Está en la página 1de 2

Capitulo 4 Implicar a los alumnos en sus aprendizajes y su trabajo

En un salón de clases de una escuela secundaria, se tiene un grupo de 25 alumnos, mismo


que poseen diversas cualidades, actitudes y al ser adolescentes todos, lo resumiremos
como un grupo heterogéneo; cada uno de ellos avanza según su estilo de aprendizaje y
tienen motivación que es muy importante, sin embargo en ese grupo se tiene un alumno
“Juanito” que es un año mayor que el resto de sus compañeros, reprobó segundo año por
diversas situaciones (no asistía a clases, problemas con sus pares, actitud negativa,
etcétera), por lo que dentro de su grupo y en sus clases no tiene ni el interés ni el deseo
de superación, por lo que se ha convertido en un problema, pues sus compañeros actuales
lo rechazan y asiste solo por la insistencia de sus padres.

¿Cómo podríamos tratar esta situación? En definitiva creo que es un gran reto, pues como
lo menciona esta competencia en un principio la cual cito de manera textual «No puedo
hacer nada por él, si no quiere aprender» mismo que es no que no se debe hacer y que
lamentablemente muchos de sus anteriores profesores se han deslindado de él por lo que
la situación no ha mejorado, ni se han visto cambios en el.

Bien sabemos que la práctica docente es compleja, se tienen muchas ideas que como
aplicar las teorías pero a la hora de la práctica los múltiples factores que se asocian a los
quehaceres lo vuelve un tanto complicado y como se sabe la educación básica es
obligatoria, además que se tiene en la manos es la vida de un ser humano, es entonces
que algo se tiene que hacer que menciona esta habilidad es la motivación, la cual a
menudo se considera una condición previa, cuya fuerza no depende del profesor, pero
que si está en nuestras manos potencializarla, hacerse cargo del deseo y la voluntad de
llevarlo a cabo, no es tarea fácil pero es parte de oficio.

La escuela debe crear y fomentar el deseo de saber, se deben tomar decisiones, si es


necesario podríamos aligerar los programas (autonomía curricular) para que los alumnos y
en el caso de “Juanito” le dé un sentido y ganas de apropiarse del conocimiento, para ello
también debemos considerar los profesores que hay que suscitar, crear, intensificar,
diversificar el deseo de saber el deseo de aprender, pero también se deben tener reglas y
obligaciones, ofrecerles actividades de formación opcionales y como dice la competencia,
la forma de enseñar es también estimular el deseo de aprender.

Para el caso de “Juanito” se deben involucrar a sus padres hacer compromisos, para que
en conjunto se le fijen metas al alumno, misma que deben ser acorde a sus habilidades y
capacidades, podemos empezar desde los básico y empezar con metas a corto plazo,
“Juanito” puede proponerlas, escribirla en su cuaderno, para ello nosotros tenemos que
guiarlo, generar un entorno de confianza a base de respeto, escuchar que es lo que él
quiere sin juzgarlo, fijar reglas y obligaciones misma que pueden ser negociadas, apoyo
académico continuo, ayudarlo a administrar su tiempo, que se proponga un plan de vida
no muy lejano, sin bien aprender cuesta tiempo, esfuerzos, emociones dolorosas: angustia
por el fracaso, frustración por no lograrlo, sentimiento de llegar a sus límites, es trabajo
del profesor hacerla construir o consolidarla.

Realizo: Vidaly Ramírez Martínez

5° “U” Ciencias de la educación

También podría gustarte