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Índice
1Primeros años
2Invasión francesa a España en 1808
3La conspiración en Querétaro
4Lucha independentista
5El Grito de Dolores
6Primeras victorias del ejército insurgente
7Toma de la Alhóndiga de Granaditas
8Valladolid (hoy Morelia) y Toluca, en poder de los insurgentes
9Batalla del Monte de las Cruces
10Separación de Hidalgo y de Allende
11Victorias de Félix María Calleja del Rey
12Batalla del Puente de Calderón
13Captura de Hidalgo
14Los procesos inquisitorial y judicial
15Muerte
16Honores
17Véase también
18Referencias
o 18.1Bibliografía
19Enlaces externos
Primeros años
Miguel Hidalgo y Costilla nació en la Hacienda de San Diego de Corralejo, Pénjamo
(Guanajuato), el 8 de mayo de 1753;3 fue el segundo de cuatro hijos del matrimonio formado
por Cristóbal Hidalgo y Costilla, administrador de Corralejo, y Ana María Gallaga. Fue
bautizado con el nombre de Miguel Gregorio Antonio Ignacio, en la capital de Cuitzeo de los
Naranjos el 16 de mayo de 1753.
En junio de 1765 Miguel Hidalgo junto a su hermano José Joaquín partió a estudiar al Colegio
de San Nicolás Obispo,4 ubicado en Valladolid, capital de la provincia de Michoacán. El
colegio había sido fundado en 1547 por Antonio de Mendoza y Pacheco, primer virrey de
Nueva España, quien entregó la universidad y el edificio donde se alojaba a los miembros de
la Compañía de Jesús, que instituyeron cátedras de latín, derecho y estudios sacerdotales.
Fue en esta casa donde los hermanos Hidalgo estudiaron hasta 1767.5
El 25 de junio de 1767 los jesuitas fueron expulsados de los territorios del Imperio español por
órdenes del rey de España Carlos III, y su ministro, el conde de Floridablanca. El colegio
permaneció cerrado unos meses y en diciembre se reanudaron las clases.6
En esta institución, Hidalgo estudió letras latinas, leyó a autores clásicos
como Cicerón y Ovidio, y a otros como San Jerónimo y Virgilio. A los diecisiete años de edad
ya era maestro en filosofía y teología, por lo que entre sus amigos y condiscípulos se ganó el
apodo de El Zorro, por la astucia que mostraba en juegos intelectuales. Aprendió el idioma
francés y leyó a Molière, autor a quien años más tarde representaría en las jornadas teatrales
que él mismo organizaba siendo párroco de Dolores. Gracias al contacto que tuvo con los
trabajadores de su hacienda en su infancia, la mayoría de ellos indígenas, Hidalgo aprendió
muchas de las lenguas indígenas habladas en Nueva España,
principalmente otomí, náhuatl y purépecha, ya que la zona de Pénjamo era una de las
regiones con mayor diversidad de grupos indígenas y de contacto entre el mundo nativo y el
español. Todos estos conocimientos permitieron a Miguel Hidalgo impartir clases de latín y
filosofía a la vez que seguía sus estudios. Una vez que los culminó, trabajó en su alma
mater desde 1782 a 1792, muchas veces como tesorero, otras como maestro y desde 1788
como rector.7
La conspiración en Querétaro
Mientras tanto, en Querétaro se gestaba una conspiración organizada por el corregidor Miguel
Domínguez y su esposa Josefa Ortiz de Domínguez, y también participaban los
militares Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Abasolo. Allende se encargó de convencer a
Hidalgo de unirse a su movimiento, ya que el cura de Dolores tenía amistad con personajes
muy influyentes de todo el Bajío e incluso de la Nueva España, como Juan Antonio Riaño,
intendente de Guanajuato, y Manuel Abad y Queipo, obispo de Michoacán. Por estas razones
se consideraba que Hidalgo podría ser un buen dirigente del movimiento. Hidalgo aceptó, y se
puso como fecha de inicio para el movimiento el 1 de diciembre, día de la Virgen de San Juan
de los Lagos, donde muchos españoles se reunían a comerciar en una feria cercana a
Querétaro. Allende propuso más tarde hacerlo el 2 de octubre, por cuestiones militares y
estratégicas.
Lucha independentista
En la primera semana de septiembre arribó a Veracruz el virrey Francisco Xavier Venegas,
quien de inmediato recibió información acerca de una conspiración contra el gobierno real
español en México. El intendente de Guanajuato, Juan Antonio Riaño, ordenó al comandante
de la plaza investigar sobre aquellos rumores, y el 11 de septiembre se realizó una redada en
Querétaro cuyo fin era capturar a los responsables. Se logró arrestar a Epigmenio González y
se giró orden de aprehensión en contra de Allende, que escapó a una población del Bajío.
Por medio del alcalde de Querétaro, Balleza, Doña Josefa fue informada de la captura de los
Ibarra y se dispuso a prevenir a Hidalgo sobre el peligro que corrían. Pero antes de salir a
Dolores fue encerrada en una habitación por su marido, para que no avisara a los
conspiradores. Sin embargo, la corregidora pudo contactar con Allende a través de Balleza,
para informar oportunamente a Hidalgo.
El Grito de Dolores
En las primeras horas del 16 de septiembre, Allende llegó a la casa cural de Dolores, donde
Hidalgo se hallaba pernoctando. Tras despertarlo y charlar, además de
tomar chocolate caliente por el clima frío de ese tiempo, ambos decidieron lanzarse a la lucha
armada antes de que los españoles destruyeran sus planes. Alrededor de las cinco de la
mañana Hidalgo, usando la campana de la parroquia, convocó a la misa patronal del pueblo y
dio el Grito de Dolores, con lo que empezó formalmente la lucha por la independencia de
México.
Fernando VII de España, cuya partida propició el inicio de la lucha encabezada por Hidalgo. Pintura
de Francisco de Goya.
Misiva que da la explicación de evitar el ataque a la Ciudad de México Cuartel General de Celaya,
Guanajuato, México, 13 de noviembre de 1810
En la mañana del 30 de octubre, Torcuato Trujillo enfrentó a los insurgentes en la batalla del
Monte de las Cruces, acción en la que los realistas, inferiores en número de soldados, fueron
derrotados por más de 80 000 insurgentes, quienes sin embargo perdieron gran número de
efectivos. El paso siguiente para la tropa era tomar la Ciudad de México, pero Hidalgo,
queriendo evitar una masacre como la acontecida en Guanajuato, envió a sus emisarios a
negociar con el virrey Francisco Xavier Venegas el 1 de noviembre. Tras el rechazo sufrido
por parte del virrey, Hidalgo dudó. La presión de Allende no hizo efecto y decidió retirarse
al Bajío para continuar la lucha.12 El 7 de noviembre, luego de la retirada, Hidalgo fue vencido
por el brigadier y capitán general de San Luis Potosí, Félix María Calleja, en la batalla de
Aculco. [[File:Misiva que da la explicación de evitar el ataque a la Ciudad de México (1810).t
Captura de Hidalgo
Prisión en Mapimi, Durango en donde fue encarcelado Miguel Hidalgo después de su captura.
El 21 de marzo, Hidalgo llegó a las norias, para descansar un poco y seguir el camino a la Alta
California. Primero llegó el contingente de Abasolo y sus soldados, quienes fueron capturados
por los efectivos españoles. Poco después, y sin percatarse de la captura de Abasolo, Allende,
su hijo Indalecio, Aldama y Jiménez bajaron de un coche escoltado por algunos capitanes.
Tras ofrecerles algo de comer, fueron aprehendidos, pero Allende opuso resistencia y
Elizondo mató a su hijo. Finalmente apareció Hidalgo, a caballo y escoltado por pocos
hombres, cuya captura fue más sencilla que las anteriores realizadas, Tras enlistar a todos los
presos, Elizondo envió parte a la ciudad de México y en recompensa fue nombrado coronel.
Los reos fueron trasladados a Mapimi, Durango y de ahí fueron enviados a Chihuahua, capital
de la intendencia más cercana, donde se les seguiría juicio. Ignacio Elizondo fue premiado con
el grado de Coronel del Ejército Realista, pero años más tarde sería ejecutado a cuchilladas,
cuando dormía a un lado del lecho del río San Marcos, en la provincia de Tejas, por el
teniente Miguel Serrano, quien reconoció al hombre que entregó a los caudillos de la Guerra
de Independencia de México.[cita requerida]
Allende, Aldama y Jiménez fueron encontrados culpables del delito de alta traición, y se les
condenó a muerte en mayo del mismo año. Abasolo aportó datos adicionales sobre la
insurgencia que permitieron llevar a cabo redadas donde se obtuvo material para contrarrestar
el movimiento. Su colaboración, sumada a los esfuerzos de su mujer, lograron conmutar su
condena a la de prisión perpetua en Cádiz, España, donde murió en 1816 de tuberculosis
pulmonar. Mientras, en Chihuahua, Allende, Aldama y Jiménez fueron pasados por las armas
por la espalda en la plazula de la ciudad el 26 de junio, más tarde sus cuerpos fueron
decapitados y sus cabezas enjauladas. Hidalgo fue enterado de esta noticia la misma noche
de la ejecución. Días después, el obispo de Durango ordenó el proceso para degradar al ex
párroco de Dolores de su condición sacerdotal, como se explica en el siguiente apartado; de
esta forma, Hidalgo quedaría libre del fuero eclesiástico ante las autoridades civiles para poder
llevar a cabo su ejecución.
Miguel Hidalgo tuvo dos juicios: uno eclesiástico, ante el Tribunal de la Inquisición, y
posteriormente, un juicio militar, ante el Tribunal de Chihuahua, que lo condenó a muerte.14
Respecto al Juicio Inquisitorial, se abrió en julio de 1800, por acusaciones del fray Joaquín
Huesca, causa que fue archivada y reabierta en septiembre de 1810, cuando estalló el
movimiento insurgente.15
El 13 de octubre de 1810, el Tribunal de la Inquisición retomó las constancias del juicio
inquisitorial y emplazó por edicto a Hidalgo para que pudiera defenderse ante las acusaciones
que se le habían formulado. El edicto de emplazamiento tuvo como propósito informar a
Hidalgo: primero, que el Inquisidor fiscal presentó ante el Tribunal de la Inquisición, un proceso
que inició en 1800 y que había continuado hasta 1809. Segundo, que se probaron los delitos
de herejía y apostasía y se le consideraba "sedicioso, cismático y hereje".16 Tercero, que
conforme a doce proposiciones o acusaciones formales; se probó el delito de apostasía. La
Inquisición alegó su participación en la dirección del movimiento armado, "predicar errores
contra la fe", incitar a la sedición, apoyándose en la religión, en nombre y devoción de María
de Guadalupe y Fernando Séptimo.16 El edicto citó a Hidalgo para que compareciera en el
término de treinta días y, en caso de no comparecer, se le seguiría la causa por rebeldía y se
le excomulgaría a él y a sus secuaces. Finalmente, para la Inquisición, Hidalgo fue
excomulgado, a pesar de que impugnó el edicto.15
Después de la aprehensión, se pusieron bajo el mando de Nemesio Salcedo, quien fue jefe de
Chihuahua, el cual formó las causas contra los insurgentes, por lo que los envió a Chihuahua.
La llegada de Hidalgo a Chihuahua fue el 25 de abril de 1811. Nemesio Salcedo comisionó
una Junta militar compuesta por Juan José Ruiz de Bustamante para las sumarias y a Ángel
Abella, administrador de correos para las causas e interrogatorio que comenzaron el 7 de
mayo.15
En la primera declaración, el Cura Hidalgo prometió decir verdad en lo que supiere y fuera
preguntado, de acuerdo con la declaración original del Padre Hidalgo ante sus jueces; además
alegaba que hasta esa fecha no sabía la causa de su prisión.17
Hidalgo declaró haber sido capitán general de la causa Insurgente y que era el que tenía el
mando político supremo del movimiento, hasta el momento en que se le obligó a entregar el
mando a Allende, después de la derrota del Puente de Calderón.17 De acuerdo con la
Declaración del Padre Hidalgo ante los jueces, confesó: haber levantado al ejército; haber
fabricado moneda en Zacatecas; haber construido cañones y armas, fabricado municiones, y
depuesto autoridades, europeas o criollas, que no seguían su partido.17
Monumento a Hidalgo en el lugar donde estuvo la cárcel que lo albergó en 1811 en San Pablo,
Chihuahua (Hoy Cd. Meoqui)
Muerte
Sitio exacto del fusilamiento de Miguel Hidalgo y mural conmemorativo en el Palacio de Gobierno de
Chihuahua.
Antes de que llegase el momento de ser ejecutado, Hidalgo se confesó con el cura Juan José
Baca y comulgó, por lo que quedó libre de toda excomunión.19 Al amanecer del 30 de julio de
1811, cuando llegó la hora del fusilamiento (que tendría lugar en el patio del antiguo Colegio
de los Jesuitas en Chihuahua, entonces habilitado como cuartel y cárcel y que en la actualidad
es el Palacio de Gobierno de Chihuahua), pidió que no le vendaran los ojos ni le dispararan
por la espalda (como era la usanza al fusilar a los traidores). Pidió que le dispararan a su
mano derecha, que puso sobre el corazón del lado izquierdo. Hubo necesidad de dos
descargas de fusilería y dos tiros de gracia disparados a quemarropa contra su corazón para
acabar con su vida, tras lo cual un comandante tarahumara, de apellido Salcedo, le cortó la
cabeza de un solo tajo con un machete, para recibir una bonificación de veinte pesos.
Posteriormente, su cuerpo fue enterrado en la capilla de San Antonio del templo de San
Francisco de Asís, en la misma ciudad de Chihuahua, y su cabeza fue enviada a Guanajuato y
colocada en la Alhóndiga de Granaditas, en cada esquina y dentro de una jaula de hierro,
junto a las de Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez, en donde permaneció por
diez años.
Honores
En 1821 su cuerpo fue exhumado en Chihuahua y, junto con su cabeza, se le enterró en
el Altar de los Reyes, de la catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Finalmente, desde
1925 reposa en el Ángel de la Independencia, en la capital. En 1869 fue erigido en su
honor el Estado de Hidalgo siendo su capital Pachuca.
Véase también
Hidalgo: La historia jamás contada
Decreto contra la esclavitud, las gabelas y el papel sellado
Historia de México
Padre de la Patria
Héroes verdaderos
Museo Histórico Casa de Hidalgo. La Francia Chiquita