encontrar a Jesús en
ella?: se trata de ver los signos de los tiempos de un Dios que no es futurista, sino que
construye el reino en nuestro presente.
¿Qué hay del evangelio en esta realidad?: comparar la realidad contemplada con los
sucesos bíblicos podría ayudarnos, sobre todo para responder la siguiente pregunta.
ELEGIR
Esta etapa de planificación consta del corazón operativo del proyecto. Es importante
que lo operativo vaya iluminado con lo ya trabajado: a partir de la realidad que experimento y
desde la mirada de Jesús, planteamos un proceso que responda y sea revitalizador, renovador y
transformador. Detallaremos el HACER y el CAMINAR de lo deseado. Así mismo, los recursos con
los que contamos y los que debemos buscar para que el proyecto tenga cuerpo, sea sólido y
fructífero.
¿Qué puedo hacer por esta realidad?: el corazón del proyecto. Hablar de manera
tangible.
¿Cómo puedo hacerlo?
¿Qué necesito?: plantear los recursos necesarios para llevar a cabo el proyecto:
económicos y materiales, recursos humanos, temporales, espacios, momentos,
tiempos, etc…
De lo que necesito ¿Qué tengo? Y ¿Qué me falta?
De lo que me falta ¿Cómo conseguirlo?
¿Cuándo puedo hacerlo?: siempre es bueno colocar fechas al punto de partida.
¿Con quienes cuento?
¿Cómo será este proceso?: describir los pasos del proyecto.
¿Cuánto tiempo durará este proceso?: todo proyecto tiene un alcance y un tiempo. No
planteemos algo perenne.
¿Cuándo finaliza el proyecto?
Y después ¿Qué?: esta pregunta debe conectar con el sueño de la realidad que
deseamos.
CONVERTIR
Antes Después
¿Cuál es el alcance del proyecto? ¿Cuál fue el alcance del proyecto?
¿Cuántas personas se beneficiarán? ¿Cuántas personas beneficiaron?
¿Cómo se difundirá el proyecto? ¿Cómo se difundió el proyecto?
En síntesis ¿Qué se desea lograr? ¿Qué se logró?
¿Cuál es la limitante del proyecto? ¿Cuál fue la limitante del proyecto?
¿Cuáles son las fortalezas? ¿Cuáles fueron las fortalezas?
¿Qué hay de Jesús en él? ¿Qué hubo de Jesús en él?
¿Cómo me siento con el planteamiento ¿Cómo me siento con la ejecución del
del proyecto? proyecto?
¿Cuál es el paso siguiente? ¿Cuál es el paso siguiente?