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2 CUADERNO: OPERACIÓN MANOS A LA OBRA; ECONOMÍA POLÍTICA Y CAMBIO CULTURAL

Collage preparado e incluido en la revisión del curso durante el año 2006.


© 2020 COPYRIGHT. TODOS LOS DERECHOS SON DEL AUTOR.
REDACCIÓN DEL TEXTO Y DISEÑO GRÁFICO; JOHN H. STINSON FERNÁNDEZ.

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Puertorriqueña del Sistema de Bibliotecas de la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras. https://upr.contentdm.oclc.org
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Cuaderno redactado como suplemento lectivo para el curso


JOHN H. STINSON FERNÁNDEZ, PHD 3

CUADERNO:
MANOS A LA BORA: ECONOMÍA POLÍTICA, CAMBIO CULTURAL, DEMOGRÁFICO Y LOS MODOS DE
VIDA URBANIZADOS EN PUERTO RICO (1945-2000)

Operación Manos a la Obra: Introducción


Todo cuanto tú conoces y asocias hoy con Puerto Rico y con “vivir en Puerto Rico”. Inclusive,
las ideas que hoy tienes sobre “el ser puertorriqueño” o “puertorriqueña”, corresponde a
eventos ocurridos hace relativamente muy poco tiempo. Escasamente hoy se acercan a
cumplir 80 años en algunos casos, 70 en otros. Ciertamente los procesos de cambio y
transformación social, cultural y económica no ocurren en un abrir y cerrar de ojos. Eso
nunca pasa. Pero, si pueden ser procesos acelerados, y fue así como ocurrió en Puerto Rico.
El proceso de cambio fue bien acelerado a partir de la década de 1950 hasta inicio de la
década de 1980. La sociedad de puertorriqueños y puertorriqueñas que existió, la
prevalencia de un modo de vida cuya vida material está organizada y determinada por una
geografía rural y un amplio conjunto de relaciones sociales de intercambio y reciprocidades
propias de un modo de vida rural, esa sociedad hoy no existe. Y no va a volver a existir. Al
menos, dentro de los plazos históricos más inmediatos. La geografía edificada, tu movilidad
y traslado, los lugares que habitas y frecuentas, las formas sociales de intercambiar y
reciprocar a otros y otras, tus actividades económicas, políticas, inclusive, religiosas, todas
fueron dramáticamente cambiadas y transformadas por eventos pensados en la forma de
una estrategia política y económica que la Historia de Puerto Rico recoge con el nombre de
Operación Manos a la Obra.
Interesante, a pesar de la denominación histórica de esas estrategias de planificación
económica, social y hasta cultural, el proyecto en sus inicios formativos no fue ni tan siquiera
denominado. Eso ocurrió casi una década después, cuando ya corría y muchas de las
políticas de planificación económicas estaban erigidas. La frase contiene toda la
rimbombancia propagandista que todo proyecto ideológico encierra. Y, para esos fines
requiere de una maquinaria política muy organizada, dinámica y en algunos casos, hasta
flexible para ponerla en marcha. Si bien la maquinaria política se va a institucionalizar en un
importante grupo de acciones legislativas, la mayoría de ellas ocurridas en la década de
1940, la maquinaria propagandista se constituirá fuera del ámbito institucional del Estado
insular. Entonces era imposible de que eso pudiese haber ocurrido. El control definitivo
sobre la designación de quienes administraban las instituciones gubernamentales de la Isla
estaba en manos del Congreso de los Estados Unidos y el Presidente quien escogía a la
figura gobernante de la Isla. Así que la maquinaria ideológica del futuro proyecto en curso,
pero sin nombre, se organizó al interior del Partido Popular Democrático, organización
política que desde su triunfo electoral en las elecciones legislativas de 1940, nunca perdería
y por el contrario, ganaría mayor poder político local durante las subsiguientes casi tres
décadas. Ese poder político incluyó la capacidad para administrar y gobernar las estructuras
institucionales del gobierno insular, sin la injerencia directa del Congreso o del Presidente.
Operación Manos a la Obra: los inicios
Operación Manos a la Obra es el nombre que recibe el proyecto político y económico
originado en 1941, aunque no así denominado. Esta estrategia y plan político de desarrollo
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económico fue catapultada al término de la Segunda Guerra Mundial. Desde las primeras
iniciativas legislativas aprobadas en 1941, la estrategia de desarrollo estuvo pensada para
promover desde la estructura gubernamental insular, un esquema de tácticas para el
desarrollo económico en la Isla, fundamentado principalmente, en una agrupación de planes
para promover y alcanzar la industrialización de la Isla. La idea no es novel. La experiencia
puertorriqueña fue pensada había sido utilizada en otras partes del mundo. La manera como
se hizo en Puerto Rico sí fue novedosa. El principio filosófico que argumenta que el Estado
tiene un rol protagónico e indispensable en la actividad económica tanto en la esfera de la
regulación y la fiscalización, como en la promoción del desarrollo económico, no es nueva.
Quizás lo “novedoso” es que ese principio filosófico ya no era del exclusivo dominio de la
izquierda intelectual.
El marxismo socialdemócrata alemán desde finales del siglo XIX, así como la escuela
austríaca del Marxismo, proponían que el Estado debe tener un rol protagónico en la esfera
de la actividad económica. Ese papel incluye desde la regulación y fiscalización de la
actividad económica, pasando por acciones distributivas de la riqueza para incluir promover
e incentivar la actividad económica. Proponían igualmente y contrario al mismo pensamiento
político de Karl Marx, que el Estado tiene una responsabilidad como garantizador de un
nivel de equidad social, inclusive para crear una red de seguridad social destinada a proteger
los sectores más vulnerables ante las fluctuaciones y frecuentes crisis en la economía. Por
otra parte, era ya conocido el diseño y relativo éxito inicial que tuvieron los planes de cinco
años inicialmente puestos en marcha por el mismo Vladimir Lenín después de la Revolución
de 1917 en Rusia y la creación de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas. Estos
planes fueron una estrategia para el desarrollo económico totalmente orquestada desde el
aparato de Estado dirigida a la industrialización masiva de la ciudad y el campo a partir de
la década de 1920. En América Latina ese principio de industrialización desde el Estado fue
recogido por una de las figuras mas puntales del populismo modernista latinoamericano en
la década de 1920. Lázaro Cárdenas adoptó el modelo soviético, adaptándolo a las
realidades económicas de México. Las promesas del armisticio después de la Revolución
Mexicana de 1910 estaban muy lejos de cumplirse. Cárdenas entonces orquestó un
abarcador proyecto de reforma agraria basado en el doble propósito de industrializar la
agricultura (proyecto semilla de lo que se conocerá como la Revolución Verde a partir de la
década de 1950) mientras se gestó un proyecto de estabilización y reforma social en el
campo basado en la distribución de tierras o ejidos. Proyectos de industrialización y
programas de distribución social también fueron implementados en el Brasil de Getulio
Vargas y las Argentina de Juan Domingo Perón.

Los Estados Unidos de la década de 1930 no estuvo ajeno a las corrientes políticas
y económicas que para esos tiempos sucedían en el mismo país y en otras partes del mundo.
El país estaba inmerso en el doble golpe económico y social que había traído hambre a un
considerable segmento de la población ocasionado por los dramáticos eventos de sequías
ocurridos en todo lo largo y ancho de los territorios del centro continental hacia el oeste
del Río Misisipi1. El segundo evento económico catastrófico fue el impacto financiero que

1 A este episodio se le conoce como el Dust Bowl. El evento climático de sequía se había extendido por poco más de una
década, pero su efecto se multiplicó entre 1927 a 1932. Para entonces el extenso sistema de represas construidas en
el Río Colorado, los canales que de éstas salen sobretodo en dirección del oeste y suroeste, así como el sistema de
embalses a los que llegan esos canales, nada de eso existía. La sequía literalmente desertificó el suelo, el que era
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tuvo la precipitada caída de la Bolsa de Valores de la Ciudad de Nueva York en 1929. Estos
eventos degeneraron en una depresión y contracción económica que persistió por una
década, hasta el mismo umbral de la Segunda Guerra Mundial. Durante la década, el discurso
y cultura política estadounidense tuvo que replantearse el rol del Estado a todos los niveles,
pero en particular, al nivel federal.

Figura #1: De izquierda a derecha, una tormenta de polvo cruzando cerca de los límites metropolitanos de la ciudad de St. Louis, Misuri
en 1931; una tormenta de polvo cruzando las zonas rurales de Iowa, 1929. (National Archives and Records Administration,
EE. UU.).

A lo largo de la historia del federalismo estadounidense, las funciones del aparato de


Estado nacional han estado y siguen estando divididas en al menos, tres niveles de
injerencia. El nivel federal, cuya principal obligación es en materia de seguridad nacional,
relaciones exteriores y política monetaria y comercial, el nivel estatal cuyo principal marco
de acción es garantizar la seguridad social y económica del territorio federal (son los estados
federados las entidades que cargan con la principal responsabilidad en materia de
infraestructura, energía, comunicaciones, aguas, educación, salud y vivienda) y finalmente,
los condados, entidades jurídicas llamadas a administrar localmente los renglones estatales
antes mencionados. Empero, la historia económica y demográfica de los Estados Unidos
produjo una cuarta entidad económica, geográfica y jurídicamente autónoma en la forma de
las ciudades; esto es, las grandes ciudades. Los tres niveles mencionados jurídicamente
existen no tan solo por decreto constitucional. Para que puedan operar dentro del marco
constitucional, deben tener un mecanismo que pueda operacionalizar la administración del
decreto constitucional. En otras palabras, requiere de una base contributiva que les permita
financiar su existencia política como entidades jurídicas. De otra manera, su existencia nunca
trascendería el papel en el que se escribe el decreto (artículo) constitucional. A lo largo de
poco más de dos siglos, las grandes ciudades, primero del noreste estadounidense y luego
otras en el Pacífico o la ciudad de Chicago desde la segunda mitad del siglo XIX, fueron
acumulando una sustancial porción de la base contributiva en el país debido en una buena
parte, a la concentración demográfica y geográfica de la mayor parte de la actividad
económica (principalmente manufacturera, financiera y de consumo) en los Estados Unidos.
Esto produjo ciudades con una poderosa estructura jurídica, política y económica
inmensamente autónoma de las jurisdicciones federal y estatal, en la medida, que son éstas

levantando en gigantescas y catastróficas nubes de polvo que se podían extender por millas. Estos eventos todavía
suceden hoy en toda la región central de las planicies norteamericanas. Empero, los sistemas de aguas subterráneos,
colosales represas, canales y embalses reducen el impacto mortífero sobre la población humana.
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mismas ciudades las que cargan con la principal responsabilidad por la seguridad social, la
infraestructura y bienestar económico y los servicios y utilidades. En el pasado como hoy,
son las ciudades las cuentan con el mayor peso representativo en la Cámara de
Representantes federal. Dependiendo del estado y su historia demográfica, pueden también
llegar a dominar las dos candidaturas que cada estado tiene al Senado.
La crisis económica y social de la década de 1930 desembocó en una verdadera
crisis nacional para los Estados Unidos. El alivio a los problemas sociales y económicos
generados por la depresión no pudieron ser ni tan siquiera aliviados, desde la sola acción
de las jurisdicciones locales. Esta situación creaba enormes inconsistencias geográficas y
demográficas. Consecuentemente, hubo un incremento en los problemas sociales asociados
con la pobreza extrema, el hambre y la frecuencia episódica de las enfermedades de
contagio. Las ciudades no estuvieron exentas a estos problemas. En muchos casos, se
volvieron los epicentros muy a pesar de que éstas contaban con más recursos para enfrentar
lo peor de la contracción económica. Los intentos por parte de las ciudades de Nueva York,
Filadelfia, Chicago, Los Ángeles y San Francisco por aliviar los severos problemas de
desempleo y salud provocaron una avalancha migratoria de cientos de miles de desposeídos
quienes emigraron desde las geografías más golpeadas por el hambre y las enfermedades
epidémicas que explosionaron durante la década. Flujos de personas desde las planicies en
el centro del país marcharon en dirección de estas y otras ciudades. Alrededor y en el interior
de éstas se conglomeraron cientos de miles de estadounidenses en arrabales o “make-shift
shanty-towns” a la espera de poder acceder a los “public soup kitchens” y los limitados
servicios de salud que las ciudades proveía. También se dispararon largas filas de personas,
hombres y mujeres con la esperanza de lograr un contrato de empleo en los puestos
temporeros que afloraban para proyectos locales de infraestructura de calles, alambrado
eléctrico y el más común, limpieza. Estos esfuerzos no fueron suficientes y eventualmente,
la escasez alimentaria terminó golpeando a las ciudades.
Es para esa misma época que al interior de la cultura política federalista
estadounidense toman prioridad las preguntas que hacía más de 60 años incidían,
sobretodo en los círculos intelectuales y políticos del noreste del país, sobre qué papel debía
tener el Estado, en específico, cuál debe ser el rol del gobierno federal en materia de
seguridad social, empleo y desempleo, desarrollo económico, infraestructura, vivienda,
educación y salud. Esas preguntas se hicieron urgentes con la depresión justo en los albores
de la política del Nuevo Trato (New Deal) y la presidencia de Franklin Delano Roosevelt. El
pensamiento socio económico del británico John Maynard Keynes (1885-1946), comienza
a ser un factor de influencia en el proceso político económico al interior de la Casa Blanca.
Otras figuras locales fueron calladamente repensadas, como fue el caso de Eugene V. Debs2
(1855-1926) o el industrialista utópico, el inglés Robert Marcus Owen3 (1771-1858).

2 Activista, sindicalista, escritor, senador en el estado de Indiana y miembro del Partido Demócrata. En 1901 fundó el
Partido Social Demócrata de los Estados Unidos en línea ideológica y programática con partidos similares europeos,
especialmente el Partido Social Demócrata alemán. En 1918 fue acusado y encarcelado por sedición por su oposición y
protesta contra la entrada de los Estados Unidos a la Primera Guerra Mundial. La sentencia le fue conmutada en 1921
y murió en 1926.
3 Nacido en Gran Bretaña fue un empresario inglés quien abrazó para finales del siglo XVIII las ideas del socialismo utópico
inglés. Implementó reformas laborales en su fábrica mejorando las condiciones de trabajo, salarios, seguridad y hasta
pensión de sus trabajadores. Defendió la idea que entonces se denominaba como “socialismo cooperativo” y hoy se
conoce mejor como el movimiento cooperativista, donde cada uno de los componentes humanos que participan de una
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Figura #2: De izquierda a derecha, “hotterville” o arrabal cerca del centro de la ciudad de Seatle (1931); arrabal en vecindario del Bronx
en la Ciudad de Nueva York (1933); filas para llenar solicitudes de empleo en la ciudad de Chicago (1931); fila para recibir
un plato de comida en un “soup-kitchen” en la ciudad de Pittsburg (las filas eran dividas por sexo, 1935). Library of Congress

Como sabemos, la iniciativa del Nuevo Trato asignó un importante rol social y
económico al gobierno federal, otorgándole a éste un principal papel como impulsor de
estrategias para el mejoramiento de la vida social y económica de los ciudadanos a través
de programas de incentivos en diferentes renglones y sectores de la economía nacional, y
en la esfera de la seguridad social. Esta última incluyó los renglones de salud, educación y
vivienda. La política del Nuevo Trato no sustituyó, ni promovió sustituir la injerencia
protagónica que tienen las jurisdicciones locales (ciudades, condados, estados) en estos
ámbitos. Solamente, pretendió en algunos casos, añadir a los programas que localmente se
desarrollaban, en otros ayudar a financiar proyectos de infraestructura extra e intra estatales,
como fueron los proyectos de construcción represan hidroeléctricas en el Río Colorado (eje.
Hoover Dam) y proyectos para el manejo y distribución de agua hacia el oeste y suroeste de
la nación. La administración Roosevelt justificó el alcance de sus acciones como respuestas
a una emergencia nacional. Los programas que fueron creados, todos, tuvieron un carácter
temporero. Durante este periodo la única legislación nacional que se adelantó en materia
de seguridad social como una garantía nacional para todos los ciudadanos fue la creación

empresa (granja, taller, fábrica) participan de la propiedad colectiva de la empresa y sus beneficios. Fundó cooperativas
de trabajo en 1825 en los Estados Unidos (New Harmony, Indiana) y en Gran Bretaña en 1839. Murió en Escocia en
1858.
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en 1932 del plan de retiro conocido como la Administración del Seguro Social de los
Estados Unidos. Al interior de la estructura administrativa que se creó para administrar los
programas de emergencia y asistencia social en los Estados Unidos despuntó una figura que
más tarde se vinculará con Puerto Rico, precisamente para inicios de la década de 1940;
Rexford Guy Tugwell (1891-1979).
Economista y planificador, antes de su designación como gobernador de Puerto Rico
en 1941, Guy Tugwell laboró en diferentes puestos en la administración Roosevelt,
destacándose como director del Federal Emergency Relief Administration (FERA), una
entidad muy similar en programas a la recién creada en la Isla, Puerto Rico Emergency Relief
Administration (PRERA). También fue director del New York City Planning Commission.
Ambas posiciones serán experiencias determinantes para su rol como gobernador. Entre sus
primaras acciones fue impulsar en la Asamblea Legislativa de Puerto Rico la creación de la
Junta de Planes y Zonificación Urbana de Puerto Rico, mejor conocida hoy como la Junta de
Planificación. También impulsó la creación de la Autoridad de Tierras y la Autoridad de
Transporte de Puerto Rico. Esta última consistió en tres divisiones, una de ella habrá de ser
bien importante en los planes de desarrollo. Esas divisiones fueron, la División de Aviación,
la División de Puertos y la División de Autobuses. Esta división se convirtió en el primer
sistema operario público para el transporte colectivo en los Estados Unidos.

Figura #3: De izquierda a derecha, Rexford Guy Tugwell (1941), Teodoro Moscoso (1960), Rafael Picó (izquierda) y Roberto Sánchez
Vilella (derecha; atendiendo un diplomático en La Fortaleza) (1955). Fotos Biblioteca Digital de Puerto Rico, Colección
Puertorriqueña, UPR RP

Rexford Guy Tugwell encontró eco y apoyo para sus ideas sobre el papel
gubernamental en la planificación de estrategias de desarrollo económico en tres
importantísimas figuras puertorriqueñas. Entre los cuatro se constituirán como los
arquitectos intelectuales del modelo de desarrollo puertorriqueño que cuajará a lo largo de
la década de 1940. Esas figuras fueron: Teodoro Moscoso, Rafael Picó y Roberto Sánchez
Vilella. Cada una ocupará y en ocasiones, se alternarán en puestos claves en la toma de
decisiones asociada con la estrategia de desarrollo. Teodoro Moscoso encabezará la
Compañía de Fomento Industrial y el Banco Gubernamental de Fomento. También formará
parte de la Junta de Gobierno de la Autoridad de Transporte de Puerto Rico. El geógrafo y
planificador puertorriqueño, Rafael Picó encabezará la Junta de Planificación y dirigirá los
esfuerzos de desarrollo y eliminación de arrabales de la Autoridad de Hogares de Puerto
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Rico. Finalmente, Roberto Sánchez Vilella encabezará la dirección de la Autoridad de


Transporte, especialmente, la División de Autobuses, será secretario del Departamento de
Obras Públicas y eventualmente en 1965 se convertirá en el segundo gobernador electo de
Puerto Rico.
Operación Manos a la Obra: Primera Fase
El modelo de desarrollo puertorriqueño se le conoce en la literatura económica como una
iniciativa de industrialización por invitación. Este modelo consiste de una serie de iniciativas,
principalmente jurídicas, pero también programáticas, diseñadas con la principal finalidad
de atraer capital desde el exterior para que se establezca en una localidad y así comience
un proceso de industrialización orientado a la exportación de bienes económicos,
mayormente de bienes económicos no duraderos (eje, zapatos, ropas, enceres, automóviles,
efectos de belleza, del hogar, detergentes), pero también puede ser una iniciativa que
atraiga capital de inversión para un sector manufacturero pesado (eje, metalurgia, químicos,
electrónicos). Este tipo de industrialización es uno principalmente orientado a la exportación
y se beneficia de una serie de ventajas contributivas ofrecidas en el país huésped, así como
de otras posibles ventajas asociadas con utilidades como energía, agua y comunicaciones,
y un acervo de mano de obra barata. Todo esto se ofrece a cambio de un compromiso
temporero del inversionista con la creación de empleos en la manufactura, muchas veces,
mejor pagados que los existentes en la agricultura.

Figura #4: La primera fase de Operación Manos a la Obra promovió principalmente, el establecimiento de industrias y plantas
manufactureras para la producción de bienes no duradero y consumo. Tal fue el caso de la panificadora Holsum que abrió
su primera planta en 1958 en Bayamón. El éxito de la empresa la llevó a expandir sus facilidades en el Barrio Candelaria en
Toa Baja para 1975. La empresa fue adquirida por la mexicana Bimbo cuando esta última adquirió en los Estados unidos la
operación de Sara Lee. La Panificadora Pan Pepín, competidor de Holsum también se expandió de una panadería local en el
sector de Hato Rey a un enorme complejo de producción en Bayamón. Fotos Biblioteca Digital de Puerto Rico, Colección
Puertorriqueña, UPR RP y Municipio de Bayamón.

Este modelo no fue exclusivo de Puerto Rico. Se ensayó en otros países como México.
Fue también el modelo que facilitó la transformación de otros países pequeños como Puerto
Rico. Tal es el caso de Singapur y Taiwán, o la ciudad de Hong Kong. Más recientemente, es
el modelo que siguió la República Dominicana comenzando en la década de 1980,
incluyendo, el componente de una emigración planificada. Panamá también implementó una
versión contemporánea del modelo después de la invasión estadounidense en 1989.
Previamente, Costa Rica también siguió una versión mas cautelar y pausada de este modelo
añadiendo un fuerte componente proteccionista del medio ambiente y una orientación social
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más distributiva de la riqueza producida. Lo que hizo particularmente único al modelo de


desarrollo implementado en Puerto Rico fue que éste se comienza a planificar en pleno de
la Segunda Guerra Mundial y se dispara con una enorme fuerza política y sobretodo,
económica inmediatamente después de la guerra. El otro componente, entonces,
especialmente puertorriqueño, fue que el diseño se desarrolló en exclusiva asociación con
la atracción del capital estadounidense dentro de la misma jurisdicción política de los
Estados Unidos, pero excluida del sistema contributivo de ese país.
Esta condición de exclusividad y exclusión permitió, por una parte, atraer el pujante
capital estadounidense de la posguerra, entonces, pujante, dominante y hegemónico, pero
se cerró a la alternativa de atraer otras fuentes de capital foráneas a los Estados Unidos. En
aquellos días, mucho más débiles y menos competitivas que el capital estadounidense.
Situación que hoy es muy diferente. Hasta cierto punto el proceso de industrialización
puertorriqueño ocurrió como un sistema económico cerrado y excluido a la competitividad
de otras fuentes de capital. En la medida que el capital estadounidense de la posguerra se
halló en una fase de intensa expansión y exportación financiera, Puerto Rico resultó muy
beneficiado y la tendencia fue a un patrón de crecimiento siempre ascendente durante poco
más de 25 años entre 1950 y 1975. No obstante, otros países en la región caribeña y
centroamericana comienzan a crear programas similares destinados a atraer el capital
inversionista estadounidense, ofreciendo como ventajas, la disponibilidad de una mano de
obra mucho más barata que la puertorriqueña y un sistema tarifario dolarizado atractivo a
esa inversión. Es precisamente también para ese momento a principios de la década de
1970 que comienzan a aparecer las primeras empresas manufacturas en el norte de México
conocidas como maquiladoras (twin companies).
La maquiladora consiste en una empresa manufacturera de piezas y componentes de
uno o varios productos que son exportados a los Estados Unidos para su ensamblaje y
terminación. Eventualmente, estas maquiladoras comienzan a manufacturar una buena parte
de los bienes no duraderos en el renglón de ropa, enceres, efectos del hogar, efectos de
oficina, piezas y componentes de automóviles, entre otros productos. La rapidez con la que
estas maquiladoras se desarrollaron en el norte de México, y eventualmente en
Centroamérica y la República Dominicana, colocó a Puerto Rico en una posición muy poco
competitiva. La transportación de estos bienes por tierra desde México es mucho menos
costosa que el medio naviero desde Puerto Rico y en el caso de Centroamérica (Honduras,
El Salvador y Costa Rica) y la República Dominicana, los costos navieros son inferiores
porque a estos países no le aplican las leyes de cabotaje4 que restringe el movimiento
naviero desde y hacia Puerto Rico y los Estados Unidos. La pérdida de atractivo económico
y la exclusividad tarifaria puertorriqueña, así como el uso del dólar como moneda oficial fue
paulatinamente estancando el modelo desarrollista. Aquello que hizo atractivo a Puerto Rico
entre 1945 a 1970 ya no lo era y éste había dejado de ser exclusivo a Puerto Rico.

4 Constituye un código que regula la navegación y comercio entre las costas territoriales de los Estados Unidos. Esta
regulación aparece en el Acta Jones de 1920, mejor conocida como Merchant Marine Act of 1920. La sección #7 del
Acta regula el tránsito naviero entre todos los estados federados y territorios no incorporados de los Estados Unidos
estableciendo tres términos para el tránsito naviero: (a) la carga marítima se tiene que hacer en navíos de propiedad y
licencia de los Estados Unidos; (b) en barcos construidos en los Estados Unidos y (c) en barcos operados con una
tripulación compuesta mayoritariamente por ciudadanos estadounidenses. El sector marítimo naviero de los Estados
Unidos tiene los costos operarios más altos del mundo, inclusive, entre países como Noruega, Alemania o Japón que
pagan salarios mucho más altos a los que se pagan en los Estados Unidos en este sector.
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Paralelamente a este desarrollo, en el propio territorio nacional estadounidense los


antiguos centros manufactureros urbanos en el corredor del noreste (Baltimore, Filadelfia,
Nueva York, Boston) y el corredor de acero entre la ciudad de Pittsburg y Chicago,
comienzan a experimentar un paulatino y luego, acelerado proceso de desindustrialización.
Muchas empresas dejan estos centros metropolitanos buscando las atractivas ventajas
contributivas y laborales que ofrecían estados en el centro, sur y suroeste del país. Este
atractivo manufacturero incidió en la capacidad de Puerto Rico para atraer ese capital que
dejaba las antiguas ciudades industriales. El costo de transportación naviera fue un factor
privativo que tuvo más peso en la decisión de estas empresas para trasladarse a otros
estados, que las ventajas contributivas ofrecidas por Puerto Rico o la disponibilidad de una
mano de obra barata.
Operación Manos a la Obra: Segunda Fase
Esta fase fue una corta y poco duradera. Para mediados de la década de 1960 el incremento
en el consumo de energía y con ella, de combustibles fósiles en Puerto Rico era uno de los
renglones económicos y sociales de mayor crecimiento en la Isla. El país se electrificaba a a
pasos agigantados y acelerados, a la misma vez que se motorizaba. La adquisición y venta
de automóviles en Puerto Rico para la década de 1960 era en términos promediares, mayor
que la tasa de compra de autos en los Estados Unidos. La inexistencia en los planes de
desarrollo vial y de transportación de un plan para el transporte colectivo, unido al modelo
empleado para diseñar complejos de viviendas dispersas y horizontales en geografías
suburbanizadas, rápidamente hizo del automóvil un bien económico que muchos
consideraban indispensables. Era también el más evidente artefacto que hablaba del
“milagro económico de Puerto Rico”. La tenencia de un automóvil no tan sólo simbolizaba
un éxito económico, sino éste también comunicaba estatus y posición, en particular, en
contraste con la generación anterior cuyo perfil había sido uno marcado por la pobreza,
hambre, carencia y enfermedades. Estamos hablando para este periodo, de la primera
generación de consumidores en Puerto Rico. La tenencia, muchas veces duplicada, de
automóviles por hogar, disparó las tasas de consumo de combustibles (eje. gasolina, diésel)
a niveles que excedían y todavía exceden, los que existen para muchas jurisdicciones en los
Estados Unidos, no hablar, en la Centroamérica y el Caribe antillano de la época. Este patrón
incremental de consumo de combustibles fósiles y el despegue de Venezuela5 como una
potencia productora y exportadora de petróleo desde finales de la década de 1950, hizo a
no pocos al interior de la administración del gobernador, Luis Muñoz Marín, considerar a
Puerto Rico como un destino idóneo para el refinamiento, almacenaje y exportación de
combustible. Se pensó en el refinamiento del petróleo venezolano destinado a los diferentes
mercados estadounidenses, el principal comprador del petróleo de Venezuela.

5 La producción de petróleo en Venezuela creció de manera exponencial durante la Segunda Guerra Mundial. En parte
gracias al descubrimiento de enormes reservas del crudo al tiempo que se convirtió en el mayor proveedor de petróleo
para los Estados Unidos en tiempos de la guerra. En 1976 durante el primer término de la presidencia de Carlos Andrés
Pérez se creó la empresa estatal, Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) y se nacionalizó toda la actividad de extracción
y exportación del crudo al monopolio de esta empresa. La empresa puede libremente participar en los mercados
bursátiles en el mundo y es propietaria de varias filiales a nivel internacional, entre las que destaca la empresa
estadounidense CITGO Petroleum (Texas). También es dueña de cuatro refinerías en Illinois, Luisiana y Texas. PDVSA
también mantiene operaciones conjuntas (aunque en litigios) con la empresa estadounidense Conoco Phillips.
12 CUADERNO: OPERACIÓN MANOS A LA OBRA; ECONOMÍA POLÍTICA Y CAMBIO CULTURAL

Figura #5: Commonwealth Oil Refining Company fue pensada y diseñada que simbolizara el éxito del modelo de desarrollo industrial
puertorriqueño y la solvencia y sustentabilidad que éste aparentemente ofrecía. Entre 1950 y 1975 ese propósito se cumplió.
Hasta que en 1973 se interpuso a la viabilidad de esos planes el embargo petrolero a los Estados Unidos por parte de los
países productores del crudo. De izquierda a derecha, la primera fase de construcción de la empresa en Guayanilla, cerca de
la bahía en 1954. La segunda y más amplia fase de expansión y construcción ocurrió para principios de la década de 1960
en Peñuelas. Esa fase consistió en las operaciones de la refinería.

Empresas petroleras comienzan a establecer plantas para el refinamiento de


combustible o su almacenaje en la Isla, como fue el caso de la Gulf Oil Corporation en
Bayamón, Chevron y la Texas Petroleum Company (TEXACO). La joya de la corona fue la
creación de una corporación pública, pero pensada para que participara en el mercado
bursátil (como hoy lo hace PETROBRÁS en Brasil), cuya función sería refinar y procesar
petróleo crudo, principalmente de Venezuela, para su almacenamiento y uso local, así como
para la exportación principalmente a los Estados Unidos. Esa empresa fue la estatal, CORCO
(Commonwealth Oil Refining Company). La primera fase de construcción de CORCO
aconteció en 1954. Su desarrollo a lo largo de la expansión económica de Puerto Rico fue
ascendente y sostenible. Para 1975 la empresa era una de las 500 compañías más grandes
en los Estados Unidos. El 80% de su producción para 1978 estaba destinada al consumo
en el mercado puertorriqueño. Había brevemente, sobrevivido al embargo petrolero que en
1973 le impusieron a los Estados Unidos (y así, a Puerto Rico) los países exportadores de
petróleo miembros reunidos en la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo).
Irremediablemente, la empresa no pudo con la carga financiera impuesta por el embargo
petrolero debido a que la mayor parte del petróleo refinado en las facilidades de Peñuelas
y Guayanilla provenía de Venezuela. A diferencias de empresas en los Estados Unidos, el
costo de importación de petróleo desde los Estados Unidos a la Isla para su refinamiento
era insostenible, una vez más, como resultado de las leyes de cabotaje.
La quiebra de la CORCO desencadenó en 1975 una serie de préstamos concedidos
por el Banco Gubernamental de Fomento a la empresa que se tornaron impagables. La
entidad comenzó a acumular una deuda que se hizo imposible de solventar y el banco,
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acostumbrado a recibir pagos con intereses por cada préstamo y deuda emitida, se vio
obligado a recurrir a la Asamblea Legislativa para proponer la liquidación y cierre de la
CORCO. Cierre que ocurrió en 1982. Con la desaparición de la CORCO, Puerto Rico se
convirtió en un destino totalmente importador de combustible y con una capacidad limitada
para su almacenamiento. La esperada expansión de esta fase del proyecto desarrollista
sucumbió con la desaparición de la CORCO.
Operación Manos a la Obra: Tercera Fase
Para la segunda mitad de la década de 1970 la expresión “Operación Manos a la Obra”
desapareció de la jerga política puertorriqueña. El proyecto estuvo a lo largo de su historia
vinculado con el Partido Popular Democrático. El solo mencionarlo significaba para la
oposición política reconocer la acción política “popular” y el éxito que ésta había tenido. Tal
hecho resultaba muy problemático cuando precisamente para esa década comienza el ciclo
político, que persiste hasta nuestros días, de alternancias políticas administrativas entre el
Partido Popular y el Partido Nuevo Progresista. Para este partido, vinculado a un proyecto
dirigido a anexar a la Isla como estado federado a los Estados Unidos, con un corte
ideológico mucho más conservador que el defendido por el Partido Popular, asociar la Isla
con la posible autonomía política y económica que Operación Manos a la Obra había traído,
aunque de manera temporera, no era una opción viable a su proyecto y versión política de
anexión. Consiguientemente, entre 1976 a 1978 la frase desapareció de todo tipo de
documento gubernamental hasta que para la década de 1980 ya ni siquiera era utilizado
por el propio Partido Popular.
La tercera fase del modelo desarrollista comienza a tomar forma por un interés muy
específico que se desarrollaba en los Estados Unidos desde finales de la década de 1960.
Si bien es cierto, que la manufactura de bienes económicos no duraderos dejaba de ser
patrimonio económico manufacturero exclusivo a ese país, el ascenso de otros sectores
tecnológicos reflejaba un peso cada vez mayor y hegemónico en la acumulación de capital
estadounidenses. Esos sectores en ascenso estaban principalmente formados por el sector
farmacéutico por un lado, y por el otro, por la tecnología electrónica de las comunicaciones
cada vez más asociada al desarrollo y uso de computadoras personales y los programas
necesarios para su operación 6 . Este sector, como otros vinculados a la tecnología y la
automatización, se caracterizan por la necesidad de grandes sumas de capital para su
inversión, razón por la cual el sector es denominado con el término, capital intensivo. La
inversión de capital y el tipo de manufactura empleada no está destinada a la masificación
del empleo. Todo lo contrario, es un sector que emplea a una fuerza de trabajo

6 En este punto me parece que es muy importante aclarar que existen dos sectores económicos manufactureros en los
Estados Unidos que se compartan de una manera diferente a lo aquí reseñado. Los Estados Unidos es indiscutiblemente
hoy el mayor productor de armas en el mundo y sigue siendo líder en el diseño de tecnologías aeroespaciales y militares
en el mundo. Ese sector sin embargo, es uno altamente reglamentado, fiscalizado y subsidiado por el aparato estatal
federal estadounidense, que es a su vez, su principal cliente. Inclusive, la venta de armas al exterior tiene que cumplir
con estrictas medidas regulatorias que incluyen la aprobación del Departamento de Estado y el mismo Congreso
estadounidense. Este sector no participa en un mercado abierto de consumo de bienes. El otro sector es el agrícola
manufacturero de alimentos. Los Estados Unidos posee una de las manufacturas procesadoras de alimentos en el mundo
más innovadoras que existen en ese mercado. La agricultura está totalmente subsidiada con agua y una bonanza de
créditos, así como el mismo programa de asistencia nutricional o “cupones”. También es un sector que disfruta de
amplias medidas proteccionistas contra competidores agrícolas mundiales. No obstante, los Estados Unidos ya no es el
mayor productor de alimentos en el mundo ni es el mayor consumidor. Ese lugar lo ocupa hoy China. China es el mayor
productor agrícola neto de alimentos y es también el mayor importador y consumidor neto de alimento en el mundo.
14 CUADERNO: OPERACIÓN MANOS A LA OBRA; ECONOMÍA POLÍTICA Y CAMBIO CULTURAL

considerablemente escolarizada, profesional y además, emplea a una fracción de la mano de


obra necesaria en otros tipos de manufactura. Por lo general, los empleos creados son muy
bien pagados en comparación con otros sectores económicos.
La expansión del sector farmacéutico en los Estados Unidos, como ya había ocurrido
antes con la manufactura de bienes económicos no duraderos, requiere de la búsqueda de
otros mercados de exportación y de otras fuentes de mano de obra. Las empresas
estadounidenses y otras como las alemanas comienzan a enfatizar, a preferir y destinar una
mayor cantidad de recursos económicos a la investigación y desarrollo de nuevas drogas y
medicamentos. Este renglón es vital para este sector porque es el que genera las patentes
que permiten un virtual monopolio por espacio de 25 años en la producción y mercadeo de
un medicamento. En pocas palabras, la patente es mucho más rentable que la manufactura
del fármaco7. Pero, el fármaco hay que producirlo para que su mercadeo multiplique la
rentabilidad que encierra la patente. Manufacturarlo no tiene porqué ocurrir en los Estados
Unidos.
Paralelo a estos eventos en los Estados Unidos, en Puerto Rico el estancamiento
económico del proyecto desarrollista era más que palpable. La tasa de desempleo había
aumentado a una que sumaba dos dígitos porcentuales y la tasa de participación laboral
comenzaba a descender ubicándose entre el 52% al 55% de la fuerza de trabajo. La
introducción en Puerto Rico del programa de cupones de alimentos creado en los Estados
Unidos en 1973, aunque representó un alivio ante el incremento en los precios de los
alimentos resultado del embargo petrolero, comenzaba a mostrar señas de dependencia
económica de un sector de la fuerza de trabajo hábil para el empleo. Algo similar ocurría
con otros programas federales de asistencia social que eran introducidos a Puerto Rico. La
administración del entonces gobernador, Rafael Hernández Colón, fue exitosa en cabildear
en el Congreso la búsqueda de una medida que sirviera para atraer nuevas inversiones a
Puerto Rico, precisamente del sector de alta tecnología y fármacos, enfatizando que esa
expansión habría de ocurrir dentro de la soberanía de los Estados Unidos, pero separada de
su jurisdicción contributiva. Es bajo esta premisa que en 1976 el Congreso legisla para
enmendar las secciones 920 y 931 del Código de Rentas Internas estadounidense para
introducir la Sección 936.
La Sección 936 permitió, facilitó y hasta impulsó que empresas muy capitalizadas
estadounidenses no exportaran sus capitales en dólares a otras jurisdicciones fuera de los
Estados Unidos y por el contrario, optaran por invertir dentro de la jurisdicción fiscal
estadounidense, pero con una exención a su responsabilidad contributiva. La sección
permitía a estas empresas invertir en Puerto Rico, u otros territorios, con la opción de
repatriar las ganancias obtenidas a la matriz en los Estados Unidos o mantenerlas en
depósitos en la jurisdicción de los territorios (Puerto Rico) libres de una imposición
contributiva federal mientras estuvieran depositadas en bancos territoriales. De esta manera,
los dólares generados por las ganancias se mantenían depositados en la jurisdicción
soberana de los Estados Unidos y no eran exportados a bancos internacionales,

7 El sector computacional, de programación y diseño y manufactura de dispositivos móviles se comporta exactamente de


la misma manera. La enorme riqueza en los activos de Apple, así como el inmenso tamaño de la empresa no es el
resultado de la cantidad de computadoras personales, portátiles y dispositivos móviles que vende. Apple es dueña de
más del 65% de las patentes vigentes que hay en el sector que regulan la manufactura y programación de todos los
dispositivos electrónicos, plataformas y aplicaciones, incluyendo las que emplean sus competidores.
JOHN H. STINSON FERNÁNDEZ, PHD 15

principalmente europeos. Todavía en la década de 1970 no era común, ni siquiera legal, la


existencia de paraísos fascales, siendo la única excepción legal, Suiza. En Puerto Rico los
depósitos que comienzan a hacer las empresas en el sector que abrían filiales en la Isla,
animaron a una expansión de la banca local. Un mayor número de bancos se establecieron
en la Isla, así como casas financieras y de inversiones, comenzaron a expandir sus
operaciones, según incrementaban los depósitos de estas empresas subsidiarias, todas en
el renglón intensivo de capital, como alta tecnología (eje, DIGITAL, Hewlett Packard) y
fármacos (Upjohn, Lilly Pharmaceutical).

Figura #6: Para el año 2002 la Compañía de Fomento Industrial en sus informes anuales ilustraba la importancia que tenía para la
economía de Puerto Rico el número de filiales de farmacéuticas establecidas en la Isla. No todas eran de origen
estadounidense, como son las alemanas Pfiser y Merck, pero todas tenían que estar incorporadas en los Estados Unidos, así
como sus patentes, para poder establecerse en Puerto Rico. Luego de la eliminación de la Sección 936 solamente quedan
siete filiales todavía operando manufactura en Puerto Rico, destacándose Lilly en Carolina. La mayoría solamente mantienen
algún tipo de facilidades de almacén.

Si bien es cierto, que estas empresas estaban exentas del pago de contribuciones
por concepto de ingresos generados por sus ganancias al nivel federal y disfrutaban también
de varias exenciones contributivas a nivel local, los bancos que recibían las cuentas de
depósitos no estaban exentos al pago de contribuciones por esas cuentas y los servicios
prestados y cobrados por esas cuentas de depósitos y carteras de inversiones. De esta
manera, la banca local se convirtió en la mayor fuente de ingresos contributivos que eran
remitidos al Departamento de Hacienda de Puerto Rico a lo largo de la década de 1980
hasta el mismo momento cuando la Sección 936 desapareció en el año 2006. A partir de
16 CUADERNO: OPERACIÓN MANOS A LA OBRA; ECONOMÍA POLÍTICA Y CAMBIO CULTURAL

ese mismo año y ante la falta de un modelo capaz de atraer capital foráneo o incentivar el
empresarismo local (fuera de la esfera de contratos y clientelismo político partidista), la
economía entró a un espiral de recesión y contracción económica que se acerca a cumplir
15 años, la más prolongada en el hemisferio occidental.
El estancamiento del modelo de desarrollo junto con la eliminación de la Sección 936
incrementó la existente estrategia por parte de la alternancia política en la administración
gubernamental de depender de continuamente pedir y mantener abierta un grifo de
asignaciones de fondos federales estadounidenses, o lo que se puede denominar como una
FEDERALIZACIÓN MONETARIA O FISCAL de la operación y la administración pública del gobierno
central de la Isla, sus corporaciones públicas y sus municipios. Municipios que en su mayoría
(al menos 60 de los 78 municipios) siempre han contribuido a un acumulado déficit
presupuestario y estructural de deuda pública. La estrategia gubernamental cambió su
orientación política de estimular la inversión para crear actividades empresariales
productivas a una estrategia basada en la construcción de grandes proyectos de
infraestructuras (a nivel isla y a nivel municipal) acompañada de un planificado énfasis en las
esferas de la circulación y el consumo como el principal indicador y garantizador de la
actividad económica. Este renovado énfasis desistió de la creación de empleos, incentivó la
baja en la tasa de participación laboral (hoy por debajo del 38% de la fuerza laboral hábil
para el empleo), la dependencia en fondos federales para solventar programas de asistencia
económica, las formas de trabajo irregular, mal llamadas “informales” y la no diferenciación
y regulación sobre la fuente monetaria (eje. narcotráfico, lavado de dinero) que alimenta una
circulación consumista que excede por mucho en dólares la actividad productiva.

Gráfica #1: Tasa de participación laboral en Puerto Rico (2006-2011). Fuente; Departamento del Trabajo y Recursos Humanos de Puerto
Rico.

La iniciativa gubernamental todavía hoy es entendida como la principal gestero de la


actividad económica. Sin embargo, ésta ya no persigue un pilar de la entonces estrategia
social en Operación Manos a la Obra (1945-1975), que argumentaba que combatir la
pobreza en la Isla requería la creación de empleos (principalmente en la manufactura) y que
JOHN H. STINSON FERNÁNDEZ, PHD 17

éstos estuvieran bien pagados (de acuerdo con los criterios de la época). Esta estrategia fue
reemplazada por una basada en implorar en Washington por una continua e incremental
asignación de fondos federales a todos los ámbitos de la gobernabilidad económica y social
de Puerto Rico. La segunda estrategia (y la más reciente) se enfocó en enfrentar la
desaparición del ingreso contributivo resultado de los depósitos de las empresas acogidas
a la Sección 936 en la banca local con una estrategia de un desmedido y acelerado proceso
de ENDEUDAMIENTO PÚBLICO. Este se caracterizó por un sistemático financiamiento de deuda
basado en la emisión de deuda mediante la aprobación legislativa de bonos para financiar
la operación gubernamental cada vez más costosa, los planes de retiro, el déficit estructural
y una deuda acumulada de las funciones del aparato gubernamental. Vale añadir y aclarar
que la federalización y dependencia en asignaciones fiscales federales NO es una actividad
económica gratuita. El continuo recibo de asignaciones de fondos federales conlleva y exige
la inversión gubernamental de fondos presupuestados locales para administrar y cumplir
con los términos y requisitos de esos mismos fondos fiscales a los programas de
beneficencia federal.
Operación Manos a la Obra: cambio cultural y transformación social
La organización material y el modo de vida cultural que hubo en la sociedad puertorriqueña
hasta la Segunda Guerra Mundial dejó de existir para finales de la década de 1960. La
sociedad agraria caracterizada por las experiencias culturales y hasta identitarias
fundamentadas en los nexos de proximidad rural y una geografía cultural dominada por la
subsistencia económica en las montañas o en las costas, esa modalidad de vida social fue
sustituida por la expansión edificada de una nueva geografía arquitectónica y espacial. Esta
se caracteriza por el tránsito, la distancia, la dispersión horizontal de los asentamientos
construidos y una densificación dominada por la arquitectura edificada de los espacios y
mucho menos por la densificación vertical de la población. El urbanismo se convirtió en el
modo de vida puertorriqueño. Un urbanismo poco tradicional si lo comparamos con los
centros metropolitanos latinoamericanos, canadienses, asiáticos y europeos; o con las
ciudades del corredor urbanos del noreste metropolitano estadounidense.
El urbanismo puertorriqueño está dominado por el perpetuo tránsito motorizado e
individualizado, por una planificada distancia necesaria a recorrer para poder realizar o
participar en cualquier actividad económica de empleo, comercio y consumo, banca o la
interacción social basada en el ocio. La vida cultural está también dominada por la
energización eléctrica de todo cuanto rodea la vida material de la cultura. Todo eso fue
levantado durante un periodo relativamente corto de tiempo. Entre 1950 y 1970 la sociedad
y demografía agraria de 1940 fue sustituida por una sucesión de generaciones totalmente
desvinculadas del campo, cuya vida material transcurre en una dinámica cultural urbana del
espacio siempre continuo tránsito. Ese tránsito no se limita a la movilidad entre puntos
construidos en la Isla. El tránsito también es migratorio. Un patrón migratorio circular,
continuo y frecuente se asentó como parte de la vida cultural puertorriqueña, inclusive
alternado la composición y densidad demográfica de quienes étnicamente pueden ser
identificados o prefieren ser identificados como puertorriqueños. La Isla ya no es el asiento
primordial identitario de esa identificación étnica. En términos exclusivamente demográficos
ese lugar se trasladó primero, al corredor urbano en el noreste estadounidense, donde
todavía se encuentran los asentamientos más antiguos puertorriqueños. A esta localidad de
18 CUADERNO: OPERACIÓN MANOS A LA OBRA; ECONOMÍA POLÍTICA Y CAMBIO CULTURAL

puertorriqueños le sigue la región metropolitana alrededor de la ciudad de Chicago y


enclaves en la región de los Grandes Lagos como la ciudad de Cleveland. Para finalmente,
trasladarse al estado de la Florida, hoy con la mayor concentración de personas étnicamente
puertorriqueñas y con el número más alto de emigrantes puertorriqueños de primera
generación (personas recién llegadas).
El modelo de desarrollo puertorriqueño no fue una estrategia estrictamente
económica. Albergó también un proyecto de planificación social y cultural. El proyecto de
planificación social estuvo basado en tres componentes esenciales y mutuamente
integrados. Primero, el desarrollo de una infraestructura de utilidades como energía, agua
potable y comunicaciones. Si bien esta infraestructura, que incluye la vial, es esencial para
el desarrollo de la actividad económica, cada una de éstas fue extendida e integrada a
modificar la vida social puertorriqueña de la antigua sociedad rural. Se construyó vivienda
pública y privada a un ritmo que acelerado muy difícil, sino imposible, para que se vuelva a
repetir. A pesar de todas las unidades de vivienda construida, nunca se subsanó el problema
de vivienda segura y accesible para toda la población. Esto explica la tolerancia y más tarde,
solapada legitimidad a tanto asentamiento irregular conocida como invasores de terrenos,
la que todavía prevalece hoy a través de toda la Isla, en unas municipalidades más que en
otra. Esta irregularidad de asentamientos y sus medios para construir viviendas, ha hecho a
estas comunidades particularmente vulnerables al paso violento de huracanes y más
recientemente en enero de 2020, a los repetidos eventos sísmicos luego de un terremoto
en el suroeste de Puerto Rico.
Manos a la Obra, como proyecto social tuvo un importante componente salubrista.
Se desarrollaron múltiples programas de higiene pública dirigidos a controlar las
enfermedades epidémicas asociadas en la Isla con la extrema pobreza como fueron el
paludismo, tuberculosis, bilharzia, cólera, tifoidea y fiebre amarilla. Se construyeron múltiples
centros de servicios de salud y se facilitó el acceso, muchas veces gratuito, a esos servicios.
Al menos eso fue así hasta la década de 1990 cuando esa estructura de salud pública fue
privatizada en 1993 y la seguridad por los servicios de salud fue transferida a varias casas
aseguradoras que compiten por contratos de arrendamientos gubernamental para
administrar el acceso a los servicios de salud.
El modelo de desarrollo también contó con un proyecto cultural dividido en dos
partes. El primero consistió en un programa acelerado de alfabetización. Ese programa tuvo
inicialmente dos ramificaciones. Una rama se concentró en la alfabetización vocacional
(oficios) de una población adulta analfabeta y la segunda a un proyecto de escuela dividido
en tres niveles (primaria, intermedia y secundaria) para escolarizar las generaciones más
jóvenes nacidas en el periodo de la posguerra. A esos efectos y durante las décadas de
1950 y 1960, y mucho menos, en la década de 1970, se trató con relativo éxito, de construir
escuelas a los niveles mencionados, en cada uno de los complejos de vivienda pública que
se levantaron, así como en los complejos privados de urbanizaciones. Prácticamente, por
ejemplo, todas las urbanizaciones construidas en Bayamón y Carolina, por ejemplo, entre
1960 a 1975 cuentan con un complejo escolar, así como un parque para el juego de pelota
y cancha de baloncesto y recreación pasiva. Algunos inclusive cuentan con centros
comunales construidos con posteridad a la urbanización o el residencial público. Este
periodo corresponde también al momento de mayor expansión física, arquitectónica y
programática de la Universidad de Puerto Rico, institución que hoy alberga 11 unidades
JOHN H. STINSON FERNÁNDEZ, PHD 19

académicas. Esa expansión se extendió también a sistemas universitarios privados, entre los
que destacan; la Universidad del Sagrado Corazón, la Universidad Pontificia Católica de
Ponce, el Sistema de la Universidad Ana G. Méndez y el Sistema de la Universidad
Interamericana de Puerto Rico. Estos últimos dos rivalizan en extensión geográfica y cantidad
de programas con el Sistema de la Universidad de Puerto Rico.

Figura #7: Junto con la tenencia privada y uso del automóvil, la construcción numerosa de centros comerciales fue uno de los símbolos
consistentemente utilizados como propaganda ideológica y valorización cultural de “progreso” y “calidad de vida” durante
el periodo de mayor crecimiento y expansión económica entre 1950 y 1975. La imagen recoge un esquema gráfico
presentado en 1963 donde se muestra la construcción del centro comercial, Plaza Las Américas y la red vial de autopistas
que facilitaría su acceso desde el oeste y desde el sur. En la imagen se aprecia los terrenos al este del complejo limpios de
los arrabales que habían cerca de la procesadora y vaquería Tres Monjitas. También se aprecia al oeste de la imagen, la
primera fase terminada del residencial público, Nemesio Canales. Todavía se aprecia por el norte el surco del Río Puerto
Nuevo en su recorrido hacia la Bahía de San Juan. Foto Biblioteca Digital de Puerto Rico, Colección Puertorriqueña, UPR RP.

Finalmente, Manos a la Obra incluyó un proyecto de identidad cultural, que en


realidad fue un proyecto institucional sobre qué es cultura puertorriqueña. El proyecto con
ambiciones para cimentar una cultura “nacional” sucedió en una geografía política que
carece de soberanía, empero el proyecto de desarrolló con relativo éxito desde la misma
Universidad de Puerto Rico en Río Piedras y con la creación del Instituto de Cultura
Puertorriqueña en 1956. Este último fue relativamente exitoso en promover el desarrollo de
las artes plásticas, las artes visuales y escénicas e importantes componentes del folklore,
como la música, el baile y las artesanías a lo largo de la década de 1960 hasta mediados
de la década de 1970, cuando la institución gubernamental sucumbió a las alternaciones
políticas entre los partidos mayoritarios.
Para concluir: el estudio del endeudamiento y crisis financiera de Puerto Rico
La presente situación de endeudamiento público del gobierno y la contracción económica
de la sociedad puertorriqueña se puede estudiar. Independientemente del reclamo (justo o
20 CUADERNO: OPERACIÓN MANOS A LA OBRA; ECONOMÍA POLÍTICA Y CAMBIO CULTURAL

ilusorio) que desde el año 2014 exige que el monto de la deuda pública de la Isla se audite
desde diferentes sectores y movimientos políticos, la Historia Económica de ese proceso y
sus actividades relacionadas, no necesitan, mucho menos requiere, de una narrativa
denunciativa y populista para hacer una auditoria. Los fondos documentales para realizar
ese ejercicio existen y siempre han estado disponibles. Algunos, por los pasados nueve años,
otros desde más tiempo.
El ARCHIVO GENERAL DE PUERTO RICO cuenta con el Fondo De la Oficina del
Gobernador (1935-1960). Ese fondo documental, disponible desde el año 2012, contienen
entre sus miles de cajas con legajos, la colección completa de todos los estados financieros
e informes anuales correspondientes al Banco Gubernamental de Fomento de Puerto Rico
para los años entre 1942 a 1958. Cuenta también con informes anuales para la
Administración de Fomento Industrial de Puerto Rico (1945-1957) y para las corporaciones
públicas como la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, la Autoridad de las Fuentes
Fluviales y hasta para la Autoridad de Transporte de Puerto Rico, cuya División de Aviación
tuvo a su cargo la ampliación del Aeropuerto de Isla Grande (1946-1949) y la planificación
y construcción mediante financiamiento del Aeropuerto Internacional en Isla Verde, hoy, Luis
Muñoz Marín (1950-1956).
El portal electrónico del Banco Gubernamental de Fomento de Puerto Rico cuenta
con cinco series especializadas en datos estadísticos económicos (econometría) que entre
otras cosas, incluye los informes auditados para Puerto Rico (1998-2015) [http://www.gdb-
pur.com/spa/investors_resources/commonwealth-cafr.html], informes anuales (2001- 2014)
[http://www.gdb-pur.com/spa/investors_resources/gdb-annual-report.html] e informes
sobre el flujo de caja (Fondo General del Estado Libre Asociado), informes sobre el índice
de precios y de ventas, entre otros. [http://www.gdb- pur.com/spa/index_spa.html] Queda
por preguntar entonces; ¿por qué un proyecto académico y científico para desarrollar esta
indispensable Historia Económica del endeudamiento puertorriqueño no se está elaborando
y desarrollando desde la Academia? Posiblemente, porque requiere de un arduo trabajo de
investigación científica documental con fuentes primarias. Esta faena requiere de centenares
de horas dedicadas a un tipo de trabajo totalmente ajeno a la acostumbrada renta resultado
de la consultoría. Así las cosas, constituye una actividad totalmente ajena a la práctica de
disciplinas tales como la Economía o la Ciencia Política en Puerto Rico.
Todavía hoy prevalece en la discusión política singularizando el origen de la “crisis”
como resultado del cierre de las operaciones gubernamentales del Estado Libre Asociado
en el año 2006. Evento que a su vez se dice fue el resultado de un tranque político partidista
entre la administración gubernamental encabezada por el Lcdo. Aníbal Acevedo Vilá del
Partido Popular Democrático y la entonces Asamblea Legislativa, controlada por el Partido
Nuevo Progresista (PNP) (partido dividido entonces, internamente por dos bandos, unos
denominados como “auténticos” y los otros afiliados a la figura política del Dr. Pedro
Rosselló). Otra parte de esa discusión política atribuye la presente situación a la desaparición
de la Sección 936. Ambas racionalidades no son incorrectas, pero no explican un proceso
económico de endeudamiento que ya había comenzado tan temprano como 1975. Un
examen superficial de la documentación en el Archivo General de Puerto Rico apunta que la
historiografía económica está constituida por varios escenarios caracterizados por la
acumulación decenal de los indicadores numéricos de la actividad económica. Estos
indicadores exhiben al menos, seis (6) importantes factores asociadas a lo que denomina
JOHN H. STINSON FERNÁNDEZ, PHD 21

como la “crisis” económica y fiscal de Puerto Rico. Cada uno de estos factores contiene una
“inflación” de múltiples variables económicas, políticas y sociales, así como demográficas.
La baja tasa de participación laboral en Puerto Rico es posiblemente, uno de los
peores problemas económicos, sociales y culturales que incide de manera irremediable,
sobre la presente crisis de contracción y recesión económica. Puerto Rico tiene la tasa más
baja de participación laboral de todo el hemisferio posiblemente en el mundo, para una
economía que no está basada en actividades de subsistencia económica agrícola a
agropecuaria. La baja tasa de participación laboral y escasa participación contributiva por
concepto de ingresos de esa población está paralela del indicador más alto en el hemisferio
de participación y dependencia en los programas de beneficencia y asistencia
gubernamental, así como dentro de la jurisdicción de los Estados Unidos.

FIGURA #8: La frágil situación económica de Puerto Rico se ilustra muchas veces, por el alto número de negocios y propiedades que han
cerrado y han sido abandonadas en la Isla, particularmente, en San Juan. Otro indiscutible indicador es la tendencia
emigratoria que ya se registraba desde el año 2011 y que para el año 2015 sobrepasaba la cifra de 225,000 personas.
Esta tendencia se disparó después del paso del Huracán María con un efecto multiplicador que ya ha añadido unas 250,000
personas a esa cifra. (Foto Noticel, 2018)

El perfil socioeconómico de Puerto Rico asociado con lo anterior se puede resumir


de la siguiente manera:
1. Una tasa contraída del crecimiento económico caracterizada, por altos indicadores de
circulación de capital, pero indicadores contraídos en otros renglones, en particular,
la manufactura. La baja en este renglón se atribuye a la terminación de la autorización
congresional al código de rentas en los Estados Unidos conocido como la Sección
936. Este código concedía unas específicas ventajas contributivas a toda empresa,
22 CUADERNO: OPERACIÓN MANOS A LA OBRA; ECONOMÍA POLÍTICA Y CAMBIO CULTURAL

especialmente aquellas vinculadas al capital intensivo (eje. farmacéuticas, tecnología


que produce otra tecnología) que se estableciese en Puerto Rico y mantuvieran
depósitos sobre sus actividades y ganancias en la banca insular.
2. La subsecuente pérdida de los depósitos una vez habidos en la banca local producto
de la Sección 936 y su transferencia a cuentas muchas veces fuera de la jurisdicción
de los Estados Unidos (eje. off-shore banking) que la legislación congresional había
comenzado a facilitar desde 1996. La salida de estos fondos depositados en la banca
en Puerto Rico tuvo consecuencias devastadoras para la banca local y para el
denominado “Fondo General” de las arcas gubernamentales.
3. Aunque la Sección 936 proveía de beneficios contributivos federales a las empresas
estadounidenses establecidas en Puerto Rico, y que las exenciones contributivas
locales ofrecían incentivos adicionales, lo cierto es que la banca local no disfrutaba
de todas esas ventajas. Consecuentemente, eran las instituciones bancarias las que
rendían la mayor tajada contributiva al Departamento de Hacienda por cada una de
las cuentas de depósitos que mantenían las empresas acogidas a la Sección 936.
Eran los bancos la principal fuente de recaudos que hacía el Departamento de
Hacienda destinados al “Fondo General”. La salida de esos depósitos le cerró la
alcancía al Departamento de Hacienda, entidad que probaba ser enormemente
deficiente en el recaudo de otros impuestos, incluyendo, las contribuciones sobre
ingreso, sobre las ventas, sobre inventarios, arbitrios y aranceles.
4. A lo anterior añadimos una continua y aparentemente, irreversible baja en la tasa de
participación laboral de la fuerza de trabajo en Puerto Rico o lo que se conoce como,
la población económicamente activa. La pérdida de esta tasa de participación se
traduce en una reducción en la principal fuente y base contributiva puertorriqueña
basada en la tributación por concepto del ingreso salarial.
5. Los intentos gubernamentales por incentivar la actividad económica mediante el
endeudamiento para financiar obras de construcción en infraestructura práctica
intensificada a partir de 1996. Lagunas contributivas creadas por una pobre
legislación de incentivos sin sentido y fiscalización, paralela a legislación que añadió
todo tipo de bonificaciones y pagarés a la nómina gubernamental y sus sistemas de
retiro, resultó en la incapacidad por parte del Departamento de Hacienda para
agresivamente, recaudar contribuciones. Consecuentemente, los recaudos
monetarios necesarios para la operación y administración ordinaria de la estructura
gubernamental se hicieron cada vez más deficitaria.
6. Para compensar el efecto acumulativo de los déficits, se recurrió a la emisión de
bonos para financiar la operación y gestión gerencial y laboral en las agencias
gubernamentales, los municipios y las corporaciones públicas sin que, para ello, se
estableciera una fuente de pago para finiquitar ese financiamiento. Todo lo contrario,
la deuda era utilizada como colateral para la emisión y venta de bonos municipales
exentos en los Estados Unidos, del pago de contribuciones federales, cada vez a
intereses más variables y altos.
7. Finalmente, retomamos el inciso # tres (#3); la inhabilidad manifiesta por del
Departamento de Hacienda para agresivamente captar y cobrar medidas impositivas
como arbitrios y aranceles, un impuesto al valor por ventas (IVU) por concepto de
consumo y la evasión contributiva, sobretodo, entre los sectores con mayores tasas
de ingresos.
JOHN H. STINSON FERNÁNDEZ, PHD 23

Gráfica #2: Ilustración comparativa sobre la tendencia recesionista y contracción económica de Puerto Rico desde el año 2006 al año
2016. La primera gráfica ilustra la contracción del Producto Interno Neto (PIN), mientras la segunda ilustra la caída de todos
los indicadores de la actividad económica de la Isla. Fuente: Banco Gubernamental de Fomento de Puerto Rico.

Bibliografía de Consulta y Referencia

TEXTOS
NOTA AL LECTOR:
Ø Los siguientes títulos pertenecen a la colección personal del autor. Éstos sin embargo, forman
parte de la Colección Puertorriqueña del Sistema de Bibliotecas de la UPR RP. Todos estos títulos
están también disponibles en la Colección de Circulación. Ambas colecciones están ubicadas en
la Biblioteca General José M. Lázaro.
Ø Algunos títulos forman también parte de otras colecciones en el recinto riopedrense como por
ejemplo, la Biblioteca de Planificación Rafael Picó, la Biblioteca de Administración Pública
(Facultad de Ciencias Sociales) y el Centro de Investigaciones Históricas (Facultad de
Humanidades).
Ø Cada ficha bibliográfica ha sido redactada utilizando como inicio el nombre de pila de su autor
o autores. Esta acción es intencional, pensada en facilitar la búsqueda electrónica de mis
estudiantes quienes no pocas veces, prefieren utilizar el metabuscador comercial GOOGLE®.

Luz del Alba Acevedo (1998). Género y trabajo en Puerto Rico: desafíos para una política
laboral. Futuro económico de Puerto Rico: Antología de ensayos del Proyecto
Universitario Sobre el Futuro Económico de Puerto Rico. San Juan: Editorial de la
Universidad de Puerto Rico.
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PROQUEST, SPRINGER, TAYLOR & FRANCIS Y WILEY LIBRARIES. TODAS SUSCRITAS AL
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informes periódicos que le exige el acta congresional conocida como PROMESA y que regularmente, tiene
que entregarle a nombre del gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico a la Junta de Supervisión
Fiscal de Puerto Rico. Los informes recogen renglones tales como los dineros recaudados por concepto
de contribuciones, depósitos en el Fondo General, gastos trimestrales en compras, nóminas y contratos,
asistencia y ausencias, manejo de recursos humanos, entre otros. Este es el enlace:
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