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Artículo de Opinión Sobre la Mujer

Escrito por: Piero Alessandro Sacachipana Choque


Todos los estudios coinciden en que la crisis la están padeciendo más las
mujeres que los hombres. Las dificultades económicas abocan a un modelo
más tradicional, en el que se retorna a las funciones que culturalmente se
atribuían a las mujeres y que les negaban la posibilidad de lograr su
independencia económica y su realización profesional. Los patrones
paternalistas hacen su aparición. Las mujeres, incluso las directivas, deben
acoplarse a horarios laborales a tiempo parcial. En una situación de paro
laboral como estamos padeciendo, es posible que el salario masculino deje de
percibirse y sea la mujer que con sus tareas menos remuneradas y apreciadas
se convierta en el sostén familiar. Y a menudo ella simultaneará su trabajo
exterior con las tareas propias del hogar. Es muy estresante.
En el 2008, la diferencia salarial para un mismo puesto de trabajo, respecto al
hombre, era del 12%; en el 2009 alcanzó el 17%. La Comisión Europea cifra
en un 17,4% menos el salario que cobra una mujer por hacer un trabajo similar
al que ejecuta un hombre. Si analizamos las diferencias salariales entre
directivos, se ve que estas van desde las directoras de recursos humanos, que
cobran un 23,51% menos que sus colegas varones, hasta el 3,69% de las
directoras comerciales. La crisis actual puede hacer peligrar las medidas de
igualdad tendentes a acabar con la discriminación y favorecer la conciliación.
Sin embargo, los expertos consideran que sería un grave error frenarlas.
Numerosos estudios demuestran que las empresas que cuentan con mujeres
tienen mejor productividad y resultados económicos. Las mujeres son más
participativas y saben influir positivamente sobre su entorno. Ello es debido
no sólo a las diferencias socioculturales y cerebrales sino también a la
presencia de una sustancia, la oxitocina. El nivel de esta se asocia
significativamente con un aumento de la confianza y la empatía. Los malos
jefes provocan elevación de la presión arterial, aumento del cortisol, hormona
que se eleva en los estados de estrés y puede llegar a producir deterioro físico.
La mujer siempre ha tenido ese rol en la historia o una forma similar. Pero con
interpretación machista, dominador de la mujer, a la que muchas veces solo ve
desde la genitalización.
Es imprescindible un esclarecimiento claro. Unas leyes que comporten el
abandono de este tipo de vejaciones; un fuerte compromiso del Estado que
erradique de una vez por todas la barbarie a que son sometidas. Esto traerá,
por consiguiente, el que sean respetadas.

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