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CAPITULO III
ARTE DE OCCIDENTE
A. ARTE DE GRECIA
Los griegos confeccionaban sus vestidos con, el lino, la lana y las pieles. Las prendas del
vestido de los hombres y de las mujeres se llamaban chitón. Los guerreros llevaban
pantalones y otros jalecos con medias mangas. El traje civil se simplificó en tiempo de las
guerras médicas. El chitón era una especie de blusa larga, sin mangas, recogida en la
cintura por medio de un cinturón, que llegaba a la rodilla y muy a menudo a los pies.
Túnica
Un elemento común de la ropa para hombres y mujeres era la túnica, una túnica cosida que
bien podría ser sin mangas o con mangas cortas. La túnica podría estar hecha de lino o lana y
puede variar en longitud desde encima de la rodilla al tobillo. Aunque tanto hombres como
mujeres podían llevar túnicas hasta los tobillos, la túnica larga fue usada habitualmente por las
mujeres y la corta por los hombres. Algunas túnicas podría ser incluso más largas, siendo
arrastradas por el suelo.
Peplos
Los peplos, usados por mujeres, era un tubo de tela desgastada con la parte superior doblada
hacia abajo para colocar sobre la parte superior del cuerpo. Se sujeta a los hombros con
alfileres o broches. También podría estar atrapado bajo el brazo para crear una sisa. El lado
abierto de la prenda pudo haber quedado abierta; alternativamente, podía ser cosido o fijado
para formar una costura. En Atenas, un peplo sagrado se tejió cada año para una estatua de
la diosa Atenea.
Himatión y clámide
El himatión era un manto rectangular de paño de lana. Fue usado por lo general sobre la
túnica. El himatión también podía a veces ser usado sin la túnica. En este caso, se lo llama a
veces achitón. La clámide era una corta capa de lana usada por los hombres. Se ponía sobre
otras prendas o sola. Cuando se usaba sola, era asociada con los mensajeros u otras
personas que necesitaban moverse rápido. Hermes, el mensajero de los dioses, se
representa vestido con una clámide.
Accesorios y calzado
Tanto hombres como mujeres usaban botas de cuero o sandalias. Los cinturones podían ser
usados a menudo muy arriba en el torso. Los cinturones podían ser anchos o estrechos. La
correa ancha se llamaba zoster, mientras que la cinta más estrecha se llamaba zona. Los
hombres a veces llevaban un sombrero de ala ancha llamado petasos. Los sombreros eran
mucho menos frecuentes para las mujeres, que solían usar coronas de ala ancha y coronas
con picos altos. En clima frío, las mujeres podían usar un chal de lana pesado llamado
epiblema.
Solían vestir el peplo. El peplo dórico era un trozo rectangular de tejido de lana, según salía
del telar. Se sujetaba con fíbulas sobre los hombros, dejando un lateral abierto y un doblez
que formaba una sobrefalda que caía sobre el pecho y la espalda. Un cinturón servía para
ceñir la prenda a la cintura y ajustar el largo del vestido.
El peplo jónico o quitón, usado por las mujeres de clase social alta, se confeccionaba con lino;
iba cosido y solía estar finamente bordado. Consistía en una pieza rectangular que se
ajustaba con dos cinturones: uno en la cintura y otro en la cadera para ajustar el largo.
Sobre el peplo se usaban varios tipos de manto, siendo el más usual el himation, pieza
también usada por los hombres, muy larga, de lana y de forma casi circular.
Las mujeres griegas y romanas usaban ropa interior, el subligar, una especie de taparrabos y
una banda de tela o piel para sujetar el pecho llamada fascia pectoralis.
El calzado era muy caro. Se sabe que los zapatos eran iguales para los dos pies y que el de
las mujeres no se diferenciaba mucho de los que llevaban los hombres: en invierno era
cerrado o zuecos para la lluvia y en verano sandalias, soleae, con la suela de cuero, madera o
cuerda sujeta con correas.
Las mujeres griegas usaban tacones: una pieza entre el talón y la suela del zapato.
Indumentaria masculina.
LLevan trajes complicados, cuerpos de vestido ajustados, con mangas huecas y faldas
plegadas, los pliegues eran pequeños, abultados a veces y a veces adornados con volantes
realzados con dibujos o con bordados. El corpiño, abierto hasta el talle, se ata debajo de los
senos y a veces se compone de una camisola transparente sobre la que se ensarta un corto
bolero. Los antebrazos están siempre desnudos y las mangas son, unas veces, ceñidas, y
otras veces, ahuecadas. El chitón de las mujeres formaba, por lo largo y ancho que era, una
verdadera falda flotante ceñida en la cintura. Esa falda era unas veces de lana y caía
formando grandes pliegues, otras de lino. Para salir, se envolvía la mujer en un himatión, más
amplío y de tela más flexible. Los trajes más comunes eran de lana blanca con franjas de
color. Las joyas son muy lujosas: anillos, pulseras y collares llevan indistintamente hombres y
mujeres, que usan, además, alfileres para los cabellos, espirales en filigrana de oro que se
mezclan con los rizos, peines, afeites, cabellos postizos, anillos de oro por los que se pasan
las trenzas, diademas y pendientes. Las mujeres se depilaban con el candil o por medio de
pastas especiales, también utilizaban navajas.
TRAJE MILITAR:
Los hoplitas, que llevan una coraza de escamas metálicas, cosidas o recamadas. Esta coraza
se detiene en el cinturón y se prolonga con lambrequines. Las piernas se protegen con los
cnémides, de bronce y los pies se calzan con crépides. La espada de dos filos, provista de
una empuñadura de bronce se acompaña con una vaina de madera forrada de cuero y
reforzada con armazones de bronce; se cuelga de un tahalí de cuero pasado debajo del
cinturón. El casco beocio tiene mejillas fijas, un nasal y una cimera con penacho, el
escudo redondo, realzado con placas de bronce, es de un peso considerable. El soldado de
caballería, sobre la túnica de lana viste un jubón de cuero prolongado por una doble fila de
lambrequines, unas hombreras de cuero cubren el nacimiento de los brazos. El casco dorio
se caracteriza por una gran visera que desciende muy baja, el casco ático lleva
guarda-mejillas, y un nasal.
Las niñas en Atenas solían vestirse con un quitón largo y ceñido con un cinturón; mientras
que en Esparta, aunque iban vestidas, llevaban un simple himation o un quitón corto, abierto
por el costado.
Indumentaria militar
Los soldados griegos solían llevar una larga túnica que terminaba en pliegues simétricos y
sobre ella, una coraza para el tronco formada por tiras de cuero con piezas metálicas o bien
por solo dos piezas (peto y espaldar) que cubrían el pecho y la espalda y se unían con tiras
metálicas o correas sobre los hombros mientras que la parte delantera de las piernas se
defendía con lascnémides o canilleras. Para resguardo de la cabeza sirvió el casco de
variadas formas, alcanzando mayor perfección el beocio, compuesto de visera y apéndice
nasal por delante, cubrenuca por detrás y yugulares o apéndices para defender el cuello por
los lados.
B. ROMA
MUJER ROMANA
Las mujeres romanas llevaban además una túnica, subucula, como ropa interior. Eran dos
piezas de tela cosidas que llegaban hasta los pies, con la que incluso dormían.
Este era el único vestido que llevaban las esclavas.
Las patricias llevaba sobre la túnica la stola, similar al peplo dórico griego, que solía estar
decorado con cenefas y adornos, y tintado en diversos colores.
En público se cubrían la cabeza con un manto llamado palla, normalmente de forma
rectangular.
HOMBRE ROMANO
En todo el mundo antiguo la diferencia de materiales y la calidad de los tejidos marcaba las
diferencias sociales.
En Roma, además, el modo de vestir marcaba el estatus del hombre, su cargo político y su
clase social.
A diferencia de los griegos, los romanos llevaban ropa interior: el subligar, una especie de
calzoncillos, y la subucula, túnica fina usada a modo de camiseta.
Sobre estas ropas el hombre romano llevaba la túnica y la toga.
La túnica era un vestido formado por dos piezas de tela cosidas y ceñido con un cinturón, que
solía llegar hasta las rodillas.
La del ciudadano común era lisa, sin adornos, mientras que los cargos públicos la llevaban
decorada con una franja de púrpura, el clavus.
La angusticlavia identificaba al caballero.
La laticlavia era propia de senadores y altos magistrados.
La toga era el traje oficial romano, y no podían vestirla los extranjeros ni quien había perdido
el derecho de ciudadanía.
Era una gran pieza de lana de forma elíptica (4’70 m x 2’75 m aprox.) y su colocación era muy
complicada, con una serie de pliegues en la parte baja de la cintura (sinus) y otros por la parte
de arriba (nudus o umbus).
Según el ornamento, la toga se llamaba de diferente forma:
Pura: de un solo color, blanco o crema, usada por el ciudadano común
Praetexta: con una franja de color púrpura de diferente anchura según la dignidad de
quien la llevara. La usaban los magistrados y los niños y niñas menores de 16 años.
Candida: totalmente blanca, característica de los “candidatos” a las magistraturas.
Pulla: de color marrón, gris o negra, propia del luto.
Picta o palmata: de color púrpura y decorada con oro, es la toga que llevaban los
generales en los desfiles de triunfo.
Trabea: de diferentes colores con franjas púrpura, la llevaban los augures,
sacerdotes encargados de predecir el futuro.
El calzado se adecuaba al clima y la actividad:
Soleae: sandalias para usar en casa o cuando hacía buen tiempo.
Socci: zuecos para la lluvia o en las termas.
Calcei: zapatos cerrados para grandes ocasiones y cuando se vestía la toga.
Caligae: sandalias altas propias de los soldados.
Cuando nacían los bebés eran fajados, para que sus miembros crecieran rectos y
armoniosos.
Cuando la edad lo permitía, los pañales eran sustituidos por el subligar, sobre el que podían
ponerse los siguientes vestidos:
La tunica recta: pieza rectangular cosida por ambos lados y con aberturas para
la cabeza y los brazos, adornada normalmente con un ribete alrededor. A veces
lo ceñían con un cingulum.
Cuando el niño entraba en la edad adulta, en torno a los 16 años, dejaba la bulla y sus
juguetes y pasaba a vestirse con la tunica pura.
La toga: adornada con una franja de color púrpura (toga praetexta). Esta prenda resultaba
muy incómoda y solo se utilizaba en las grandes ocasiones.
Las niñas romanas vestían una sencilla túnica ajustada por un cinturón, y se cubrían con
otra que llegaba hasta los pies cuando salían a la calle. También usaban otros tipos de manto
para guarecerse de la lluvia.
CAPITULO IV
EDAD MEDIA
Los tejidos de punto y malla son característicos de esta nueva etapa, conocida como Edad
Media, que se inicia en el año 476.
La modestia y el pudor de los cristianos por una parte, la invasión de los bárbaros después y
la influencia del imperio bizantino en seguida determinaron el cambio del traje en Occidente
desde los primeros siglos de la Edad Media de siguiendo por entonces con el fondo romano.
Cesó por completo el uso de la toga ya casi olvidada (salvo para algunos actos oficiales)
después de el siglo de Augusto. Se usaron más las bragas (especie de pantalones)
tomándolas de los bárbaros y ellas o las calzas se llevaban muy sujetas desde el tobillo a la
rodilla por medio de correas entrelazadas. Se adoptaron asimismo las calzas, a menudo
confundidas con las bragas pero que se diferenciaban de éstas en ser como nuestras medias
pero de paño o de cuero y por lo general muy elevadas y de variados tamaños.
Las túnicas siguieron usándose cortas sobre las bragas o calzas pero con mangas. En
cambio, las capas o mantos eran más amplios en uno u otro sexo y las mujeres las llevaban
sobre túnicas talares. Se usaban también las clámides como en la época romana.
La túnica o vestimenta con que aparecen cubiertas suele ofrecer pliegues rectos y paralelos,
casi verticales. Pero el manto o capa los presentan más movidos y se recoge sobre el brazo
izquierdo de la figura. El continente de las personas se ostenta siempre majestuoso, tranquilo
y honesto; su mirada, de frente o a la derecha del espectador; sus ojos, grandes y abiertos;
sus pies, pequeños o estrechos y terminados en punta.
Algunos tocados:En su mayoría armados con base de alambre y velo por encima.
La escarcela, accesorio que se colocaba en el cinturón.
La Hopalanda pude ser una prenda masculina como femenina. En el caso de los hombres se
podía llevar corta.
El jubón fue una de las prendas más importantes de la época, se verá en todo su esplendor
durante el renacimiento.
Las calzas se llevaban en un principio hasta el muslo y sostenidas al jubón. Luego se
implementa la bragueta para poder llevarles con el talle más alto
Distintos nombres para un mismo accesorio: el secreto está en la forma de colocarlo en la
cabeza.
Existía una reglamentación para el vestuario, dónde estaba exactamente fijado como cada
persona dependiendo de que nivel pertenecía, le era permitido vestirse.
Tan solo al llegar la edad media alta, cuando muchos nobles se encontraron ante una crisis
económica, mientras que muchos campesinos se habían enriquecido, éstos comenzaron a
rebelarse contra las ordenes.
Ahora también se vestían lujosamente e imitaron el estilo de la nobleza, a menudo tan solo
para burlarse de los nobles.
El vestuario de la población rural era simple y sobre todo cómodo. No era moderno, si no
simplemente funcional y sobre todo no podía dificultar el trabajo duro en el campo.
El vestuario cada vez era más alegre y colorido. Las prendas se teñían de dos o más colores
y varias estrategias como la de las aberturas, que permitía observar el forro interno de la ropa
de un color contrastante al superior.
Las mujeres llevaban diademas hechas de piedras, flores, hojas o tela. Las casadas llevaban
debajo del mismo un velo y las doncellas y solteras llevaban el diadema encima de su pelo
largo y suelto o encima de sus trenzas.
Lo primero que se ponían: los calzones. Esta era una prenda fabricada con lino o lana, la cual
iba anudada a las rodillas y sujeta a la cintura mediante un cordón o un cíngulo de cuero de
poca anchura.
A continuación se vestían las calzas. Esta prenda podía estar fabricada con los mismos
materiales que los calzones o bien con un cuero fino. Iban sujetas mediante unos cordones al
cíngulo de dichos calzones solo por la parte delantera. Las calzas, dependiendo de los gustos
de su usuario, podían ir provistas de suelas de cuero, con lo que actuaban al mismo tiempo
como zapatos, o ser como unos calcetines actuales, con lo que debían usar zapatos o bien las
suelas de las calzas de malla, dependiendo si las llevaban o no. Estas calzas quedaban muy
ajustadas a las piernas, siendo visibles cuando se vestía ropa civil.
Lo siguiente eran las calzas de malla que, como se ve en la ilustración, eran similares a las de
tela o cuero que portaba bajo las mismas. La sujeción era idéntica: mediante unos cordones
anudados al cíngulo que sujetaban los calzones.
Una vez terminadas de vestir las piernas, el caballero se ponía la camisa, la cual era una
prenda de lino o lana de manga larga que llegaba por debajo de las caderas. Los puños y el
cuello se ajustaban mediante cordones o cintas. Sobre la misma se vestía el perpunte, una
prenda de tela basta rellena de crin o estopa muy prensada que se pespunteaba a lo largo o
formando cuadrados. Esta prenda, debido a la flexibilidad de las lórigas, amortiguaban los
golpes propinados con armas contundentes como mazas, mayales, etc.
A continuación se vestía la camisa de malla la cual podía ser de una sola pieza, o sea, con el
almófar formando parte de la misma, o con esta pieza aparte. La lóriga no iba provista de
cierres, por lo que debía vestirse por la cabeza. Teniendo en cuenta su peso, de alrededor de
los 20 ó 25 kilos, era necesaria la ayuda del escudero para vestirla. Podían ser de mangas
cortas o largas, dependiendo de los gustos o las posibilidades económicas del dueño (a más
completa, más cara). Podían llegar hasta las muñecas o disponer de manoplas.
En cuanto al almófar, ya fuese formando parte integrante de la camisa o una pieza aparte,
había algunas diferencias.
Falta la cota de placas, elemento que servía para aumentar aún más la protección y que
consistía en una sobreveste fabricada de una sola pieza con cuero o paño en cuyo interior se
disponían placas metálicas remachadas a la misma.
El peso que debían soportar no era nada desdeñable ya que todas las prendas enumeradas
podían superar tranquilamente los 30 kilos de peso, a los que habría que añadir los alrededor
de 2 kg. del yelmo, el escudo y las armas. Y a pesar de todo, estos hombres se movían con
una agilidad prodigiosa, siendo totalmente erróneo ese concepto de que eran poco menos que
tortugas que, si caían al suelo, no podían ni levantarse.
Calzado medieval:
El calzado era de piel, y reforzaban la suela con cuero cosido.
En ocasiones, los caballeros remachaban sus botas de montar con clavos, para tener mayor
adherencia en el suelo durante las luchas.
La moda masculina fue determinando que la punta de los zapatos se fuera estilizando y
alargando cada vez más; algunos llegaron a tener puntas de 18 pulgadas, que entonces se
doblaban hacia arriba y se amarraban al tobillo.
Los campesinos utilizaban sandalias tejidas con fibras naturales. En ocasiones, en las mismas
calzas (ropa interior) se cosían unas plantillas de cuero endurecido.
Las puntas de los zapatos eran muy puntiagudas, y ya se aprecia la moda y estilo del calzado
en este siglo, con varios modelos diferentes de zapato, botines, sandalias.
Las mujeres se ponen medias de seda o lana.
El zapato puntiagudo, tiene un empeine sujeto con hebillas y cordones, fue el zapato
característico del último tercio de la edad media.
A principios del siglo XIII, el calzado masculino adopta tres formas principales: botas de cuero
que llegan hasta la rodilla, los típicos zapatos a la altura del tobillo, y la todavía inusual, pero
práctica, innovación de combinar las calzas con una suela de cuero, haciendo innecesarios
los zapato
Cinturon de castidad:
Los hombres y mujeres de la clase media utilizaban prendas con mangas desmontables o
con doble manga, una estrecha sujeta a la prenda interior, y otra mas amplia sujeta al
cuerpo del vestido, permitiendo de esta manera cambiar el aspecto de una prenda.
Otra característica importante del traje renacentista eran las agujetas, se usaban para
sujetar las calzas a la cintura del jubón, o las mangas desmontables a la sisa de un jubón
o un cuerpo. Las agujetas generaban suntuosidad en el vestido.
En Inglaterra se popularizó el uso del pañuelo y el abanico, elemento traído por Cristobal
Colón de regreso en 1496 de su segundo viaje, regalo a Isabél de Castilla, comenzaron a
ser el complemento ideal para los suntuosos trajes; las mujeres de los ricos mercaderes
veneciano portaban abanicos en forma de bandera. Los abanicos articulados podían
sujetarse al cinturón con una cadena o una cinta para dejar las manos libres. Tanto
hombres como mujeres utilizaban pañuelos, que tenían carácter decorativo. El pañuelo
fue considerado el objeto definitorio de lujo, por lo que los pobres tenían prohibido su uso
por ley. La mayoría eran de lino o seda, con el tiempo llegaron a estar adornados con
remates de encaje o de ganchillo, bordes con borlas y bordados.
Las Mangas y las faldas se ensancharon, las ropas se hacian con tejidos tupidos, lujosos
y suaves, como terciopelo, brocado y damasco.
Indumentaria femenina:
La indumentaria básica era una camisa interior de lino blanco, manga larga, sobre ella un
vestido de cintura alta de color contrastante.
A fines de siglo el escote se hizo en forma de V hasta la linea de la cintura, se añadió una
pieza de tejido rígido para tapar el pecho a modo de triángulo invertido llamado tassel. Las
mangas se abrían a la altura de los hombros y de los codos, en la parte posterior, para
dejar asomar por las aberturas las mangas de la prenda interior.
Tal vez el desarrollo más interesante de esta época fuera la utilización, o al menos la
exposición, de las camisas por parte de hombres y mujeres. Una vez que la camisa
quedaba a la vista, tenía que ser adornada; los ribetes de encajes y volantes en cuello y
mangas se convirtieron en menos de 50 años en gorgueras historiadas y almidonadas que
estuvieron de moda durante otros 100 años. Estos cuellos, almidonados o no,
evolucionaron hacia la chorrera.
La pieza principal del guardarropas femenino será la cota, o vestido interior.
Había tres tipos de verdugados , el tambor, muy popular en Francia, el reducido, español y
el de campana, para incrementar el ancho de las faldas era requerido gran cantidad de
material. Las prendas enfatizaban hombros anchos, un largo y estrecho talle y caderas
anchas. La parte superior del cuerpo femenino era oprimida con la Basquiña, que era una
prenda interior tipo corsé de material rígido, proyectando el pecho hacia arriba y
aplanándolo, este efecto se veía potenciado al utilizar el peto, rigido y triangular.
Catalina de Medici fue la primera en llevar calzones, los que les permitieron a las mujeres
montar a caballo de lado en la silla, los calzones eran confeccionados en algodón, con el
tiempo comenzaron a hacerse en tejidos más suntuosos como por ejemplo el brocado.
Las mujeres utilizaban capas largas y plisadas como prendas interiores.
Isabel I era famosa por su suntuosidad al vestir, su estilo era la rigidez, usaba Tudor,
hombreras, cuerpo rígido, verdugado y una peluca enjoyada. Se afeitaba las cejas y el
nacimiento del pelo.
En Italia el vestuario femenino se caracterizó por el escote cuadrado, los bordados de oro
y plata. Los hombres abultaron sus mangas con rellenos y extendieron las colas que
llegaron a medir 5 metros. El sombrero adquirió forma de turbante con amplias alas. El
pelo de las damas coronaba la cabeza con complicados moños de trenzas.
Una dama italiana de las clases altas nunca saldría a la calle sin un par de chopines (la
primera versión del zapato de plataforma) para mantener su falda y sus delicados pies
alejados del barro.
En los trajes predominan las cinturas altas, la falda larga y las mangas elaboradas. La
dama se enfunda un camisón de seda o lino llamado chemise, seguido por una camisa de
color fuerte sobre el que se lleva una falda o vestido pesado de brocado o terciopelo.
Esta pieza suele estar exquisitamente decorada con hilo de oro o plata y con numerosas
incrustaciones de joyas y cuentas. Las mangas están simplemente sujetas al vestido, lo
que ofrece una gran versatilidad: una dama puede cambiar de traje cambiando las
mangas. Estos lujos no se emplean a diario, salvo que se pertenezca a la nobleza. Para la
ropa de diario se suele preferir la lana.
Por supuesto, una señora con gusto también viste ese imprescindible accesorio de la
moda, el corsé. Suele estar hecho de acero, hierro o cuero endurecido para mantener el
pecho erguido y la cintura lo mas estrecha posible. Después de todo, como indica
Caterina de Medici, “una cintura gruesa es una falta de educación”.
Al final se acabaran aceptando las cinturas normales y el corsé será mas ornamental que
práctico. La mujer también puede tener que sufrir una falda con aros inventada por los
españoles.
Respecto a la cabeza de la mujer, por fortuna los pesados sombreros medievales
puntiagudos han desaparecido en favor de estilos más favorecedores.
En los círculos elegantes ingleses se usa el sombrero con gablete.
Se coloca sobre la parte trasera de la cabeza y tiene la forma de una pequeña cubierta a
dos aguas, de donde recibe el nombre.
Las campesinas pueden exhibir sin peligro las piernas por debajo de las rodillas. Cuando
se trabaja en el campo no es practico arrastrar la falda (probablemente la única falda ).
Irónicamente, en el renacimiento se acepta el pecho de las mujeres desnudo.
El trabajador ordinario viste una versión mucho mas sencilla de las ropas de los nobles:
unas calzas u otro tipo de pantalón y una camisa larga. Una túnica reemplaza al jubón,
aunque este puede vestirse en las ocasiones especiales. La túnica suele ceñirse con un
cinturón. Aun no se ha inventado el bolsillo, así que todo lo que un hombre lleva cuelga
del cinto en bolsitas o de cordeles.
Indumentaria masculina:
La camisa de lino blanca era símbolo de opulencia, una camisa blanca y planchada (en
lino o tafetán) distinguía al caballero del campesino.
El corte amplio con escote normalmente bajo, con el tiempo se agregó un cuello pequeño
o fruncido, adornado con bordados de color negro, rojo, azul o dorado.
El Jubón, que hasta el siglo XVI va a ser la prenda principal del vestuario masculino, luego
evolucionará para dar paso al chaleco y la chaqueta. El cuerpo era resaltado a partir de
rellenos en los hombros y en el pecho, dándole también forma a la prenda, las mangas al
igual que en el vestido femenino se sujetaban al cuerpo del jubón con agujetas en la parte
posterior de los hombros y codos, permitiendo ver así los acuchillados.
Tejidos:
Calzado:
Los zapatos eran confeccionados con una gran variedad de materiales, como piel, paño y
seda. Las mujeres de alto nivel llevaban chapines.
Los zancos se llevaban elevando a quien los llevaba y afectaban su paso al caminar;
luego se rebajó su suela, y así se crearon los zapatos de tacón alto.
Sombreros y tocados:
El sombrero de paja era muy utilizado entre los hombres, el chaperón , un sombrero estilo
turbante evolucionó la caperusa. También eran muy utilizadas las gorras con ala estrecha
que se inclinaban sobre el rostro. Los sombreros eran adornados con joyas y plumas, las
caperuzas eran comunes en los países bajos, mientras que las mujeres utilizaban gorros
de terciopelo.
TOCADO DE LA ÉPOCA:
Otro cambio significativo de la moda se produce en el siglo XV: las mujeres muestran su
cabello. Durante la época medieval las nobles se cubrían la melena (mostrarla era
considerado pecaminoso) y pasaban horas frente al espejo peinándosela hacia atrás para
mostrar la mayor entrada posible.
Por su parte, el hombre y la mujer medios no pueden permitirse seguir las modas porque
trabajan en los campos, con un estilo totalmente medieval.
Las campesinas visten la misma chemise que las nobles, pero de un material mucho mas
barato y con una sencilla falda de lana encima con un corpiño que se ata al frente. Los
sombreros varían dependiendo del clima y de la profesión (y de la riqueza y la
disponibilidad de tejidos), pero la mujer media viste una variación del griñón (un pañuelo
que se pasa por el cuello y que rodea por completo el rostro, completado a veces con un
velo) o un sombrero en forma de mono, que parece una boina acolchada que se lleva en
la parte trasera de la cabeza.
CAPITULO V
Por esta época se destacan las fabricaciones de hermosos brocados, terciopelos y sedas.
Dentro del traje usual para hombre podemos destacar el uso de la capa corta redonda, un
jubón de faldón corto, calzas con trusas (detalle renacentista), greguescos (pantaloncillos
con frunce), botas de taco y el sombrero castor de ala ancha para completar el conjunto.
En cuanto a las mujeres tenemos la presencia de una falda muy amplia de forma cilíndrica
denominada falda tambor combinada con un corset. Engalanan el conjunto un cuello
medici bien alto y abierto realizado en encaje a bolillos expresamente pedido a Italia. Este
cuello iba en conjunto con unos puños o bocamangas del mismo material. Los peinados
eran altos y adornados con perlas.
Luis XIII:
Richelieu con una serie de edictos y ordenanzas controla la importación de lujo de otros
países.
El hombre viste unas calzas amplias y sueltas, un jubón acuchillado en las mangas, capa
corta llamada manteaux que se colocaba en un solo hombro, cuello bajo de encaje
combinando con los puños, botas de media caña con forma de embudo y sombrero
castor. En cuanto al aspecto físico llevan una barba triangular característica del cardenal
Richelieu y el rostro blanco.
Las mujeres llevan una camisola por debajo y varias enaguas. La prenda principal es un
vestido conformado de una falda tambor y una pechera o corpiño. La falda tiene el rasgo
distintivo de estar confeccionada con tres capas las cuales adquirieron un nombre muy
simpático: la picara, la modesta y la secreta. El detalle final del armado de la falda esta en
levantar la ultima capa formando un telón bien teatral. El escote se lleva pronunciado y el
peinado se denomina a la garceta enrulado con un pequeño flequillo que asoma.
Luis XIV:
PERIODO 1643-1660: El hombre lleva una chaqueta corta con calzones tubulares
engalanados con lazos y cintas. Estos calzones llevan el nombre de rhingraves y tienen la
característica de abultar tanto material que a veces simulan una falda. Este periodo es de
lo mas excesivos en adornos y cantidad de tela. En el cuello llevan un cuello bando caído
con corbata y jabot. El bando tiene forma de pétalos realizados en encaje que hacen
juego con el ribete del mismo material que llevan las botas de caña media. El sombrero en
boga es el pan de azúcar y comienza una moda que se extiende varios periodos que es el
uso de peluca.
La mujeres llevan una falda campana y en casos extremos como el español el famoso
guardainfantes bien retratado por Velazquez en Las Meninas. La elegancia se ve
representada por accesorios de pedrería y el escote se insinúa con una forma bote
alargada. La falda esta levantada en la cola con la misma impronta teatral de los periodos
anteriores, y el manguito de piel cierra el conjunto con un toque de distinción.
PERIODO 1670-1715: En este última parte del reinado de Luis XIV podemos ver parte de
su caída hacia el final. El hombre comienza a aplacarse y a guiar el traje hacia lo que será
el conjunto formal de tres piezas del siglo XIX. Aparece una de las prendas base mas
importantes en la historia del traje: la casaca. Esto es un saco con un largo de 3-4, magas
ajustadas y abotonadas, cuello redondo y cruce simple con abotonadura. Este saco se
combina con un chaleco largo también delineado por botones en su acceso y lo que es el
cullotte o calza que anticipa el pantalón. En la cabeza llevan el tricornio y en los pies
zapatos de taco en colores negros y rojos.
La mujer toma un giro inesperado en este periodo ya que se da el gusto de llevar las
prendas de periodos anteriores a un nivel casi de ridiculez. La moda que prevalece es la
neglige y es un conjunto d falda y pechera bien flojas y con mucha cantidad de material
que hacen ver a la mujer como si estuviera paseándose en camisón. Este periodo dura
poco hasta que vuelve a arremeterse con mucha mas fuerza el uso del vestido compuesto
de falda y corset delineado por mangas bien ajustadas y encajes. Sigue el uso de
parasoles, abanicos y antifaces para evocar la imagen teatral característica del barroco.
CAPITULO VI
EDAD MODERNA
NEOCLASICISMO:
Más que un resurgimiento de las formas antiguas, el neoclasicismo relaciona hechos del
pasado con los acontecidos en su propio tiempo. Los artistas neoclásicos fueron los
primeros que intentaron reemplazar la sensualidad y la trivialidad del rococó por un estilo
lógico, de tono solemne y austero.
En 1789 estalló la Revolución Francesa, y la moda se convirtió en un instrumento de
propaganda ideológica de la nueva era. Los revolucionarios manifestaron su espíritu
rebelde y su rechazo a la vieja sociedad mediante el atuendo. Aquellos que llevaban
complicados y extravagantes trajes de seda eran considerados enemigos de la
Revolución.
A principios del siglo XIX el vestido chemise, una prenda de muselina blanca, casi
transparente, de cintura alta, similar a las túnicas de las antiguas estatuas griegas o
romanas, se puso muy de moda. Este fue el resultado de un concepto moderno e
innovador del cuerpo femenino, aunque tuvo una vida limitada.
Hacia 1804 se empezó a usar un nuevo tipo de corsé sin ballenas, menos rígido.
ROMANTICISMO:
En cuanto a la ropa masculina, la moda del caballero inglés se puso de moda con el
estilo dandi: artistas y literatos de la nueva burguesía que optaron por la sencillez y
sobriedad de los pantalones negros (antes llevaban calzones), los bastones, los
sombreros de copas y, sobre todo, los pañuelos y las levitas de chaqué o los fracs.
ESTILO IMPERIO
Notablemente estrecha en la parte del pecho ensanchándose por debajo de este. Esta
forma de vestido se inspiró en la época Imperial(1804-15)
La indumentaria de esta época se caracteriza por ser de tejidos puros como el algodón y
la muselina, en su gran mayoría blancos o del color natural del tejido.
Se ajusta bajo el pecho dejando caer una falda recta, creando un vestido largo y sencillo,
suele ser de manga corta o tirantes y con amplios escotes. Además se complementaban
los atuendos con recogidos de inspiración romana, con rizos, diademas y tiaras.
La moda inglesa hizo que las sencillas telas de algodón se hicieran muy populares, así
pues la gran industria de la seda francesa sufrió un duro golpe. Por ese motivo y para
reactivar la industria de la moda francesa, Napoleón publicó un decreto imperial el cual
obligaba a vestir prendas de seda tanto a hombres como a mujeres en las ceremonias
públicas y así mismo en la corte francesa.Estos vestidos son el máximo exponente de la
gloriosa y elegante belleza de la seda fina.
Estilo victoriano:
Los vestidos de día tenían altos cuellos y mangas largas, mientras que los de noche,
tenían grandes escotes y mangas cortas. Los guantes para la ópera y los que no tenían
dedos eran también populares. Usaban botasde cuero, generalmente negras, que se
ataban sobre los tobillos. Las botas no tenían tacos o los tenían, pero bajos.
El más prominente de los rasgos de la vestimenta de los hombres en la era victoriana fue
el sombrero de copa. A través de todo su reinado, la clase alta usó sombreros de copa de
alturas variadas. En la primera mitad de esta era los hombres usaban camisas con cuellos
altos y una especie de moño corbata para los atuendos formales. También usaban
chalecos sobre sus camisas y largos sacos. Durante la segunda mitad, se hicieron
populares los trajes de tres piezas. En 1890, se introdujo el blazer como atuendo
deportivo.
La moda femenina de 1840 se puede resumir en tres grandes rasgos: cintura baja,
mangas más ceñidas o abombadas solo en el antebrazo, y faldas largas y voluminosas. El
cuerpo y la falda estaban habitualmente unidos, y para dar volumen a las faldas se
utilizaba multitud de enaguas (lo que producía el llamado "efecto cubretetera") En los
últimos años este efecto se exageró con el uso de un polisón llamado "crinoline"- porque
estaba hecho de crin de caballo-. No hay que confundirlo con la futura "crinoline", que era
un armazón de círculos metálicos atados con cintas, que se emplearía a partir de la
década de los 50 para ahuecar todavía más las faldas, pero que acabó llamándose igual.
Los vestidos de la década de 1880 fueron casi siempre hacen en dos colores de
material. Los colores vivos, como profunda, pavo real azul, rojo, azul, púrpura, mandarina,
verde mar se utilizaron solos, en combinación, o en las telas del tartán reales brillante
manzana verde rojo. Algunas combinaciones eran muy extraños.
En noche de las señoras vestidos de noche estaban en tonalidades más suaves y aunque
estaban recortados extravagante en telas de contraste y muy escote, siguieron la línea
general de la moda.
No podemos dejar de mencionar la importancia del "chal" como complemento que vuelve
a estar de moda en esta década —y no solo los de cachemira, sino también los de
Paisley, ya que la reina Victoria adquiere en estos años su residencia en Balmoral—.
También aparecen distintos tipos de capas, como podréis ver en las imágenes que siguen.
Mención aparte merecen los vestidos de noche: para asistir a las fiestas, o al teatro, etc.
Son escotados, con dicho escote por debajo de la espalda, recto, o formando un pequeño
entrante en el centro. Los vestidos de noche suelen ser de seda o terciopelo.
SIGLO XX
DÉCADA DE 1900:
La Belle Époque, la moda comienza en el año 1900 con la llamada silueta S, debido al
corsé que empujaba los pechos hacia arriba, estrechando la cintura y sus faldas
ajustadas a la cadera ensanchándolas en forma de campana al llegar al suelo. En el
mundo laboral se empieza a incorporar los trajes sastre y el corte con influencia
masculina para las mujeres. Los vestidos eran largos, cubrían los zapatos, las plumas y
los encajes hacían furor, destacando los grandes sombreros con infinidad de adornos y
ornamentos. Esta moda fue muy popular en prácticamente todo el mundo. En 1908, la
silueta fue mucho más recta, sin marcar tanto la cintura y se produjo una oleada de
orientalismo debido a los diseños de Paul Poiret y los ballets rusos.
Década de 1910
-El primero hasta comienzos de la Primera Guerra Mundial se caracteriza por ser el
apéndice de la moda recargada propia de la Belle Époque así como por la aparición de
una silueta que tiende hacia la verticalidad en la mujer (se ponen de moda los corsés
rectos y largos y las faldas con poco vuelo y acompañadas de una sobrefalda) y al
orientalismo.
-El segundo abarca todo el conflicto antes citado y se caracteriza por la aparición de
modas mucho más cómodas para la mujer (faldas con vuelo que se acortan hasta casi
media pantorrilla y cuerpos mucho más amplios) debido al hecho de que estas tenían
que suplir la falta de mano de obra masculina en los puestos que estos antes ocupaban.
En 1910 se produjo un cambio rotundo en la moda, influenciado por el "Ballet Ruso" que recorría
los escenarios europeos. Los colores llamativos y la onda oriental, reemplazó la hegemonía en
tonos pastel y las faldas largas. Bailarinas como la sensual Isadora Duncan y la enigmática Mata
Hari, se transformaron en íconos de belleza seguidos mundialmente. Gracias a esta nueva moda
las mujeres se atrevieron a desafiar los sólidos principios morales que las ataban y comenzaron a
mostrar el cuerpo, lo que por supuesto no fue posible sin escándalo eclesiástico y machista de
por medio.
Los cuellos "hasta las orejas" dieron paso al escote en "V" y las faldas se acortaron levemente,
dejando al descubierto los tobillos, cosa que también causó estupor en la época porque durante
siglos las piernas femeninas habían sido el símbolo erótico que "provocaba la lujuria en los
hombres" y que por lo tanto, debían ser escondidas.
En 1914 llegó la Primera Guerra Mundial. De dimensiones escalofriantes y trágicas
consecuencias para el viejo continente, terminó por completo con la farándula y el lujo de la
moda francesa e inglesa, en donde se encontraban las grandes casas de alta costura.
Una vez finalizado el conflicto, en 1918, la falda campana dio paso a los cortes rectos, "tipo tubo".
El tan utilizado corsé cambió de estrategia, ya que si antes se había usado para levantar el busto,
ahora lo hacían para disminuirlo. El "corsé alisador" y los vestidos acinturados en la cadera,
dibujaron el nuevo tipo de belleza y de mujer, las que buscaban parecerse más a los muchachos
que a las antiguas beldades femeninas. Así surgió la mujer estilo Garzonne, quienes para lograr
más aún el parecido con los hombres, se cortaron el pelo y perfilaron las cejas, comenzaron a
salir a bailar y se borraron los antiguos patrones sociales que diferenciaban las clases. Ahora
hasta era bien visto ser amiga o parecerse a las cortesanas de "vida alegre".
En plena época de post guerra y representando a esta nueva generación de mujeres
independientes y modernas, apareció la mítica Coco Chanel. Su estilo cómodo y práctico
representaba la revolución femenina y la economía que debía surgir en época de recesión. Por
esta razón, introdujo materiales más simples y baratos que el chiffon, el tul y la seda. Creó
entonces los trajes de punto, tejidos finos que otorgaban más y mejor flexibilidad para la nueva
mujer, la que además ponía énfasis en la práctica deportiva, incentivada por la reciente
costumbre de ocupar el tiempo en algo útil. La mujer ya no era una utilidad en sí, sino que "hacía"
cosas útiles.
Década de 1920
En 1920, la ropa comenzaba a ser mucho más práctica. Nuevamente vuelve a cambiar la
silueta descendiendo la cintura a su posición anatómica, marcando el talle y
ensanchando los hombros. Los vestidos imitaban la moda del cabaret y eran anchos. La
falda era corta, generalmente por las rodillas y se dejaban ver unos hombros anchos y
una figura plana. La cabeza cae o queda como empujada levemente hacia delante, y
aparece una espalda más jorobada o cuadrada que daba la sensación de ser más
masculina.
Para considerarse chicas modernas, las mujeres debían lucir el corte a lo chico, pero los
hombres no aceptaban esta moda. Este corte podía llevarse tanto con el cabello lacio u
ondulado, algunas lo adornaban con una cinta en la frente.
El maquillaje se usaba muy recargado sin importar que se viera artificial , los ojos negros,
la boca roja y las cejas cuidadosamente perfiladas en forma semicircular.
En el año 1925 aparece en el mercado la primer laca de uñas de color, que rápidamente
consiguió miles de adeptas.
Década de 1930
En la década de 1930 la moda femenina está dominada por faldas muchos más largas
que en la década anterior y, sobre todo, más ajustadas (esta es la primera vez en el la
ropa se ajusta a las caderas de la mujer adivinándose la forma de estas). Por la mañana
se impone el traje sastre, de hombros cuadrados y de telas como el tweed o la lana. En
cuanto a los trajes para ocasiones especiales (carreras, cenas, trajes de noche...) se
imponen las faldas largas y cortadas al bies para proporcionar una caídas y unos
pliegues muy fluidos.
Década 1930-1940
El ideal de belleza en esta época no exigía demasiado, la mujer debía ser delgada,
femenina, con aspecto atlético y cuidado. Lucir la piel morena era una premisa. Se
priorizaba la belleza interior y por eso llevar una vida natural era la mejor opción.
El cabello se llevaba con un largo medio, peinado con ondas desde la frente. El rubio era
el color de moda como lucían las actrices de Hollywood.
Aunque se le daba mucha importancia a la personalidad y lo natural, el pueblo tomaba
las películas como modelos a seguir intentando copiar el estilo de esas mujeres.
Décadas 1940-1950
Una década en donde a las mujeres se les exigía que no se abandonaran, que fueran
competentes en el trabajo y muy enérgicas pero sin dejar la parte femenina de lado y en
la vida privada sumamente comprensivas.
Eran tiempos difíciles, por este motivo la imagen adecuada era la de una mujer adulta y
sensual pero por ningún motivo provocativa y frívola.
Las mujeres gastaban el dinero de su trabajo en el cuidado personal, así podrían esperar
con un aspecto impecable a sus hombres a su regreso del frente.
El cabello ya no se usaba corto, a lo chico. Por el contrario se recogían las melenas con
moños altos o se usaban pañuelos a modo de turbante que era lo mas practico para
disimular los cabellos descuidados por la necesidad y la escasez de recursos de una
época marcada por la guerra.
El stiletto, nació en el año 1940 cuando el famoso creador de moda presentó la colección
New Look, en la que la silueta de la mujer recuperaba y realzaba sus formas más
femeninas y sofisticadas.
Década 1950-1960
En esta década surgen dos tipos de mujeres: una sofisticada e independiente que desea
trabajar y ganar su propio dinero, lo que determina que use ropa mas comoda, La otra es
la mujer que desea guardar la apariencia de ser buena madre y buena esposa, por eso
busca ser femenina y sumisa, con trajes poco practicos, que se entallan al cuerpo. Una
década en donde se apelaba a la artificialidad, las mujeres no salían a la calle sin
maquillaje ni joyas. El maquillaje presentaba nuevos colores para que estuviera a tono
con lo ultimo de la moda. En los años 50 era mas importante que el maquillaje combinara
con la cartera que quien lo llevara. No importaba que el resultado se viera artificial, algo
que iba de acuerdo con el New Look.
Las mujeres cambiaban el color del pelo muy a menudo, se llevaba liso, ondulado, largo
o corto. El color más popular era sin dudas el rubio, se usaban también los postizos, y
muchas adolescentes recurrían a ellos para imitar la famosa cola de caballo de Brigitte
Bardot.
Las orejas siempre quedaban a la vista para poder lucir joyas como aros grandes y con
mucho brillo que se combinaban con collares de perlas de una o dos vueltas.
Los pañuelos eran fundamentales para aquellas mujeres que conducían autos
descapotables, este se colocaba sobre el peinado que se pretendía proteger.
Los guantes eran casi un accesorio obligatorio, a menudo eran del mismo género que el
vestido.
Los cinturones anchos fueron el complemento más importante de la década, para
comprimir y resaltar la cintura femenina.
La silueta se vuelve a forzar con una cintura muy estrecha, la mujer avispa y por
contraste, mucho volumen en hombros, pecho y en la falda que aumenta su vuelo, pero
manteniéndose por debajo de las rodillas. Las mujeres estaban hartas del estilo
masculino y vuelven las curvas. Comienza el culto a la belleza. Los zapatos se estilizan y
son más puntiagudos, abrigos de paño, bolsitos al codo, y las más elegantes sombrero o
pamela. Las jovenes comienzan a dejar de ser clones de sus madres, inspiradas en las
actividades deportivas, los pantalones pitillo, las zapatillas de ballet, el rok´n´roll.
La silueta del "New Look" también se reflejaba en la ropa de diario. Los trajes volvían a
ser la parte principal del ropero de muchas mujeres. La mayoría de las faldas eran
estrechas y llegaban a media pierna. Las chaquetas eran entalladas y presentaban un
pequeño faldón, así como una solapa muy marcada, pero que no era muy larga.
Tenía mucha aceptación las combinaciones de falda y blusa o bien de falda y conjunto,
que consistía en un jersey y una chaqueta de punto combinada, casi siempre del mismo
color.
La parte superior iba muy ceñida y modelaba el busto, por lo que requería un corpiño
fuerte. Generalmente las mangas eran estrechas y largas o llegaban hasta medio brazo.
Décadas 1960-1970
Década 1970-1980
Hasta entonces el ideal de belleza era el que mas o menos era aceptado por todo el
mundo. De repente en los años 70 era un tema de largas discusiones.
Para algunos era el ideal Hippie, sumamente natural, para otros los artificial y brillante de
las estrellas de rock, para otros la actitud revolucionaria de los guerrilleros y marginados
sociales.
Las mujeres trabajadoras eran las primeras que adoptaron el look natural dando a
entender que era mas importante su trabajo que su aspecto. Mostraban un aspecto
cuidado y natural, con poco maquillaje y de colores suaves.
Los peinados aireados al estilo Ángeles de Charlie eran los mas imitados.
El cuerpo debía parecer sexy y deportivo naturalmente, los productos para adelgazar
eran un éxito comercial.
La tendencia hacia lo natural consiguió la aceptación del look Afro, por lo que muchas
mujeres intentaron copiar este look por medio de la permanente.
Por otro lado en las discotecas y clubes nocturnos la historia era otra, para permanecer
en estos lugares se exigía resplandor y brillo por doquier.
Esto reflejaba la fragilidad femenina que a menudo hacia que pasaran de un extremo al
otro.
Década 1980-1990
Una década donde el estilo dejo de limitarse solo al maquillaje, al peinado y a los
complementos. Lo que deseaban las mujeres de la época era destacarse en sus
trabajos, de esta manera primaba el estilo Yuppie.
El cuerpo debía lucir natural y entrenado, así la gente rica contaba a diario con la
asistencia de su entrenador personal, esto no solo se trataba de mantener un buen
estado físico sino de un estilo de vida que diferenciaba a los más pudientes.
Con tanto cuidado profesional ya no se necesitaba perder el tiempo en maquillarse.
La moda de los años 80 es quizás una de las más recordadas. El volumen, los colores y
las exuberancias eran moneda corriente al vestirse. Si durante los 70 las remeras se
usaban apretadas y los pantalones sueltos, en los 80 eso cambiarían rotundamente.
Las piezas más emblemáticas de la década fueron las remeras holgadas y coloridas,
frecuentemente estampadas y con grandes hombreras; también los pantalones
ajustados; los chalecos, las faldas rectas y minifaldas. Las mujeres se subían a zapatos
de taco alto y usaban cantidades de pulseras. Los peinados abundaban en rulos, jopos y
flequillos, el maquillaje era recargado.
Los pantalones vaqueros o jeans, también fueron protagonistas debido a que los
tratamientos de pre-lavado los hacían lucir decolorados y chic. La lencería iba
adquiriendo también un lugar importante en la moda.
El uso de colores era variado, aunque el blanco y el negro tuvieron su gran momento.
El lujo y la ostentación se hacían sentir a través de la alta costura y de la mano de
algunos diseñadores como Christian Lacroix, que reflejaban el significado elitista de la
moda. Calvin Klein y Giorgio Armani se encargaban de vestir perfectamente a la mujer
para el trabajo.
El estilo Punk influía en los varones con el uso de aros y el género musical New Wave
glorificaba los brazaletes de cuero y las tachas.
Madonna impuso su estilo con polleras pantalón, medias de red, leggings, tops crucifijos,
guantes sin dedos y cadenas de strass, Michael Jackson popularizó las chaquetas, los
pantalones de cuero y el uso de cierres.
Había que estar en forma y mostrarse, por eso, el trabajo con el cuerpo era una
aspiración a las líneas de las supermodelos que comenzaban a surgir marcando
tendencias. En estos años se difunde mucho la vestimenta de gimnasio, ligera e informal
como las calzas, las polainas y las vinchas de múltiples colores.
Década 1990-2000
Al igual que los años 80, los 90 comenzaron con mucho glamour, sobre todo por las Top
Models, que hicieron un gran aporte convirtiéndose en estrellas y las idolatraban como si
fueran diosas.
En los 90 las mujeres estaban agobiadas de las exigencias de las poderosas “mujeres
trabajadoras” y comenzaron a pensar que para obtener buenos resultados debían ser
altas , esbeltas y seductoras.
Pronto comenzó a surgir una contracorriente: había arribado el Grunge, que mostraba un
fenómeno antimoda, con mujeres desaliñadas y mal combinadas. Este movimiento duro
poco, pero sin embargo el desconstructivismo perduro en la moda.
Luego de esto la frescura natural regreso a la moda. Las mujeres debían lucir tan
naturales como cuando recién salían de la ducha, el aspecto discreto era el más
aceptado.
En los 90, la moda se volvió casual. La gente estaba cansada de la producción y entró
en un tiempo de relajación. Por esta razón la moda de 1990 es muy característica y
podemos identificar los 90 con tanta claridad. Sin embargo, la moda de los 90 se basaba
en la variedad y no en una tendencia específica y duradera.
Esta necesidad de volverse casual tenía que ver con la necesidad de expresar nuestra
individualidad. Después de muchos años de tendencias y modas, la gente llegó a la
conclusión de que no se estaban expresando con libertad. La moda de 1990 se trata de
ponerse lo que te haga sentir cómodo, sin darle mucha importancia a la opinión de los
demás o a las tendencias. La ropa casual se convirtió así en la moda de los 90, y,
aunque suene irónico, si te producías mucho o usabas mucho maquillaje, estabas fuera
de moda.
Sin embargo, a mediados de la década, la gente comenzó a preocuparse mucho por
expresar su individualidad y se olvidó de la ropa casual. Una vez más nuevos diseños
excéntricos comenzaron a aparecer y la moda de 1990 sufrió nuevas modificaciones. Los
piercings, tatuajes, tintura de pelo fueron las nuevas tendencias, muy comunes de la
moda de 1990.
Década de 2010