Está en la página 1de 42

Ruth C.

Perales Ponce
(coordinadora)

La significación de
la práctica educativa
La significación de la práctica educativa
PAIDÓS EDU CADO R
Ruth C. Perales Ponce
Últimos tít ul os publicad os:
(coor dina dora )

130. J. A. Castorin a, C. ColI y OlIOS' Piagel en la educación


131. G. Hern:1ndcz Rojas · Paradigmas tn psicología de la tducació71
133.J. Canaan y D. Epslc in (camps. )· Una cuestión de disciplina
134. J. Bei llel"Ol y otros - Sabff, ulación con el saber
135. M. \'an Manen· El tado Ul la tnstñanU l
136. M. Siguan . La escuela y los inmigran tes
137. B. Aisenbe rg y S. Aldcroq ui (ca mps.) - Didáctica dt las úe7,ciol
138. S. Conzále z y L. Ize d e Marenco - Escuchar, [ter J escribir UI
sociales 11
la EGB
La significación
139. H . R. Mancuso - Mil ado/agio de la inuestigación en citncjas socia
les
140. M. Kaufman y L. Fumagal li (camps.) - EnstJiar ciencias natumks
141. F. Brandon i (comp.) - Mediación escolar
142. ]. Piagc t - De la pedagogía
de la prá cti ca edu cat iva
143. 1. Caskins y T. Elliol - Estrategias cognitivas en la tSCIula
144. D. J ohnson y Olros - Aprtndizaje loopuativo I:n el aula
146. B. Po rro - La resoludan de conflictos 1:11 1:1 aula
148_ A. Ca ndela . Ciencia en ti aula
149. C. Lomas (comp.) - lIguales o difertntesr
150. J. Voneche y A. Triphon (comps.) - La ginesis social dl:l pe1lsamil:
1Ito
151. M. SOulO - Las formaciones grupales en la t.Stuela
152. E. Lucarelli y otros - De la Il:oría pedagtigica a la IJráctica enfoTmac
i6n
153. M . Rueda Beltrán y F. Díaz Barriga Arceo (comps.) - Evaluaci
an de la douncia
154_ A. Baudrit - El tutOT: PTOUJOS de tIIttla el/tre alumnos
155. S. Hook - j olm DtwI:Y: semblam.n intelectual
156. M. T. Yurén Camare na· Formación y puesta a distanda
157. E. Willems - El oído musical
158. S. Schleme nson (comp.) . Ni,ios que no aprendtll
159. R_ Clazman Nowalsk i · Evaluac.ian y exclusión tri la t1IJeñatlZO
tmiversitaTia
160. X. Loba to Quesada - DiVtTSidad y educadan
161. J. P. Das y otros - Dislaia y dificultades de lectura
162. C. Cardón Carra nza· ValoTes y princiPios paro. evaluaT In educacian
163. Leo nardo Viniegra VeJáz.quez - Educación y critica
164. X. Lobato Quesada - Diversidad y educación: Taller de Fortaltcim
iento
165. M . Benll ock (com p.). La educación en deucias: ideas para
mejorar su PTáctica
166. E. Willems - El valor humano de lo. educación musical
167. E. C. Wragg. Evaluación] aprendir.nje en la escuela primaria
168. E. AguiJar Mejía y L- Viniegra Velázquez - Atando leorla] práctico.
I:n la labor dounle
169. J. L. Alvarez-Cayou Jurgenson - Cómo liau r investigación cualitativ
a
170. E. C. Wragg - Eva/lladan y aprt!lIdiU/je en la tscuela secundaria
171. M . Siguan - Inmigracio,1 y adalesctncia
172. M . Farrell - Temas clavl: dt In 1:1LJetlanza Sl:cundaria
173. M. "an Manen - El/ano en la enseñanza
174 . J. Haynes - Los niños como filósofos
175. C. Lo mas (co mp.) - Los chicos también lloran
176. S. Schl e: menson - Subjetividad y Iwguaje e'l la clín ica psicopeda
178. L CiJbe:n - Molivar para a/Jrender en ti aula
179. M. Ahra rado y B. M. Briwela (comps.) - Haciendo lIIlmeros
gógica ~II~
180. P. Ahumad a Accve:do , Hacia una I:voluadan autélllica dtlaprend
181. R. C. Pcnlcs Ponce: (coord.), La significacian dt la práctica educativo
i:aJI: PAIDÓS
. México
182. M. A. Percdo Merl o - Lec/uro y vida cotidiana . Buenos AIres
Barcelona
fNDICE

AUlores .....•....................•.......... ... .... .. . .... 9

Prólogo ............... .. .........•. . .. ... . .. .. .• . . .. .... _ 11


Berlha Forloul

Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
R ulh C. Perales Ponee

1. El proceso de significación de la práctica


Cubiena: Julio Vivas como sislem a complejo .. . . . ..... ......... . ..•... . ..•..... 19
Lya Eslher Sañudo de Grande

2. La intervención de la práctica educativa ......... .. ........ . . 55


J' edición, 2006
Miguel Bazdreseh Parada
<?ut'dan riguro~ament(' prohibidas, sin la autorización escrita de 105 litulart's dt:l copyright. bajo las san.
Clol~e5. t'stabkC1das en ,las leyes. la rc=producción total o parcial de ('sta obra por cualquier medio o pro- 3. Elementos para interpretar los significados de las acciones
cedlmlcr~to, comprendidos la reprografía y dtratamiento informático, y la distribución de: ejt'mplarc=s de en las práctica educa tivas ........... .. ........ . .. . . . ...... 71
dla mt'dl3ll1e alquiler o prt:Slamo pliblicos.
Juan Campechano CovarTubias

D.R. © 2006 de LOdas las edic iones en castellano, 4. La resignificación melodológica de la práclica docenle,
Edilorial Paid ós Mexicana, S. A. const.iLutivo de la transformación de la práctica educativa ..... . . 85
Rubén Darío 118, col. Moderna, 03510, México, D. F. Alberlo Minakala Areeo
Tel.: 5579-5922, fax: 5590-4361
epaidos@paidos.com.mx
5. Estrategias para el análisis, condición necesaria para significar
D.R. © Ediciones Paidós Ibérica, S. A.
Mariano Cubí 92,08021, Barcelona
la práctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 99
Adriana Piedad García Herrera yJosé Luis Dueñas García

ISBN: 968-853-623-6 6. Pero. ¿qué es lo educativo de una práctica? ... . ............. . 141
Luciano González Velasco
Página web: www.paidos.com

Impreso en México· Printed in Mexico


LOS AUTORES

MIGUEL BAZDRESCH PARADA, maestro e n Educación por la Universidad Ibe-


roamericana, es profesor investigador del Instituto Tecnológico de Estudios
Superiores de Occidente, en Guadalajara. Es autor de Vivir la educación.
Transformar la práctica (Secretaría de Educación J alisco, 2000).

J UAN CAMPECHANO COVARRUBIAS, licenciado en Psicología Educativa y maes·


tro en Educación, ha sido profesor desde educación primaria hasta posgra-
do. Colabora en revistas como La Tarea, Educar, Sinéctica y Educación 2001
}' es coautor del libro En torno a la in.tervención de la práctica educativa (Go-
bierno del Estado de J a lisco, 1997).

J ost LUIs DUEÑAS GARCIA es profesor asociado en el Departamento de Estu-


dios en Educación del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Huma-
nidades d e la Universidad de Guadalajara, y docente en la Dirección Ge-
neral de Educación Tecnológica Industrial d e la Secretaría de Educación
Pública.

AORIANA PI EDAD CARefA HERRERA es profesora normalista por la Escuela


Norma l de J a lisco, licenciada en Psicología por la Universidad de Guada-
tajara y maestra en Ciencias por el Departamento de Investigaciones Edu-
cativas Cinvestav-IPN. Actualmente es la directora de Programas para la
Superación Profesional de Maestros en Servicio d e la Secretaría de Edu-
cación Pública.

L UCIANO GONZÁLEZ VElASCO inició su carrera de educador en escuelas pri-


marias y secundarias de varios estados mexicanos. Tiene más de treinta años
dedicado a la fo rmación de docentes. Actualmente es asesor e investigador
en programas de maestría en la Secretaría de Educación J a lisco.

ALBERTO MINAKATA ARCEO, maestro en Educación por la Un ivers idad de


Stanrord y doctor en Filosoffa de la Educación por ellnstiluto Tecnológi-
co de Estudios Superiores de Occidellle, en Guadalajara, es profesor nu-
lO LA SIGNIFICACiÓN DE LA PRÁCTICA EDUCATIVA

meraria e investigador de esta institu ción. Su campo de estudio es la for-


mación de investigadores y docentes.

RUTH C. PERALES PONCE, licenciada en Educación Primaria con estudios de


maestría en Ciencias de la Educación, es invesLigadora de la maestría en
Educación co n Intervención de la Práctica Educativa de la Secretaría PRÓLOGO
de Educación Jalisco. Asimismo, es editora de la revista RED de POJgradoJ
r:n Educación.

LVA EsTHER SAÑUDO DE GRANDE se ha dedicado a la investigación desde 1981


en los campos de la práctica educativa y del proceso mismo de investigar, En distintos foros locales, nacionales e internacionales de corte educativo,
sobre los cuales ha escrilo y presentado conferencias, ponencias y publi- la formación de los maestros es un tema siempre presente y candente: se
caciones en distintos países. Ha ocupado diversos puestos en la Secretaría reconoce en la docencia una pieza fundamental en los procesos educati·
de Educación Jalisco y en otros organismos e insLituciones. vos que se desarrollan en el seno de las distintas instituciones; se acepta
que sin una colaboración decidida de los maestros, la implantación de las
mejoras o innovaciones en busca de procesos más educativos y su concre·
ción en el espacio escolar es muy difícil, por no decir imposible; se sostie·
ne que el maestro es una persona que con todo su ser se desenvuelve en
una escuela, interactuando con diferentes sujetos.
Por el lado del aprendizaje, se reconoce que para su logro se requiere
que el contenido sea significativo y relevante para el alumno, lo que con·
lleva al necesario margen de maniobra para el docente con respecto a los
planes de estudio; que la presencia de un docente -ya sea en forma direc·
ta, conduciendo presencialmente el proceso de enseñanza y aprendizaje,
o en formas más indirectas, creando espacios de aprendizaje- es sin lugar
a dudas un elemento facilitador.
Estos planteamientos. como una muestra de 10 que entre docentes se
comparte y además se acepta por amplios sectores de académicos, pro fe·
sores y futuros maestros, se consideran premisas que deberían regir los pro-
cesos de formación inicial y la práctica profesional. Sin embargo, cuando
se materializan en programas concretos de formación para maestros que
trabajan o estudian en contextos sociocuJturales·económicos muy delimi·
tados, estas mismas premisas se enfrentan a varias dificultades en frentes
distintos: académico, epistemológico, valoral, organizativo, etcétera.
Frente a las diferentes salidas que se ofrecen para estas encrucijadas,
tanto en sus aspectos teóricos como en la concreción en programas de for·
mación de maestros, este libro le apuesta al desarrollo de un sujeto pen-
sante, capaz de reflexionar sobre sus propias prácticas docentes y de reco~
nocerse en ellas para, desde ahí, transformarlas hacia prácticas más
educativas.
Esta apuesta reconoce la existencia de marcos de referencia dentro de
las prácticas y las acciones de los docentes, lo que por ende implica acep-
12 LA SIGNIFICACiÓN DE LA PRÁCTICA EDUCATIVA
PRÓLOGO 13
lar que la docencia es una práctica compleja.c in.tenc ~onada, que trascien·
de el paradigma técnico que supone una aphcac~ón lmeal de_la teorfa a_la «comprender» de mejor manera su contexto. Así, quienes participan en esta
práClica y un maestro encargado de apltcar técOlcas de ensenanza d¡sena· obra incluyen en su planteamiento sobre lo educativo las dimensiones in-
dividuales y sociales a la par y los procesos de significación tendientes a la
das por otros. . .. formación.
Los aULQres nos sitúan entonces en los planteamientos del análIsIs de
la práctica docente, los cuales sostienen qu~ s~ puede conocer esta prácti- Con ello rompen el modelo normativo que ha caracterizado durante
ca e influir directamente en ella para contribUir al desarrollo del maestro. tantos años los procesos de formación para maestros y se asumen como
Shavelson y Stern señalan al respecto que la investigación y la posible in- pane del modelo intencional, dándoles a las personas y a las instiluciones
tervención sobre los procesos de pensamiento de los maestros descansan un lugar prioritario en los procesos formativos, y a los fines un papel orien-
tador y evaluador.
en dos presupuestos básicos:
De diferentes maneras, los autores de este libro nos animan a pregun-
Los maestros son profesionales racionales que toman decisiones en tarnos con respecto a nuestro quehacer cotidiano como maestros o como
ambientes complejos. practicantes (futuros maestros): «Con las acciones que realicé, ¿qué apren-
El comportamiento de un profesor se guía, en gran medida, por sus dieron los sujetos?; ¿cómo lo puedo evidenciar?; en dichas evidencias, ¿qué
intención se presenta y en qué medida está encaminada hacia el desarro-
pensamientos, juicios y decisiones, mis,mos,que forman pa,rte ~e la
llo del sujeto?
cultura pedagógica en un momento 11lStÓrlCO dado. Resmk anade
además que estas concepciones corresponden a demandas especffi. A estas y alfas preguntas en la misma línea, los autores se asoman desde
(as que provienen directamente de la acción. la filosofía, las teorías educativa, psicológica y social, y desde lo metodoló-
gico, explicando cómo guiar un proceso de significación.
Esta apuesta se retoma a lo largo del libro en var;os frentes, ~Igunos
de orden epistemológico y pedagógico, otros más en lo metodológiCO, des-
LA TRANSFORMACIÓN HACIA LO EDUCATIVO
cribiendo los procesos en dos planos complementarios: el global de la re-
flexión-transformación y el más parúcular del autorregistro.
Varios ejes vertebran la obra y guían la lectura a través de los distintos De múltiples maneras y coherentes con su planteamiento, los autores sos-
contenidos abordados por los autores. Aquí se retomarán algunos: tienen que no cualquier cambio o transformación es esencialmente mejor
que lo que se tenía. Con ello rompen varios mitos arraigados en los pro-
El concepto de lo educativo cesos micro de cambios en prácticas docentes, entre ellos que lo nuevo es
La transformación hacia lo educativo mejor -más educativo- que lo que se tenía y que intensificar las acciones
Los procesos de significación que se realizan lleva a los resultados esperados. Ello significa que más de
Los conceptos de práClica y de acción educativas lo mismo -ya sean horas, ejercicios. medios tecnológicos- no necesaria-
El proceso formativo de la reflexión-transformación mente lleva a mejores resultados. Al respecto, los autores mencionan tres
características que deben presentarse en las transformaciones para alcan-
zar la mejoría: inscribirse y presentarse en asuntos estructurales de las ac-
EL CONCEPTO DE LO EDUCATIVO ciones y prácticas de los docentes; tener una clara intención (( fvidenciada»
de educar, y haber contado con un momento previo,de reflexión.
A lo largo del libro los autores abordan la educación no como algo dado y
presente en cualquier práctica docente; por el. contran~J senalan que una
Los PROCESOS DE SIGNIFICACIÓN
acción o una práctica se constituyen en educativas precisamente porq.ue la
realización lleva a conseguir los «efectos -, los fl productos .. o las «evlden·
das» de un avance en la humanización del sujeto, un adelanto en su for- Los autores de esta obra caracterizan los procesos de significación como
mación como individuo y como miembro de un determinado grupo so- aquellos que permiten al sujeto ampliar su nivel de comprensión y de ex-
cial. En 'suma, la educación produce significados que permiten al educando plicación sobre sus diferentes prácticas y acciones educativas. Dicho de otra
14 LA SIGNIFICACiÓN DE LA PRÁCTI CA EDUCATIVA
PRÓWGO 15
manera, rctomando la metáfora de Popper, el maestro lanza ((su red de
gistros y le muestran la forma de hacerlos y de interpretar sus significados
conceptos disponibles al océano y trata de pescar lo que la finura o tos- de la manera más real posible, sin autoengaiios, conscientes del peso nor-
quedad de su entramado permite». Esta propuesta de formación tiende mativo e idealista en el que Jos educadores hemos sido formados.
hacia la complejización de este entramado «hilando cada vez más fino », de
Este libro, en suma, es una invitación clara a considerar los procesos
manera que su red personal permita a cada maestro pescar mejor su pro- de reflexión-transformación como elementos integrantes y necesarios para
pio proceso de desarrollo yel de cada uno de sus alumnos. la formación de los docentes. Su amplia visión sobre ellos permite reali-
El proceso de formación de maestros que aquÍ se propone busca am- zar diferentes lecturas, desde la epistemológica hasta la didáctica, pasan-
pliar y hacer más complejos los significados que cada sujeto tiene sobre su do por la psicosocial y la metodológica, y ofrece al lector una valiosa pers-
práctica, previo reconocimiento de éstos. Ello implica que los marcos de pectiva de conjunto.
referencia que poseemos sean integrados como uno de los materiales cen-
trales para dicho proceso, llevando a la sensibilización sobre las creencias
personales, los valores y los conocimientos respecto al alumno, al apren-
Bertha Fortoul
dizaje, a la educación, a los métodos de enseñanza, etcétera.

Los CONCEPTOS DE PRÁCTICA Y DE ACC IÓN EDUCATIVA

Respecto de estos dos conceptos tan empleados como sinónimos en las dis·
cusiones, ya sea entre maestros o entre académicos, los autores señalan sus
diferencias y demuestran que la práctica está compuesta por las acciones.
El argumento principal en el que basan las diferencias entre una y otra es
que los elementos constitutivos de la práctica son las acciones del profe.
sor, las acciones del alumno y la interacción de ambos, esta última, espa·
cio en el cual se actualiza el contenido.

EL PROCESO FORMATIVO DE LA REFLEXIÓN-TRANSFORMACIÓN

Este eje es desarrollado ampliamente en sus componentes teóricos y me-


todo lógicos. En torno a él encontramos mucha información de corte
epistémico, psicosocial, sociocullUral y didáctico.
En los diferentes capítulos de esta obra se exponen con claridad las dos
lógicas que se encuentran en este proceso -la reflexión conlleva al desar-
mado, mientras que la transformación contiene el armado creativo- y se
muestran las dificultades que se viven al conjuntarlas en un proceso forma·
tivo, así como los diferentes momentos vividos por el sujeto al darles salida.
Al respecto, los autores recuperan sus propios desarrollos personales tanto
en la fase de reflexión como en la de transformación, dando testimonio de
los aprendizajes alcanzados.
En el aspeclo metodológico-didáctico, los autores de La significación de
la práctica educativa llevan al lector de la mano por el camino de los autorre-
INTRO DUCC IÓN

Tomar como alterna tiva de formación un progra ma de posgra do cuyo


eje
centra l sea la investigación de la práctica educativa representa
un desa-
fío para los docent es y vuelve necesa rio poner a su alcance los
disposi ti-
vos para asumir una discusión informada y pertine nte sobre su
quehac er
profesional. A ellos, a los docenLes, se dirige esta obra, compr ometid
a con
el mejora miento de la educación median te el desarro llo autóno
mo de sus
agentes.
La práctica reflexiva es una estrategia fundamental para el desarr
ollo
y para la formac ión profesional de estudia ntes de posgra do y para
la for-
mación de nuevos profesores en genera l. Por esta razón, alguna
s institu-
ciones de educac ión superior, como el Instituto Tecnol ógico y de
Estudios
Superi ores de Occide nte (ITESO), y depend encias de gobiern o, como
la Se-
cretaría de Educación del estado de Jalisco y del estado de Guanajuato,
entre
otras, ofrecen alternativas de formación profesi onal en las cuales
la re-
flexión de la práctic a orienta el modelo educativo.
Conce plos como 10 educativo, la práctica, las acciones, la signific
ación
y la intervención educativa están presentes en los espacios académicos don~
de los docent es sostien en procesos deliberativos y de significación
de su
práctica, sustent ados en su desarrollo profesional y en procesos
de inves~
ligación.
Esta obra posibilita la reflexi ón en torno a la significación de la práctica
educativa y la consec uente reconstrucción de los símbolos que
orienta n la
acción de los profesi onales de la educac ión. Así, esta significación
se con-
viene en una estrategia de mejora del quehac er educativo que,
ademá s,
refleja el ser de los educad ores y el destino de su profesión.
La recient e publicación del Consejo Mexicano de Investigación Edu-
cativa titulada La investigación educativa en México, 1992·2002. Accione
s, ac-
Lores y prácticas educativas, entre otros trabajos escritos sobre el
tema, pro-
picia el acercamiento a la temática y sitúa en el debate nacional los
proces os
de investig ación relacionados con la práctica docent e, así como
sus prin-
cipales aportac iones, tendencias y desafíos. Asimismo, permit e plantea
r la
práctica no sólo como objeto de estudio , sino tambié n como opción
de
18 LA SIGNIFICACiÓN DE LA PRÁCTICA EDUCATIVA

cambio e innova ción centrad os en los proceso s vividos por los docent
es en
el aula.
Este libro preten de sumars e a produc tos locales y nacion ales
como
el antes mencio nado en su esfuerz o por definir el campo y apona
r ele·
menLOs para continu ar la discusi ón en los niveles de educac
ión básica y
superio r.
Constit uir los signifiú1.dos de la práctica devien e el corazó n de Capílu lo I
la rea-
lidad educat iva; será enlonc es a través de ella que se busque
mejora r ]a EL PROC ESO DE SIGNI FICAC IÓN DE LA PRÁC TICA
educac ión citada en planes, programas y discursos cotidianos de
los diversos COMO SISTEMA COMP LEJO
agentes educat ivos para que pueda conven irse en algo tan,gibl
c. . .
Las aponac iones que aquí se vierten deberá n ser anahzadas y
dISCUti -
das por separad o, ya que la práctica es específica de cada sujeto y, por
lanto, Lya Esther Smiudo de Grande
su análisis involuc ra las creencias, saberes y va lores que posee cada
uno de
ellos desde su formac ión y visión.
Sin embarg o, la práctica es también colectiva. Los seres human os
crea~ INTROD UCCiÓN
esquem as de signific ación que les permit en actual~ y pensar sobre
su rea~l­
dad. Lo que puede modifi carse es la transformaCión person al, el
cambiO Desde los primer os artículos publica dos sobre los proceso s reflexiv
laboral o colecti vo en cualqu ier caso. En cambio , en el docent os de
e o el colec- transfo rmació n de la práctica educativa, hasta las primer as experie
tivo escolar no habrá cambio s consistentes sin la debida reflexi ncias
ón de los concre tas tendien tes a operar estas ideas, se pueden recupe rar
signific ados que habitan en sus prácticas educat ivas. resulta dos
vív idos y eviden ciables de mucho s de los lectores, educad ores
e investiga-
dores participantes . .Se encuentran reportes de casos que relatan
Ruth C. Perales ponce estos pro-
cesos en varios ámbilo s laborales y desde perspeclivas diversas (Bazdr
esch
2000, Sañudo 1997, Vergar a 1998, Rosario 1995).
Uno de los supues tos de estas primer as manife stacion es es la
demos -
tración de una signific ación distinta del hacer diario de parte
del que
educa. Es decir, se observ a cómo el educad or va constr uyendo
de mane-
ra progre siva una interpretación comple ja de su práctica que permit
e que
sus accion es 'cotid ianas se modifi quen, articulá ndose y organi
zándos e de
forma más compleja. No tiene que ver con que el discurs o del
educad or
dé cuenta de evento s en términ os del "deber ser» de la práctic
a, sino de
una transfo rmació n en su forma de conceb ir y compr ender su
hacer.
La constru cción de un signific ado distinto de su práctica implica
una
ruptura epistem ológica que produc e, por medio de proces os
reflexi vos
acumul ados y progre sivos, un replant eamien to de las accione s
cotidia nas
que eviden cian un nuevo signific ado acerca de su hacer educat
ivo. Esta
nueva concep ción comple ja en la mente del educad or funcion
a de mane-
ra similar a un cambio de estadio piageta no en donde ya no es
posible «re-
gresar» a condic iones menos complejas. Como se describ e más
adelan te,
el proces o de constru cción de signific ado contien e accione s que,
de ma-
nera recursiva y dialógi ca, constit uyen la constru cción de un
signific ado
comple jo de la práctica. Del mismo modo, el hecho de realiza r accion
es
distintas no preced idas de una constru cción de signific ados
pertine ntes
20 LYA ESTHER SAÑUDO DE GRANDE
EL PROCESO DE SIGNIFICACIÓN DE LA PRÁCTICA ... 21
puede dar como resu ltado acciones .. artificiales ,. y no duraderas, realiza-
das de manera prescriptiva. En los primeros apartados de este capítulo se exponen los presupues-
La teoría y la práctica se interrelacionan, pero no como una proyección
tos teóricos que permiten entender el marco conceptual en el que se in-
directa de la primera sobre la segunda; tampoco la teoría refleja la prácti- sertan .estas reflexion.es, y se determina qué es la práctica educativa y su
ca, ni se deriva o se valida en ella, no se im pone por ser de una racionali- potencial transformaClón a partir de las ideas de Morin (J997) sobre el pen-
zación tCsupe rior» , sino a través de .. las modificaciones que operan en la saml~nto compleJO. El pnmer y más relevante constructo que se analiza es,
estructu ra cognitiva de los ed ucadores> (Gimeno 1998, p. 158). La teoría preCisamente, comprender «10 educativo .. , ya que es en este ámbito y no
es la manifestación concep tual de la práctica, y ésta es la consecuencia en otro donde se mueve la práctica y su potencia l resignificación.
empírica d e aquélla; a mbas son dos mane ras que tiene e l ed ucador de
manifestar su hacer ed u cativo, el saber (co nsciente) hacer (reflexivo). Así,
el significado constituido por el sujeto es una mane ra de com prender, en-
LA D1RECCIONALIDAD DE LA PRÁCTICA: LO EDUCATI VO

frentarse y decidir sobre las acciones de la prác tica educativa.


El .. significado» no implica aquella «teoría» qu e en cierto modo es ex- La práctica humana puede realizarse en situaciones sociales, comunicati-
terna a l suj eto que concibe su práctica, sino a sus específicos supuéstos, vas o psicológicas, sin embargo, para este texto 10 re levante es la práctica
saberes, creencias, valores y prefiguraciones de los haceres, en este caso e~ucat.iva y no de otro tipo. Tomar esta decisión implica darle una direc.
referidos a los procesos educativos. De mane ra que dependiendo de cómo clón conc reta a la prác tica de los sujetos y, específicamente, a la práctica
el educador flsignifique» su práctica es así como la realiza . Un sujeto no de los educadores.
hace cosas que desconoce, es decir, que no estén en su repenorio de posi- . Pocos autores h ablan de la educación como un objeto de estudio en sí
bilidades, siempre hará, dentTo de lo que conoce, lo qu e d ecida que es mejor. ~ls m o, po r lo general se refieren a ella desde diferentes perspectivas teó-
No se trata de cuestionar la sabida contradicción entre lo que un sujeto dice ncas, pocas veces pensando en la posibilidad de construir una teoría edu-
y hace, sino de entender que detrás de lo que hace hay una red de signifi- cativa de y desde la educación. Mayo r aún es la escasez de propuestas teó-
cados que les dan razó n a sus acciones. De esta manera, el conocer, leer o n cas en el ámbito de la "práctica educativa», respecto de lo cual Carr (J995)
repelir una serie de principios de un sistema teórico nuevo no garantiza menCiona el desconocimiento que existe sobre a lgú n au tor que hab le so-
que se co nfigure la práctica de forma distinta (G imeno 1998), es n ecesa- bre este parti cular. Era común, hace algunos años, que las publicaciones
rio que el sujeto signifique el nuevo saber en relació n directa con la re- sobre educación dieran por supuesto el significado de la palabra, defini én-
flexión de su hacer. En esta lógica existe una absoluta interdependencia y dola vagamente o con términos de tipo ad ministrativo. Sin embargo, ac-
ani culació n entre el significado, el conocimie nto y la conciencia con la tu~lmente es .f~ndamental desentrañar lo que es «educación» y lo que im-
acción del saber hace r del educador. phca la condICió n de «ser educativo», ya que la explicitación concep tua l
La significación de la práctica determina decisiones y acciones educa- det~rmin a la pe~tinen cia epistemológica, teleológica, axiológica o metodo-
tivas concretas con un sentido y con una intencionalidad en mayor o me- lógica de las accIO nes específicas.
nor nivel de conciencia y de reflexión que pueden, bajo ciertos principios En el apa rtado anterior se exponen a lgunas reflexiones acerca de
de resignificación, ser potencialmente transformables. Puesto que la prác· la manera en que el signifi cado media para d eterminar las acciones de la
tica educativa fles una acción o rientada, con sentido, donde el suje to tiene práctica y, en el mismo sentido, se apo r ta el supuesto de la resignificación
un papel fundamental como agente, aunque insertado en la estructura so- como condición sine qua non de la transformación de la práctica. Cuando
cial- , entonces es decisión del sujeto el transformarla (Gimeno 1998, p. 35). se habla de cambio en cualquier tipo de acción. las altern ativas son mu-
Por lo anterior, una mediación que facilita el proceso de transforma- chas. La pregunta, en este caso, es: üransformar hacia dónde?
ción del hacer del educador es una nueva significación o una resignifica- Un acercamiento a la respuesta parte de que la concepción que el edu-
ción de la práctica. Implica, en principio, un proceso de con ciencia, re- cador tiene de .. lo ed ucativo» establece la dirección de la transformación.
flexión y autorregulación p ara comprender el estado actual de la práctica En educación , la transformación de la práctica debe contener, desde lue-
en función de las accio nes que la constituyen, e ¡mentar sig nificar estas ac- go, una naturaleza educativa, no sólo social, psicológica, disciplinar, o más
ciones y sus relacio nes de tal manera que redefinan su articulación como exactamente. no sólo la conjunción de estas áreas del conocim iento; debe
un sistema complejo. c~ nten e r sobre todo la sustancia de la e ducación. Po r supu esto, no es po-
Sible negar que la acción educativa tiene componen tes que pueden y de-
L)'A ESTIIER SAÑUDO DE GRANDE
EL "ROCESO DE SIGNIFIC ACIÓN DE LA. PRÁCTICA ...
23
ucn compre nderse desde esas ciencias, pero es inevita ble encont
rar «algo>. individ uo constru ya los concep tos a partir de imerac ciones interio
que no alcanza íl interpr etarse desde c1bs; siempr e se puede disting rizadas
uir un y reversi bles intenci onadas con un objeto de conoci miento dado;
compo nente que rebasa los plamea miemo s teórico s tradicio nales, se pro-
el cuer- duce conoci miento a partir de la relació n de transfo rmació n recípro
po teórico no es suficie ntemen te potente para compr ender 3 cabalid ca entre
ad el el sujeto) ' el objeto. Esta postura presup one que la acción socia
hecho educati vo. l no tiene
una función epistem ológiú1 , sino que se convie ne en un factor de
Decir que lo educat ivo es eso y no otra cosa es una tautolo gía necesa- desarro -
llo. Tal es el caso de las teorías constru ctivista s basada s en Piagel
r ia para reitera r que lo que sucede en la educac ión debc ser comprc y segui·
ndido dores con10 lnheld er y Carda.
y expli cado por su propio cuerpo teórico, con la oblig;-tda presenc ia de
cien- Desde olra perspec tiva, la apropia ció n de concep tos se realiza a
cias ya consolid;-tdas. Por eso es necesar io desentr aii.ar qué es .do parlir
educati· del aprendiz~je asistido , en donde la interac ción social es fundam
va., y, a partir de ahí, describ ir la direcci onalida d dc la u·a nsform ental para
ación en actuali zar progre sivame nte los concep tos en la zona de desarro
b prácLica. llo poten-
cia l. Esta propue sta afi rma que un sujeto se apropia de los nuevos
KraLOchwill (1987) afirma que b educac ión ~~aparece como una signifi·
forma cados a partir de la intera cción y el apoyo de otro qu e sabe en un
de acción social de un educad or sobre un "educa nd o" con la detenn i-
mela de po- nado contex to históric o-socia l. Estos prin cipi os se ubican en la
sibilita r la "forma ción" e n tanto "autofo rmarse ", en el sentido corrien te
de un diá· sociocu ltural , con teórico s como Vigotski, Leontie v, Talízin a
logo del individ uo con el mundo imerno » (p. 102). Esta concepción o Gonzál ez
d e edu- Rey.
cación implica la acción específ ica de cada ser hum a no en un
contex to Mu y recient emente , es posible identif icar una tenden cia que articula
social. Se refiere a una tlcción conjun ta de dos proces os imbrica
dos: la for· las dos anterio res, desa rroll ada por seguid ores iniciale s de Piagct
mación human a como primer plano y, en un segund o plano, la que a
comp ren· partir del análisis de las dos propue stas llegaro n a enu'ela zarlas potenc
sión de este proceso desde) ' hacia lo socia l. No es posible soslaya iando
r la ac- su uso en el área educati va. En esta lín ea encont ramos a Brun
ció n socia l en el proces o de formac ión del individ uo, C0 l110 tampoc er, aunque
o se con su teoría instruc cio nal al final se aleja teórictl mente para constit
pued e negar o ign orar el proceso individ ual interno e intrans ferib uir una
le que corrien te propia, )' a Coll que con su ~(co nfli cLO socioco gnith·o
subyac e. Re to mando el compo nente concep tual de la acción, Kr » posibil ita
atochw ill un trabajo especia lmente úLil para los educad ores en el aula.
( l987, p. 100) relacio na el concep to de educac ión «con "contra er
expe rien- En las tres opcion es, un proces o educati vo se identif ica con aquella
cÍtls" a Itlluz de un ho rizo nte intcrpr etati\'o cn el horizon te de una s
teorítl)" accione s que llevan al individ uo a produc ir un conoci mienlo
de lo que se despre nde que la acción educaLiva se puede interpr que le per·
etar desde mita com prende r, accio nar, interac cionar y transfo rmar el medio
un cu erpo Leórico ubi cado ya sea en el horizon te de las accione en don-
s sociale s de se desarro lla. Por tanto, la acción educati va se interpr eta como
o en el de los proceso s cogniti vos. aquella
qu e propici a estos proceso s, y la manera en que se cartlcle ri cen
Analiz ar "10 educati vo" d esde la perspec tiva de la acc ió n social estas ac-
deja ciones depend e de la constru cción teórica en la qu e se insc riban.
abierta la transfo rmació n del individ uo ti darse o no en el semido La edu-
estricta · cación puede definir se desde estas postura s, entonc es, como el
mente person al, y en caso de darse, no es impres cindibl e verifica r que sistema de
los accio nes reflexiv as, in tencio nadas y sistemá ticas (aul.o)tra nsfo rm
proces os indi vidua les se dirijan o no a produc ir las condic iones adoras del
que se es· ser huma no, en un co ntex to históric o d eterm inado.
tableci eron en las intenci ones sociales. Es posible que la intenci
ó n no lIe· Ciertam ente, la educac ión no se limita a la acción espont ánea
~ue a actuali zarse del modo esperad o, el proceso
individ utll puede produ- y solita·
ria del slueto que conoce . Impli ca la existen cia de ciertas condic
cir «cualqu ier cosa» }' no abonar a la caUStl social cuando no ha sido iones que
pre\·isto. le dan la caracte rística específ ica de ser ulla acción -adem ás de
Por olro lado, es obvio que el excesivo cu ida do de los proces os individ ual,
cognili vos intrans ferible y propic iable- social porque «es imposi ble compr ender
individ ua les, sin toma r en cuenta las condici ones sociales, históric nues-
as, eco- tros concep tos o a nosotro s mismos sin compr ender tambié n
nómica s, e LC., produc e individ uos que se alejan del compro miso a lgo de los
del bien context os sociale s en los que estamo s inmers os» (Kemm is 1996,
co mlln. p. 40). Por
tanto, la educac ión se genera con la intc nción de un colecti vo
El proceso educati vo individ u3l e interno que sc reltlcio na con la académ ico
inten- de formar ti OLros en condic iones instituc ionales dadas y en una
ción de educar o ser eductld o implica la compre nsión de este proces situaci ón
o des- históric a concre ta, con con tenidos y va lores colecuv amente decidid
de dos de las perspec tivas teórica s psicoló gicas más import antes. os o de-
Así, en termin ados.
un:1 primer a corrieu tc, se entiend e que educar se tiene que \'er
con que el El ser human o no puede encont rarse aislado en su proces o de
cono·
24 L\'A ESTHER SAÑUDO DE GRANDE
EL PROCESO DE SIGNIFICACIÓN DE LA PRÁCTICA ...
25
cer el mundo , busca la necesar ia produc ción en común para compa
rtir sig- derse en relación con el marco de pensamiento en cuyos término
nificad os, confor mar grupos de referencia, dialoga r y estable cer puntos s dan sen-
de tido sus practicantes a lo que hacen y a lo que tratan de consegu
discrep ancia que permitan, igualmente, constitu ir grupos de discusi ir. A este
ón cuyo respect o cualqui er persona que se ocupe en tal-eas educativas debe
objetivo final es actuar en comunidad para transformar el mundo poseer
. En este una "leoría » -no menos que quien se dedique a cometid os teórico
marco. la acción es frUlO de la interpr etación del sujeto. pero <,la s- en vi¡-·
actuac ión [Ud de la cual se desarrollen sus prácticas y se evalúen sus logros
(Can- 1996,
del actor queda definid a por las relacio nes que estable ce con los p.65).
demás,
que contrib uyen a identifi car ese papel social- (Bazdr esch 1988,
p. 183).
Así enLOnces. el carácter social de la educación implica propic No existe una teoría educativa independiente de la práctica educati
iar en un
contex to histórico-socia l, expreso e implícito, el proces o eminen 'xa.
tement e pues ésta debe mantener una relación intrínseca con las experie
individ ual de produc ir conoci miento en común . ncias de
los educadores; no se tcaplica ,. o se «deriva » de la práctica educati
A pesar de las diferen cias sintétic amente descrit as podem os encont va, sino
rar que transfo rma la práctica modific ando las formas de compre nderla,
grande s coincid encias que permit en estable cer las condic iones lo que
de ~ 10 edu- mejora la calidad de la particip ación de los educad ores y les permit
e ejer-
cativo»: cer mejor.
Lo educativo, como opción conceptual inferida a partir de las reflexio
Sin importar a qué corriente teórica se refiera o a qué concep to, -
la nes precedentes, es una acción transformadora del sujeto que produc
producción epistemológica de conocim iento -recrea do, aprend ido, e co-
nocimiento y es propiciada por un sistema de interacciones human
apropi ado o constr uido- es el fin úlLimo de la educac ión. Implic as en un
a contexto histórico específico. Con este marco genérico puede entonc
la transfo rmació n del sujeto, en el sentido de que su bagaje concep es plan-
· tearse la pregunta que intentamos responder en el siguiente apartad
tual es mejor, más amplio o más eficien te para entender, actuar o.
o
transformar la realidad donde vive.
Indepe ndiente mente de si 10 anterior se procesa con asistencia o DESDE EL ÁMBITO EDUCATIVO, ¿QUÉ ES LA PRÁCTICA?
sin
ella, es propiciado en comunidad, en un ámbito educativo en el que
existe el propós ito explícito de educar. Aquí se articula n proces os
de Estas reflexi ones se inscriben en la construcción de la concep ción
interacción en donde la producción del conocimiento se intend ona, de prác-
tica educativa desde la educación misma. La práctica, como su constit
se limita de acuerdo con condiciones sociales predeterminadas e uti·
in· va, no se opone a la teoría sino que se identifica con «praxis», entend
depend ientes al sujeto que se educa. ida
como «una acción reflexiva que puede transformar la "teoría" que
En lo educativo formal, una condición no es viable sin la otra. la rige
[en donde] la teoría está tan sometida al cambio como la práctic
a misma
No es posible explica r la educac ión desde una discipli na concre [... ], cada una modifi ca y revisa conlÍnu amente a la otra_ (Carr 1996,
ta ya p. 101).
construida. «Lo educativo» tiene una naturaleza propia y distinti Por tanto, la práctica educativa está conformada por un conjunto
va, aun· articula·
que la comparte en alguno s sectores con otras áreas del conoci miento do de accion es intencionadamente transformadoras, interpretadas
que como
10 apoyan para compr ender ciertos eventos. Hoyes necesario recono tales a partir de una red concep tual que se modifi ca a través de la
cer relació n
que han empeza do a tcbuscarse entonces formas de superar las distanc entre la teoría y la práctic a. La práctic a -en el sentido de la praxis
- se cons-
ias tituye de accion es interpretadas que para ser consideradas educat
entre la teoría de la educac ión y las práctic as que dan a toda esa ivas, ne-
teoría su cesariamente deben ser acciones transformadoras, ya que «la praxis
razón de ser- (Carr 1960, p. 53). En otro momen to, la práctica, un del
consti- hombre no es una actividad práctica opuest a a la teoría, sino que
tutivo propio de la educación, se entendía como una disciplina norma es la de·
tiva terminación de la existencia humana como transformación de la
que aplicab a distinto s princip ios teórico s y, por tanto, no podía realidad»
tener el (Kosik 1967, p. 240). Una práctic a educati va está confor mada por
rango de teoría. Actualm ellle se asume la posibil idad de un cuerpo accione s
teóri- que intenci onadam ente propici an la (trans) formac ión de los sujetos
co propio de la educac ión constit uido por la teoriza ción de la práctic que in-
a. tervienen.

La educaci ón es semejante a las prácticas teórica s por uatarse


de una activi- La práctica educativa es una actividad intencional, desarrollada de forma
dad inte ncional desarrollada de forma consciente que sólo puede cons·
compre n· cierne, que sólo puede hacerse imeligible en relación con los esquem
as de pen-
26 LYA ESTHER SAÑUDO DE GRANDE
EL I'ROCESO DE SIGNIflC ACIÓN DE LA PRÁCfICA ...
27
samicnto, a menudo tácilOS y. en el mejor de los casos, parcialmente
anicula· Spinoz a consid era que no existe sustanc ia sin acción. A partir
dos, en cuyos términos dan sentido a sus experien cias profesio nales
(Cal"!" 1996,
de Hobbe s
y Locke, la acción humana es pensada como un com portamiento fisico que
p.65).
tiene como causa un acto de voluntad. Kant explica que la acción
está cau·
sada por un acto de voluntad libre que se analiza en la concep
Para la educac ión es fundam ental un cuerpo teórico propio sistemá ción de la
ti- «ra zó n práctic a».
co y formal. Ya no es posible pensarla como un espacio vado
cuya expli- Se habla de filosofí a de la acción a partir de las orienta ciones filosófi
cación requiere hacer converger diversos campos de conocim iento, -
sino que cas contem poráne as que se caracterizan por remitirse a la acción,
es necesario comprenderla como un conjunto de accion es articul aunque
adas y se diferen cian por el modo de definirla. Por ejemplo, el pragma tismo
espcdf icas que confor man un campo de conocit~i~nto c~ncrel como
o, y la~es filosofía de la acción sostien e que para estable cer el signific ado y
accione s requier en una teoría propia para ser explIcitadas, mdaga el valor
das e 111- de la verdad de las ideas es necesar io referir se a las accione s
novadas. La teoría educat iva debe constru irse desde sus propio o a los com·
s constitu- ponam ientos pl'"á.cticos que ellas genera n. James, princip al represe
tivos, desde . dentro . de las mismas prácLicas educat ivas (Minak ata ntante
1994). de esta corrien te, desarrolla ideas en cuanto a la relación organi
Así, la práclica educati va es, en cuanto constru cto teórico , una smo·am ·
serie de biente, sujeto· objeto e individ uo·soci edad, y les da relevancia
accione s reflexiv as articu ladas e intenci onadam ente formativas. a las canse·
Esta con· cuencia s práctic as satisfactorias en función de las exigenc ias vitales
cepción coincide en cierta medida con las reflexio nes de Kratochwill de los
(1987) individ uos.
en el sentido de que la educac ión es, en tanto que lo que se hace
se mter· Dentro de la corrien te de la acción social, Parsons, consid erado
preta como educati vo, aque lla práctica específ ica que permit fun·
e que cuan· cionali sta, eSlable ce un vínculo entre práctica y teoría sobre la
do menos uno de los actores se forme; dicho de otra manera base de que
, es el con· las interac ciones y los signific ados present es en ellas tienden a
j unto articulado de accione s intenci onadas para la transfo rmació estabilizarse
n de un en formas definid as, en instituc iones y sistema s sociocu lturale
suj e to hacia un estado de mayor formación. El proces o individ ual s identif ica·
puede bIes (matrim onio, familia, autorid ad, educac ión, gobier no y sistema
entonce s propiciarse de manera intencionada y sistemática en el polí-
ámbito edu· tico) . Su fuerza radica en la integra ción que en éstos se produc
cativo formal donde existe el propós ito explícito de educar . e entre las
motiva ciones psicoló gicas de la acción social y las estrech as relacio
El sistema de la práctica educativa es una conjun ción de accione nes so--
s liga· ciales entre ellas (valore s, normas , símbolos) que las identif ican
das entre sí que se determ inan unas a otras. Estas accion es se y les dan
mantie nen signific ado. La acc ión se presenta en varios niveles , no sólo en
e n perman ente movim iento y cambio , nunca perma necen porque la concien~
«sólo ~a cia colectiv a como dice Durkheim, sino tambié n en el individ
dialéct ica del propio movim iento de las cosas transfo rma el futuro» uo . La tipo-
(KOSlk logía de Parson s trata de identificar las variabl es últimas de la
1967, p. 242), Y en esa medida las acciones no pueden consid erarse acción so·
obje- cial. La acción es un compo rtamie nto dirigid o por los signific
tos fijos dados. Es en la práctic a donde el hombr e tiene que demos ados que los
trar la actores atribuy en a las cosas y las person as.
verdad, así, la concien cia y la reflexi ón son operac iones que
posibil itan En Francia, Durkhe im pone en relieve los aspecto s instituc ionales
la praxis. El pensam iento reflexi vo, como la forma más fructífe en
ra para una relació n individ uo·cole ctivida d. La acción social consiste en
resigni ficar la práctica, favorece la indaga ción de la a~ción po~que modos de
«lo qu~ actuar, pensar y sentir externo s al individ uo y dotado s de un
constit uye el pensam iento reflexiv o es el examen acuvo, persist poder coer-
ente y CUl· citivo en virtud del cual se impone n. En el plano individ ual, la acción
dadoso de toda creenci a o supues ta forma de conoci miento a está
la lu z de los determ inada por la concien cia colectiva, conside rada el conjun
fundam entos que la sostien en y las conclu siones a las que tiende to de creen·
» (Dewey cias y sentim ientos comun es de la socieda d. En Aleman ia se origina
1998, p. 25). la so·
ciologí a compr ensiva de ''''eber, quien entiend e que en una acción
La acción como categor ía de conocim iento es un concep to que social
ha evo· el sentido intenci onado por su agente se remite a la conduc
luciona do desde Aristót eles, quien pensab a que la acción presup ta de otro y
on fa el orienta su desarr ollo a partir de ella. vVeber determ ina que cada
-ser- y que el mundo de la razón puede mejora r el de la práctic acción se
a. La ac- define en términ os de «s ignifica ción", es decir, se vincu la a
ción es rea lizar el bien y juzgar las cosas buenas y útiles para el un sentido
hombr e subjetivo atribui do por el sujeto de la acción . La acción social
como base de la filosofía práctic a. Fichte, por su parte, la concib es una ac-
e como ción signific ativa, y si se manifie sta entre los miemb ros que interac
pura activid ad y señala que una intuició n intelect ual de orden cionan ,
práctic o es tiene lugar una interpr etación . «No toda clase de contac to entre
el acceso a lo absolu to; posteri ormen te, con una postur a los hom·
interm edia , bres tiene el carácte r social; sino sólo una acción con sentido
propio dh-i·
28 LVA ESTHER SAÑUDO DE GRANDE EL PROCESO DE SIGNIFICACiÓN DE LA PRÁcnCA ... 29

gida a la acción de otros» (Weber 1987, p. 19). Las acciones se guían por sujetos, silla a que los sujetos son participantes de una interacción; en este
fines como intereses personales o utilitarios, valores y pasIOnes o deseos caso, en la acción dramatúTgica el sujeto se relaciona en el mundo subjeti-
afectivos, al igual que por acuerdos normativos. . .. vo con el mundo objetivo. En esta acción, el sujeto puede controlar el ac-
Desde la fen omenología, el interaccionismo simbólico también utiliza ceso de los demás a sus sentimientos, los participantes controlan su inte-
la acción como calegoría de conocimiemo. SChÜLZ, teórico austriac.o y dis· racción regulando el acceso recíproco a la propia subjetividad.
dpulo de Husserl, considera que la intersubjetividad es dato inmedIato del A partir de las concepciones anteriores, Habermas (1989) introduce el
mundo de la vida, el hombre es un intérprete del propio campo de la ac- concepto de acción comunicativa, en donde el lenguaje es la condición para
ción . Desde la fenomenología se elabora teóricamente el carácter imeractivo que Jos sujetos interactúen.
e intersubjetiva de la acción y sus significados. A diferencia de Weber, quien
entiende la acción como un acto terminado, Schütz la define como «una El concepto de acción comunica tilla se refiere a la interacción de por lo me-
actividad espontánea orientada hacia el futuro- (Schütz. 1993, p. 87) que nos dos sujetos capaces de len guaje y de acción que (ya sea con medios ver-
se significa en el curso mismo en que se c~nstltuye. El .slgnIficado c~nsls· bales o con medios cxtnverbales) entablan una I-elación imerpersonal. Los ac.
te en .. aquel1as vivencias futuras que constituyen la aCCión a la qu.~ uendo lores buscan entenderse sobre una situación de acción para poder así coordinar
yen aquellas pasadas que constituyen mi acción completada» (Schutz 1993, de comú n acuerdo sus planes de acción y con ello sus acciones. El concepto
aquí cemral , el de inttrpTttación, se refiere primordialmente a la negociación
p.69). .
de definiciones de la situación susceptibles de consenso. En eSle modelo de
Dentro del cognoscitivismo actua l, el chileno Matu~an a defme las a.c. acción el lenguaje ocupa [ ... ] un puesto prominente (Habermas 1989, p. 124).
ciones como «operaciones externas de nuestra corporeld.ad en un m~dlo
cualquiera, [es] todo lo que hacemos en el ámbito operaCIonal cualqUIera
que ponemos de manifiesto en nuestro discurso, por más abst~acto que La diferencia sustancial y el apone más importante es la inclusión en
pueda parecer- (1995, pp. 160-161). Este teórico comprende la accIón como el concepto de acción del medio lingüístico, no sólo de manera unilateral,
totalmente articulada al pensamiento, pensar es actuar en el ámbIto del como transmisión de valores en consenso o como medio de las funciones
expresivas. El concepto de acción comun icativa propone el lenguaje como
pensamiento, como reflexionar es actuar en el ámb~to de la re~lexión; .es
la operación en acto. Las acciones surgen y se reahzan en a.lgun ámbito un medio de entendimiento entre los sujetos, pero éste es imponante des-
emocional, de tal manera que cuando pasamos de una emoClón a otra se de el punto de vista pragmático, orientado al entendimiento para relacio-
cambia el ámbito de acción. Para comprender la actividad humana, es ne· narse con el mundo; se considera la acción no sólo regida por normas, con
cesario identificar la emoción que define el ámbito de acción en el cual se propósitos utilitarios o de expresión subjetiva, sino de manera reflexiva.
produce la actividad. . En estos breves ejemplos se observa cómo se construyen diversos con.
Habermas, representante de la escuela de Frankfurt, co~str u ye teón· ceptos de «acción», desde la perspectiva ontológica, social o comunicati.
camente la acción comunicativa desde la sociología. En un pnmer momen- va, que son útiles para entender cómo el sujeto actúa en diversos campos
to, realiza un análisis exhaustivo de tres conceptos de la acción diferencia· de conocimiento e n la medida en que involucran la interpretación del sig-
dos de acuerdo con las relaciones que tiene el sujeto con el mundo. La nificado que el mismo sujeto hace de sí o el que le adjudican los otros con
acción teleológica o estratégica se identifica cuando el sujeto se relaci~na ~on los que illleracciona. Esta interpretación implica que el sujeto tiene que
construir un sentido subjetivo de la acción.
un mundo considerado objetivo y realiza un fin eligiendo en una slluaclón
dada los medios más congruentes para aplicarlos en forma adecuada. La Kratochwill recoge muchas de las anteriores construcciones, especial.
idea fundamental es decidir uLilitariamente entre las allernativas de acuerdo mente se sitúa dentro de la fenomenología para constituir la categoría de
con un propósito y en función de la interpretación que se hace de la situa- la acción educativa, ya no como acción social o comunicativa, sino como
categoría de conocimiento de lo educativo.
ción, que se convierte en estratégica cuando interviene otro sujeto. El se·
gundo concepto gira en torno a la acción regulada por nor~a.s en un gr~po De la misma manera, la acción educativa se interpreta a partir de la
social en relación con un mundo, también considerado obJetivo, que onen· experiencia del sujeto y del sentido que se le atribuye. Minakata (1993, p.
Lan su acción por valores comunes; aquí la norma es un acuerdo en el grupo 89) describe cómo la acción está constituida por el sentido, la intención y
lo que produce.
y cada uno espera su cumplimiento.
Por último, Habermas no hace referencia a un sujeto o un grupo de
LYA ESTHER SANUDO DE CRANDE EL PROCESO DE SIGNIFICACiÓN DE LA PRÁCTICA ... 31
30
El sentido en el marco de la realización de la acción. si rve para el manejo. teracción entre ambos -donde se actualiza el contenido que se ha de apren·
conSlruc¿ón y orientación de la acción; en el mar~o ~-eflex i\'o ,tiene un.a fun- der-. Desentrañar cada grupo de acciones en función de sus constitutivos
ción, la de exégesis: recol1Slrucción de un acOnleC1l1lle n.l~. ASI; e~ sentido se es acercarse metodológica y conceptualmente a la práctica. Así, las accio-
puede fundar como signific;:¡do teórico y como prclerlSlon ?rac,llca, ~orqu~ nes del educador se observan durante el planteamiento de la estrategia me·
se tiene que trazar por anticipado la eSLr.ucl~I.-a ~e la expen~ncJa posible, SI todológica; las acciones del estudiante se recuperan a lfavés de su proceso
es que lo percibido ha de aparecer como SlglllfIC~lI\'O. [ ... ]; las IIllen~lOnes (mc-
de apropiación o construcción; el contenido se observa desplegado en las
tas, fines, propósitos) 110 son otra cosa que atribucIones de senlldo en una
acciones y se analiza desde la propia lógica del conocimiento del que se tra-
[Ol'ma determinada para acciones determinada s.
te; finalmente, la interacción se recupera e interpreta como la acción
intersubjetiva y comunicativa entre estudiante y educador. Es en la meter
Gimeno (1998) reflexiona acerca de un componente fundamental de dología del educador donde se articulan los constitutivos de la práctica
la acción la intención. Ésta desencadena la acción)' además se observa una conformando un sistema (Sañudo 1997).
i71tención~"I. -la-acción. que se mantiene mientras acontece. También se pue· Mediante e l acercamiento empírico de la práctica se identifican estas
den distinguir acciones que se inician conscientemente y que pr~servan.la acciones operadas intencionalmente, y su recurrencia puede, por ejemplo,
coherencia durante su realización, y aquellas que aclaran y precisan la m· constituir los procesos educativos del aula. El dominio profesional de un
tención o cambian mientras transcurren. El autor describe de esta mane· educador residiría en su capacidad para concebir situaciones de aprendi·
ra el carácter imprevisible de la acción. . zaje propicias para los estudiames (Carhay 1988, p. 36). Dicho de otro modo,
Las acciones educativas no son únicas o aisladas, sino que se articu lan la significación de la práctica de un educador determina las decisiones
como un sistema que se reconstruye en un espacio educativo, y aunque se preactivas e interactivas en su práctica.
observan como de disuma índole, es posible clasificarlas para entender su El educado r se encuentra inmerso en una experiencia en la que tie-
naturaleza ya partir de esto entender la articula~ión enlfe ~llas. Así, el sis· ne cierto control sobre lo que quiere producir y, por ende, en mayor o
tema educativo es un cOl~ unto sistémico de aCClones de d¡fereme índole mcnor medida, incide sobre sus acciones, ya sea provocándolas o modi-
que se comportan como un todo eSlructura~o y, al mismo tjem~o, diná· ficándolas. Esta selección de la s acciones de la práctica está determina-
mico e incierto. Este sistema de acciones funCiona como una totalIdad COll- da, en última instancia, por el conjunto de significados que ha construi-
creta que deviene una esU·uctura signifi~ativa y se d.esarrolla y se va creando do sobre lo que es educativo; es lo que se ha denominado categorías signifuames
para cada conjunto de procesos educativos; las acciones que ocurren en su -porque permiten atribuir una significación a determinadas acciones en
interior son los ejes de su constitución. detrimento de otras- y funcionales -porque se les supone las funciones en
De acuerdo con la índole de las acciones, se determina la forma en que un universo de significados- (CollI99 1).
se pueden agrupar con el propósito de compr~nder tant~ su propia natu· También Kemmis (1996, p. 17) hace hincapié en la esu'echa e indiso-
raleza como la de su relación. Aunque los ámbitos son diversos en el caso luble interrelación entre la práctica y el significado: ... el valor, la significa·
del aula, se puede identificar con cierta facilidad cómo fU1~cionan las. ac- ción y el sentido de la práctica no son evidentes: se construyen», y esto se
ciones como sistema y cómo éste está constituido por Subslstema~ artIcu- realiza en diferentes planos, en el de las intenciones de los sujetos, en la
lados, con base en las acciones generadas por los agentes educativos. La interpretación por parte del que participa y de acuerdo con la interpreta-
educación, entonces, <Ae n el sentido más genuino es acción de personas, ción de los demás, en el plano histórico -en una cadena de acciones- y
entre personas y sobre personas. Lo que aconte~e en el mundo. educativo con respecto a lo que se produce.
tiene mucho que ver con los agentes que dan Vida con sus aCCiones a las Este sistema de acciones y significados, llamado práctica educativa, tie-
prácticas sociales que acontecen en los sistemas educativos y en torno a los ne como parte de su naturaleza la posibilidad de transformarse, no en el
mismos. (Gimeno, 1998, p. 35). sentido de <Asumar» elementos sino en el de avanzar en espiral, modifican-
Las agrupaciones generan una serie de subsistemas qu.e están presen- do el resto de los procesos y convirtiendo cada cambio en una ullidad cua·
tes de manera regular en la práctica educativa. Estos subSistemas son los litativamente diferente. Un cambio, o mejor aún, una lfansformación, que
constitutivos de la práctica. tiene una dirección determinada: ser cualitativamente más educativo.
Los constitutivos de la práctica, ele acuerdo con sus agentes y agrupa· Así entonces, la práctica educativa es claramente distinta de otro tipo
dos por su naturaleza, son: acciones del educador, acciorles del estudia.nte e in- de prácticas humanas, es un conjunto articulado de acciones reflexivas,
32 LYA ESTHER SAÑUDO DE CRANDE EL PROCESO DE SIGNIFICACiÓN DE L\ PRÁCfICA ... 33

ime ncionadamente transformadoras que se interpretan como tales. En y experiencias con otros compañeros de profesión. Y es que las nuevas tec-
este sentido, el proceso individual puede propiciarse para llevar al suje- nologías, los rápidos cambios culturales y cienúficos exigen una renovación
to hacia un estado de mayor formación de manera intencionada y sislc- permanente de la escuela y, por tamo, la actualización constante de los
mática en el ámbito educativo formal donde existe el propósito explfcito educadores. Por ejemplo, el perfil que se pide hayal profesor es el de ser
de educar. un organizador de la interacción el1lre el alumno y el objeto de conocimien-
El sisLCma de la práctica educativa está constituido por acciones arti- to; debe tr ansm itir y transformar la tradición cultural y a la vez suscitar
culadas para producir transformaciones en los sujetos que se educan. Es- imerrogames sobre el conocimiento de fromera; debe analizar y saber en
las acciones se d eterminan unas a otras a partir de los significados del qué contexto se mueve con el fin de responder a la cambiante sociedad
educador porque construir las acciones es una cualidad constitutiva del actual.
agente que actúa. Según Girncno, «el conocimiento in cide en la acción en Es necesario encontrar una nueva racionalidad educativa. Los educa-
tanto que atributo. (1998, p. 38). dores se enfrentan al reto de construir un marco intercultural amplio y flexi-
La acción educativa se construye e interpreta a partir de la reflexión ble, que integre valores, ideas, tradiciones y costumbres, que implique di-
de la experiencia del sujeto. e inherentemente a cIJo la intcnción se reviste versidad y pluralidad, reflexión crítica y tolerancia, tanto como la
de saber y sentido. Ésta es una elaboración de la propia identidad individual y grupal (Pérez Cómez 1988).
La transformación del significado y las acciones mueve intenciona-
condición necesaria de la acción y comprender ese elemento dinámico y mo- damente la práctica de un estado convencional a otro que implique una
tor es fundamental para cualquier educador [ ... }. Hasta tal punto es decisivo reorganización más compleja de sus constitutivos, que incluya y mejore
el papel de la intención en la acción que, para entender qué es cua lq uiera de a la anterior, que aporte a su comunidad una manera diferente de hacer
ell as, más que indagar por sus causas, lo que necesitamos es interpretar la ac- educación, en cuyo centro se encuentre el proceso de apropiación del
ción o propósito del agente (Gimeno 1998, p. 39). alumno.
Así, entender la educación desde los procesos de transformación com-
La práctica educativa se convierte en estructura significativa que se promete al edu cador a ser el dueii.o de su proceso. Convertir las acciones
desarrolla y se va creando no s6lo en cada conjunto de acciones educati- en reflexivas y conscientes por encima de la inercia cotidiana constituye
vas, sino en la interrelación de sus constitutivos. La forma en que se hace el proceso de construcción de su praxis, el educador es un recreador de la
la práctica educativa, en que se organizan la articulación de los conjuntos realidad porque la comprende y la explica. I El proceso dialógico y recursivo,
de acciones y las acciones entre sí, corresponde a una forma específica de tal como se ana liza en el siguiente apartado, es un movimiento fundamental
significarla. La transformación de la práctica implica entonces la transfor- entre la teoría y la práctica y entre la concepción y el hacer, tr ansforma la
mación cualitativa del significado. totalidad del sistema de la práctica educativa y propicia procesos como:
En síntesis, la práctica educativa está conformada por una serie de ac-
ciones transformadoras en relación, la lógica de esta relación y lo que pro- Reconstruir la situación donde se produce la acción, lo que condu-
duce está determinado por el significado o conjunto de significados del edu- ce a l educador a redefinir la situación reinterpretando y asignando
cado r. Una condición inherente a la práctica educativa es su naturaleza nuevos significados a características conocidas o antes ignoradas.
dinámica y su potencial de transformación. Esta última condición abre una Reconstruirse a sí mismo como profesional, adquiriendo conciencia
serie de cuestionamientos fundamentales: ¿cómo se puede propiciar la trans- de la manera en que estructura sus conocimientos, afectos y estrate-
formación de la práctica?, ¿hacia dónde debe dirigirse la transformación? gias.
Resignificar los supuestos acerca de la enseñanza aceptados como

LA TRANSFORMACIÓN DE LA PRÁCTICA
I A\·ances en este sentido pueden enCOlUrarse en documentos elaborados por Elliol
( 1996), Carr (1996), Kemmis (1995), Mcl:\ ren (1984), Slenhouse (1987), Gimeno y Pérez
En la actualidad, como se mencionó al principio, se observa un incremento Górnez (1998), Schón ( 1992, 1998), elllre OlroS, quienes hall incursionado en los procesos
en la literatura acerca del planteamiento de la · transformación del educa- de leOlizaci ó n d esde la educación mi sma, aunque sus orígenes y marcos comprensivos sean
de diferente índole.
dor a partir de la propia experiencia en el aula, del intercambio de opiniones
_ • • • -.., ....... ')"J'liUUU ut. LiKANDE
EL PROCESO DE SIGNIFICACiÓN DE LA PRÁcrICA ...
35
básicos, como una forma de analiza r críticam ente las razone s y
los a lgunas de nuestra s creenc ias' (Gimen o 1998, p. 127).
intereses individ uales y colectivos que subyac en en los princip ios
do- Es muy il~straliva la manera en que Gimen o (1998) recono ce que
minant es (Saliud o 1997). la
r~fleX1ón P?sll)Jltta el «d istanciarse~ de la prác tica, pues el educad
or obje-
La transfo rmació n del signific ado de la práctic a educati va se genera Uva sus accIOnes para poder compre nder, caracte rizar y confro ntar
teóri-
por la operac ión básica de la reflexi ón sobre la acción. Permil e recupe camen te su práctica, Ésta es una primer a acepció n de «teoriz ar",
rar, una for-
hacer conscie nte, evaluar y transfo rmar la práctic a, )' además estable ma específic~ de alllorre flexión con la que el educad or puede, a
ce las través de
cOlmadicciones presentes. Lipman (1998, p. 54) puntua liza que . la un ~ ~cci6n reflexiv a en su labor, lograr la transfo rmació n
reflexi ón de una práctic a
sobre la práctic a puede elllonc es implica r la clarific ación de supues coudJa na. Como consec uencia de la reflexiv idad, los fenóme nos
tos y human os
criterio s estable cidos, así como la consist encia entre dichos princip se caracte rizan por su singula ridad y
ios y la
práctic a existente». El educad or se enfrent a a la tarea de genera
r un nue-
vo conoci miento al recupe rar sus acciones, hacerla s conscie ntes por su aper~ura perman ente a nuevas formas o modos de ser que
y recons- I'econsu 'ucc¡ón de sus formula ciones previas. El conocim iento de
supone n la
truir su práctic a educati va: ésta es la vía por la cual se puede tener los fenóme-
acceso nos humano s, por tanto, ha de cubrir los aspecto s comune s y los
a la transfo rmació n. aspecto s sin.
glllal'e~, los hechos y los valores, las manifes taciones observa
La reflexió n es una fuerza que permite al educad or supera r su acción bles y las inter-
pretaCi ones, los compon emcs ya consoli dados y los que se encuen
cotidiana, reestru ctura su autocom prensió n y orienta desde ahí la acción tran en
evi- proceso de formaci ón, los element os reales, ya existent es, y las posibili
dades
dencia ndo las consec uencia s práctic as. Esta operac ión del pensam t~d,avía inédilas , lo domina nte y lo margina l. Todos ellos son
iento faclores que con-
represe nta un esfuerz o sistemá tico de analiza r la experie ncia dirigid dl clon~n o pueden illlerfer ir en las represe ntacion es, en las
o a lo- expecta th'as y en
grar propue stas totaliza doras para orienta r la acción educat iva las accione s de los individu os y de los grupos (Pérez Gómez 1998,
(Pérez p. 61).
Gómez 1993).
La reflexi ón es mucho más que pensam iento o medita ción, está ligada Así, la reflexi vidad puede incidir en las accione s de los educad
a la acción educati va y a su transfo rmació n en el sentido de la recons ores
truc· como individ uos y como grupo denu'o de una instituc ión. De acuerd
ción de las accione s como condic ión operati va de ser reversi bles o con
(Piaget Gimen o (1998), este proceso de reflexi vidad tiene tres sentido s:
1981), es decir, autorre gulable s. De esta manera pueden transfo rmarse
esas
primer as accione s analiza das en otras más intenci onadas y control
adas, or- El primer nivel es una dimens ión inheren te a la acción, es de carácte
ganizad as de forma más comple ja (Morin 1997). El constan te trabajo r
de re- inmedi ato y se origina en la experie ncia, se refiere a los compo nen-
flexión y revisión -autor regula ción- que el sujeto realice sobre
sus accio· tes cognoscitivos de la acción: el distanc iamien to que el educad or pue-
nes facilitará su perman encia como operac ión cogniti va en el educad
or. de hacer de su práctic a que es su objeto, para poder compre nderla,
La toma de concie ncia y la reflexi ón son operac iones que permit caracte rizarla y confron tarla con diversa s concep ciones teórica s.
en Es
compa rar, confro ntar y clasific ar durant e el proces o dialógi co entre
con· una primer a forma de «teorizan> sobre la acción, '( pensar y actuar,
cepto y acción . La activid ad reflexi va interio riza la acción de
maner a reflect a lo uno sobre lo otro. (Gimen o 1998, p. 127). El educad
reversible, se actualiz a en el diálogo y promue ve la toma de concien or
cia. Ade- toma distanc ia de su acción y como produc to de la reflexi vidad
más, la reflexi ón permit e la recupe ración , la consu'u cción y el so-
distanc ia- bre ella es posible despleg ar las creenci as 2 para conoce rlas, confron
miento del educad or a partir de la teoría, El educad or que aprend -
e a con- tarlas, pensarl as y revisar las contrad iccione s entre ellas. La reflexi
u'olar su proces o está conscie nte del mismo )' es capaz de justific -
ar sus vidad permit e que el educad or tome distanc ia de sus creenc
accione s y dar cuellla de sus produc tos (Talíún a 1987). En este sentido ias
, la
autorre flexión es una herram ienta y signific a realiza r una crítica
sobre el
conoci miento para reestru cturarl o. 2 La creencia es el conocim iento que los educado
res tienen sobre los objetos, consu1Jido
La reflexi ón es un método para lograr .<Ia raciona lidad en la práctic a partir de la. illleracci ón reflexiva directa con los objetos y co n
otros. Las creencia s pue·
a den basarse, Igualme nte, en la convicci ón por convenc imiento o
imposici ón, _se constitu ·
y en las mismas creenci as, un proces o que la educac ión debe
C0 l110 disposi ción perman ente y abierta para
consol idar ren ,en el contexto de recíproc
as imeracci ones con las personas , con los sucesos y con la s
somete r a elabora ción y re· I~S~lluci ones. Son inrormac ión y conocim iclIlo sobre el mundo,
en el selllido de que el in·
visión constan te lo que "nos parece el mundo » y las contrad i cciones dlV.lduo conoce lo que para él es probable mente una verdad, sin
que la evidenci a sea neceo
entre sana .. (Gimeno 1998, p. 132).
36 LYA ESTHER SANUDO DE CRANDE
EL PROCESO DE SIGNIFICACIÓN DE LA PRÁcnc.>\ ... 37
cotidianas y revise sus acciones de forma permanente. El pensamiemo
la relaci.ó n entre conocimiento y acción, entre teoría y práctica, que original.
representa la conciencia sobre el conocimienlO cotidiano educativo, n~entc ~Iene lugar [como] un proceso que se refiere al mundo de la experien-
el distanciamiento de ella para su comprensión y dominio. La reflexi- cIa radIcado en las personas y en los colectivos, pasará a ser un proceso me-
vidad posibilita el faclor de cambio educativo, es la forma de pro- diado POI- los conocimientos elaborados de las disciplinas científicas que
ducir transformación y lograr una acción futura diferente de la ac- contaminarán con su racionalidad las razones de los sujetos y de los grupos.
tuaL' (... ] El valor práctico de la ciencia para dirigir la actividad educativa residt:
en su valor de mediación sin sustilUir al agente (Gimeno 1998, p. 155).
El segundo nivel de reflexividad es un grado superior y contribuye
a una racionalidad más elaborada que se ubica en la interacción re- Los educadores desarrollan procesos reflexivos acerca de su conocimien.
cíproca entre la acción y el conocimicmo científico y el conocimiento to cotidiano de primer nivel en el contexto insLitucional; en el caso de la
personal o el compartido ligado a ambos . La teOlia educativa se in- conciencia y la leorización de las acciones, se desarrolla una reflexividad
corpora a la acción a partir de los procesos de reflexión-acción; al de segundo nivel. Comprender y vigilar epistemológicamente los dos tipos
actuar, el educador se gura por el conocimiento yeso quiere decir de reflexividad genera una reflexividad de lercer nivel.
que progresivamente la realidad se va generando con las acciones;
es el resultado de cómo las significamos. El pensamiento y la reali· En la reflexividad de tercer nivel se modifican las relaciones del
dad .. en ese proceso reflexivo quedan constantemente abiertos gra· educador con la práctica objelivada sobre la cual reflexiona; es de.
cias a la acción de uno de los polos sobre otro: un pensamiento ge· cir, la reflexión recrea el objeto. Eslo permite comprender cómo los
nera un cambio y crea realidad nueva y ésta se abre como nuevo reto procesos de configuración del significado inciden en la práClica. La
a ser conocida de nuevo_ (Cimeno 1998, p. 146). Al cambiar la rea- teorización sobre la educación genera una mayor reflexividad que
lidad se genera inseguridad en el educador, y entender esta situación modifica las acciones de la práctica, y la teoría generada debe dar
cambiante e incierta permite entender el proceso educativo no como cuenta de los efectos que produce en la realidad. «Éste es el signifi.
una emidad estable y determinada, sino como una espiral compleja cado de tercer nivel de la reflexividad: formamos parte de la reali.
y acelerada. La teoría educativa no tiene explicaciones consolidadas dad que queremos entender y debemos ser conscienles de nueslras
que agoten la comprensión de la realidad educativa, porque no es peculiaridades C0l110 seres que hacen la teorfa de la educación»
posible establecer regularidades previsibles en las acciones y éstas (Cimeno 1998, p. 161). Este nivel de reflexividad lleva a entender
constituyen una práctica compleja indeterminada. la práctica como un sistema complejo, en donde la innovación es
permanenle y no hay referentes inamovibles. Por ser esta práctica
La disciplina científica sólo es enriquecedora de la práctica o de la acción educativa una práctica humana, están presentes la irregularidad y
a partir de sus efectos en el educador, no mediante prescripciones impuestas la incertidumbre, y esta última no es más que la consecuencia de
sino en función de la transformación de las acciones con base en la con· comprender qué falta por conocer, estimulando la dinámica perma-
ciencia y comprensión de su conocimiento cotidiano, «como teoría crítica nente.
que abra los contenidos de la propia conciencia y de la reflexión de pri-
mer nive l a la discusión- (Cimeno 1998, p. 151)_ La reflexividad de primer Cuando se logra esta necesaria distancia mediante la reflexividad, el
y segundo nivel mejora con una formación cientifica creando formas y significado puede incidir sobre la acción y propiciar la lransformación tanto
modelos para comprender el proceso educativo; es asf como va cambian· de los esquemas y representaciones mentales como del saber hacer. De
do el conocimiento cotidiano sobre la acción, la forma de comprenderla y acuerdo con Pérez Cómez (1998), los nuevos significados reconsu-uidos en
la forma que tienen de significarla. De esta manera, el intercambio abierto son construcciones sociales que reflejan acciones.
En este proceso, se pretende que el educador transforme su práctica, com-
prenda sus acciones}' entienda cómo le da sentido a su hacer en un con·
'En eSle primer nivel de rerlexión, el registro proporciona la oportunidad de un dis-
texlO social compartido. La forma cotidiana de categorizar teóricamente
t;mciamicnto ya que el educador auloobser\'3 su práctica lal C0l110 "ería la de un colega. el conocimiento que tiene sobre su hacer educativo tiene funciones espe-
Es una herr;ullicma sumamente úliI que posibilita la recuperación y un análisis riguroso. cíficas en su hacer.
38 LYA ESTHER SANUDO DE CRANDE EL PROCESO DE SIGNIFICACiÓN DE LA PRÁCTICA ...
39
Una investigación previa sobre la transformación de una práctica m ás miento entre los esquemas d iscursivos y el hacer del educador,
específica, la docente (Sañudo 1997), propone como parle de sus resulta- detonando .sr el proceso del cambio.
dos una serie de afirmaciones que facilitan la comprensión del proceso de Mientras más insta lados se encuentren en la estrategia expositiva,
transformación en la práctica educativa: m~yor será la re~ist~ncia de los educadores al cambio y más se pres-
tal án sus verhallzaclOnes para establecer una inlervención. Las ,.re-
La práctica educativa está constiluida por un conjunto de acciones sislenci~s,.. potenciales que surjan forman parte del manejo de las
independientes que eventualmente se interrelacio nan. El hacer contradiCCIOnes presentes en los maestros, y se disminuyen a l míni-
consciente y la reflexión sobre dichas acciones permiten iniciar un mo ya qll~ el proceso de análisis lo realizan ellos mismos respetan-
proceso crítico dirigido a superar las contradicciones presentes en do el senudo y la secuencia natural de su proceso. Los profesores
lo cotidiano. Los constitutivos de la práctica educativa son las que centran su práctica en la acción del alumno recorren más efi-
acciones del alumno, las del profesor y las interacciones . Las con- cazmente el camino de la transformación de la práctica educativa.
diciones de tales interacciones en la práctica específica del educa- Las estru cturas anteriores del ~ducador son fuertemente reforzadas
dor di rieren de una circunstancia a otra; el acercamiento sistemá- por el mismo sistema. El cambio de su práctica requiere de un es-
tico y el análisis de la recuperación de esa práctica originan que fuerzo que lo ponga en conflicto con su contexto inmediato. Cada
el educador reconozca las contradicciones y regularidades que en vez que revise y reformule su práctica, el lazo de lo construido será
ella existen. más fuerte. Entre más posibilidades tenga de hablar de sus construc-
El objeto que ha de investigarse es la práctica educativa, que se des- cIOnes m~todológica~ con personas afines, es más probable que la
entrañará mediante di versos modos de observación. El educador es a ~tern anc la se consolide. El contexto institucional se despliega en el
capaz de transformar su práctica siempre y cuando el proceso de dIScurso del educador y es aconsejable que esto pueda utilizarse para
indagación involucre directamente su hacer; cuente con una media- resoIvc: a~uellas condiciones laborales institucionales que interprete
ción de recuperación pertinente -como los registros-; utilice recor- como hmJlantes en su trabajo.
tes conceptuales -analizadores- que le permitan su desentrañamien- La consu·ucción del significado redefine, complejiza y se complemen-
lO, y pueda reflexionar y confrontar para intervenir en su práctica y ta pOl·.el conocimiemo-en-Ia-práctica. Este tipo de conocimiento surge
transfonnarla. Se recurre a la observación como indagación, y la con- a p al.·ur de.1 contacto del educador con la experiencia edu cativa y la
frontación de lo registrado con sus concepciones produce una con- manIpulaCIón que haga de ésta. El saber educativo relativo a cual-
tradicción que prepara la transformación. De acuerdo con Coll, tol la quier práctica, tiene su lógica de construcción y pr~ducción especf-
observación directa del alumno y el maestro en situación es la ma- flca, así como su indagación cuenta con sus propias mediaciones.
nera más segura, si no la única, de abordar la interacción entre am-
bos" (1991 , p. 82). En los procesos de transformación de la práctica educativa, puede ob-
La práctica educativa presenta una serie de contradicciones que de- s~rva rse cómo algunos educadores son capaces de modificar su práctica
ben ser superadas para generar una transformación. Este proceso Sin afectar los constitutivos o acciones estructura les . De esta manera, la
puede prefigurarse a partir de diversas operaciones. Se realiza un organización de los constitutivos del sistema puede variar sin que cambie
acercamiento sistemático a través de regisu-os de autoobservación que ~ e~tad~ ~eal del sisteJ~la en sr. Tal es el cas~ de profesores que, de tener
recuperan la práctica cotidiana del educador lo más f( textualmente» expOSICIón como aCCión central en su práctica, ahora piden que los alum-
posible. Se propicia un análisis del corpus de la recuperación con nos expongan. Es claro que las acciones se modificaron, sin embargo, ¿esto
las calegorías (constitutivos) mencionadas, centrando la acción in- revela el comportamiento de un sistema complejo?
tencional de transformar hacia lo eminentemente educativo y elimi- Aun cuando a veces no cambie de momento el estado convencional
nando lo periférico. Las categorías se usan una a la vez, apoyadas por o alterno en términos cualitativos, el educador modifica su práctica, la
lecturas elegidas para tal fin. Se reconocen las contradicciones y las descentra, gradualmente, hacia el proceso del alumno. Una acción cen-
regularidades, contrastando el discurso y la concepción teórica con trada en el docente evoluci ona hasta convertirse en una serie de accio-
Jo evidenciado en Jos registros y a través de situaciones problemáti- °
nes que involucran el proceso de apropiación del contenido el proce-
cas en la secuencia del proceso. La confromación provoca ro mpí- so del a lumn o.
40 LYA ESTHER SAÑUDO DE GRANDE EL PROCESO DE SIGNIFICACiÓN DE LA PRÁCTICA ... 41

Cabe hablar de un proceso de resignificación de la práctica como un de transformación se mantiene, igualmente. de la reflexión -aulorregula-
sistema complejo cuando una serie de acciones secuenciales se transforman ción- y el diálogo, la continuidad y la coherencia.
en acciones cíclicas intencionales, ya no realizadas en {(línea." sino propues- En este sentido, la transformación de la práctica .. educativa,. cotidiana
tas para lograr un producto concreto, o cuando en una secuencia de ac- se puede definir como el paso de ésta a una práctica educativa compleja y
ciones de lipa lineal se incorpora tIlla acción o una estrategia (acciones reflexiva; un cambio estructural (Watzlawick, 1989) que lleve a un consti-
articuladas) que involucra el proceso de apropiación del alumno, incluyendo tutivo cuando menos. hacia un estado cualitativamente más educativo. La
la incorporación de una acción eSlrUCluranle en la evaluación. práctica irreflexiva, que Lipman (1998) define como irracional y poco fruc-
La construcción de un significado complejo remite a aquellas concep- tífera, prevalece mientras el contexto no cambie, y si se modifica la comu-
ciones que articulan cada uno de los constitutivos con una lógica consu'uida nidad, se mantiene unida conservando las acciones tradicionales.
con base en la formación o experiencia del educador. Transformar la prác-
tica implica caracterizarla identificando ese modelo que subyace en ella, e A pesal- de que las conductas instructivas se dan desde una amplia franja de
intervenir cuando menos en uno de sus constitutivos para transformar di- competencias. la prá ctica de la enseñanza suele ser institucionalizada y limi -
cho modelo en ou-o más educativo. La transformación produce apropia- tada por la tradición. Los profesores que hacen uso de esas franjas de com-
ción o procesos de construcción en los alumnos o involucramiento y de- petencias están muy orgullosos de la habilidad que tienen para ello. Aun así,
sarrollo de los colaboradores. Esa potencia transformadora se origina en estos espacios pal-a la crealividad en el il1lcrior de las prácticas académicas
el movimiento propio de la acción (Kratochwill 1987), a partir de la con- nOl-males son insuficientes para provocal- cambios a gran escala en la conducta
docente (Lipman 1998, p. 53).
ciencia, reflexión y superación de una serie de contradicciones. En su prác-
tica educativa, el sujeto debe conocer y superar esas contradicciones para
generar la transformación. Sin embargo, es posible intencionar esa trans- La transformación estructural se da cuando la práctica se descentra de
formación a partir de los supuestos descritos y, además, dirigirla a una con- donde se encuentra -ya sea en el contenido o en las acciones del docente.
dición de mayor complejidad educativa. directivas, de supervisión, etc.- y se dirige a propiciar el proceso de pro-
Aunque las acciones tienen su origen en el pensamiento, éste se ve afec- ducción del conocimiento. apropiación, construcción. etc. Cualquier otro
tado por las acciones. así que es necesario conocerlas, distinguirlas y movimiento periférico no estructural puede ser considerado un cambio,
conceptualizarlas en su conjunto para intentar su transformación. En con- pero no una transformación.
u-aste. un cambio en la acción no es definitivo si su correspondiente sig- Por la internalización, la acción se incorpora al sujeto y posteriormen-
nificado no es modificado, lo que compromete a comprender la práctica te, por su acción reversible y autorregulable. se transforma en acción efi-
educativa desde los constitutivos de la praxis (Kosik 1967), el concepto y ciente, más educativa. La estrategia de autorregulación, presente en todo
la acción. Consu'uir el sentido de la acción permite que el concepto fun- proceso de transformación de la práctica educativa. se funda en la relación
cione como un concepto ordenador (Zemelman 1987) de los eventos que dialógica y recursiva entre realidad objetiva-subjetiva, conciencia-reflexión,
constituyen cada acción. El proceso dialéctico de acercarse a la práctica teoría-práctica, concepto-acción. La autorregulación se convierte entonces
educativa por medio del concepto y conceptualizar a través del desentra- en una competencia consciente y volitiva: el educador aprende a contro-
ñamiento de la acción, permite identificar las contradicciones y regulari- lar su proceso, justifica sus acciones y da cuenta de sus productos.
dades existentes. El proceso de u'ansformació n de las acciones está en las Como ya se describió, la acción se reflecta; es decir, tiene efectos du-
acciones mismas y en su superación (Clark y Peterson 1989). raderos en la persona que la realiza y no sólo en el lugar en que se efec-
El hacer consciente en la reflexividad permite iniciar el proceso críti- túa. Un efecto de ese reflejo y reflexión de la acción es lo que genera con-
co dirigido a superar contradicciones cotidianas propiciando así la u-ans- ciencia sobre ella (Gimeno 1998). La reflexividad permite conocer la razón
formación . La conciencia y la reflexión son operaciones del pensamiento; desde la _razón" del sujeto. Esta operación, que implica una complejidad
la reflexión es la actividad del pensamiento aplicada al objeto, a pensar lo en la reflexión, tiene acceso a los componentes cognoscitivos de la acción:
pensado, produciendo una recon ceptualización a partir de un razonamiento el distanciamiento que el agente (sujeto) puede hacer de su práctica (obje-
desde la práctica. Proporciona. en un bucle recursivo, la posibilidad de to ) para poder identificarla, caracterizarla y transformarla con determina-
interiorizar la acción para convertirla en una acción reversible y da concepción.
aUlorregulable (PiagetI981). Este proceso de internalización de esquemas El proceso de recuperación , análisis y sistematización de la práctica
42 LYA ESTHER SANUDO DE CRANDE EL PROCESO DE SICNInCACIÓN DE LA PRÁCTICA ... 43

permite ir acumulando elememos que ~e l~eflejan. en la com~rcnsión de caso de un docente su estrategia incluye, entre otras acciones, las que se
la práctica y en el análisis de cad~ constllU,l1VO haCIa ,el prop6slt~.de la au- refieren al proceso de construcción o apropiación de cada alumno, ade-
lorregulación. Esta aULOrregulaClón permlle el segultnlCOLO, teóllco y cm- más de la incorporación de tina acción eslructuranle de seguimiento y eva-
pírico del proceso de transformación a partir de la in tervenCión en uno de luación. Éstas, en vez de sucederse una después de Olra como una serie
los consliLulivos. La práctica de sentido común cotidiano adquiere un se~­ de acciones secuenciadas, se transforman en cíclicas intencionadas en la
lido cognitivo que la conviene, a u'avés de la reflexividad, en una pr:ku- medida en que el educador propone acciones para lograr un producto
ca compleja. . concreto de cada uno de los alumnos, sin privilegiar el proceso por el cual
La posibilidad de que el educador incorpore a sus compelenc.as la alcanza su propósito. Lo mismo puede decirse de la estrategia de trabajo
autorreguJación de tipo metacognitivo (Bruner 1990) Incrementa ~l pOlcn- de un director de escuela con respecto a la articulación de acciones con
cial de lransformación de la práctica, ya que el sujeto puede repetir el pro- los profesores, padres de familia o comunidad escolar. La transformación
ceso completo o parte de él de manera voluntaria y periódica. logrando de la práctica requiere pensarla de manera diferente; entender que es más
así una permanente actualización de su práctica. que programas y prefiguraciones lineales, implica pensarla desde la com-
Para determinar el grado y tipo de transformación de la práctica pue- plejidad.
de considerarse el cambio observado en función de diferencias más o Aun en experiencias relativamente breves de análisis y transformación
menos significativas. que pueden ir desde a lLerar el orden de las mismas de la práctica es posible detectar modificaciones estructurales, lo que lle-
acciones o realizar acciones equivalentes, hasta la verdadera transforma- va a pensar que un esfuerzo sistemático y formal para poner a los educa-
ción. En este proceso, la estrategia (Morin 1997) prefigura escen.arios para dores en situaciones similares a las descritas puede llevar a la práctica edu-
la acción que pueden modificarse de acuerdo con la recuperacIón que se cativa a estar en condiciones de ser permanentemente transformable y
haga del curso de la acción tratando de eliminar la incertidumbre hasta transformadora.
donde sea posible. La transformación de la práctica es un proceso de resignificación, es
La estrategia intenta utilizar la incertidumbre para que, pese a las po- decir, que desde un significado inicial de una práctica convencional se
sibles derivas, logre la intención. En el momento en que se emprende una construya un significado complejo educativo. El siguiente apartado inten-
acción, ésta empieza a escapar de las intenciones originarias; e~LOnces se ta aproximarse a este proceso.
impone la reflexión sobre la complejidad de la acción, lo que mcluye la
comprensión, decisión, conciencia e inclusión de las transf~rma~l~nes.
Una serie de acciones de tipo lineal implican un programa SImplIfIcado RESICNIFICACIÓN DE LA PR.-.\CTICA EDUCATIVA
fácilmente alterab le a partir de la presencia de la incertidumbre. Si se in-
corpora una estrategia (acciones articuladas, flexibl~s e inte.ncionadas) De acuerdo con 10 expuesto en el apartado anterior, la transformación de
que involucra la posibilidad de modificación según la mteracc.ón y la res- la práctica es posible mediante la reflexividad, aunque es necesario reite-
puesta del ambiente a las acciones, enLOnces se l ogr~n las mtenClones rar que entendemos por práctica educativa la interrelación indisoluble entre
propuestas. Significar las acciones de manera compleJa.vuelve a l educa- teoría y práctica. En este sentido, las acciones educativas, como constituti-
dor prudente y atento a los acontecimientos naturales lllesp~rados ... El vas de la práctica, se transforman conforme el educador resignifica el sen-
pensamiento complejo n o rechaza de ninguna manera la c1andad, el or- tido de ésta.
den, el determinismo. Pero los sabe insuficientes, sabe que no podemos H ablar de significación de la práctica requiere la comprensión previa
programar el descubrimiento, el conocimiento, ni la acción. La comple-
de qué es «significarJol. Con esto en mente recurrimos a dos explicaciones
jidad necesita una estrategia. (Morin 1997, p. 117). La práctica edu cati-
teóricas que, sin estar en la misma tendencia, permiten establecer concor-
va implica complejidad porque se trata de acciones humanas. porque lo
dancias y criterios de complementariedad que pueden dar mayor alcance
inesperado e incierto está permanentemente presente en las acciones de
y potencia comprensiva al concepto de significar.
cada uno de los participantes.
Lonergan (1986), filósofo y jesuita canadiense, entiende el mundo que
El pensamiento complejo le permite al educador comprender su prác-
se construye como aquel mediado por el significado, en el que ~antes de
tica no de manera lineal , sino como una estrategia que incluye la posibi-
actuar lo imaginamos, lo planeamos, investigamos sus posibilidades, pen-
lidad de articular acciones de procesos diferenciados. Por ejemplo. en el
samos pros y contras [... ], desde el principio estamos comprome tidos en
44 LVA ESTHER SAÑUDO DE GRANDE EL PROCESO DE SIGNIFICACIÓN DE LA PR...\CTICA ... 45

acLos de significación; sin ellos el proceso no ocurriría ni llegaríamos al derarse producto de una actividad mediada; en este caso el papel media-
final . ( 1986, p. 3). Para este autor, lo que cuenta realmente tanto para el dor es un instrumento de naturaleza semiótica, un significado.
sujcLO como para un grupo de sujetos es lo que cada cual significa de la
realidad en la que vive, ya que la realidad significada es la mediación que El pl-oceso. ~c fOl~mación de conccptos, como de cualquier otra form3 supe-
permite referirse al entorno. El sujeto interpreta su mundo, inmediato pri- r10r de actIV idad Intelectual, no es una superación cuantitativa de la actividad
mero, mediato después, por medio del significado; habla de él y se refiere asociativa infel-ior, sino un tipo cua liuu ivamemc nuevo. A diferencia de las
a él por el significado. Antes de hacer, el educador comprende, planea, formas inferiores, que se caracterizan por la inmediatcz de los pl"Ocesos inte-
decide, entiende su práctica; se refiere a ella con OlfOS a partir del signifi- lectua lcs, esta nueva forma de "Clividad esLá mediada por signos (Vygotski
1995, p. 126).
cado que de ella tiene. Es probable que en un primer momento haga caso
de un significado espontáneo expresado en lenguaje cotidiano, pero éste
tenderá a volverse cada vez más complejo. Los signos con los que el educador refiere su práctica se interiorizan
Por otra panc, cuando es necesario que el hombre se transforme o U-ans- desde la cultura, pero el alcanzar un nivel de conciencia permite la con-
forme su hacer, se da inicio a un proceso que se lleva a cabo .. a través de versión de los sistemas de regulación externa en autorregulación. Estos sis-
acLOs imcncionales que se proponen fines, elige sus medios, busca colabo- temas de autorregulación modifican dialécticamente la acción educativa.
radores, dirige operaciones. (Lonergan 1986, p. 4) . Los significados se Mientras en la edad temprana la acción domina el desarrollo, más adelan-
manifiestan en un segundo nivel. reflexivo, en el cual interviene la con- te la acción emerge del significado: ~a l pensar, actlla. La acción interna y
ciencia de la acción que permite dar cuenta de ella. El significado se cons- externa son inseparables, la imaginación, la interpretación y voluntad son
truye a partir de operaciones de la experiencia de la intelección y del jui- procesos imernos realizados por la acción imerna» (V)'gotski 1988, p. 153).
cio en un todo dinámico en el que «la experiencia estimula la indagación, A diferencia de Lonergan. quien propone un significado eminentemen-
y la indagación no es más que la inteligencia que se pone a sí misma en te interpretativo que puede inscribirse en la fenomenología, Vygotski es-
acto. (Lonergan 1967, p. 3) . Un educador requiere construir significados tablece como el origen del significado la interacción social en términos
reflexivos intencionales y dotar de sentido a su práctica como una condi- dialécLicos . Ambos comprenden que el significado media entre el sujeto y
ción de su transformación. Aunque Lonergan hace referencia a las trans- su entorno, y concuerdan también en que la relación entre la acción (acti-
formaciones culturales en grandes periodos, esta idea puede ser útil para vidad) y el significado, como dos manifestaciones de un solo fenómeno,
considerar cómo la transformación del significado en grupos sociales es, permite la transformación por la vía de la con.ciencia y la relación de ésta
de todas maneras, un proceso persqnal e individual que constituye un gru- con el entorno -en ambos casos-, así como de la reflexión -en el caso de
po y una cultura. Lonergan-.
En otro contexto teórico, encontramos reflexiones que con ciertas con- . Por otro lado, en el ámbito educativo Pérez Gómez explora la consU·uc-
diciones pueden apoyar y complementar las ideas de Lonergan. Tal es el clón de significados y la relaciona con la elaboración simbólica. ~~Esta ca-
caso de la teoría desarrollada por Vygots!ci, filósofo, psicólogo y semiólo- pacidad confiere la posibilidad de representar la realidad, valorarla, mo-
go soviético que tiene entre sus más importantes supuestos aquel que se dularla virtualmente, transformarla, y comunicar sus transformaciones y
refiere a la actividad como un componente de transformación del mundo valoraciones» (1998, p. 214). Este auto r describe el proceso como vital, en
mediante el signo, necesario para la construcción de la conciencia. En este pane incierto, contradictorio y ambiguo. La interpretación de significados
entramado, la conciencia es el contacto social con uno mismo por medio se hace de manera subjetiva y comprensiva, en un proceso de consu-ucción
del significado, y por lanto tiene una estructura semiótica. El significado COmún de significados. Entendido así, es posible asimilarlo como un con-
para Vygotski tiene una doble naturaleza semántica y comunicativa, la cual, cepto complejo'.
al tldesdoblarse», permite una interacción del sujeto consigo mismo, lo que A decir de Pérez Cómez (l998), el sujeto elebe desarrollar un conoci-
constituye la conciencia. El significado que el educador tiene de su prácti- mient~ independiente, sistemático y consciente. Una de las esu'ategias de
ca media sus acciones, y la conciencia que tenga de ello determinará la alto mvel es la melacognició1Z, que refiere a la reflexión sobre el conocimiento
posibilidad de transformación; es decir, . la conducta humana depende de y sobre los procesos que utilizamos para la adquisición, organ ización y u-ans-
las operaciones basadas en significados. (Vygotski 1988, p. 153). Según ferencia, e igualmente posibilita que el sujeto tome distancia de sus proce-
Vygotski, las funciones mentales superiores del ser humano deben consí- sos y construcciones. El educador utiliza esta cstrategia para revisar la rc-
1b LYA ESTHER SAÑUDO DE GRANDE
EL PROCESO DE SIGNIFICACIÓN DE LA PRÁCTICA ...
47
( uperac ió n de sus accione s, reflexi onar s~bre ellas y, d~ mane ra
aUlón.o- ludio, en este caso la práctic a educaLiva, no se puede reducir a una
Ola e indepe ndiente , lograr la transformaCión de su prácuc a desde simple
una sig- yuxtap osición de acciones que pertene zcan a una sola área explica
nificac ión más compleja. tiva. Por
Coinci diendo con Morín, Pérez Cómez (l998) enfaliz a la impon e~ con.trari~, la comple jidad radica en qu e se pueda lograr una
ancia interpr eta-
ecológi ca del escena rio vilal del sujelo. El conlex to es un escena ción Sistémica de la práctica a partir de un diagnós tico integra do que
rio plural ponga
con diferen tes niveles que van del micro al macrOC Olllcxto y que las bases para interve nir un constit utivo e incidir sobre su tra nsform
confor- ación
eSLructuraL
man una red que a su vez constit uye un sistema . El educad or hace
de me- Ademá s de por su heterog eneidad . el sistema comple jo se caracte
diador simbólico entre los diversos planos del COlllCXL O, en lo que supone riza
por la mutua depend encia a las funcion es que cumple cada subsiste
el paso de un domini o de sentido a otros. . ma den-
. Lro del sistema total. Asimismo, en la práctic a educativa cada subsist
El signific ado es una mediac ión que permit e al educad or con.slfU ema des--
lr .su crito está en interde penden cia con el Olro: por ejemplo, la acción
mundo y referirs e a él para reflexi onar su hacer y transfo rmarlo del pro-
intenCIO - fesor determ ina la del alumno y cada una de ellas se encont raría «vacía»
na lmente . La práctic a y su conU"aparle, el signific ado, se corresp sin
onden la otra. La intenci onalida d educativa le da razón a cada proceso en
porque el signific ado media en sus acciones. Así, ~ara lograr una función
tr~ns­ de la transfo rmació n e involuc ramien to de cada uno de los panicip
formac ión de la práctic a se requier e una estrate gia de autorre antes, y
gulaCl ón todo el conjun to se actualiza con condici onantes normat ivas, instituc
metaco gnitiva que permit a su resignificacíó n denu-o de un contex ionales
to esco- y cullura les.
lar específ ico. . '
La constru cción de un nuevo signific ado permIt e la u-ansfo rmacló La interde penden cia es tal que cualqu ier modific ación a cualqu iera
n de de
la práctic a hacia una situació n de mayor calidad . educativa,. y una los subsist emas de accione s constitu tivos (no perifér icos) genera
vía para un movi-
lograrl o es pensar la resigni ficació n de la práctic a como sl~t~~la miento de reestru cturaci ón y modifi ca las pautas con las que se
comple - organiz a.
jo. El siguien le aparlad o explora concep tualme nte es la pOSibIlidad. Como mencio na Garda (1994, p. 86): .Toda a lleració n en un
seclor se
propag a de diversa s manera s a través de un conjun to de relacio
nes que
definen la estruct ura del sistema y, en situacio nes crílicas, genera
una re-
organiz ación total». Esta reestru cturaci ón tiene que produc ir, en
LA SIGNIFICACiÓN DE LA PRÁCTICA COMO SISTEMA
COMPLEJO primer a
il.lstancia, una intenci ón y una produc ción educati va, lo que implica
tran-
sitar de maner a progres iva d e una práctic a cOLidiana a una práctic
La práctica está constit uida, como antes se describ ió, por .diverso a edu-
s tipos de cativa, reflexiv a y, por ende, comple ja.
accione s que se articula n de acuerd o con sus caracte rísticas y por . Lipman (1998) expone que el pensam iemo comple jo es el que está
p.roce- cons-
sos que funcion an como una totalida d organiz ada. C~ando esta cIente de sus supues tos e implica ciones, es decir, de sus razone
articula - s y de las
ción tiene una inlenci onalida d explíci tament e educati va y produc eviden cias de sus argume ntacion es. Este tipo de pensam iento posibil
e trans- ita que
formac ión en los que colabo ran, se habla de práctic a educati va.
No lo~a el educad or examin e su metodo logía, sus proced imiento s y su
perspec ti-
práctic a cotidia na puede conside rarse educati va, sólo aquella que va, y en este proces o identif ica los factore s de parcial idad, prejuic
perm.lta ios y
genera r accione s reflexiv as de segund o y tercer nivel; ent~nces la
pr~clIca autoen gaii.o. En la práctic a irreflex iva, el pensam iento es '"puram
cotidia na del educad or puede transfo rmarse en comple ja. Las ente
aCCIOnes proced imenta l» o «sustantivo»; es el caso del docent e que analiza
reflexiv as de la práctic a deben conten er en sí la intenci onalida d el conte-
y produ- nido de su asignat ura dando por sentada la melodología. En cambio
cir educac ión para determ inar la direcci ón del sistema comple jo. , el pen-
samien to comple jo «incluye un pensam iento rico en recurso s, metaco
La práctic a educati va está confor mada por subsist emas heterog gni-
éneos tivo, autoco rrectiv o y todas aquella s modali dades de pensam iento
que agrupa n accione s del mismo lipa. De esta manera , la práctic que
a de un conllev an reflexi ón sobre la propia metodo logía y sobre el conten
directiv o puede estar marcad a por accione s que agrupa n las que ido
se refie- que lratan » (Lipma n 1998, p. 68). ESlas ideas nos acercan a la reflexi
ren al u-abajo admini strativo , a la interve nción pedagó gica que realiza ón y
con vigilan cia de las accione s persona les como una operac ión fundam
los docente s, a las que involuc ran a los padres de familia, etc. Cada ental, así
una Como al nivel de concien cia necesar io como condic ión de aUlorre
de ellas se caracte riza de diferen te modo, presen ta una natural eza gulació n.
especí- Ya el plantea miento anterio r nos introdu ce a lo que se espera del
fica y tiene una interpr etación teórica pertine nte. pen-
samien to comple jo; sin embarg o, alguna s de las ideas fundam entales
Según Garda (1994), un sistema comple jo implica que el objelO so-
de es- bre éste surgen de Morin, y permit en empez ar a compr ender una
esu-ate ·
48 LYA ESTHER SAÑUDO DE GRANDE EL PROCESO DE SIGNIFICACiÓN DE LA PRÁCTICA ... 49
gia que se dirija específicamente a la educación. En concreto, dada la na- Un operador del pensamiento complejo es el princiPio de auto·eco·or-
turaleza de la práctica educativa, una de las vías para su comprensión e ganización, que permite al ser guardar su forma, autoproducirse y
interpretación pertinente es a partir de las concepciones de «s istema com- autoorganizarse. El ser es dependiente y autónomo, gasta y saca ener·
plejo>•. Enseguida se exponen algunos de los elementos del pensamiento gía del ecosislema en donde existe. En el caso de la práctica, puede
complejo que pueden ser útiles para entender la pd.ctica educativa desde reconocerse cómo es que cada uno de sus elementos se autoorgani-
esa perspectiva. zan entre sí, de tal rnanera que un constitutivo afecla indefectible-
Para iniciar, es necesario reconocer que la imponancia de la contribu- mente a los demás. Por ejemplo, las esu·ategias del educador, que de
ción de Morin _radica en la formulación de un principio, el de la comple- manera permanente se conforma y se autoproduce, lo cual lo dife·
jidad. que integra una aCliLUd indagadora, que renuncia a la simplificación, rencia de los demás organismos.
con un conjunto de conceptos que sirven de puentes entre los distintos OLrO operador es la idea sistémica y organizacional que relaciona el
campos disciplinares. (Carda 1977, p. 44). Todo paradigma, sobre todo en conocimiento de las partes intrínsecamente organizadas con el co'
este caso, rige sobre los concepLOs y su relación lógica, tanto en un sujeto nocimiento del todo. Toda organización debe hacer surgir cualida-
como en las concepciones científicas sociales. El paradigma determina los des nuevas, que no existían en las partes aisladas y que posteriormen·
saberes, las creencias y las acciones de los sujetos que 10 asumen. Actual· te se imponen como hechos (datos fenomenales que el entendimiento
mente, emerge este paradigma cognitivo que permite tender puentes debe constatar).
intcrdisciplinarios, que asiema que el orden y el desorden coexisten, que
determina que la organización permite entender la lógica de articu lación
El pensamiento complejo se basa en entender que uno contiene lo múltiple y
entre acontecimientos aparentemente diversos (Morin 1996a), entre o tras el lTIt'illiple es tá ligado a lo uno. Pensarlos por separado implica un razona·
ideas que no tenían cabida en paradigmas como e l positivista. miemo que, o bien ve un múltiple sin unidad, o bien abstrae una unidad
El nuevo esquema cognitivo entiende articulaciones, organizativas o homogénica (sic) en donde se pierden las diferencias singulares (Morin 1996b,
estructurales, entre eventos separados que permiten la unidad de lo que p.80).
se concebía como separado. Para Morin (1996b, pp. 71-72),
El pensamiento complejo requiere entonces una metaorganización que
el pensamien to complejo es ame LOdo un pensamiento que relaciona. Es el sig- genere cualidades diferentes, como la capacidad cognitiva, la autoorganj·
nificado más cercano al término comPlexus (lo que está tLjido en conjunto) [ ... ] zación y la aUlorregulación cuando el sistema requiere de una reordenación.
es un modo de religación. Está pues co ntra el aislamiemo de los objetos de
conocimiento; repo ni éndoles en su contexto, y de ser posible en la globalidad
Otro principio operador es el hologramáticD que implica que no s6lo
J
a la que pertenecen.
las partes están en el todo, sino que el todo eSlá también en el inte·
rior de las partes.
El método complejo debe constituir un pensamiento que se nutre de La idea de bucle dialógico es la complejidad de los antagonismos que
incertidumbre, elimina el pensamiento mutilante, rechaza el conocimien- permite entender la pluralidad en lo uno. La unidad de un sistema
to reduClor y reivindica el derecho a la reflexión, Lo imponante no es lo complejo es entendida desde su identidad, con sus componentes de
que se ignora, sino pensar en lo que se sabe. oc El paradigma de la comple· diversidad, relaLividad, idemidad, incenidumbres, ambigüedades,
jidad no puede ser un paradigma consciente sin lenta instauración y difi· dualidades, escisiones, antagonismos. etc. Es la operación de enten-
cil enraizamienlo. Lo que requiere una reforma del pensamiento y de la der que somos productos y productores y que el antagonismo den-
educación; al final de la cual el paradigma de la complejidad podrá ope- tro de este proceso persiste, La dialógica no conslituye una nueva
rar por sr mismo. (Morin 1996b, pp. 76-77). lógica, sino una manera de uLilizarla en función del paradigma de
oc Decir complejidad es decir relación a la vez complementaria, concu- complejidad, corno un instrumenlo heuríslico.
n 'eme, antagónica, recursiva y hologramática entre esas instancias co·
generadoras del conocimiento. (Morin 1995, p. 77). Estas características Entender la práctica a través de estos principios implica evitar e l trata·
son operadores del pensamiento complejo: miento tradicional simplificador. Es común enfaLizar uno de los constilu·
tivos y partir de él para comprender la práctica, pero el pensamiento com·
50 LVA ESTHER SAÑUDO DE G RANDE El PROCESO DE SIGN IFICACiÓN DE LA PRÁCTICA .. . 51

piejo permite e nte nderla como un sistema complejb, que consiste en una que aunque los constituti vos sean de naturaleza tan diversa necesariamente
serie de accio n es de diversa naturaleza, en contenidos, en va ri os niveles de deben ser educa tivos. Esta tHtima condici ón permite establecer lo que es
manejo y apropiación, en situaciones de aprendizaje y en diferentes planos parte estructural del sistema y aqueIlo que no lo es. En la práctica docen-
de contextos. le, estas condicionantes marcan la diferencia entre las acciones de signifi-
Cuando el investigador disocia su saber del resto de los saberes o cuando cación del alumno y las acciones disciplinarias del docente; en el primer
el profesor afirm a que es profesor de una materia y no un «educador» (e n caso se tra ta de una acción que en sí misma produce educación, mientras
el sentido amplio del término), encontramos un planteamiento epistemo- en el segundo es poco o nada probable que ge nere procesos educativos.
lógico simplificador que pretende compartimentar el conocim iento y par- La condición de totali dad permite entender que la práctica educat iva,
celar la intervención tecnológica. De esta forma la desc ripci ón de la reali- en su lransformación reflexiva, modifica los constitutivos, las relaciones
dad escolar se reduce a la de algunas de sus dimensiones y la actuació n entre ellos y su funcionamiento de ntro del siSlema total. Observamos en
didáctica pierde coherencia y visión de conjunto (Careía 1977, p. 42). este proceso una doble relación dialéctica: de la u'ansformación de los cons-
La prác tica es un sistema porque es un conjunto de constitutivos; sus titutivos al funci onamiento de la totalidad y, en se mido inverso, de
interrelaciones y sus interacciones enU"c ellos y con otros sistemas produ· los cambios de funcionamiento al replanteamiento de la reorga nización
cen educación :· La práctica educativa está conformada po r acciones diver· de los eleme ntos. El educador parte de comprender cómo se organi za n los
sas constitutivas o periféricas, cuyas interrelaciones se caracterizan por la constitulivos de su práctica, los caracteriza y define cómo se mueven en
incidencia de ffillltiples situaciones contextua les y porque constilUyen esa totalidad o rgani zada. La distancia que ofrecen la conci encia y la teori-
la estru ctura de un sistema que funciona como tota lidad organizada. es de- zación le permite intervenir en alguno de los constitutivos para producir
cir, como sistema complejo. un sistema reflexivo cada vez más educativo. Esa intervención afecta la to-
Esta heterogeneidad de subsistemas o constitutivos, como se ha descrito, talidad y genera nueva s relaciones entre los constitutivos.
se estudia desde diferentes ramas del conocimiento; son intcrdefinidos y Comprender para transformar la práctica educativa implica articula r
sus funciones son interdependientes dentro de la totalidad del sistema . Se de manera consistente y compleme ntaria las teorizaciones construidas a
les puede identificar, analizar y determinar fuera de esa totalidad, pero 10 partir del distanciamiento reflexivo de cada constitutivo desde su perspec-
que los hace constitutivos educativos es que pe rtenecen e interactúan en tiva teó rica, marcos conceptuales pertinentes y mediaciones metodológi-
esa totalidad y no en otra. La interdependencia. el conjunto de relaciones cas adecuadas. A partir de aquÍ, se posibilita que el edu cador resignifique
que constituyen su estructura y le dan forma de organización, hace funcio- su prác tica y, por ende, sus acciones, ya que, como seJiala Careía (1994, p.
nar a la práctica educativa como totalidad, y esto la conforma como siste- 88): ,(No se trata de "aprender más" , sino de "pensar de otra manera"».
ma.
A la práctica educativa se la puede considerar totalidad organizada por-
que sus constitutivos no se adicionan simplemente, sino que son educati- BIBLlOGRAFtA
vos cuanto más apoyan a que esa condición se d é y son de naturaleza dife-
rente cuando se estudian en un campo independiente. Un constitutivo en B.o\ZDRESCII, M., .. La m etodología cua litativa y el análisis de la práctica educativa.,
interdependencia total y arti culado con el resto hace el hecho educa tivo. Otra en Mejía y Arauz (co mps.), Tras las vetas de la investigación cualitativa, Guada-
característica es que la organización de la esu'uctura de la totalidad edu- laj ..·a, ITESO, 1998, pp. 177-189.
cativa es diferente, pero incluye la dinámica de cada un o de los constituti- - - - , Vivir la educación. Transformar (a práctica, Guadalajara, Secretaría de Edu-
vos . Aun cuando Carda (1994) describe un sistema complejo como cons- cación Pública de J alisco, 2000.
tituido por diversos constitutivos, es importan te retornar al principio BRUNER,j. , .EI "yo" tra nsaccional •• enj. Bruncr (comp.), La elaboración del senti·
do, Barcelona, Paidós, 1990.
hol ogramático de Morin (1996), según el cual los constitutivos deben im-
C."RIl i\Y, M., .. ¿Pueden los profesores cambiar su manera de enseiiar?, en Aurelio
plicar que el todo d e a lguna manera está contenido en las pa n es; es decir, Villa (coo rd .), Perspectivas y problemas de la fimción dOCfntt, ~-tadrid , Congreso
Mundial Vasco, Narcea, 1988, pp. 14-38.
4 Esimpon ante reiterar que cua ndo hablamos de _s istema. n05 rererim os al plantea- CARR, W., Una teoría para la educacióll. Hacia una investigación educativa critica,
m iento conceptual desde la perspectiva del sistema complejo de Morin, y no desde otras Madrid, Co lecc ió n Pedagogía Mo rata, 1996.
conce pciones. CLARK, y PETERSON, ... Procesos de pensami e nto de los docel1les>t, en M. \Vil ll"Ock,
52 LYA ESTHER SAÑUDO DE GRANDE EL PROCESO DE SIGN IFI CACiÓN DE LA pRACflCA . . . 53
Métodos de la ;llvestigoción de la enSf1io1iza, Barcelona, Paid6s. 1989. Pt.REZ GÚMEZ, A., La cultura escolar en la sociedad neoliberal, Madrid, Morata, 1998.
COLL. e., Aprendizaje escolar)' construcción del cOIlOcimiclIto, Barcelona, ~aidós. 19~1. ROSARIO, V., El método para transformar la práctica docente. Fundamentos para la cons·
Df.wEY,J.. Cómo pensamos. N1U!Va exposición de la ?'elación entre jJensamumto l'eflexLVo trucciól1 de propuestas para la formación y actualización de profesores, México, Uni·
y proceso educativo, Barcelona, Paidós, 1998. versidad de Guadalajara, 1995.
CAReIA,.J. E., .. Fundame ntos para la construcción de un modelo sistémico en el SAÑUDO, L., Construcción de un modelo de asesorla para projJiciar la transformación de
aula». en Porl án , Carda}' Ca¡ial (comps.), Constructivismo y enseiimiUl de las la práctica docenle, lesis de doctorado, México, Universidad de Guadalajara,
ciencias, Madrid, Diada, 1977. 1997.
CAReIA, R., «lnlcrdisciplinariedad y sistemas complejos .. , en Enrique Lefr (comp). SCIIÓN, D., La formación de profesionales reflexivos. Hacia tm nuevo disefl0 de la ense·
Ciencias sociales JI formación ambiental, Barcelo na, Gcdisa, 1994. fianza y del aprendizaje en las profesiones, Barcelona, Paidós, 1992.
- - - , .. Co n ceplOs básicos para el estudio de sistemas comp lejos», e n Lefr - - - , El profesional reflexivo. C6mo piensan los profesionales cuando actúan, Barce·
(comp.), Los problemas del conocimiento)' la perspectiva ambiental del desarrollo, lo na, Paidós, 1998.
3a. cd., México, Siglo XX I /UNA", 1966. SCUÜTZ , A., La, construcción si(J1tiJicaliva del mundo social, Barcelona, Paidós, 1993.
G IMENO,]., Poderes inestables en educación, Madrid, Morata, 1998.. . VERGARA, M., De una metodología que proPicia un aprendizaje mecanizado, hacia una
H,\BERMAS, j., Teon'a de la acción comunicativa 1. Racionalidad de la aCCIón)' racwna· encaminada a la adquisición de Uft ajJrendizaje reflexivo en matemáticas de primer
lizaci6n social, Bucnos A ires, Taurus, 1989. grado de secundaria, tcsis de maestría cn Educació n con Intervención de la Prác·
KEMJ\flS, S., .. Introducción .. , en Carr, Una teoria para la educación. Hacia una inves· tica Educativa (!\IEII'E), México, Guadalajara, Secretaría de Educación Públi ca
tigación educativa critica, Madrid, Colección Pedagogía Morata, 1996, p. 174. de J a li sco, 1998.
KOSIK, K., La dialéctica de lo concreto, México, Grijalbo, 1967. VVGOTSKY, L. , Pensamiento y le'¡guaje, Barcelona, Paidós, 1995.
KRATOCII WILL, L. , .. El con cepto de educación desde la tcoría de la acción », Educa· - -- , El desarrollo de los procesos psicológicos superiores, México, Grijalbo, 1988.
ción, Tubingcn, Instituto d e Co laboración Científica, 1987, pp . 98·120. WEBER, M., Economia y sociedad. Esbozo de sociología compren.üva, Méxi co, Fo ndo dc
LIPMAN, M., Pensamiento complejo y educación, Madrid, Ediciones de la Torre, 1998. Cuhura Económica, 1987.
LONERGAN, B. , «La estru ClUra del sign ifi cado .. (trad. Isabel Martínez y A nd rés A.), ZEMELMAN, H ., Uso critico de la teoria, México, El Colegio de México, 1987.
ContiHuum, vol. 2, Guadalajara, [TESO, 1964, pp. 530-542.
- - - , Dim emions ofmeaning, Guadalajara, Herder, 1967, pp. 252·267.
- - - , Dimensiones del si(J1tificado (trad . Lu is Morfín López), Tl aqucpaqu e, ITESO,
1986.
MATuRANA R. , H ., .. La cie ncia y la vida cotid iana: la ontología de las explicaciones
científicas .. , en vVatzlawick )' Krieg, El ojo del observador. Contribuciones al cons,
t ructivismo, Ba rcelona, Cedisa, 1995, pp. 73·81.
MEJf/\ ARAuz, R., }' S. SANDovAL,lnteracció,~ social y aclivacióll del pensamie71lo. Tralls-
formando el estilo docente, Guadalajara, ITESO, 1996.
MINAKATA, A., «I nn ovación de la práClica educativa docente .. , Revista Educw~ n o.
7, Cuada lajara, Secretaría de Educación Pública de]alisco, 1994, pp. 27·34.
- - - , .. Tcoría de la acció n cducativa, inn ovación}' transformación de la prácti-
ca ed ucat iva .. , e n Campechano y otros, En torno a la intervención de la práctica
educativa, Guadalajara, UNED, 1997, pp. 77· 122.
MORIN, E., .. Cu ltura y conoci m iento cielllíficos .. , e n Vhtzlawick y Kri eg, El ojo del
observador. CoulrilJllciones al conslructivismo, Barcelona, Ged isa, 1995, pp. 73·
8 1.
- - - , «Sobre la intc rdisci pli nar iedad .. , Revista Sociologia y Po/itica, nueva época,
año IV, n o. 8, Méx ico, Univcrsidad Ibcroam ericana, 1996, pp. 7]-89.
- - - , «El pensamiento complejo contra el p e nsa mi ento único. Entrevista con
Edgar Morin por Vallejo Gómcz", Revista Sociologia y Politica, nueva época, mio
IV, no. 8, México, Universidad Iberoa mericana.
MORIN, E., l ntJ'Odllcci6n al pensamiento complejo, Barcelona, Gcdisa, 1997.
- - - , E/método. La vida de la vida, tomo 11, Madrid, Cá tedra, 1997.
Pl.o\GET, J., Pmblemas de epistemología genética, México, A riel, 198 1.
Capítulo 2

LA INTERVENCIÓN DE LA PRÁCTICA EDUCATIVA

Miguel Bazdresch Parada

ACERCA DE LA INTERVENCiÓN

Reformar la educación implica un cambio en las prácticas educativas de


los maestros, especialmente en educación Il'loderna básica. ESla afirmación
se valida porque los fines de la educación se dirigen a formar sujetos ca·
paces de darse cuenta de sí mismos, de la realidad sociocultural que se les
impone, de las demás personas y grupos que los acompañan y, finalmen·
te, de la naturaleza y los seres que la habitan. Además de entender ese
mundo, los sujetos así formados deberán tener la capacidad de transfor·
marlo y hacerlo congruente y aprovechable para el bienestaL' Tales fines
exigen de la relación educativa un resultado que no puede remitirse a pa-
ráme tros técnicos como aprobación-reprobación, asistencia-inasistencia.
contenidos-procesos. sino que requiere la verificación tangible de los ac-
los de conocimiento y dominio propios de la inteligencia humana.
Hoy la prácLica educativa está impregnada de normatividad técnica y
de la exigencia (de cada maestro y de los adminislradores y beneficiarios
educalivos) de cumplir con las normas. Sin embargo, ninguna normatividad
conduce por sí misma a verificar tangiblemenle la intelección humana si
quien intelige, el sujeto formando, no da cuenta de ella.
Por otra parte, una práctica como la hoy dominante, especificada (re-
portada y pensada) en parámetros técnicos, oculta con facilidad las contra·
dicciones y contraposiciones propias de toda práctica. Quien actúa en el
mundo humano con frecuencia modifica su actuar a partir de su percep-
ción de los cambios, nuevos dalaS y actuaciones emergentes de y en el ob-

I Se prescinde aquf de la necesaria discusión acerca de los diferelllcs diselios filosófi·

cos de .. hombre edu c ado ~ . Acepto una rormulaci ón generalmente companida, aunque dis·
cutible, entre educadores.
56 MIGUEL BAZDRESCH PARADA LA II\'TERVENCIÓN DE LA PRÁCTICA EDUCATIVA 57

jcLO de su acción. Esa modificación ha de responder a la nueva intelección tación de propuestas metodológicas que parten de la investigación educa-
del objeto, el cua l se percibe, sin necesidad de reconocer los cambios en sí tiva y pedagógica para el logro de los propósitos educativos. Una clase es-
mismos, como el mismo objeto aunque haya integrado a su acción los nuco pecífica de intervención es aquella surgida de la investigación de la prácti-
\'OS datos y aCllIaciones cmergenlcs. Sin embargo, la modificación de la ca educativa del maestro interventor.
práClica frente a la nueva intelección del objeto no siempre se articula COIl Así, la intervención no es sólo una propuesta, sino un movimiento con
la estructura racional (explícita o no) de la acción inicial, cuando se tenfa múltiples propuestas fundado en una acción intencional de investigación
aquella primera percepción del objeto. De aqur surgen las contrap osicio- que intenta abrir líneas de reflexión para incrementar el conocimiento del
nes de los diferentes elementos de una práctica, de cualquier práClica. problema educativo: cómo se enseila, cómo se aprende, cómo se educa y
Un h echo educativo controlado por normas se refiere a ellas para ga- cuándo, qué sucede dentro de los espacios que cobijan el hecho educa ti·
rantizar su finalidad y explicar su congruencia, pero no explica las prácti- vo; y por tanto, qué modificaciones metodológicas debe hacer el maestro
cas emergentes sino en funci ón de las mismas normas, sin verificar si cam- en sus propias prácticas para mejorar la oferta educacional concreta y para
bió o no la percepción inteligente del objeLO. Una práctica educativa que los educandos avancen en su formación. Todo a partir de la intelec-
orientada por la técnica no otorga lugar a las nuevas intelecciones emer- ción del hecho educativo tal como se vive y se experimenta.
gentes por efecto de la misma práctica, pues la acción emergente en el ob-
jeto se interpreta desde el mismo y único conjunto de normas técnicas
preestablecidas. DE LOS PREVIOS A LA INTERVENCiÓN
No es posible esperar la consecución de fines educacionales en los
cuales se supone la actuación consciente de los sujetos formados, si durante Intervenir en la metodología de una práctica educativa supone conocer di·
el hecho educativo las actuaciones se rigen desde la norma técnicamente cha metodología. Esta primera condición, que puede parecer obvia, es fun-
calificada e inmutable. Hasta ahora ha sido así porque la ciencia social damental porque a menudo se confunde la metodología con la planeación
positiva consideró la acción social como producto de una norma, deriva- técnica de un acto educativo. La planeación tiene por finalidad anticipar
da a su vez de un valor abstracto deseable para la vida en sociedad. Sin las acciones y los recursos. La metodología supone una vigilancia en la
embargo, ese supuesto continuo (rationale) valor-n arma-acción no se sos- materialidad fáctica de la práctica misma, más allá de toda planeación.
tiene más en un mundo moderno pleno de incertidumbres. Se privilegia aquí una idea constitutiva de la metodología: la coheren-
Los sujetos actuarán en sociedad a partir de su intelección de la vida cia entre intención o propósito y acción. Esa coherencia se puede planear
social, mundana y personal, la cual puede formarse incluso desde una eta- pero sólo se observa y constituye en la práctica misma. De ahí que sea en
pa temprana si el hecho educativo (formativo) sustenta, y se sustenta en, la práctica educativa donde se reconoce la metodologra real de los educa-
un enriquecimiento progresivo y acumulativo de la misma capacidad de dores.
intelegir. Para lograr este objetivo no hay más norma que aprender a enten- No es objeto de este estudio dar cuenta de cómo recuperar y sistema-
der, entendie1ldo, lo que conduce a una práctica no centrada en lo normati- tizar la recuperación metodológica de las prácticas. Sin embargo, no hay
vo, sino en la suscitación y acompaii.amiento de los actos de entender. 2 materia para intervenir si el educador no ha reconocido en su práctica
De ahí nuestro punto de partida: es necesario cambiar las prácticas cómo racionaliza su acción educativa. Baste para ello recordar algunas
educativas organizadas en el paradigma normativo. En concreto, el maes- notas relativas al asunto de la metodología, expuestas en análisis anterio-
tro requiere cambiar sus prácticas en el salón de clase para conseguir los res."
fines humanos de la educación. Las partes de la práClica educativa deben entenderse como componen-
En este análisis, entenderemos ese cambio como intervención educativa.'!. tes de un lodo articulado, lo cual se confirma cuando reparamos en la ra·
Se trata fundamentalmente de una acción de maeSlfOs dirigida a la implan. zón formal que hace posible la aparición, permanencia, variantes o desapa-
rición de cada parte en función de las exigencias de lo constitucional de
:1 No se discuten aquí los direrellles anos de entender y sus distintas ubicaciones en el

proceder humano.
) El término tiene acepciones propias en diversas latitude s, pero escapa de los propó- 4 Los elementos citados a cominuación se retoman de Olros estudios desarrollados por
sitos de este anículo una explicación detallada de cada una de ella s. el autor. Véasc Bazdrcsch (2000).
58 MIGUEL BAZORESCH PARADA LA INTERVENCiÓN DE LA PRÁCTI CA EDUCATIVA 59

dkha parte. Pero también es posible observar esa razón en relación con lugar donde se efectúan y por quienes las llevan a cabo, portan y a la vez
las demás partes. construyen una intencionalidad propia. Así, el docente puede preguntar-
La práctica. esclava de los hechos, se realiza al momento de articular se por la intención educativa que en realidad está construyendo con las ac-
lodos sus elementos. La articulación misma, independiente del diseño o tividades realizadas en la práctica docente _
planeaci6n, se construye en los hechos, los cuales confieren, configuran y Con esa pregunta, que puede contestarse mediante la observación au-
constituyen a la vez cierto lipo de coherencia entre los elementos conslitu- tónoma o heterónoma de su quehacer cotidiano, el docente puede incre-
tivos de la práctica operada por los sujetos participantes. Si se acepta que mentar su sensibilidad a la metodología, es decir, a la coherencia entre sus
el hecho educativo, en cuanto práctica, es coherente, cabe preguntarse qué intenciones y sus actividades, a la articulación de las diversas partes de la
«clase» de coherencia tiene esa práctica. práctica docente entre sÍ, y a las consecuencias de las decisiones tOl~1ad~s
De este modo reconocemos cuáles son, en los hechos mismos, las in- durante el acto docente mismo. En esta medida, podrá cobrar conciencia
tenciones que «explican» la articulación concreta de las acciones en esa de la metodología real de su acción.
práctica. es decir, la metodología real de la docencia, y. en consecuencia,
los efectos producidos por esa «clase» de coherencia.
Hacer estos cuestionamientos en torno a la coherencia de la práctica CÓMO SE RE.I\.L1ZA LA INTERVENCiÓN
implica concebirla melodológicamente. Se trata de entender la práctica,
describirla y observarla en términos de la relación que le da (por hipóte- De manera convencional, supuesta la identificación de la propia metodo-
sis) método, es decir, que la constituye en un todo orgánico, operable y logía de la práctica educaLiva, para intervenir hace falta, en primer lugar,
pensable. Este método no es aquel que viene, necesariamente, de la planea- establecer y seleccionar, según las inquietudes del interventor, un aspecto
ción del docente, o de la estructura del currículo o de la carta descriptiva, concreto, sencillo, claro y preciso de la propia práctica educaLiva. Luego
sino de la articulación real de las partes constitutivas -y ahí se hacen pre- de una primera experiencia, puede pensarse en aspectos complejos o de
sentes, o no, los elementos que se han anticipado en la planea ció n o docu- mayor profundidad de la práctica educativa.
mentación previa- del hecho educativo cuando se ejecutan las prácticas En segundo lugar, conviene establecer con claridad las razones pOi: las
educativas. cuales se escogió el aspecto en el que se ha de intervenir. No hay motivos
Cuando está practicando, el maestro piensa y vive su quehacer como malos o buenos, lo que hay es oscuridad o claridad en los motivos, y no
lógico y articulado. En algún momento puede darse cuenta de alguna des· conviene intervenir mientras éstos no estén claros.
viación, interrupción o reacción ilógica, pero en general piensa y vive lo En tercer lugar, ha de configurarse un plan de interve~ción, po~ sen-
que hace como unidades coherentes y articuladas. Sin embargo, al obser- cillo que resulte. Debe contener el objetivo concreto de la. mterv~nClón y
var una práctica docente desde una concepción metodológica es posible las actividades que se Lienen que desarrollar, paso a paso, SI es pOSible con
detectar la existencia práctica de múltiples relaciones entre la intención y fechas y tiempos precisos.
las acciones tomadas o sugeridas para llegar a los objetivos planteados. Un punto clave es el registro de los sucesos de la intervenci~n con to-
Por ejemplo, queremos que el alumno aprenda pero no le damos tiem· dos los detalles que llamaron la atención del interventor. El reglstr~ con-
po para que se exprese; queremos que comprenda pero le insistimos en siste en escribir y describir lo realmente sucedido. Una forma sugenda es
que repita la lección; queremos que integre sus conocimientos con la vida la narración (género que permite dar cuenta de las interacciones entre ~c­
cotidiana y no propiciamos que salga del salón. La índole de las inten- tores), pues evita que el interventor haga análisis precipitados. ESla descnp-
ciones (queremos) no guarda relación con las acciones reales en el salón ción de los hechos permite confrontarlos con la planeación: si algún paso
de clase. no se realizó, si fue necesario hacer actividades no planeadas o se desarro-
La concepción metodológica de la práctica nos lleva a reconocer la llaron de manera diferente.
relación entre ambas índoles desde las prácticas mismas; no por cómo nos En quinto lugar, deben identificarse los hechos clave de la intervención,
imaginamos, sin reflexionar ni verificar, la relación entre objetivos yacti- es decir, aquellos que revistieron la mayor imp0rlancia para el desarrollo
vidades, pregunta técnica tradicional en la programación educativa. de las actividades según el criterio del interventor, ya sea una frase, un~
Caer en la cuenta de la vida propia que tienen las actividades docen- actividad que condujo a una nueva actitud, o que dé cuenta de lo suc~d~­
tes es tomar conciencia de que esas actividades, por su contenido, por el do al propio interventor. Se trata de recopilar los hechos reales que a JUI-
MICUEL BA ZDRESCH PARADA
LA INTERVENCiÓN DE LA PRÁCTICA EDUCATI\~-\ 61
ciD del il1lerventor fueron ¡m
tal juicio. ponantes, y consignar la raz6n o razones de
den a la insu·ucción escolar. Asr, se ha perdido la sensibilidad a los sujetos,
. ,Conviene ha ce r a continuación un .. la disposición a sentir en las conductas y las acciones de éstos un atisbo del
cI6n y las acciones que los generaron anthslS de los logros de la interven_ mundo interior del alumno: sensaciones, sentimientos. emociones y afectos
las como las sigui entes: ¿qué se lo r6
a o eua.1 ayuda plantearse pregun- no se consideran parte atendible por el educador, sobre todo si no «caen»
b~scado? ¿Cómo se evidencia? ¿Ca g . con ,la In~crvenci6n? ¿Se logró 10 denu'o de la norma. Esta ca rencia, además de propiciar juicios severos y equi-
a,lntervenir? ¿Cuál fue la siluaci6nJ~i~J~ la sILua~I.6n i~icial, la que motivó vocados acerca de las razones de la actuación de los formandos, alimenta más
c~ones est..,in asociadas al cambio:> ¿Qué; despues de Intervenir? ¿Qué ac-
ri Ciones realmente efectuadas y lo~ Jo r e:aclón se encuentra entre las ae-
fJ ' .
Las respuestas g os a canzados?
a estas preguntas nos a .
. cXJ6n Inlerprelativa sobre la inrerven " cercan al siguiente paso: la re-
la resistencia a percibir ou"a realidad en esas mismas actuaciones y. sobre todo,
impide identificar en el propio yo esas mismas afecciones y su relación con
la actuación personal.
No es posible estudiar la propia práctica sin que enU'e en juego la sen-
c~o acerca de qué cambió, qué no or cJO?, ~ue permite elaborar un jui- sibilidad personal. ¿Cómo darse cuenta de lo que ocurre si nuestra percep-
Cla c~nduzca a un juicio para proIu~ir que. Es n.ec~sario que la experien_ ción está de entrada cosificada? De ahí que el primer gran acercamiento a
Fmalmente, es indispensabl.d . un Conocimiento. la formación para la intervención sea recuperar la sensibilidad al mundo
.
g Icas el enllfícar la d· .
en la práctica del hecho e d ' s mo Iflcaciones metodoló interior del enseñante para poder ser sensible al mundo del formando.
. ucatlvo del d d -
comp.araclón entre la metodología . e u.ca or estableciendo una Los ejercicios vivendales para reconocer el propio lenguaje (cómo se
s~lta Identificada después de la mis~1~tefJor a la,lI:tervención y la que re- describe. con qué recursos lingüísticos. con qué suposiciones) son un pri-
glrar~ en torno a qué aspectos de la rei E~ este ultImo punto. la pregunta mer paso necesario. Evocar para reconocer las afecciones suscitadas en nues·
y aCCJOncs del sujeto formando se daf~J6n entre acciones del educador' U'O yo por la presencia. la imagen, las palabras y las acciones de los demás
mo J Icaron.
(cuáles acciones o palabras nos molestan, enojan o incomodan; cuáles per-
sonas concretas nos son antipáticas o simpáticas; qué sucede cuando nos
ENSEÑAR-APRENDER A ,1\'TERVENIR enfrentamos a personas cuya imagen nos resulta desagradable). es un ejer-
cicio que. bien conducido, puede poner al maesU'o en contacto consigo mis-
¿P~eden los educadores modificar su rá . mo y con sus forman dos. No se trata de dinámicas de grupo por sí mismas,
gUJen auxiliados en este intento d I ' P Ctlca por sí mismos? ¿Puede al sino de un cuidadoso proceso personal asistido por el formador para en-
fuera se pu~de observar y propon:r ~~:e~\le~c:6n educativa? ¿Sólo desd~ trar en contacto consigo mismo y revisar sus afectos.(i Esto supone un pro·
~stas n:atenas. Obviamente, al proponerbl~s, No. hay respuestas fáciles en ceso de autoconocimiento y. en consecuencia. un proceso de recuperación
u.vo al Intencional se apuesta a un cambi e cambIO. del paradigma norma_ de las relaciones afectivas entre educador)' formandos. Estos aprendizajes
bro cultural éste influye en las re o de mentalIdad. y como todo cam serán además de mucha utilidad para el reconocimiento de las razones y
. d . presentacion I -
Clas e sUjetos y colectividades. Existen dive es. as Costumbres y las creen- motivos emergentes por los cuales un maestro decide tomar acciones no pre-
~rof~sores para aplicar la intervencl. ó d rso~ esfuerzos de formación de vistas ante cienos sucesos durante el proceso pedagógico. Es frecuente en-
sItanas ' d n e ucalIva en' . . Contrar la resistencia al autoconocimiento en los formandos en intervención.
) ependencias educativas 5 N b institUcIOnes univer-
cer conclusiones respecto de n . o o stante, es pronto para estable- sin embargo. no debe caerse en el psicologismo y hacer del entrenamiento
Del examen de algunos d l uest~as pregl.lI1tas iniciales. en la sensibilidad una intervención terapéutica o clínica.
zas b e os eSJuerzos CItad b
par~ es azar Una respuesta. En rimel' l os o tenemos tres ensei1an_ En segundo lugar, la enseñanza de la intervención supone un incremen-
formaCIón para la sensibilidad Q p á ugar, aparece la necesidad de una to en la capacidad de observación, esto es. que aumenta la capacidad para
sami~mo técnico, muchos edu~ad~~:s ~or las décadas de influencia del pen- detecta r los efectos de 10 observado a fin de consignarlos y decidir su in-
geneldad inexistente, en especial e Uponen en los f~nllandos una horno- fluen cia sobre el registro de la observación. Esto significa, además, el de-
n cuanto a los motivos por los q sarrollo de la capacidad para utilizar la autoobservación, inquietud frecuen-
ue acu-
. ro L;u s~Cre(arías
estatales de Educación '
~~~:c.a Na c.lonal, la
Universidad ' TESO en Gua~~IJ~/¡sco y GuanajualO, la Unh'e"sidad Peda.
uan plogramas de formaci ón para la ill[cn.:Jna;i~n~on algunas de las insliruciones que 1;Un c:unic:ulo adecuado ha sido sugerido por los educad ores en MdesOI.rrollo humano ,
M
inspirado s en los teó ricos e im'cstigadorcs de la psi cología humanista y cognoscitiviSla,
MIGUEL BAZDRESCH PARADA LA INTERVENCIÓN DE LA PRÁCTICA EDUCATIVA 63
62
de
te entre quienes se acercan a la intervención. A la pregunta de
si es posi- Autoco nocers e, autoobservarse y autointerpretarse son tres claves
-
ble la aULOobscrvación cabe responder que sí con el entrena miento adecua- I~ enseñanza de la intervención. El cultivo y enriquecimiento de la sensibi
los me-
do y con los límites propios de nuestra s zonas oscura s invisibl es a noso- lidad, de la percep ción, de la imagin ación y de la creativ idad son
tros mismo s. Hacem os hincap ié en la necesid ad de un cnlrena mienLO dIOS adecua dos para apropiarse de esas claves.
reiterati-
específ ico; no basta con una instrucción y una serie de ejercicios
vos, por más que éSLOS sean indispensables.
Entrenar para la autoobservación supone un proces o de menos
a más RETos DE LA II\'TERV ENCIÓN DE LA pRÁcnc A EDUCATIVA
detecta r aspecto s casi obvios de
median te el cual el formando se inicia en
objetos se encuen tra todos periférica
su proced er cotidia no (por ejemplo: con qué La inter.v~n.ció~ educativa, segú n lo establecido hasta aquÍ, no es
cami-
los dfas, en casa, en la calle, en la escuela; con qué parle del cuerpo o C?Smetlca, Sll10 que se dirige a la metodo logía del quehac er educat ivo.
n entre
La mterve nci?n será e:ecliva e~ la ~edida en que la irrupci ón
na, se sienta, se levanta, se apoya), hasta lograr observ ar la relació modifi que
qué y, sobre todo, para qué; por se constru ye la
sus accione s y aquello que las suscita, por la ~letodologla, es deCir, la raclOnaltdad mediante la cual
al preseút ar un tema de apren- uir un propós i-
ejemplo, qué de su simaxis y retórica usada aCCión como parte de un proces o intencional para conseg
dizaje oscurec e (o clarifica) el objeto a ciertos forman dos. to educativo declarado.
de la
El tercer aspecto que hay que respetar y atende r en la enseii.anza Interve nir en la metodo logía tiene, por lo menos, cuatro retos centra-
tendem os a interpr etar aun pregun ta
intervención es la interpretación. Las person as les, los cuales. se tratan en los siguientes apartados en forma de
realizar dicha operac ión cogniti va, pueden enfrent arse.
sin tener los elementos pertinentes para con el propós tto de repasar los y observ ar desde dónde
o a destiem po se deriva un cambio in-
y de una interpretación mal hecha
siempr e se hace desde un marco ana-
útil o impertinente. La interpretación
es técni-
lítico específ ico : a un marco técnico corresp onden interpretacion ¿La práctica educati va puede constituir un objeto de estudio?
onal produc irá una interpr etación del
cas, mientras que un marco intenci
una receta. sino que involuc ra la imagi-
mismo tipo. Esta operac ión no es grande s
ancia de La ~~i~lemología y la antropología de los tiltimos ai10s ofrecen
nación y la creativ idad del sujeto interpr etador; de ahí la import pOSibIlidades. La antrop ología sellala que la práctic a es inescru table por-
concep los definid os, preciso s y válidos
sustentarla, lo mejor posible, con y las decisio nes in-
mencio nar que el aprend izaje de la inter- q~~ se basa en un «cruce de caminos" entre la cultura
o validablcs. También convie ne ble el estudio de un objeto
los dictado s de la cultura vivida, por cuyo dIVIduales, lo cual hace práctic amente imposi
pretación suele enfrentarse con te a la psi-
sos como si fueran «norma les». Es de- que, por pnnc.lplO, es ~uJe to, materia que, en todo caso, compe
efecto se captan elemen tos novedo uales en un contex to social o
como propio y pertine nte. Cuesta tra- cología . Estudiar prácticas sociales o individ
cir, tendem os a -«ver lo que vemos» institucional, como la escuela, las organiz aciones o la familia es el reto de
tos que
bajo problem a tizar esas visiones y por tanto plantear cuestionamien . Dos son los eje~ problem áti-
es. Sin pregun tas o problem aLizaci ón la antropo logía y lo ha resuelto con donaire
son la base para realizar interpretacion cos. Uno, la pregun ta de si el observado se campa na igual cuando no es
no hay materia para interpretar. observ ado y cu~ndo sí lo es. ¿Quién le asegur a al observ ador que las con-
e cier-
Enseñar a interpretar, tanto como aprender a interpretar, requier un tea-
o de la imagin ación y de la creativ idad poco ductas de un sUjeto son las reales cuando también pueden ser sólo
tas condic iones para un ejercici diferen tes discipl inas antrop o-
. De ahí la impon ancia de resallar este ele- lro .montado por e l sujeto observado? Las
usual en nuestra cultura escolar to de protoc olos y algorit mos
del pensam iento diverge nte, el razona - lógicas proveen al observ ador de un conjun
mento y propon er la ejercitación par~ conseg uir la colabo ración natural del observ ado.
Dos, la situación
intelige ncias mtlltip les como trasfon do para
miento artístico y el uso de las es de particu lar import ancia
erse Óptima para la autoobservación. Este punto
sentar las bases de la capacid ad de interpr etar. Por ejempl o, propon en el caso de docent es y trabaja dores de la educac ión deseos os de modifi -
s con palabra s, decir con música o sonido s
decir con líneas lo que decimo duplica rse: e l observ ador
la mente para ver lo que se oye, sentir car su propia práctic a, pues el proble ma parece
lo que pensam os de un hecho, abrir no sólo debe asegur ar la verdad de lo observ ado sino tambié n la verdad
tes pos-
lo que se dice y equilib rar (con el sentido del equilib rio) las diferen de su obser.vaci~n. La. epistemología, la ciencia del texto y olros desarro-
hay modos normat ivos, aunque exis-
turas acerca de alguna cuestión. No del problem a median te la
llos de las CienCias SOCIa les avizoran la solució n
tan ayudas didácticas titiles.
64 MIGUEL BAZDRESCH PARADA LA INTERVENCiÓN DE LA PRÁCTICA EDUCATIV."- 65

exploración del autoconocimiento del que loda persona es capaz. Forma- Por otra parte, ubicamos la intuición tal como la expone Schütz. Al es-
lizar y construir un método consistente es el reto actual. . . . cudriiiar si dos interlocutores pueden entenderse concluye que sí, pero no
Estudiar la práctica y la propia práctica, no a la manera cOl1dlan~. SIOO porque se expliquen el uno al otro, sino porque de frente a cada cual tienen
como objeto de estudio formal, tiene sus dificultades. El intento, SIO em- la posibilidad de dialogar desde su mundo de vida, universo particular de sig-
bargo, ha dado lugar a la búsqueda de aplicaciones heterodoxas de cier- nificados, sin importar que sea un mundo delerminado por lo social.
tos avances de la reflexión filosófica y en las ciencias sociales. Los proble- Expresado en términos de la etnometodología, se recupera la intersub-
mas que tienen que ver con cualquier práctica, sea social o política, han jetividad de este mundo, no mediante las normas sociales (que construyen
dado lugar a algunos avances aprovechables por los maestros. el sentido) que pretendían explicar las conductas, sino porque las conduc-
A modo de ejemplo citamos dos aportaciones. La primera es el avan- tas se explican mediante los significados subjetivos.
ce que plantea Paul Ricreur en su teoría de la interpretación, y la segunda, Esta posibilidad, inaugurada por Weber y explorada por Schütz, deja
la tradición que inauguró Max Weber, continuada y enriquecida por Alfred claro el lugar de cada sujeto social, pero no como una determinación a la
Schütz con los mundos de vida, en el eSlUdio sistemático de la posibilidad manera materialista, pues acepta la posibilidad de cierta indeterminación
de intercambiar y entender significados sociales entre las personas. dentro de la determinación por historia y por los demás factores. Este in-
El aporte de Ricceur es sugestivo porque no rompe la articulación. so- grediente de indeterminación consiste en que el otro (desde su mundo)
cial del sujeto, pues finalmente es él quien crea las cosas, no la determma- reconozca (le dé una ubicación y un referente propio) lo que uno está ha-
ción histórica ni el materialismo histórico por sí mismo. ciendo. El camino de la intersubjetividad trazado por Schütz se centra en
A propósito del discurso, Paul Ricceur hace una separación entre sen- la constatación del silencio del otro, inescrudiílable más allá de cienos lí-
tido y acontecimiento. Cuando analiza el lenguaje como discurso encuen- mites marcados por la subjetividad del que escucha. Así, la intersubjetivi-
tra una dialéctica entre· acontecimiento y sentido. El acontecimiento es la dad establece la posibilidad de que el ot1"O hable en un plano desde el cua l
realización temporal del discurso, en tanto que el sentido es el contenido se le pueda reconocer y pueda, a su vez, reconocer a su interlocutor desde
proposicional del mismo discurso que permite identificarlo y pr~di~arlo. su idea de mundo de vida construida con un inventario de significación
Así, Ricreur asevera: "Si LOdo discurso se actualiza como acontec111uento, común. En consecuencia, a l constituir a la proPia práctica como interlocu-
todo discurso es comprendido como sentido [ ... ]. No es el acontecimien- tor, si bien habrá silencios inescrutables, existirá la posibilidad de diálogo
to, en la medida en que es u'ansitorio, lo que queremos comprender, sino o entendimiento desde los «significados coml).nes». Esto, sin embargo, se
el sentido -el entrelazamie nto del nombre y del verbo, como dice Platón- queda sólo en el plano de las ideas pues se inserta en una corriente que el
siempre y cuando esté pendiente» (Rica:ur 1995, p. 26). . . . au tor no acabó de plantear.
Con respecto a la significación, el mismo autor adVIerte que «slgmfi- Desde luego no están resueltas todas las dificultades. De hecho esta-
car, la operación de dar y producir sentido, tiene dos interp retaciones: mos descubriendo que aquello que llamábamos diálogo no es diálogo, )'
aquello a lo que el interlocutor se refiere (lo que intenta decir) y lo q~e la lo qu e entendíamos por colaboración tampoco lo es. En educación tene-
oración significa; es decir, lo que produce la umón entre la funCIón de Iden- mos el caso del aprendizaje colaborativo que nos hace ver cómo ciertas
tificación y la función de predicaCión". Más adelante, en el mismo t~xto, prácticas consideradas como colaboración no son sino una forma de do-
Ricreur seiiala que «el sentido de lo expresado apunta de nuevo h aCia el minio de un individuo sobre otro, por ejemplo, en el caso de «equipos de
sentido del interlocutor gracias a la autorreferencia del discurso hacia sí trabajo» cuya relación no está organizada mediante el diá logo, sino por el
mismo como un acontecimiento» (Ricceur 1995, pp. 26-27). Esa caracterís- reparto utilitario de la tarea con base en el poder del más dominante.
tica de autorreferencia del discurso permite tener acceso al sentido del in-
terlocutor sin necesidad de introducirse en su acto mental. Estas ideas pue-
den, si consideramos la práctica como discurso (o como texto), ayudar a ¿Cuáles S011 las dificultades de la intervención?
constituir a la práctica, yen especial a la propia práctica, como objeto de
estudio, pues si extrapolamos la idea de Ricreur, el docente practicante hace Estudiamos la prácLica para mejorarla con base en un disello de objetivos
una autorreferencia en la cual está el significado de lo que hace, no en y propósitos sociales y grupales que definen esas mejoras como algo espe-
cuanto acontecim iento (función de identificación), sino en cuanto sentido cífico. Estudiamos la práctica para descubrir cómo nuestra práctica o la
(interl ocución). práctica educativa estorba al logro de esos propósitos . En ese horizonte
66 MIGUEL BAZDRESCH PARADA LA INTERVENCiÓN DE LA PRÁCTICA EDUCATIVA 67

queremos modificarla, intervenir en ella. Toda «leorÍa» de la intervención, ¿¡nlervenir en los problemas de la práctica equivale a resolverlos?
en cua lq uier ámbito, evidencia al menos dos de sus dificultades:
La primera es el dat1.0 secu.ndario o los efectos secundarios, términos pro· Cuando se estudia la práctica es posible establecer con claridad cuál es la
puestos por Ivan IIJi ch . Por ejemplo, calificamos de primordial el propósi- solución del problema y, al mismo tiempo, reconoce r que ésta no puede
to naciona l de escuela jJara todos, pero dejamos fuera de la economía y del llevarse a cabo. Una solución inaplicable no es producto de una ve rdade-
empleo a quien n o tiene escolaridad, o a quien no puede ir a la escuela por ra intervención , pues ésta parte de r econocer los límites a l mismo tiempo
la deficiencia eco nómica. El no hacernos cargo de los que dejamos fuera que las virtudes y los cambios viables. Si el intervenido dirige su interven·
se consider a un efecto secundario, pero no lo es en la medida en que a es tas ción , debe ubi car sus límites y también las consecuencias de la intervención
personas se les podría ofrecer otra alternativa, por ejemplo, la certificación para no llegar a soluciones inviables.
de experiencias. En la inte rve nción de la práctica educativa surgen proble· En el ámb ito de la educación los problemas son complejos pues pre-
mas que no se enfrentan pues se califican como efectos secundari os, lo que sentan diversos niveles y múltiples articul acio nes con numerosos elemen-
conlleva el riesgo de descartar hechos que pudieran ser importantes. La tos a la vez. No hay p roblemas de personas o sujetos, si no de todo un
intervenció n de la práctica educaLÍva no es tá exenta d e este peligro típico entramado cultural en el que no es fácil reconocer límites ni to mar deter·
de cualquie r inter ve nción : no hace rse cargo d e hechos cuyos e fectos se minaciones. A veces las propuestas de solución son aparentemente posibles,
califican de secundari os es producto de las características modificables de pero en la práctica pueden no serlo por factores extraeducativos.
la práctica. La inter venció n implica una constr ucción previa qu e prevenga las so-
La seg unda dificultad de toda inter ve nció n es que se puede intervenir luciones inviables. ¿Qué se debe hacer an tes para no llegar a soluciones
y resolver la problemát ica que se plantea en la práctica, en términ os esu'ic- inviables? Volver a nacer es imposible, pero volver a empezar no.
lamente pragmáticos, sin tomar en cuenta los efectos de la solución en el Es más fá ci l analizar que proponer, pero la intervención no puede li-
praclicante. La articulación emre interventor e intervenido es conflictiva mitarse a analizar. El problema de propon er es independiente de haber
y compleja po r más precauci ones qu e se tomen, esto es así porque cualquier realizado la tarea de anali zar la práctica educativa propia o de otro. La sola
intervención rompe tej idos sensiblcs e irrumpe en una cotidianidad qu e, intervención n o produce el conocimiento ni la lógica necesaria para ela-
malo bien, estaba más o menos establecida. borar una propuesta; se requiere pues un cambio de enfoque, de posición.
Caer e n cuenla de prácticas equívocas o fran camente perniciosas a l El estudi o d e la práctica es una actividad del o rden del conocimiento, no
propósito d eclarado y sostenido por el practicante, puede ser doloroso e de la pro ducción . Hace falta toda una mediació n para reconstruir la prác·
incluso paralizante. Puede n suscitarse reaccio nes psicológicas y sociológi- ti ca usando los cono cimientos de la interve nción, pero no en la misma ló-
cas frente a la ca lificación o descalificaci ón de las actividades d el docente . gica con la cua l di chos conoci mientos fueron producidos. sino en una lí-
E ntre docentes cuya prácti ca se interviene es posible d ete ctar fen óm enos nea propositiva.
d e auto desca lificació n, de crítica radi cal a la escuela y a l sistema educati- Lo que aquÍ se propone es una manera distin ta de enfrenta r el proble-
vo, o bien de deses pe ran za frente a una posible mej ora. Atender estas rc- ma, cuesti ó n qu e no ha sido cabalmen te entendi da en el estudio y la ense-
acciones con fuerza, determinación y fo rm as adecuadas es o bligación d e ñanza de la intervención educativa. Por ejemplo, se confunde intervención
los interventores. con investigar la práctica. In te rvenir y enseñar a interven ir es enseñar a los
Alan Toura in e ad vierte sobre las dificultades y los fenómenos que se maestros a trabaj ar sobre su práctica; no es investigar, sino enseñarles a
enfren tan en un a interve nció n socia l. Su aporte central es qu e «La inter- mejorar su maestría.
vención tendrá éxito cuand o el intervenido es quien la conduce ••. La in- La in vestigación se ubi ca en la lógica de l conoci mi ento. La interven·
tervención . entonces, tiene un límite: que el interven ido dirija y diga hasta ción va m ás a llá pues busca la manera de incrementar los recursos perso-
dónde, r ea lidad que debe tenerse presente durante lOdo el proceso. nales de formación para hacer mejor el trabajo con lo que se tiene e nU-e
manos. Una y otra se retroa limentan, pero n o están en la misma lógica.
Por más in vestigació n qu e se haga, conocer el fenómeno no da la so-
lució n. Con esto no queremos decir que la in vestigación sea inútil, sino que
han de imponerse mediaciones para integrarla a la lógica de la solución.
Por otro lado, proponer una soluci ón con el análisis de la práctica es un
68 MIGUEL BAZDRrsCH PARADA
LA INTERVENCiÓN DE LA PRÁCTICA EDUCATIVA 69
proceso quizá largo y complejo. No basta con detectar el problema. Es acciones y se someta a una evaluación.
necesario escudrj"ar la lógica de la prácLica que lo sosLiene, y después es- Procurar que el director, en efecLO, dirija. que sus acciones no sólo
LUdiar sistemáLicamente lo que puede cambiarse de la meLodologia, apli- dependan de lo que ordenen arriba, sino Lambién, y sobre todo, de
carlo, registrarlo y analizarlo hasta completar un proceso de cambio me- lo que sucede abajo: las au las, los maeSlros, los desempeii.os, los
Lodológico pertinenLe. aprendizajes. Esta socialización equivale a quitarle pod er al de arri-
ba para decir cómo se ha de proceder e n cada centro de trabajo,
aunque pueda retenerlo para evaluar y corregir en consecuencia. Se
¿La intervención es una práctica aceptada en el ám.bito cultural educacional? trata de una resocialización para una nueva gestió n educativa con
base en la escuela, no en la burocracia.
La educación tiene una carga cullUral que no puede ignorarse ni modifi- Hacer de la escuela el centro de la política educativa y no la t< última
carse fácilmente, ni siquiera mediante un proceso de intervención muy línea» de un proyecto macro que determina córno debe portarse cada
pulcro. Existe, por ejemplo, la idea popular muy arraigada de que los pa- profesor.
dres le encargan el niílo al maestro; no se hacen cargo de él. «Como tú eres
maestro. pues tú enseña; yo no soy maestro, nada más soy papá y no quie- El repaso anterior sintetiza algunas reflexiones para consideración de
ras que haga Lu Lrabajo ... ». La investigación señala que el papá es un fac- los estudiosos y de los propios formadores acerca del qué, el cómo y el para
LOr clave para el aprendizaje del niño, pero ni el maestro ni el sistema edu- qué de la intervención, así como algunos elementos de su enseñanza y cier-
cativo pueden cambiar esta idea producto de una carga cultural muy tas dificultades de intervenir en la práctica educativa. Algunos aspectos son
evidente. más teóricos, olros más concretos. Habrá otros, sin duda, pero se u'ata jus-
Podemos identificar otros ingredientes culturales que conforman la base tamente de abrir a la crítica los aportes y supuestos de estos estudios de la
cultural de lo que llamamos educación, los cuales, aunque se generan en práctica educativa a fin de hacerlos avanzar.
la práctica, no son modificables en ella. Las fronteras democráticas son un
ejemplo: el maesU'o siente que pierde autoridad porque funciona democrá-
ticamente, porque los alumnos saben cosas que él no sabe, e incluso por- BlBLlOCRAFfA
que gana menos dinero que los papás de los niños.
Olro caso: ¿por qué debe enseñarse lo que se enseña? ¿Por qué estu- BAZDRESCII PARADA, M. , Vivir la educación. Transformar la práctica, México, Secreta-
diamos lo que estudiamos? ¿Por qué no se estudia otra cosa? Porque estruc- ría de Educación Pública de J ali sco, 2000.
tural y políticamenLe se ha deLerminado asr. No es fácil cambiar el plan de FOUCAULT, M. , Tecnologías del)'o y otros textos afines, Barcelona, Paid6s, 1990.
estudios. El hombre ha ido a la Luna y ha decodificado el genoma huma- ILLl CH, l., u,~ mundo sin escuelas, México, Nueva Imagen, 1977.
no, y sin embargo se sigue enseilando la misma geografía y la misma bio- - - - , Nuevas dimensiones en la psicología)1la comunicació,¡, México, Editores Aso-
logia que antes de esos logros. ciados, 1978.
RI CQUR, P., Teoría de la interprelación, México, Siglo XXI, 1995 .
Si bien estos cuestionamientos rebasan los estudios de la práctica edu-
SCHÜTZ, A., La construcción significativa del mundo socia~ Madrid, Paid6s, 1993.
cativa, suponen un obstáculo a la mejora una vez que se ha n empezado a
- - - , El problema de la realidadsocia~ Buenos Aires, AmorrorlU, 1995.
identificar los ingredientes de solución de las deficiencias de la práctica. TOURAINE, A., ., Introducción al mélOdo de la imervención sociológica. Notas ge-
Ante esta difi cultad pueden impulsarse cuatro procesos de resocializa- nerales .. , en Estudios Sociológicos, vol. 4, no. 11, mayo-agosLO, 1986.
ción entre alumnos, maestros y actores educativos que modifiquen las pau- WEBER, M., Eco'lOmía y sociedad. Esbozo de sociología comprensiva, México. Fondo de
tas de socialización previas . Cultura Económica, 1986.

Hacer posible y válida la discusión de las problemáticas levantadas


por el estudio de la prácLica, tal como hoy se impulsa la discusión
de otras problemáticas que no pasan por el campo de la práctica.
Otorgar a la escuela el valor y el poder de cambio. Poner el énfasis
en el centro d e trabajo. en que tenga un proyecto que determine sus
Capílulo 3

ELEMENTOS PARA INTERPRETAR LOS SIGNIFICADOS


DE LAS ACC IONES EN LAS PRÁCTICAS EDUCATIVAS

Juan Campechano Covarrubias

INTRODUCCiÓN

Las siguientes reflexiones tienen como base un gran supuesto: cualquier


docenle que quiera transformar racionalmente su práctica primero tiene
que conocerla, no imaginarla ni suponerla. La práClica de los docentes
puede sufrir diversos cambios o transformaciones, unos conducirán a
mejores resultados educativos, pero habrá otros que pueden complicar su
vida profesional.
En este análisis nos referiremos a aquellos cambios que lleven a mejo-
rar lo educativo de las prácticas docentes, esto es, a obtener mejores resul-
tados en los aprendizajes de los alumnos.
Duranle su fo rmación, los doccntes ya han desarrollado una serie de
habilidades para tomar registros, notas o diarios de campo; sin embargo,
cuando se enfrentan a la necesidad de conocer su propia práctica, más de
Una vez caen en la cuenta de que esas herramientas no les dicen nada más
allá de lo que eSlá escrilO. Un buen registro es un espejo que refleja una
imagen; si el espejo eSlá en buenas condiciones y limpio, será fiel a lo que
se encuentra frente a él. Pero un buen registro no es suficiente, aún falta
reflexionar sobre los significados de lo regisLTado, ver cómo y de cuántas
maneras puede interpretarse lo sucedido.
Lo que a continuación se expone es una serie de reflexiones sobre la
interpretación de los significados de la acción en la práctica docente, a la
cual se considera parte de las prácticas educativas. Desde que usamos el
lenguaje e interactuamos con otros, podemos encontrar un sentido o un
significado a lo que éSlos dicen o hacen, pero la conslrucción de un signi-
ficado es mucho más compleja y dinámica de lo que parece. Como muchos
aUlores que han eSludiado esle lema (Hayakawa 1967, Bresson 1969, Price
1975, KaLZ 1978), más que delenernos en definiciones y conceplos propon-
72 JUAN CAMPECHA NO CQVA RRUBIAS ELEMENTOS PA RA l NTERPRETAR LOS SIGNIFICADOS ... 73

dremos algunas pistas}' dimensiones desde las cua les interpretar las accio- para qué escrib e ese esquema, y siguiendo con el ejemplo diremos que es
nes de la práctica. para que los a lumnos lo copien, lo memoricen y luego puedan responde r
El punto de partida de esta reflexión son las acciones de los individuos, ciertas preguntas o un examen.
que por hacer Ulla primera clasificación pueden suponerse conscientes o Todo lo amcrior, que hasta aqur puede parecer muy general, será
inconscientes, voluntarias o involuntarias, intencionadas o sin intención. retomado más adelante para referirnos a las práclicas educativas. Por otra
Sin embargo. al emplear el verbo educar nos referimos específicamente a pane, entenderemos la interpretación como el proceso que lleva al cono-
una acció n, aun cuando la palab ra también pueda tener funciones de ad- cimiemo del sign ificado o los significados de a lgo, en este caso de las prác-
jetivo (pe rsona edllcada) o sustantivo (educación compensatoria). Rea liza r la ticas. Sólo existe inte rpretación ahr donde a lgo pu ede entenderse de dife-
acción: de ed ucar es ed ucación. Así, la educación cs, en el fondo, una for- rentes mane ras o tien e múltiples sentidos o signifi cados. Si a lgo se capta
ma de acción o un conjunto articu lado de acciones. directamente o tie ne un solo sentido, no hay il1lerpretación. Si existe una
Desde medi ados del siglo pasado y hasta la actualidad, se han desarro- relación de sentido única, directa e inm ediata entre la idea, la palabra re-
ll ado una serie de plantea mientos teóricos que ofrecen elementos para lacionada a la idea y el objeto, cosa, aco ntecimiento, situació n o persona a
comprender la importancia de la acción como categoría conceptual para las que se refiere, entonces no habrá interpretación posible.
ciencias sociales . Las ideas y los conceptos que sustentan este análisis par- En las prácticas educativas, la interpretación puede hace rse e n diver-
ten de los planteamiemos de Schütz (1993, pp . 33-125) Y Luckmann (1996, sos momentos y referirse a diferentes cosas. Nos centraremos en tres as-
pp. 3 1-87). Retomamos aquí tres conceptos relacionados que es imponan- pectos: ] ) las interpretaciones de los intercambios discursivos (ora les y es-
te diferenciar: conducLa, acción y acto. Para Schütz, la conducta se diferencia critos) entre maestros y alumnos, 2) la interpretació n de las acciones y
de la acción en que la primera es de naturaleza automática e inconsciente prácticas ele ambos, y 3) la interpretación del sentido educativo de las prác-
o reactiva, mientras que la segunda es de na turaleza voluntaria, co nscien- ticas qu e éstos reali za n en la escuela y otros ámbitos escolares. Trataremos
te e implica un proyecto de futuro. Por otra parte, el acto es la acció n ya de res ponder a las siguientes preguntas: ¿qué elementos intervie nen en la
terminada. La educación implica, en la mayoría de los casos, prácticas; las imerpretación de los discursos de la clase? ¿Qué as pectos se pueden tomar
acciones se convi erten en prácticas en virtud de la intención o voluntad en cuenta para interpretar el significado de las acciones y prácticas que
de quien reali za la acción y del saber en torno al cual se organizan; en esa ocurren en el salón de clases? ¿Cómo se pueden interpretar las accio n es y
medida, en fun ción del saber qué y del saber cómo, se considera que las las prácticas desde lo educativo?
prácticas son un saber hacer estratégico.
A lo largo de esta exposición emplearemos el término acción para re-
ferirnos a una actividad cua lquiera y singular, mientras que entenderemos I I'\TTE RPRETAR LO QUE SE DICE EN EL SALÓN DE CLASES y EN LA ESCUELA
por práctica una serie de acciones que impliquen una intención, una fina-
lidad, un saber qué y cómo. Por ejemplo: a lguien escribe un garabato, un Comenzaremos este apartado con la recreación d e lo que sucede en una
número de teléfono o el nombre de alguien; eso es una acción. Sin embargo, clase de matemáticas d e los primeros grados en una escuela primaria:
si alguien escribe un dictado, un oficio o un examen, la acción puede es-
tar inscrita e n una prác tica . A menudo también echaremos mano de esta MA ESTRA: ¿Quién m e puede decir qué es una unidad?
analogía: la acción es como una palabra y la prác tica como una oración ALUMNOS: Un parque en donde se juega ...
estructurada adecuadamente y con la intención de decir a lgo. MA ESTRA: Pa ra mí una unidad es esto (muestra un láPiz), una unidad es
Observamos entonces que las acciones se diferencian de las prácticas un objeto. Un objeto, una cosa. (Dirigiéndose a un alumno.) A ver, dime
en por lo me nos dos sentidos: el primero es que las prácticas, a diferencia una unidad.
de las accio nes, implican un saber hacer, tiene n una intención y una fun- ALUMNO: Parque.
ció n espe<fficas; el segundo es que, en la mayo ría de los casos, las prácti- M AESTRA: Dime otra unidad.
cas son una estructura de accio nes relacionadas entre sí. Así, por ejemplo, ALUMNA: Lá piz.
antes de utili zar un esquema un profesor tuvo que considerar un conteni- MA ESTRA: ¿Qué es una decena?
do, resumir sus ideas principales y organizarlas, o bien co pió el esquema ALUMNO: Diez.
de un texto que tuvo que leer previamente. En ambos casos, el docente sabe M AESTRA: ¿Diez qué?
74 JUAN CAMPECHANO COVA RRUBIAS ELEMENTOS PARA INTERPRETAR LOS SIGNIFICADOS ... 75

ALUMNO: Diez parques, diez cosas. ncran, el que habla y el que escucha saben si se interpreta correctamente
(Fragmento de notas de observación de Marfa Érika Cavar rubias lo que se dice.
H ernández) En este sentido, la educación)' el aprendizaje son efeclivos cllando el
alumno se ha apropiado de los significados que se le transmiten, lo cual
La educación puede entenderse como un compartir significados. y uno se verifica con dispositivos como preguntas, escritos, actividades, etc. En
de los medios privilegiados para que el profesor transmita o comunique la práctica cotidiana de los docentes, muchos de los esfuerzos de los niños,
sus significados es el lenguaje oral. El ejemplo anterior ilustra cómo la más que encaminarse a entender el significado de lo que se está diciendo
maestra parle de una palabra, unidad, que para ella significa una cosa y para en torno al contenido o materia de la clase, se dirige a tratar de interpre-
los niños otra. A fOrlunadamerllc, al final los niños logran entender el sen- tar qué quiere el maestro. El significado del conocimiento que se preten-
tido que la maestra le está dando a la palabra como elemento de la dece· de compartir se sacrifica en función de las reglas del salón de clase y el
na y pueden transitar de su noci ón de unidad como parqu e a la de con- contexto se impone a l mensaje.
junto de un solo elemento. Esto, sin embargo, n o siempre sucede. A veces Por tanto, durante el análisis de los registros hay que darles la debida
los maestros no caen en cuenta de que mientras ellos dicen una cosa, los importancia a elementos como los siguientes:
alumnos entienden otra o no entienden ninguna.
En otras ocasiones, los profesores prestan atención a ciertos indicios De acuerdo con lo que se expresa en forma hablada o escrita, ¿hay
sobre la falta de entendimiento por parte de los alum nos y tratan de re· indicios de que los participantes se entienden entre sr? Es necesario
forzar su mensaje. En los intercambios verbales o escritos, las palabras observar las expresiones en sus rostros, las preguntas que hacen, sus
e mpleadas pueden ser difíciles de entender o interpretar. La palabra gato silencios y las secuencias de 10 que se dicen.
puede llevar a pensar en un animal , un insu'umento mecánico o, en se~ti­ ¿El mensaje es adecuado a la situación y el contexto? De no ser así,
do despectivo, un sirviente. Conforme se incluyen palabras en las oraCiO- ¿qué lo explica?
nes se va perdiendo, en la mayoría de los casos, la a mbigüedad o confu- ¿Los que hablan siguen las reglas y las condiciones de intercambio?
sión y se tiene una mejor comprensión del sentido o significado referido. En más de una ocasión los registros revelan contradicciones en ese
Una de las mediaciones más importantes para saber si los alumnos sentido, pues el profesor exige silencio y al mismo tiempo le pide a
están entendiendo son las preguntas. Dentro de la dinámica de pregun- alguien que hable, o se permite la burla entre compai'ieros y se soli-
tas y respuestas, los silencios que siguen a las preguntas directas son fre- cita la participación de cualquiera.
cuentemente un indicador de que los alumnos no están entendiendo.
¿Qué tan atento está el profesor a este proceso? Hay que reconocer que
en muchas ocasiones pasa por alto estas sei1a les: ]NTERPRETAR EL SIGNIFICADO DE LAS ACCIONES Y LAS PRÁCTICAS
QUE OCURREN EN EL SALÓN DE CLASES
El diccionario personal, el cual va elaborando cada persona para en·
tender los sentidos que se les dan a diferentes palabras. No hay un solo sentido o significado verdadero. Si analizamos detenida-
Los diferentes planos de la experiencia de las personas y su contac- mente diferentes circunstancias de la vida cotidiana, llegaremos a la con·
to con otros contextos cultural es, que posibilitan la comprensión de dusión de que hay diversas fOrlnas de interpretar un mismo hecho. Vea-
palabras y expresiones distintas, así como los sentidos con que se mos un pequei10 ejemplo: en un jardín de niños se está trabajando el
usan. proyecto de la caña de azúcar. Al iniciar la clase, la educadora les pregun·
El contexto en que se establece la comunicación (la calle, la iglesia, ta a los niños quién trajo la tarea, que consistió en preguntar a sus papás
la casa de un amigo, una reunión de trabajo, la escuela, el salón de a lgo sobre el tema. Algunos sacan hojas de sus loncheras y se las llevan a
clase: la clase de química). la maestra. Ella las pega con cinta adhesiva en el pizarrón)' se establece la
Las reglas de intercambio que regulan lo correcto e incorrecto de siguiente conversación:
los elementos del discurso.
EDUCADORA: Vamos a ver la tarea de Sonia, en ella dice que de la caña
Por eSlos elementos y por el tipo de diálogos o en unciados que se ge· de azúcar se extrae la ...
76 JUAN CAMPECHANO COVARRUBIAS ELEMENTOS PARA INTERPRETAR LOS SIGNIFI CADOS ... 77

ALUMNOS: ¡Azúcar! (unos pocos ni1ios contest.an). los niños, comienza a hacer preguntas, ignora preguntas, ignora respues-
EDUCADORA: En esta otra di ce que contiene carbohidratos. tas, etcétera.
ALUM NO: ¿Por qué tiene carbohidrí\los? Cuando se busca imerpretar las prácticas educativas es necesario pen-
EDUCADORA : Mmmhh .. . (110 contesta) A ver, díganme qué se saca de la sar en dos tipos de relaciones: unas de orden tem.IJoral y espacial, que se su-
caiia. ceden por ]0 regular en secuencias y momentos bien definidos -llegar,
Alumno: Yo, yo, mire: el ron, la azúcar, el alcohol, los dulces. Los dul- saludar, pasar lista, escribi r en el pizarrón, explicar, pregumar, poner ejer-
ces porque tienen carbohidratos y nos dan energía. cicios en e] pizarrón, etc.-, y otras de orden funcional, que se refieren a l
Educadora: (ignora el comentario. Pasa a ofro tema) (Bugarín y otros 1996, conjunto de acciones que tienen el mismo sentido o significado, y que en mu-
p.70). chos casos pueden ser sustituidas en el orden temporal y espacial adecua-
do sin alterar el significado globa l de la práctica. Por ejemplo, en oca-
Situaciones como ésta surgen todos los dfas en el salón de clases. Dice siones los docentes usan la lista como medio de control: ahí anotan los
Jesús Moslcrín que «La pregunta por la interpretación de ese evento es la retardos y las asistencias, las participaciones buenas o malas, la regulari-
pregunta por el sentido de la acción de que forma pane. La interjJretación dad con que se entregan los trabajos y si se hacen o no los ejercicios. La
de una acción es la respuesta a la preguTlta por el sentido de esa acción.. (MoslerÍn lógica es que en la lista se controlan los puntos buenos y los puntos ma-
1978, p. 186). los. Los alumnos saben que al tomar la lista en sus manos, el maestro dis-
Uno de los posibles procedimiemos para buscar imerprelaciones sería tribuirá o restará puntos. Esto se repetirá en cualquier momemo de la clase
el siguiente: cuando el docente camine con la lista entre las filas. Para otros profeso-
res, en cambio, la lista será un elemento impuesto por la institución, mien-
a) Realizar varios registros para detectar cuáles elementos se repiten y tras que para otros no tendrá ningún va lor e n el proceso educativo.
cuáles ocurren eventualmente en el salón de clase. La educadora quizá di- En el enunciado «El hombre camina por el parque» la palabra hombre
rige el canto de saludo, pide a los niños que coloquen el solo la nube en puede sustituirse por niño, profesor O joven sin que cambie mucho el senti-
el cartel del clima, les solicita que entreguen la tarea y pega las hojas en el do del enu nciado; de igual manera, camina puede cambiarse por una pa-
pizarrón con cinta adhesiva. Puede también comenzar a preguntar, o pro- labra que tenga la misma función, como corre, cOJlle o pasea. Estableciendo
nunciar palabras o frases incompletas para que los alumnos las comple- una analogía con el enunciado anterior, en la práctica es importante pre-
ten a coro, pero es necesario averiguar si todas éstas son acciones aisladas guntarse por los elementos que cumplen la misma función. Otra forma de
o se repiten en cada clase. deteclar las diferentes funciones es considerar los resultados o consecuen-
b) Cuando se analiza un discurso, una palabra remite a un sentido; esa cias que tienen las acciones que realizan tanto el docente como los alum-
misma palabra en una oración o enunciado nos da otro, y la oración en nos, es decir, observar si cambiando una acción o serie de acciones que
un discurso nos da un signincado de Olro nivel. De la misma manera, las realizan el profesor o los niii.os se obtiene el mismo significado global de
acciones de la práctica educativa poddan interpretarse a partir de la clasi- lo que está pasando en el salón de clases. Así se comprende que existen
ficación o el registro de la frecuencia en que se presentan ciertos verbos diversas acciones cuya finalidad es «controlar), lo .que pasa en el salón de
(por ejemplo: preguntar, explicar, decir, borrar. escribir, etc.), pero estas pala- clases, ya sea que se manifiesten como amenaza de reporte, llamado de
bras dentro de un enunciado cobran otra dimensión. Así, por ejemplo, un atención, resta de puntos en la calificación, etcétera.
niflO le muestra su trabajo a la educadora, quien le pregunta «¿Qué más c) Los elementos constitutivos de una práctica, en su individualidad y
le puedes poner?. en lugar de decir .c¿De qué es este trabajo?» En el pri- en sus relaciones. establecerán indicadores de significado que permiten
mer caso, la pregunta puede propiciar que el niiío mejore o incorpore algo interpretarlos. En el ejemplo del que partimos se pueden plantear, entre
nuevo, pero el segundo enunciado permite interpretar que a juicio de la otras, las sig uientes preguntas: ¿qué significado tiene en la práctica docente
educadora lo que el niño le presenta no I iene sentido, por 10 que le pide de esta educadora la tarea? ¿Qué significado o sentido tiene que ignore las
más información para saber lo que hizo. Los enunciados, a su vez, pueden preguntas de algunos nii'ios? ¿Qué sentido tiene para esa práctica que se
ser solidarios relacionándose con otros para dotar de signincado a un frag- formulen preguntas y palabras incompletas? ¿Qué implica que se dejen
mento ma)'or, como en el ejemplo del principio, en el que la educadora tareas en este grupo de preescolar? En los contextos escolares, cuando se
pregunta quién trajo la tarea, pega en el pizarrón las hojas que recibe de habla de la .. tarea .. se entiende un trabajo escolar que debe realizarse en
78 JUAN CAMPECHANO COY.". RRUBlAS ELEMENTOS PARA INTERPRETAR LOS SIGNIFICADOS ... 79

casa. La larea se rclacioll3 después con otras acciones: recoger hojas, revi· En síntesis, para interpretar las acciones de las prácticas que pretenden
sarlas, preguntar sobre su contenido, etc. Si cuando la maestra pregunta ser educativas debe dClcnninarsc en primer lugar cuáles acciones son cons-
quién trajo la larea se desprenden acciones derivadas, conforme vayan titutivas de las prácticas y cuáles son circunstanciales. En segundo lugar,
apareciendo elementos relacionados se \'crá la importancia que dicha acti- las acciones siempre tienen un orden temporo-espacial y una funcionali-
vidad tiene en esa práctica. En este ejemplo, si bien la Larea tiene un pa- dad, como se desprende de lo que SChÜLZ llama -acto proyectado. , relacio-
pe] protagónico, se derivan de ella algunas operaciones que nos llevan a nado con el resultado final que imenciona la acción en la mente del suje-
interpretaciones diversas, CIlLre cllas las siguientes: to, del docente en este caso. En tercer lugar, el significado que ha de
extraerse será el referido a la articulación de las acciones en las prácticas
UsuahnenlC en los jardines de nhios no se dejan tareas (01110 en el a fin de determinar si dicha articulación logra realizar la inlencionalidad
ejemplo. Por lo regular, lo que piden las educadoras son materiales del docente. Si el docente quiere callar con ciertas acciones a Jos niñ os (alzar
diversos que se usarán en la actividad del día siguiente y que a mu- la voz, amenazar, ca ntar, ClC.) y no los calla, que aprendan a resolver pro-
chos niilos se les olvidan. Se puede considerar poco frecuente en- blemas y no los resuelven, o que comprendan lo que leen y no lo compren-
C011lrar un a educadora de preescolar que deje tareas. den, las acciones pueden remitirnos a otras interpretaciones y significados
La educadora deja oraciones o frases incompletas para que los nii1.os no necesariamente relacionados con lo educativo.
las concluyan. Esto se relaciona con dinámicas escolares en las que a
los a lumnos se les dan pistas para que hagan o digan 10 que los maes-
tros quieren como un método para enseilar)' aprender cosas. I NTERPRETAR LAS ACCIONES Y L.o\S PRÁCTICAS DESDE LO EDUCATIVO
La educadora g uarda silencio ame cierLas preguntas de los niños,
de lo que puede inferirse que desconoce la respuesta o bien consi- Nos acercamos a las acciones y las prácticas desde diferentes supuestos de
dera que el niJio no podrá entender su respuesta. lo que es lo educativo. Un docente puede considerar que el pasar lista o
La maestra ignGra algunas participaciones o respuestas de los nilios, exigir que las a lumnas traigan las tobilleras del uniforme es educativo; mien-
ya sea porque no las considera apropiadas para la dinámica de la tras que otro supone que exponiendo, haciendo ejercicios o revisando ta-
clase, porque considera que los niJios sólo dicen cosas por decir, o reas se da lo educa tivo. Hay un amplio debate sobre qué es lo educativo,
porque no puede agregar nada más a lo que ellos dicen. En el tra- pero hay que diferenciar entre educar y que alg uien aprenda algo, ya que
bajo de revisión posterior se pueden encontrar elementos que reafir- el alumno puede aprender po r el docente, con el docente e incluso a pe-
men o echen por tierra estas afirmaciones. sar del doceme.
Suponiendo que estos procedimientos son recurrentes en la prácti- El apre ndi zaje se da a través de la educación sólo en la medida en que
ca de esta educadora, podrfa establecerse que: 1) no prepara el de- alguien intencionadameme realiza acciones para que ou'o conozca cosas
san'ollo de los temas que deja de tarea a sus alumnos)' 2) descono- nuevas, pueda hacer algo que no podía hacer o cambie lo que quiere o sien-
ce los contenidos mínimos del tema y prefiere ignorar las preguntas te. H ay quien cree que por el solo hecho de pensar, planear y desarrollar
y participaciones de los niños. A partir de este momento se estable- lo planeado está educando, pero está demostrado que muchas veces lo que
cerían otros dispositivos metodológicos para verificar estas suposi- planeamos y hacemos nos conduce a resultados que no esperábamos. En
ciones o refutarlas remitiéndose a alfas registros o datos. otras ocasiones, los docentes llevan a cabo acciones en los salones de cla-
se que no tienen ninguna intención educativa, como perder el tiempo, te-
En otras ocasiones, un docente puede realizar acciones de las que no ner clientes cautivos para los negocios escolares, etcétera.
es muy consciente . Por ejemplo, en un grupo con a lumnos de orígenes A I educar, debemos tener pleno conocimiento de que nuestras accio-
diversos (estudiantes de mecánica, de qufmica, de electrónica), el profesor nes y sus resultados están contenidos en las imenciones que los originaron.
sólo atiende a una parte del grupo. Cuando se le hace esta observación, Mediante este g ran supuesto se puede interpretar todo lo que se hace en
puede caer en la cuenta de que atiende más a los estudiantes de química y el aula. Todas las acciones que realizan a lumnos y maestros tienen ciertas
electrónica porque los considera ((más inteligentes» y cree que son los que consecuencias; exponer, preguntar, dar palabras y frases incompletas para
«necesitarán más los conocimienlos», mientras que los de mecánica «son que los alumnos las completen o hacer planas de algo conduce a ciertos
más lentos y h<\rán principalmente actividades manuales». resultados. Esto nos ll eva a preguntarnos: con lo que hi ce, ¿qué aprend ie·
80 JUAN CAMPECHANO CO\~"RRUBIAS ELEMENTOS PARA INTERPRETAR LOS SIGNIFICADOS ... 81

rOIl los alumnos? ¿Cómo puedo evidenciarlo? la relación entre el preguntar y la explicación, o entre la exposición, las
Con base en lo expuesto hasta aquí, y volviendo al ejemplo anterior, preguntas y la explicación, revestirá diferentes sentidos, al igual que obser-
nos preguntamos si la educadora tendría elementos para decir qué luvO de var esa práctica en una secuencia global de acciones.
educativa su práctica. Insistimos en que las cosas pueden interpretarse en Un segundo aspecto se refiere al aparato conceptual que le permite al
diferentes niveles y desde diferentes dimensiones. Puede interpretarse la docente explicarse y comprender los elememos presentes en esa práctica.
relación afectiva que se da entre el maestro)' los alumnos, las operaciones Esto se relaciona con el conjunto de referentes de ideas del sentido común
psicológicas que constituyen dicho vínculo, las relaciones de poder y su o de teorías a las cuales recurren los docentes para explicarse lo que está
ejercicio dentro del salón de clase, todo ello en función de si produce o pasando. Puede argumentarse que los alumnos salieron reprobados en el
no cambios educativos. examen de física porque son flojos, desobligados, lerdos, etc., pero a ve-
Existen significados derivados de las acciones y de los discursos que se ces, delrás de eso se oculta un desconocimiento de los procesos cognosci-
generan en el salón de clases. Un nivel de interpretación gira en torno al tivos que siguen los alumnos para resolver un problema de física, de los
sentido que tiene para los actores preguntar, fingir estar leyendo, copiar procedimientos didácticos más apropiados para que aprendan a resolver
las tareas, no revisarlas o castigar, pero otro nivel es definir si los cas tigos, los problemas, o de la estructura adecuada para presentar el contenido
las lecturas y las preguntas llevaron a los resultados educativos esperados según c6mo so n y qué saben estos alumnos. Los docentes quieren enseñar
o pensados. la comprensi6n de la lectura. pero no lo lograrán si desconocen las estruc-
Los docentes pasan diferentes periodos dentro de los salones de clase turas psicolingüíslicas que operan para comprender lo que se lee y 10 que
yen las instituciones escolares, y en ese tiempo pasan muchas cosas . Exis- pueden hacer los alumnos para lograrlo. Una heITamienta para atribuir
ten diferentes acciones que no llegan al plano de la conciencia de profeso- significados a lo que pasa dentro del salón de clase es contar con referen-
res y alumnos; mientras que otras constituyen aco ntecimientos que forma- tes te6ricos adecuados.
rán parte de la historia personal de los protagonistas. del gr upo escolar o Un tercer y último punto es que, pese a que la dinámica de las escue-
de la ins titución. De igual manera, en las prácticas educativas aparecen las pudiera parecer más o menos la misma, una observación más detalla-
elementos de diferente índole que afectan los resultados educativos que se da descubre importantes matices en la vida cotidiana de cada escuela. Cons-
pretenden obtener. Hay docentes que se esfuerza n honestamente por pre- lruir el contexto en diferentes niveles (el sa lón de clase, la escuela,la colonia,
parar una clase lo mejor posible, pero la dinámica que se establece entre la comunidad) ofrece elementos para explicar aspectos de la práctica que
maesu'o y alumnos impide que ésta se desarrolle con fluidez y que los alum- de otra forma no podríamos entender. Todo esto será importante para com-
nos aprendan. Otras veces, la ignorancia de los profesores se ve enc ubier- prender la práctica educativa antes de pretender u·ansformarla. No se puede
ta por poses autoritarias con los alumnos, o también puede darse el caso de interpretar a partir de la nada; interpretamos en función de los elementos
que los alumnos se vuelvan cómplices del maestro en consumir elliempo apropiados del sistema cultural en el que estamos integrados. De este modo.
de la clase en actividades que no tienen nada que ver con el contenido dis- asignar los significados de las acciones y las prácticas educativas se rela-
ciplinar propuesto. ciona necesariamente con el conocimiento del desarrollo y término de la s
Existen diversas limitantes para establecer los diferentes significados de acciones que consideramos que educan, así como con las intenciones ex-
lo educativo en las prácticas de los docentes. Un primer elemento se refie- plícitas e implícitas que los actores les atribuyen,
re a la capacidad del docente de tener una visión globa l de la práctica, un
conocimiento tanto del todo como de las partes que lo componen. Regre-
sando a la ana logía que se estableció al principio, al estar leyendo un cuento CONCLUSIONES
no es 10 mismo leer una palabra, un enunciado, un párrafo, un capítulo o
todo el texto; lo que se entiende al integrar cada una de las partes es dife-
Este lrabajo partió de una gran analogía al considerar que existen relacio-
rente en cada nivel. En el caso de la práctica docente, las acciones del pro-
nes entre el lenguaje y las prácticas educativas. Algunas de las ideas expues-
fesor pueden integrarse en estructuras más complejas que ofrecen niveles tas fueron:
de significados diferentes, de tal manera que podemos analizar el sentido
de las preguntas, la exposición, el trabajo en equipo, el manejo de las es-
La práctica educativa y las acciones que la conforman se pueden
trategias para pedir silencio o manlener la atención de los alumnos, pero
pensar como el análisis del significado de un texto. Asf como en el
82 JUAN CAMPEC HANO COVARRUBtAS
ELEMEl\
3
texto las palabra s. las oracion es y los discurs os permit en diferen
tes BUGARfN LórEz, l., y otros, Los procesos metodológicos en los docentes
de preescolar y pri-
niveles de interpr etación y signific ado. en la práctic a las accione maria, tesis de maestría , Guadala jara, Cenlro de Investig aciones Pedagó
s, gicas
la relació n entre las acciones y las relacio nes entre los segmen tos con y Sociales, J 996.
una misma función tienen diferen tes niveles de signific ación. BULI-IER, K., Teon"a de la expresión, Madrid , Alianza EdilOria l, 1980.
Al analiza r se debe tomar en cuenta la función de los elemen tos EOWARDS, D., y N. MERCER, El conocimiento compartido, Barcelo na,
en Paidós / ME.e, 1994.
la estruct ura y las relacio nes espacio -tempo rales (cuánd o y dónde) CIDDENS, A., y otros, La leon"a social, hoy, México , Alianza / Consejo
Naciona l para
y funci ona les (para qué) que dichos elemen tos estable cen entre sr. la CulLura y las Arres, 1990.
En la práctic a docent e o educativa, cada elemen to tiene indicad ores CREGORY, M., y S. CARROLL, Letlguaje y situación, México , Fondo
de CulLura Eco·
de signific ado específicos. Asimismo, las secuen cias de accione s nómica , 1986.
re- LUCK~l.o\ NN, T., Teon"a de la acción Jocia~ Barcelo na,
Paidós, 1996.
miten a sentido s específicos que permit en entend erlas. Asf como
la MILLER, G. A. (comp.) , Nuevas dimensiones en la psicología y la
commlicacióll, Méxi-
ambigü edad se va elimina ndo al ir conoci endo más elemen tos
del co, Editore s Asociad os, 1978.
discurs o, conoce r y relacio nar más elemen tos de la práctic a permi- Pl.o\GET,j.. Yotros, hllroducc;ón a la psicolingüíslica, Buenos Aires,
Proteo, 1969.
te entend erla mejor y conoce r los signific ados que compo na. PUTN/l.M, H., El sigllificado de «significado .., México, Univers idad
Naciona l Autóno -
El contex to permit e estable cer referen tes que remiten a la pertine ma de México , 1984.
n"
cia o no del signific ado de las accione s y de otros signific ados refe- RICCEUR, P., El disC1lrso de la acción, Madrid, Cáledra , 1988.
ridos. SCHÚTZ, A., La conslrucción significativa del mundo social. Barcelo
na, Paidós. ] 993.
Al interpr etar las práctic as como educati vas, cualqu ier enfoqu e VALOts VILLANUEVA, L. (comp.) , La búsqueda del significado, Madrid,
Tecnos- Univer-
ad- si dad de Murcia, 1990.
quiere una dimens ión y finalid ad específ ica; por tanto, aun cuando
WEBER, M., Ensa)'os sobre metodología sociológica, Buenos Aires,
se analice la acción y la práctica desde el punto de vista psicoló gico, Amorro rtu, 1993.
ético, político o económ ico, los cambio s o transfo rmacio nes que
se
quieran operar en el pensar, hacer y querer del otro estarán en fun-
ción de la relació n educati va, es decir, de los aprend izajes que gene-
raron o propici aron.
Diferen tes elemen tos pueden facilita r u obstacu lizar el acercam ien-
to a los signific ados de la práctic a educati va, entre ellos el conjun
to
de experie ncias y vivencias que el docent e tenga de las práctic
as
educati vas, el tipo de formac ión teórico -conce ptual que soporl
e y
oriente la explica ción de lo que aconte ce en el salón de clase y
el
conoci miento que se vaya constru yendo de dicha práctic a.
Sólo compr endien do el signific ado de lo que pasa en la práctic
a
educati va se puede derivar un proces o de interve nción que lleve
ra-
cionalm ente a resulta dos educati vos.

BIBLlOG RAFfA

BRESSON , F., «La sig nificaci ón., e nJ . Piagct y Olros, Introducción


a la psicolingiiísti·
ca, Buenos Aires, Proleo, 1969, pp. 17-50.
BRUNER, j., Realidad mental )' mundos posibles, Barcelo na, Gedisa,
1988.
- - - , Actos de significado. Más allá de la revolución cognitiva, Madrid
, Alianza Edi-
torial, 1991.
BRUNER, j., y H . HASTE (comps. ), La elaboración dtl sentido, Barcelo
na, Paidós, 1990.

También podría gustarte