Está en la página 1de 20

Societe d’Etudes Latines de Bruxelles

Aspectos de cronología romana arcaica A propósito de la lista real


Author(s): Jorge Martínez-Pinna
Source: Latomus, T. 48, Fasc. 4 (OCTOBRE-DECEMBRE 1989), pp. 798-816
Published by: Societe d’Etudes Latines de Bruxelles
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/41535479 .
Accessed: 15/06/2014 22:08

Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at .
http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp

.
JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of
content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms
of scholarship. For more information about JSTOR, please contact support@jstor.org.

Societe d’Etudes Latines de Bruxelles is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to
Latomus.

http://www.jstor.org

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
VARIÉTÉS ET DISCUSSIONS

Aspectos de cronología romana arcaica


A propósito de la lista real

Probablemente la diferencia más importante que existeentrela historiografia


latinay la griegaresideen el carácter eminentemente analístico de la primera. Las
listasde los magistrados epónimos, que en el mundogriegoprácticamente cumplian
tan sólo una funcióncronológica, derivópor el contrario en Roma hacia una
auténtica elaboración histórica, proporcionándole una sólidaestructura que conti-
nuamente se trasluceen el relatotradicional. Como diceP. Fraccaro,«questalista
è quindiil primoe piùimpórtente documento dellastoriaromana»C). En estafrase
Fraccarose referia a los FastiConsulares yporconsiguiente a la historia
republicana,
perovamosa suponerqueparael periodomonárquico inmediatamente anterior una
función similarla desempeñaría la listareal.
Segúnunaopiniónmuygeneralizada (2), la listarealromanaes unaconstrucción
artificial
y totalmente falsaen su cronología, pues partede una base en sí misma
incierta: tomandocomo puntode referencia la fechaen que segúnse suponía
comenzóla Repúblicay adjudicandouna generación por reinado,los primeros
analistasatribuyeron al períodomonárquico una duraciónentre240 y 245 años,
situando la fundación de la ciudaden un momento en tornoa mediadosdel siglo
VIII a.C. (3).
En efecto, la listade los reyesde Romano ofrece lasmismas garantías documenta-
les que la sucesivade los magistrados republicanos, pues no se trata sino de una
tradición que adquirió su forma definitiva en una fecha ciertamente antigua, perode
todasmanerasposterior a los hechosa que se refiere. Ademáshayque teneren

(1) P. Fraccaro,La storiaromana arcaicaen Opuscula 1 (Pavia,1957),p. 5. En el


mismo sentido G. De Sanctis,StoriadeiRomani , I (Firenze,1980),p. lss.
(2) O. Leuze,Dierömische Jahrzählung (Tübingen, 1909),p. 83ss.; S. Accame,I redi
Romanellaleggenda e nellastoria
(Napoli,s.a.),p. 157s.; E. Gjerstad, Legends andFacts
ofEarlyRoman (Lund,1962),p. 38s.; A. Alföldi,Early
History RomeandtheLatins (Ann
Arbor,1965),p. 126s.; J.Heurgon, RomayelMediterráneo occidental (Barcelona, 1970),
p. 148ss.; Idem,en Naissance deRome(Paris,1977),[p. 44] ; R. Thomsen, KingServius
Tullius
(Copenhagen, 1980),p. 30s.; P. M. Martin, L'idéederoyautéà Rome , I (Clermont-
Ferrand,1982),p. 221; J.Ch.Meyer,Pre-Republican Rome(Odense,1983),p. 120ss.
(3) Entre losanalistas
romanos tansóloCincioAlimento sesepara dela corriente general
situando
la fundación de Romaenel año728a.C. (fr.4 P, enDion.,I, 74, 1).

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
ASPECTOS ARCAICA
ROMANA
DE CRONOLOGÍA 799

cuentaalgunasconsideraciones que hacenpensarque la cronologia atribuida a los


diferentesmonarcas no se asientasobrebasesseguras.Porun lado existenrazones
de carácter biológico: la esperanzade vidadebiaserbastante reducida, con lo que
la duración concedidaa los reinados, que oscilaentrelos 24 añosde AncoMarcio
y los 44 de ServioTulio,es difícilque se cumpliera en todoslos casos.En segundo
lugarhayque tenertambiénpresentelas propiascaracterísticas de la sucesión
monárquica romana, puesal estarausenteel principio es muydifícil
dinástico, que
unapersonapudieraalcanzarel tronoen sujuventud, requiriéndose porel contrario
unaciertaexperiencia que sólo se conseguía conla edad,conlo cualse imposibilita
todavíamásunlargoreinado, situaciónque se extrema si aceptamos conla tradición
que muchosreyesno finalizaron sus díasporcausasnaturales (4). En últimolugar
algunosautoresañadena estasobservaciones el que la monarquía se definesólo
cuandola comunidad romanase constituyó en ciudad,momento que no coincide
conla fechatradicional de la fundación de Romasinoen unaépocamuyposterior,
con lo cualla monarquía debiódurara lo sumosigloy medio(5).
A pesarde todasestasobservaciones, la solucióna travésde la teoríade las
generaciones no me parecemuyconvincente, puesla formación de la cronología real
es
romana algo más que una «sort of arithmetical construction» (6). En muchos
autoresmodernos que hantratadoel temase puedeapreciarun intento de expli-
las
caciónque en ciertamedidasobrepasa propiasespeculaciones de los antiguos,
conlo queel resultado obtenido es tandesalentador comola mismainformación que
se tratade analizar.La utilizaciónde estemétodopresenta desdemipuntode vista
algunosaspectosnegativos que me hacendudarde su pretendido valoruniversal.

a. Contradiccionesy dificultades , que a su vez se puedecontemplar


explicativas
en diversosapartados.Por un lado nos encontramos con el cálculodel númerode
generaciones y la duraciónde estas.Es opinióngeneralizada que la cronología
monárquica romanase articuló a partirde sietegeneraciones de 35 años cada una.
Si aplicamosesteprincipio a los datosconocidos,se cumpleen su mayorparte,
aunquenuncacon una exactitud matemática (244 años= 34.85 años/generación ;
=
243 a. 34.71a./gen.).Sinembargo, segúnFabioPictor,primer historiadorque se
lanzaríaa talesespeculaciones,el períodomonárquico tuvouna duracióntotalde

(4) Rómulo : Liv.,I, 16,4 ; Dion.,II, 56,4. TuloHostílio: Liv.,I, 31,8 ; Dion.,III, 35,
Prisco
2. Tarquinio : Liv.,I, 40 ; Dion.,III, 73. ServioTulio: Lrv.,I, 48 ; Dion.,IV,39.
(5) Cf.H. Lasten САН , VII (Cambridge, 1964),p. 372; E. Gjerstad, EarlyRome ,V
(Lund,1973),p. 197; Idem,Innenpolitische undmilitärischeOrganisation infrührömischer
ZeitenANRW, I/l (1972),p. 153ss.; R. Thomsen, KingServius Tullius, p. 30.
(6) J.Ch.Meyer, Pre-Republican Rome, p. 120.Igualmente A. Alföldien Lesorigines
dela République romaine (Genève, 1966),p. 37 ; R.A. Laroche,Early Roman Chronology:
itsSchematic Nature en С. Deroux,Studies in LatinLiteratureandRomanHistory ; III
1983),p. 5-25.
(Bruxelles,

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
800 J.MARTÍNEZ-PINNA

240 anos(7), lo que significa que debiócalculara partirde una generación de 34


años (34.28 exactamente) (8). De todosmodosuna generación de 34-35anos no
se adaptaa la cronologíaalbana,claro ejemploa partirde las indicacionesde
Dionisiode las contradicciones que encierraestemétodo.SegúnDionisio,Romase
fundó432 anos despuésde la destrucción de Troya(9) o también16 generacio-
nes(10),lo que da exactamente un totalde 27 años porgeneración ; sinembargo,
la dinastíaalbanadesdeAscaniohastaAmulioocupaun totalde 425 años con 14
reyes(n), de maneraque si se identifica reinadocon generación, estaúltimaviene
a serde unostreinta años (30.35 exactamente) (12).
En efecto,la listarealalbanaes una construcción tardíay ficticia, productodel
deseodevincular a RómuloconEneasdesdela perspectiva de las nuevasinquietudes
cronológicas surgidas de la historiografíahelenística,paraasí llenarel intervalo de
tiempo existente entre la destrucción de Troyay la fundación de Roma. Dado su
carácter más literario que histórico, estadinastíano se articula sobre unos puntos
fijos,sinoqueporel contrario presentafuertesdivergencias en los diferentes
autores
que nos la hantransmitido (13).Así sucedecon el númerode sus reyesy el orden
de sucesión,aspectosen los que nuncase da unacoincidencia absoluta: inclusoel
propio Ovidio no se pone de acuerdo consigomismoen las dos ocasionesen que
la relaciona.Tambiénhay que destacarun puntoimportante en cuantoa la
cronología absoluta, puesen ocasionesse indicaunaduración de aproximadamente
300 añosparala dinastía albana(14),mientras que la tradición canónica,establecida
porCatóna partir de las indicaciones de Eratóstenes (15),la fijabaen másde 400
años,lo que ha llevadoa P. M. Martina pensaren la existencia de dos listasreales
sucesivas,unaprimera que comprendería diezmonarcas en 300 añosyunasegunda
alargaday adaptadaa los nuevoshitoscronológicos (16).

(7) Estamisma duración la admiten Cicerón(Rep.,II, 30, 52) y Eusebio( Chron ., I,


290s.).
(8) Cf.J.Ch.Meyer, Pre-Republican Rome, p. 123.Sobrela cronología deFabioPictor
véaseR. Werner, DerBeginn derrömischen Republik (München, 1963),p. 119ss.
(9) DION., I, 71,5.
(10) Dion.,I, 9, 4; 45,3.
(11) Dion.,I, 70-71.
(12) Véasesobreelparticular R. A. Laroche,TheAlbanKing-List inDionysiusI, 70-71 :
a Numerical Analysis en Historia31 (1983),p. 112-120.
(13) Diod.,VII,5, 7-12; Ар.,Reg.fr.1 ; Liv.,I, 3, 6-11; Dion.,I, 70-71; Ovid.,Met,
XIV,609ss.; Fast,IV,41ss.; Cas. Dio enZon.,7, 1,yenTzet.,Lyc.Alex.,1232; Origo
G.R.,17-19.Sobreestadiversidad С. Trieber, ZurKritik desEusebios: DieKönigstafelvon
AlbaLongaen Hermes 29 (1894),p. 124-142.
(14) Verg.,Aen.,I, 272s.: Hiciamtercentum totos annosgente
regnabitus subHectorea.
Igualmente Livio,I, 29,6,quienconcede a Albaunavidade400años; también XL!!!,
Just.,
1, 13.
(15) Cat.,fr.17P (enDion.,I, 74,2).
(16) P. M. Martin, L'idéederoyauté à Rome P. Ovidius
, I, p. 10.cf.F. Bömer, Naso.Die
Fasten, II (Heidelberg, 1958),p. 209s.

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
DE CRONOLOGÍA
ASPECTOS ROMANA
ARCAICA 80 1

Generalmente se ha atribuido la invención de estaficcióncronológica a Fabio


Pictor(17); sinembargo, no se poseeningún fragmento de esteautorque avaletal
y ni siquieraque mencione
hipótesis, la existencia de la dinastíaalbana,aunqueél
si eraconscientedelgranlapsode tiempoque mediabaentreEneasy Rómulo(18).
Ahorabien,si a pesarde la carenciade testimonios al respecto se puedepensarque
Fabioconocióla dinastía albana,él no fueel promotor de la misma,comodiceG.
Dury,sinoúnicamente continuador de una tradición ya establecida (19).Tal tradi-
ción no es evidentemente una creaciónromana,pues ni Ennio ni Nevio la
conocen(20),yaqueambosvinculan directamente a RómuloconEneas,conlo cual
nuestra miradaha de dirigirse necesariamente haciala literatura histórica griega,
siempre partidariade utilizar
en sus exposiciones este método cronológico - el de
lasgeneraciones - que,porel contrario, se presenta tanalejadode las concepciones
romanas (21).
En estesentidocobraespecialinterés la figura de Dioclesde Pepareto, mencio-
nadoporPlutarcocomotransmisor de
en Grecia una tradición ( Aóyoç) sobrela
prehistoriade Romaquefueutilizada porFabioPictoryqueacabósiendola versión
canónica(22).La figura de Dioclespresenta indudablemente demasiados problemas
comoparaatribuirle sinmásla paternidad de la listaalbana(23),puescomodiceS.
Mazzarino(24),en el relatoplutarqueo es imposible separarlo que es de Dioclesy
lo que pertenecea Fábio. Pero aun así, lo que me pareceinnegablees una

(17) J.Perret,Lesorigines de la légendetroyenne de Rome(Paris,1942),p. 491; A.


Alpöldi,EarlyRomeandtheLatins, p. 126.
(18) Véasela inscripción de Taormina publicada porG. Manganaro,Unabiblioteca
nelginnasio
storica di Tauromenion e ilP. Oxy.1241enPP' 29 (1974),p. 389-409; Idem,
Unabiblioteca storica nelginnasio a Tauromenio nelII sec.a.С. enA. Alföldi,Römische
Frühgeschichte (Heidelberg, 1976),p. 83-96.
(19) G. Dury-Moyaers, EnéeetLavinium (Bruxelles,1981),p. 79.
(20) Serv.,ad Aen.,I, 273: Naeuiuset EnniusAeneaeex filianepotem Romulum
conditorem urbistradunt Unarelación tanpróxima erayamantenida porel griego Alcimo,
enFest.,326L: Alcimus ait,Tyrrhenia Aeneae natum flliumRomulum fuisse.
(21) Cf.S. Mazzarino,Il pensiero storico
classico
, II/l (Bari,1973),p. 77 ; A. E.
Samuel,Greek andRomanChronology (München, 1972),p. 241ss.
(22) Plut.,Rom.,3, 1-2.
(23) Sobreestepersonaje, condistintas valoracionessobreel problema, E. Schwartz,
Diokles vonPeparethos en RE V/l (1903),col.798; V. Costanzi,Diocledi Pepareto en
StudStorAntClas 3 (1910),p. 74-87; G. De Sanctis,StoriadeiRomani, I, p. 222; J.
Carcopino, La Louvedu Capitole (Paris,1925),p. 54ss.; A. Piganiol,Histoire de Rome
(Paris,1939),p. 39s.; R. Flacelière,Surquelques passages desViesdePlutarque enREG
61 (1948),p. 85s.; A. Momigliano, Lineeperunavalutazione di FabioPittoreen Terzo
, I (Roma,1966),p. 62s.; E. Gabba,Considerazioni
contributo sullatradizione sulle
letteraria
dellaRepubblica
origini enLesorigines dela République romaine,, p. 140s; G. Manganaro,
Unabiblioteca storica nelginnasioa Tauromenio nelII sec.aC., p. 90 ; G. Dury-Moyaers,
ÉnéeetLavinium , p. 79s; C. Ampolo, Plutarco.Le vite
di Teseoe diRomolo (Milano,1988),
p. 276ss.
(24) S. Mazzarino, Il pensiero
storico classico
, II/1,p. 65s.

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
802 J.MARTÍNEZ-PINNA

participación, porpequeñaque puedaser,de esteautorgriegoen la elaboración del


relatosobrelos orígenes de Roma(25).
Ademásde Diocles,nos encontramos con otrosnombres griegosque aunqueen
fechasmástardías, se preocuparon asimismo porestacuestión, influyendo decisiva-
menteen la elaboraciónde los relatoshistóricoslatinos.Cástor de Rodas y
Alejandro Polihistor, expertos tratadistasen temasgenealógicos y seguidores de las
doctrinasgeneracionales aplicadaspor Eratóstenes, influyeron directamente en
Varróny en Livio(26),por lo que no seriade extrañar que participaran en la
reelaboración de la listarealalbana(27).
Perose creao no en estasintervenciones directasgriegasen la invención de la
dinastíaalbana,poseemosotrodato que apuntaen la mismadirección : la ono-
mástica.En efecto,si analizamoslos nombresde los reyesmencionados en las
diferenteslistas,podemosestructurarlos en tresgruposclaramente definidos : por
una parteaquellosvinculadosa la tradición latinade Rómulo,como son Proca,
AmulioyNumitor, ya su amplificación (otroAmulioyotroRómulo,citadoademás
de muydiversasformas : Rémulo,Arémulo, Arramulio) ; en segundolugar,otros
de
explicativos topónimos o étnicos (Alba, Tiberino,Aventino, Latino); y final-
mentey conclaropredominio, nombres sacadosde la onomástica griega,comoson
Eneas y Capis - copiadosde los antepasadosde Ascanio-, Apis,Atys,Epitoy
Capeto,y quizás tambiénAgripa,si aceptamoscon Ogilvieque no es sino la
interpretatiolatinade una formaprimitiva griegaAcrotas(28).Como biendice G.
De Sanctis,«Grecoè inveceprobabilmente l'autoredellalista,a giudicaresia da
alcunidei nomidei re,sia più e dalla consuetudine di riempire i vuoticronologici
con listedi reimmaginari dei quali,comedeired'Alba, non si sa poi direchepoco
о nulla»(29).
En definitiva, pareceserque parala confección de la listarealalbanase aplicó
una generaciónde 30 años(30), y que a tal invenciónhay que atribuirle una
paternidad griega,pues,comoya se ha dicho,la mentalidad romanase encontraba
muyalejadade estetipode reconstrucciones Nos encontramos
artificiales. así ante
una evidentecontradicción, pues seríamuydifícilexplicarque al tiempoque los
analistasromanosaceptabanestesistemacronológico parasu prehistoria, elabora-

(25) AsíJ.Perret,Lesorigines dela légendetroyenne deRome , p. 461,admiteestepapel


de Dioclesaunatribuyendo la listaalbanaa la imaginación de Fabio.Véasetambién A.
Momigliano, TheOrigins ofRomeen Settimo contributo (Roma,1984),p. 385.
(26) Aug.,Ciu.Dei, , XXI,8, 2 ; Serv.,adAen.,Vili,430; cf.Kdbuschek, Kastorvon
Rhodos en RE,X/2(1919),col.2352s.; J.Perret,Lesorigines de la légende de
troyenne
Rome, p. 612,n. 2.
(27) VéaseP. M. Martin,L'idéederoyauté à Rome , I, p. 10.
(28) R M. Ogilvie,A Commentary on Livy1-5(Oxford, 1965),p. 45. Estetermino
apareceenOvidio, Met.XIV,617.
(29) G. De Sanctis,StoriadeiRomani, I, p. 212.
(30) VéaseJ.Ch.Meyer,Pre-Republican Rome , p. 123; R A. Laroche,EarlyRoman
Chronology; p. 14ss.

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
ASPECTOS ROMANA
DE CRONOLOGÍA ARCAICA 803

ban por su parteuno similarpara la época monárquicapero utilizandouna


generación de 34-35años.La únicasoluciónque en principio puedeadoptarsees
la que sugiere J.Ch. Meyer: la fechade la fundación de Romano se estableció en
base a sietegeneraciones de 34 años, sino ocho de 30, con lo cual se explica
perfectamente la duraciónde 240 años que Fabio Pictorconcedíaa la monarquia
romana(31).Sinembargo, la listacanònicade los reyesde Romasiempre constade
sietemonarcas yno existeel menorrastro deloctavoparaquelos números cuadren:
TitoTacio,el corregente temporal de Rómulo, nunca fue incluido en la lista,puesto
su
que presunto reinadojamás se transformó en un dominio real ; asimismo tampoco
es válidoal testimonio de Dion Casio sobrelas ochoestatuas delCapitolio(32),pues
estehistoriador dicemuyclaramente que representaban sietereyesy al Bruto
a los
que expulsó a los Tarquinios, por que no entiendola dudade algunosautores
lo
modernos sobrela identificación de la octavaestatua(33).
La aceptaciónde la teoríade las generaciones presentaen mi opiniónotras
dificultades Así,
explicativas. las fuertes variaciones que se observan en la duración
de los diferentes reinados,pues tan sólo tres se encuentran entre los 30 ylos 40 años
(Rómulo37,Tulo32,Tarquinio Prisco38), mientras que dos rebasan los 40 (Numa
43, ServioTulio 44) y los dos restantes no llegana los 30 (Anco Marcio24,
Tarquinio el Soberbio25). Precisamente con el reinadode esteúltimomonarcanos
topamoscon una terceradificultad, cual es determinar cuándola tradición consi-
derabael finde la generación correspondiente a su reinado,si con ocasiónde su
expulsión deltronoo porel conrario en el año de su muerte, ocurrida15 añosmás
tarde,observación que no pudoescapara la preocupación de los analistas.
b. Antigüedadde la listareal Toda la tradiciónconcuerda en el hechode que en
Romareinaron sucesivamente sietemonarcas, en
y ningún momento puededetec-
tarsela másmínima alteración en susnombres, así comotampocoen el númerode
orden,manteniéndose constantemente la mismasucesión: Rómulo,NumaPompi-
lio, Tulo Hostílio,Anco Marcio,TarquinioPrisco,ServioTulio y Tarquinioel
Soberbio.Estoindicaindudablemente que la composición de la listase elevaa una
fechamuyantigua, impresión que se confirma analizandolos nombres de los reyes,
yaque raravez se repiten en la onomástica republicanay la mayoría prontocayóen
el máscompletodesuso.
Comenzandoporlos praenomina, puededecirseque Rómulo,Ancoy Numano
se repitenentodala onomástica republicana,siendoestoslos únicosconocidos(34).
Por su parte,Tulo es menosdesconocido, peroa partirde finalesdel sigloV a.C.
sigueel mismocaminoquelos anteriores ; enestesigloestándocumentados coneste

(31) J.Ch.Meyer, Rome


Pre-Republican , p. 123s.
(32) Cas. DIO,XL!!!,45,3-4.
(33) J.Heurgon, Romay el Mediterráneo p. 149s.; J. Ch. Meyer,Pre-
occidental,
Rome
Republican , p. 124.
(34) Naturalmentenoincluyo
aquia eseNumaMareiomencionado porLivio,I, 20,5.

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
804 J.MARTÍNEZ-PINNA

praenomen tansólo dos personajes : Tulo Cloelio(35),embajador romanodel año


438, y Talo Acio,jefevolscoen el relatode Coriolano,cuyacomposiciónono-
másticase alteraademássegúnse refieran a él autoresgriegoso latinos(36).Los tres
monarcasrestantes tienenpor el contrario unospraenomina muycomunes,como
son Lucio y Servio,ejemplosde los cualesno faltanen todaslas épocas.
El panoramaque ofrecen los nominarealeses todaviamásarcaizante. En primer
lugarhay que destacarque todos ellos derivande patronímicos ( Pompus- ►
; Hostius- > Hostilius ; Marcus- > Marcius; Tar%u - > Tarxunies ; Tullus
Pompilius
- ► Tullius),estructura antiquísima de formación de gentilicioy característica
ademásde elementossocialmente considerados (37). En cuantoa su distribución
temporal,puede decirseque apenas se encuentran ejemplosen la onomástica
republicana arcaica : de los Pompiüos el único conocido es un tribuno de la plebe
del año 420 (38); los Hostiliosson prácticamente desconocidos, no
pues aparece
ningúnindividuocon este nomenhastalas postrimerías del siglo III ; con los
Márciosse observala mismatendencia, puesdespuésdelsemilegendario Coriolano,
cuyas hazañas se sitúan en los inicios del sigloV, no comienzan a aparecercon
asiduidadmiembros de estagenshastael sigloIV ; respectoa los Tulios,el único
conocidoenépocaarcaicaes el cónsuldelaño 500,M' TulioLongoo Tolerino(39),
y prácticamente hastael sigloI a.C. no vuelvena figurar ; finalmente el gentilicio
Tarquinioes característico de estafamilia de origenetruscoque reinó en Romaen
el sigloVI,ytrasla participación de algunosde susmiembros enlos acontecimientos
de principios de la República,desaparecen totalmente de los registros onomásti-
cos C°).
Estaantroponimia tancaracterística nosconducea la suposición de quelos reyes,
al menosa partir de Numa,sonpersonajes históricos,comoyahaceañosseñalóde

(35) Liv.,IV, 17,2 ; Cíe., Phil,IX, 2, 5 ; Plin.,Nat Hist, XXXIV,23. Sobreeste


personaje F. Münzer,Cloelius.6 en RE,IV/1, 1900,col. 109; T. R. S. Broughton, The
Magistrates of theRoman ,
Republic I (New York, 1952),p. 58.
(36) TuloAccio: Dion.,VIII,1,4; Plut.,C/c., 1,1; Cor.,22, 1.AccioTulio: Liv.,II,
37, 1 ; Sil. Ital.,VIII,404; Auctuir.ill, 81,1.
(37) Cf.H. Rix,ZumUrsprung desrömisch-mittelitalischen ANRW,
Gentilnamensystems,
1/2(1972),p. 217ss; M. Cristofani, Introduzione allostudiodell'etrusco
(Firenze, 1973),
p. 116ss.; M. Torelli,StoriadegliEtruschi (Bari,1981),p. 71ss.En contra, perosin
argumentos válidosenmiopinion, G. Franciosi en Ricerchesullaorganizzazione
gentilizia
romana, I (Napoli,1984),p. 19ss.
(38) Liv.,IV,44,2.
(39) Dion.,V, 52, 1 ; CIL,I2 p. 486.VéanseF. Münzer,M Tullius Longus en RE,
VII/A/1 (1939), col. 1314-1315; T. R. S. Broughtton,The of
Magistrates theRoman
Republic , I, p. 10y 21 ; J.Suolathi,TheRomanCensors (Helsinki,1963),p. 143; J.C.
Richard, Lesoriginesdela plèberomaine (Paris,1978),p. 527.
(40) Sobreestagens,F. Schachermeyr en RE, lv/A/2(15Ш), col. zjms. ; î. in.
Gantz, The Tarquín Dynastyen Historia 24 (1975), 539-554;L. Bessone,La gente
Tarquinia enRFIC110(1982),p. 394-415.

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
ASPECTOS
DE CRONOLOGÍA
ROMANA
ARCAICA 805

Sanctis(41),y que la formación de la listareal se elevaa una fechaen ningún


momentoposterior al sigloV, cuandoel recuerdode la época monárquicase
mantenía todavíafresco.Estehechotieneademásuna incidencia muysignificativa
parala últimafasedelperíodoreal,la llamadamonarquía la máspróxima
«etnisca»,
a la constitución de la listay con unasbasesdocumentales
definitiva más seguras,
comotendremos ocasiónde comprobar.
c. Concordancias arqueológicas. En estepuntonos encontramos de nuevocon
unanetaseparación entrelos dos períodosenque claramente se dividela épocareal
romana.Para la fosede los reyeslatinos,las correspondencias entretradición y
arqueología sonciertamente difíciles
de precisar, perola situación es muydiferente
a partirdel primero de los monarcasetruscos.Efectivamente no sólo «iste una
concordancia globalentrela Romaarcaicaque nosmuestra la arqueología yel relato
tradicionalde los tresúltimos reyes,sinoque en contradel pesimismo manifestado
al respectoporJ.Poucet(42),en miopiniónes posibletambién asegurar correspon-
denciasprecisas, las cualesconfirman la veracidaden susgrandeslíneasdel relato
analísticoyla ideabastante exactaque los romanosteníande estafosede su historia
primitiva.
El primer ejemplose encuentra en los mismosiniciosde la «dinastíaetnisca»,
fechadaporla tradición en el año 616 con la entronización de Tarquinio Prisco,y
se
que corresponde con una clara transformación de la cultura latina,el período
llamadoorientalizante reciente o IVB,caracterizado acertadamente porG. Colonna
como«il trionfo dellaetruschizzazione del Lazio» (43),cuyocomienzose sitúaen
tornoal 625 a.C. peroqueno alcanzasuplenadefinición sinohastala últimadécada
del siglo.Estaprimera coincidencia no es un unicum, sinoque sirvede antesalaa
otrasqueconfirman la cronología tradicionaldelprimer Tarquinio. Así,su papelde
gran sistematizadorurbanista del valledel Foro queda refrendado por las investi-
gacionesarqueológicas en el
practicadas lugar,principalmente por que se refiere
lo
a las obrasde pavimentación y canalización y a las edificacionesen el Comido,la
Regiayel templode VestaС44); de igualmanera, participación la sacralización
su en
del Capitoliotampocodeja de serconstatada porla arqueología (4S).

(41) G. De Sanctis,StoriadeiRomani, I, p. 369ss.En el mismo sentido H. Last,en


САН, VII,p. 371; E. Gjerstad, undmilitärische
Innenpolitische Organisation inFrührömi-
scherZeit,p. 153ss.; Idem,EarlyRome, V, p. 197ss.; R. Thomsen, KingServius Tullius,
p. 29s.Cf.sinembargo lasobservacionesde M. Pallottino,Le origini di Roma: conside-
razioni tesullescoperte
critic! e sullediscussioni
piùrecenti enANRW, 1/1(1972),p. 43s.
(42) J.Poucet,Archéologie, tradition
ethistoire: lesorigines
etlespremiers siècles
deRome
enLEC 47 (1979),p. 352ss.
(43) G. Colonna,Preistoria eprotostoria
diRomae delLazioenPopoli e civiltà
dell'Italia
П (Roma,1974),p. 314.Véasedelmismo,
antica, culturali
Aspetti dellaRomaprimitiva: il
periodo recente
orientalizzante enArCl16(1964),p. 1-12.
(44) L. Quhjci,Romaprimitiva e leoriginidellaciviltàlaziale(Roma,1980),p. 312; J.
MakiInez-Pinna,De Vrbe conditaenAcademia S3 (1981),p. 35ss.
(45) J.Martínez-Pinna, Evidenza diuntempio di GioveCapitolinoa Romaall'inizio del

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
806 J.MARTÍNEZ-PINNA

Respectoal segundomonarcade esteperiodo,ServioTulio,también se documen-


tan correspondencias cronológicasentrehechosque le atribuye la tradicióny
hallazgosarqueológicos. La mássignificativa es sindudaaquéllaque se localizaen
le áreasacrade S. Omobono,en el Foro Boario,dondese alzabanlos templosde
Fortunay MaterMatutacuyaconstrucción concedíala tradición a estemonarca:
efectivamente la fase más importante del santuario,con destacadasterracotas
decorativas,corresponde a los anostradicionales de ServioTulio(4б),e inclusolos
másreaciosno dejande reconocer la coincidencia (47).Respectoa la existencia de
un sistemadefensivo en Romaconstruido poresterey,la documentación arqueo-
lógicano es todo lo claraque se desearía(48),aunquetampocose puedeafirmar
categóricamente la ausenciatotalde pruebas, y si unimosla evidencia romana,por
escasay discutible que sea,a los testimonios que contemporáneamente se conocen
en el Lacio, forzosamente habremosde reconocercon F. Castagnolique «on ne
pourradoncplusmettre en doutel'existence des mursserviens à Rome»(49).Otro
hechono menossorprendente lo encontramos en la presenciade Vulcien Roma,
documentada tantopor las fuentes literarias como por las arqueológicas, coinci-
diendocon el reinadode ServioTulio,únicomonarcaromanoque presenta alguna
vinculación con la etniscaVulci(50).
Finalmente la ubicacióncronológicade Tarquinioel Soberbioqueda en mi
opinióntotalmente asegurada enlos últimos añosdelsigloVI porlos restosdelgran
santuario capitolino,cuyaobradefinitiva es umversalmente atribuidaporla tradición
a estemonarca(51).
Desgraciadamente las concordancias arqueológico-tradicionales parala primera
fasede la monarquía romanasonyamuchomásdifíciles de establecerconseguridad,
porno decirimposible. En un libroreciente y referido a estaépoca,J.Poucetha
puestode manifiesto la imposibilidad de fijarconcordancias puntuales : la fundación
de Roma,el dualismoromano-sabino, la destrucción de Alba, etc.,son simples
tradiciones carentesen absolutode veracidadhistórica, como en generaltoda la
literaturareferente a los cuatroprimeros reyesde Roma(52). Sin embargo, una
generalización absolutame parecetanradicalcomo el candorcon que granparte

VIsec.а.С. enArchLaz 4 = QuadAEI 5 (1981),p. 249-252; G. Colonna,Tarquinio Prisco


e il tempiodi Giove en PP 36 (1981),p. 41-51.
Capitolino
(46) VéaseportodosA. Sommella Mura,S. Omobono. La decorazione del
architettonica
tempio arcaicoen PP 32 (1977),p. 62-128; Idem,en Enea nelLazio(Roma,1981),
p. 115ss.; J.Poucet,La Romearchaïque enAC49 (1980),p. 290ss.
(47) Porejemplo, J.Poucet,Archéologie,tradition , p. 355s.
ethistoire
(48) Cf.R Thomsen, KingServius , p. 218ss.
Turnus
(49) F. Castagnoli,Lessanctuaires duLatium archaïqueen CRAI,1977,p. 462.
deiRosoni
(50) G. Colonna,Il cicloetrusco-corinzio en SE 29 (1961),esp.p. 80 ; J.
Martínez-Pinna, TarquinioPrisco
y Servio TulioenAEspA 55 (1982),p. 54s.
(51) E. Gjerstad,EarlyRome, III, p. 177ss.
(52) J.Poucet,LesoriginesdeRome.Tradition ethistoire 1985),p. 116ss.
(Bruxelles,

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
ASPECTOS
DE CRONOLOGÍA
ROMANA
ARCAICA 807

de los modernos admiteel relatotradicional yquejustamente critica Poucet(53).En


algunosaspectos,esteproblema presenta grandessemejazascon la llamada«cues-
tiónhomérica», enel sentido de quela arqueologia no confirma el relatode Homero,
perotampocose encuentra en abiertacontradicción conél (54).Planteadoal asunto
desdeestepuntode vista,la situación puedecambiarnotablemente, sobretodoen
lo referentea unmomento crucialde la historia
de Roma: la definición de la época
numaica.
En mi opinión,el únicoaciertode la teoríade G. Dumézilsobreel carácter
trifuncionalde los primeros reyesde Roma(55),es aquélque confiere a Rómuloy
a Numala función de soberania, representada respectivamente en sus dos aspectos
de Varunayde Mitra.Asi,en la mentede los primeros analistas Romahabíatenido
dos fundadores, puesRómuloera considerado comotal en la vertiente políticay
social,y Numa en la Sin
religiosa. embargo, entre ambospersonajesexisteuna
diferencia fundamental. La constitución de Rómuloes totalmente falsa,no sola-
menteen la detalladaexposiciónde la mismaque nos hace Dionisio(56),sino
tambiénen las restantes mencionesque de ella encontramos en la tradición,
en
producto general de la corriente de desetrusquización que caracterizaa la
analística(57); ademásla mismacualidadde falsedadla podemosextendersin
ningún temoral propioRómulo,personaje creadoen épocaciertamente antigua(S8)
peroqueresponde a la ideade unfundador de la ciudadal estilode la xríaiçgriega.
Por el contrario,Numaes una figura que cada vez emergecon mayorclaridad
entrela penumbra de la leyenda, y aunquecon posterioridad se vio adornadocon

(53) Véasemicomentario al librocitadode J.Poucet, J.Martínez-Pinna, La tradición


sobrelosorígenes
literaria deRomaen Gerión 4 (1986),p. 329-340.
(54) Cf.J.Chadwick, Homère, un menteur? en Diogène 77 (1972),p. 3-18; M. I.
Finley,Schliemann's Troy. OneHundred YearsAfter enРВА60 (1974),p. 3-22; L. E. Rossi,
Lospoemas homéricos comotestimonio depoesíaoral,enR BianchiBandinellaHistoria y
delosgriegos
civilización (Barcelona, 1982),I, p. 83.
(55) G. Dumézil, Mitoy epopeya I (Barcelona, 1977),p. 245ss.
(56) Dion.,II, 7-29.Sobreestepasajeycondistintas opiniones,pueden verseE. Gabba,
StudisuDionigi diAlicarnasso./enAthenaeum 38 (1960),p. 175-225 ; R Klein,König-
tumundKönigszeit beiCicerón (Erlangen, 1962),p. 60ss.; C. J.Classen,Romulus inder
römischen Republiken Philologus 106(1962),p. 194; J.Poucet,Recherches surla légende
sabinedesorigines deRome(Louvain, 1967),p. 341; Idem,Lesorigines deRome , p. 234;
J.C. Richard, Pax,Concordia etla religion officiellede Janusà la finde la République
romaine enMEFR75 (1968),p. 344s.; G. Ferrara,Commenti al dopoguerra aziaco.Hlen
La Cultura 8 (1970),p. 22-39; R A. Palmer,TheArchaic Community oftheRomans
(Cambridge, 1970),p. 80ss.; J.P. V. D. Blasdon,Dionysius on Romulus: A Political
Pamphlet ? enJRS61 (1971),p. 18-27.
(57) Véasesobreesteparticular D. Musn,Tendenze nellastoriografiaromana e grecasu
Romaarcaica(Roma,1970),p. 30ss.
(58) Diferentes opiniones enE. Gjerstad, EarlyRome. V,p. 202s.; G. D'Anna,Il ruolo
diLavinium e diAlbanellaleggenda delleorigini
diRomaenArchLaz 3 - QuadAEI, 4 ( 1980),
p. 159; P. M. Martin, L 'idéederoyauté à Rome , I, p. 224s.

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
808 J.MARTÍNEZ-PINNA

añadidosque modificaron su personalidad (59),su obracuadraen lineasgenerales


conel panorama quela arqueologia nosofrece parala épocaenquetradicionalmente
vivió.La figura de Numagirafundamentalmente en tornoa su reforma religiosa,
configurándose a los ojos de la tradición comoel creadorde la organización cultual
romana,paralelamente a la organización politico-socialque Rómulohabiaestable-
cidocuandola fundación de la ciudad.Sinembargo, enla reforma numaicano puede
verseexclusivamente unintento de sistematización ycreaciónde colegiossacerdota-
les, sino que trasciendeel ámbitopuramente religiosopara convertirse en la
auténticaactade nacimiento de la comunidad romana.
A la reforma de Numano podemosbuscarleuna estricta confirmación porun
mediodistintoal relatotradicional, pero sí disponemosde otroscaminosque
partiendo de un puntodiferente concluyen en el mismoresultado : la investigación
topográficaporun lado - centrada sobretodoen la festividad del Septimontium -
y la arqueologíaporotronos enseñanque en el últimoterciodel sigloVIII Roma
atravesóporuno de los momentos crucialesde su historia, pues al unificarse los
distintospoblámientos el
que ocupaban lugar, se inició el periodoprotourbano
coincidenteconla faseIVA de la cultura lacial.Estacambioprofundo necesitaba una
organización, que no es otra la
que que encontramos bajo la llamada reforma de
Numa,interpretada por la analística en clave religiosapara conceder a Rómulo el
beneficiopolíticoque automáticamente le conferíasu papel de fundador de la
ciudad(60).
Desde el puntode vistacronológico, esta concordancia tieneuna importancia
ciertamente notable,puesademásde justificar la fechade 728 parala fundación de
Romapropuesta por CincioAlimento, sobretodo permite fijarcronológicamente
la «época numaica»en un momentocoincidente con los años tradicionales del
reinadode Numa.Con ellola teoríade lasgeneraciones termina de derrumbarse por
completo, apareciendo másquenadacomouna«leyenda moderna» entrelas muchas
que se hanideadosobrelos orígenesde Roma.

II

Segúncreo,el problemade la listarealhayque comprenderlo en el contexto


de la formación
general de la tradición,
haciéndosenecesario entrelos dos
distinguir
períodosfundamentalesen que se dividela monarquía romana,el «latino-sabino»
porunladoyel «etrusco»porotro.El primero de ellospresenta
lógicamente mayor

de la figura
(59) Sobreel desarrollo de Numaenépocarepublicana J.Heurgon, Roma
y elMediterráneo L'idéederoyauté
p. 153ss.; P. M. Martin,
occidental, , I, p. 247s.
à Rome
E. M. Hooker,TheSignificance
(60) Véansesobreestascuestiones ofNumas Religious
ReformsenNumen 10(1963),p. 87-132; L. R.Ménager, Lescollèges lestribus
sacerdotaux,
etlaformation deRome
primordiale enMEFR88 (1976),p. 456ss.; J.MariInez-Pinna, Los
delejército
orígenes romano(Madrid, 1981),p. 234ss.,ysobretodomiartículoLa reforma
deNumay laformación deRomaen Gerión 3 (1985),p. 97-124.

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
ASPECTOS
DE CRONOLOGÍA
ROMANA
ARCAICA 809

númerode dificultades, puesse encuentra más alejadoen el tiempoy sobretodo


inmerso enunarealidad culturalmásprimitiva. Peroa pesarde todo,no veorazones
de pesoparapodernegarla historicidad de los reyesa partir de Numa: la carencia
de pruebas tantoparaafirmar su interpolacióncomo,lo que es másimportante para
negarsu existencia, segúnha sido repetidasveces afirmado (61), me inclinana
conceder a la tradiciónciertogradode confianza. Ahorabien,la historicidad de los
reyesno implicaque la listarealsea totalmente auténtica (62): las razonesaducidas
anteriormente en contrade la largaduraciónde los reinados,son perfectamente
aplicables a los primerosmonarcas romanos. Muyprobablemente reinaron bastantes
más de los tresconocidos,pero su personalidad debió caer prontoen olvido,
convirtiéndose tansólo en simplesnombres que con el paso del tiempo,a la hora
de fijarpor escritolos primeros registros históricos, ya habíansido totalmente
olvidados.Por el contrario, aquéllosque pervivieron debidoa acontecimientos
fue
relevantes que de una u otra manerase vincularon a sus personas.
El caso de Numaes el másevidente y sobre él no voya insistir : Numapervivió
gracias a su reforma.Tulo Hostílioreviste su
por parte característicasdiferentes a
las de su antecesor. Su figuraes presentadapor la tradición señaladamente guerrera,
comoyaexpresóhaceañosDumézilatribuyendo a estemonarcala segundafunción
que él veía repetirse una y otravez en los esquemasmíticosde los pueblos
indoeuropeos (63).Sinembargo, no creoque sea éstala razónexclusiva de la «fama»
de Tulo, pues su personalidad presentaotrasimportantes facetasademásde la
guerrera, yporsu parteotrosreyesromanosdestacaron en la guerra tantocomoél.
Como dice Heurgon (64),la leyendade este reyprocedede tradiciones épicas,
precisamente de aquéllasque celebraban la destrucción de Alba y la hegemonía
romanasobreel Lacio,ysobretodola gestade los Horacioscomopuntoculminante
del conflicto. Precisamente estosúltimosllegaron a competir en protagonismo con
el propiorey,que engravesmomentos se ve reducidoa uncomparsade excepción,
puesel núcleode la historiaestacompuesto precisamente por la leyendade los
Horaciosy lo demásfueañadidoa posteriori. Todo parecepuescomosi Tulofuese
en principio conocidocomoel monarcaque «preside» desdesu tronola hazañade
los Horacioy que su pervivencia se deba a figurar en el carmenprincipal de una

(61) L. Pareti,StoriadiRomae delmondo romano, I (Torino, 1952),p. 294ss.; H. Last


en САНVII, p. 371ss.; E. Gjerstad,Innenpolitische undmilitärische Organisationin
Zeit,p. 154; R.Thomsen,
frührömischer KingServius Tullius, p. 27ss.; cf.lasobservaciones
deG. De Sanctis,Storia deiRomani , I, p. 369ss.Abiertamente encontra estánentreotros
К. J.Běloch,Römische Geschichte (Berlin, 1926),p. 225; A. Alföldi,en Lesorigines de
la Républiqueromaine, p. 37.
(62) Cf.P. M. Martin,L'idéederoyauté à Rome , I, p. 222.
(63) G. Dumézil,HoraceetlesCuriaces (Paris,1948); El destino delguerrero (Madrid,
1971),p. 15ss.; Mitoy epopeya I, p. 259ss.
(64) J.Heurgon, Romay el Mediterráneo occidental, p. 154s.También P. M. Marun,
L'idéederoyauté à Rome, I, p. 248s.

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
810 J.MARTÍNEZ-PINNA

influyente gensde los primeros tiemposrepublicanos, quandose estabagestandola


listareal.
Más particular se presenta el caso de Anco Marcio,a quienDumézilpretende
hacerel representante de la tercera función (65),peroque en realidadvienea seruna
sintesis
de la personalidad de los monarcas anteriores(б6).En comparación a estos
últimos, la figurade Anco es un tantoamorfa, es decirno poseeuna peculiaridad
que destaqueexcepcionalmente, ni tampocoestávinculadoa algúnacontecimiento
considerado fundamental porla tradición, de maneraque en si mismoestehecho
puedeseruna pruebade la historicidad de Anco.El problema resideen descubrir
qué razonesexistenparaque su recuerdo hayaperdurado y conservado su nombre
en la lista real. SegúnL. Pareti(67), al ser Anco el ordenadordel derecho
pontifical(68),estereyfueluegorecordado porlos pontífices enlosAnnalesMaximi ,
que en opinionde Pareties la fuenteoriginaria y fundamental para el período
monárquico. Yo no creoque estéaquí la clave(69),puesla relaciónentreAnco y
los pontífices parecemás bien una consecuenciadirectade su vinculación con
Numa,del cualAnco,a los ojos de la tradición, se consideraba el heredero tanto
familiarcomopolítico.La gestade Anco,unavez desprovista de todoslos añadidos
posteriores (70),giraen torno a dos : un
ejes principalespor lado las campañas
militares,contempladas en sus aspectosbélico,demográfico yjurídico-religioso, y
porotrosu condición de últimorey«nacional» ysu relaciónconel emigrado etrusco
Lucumo-Tarquinio, y quizássea éstala razónúltimade de su paso al recuerdode
la historia su
y permanencia en la listareal(71).
El segundoperíodode la monarquía romana,el llamado«etrusco», no puede
juzgarse con los mismos parámetros que el anterior.En efecto, enlo referentea esta
época la narración analística,pese a contener todavíamuchoselementos anacró-
nistosy legendarios, adquiereindudablemente una mayorseguridad (72). A este
hecho contribuyeron dos factoresfundamentales. En primerlugarlas propias
condiciones culturales
de Roma,que se desarrollaron extraordinariamente a lo laigo
del sigloVI, comolo pruebanporunapartela difusión de la escritura,
que poco a
pocova abandonando suprimera utilización comobiende prestigio paraconvertirse
en un instrumento al serviciode la ciudad,y por otrael desarrollo urbanístico y
monumental, testimonio mudode la obrade los diferentes reyesque sin lugara

(65) G. Dumézil,Tarpeia (Paris,1947),p. 176ss.; Mitoy epopeya, I, p. 262.


(66) Cf.P. M. Mar™,L'idéederoyauté à Rome , I, p. 253ss.,quienparece sinembargo
admitirla teoría
trifuncional
de Dumézil.
(67) L. Pareti,StoriadiRomae delmondo romano , I, p. 304ss.
(68) Liv.,I, 32,2 ; Dion.,III, 36,4.
(69) Véaseelcomentario a lostextos deB. W.Frier,Libri
anteriores Annales Pontißcum
Maximorum (Roma,1979),p. 97.También P. M.Martin, L'idéederoyauté à Rome ,I, p. 80.
(70) Sobreel particularJ.Poucet,Lesorigines deRome , p. 152ss.; 221ss.
(71) Cf.P. M. Martin,L'idéederoyauté à Rome , I, p. 259.
(72) J.Heurgon, Romay el Mediterráneo occidental, p. 155.Parael casomásconcreto
de Livio,J.Poucet,Le premier livrede Tite-Live
etl'histoire en LEC 43 (1975),p. 348.

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
ASPECTOS ROMANA
DE CRONOLOGÍA ARCAICA 8 11

dudasejercióunagraninfluencia sobrela formación de la tradición (73).El segundo


no menosimportante
factor, que el anterior, lo constituye la intensificación
de las
relaciones que en el sigloVI Romamantiene con otrosambientes culturalesmás
desarrollados,estoes griegosy etruscos, que a partir de estaépoca se interesan de
unamaneradirectaporlos asuntosde Roma.
Asi pues,esta mayory más diversificada posibilidadde información de que
disponíala analística cuandose ocupódel sigloVI, forzosamente teniaque incidir
- y de unamanerapositiva- en la elaboración de la listarealy engeneralentodas
las cuestionescronológicas, aunquetodavíanos encontremos alejados de una
seguridad absolutaal respecto.Es un hechofuerade toda duda que el horizonte
históricode Romase amplióconsiderablemente a lo largodel sigloVI y portanto
los redactores de los primerosrelatoshistóricos, aun dentrode la oscuridad
la
impuestapor lejanía del tiempo, dispusieron de unos puntosde referencia
cronológicos mayores en número y más segurosrespectoal periodoanterior.
Un indicioiluminador sobrela mayorseguridad cronológica parael sigloVI lo
encontramos en los FastiTriumphales. En estarelaciónde épocaaugustea se puede
observar que cuando se hace mención a los denominados reyes «nacionales», el
redactor se ve imposibilitado paraespecificar los años concretos de sus respectivos
triunfos,con la lógicaexcepciónde los dos primeros de Rómulo,que segúnse
suponíahabíantenidolugaren el primeraño de su reinadoy en consecuencia
también en el primero de la ciudad.Por el contrario los trestriunfos de Tarquinio
de
Prisco,los tresde ServioTulioy los dos Tarquinio el Soberbio estaban fechados
ab Vrbecondita (74).Como dice Poucet,los Fasti Triumphales tienen que consi-
derarsecomo una tradiciónanalísticamás(75), pero hay que reconocerque su
redactordebió buscarreferencias cronológicasque le permitieran fecharcon
exactitud los triunfos que reseñaba.Evidentemente no nos encontramos aquí con
una especulación eruditae indemostrable sobreunasfechasconcretas, al estilode
las que observamos en los analistasGneo Gelio y LicinioMacera propositode
cuándose estableció Tarquinio PriscoenRoma(76),puestoquede serasíno hubiese
tenidoinconveniente algunoen extender tal especulación a los reyesanteriores.

(73) Sobreesteúltimo puntovéaseprincipalmente F. Castagnoli,Topografia romana e


tradizione su Romaarcaicaen ArCl25-26(1973-74),p. 123-131,quien
storiografica
reconoce deltestimonio
la fiabilidad respecto a Servio
TulioyTarquinio perono
el Sobrebio,
asíparaelprimero delosTarquinios.Sobreeltemaengeneral, T. Frank, AnEconomic Survey
ofAncient Rome, I (Baltimore,1933),p. 3ss.; T. J. Cornell,Alcuneriflessioni sulla
formazione dellatradizione suRomaarcaica
storiografica enRomaarcaicae lerecenti scoperte
archeologiche (Milano,1980),p. 28ss.
(74) A. Degrassi,InscriptionsItaliae,XIII/1. FastiConsulareset Triumphales(Roma,
1947),p. 534s.
(75) J.Poucet,Lesorigines deRome , p. 118s.
(76) Gellio,fr.18P ; Macer,fr.8 P (enDion.,IV,6, 4). Sobrela cuestión D. Timpe,
FabiusPictorunddieAnfinge derrömischen , en ANRW,1/2(1972),
Historiographie
p. 964ss.; B. W.Frier,LibriAnnalesPontificum Maximorum , p. 205; L. Bessone,
La gente
Tarquinia, p. 399s.

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
812 J.MARTÍNEZ-PINNA

Otroargumento a teneren cuentaen el mismosentidoes la mayorfiabilidad que


ofrecela listareala partirde Tarquinio Prisco,pesea todoslos intentos poraplicar
a estafaselos mismoscriterios que a la anterior. En efecto,aun reconociendo la
historicidad de los tres últimosmonarcas,muchosautoresmodernosse han
planteadola cuestiónsobrecuántosTarquiniosreinaronen realidad,así como
cuántosotros,ademásde ServioTulioy de los Tarquinios, se sentaronasimismo en
el tronode Roma.
Estaúltimacuestión derivasobretodode la célebrereconstrucción propuesta por
A. Alföldisobrela historia romanaarcaica(77).Segúnla idea de Alföldi, Romase
convierte en el sigloVI en unaciudaddominadasucesivamente porla potenciaque
en esosmomentos sustentaba la hegemonía en Etruria, de maneraque en estaépoca
reinaron en Romapersonajes procedentes de Tarquinia, Caere,Vulci,Veyes(?) y
Clusium.Estareconstrucción, que presenta todala apariencia de unanuevahistoria
de Roma,alcanzóun notableéxito(78),peroen la actualidades totalmente inad-
misibley no resisteuna críticaprofunda (79).
Finalmente respectoa la posibilidad de que reinaran másde dos Tarquinios, yo
no encuentro razón algunapara dudarde la tradición.SegúnP. M. Martinla
tradición mencionasolamente dos, peroteniendoen cuentala visiónsintética que
éstateníade la historia primitiva de Roma,se produjouna simplificación evidente
al situarunoal principio yotroal final,abarcando asítodala historiade unadinastía
que la tradicióncomprendía como un cuerpo único ; pero existieron
otrosTarqui-
niosreyes,al menosuno con seguridad, el CneveTarxuniesRumaxde la tumba
Françoisde Vulci,y quizástambiénel Arrunte hermanode Tarquinioel Sober-
bio (80).Respectoa esteúltimo,no existela menorposibilidad de que su reinado
fuese«escamoteado» por la tradición; incluso su existenciaplanteaseriasdudas,ya
que la apariciónde estepersonajeformando parejacon Lucumo/Lucio, segúnpuso
en relieveJ. Gagé(81),revelala presenciade un mitoetruscoque simbolizaba la
oposiciónentreel poderpolítico,encarnado en Lucumo,y el sacerdociorepresen-

(77) A. Alföldi,EarlyRomeand theLatins , p. 202ss.; Römische Frühgeschichte,


p. 151ss.
(78) J.Heurgon, RomayelMediterráneo occidental, Lesorigines
p. 158s.; J.C. Richard,
dela plèberomaine, p. 287s.; J.M. Roldán,La República romana (Madrid,1981),p. 57 ;
C. Fayer,Aspetti
divitaquotidiana nellaRomaarcaica (Roma,1982),p. 47 ; P. M. Martin,
L'idéederoyautéà Rome , I, p. 261s.
(79) Véanselasseveras de G. Colonna,QualiEtruschi
críticas a Romaen GliEtruschi
e Roma(Roma,1981),p. 165,quienllegaa calificar dichateoría comoun«mito moderno».
También J.MariInez-Pinna, TarquinioPriscoy ServioTulio, p. 58.
(80) P. M.Martin, Le soucichronologiquedansla traditionsurla généalogie
desTarquins
enAiôn.Le temps chezlesRomains (Paris,1976),p. 55s; L'idéede royauté à Rome , I,
p. 262s.
(81) J. Gagé,Arruns de Clusium et l appelaux Gaulois(?) en RHR 143 (1953),
p. 170-208.

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
ASPECTOS
DE CRONOLOGÍA
ROMANA
ARCAICA 813

tado por Arrunte ; es la lucha entreel «bien»y el «mal»manipuladapor los


historiadores romanosparaperfilar el contenido psicológicode suspersonajes (82).
Algosimilarocurrecon CneveTaixunies.Un ampliosectorde la investigación
confierea estepersonnela dignidadde rey,perose encuentra con la dificultad de
adaptarle a la listareal,porlo que algunosle identifican con TarquinioPrisco(>3)
y otrosle concedenun reinadopropio(M). Sin embargo, la dudapersiste, puesno
hayrazonesparahacerreya CneveTarxunies (8S),ya que pareceque tal cualidad
se da como un hechoaseguradoen virtudde su nombrey por figurar como
representante de Roma en una escenabélica multinacional. Inclusoexisteuna
pruebanegativa, y es la indumentaria de los personajesque figuran en la pintura.
Algunos llevan la praetexta, símbolo del poder,pero no está entre ellos nuestro
personaje, cuyatoga no tiene la orlarojadistintiva (M). Asi pues, de este Tarquinio
sólo podemosdecircon M. Grantque «we cannotsay who CneveTarchunies
Rumachwas,exceptthathe was a Tarquínand a Roman»(8?) y todointento por
situarleen el árbolgenealógico de su familiano es por el momentomás que un
juego(íg).
Llegadosa estepuntoconvieneplantearse la siguiente cuestión : los romanos
solíancontarel tiempo tomando como referencia el año de la fundación de su
ciudad,y hastael momento de fijardefinitivamente esta fecha, mediante diferentes
sistemas comolas magistraturas epónimas, la eraCapitolina, la caídade los reyes,
etc.(89).Sinembargo, Romaerayauna ciudaddesdecomienzosdel sigloVI, con

(82) VéaseJ.MarUnez-Pinna, La tradición sobre elorigen de TarquinioPriscoa aparecer


enlasActasdelII Congresso Internazionale Etrusco .
(83) G. Kürte,EinWandgemälde yonVulci alsDocument zurrömischen Königsgeschichte
enJDAI12(1897),p.73 ; E. Ciaceri,Leorigini diRoma(Milano, 1937),p. 264; L. Pareu,
StoriadiRomae delmondo romano , I, p. 310s.; H. H. Scullard,TheEtruscan Citiesand
Rome(London,1967),p. 256; J.Heurgon, Romay elMediterráneo occientalp. 159; R.
T. Ridley,TheEnigma ofServius Tullius en Klio57 (1975),p. 166; R Thomsen, King
Servius Tullius,p. 89s.Cf.F. Coarelli,Lepitture dellatomba François : unaproposta
a Vulci
di letturaenDdA1/2(1983),p. 62.
(84) G. De Sanctis,StoriadeiRomani, I, p. 369; L. Homo,La Italiaprimitiva y los
comienzos delimperialismo romano (México,1960),p. 95 ; A. AlfOldi, Romeandthe
Early
Latins, p. 207; A. J.Pfiffig, Tarquinius. 5 enKIPauly ; V (1975),col.525; Ch.Saulnier,
L'armée etla guerre dansle monde étrusco-romain (Paris,1980),p. 100.
(85) U. Cou, Regnum en SDHI 17(1951),p. 29 ; T. N. Ganiz,TheTarquín Dynasty,
p. 552; J.Martinez-Pinna, Tarquinio Prisco y Servio Tulio, p. 48s.
(86) Cf.E. Gjerstad,Discussions concerning EarlyRome.3 en Historia 16 (1967),
p. 273.
(87) M. Grant,TheEtruscans (London,1980),p. 171.En el mismosentido P. De
Francisci, Primordia Civitatis(Roma,1959),p. 641; A. Hus, Vulciétrusque etétrusco-
romaine CPdňs , 1971),p. 104.
(88) Asi los intentos porconsiderarle ese desconocido hijodel Priscoy padredel
Soberbio : T. N. Gañiz,TheTarquín Dynasty, , p. 552s.; G. Radke,Etrurien - einProdukt
politischer undkultureller
; sozialer Spannungen en Klio56 (1974),p. 46.
(89) Veaseengeneral sobre talessistemas к. Werner, DerBeginn aerrömischen KepubliK
p. 210ss.

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
814 J.MARTÍNEZ-PINNA

un desarrollo cultural y políticosimilar en todoa suscontemporáneas etruscasy en


muchosaspectostambién a lasgriegas,porlo queenmiopiniónno seríaaventurado
pensarsi previamente al iniciode los sistemas mencionados, no disponían yade un
eponimato o de cualquier otromodode cómputo cronológico. Ciertamente estaidea
puedepareceren la actualidad totalmente indemostrable, puesademásde carecerde
una información adecuada,se topa con gravesproblemas en relaciónal origende
los Fastosy al valorde estosen susprimeros momentos. Ahorabien,a pesarde las
incertidumbres que presenta, mepareceunahipótesis legítima que se apoyaenunos
hechosque aunquemarginales, incidenmuydirectamente sobrela cuestión, como
son el calendario y el testimonio etrusco.
El calendario, institución tanfundamental de la vidareligiosa, políticay civilde
los romanos, fuélógicamente atribuido porla tradición a los reyesfundadores, de
maneraque Rómuloaparecíacomo el creadorde un primitivo calendariode diez
meses,mientras que a Numase le concedióla importante reforma materializada en
el año de doce meses,en uso hasta las innovaciones introducidas por Julio
César(90).Sinembargo, al igualque ocurreconotrasmuchasinstituciones arcaicas,
la tradiciónno hizo sino anticiparsobreNuma una novedadque en realidad
correspondía al períodoetruscode Roma(91),como acertamente ya llegóa ver
JunioGracano,desviándosedel tono generalde los anticuarios al atribuir su
introducción a TarquinioPrisco(92).Efectivamente la críticamodernada la razón
a Gracano,fijandoen época etniscael calendariolunarde doce meses como
antecedente del lunisolarestablecidopor los decenviros (93). La institución del
calendario significa la organización cívicadel tiempo,en la cualla personadel rey
asumeunafunción de claroprotagonismo (94).De aquíal nacimiento de un sistema
de cómputoglobaldel tiempo,girandoigualmente en tornoa la figura real,no hay
más que un paso, dada ademásesa estrechísima relaciónentreel calendarioy el
poderpolítico.

(90) Rómulo ; Ovid.,Fast, I, 27 ; III, 99 ; 119; Gell., Noct.At, III, 16,16; Serv.,Ad
Georg., I, 43 ; Cens.,Die nat, 20,2-3; Solin.,I, 35-36; Macr.,Sat I, 12; Plut.,Num.,
18,2 ; QRom., 19; Lm, Mens., I, 16.Además sabemos porCensorino ( Dienat,20,2) que
el año decamensual contabacon los votosfavorables de Varrón,FulvioNobilior, Junio
Gracano y Suetonio. Sobreel calendario de Numa: Lrv.,I, 19,6 ; Cíe.,Leg.,II, 12,29 ;
Ovid.,Fast,I, 43 ; Solin.,I, 37 ; Macr.,Sat, I, 13.
(91) Cf.P. M. Martin,L'idéederoyauté à Rome, I, p. 79.
(92) En Cens.,Dienat,20,4.
(93) Recientemente sobreestascuestiones H. Hauben,SomeObservations ontheEarly
RomanCalendar en AncSoc11-12(1980-81),p. 241-255;A. W. J. Holleman,Zur
Schaltung imvorjulianischenrömischen Kalendar enRhM124(1981),p. 55-65; Idem,The
Pre-Julian Calendar en LCM 9 (1984),p. 6-7; P. Brind' Amour, Le calendrier romain
(Ottawa, 1983).
(94) Veasesobreel temaCh. Guittard, Le calendrier romaindesorigines au milieudu
Vesiècleavant J.-Cen BAGB,1973,p. 213s; M. Meslin,L'homme romain (Paris,1978),
p. 69ss.; P. M. Martin,L'idéederoyauté à Rome, I, p. 79s.

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
ASPECTOS
DE CRONOLOGÍA
ROMANA
ARCAICA 8 15

Si parala monarquía romanano encontramos pruebasdirectas, aunquesí indicios


claros,de la existencia de un eponimato, en las vecinasciudadesde la Etruria
meridional, tanprofundamente vinculadas conla monarquía romana, sí disponemos
porel contrarío de un testimonio que puedeserde granutilidad. Aunqueno se ha
halladoninguna listaequivalente a los FastiConsulares paralas ciudadesetruscas,
una inscripción de la tumbade los Escudosen Tarquiniapruebasu existencia,
indicando queenestaciudadyenépocarepublicana losacontecimientos se fechaban
el
según magistrado de ese año (9S). Otro testimonio que asimismo indica el uso del
eponimato en Etruria lo tenemos en las láminas de Pyrgi, en las cuales se menciona,
tantoen la versiónetniscacomo en la paralelapúnica,al gobernante de Caere,
@efarieVeliana,especificando ademásque la dedicacióna que se refiere el docu-
mentotuvolugaren el tercer año de su gobierno (96). El dato es de una importancia
extraordinaria, puesexpresaclaramente la evoluciónporla que atravesóel eponi-
matoen la Etruriameridional (97). No se conocecon certezacuál era la exacta
situaciónpolíticade 6efarieVeliana,pero sea cual fuere,lo ciertoes que este
rey-tirano, como parecedenominársele en la actualidadcon mayorfrecuencia,
aunque quizás impropiamente, heredótodos los elementosde la realeza que
supuestamente suplantóy entreellosel privilegio del eponimato. Si los monarcas
eranpues epónimos,tampocoseríaaventurado admitirque la mismasituación
existiese enRoma,cuyadinastía de losTarquinios procedíaprobablemente de Caere
y con la cualmantuvieron relaciones muyestrechas.
En resumen y a modo de conclusiónúltima,se puedeaceptarque cuandose
asentaron en el tronode Roma,los Tarquiniosprocedieron, entreotrasmuchas
reformas, a unareorganización del tiempoparaadaptarlo a las nuevascondiciones
socialesypolíticas queellosmismosprovocaron, lo quecomportó el establecimiento
de un nuevocalendario y probablemente también la introducción de un sistemade
cómputo globaldeltiempoque teníaen la institución del reysu puntoobligadode
referencia.
Quizáslas consecuencias que emergen de estetrabajopuedanresultar excesiva-
mente aventuradas ypor ende relegadas al ámbito de la mera hipótesis indemostrable
por completo.Pero aun así, me parecenindiciossuficientes para de momento
concederciertogradode confianzaa la tradición y evitarel sustituir leyendas

(95) TLE2,91 : zilci:velus:hufoniesi: lard:vefyas


: velOurs
: aprOnalc
: clan: sacniša:
Quieie: suOiO: acazr.Sobreestainscripción M. Pallotitno,Nuovi diricerca
spunti sultema
dellemagistratureetrusche en SE 24 (1955-56),p. 50ss.; J.Heurgon, Letatétrusque en
Historia6 (1957),p. 85 ; R.Lambrechts,Essaisurlesmagistraturesdesrépubliques
étrusques
(Bruxelles,1959),p. 97ss.
(96) TLE2,874: tulerase пасciavil...zilacaLVéansesobreelparticular
M. Pallotitno,
Scavinelsantuario etruscodiPyrgienArCl16(1964),p. 108s.; J.Heurgon, TheInscriptions
ofPyrgienJRS56 (1966),p. 12s.; A. Hus,Lessiècles d'ordel'histoire
étrusque
(Bruxelles,
1976),p. 158SS.
(97) T. J.Cornell,Etruscan HistoriographyenANSP6 (1976),p. 429ss.

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions
816 J.MARTÍNEZ-PINNA

antiguas porotrasmodernas. En efecto,menosarbitrario puedeserel aceptarcon


la tradiciónque en la Romadel sigloVI reinaronlos tresreyesconocidosyconuna
cronología aproximadamente coincidenteconla tradicional,
que no el rechazar
todo
ello porun simpleprurito de desconfianza y atribuir
porejemploa ServioTulioun
reinadoentreel 540 y el 520 a.C., comoproponeR. Thomsen(98),porno hablar
de la justamente criticada
y afortunadamente superadacronología defendidaporE.
Gjerstad (") : todasestasopinionesopuestasal relatotradicional ni aducenargu-
mentosválidosen su contray tampocodisponende pruebasdeterminantes que
avalensus conclusiones.

Universidad de Madrid
Complutense JorgeMartínez-Pinna.

(98) R. Thomsen,KingServius p. 56.


Tuliius,
(99) E. Gjerstad, andFactsofEarlyRoman
Legends p. 50ss.; EarlyRome,
History, VI
(Lund,1973),p. 142SS.

This content downloaded from 185.2.32.121 on Sun, 15 Jun 2014 22:08:21 PM


All use subject to JSTOR Terms and Conditions

También podría gustarte