Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¿Cuáles son los errores más comunes que puede cometer un psicólogo/a
durante una terapia? Hacer terapia es algo complejo y sobre todo al
principio, cuando aún no se tiene experiencia. Si conoces los errores más
habituales que se cometen en terapia, podrás anticiparte a ellos y a la vez,
potenciar y mejorar tus habilidades terapéuticas. Descubre en este artículo
cuáles son las 13 cosas que nunca debes hacer durante una terapia.
Es importante tener en cuenta que para lograr que dicha relación sea
potenciadora necesita establecerse de una forma adecuada. Para ello,
es fundamental mantenerse en lo que he denominado «La Línea de
Implicación Óptima».
Es habitual que tu paciente te pida que le digas lo que tiene que hacer
ante un determinado problema o decisión, para saber cómo responderle
puedes leerte este artículo:
> > Las Preguntas más habituales que un paciente puede hacerte
antes de acudir a terapia contigo < <
En uno de mis primeros casos como psicólogo, atendí a una mujer que
mostraba síntomas claramente depresivos. Después de unas semanas y de
haber avanzado bastante en la terapia, empeoró. No sabía lo que ocurría,
así que decidí invitar a su familia a terapia. Al investigar con la familia, me di
cuenta de que ésta ejercía una influencia negativa sobre la paciente.
Terapeuta: Bueno A., llegados a este punto creo que sería importante que
hablasemos de la relación que mantienes con tus padres y de los
problemas que ello te ocasiona. Se que para ti puede ser difícil o incluso
doloroso hablar sobre temas tan íntimos, pero creo que será algo
fundamental para que empieces a sentirte mejor. Te propongo que
empezamos hablando de tu madre, por ejemplo. ¡Ah! Si en algún momento
te sientes incómodo o no te ves preparado para hablar de algún tema
házmelo saber e iremos un poco más despacio.
Acepta que eres una persona que siente y padece y que se equivoca y
no un superman o una superwoman a los que todo le sale bien.
Acepta que hay cosas que se escapan a tu control y que por mucho
que te empeñes no podrás cambiarlas.
Acepta que a veces tus métodos o técnicas fallan, que no eres un/a
profesional infalible.
Acepta que una equivocación no significa que seas un mal profesional.