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BITÁCORA DE PROYECTO TRANSVERSAL

SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


Alejandro Solano Villanueva

Jueves 11 de enero de 2018


Nos reunimos por invitación de la dirección de la escuela en el comedor del Hotel Margaritas. La
junta se llevó a cabo con el fin de exponer las intenciones en cuanto al tema del nuevo proyecto
transversal. Los representantes de la dirección de la secundaria fueron el Lic. Alejandro Uscanga, la
maestra Samantha Robles y la maestra Mariso Castillo; como docentes representantes estuvieron
Héctor García y Alejandro Solano; por parte de la dirección general, Estela Müller y Francis
Bonavente.
La maestra Estela expuso que, ante los resultados obtenidos en el primer proyecto
transversal, teníamos que buscar un tema que pudiera abarcar no sólo todas las áreas de
conocimiento que se imparten en la institución, sino que fuera de interés para los alumnos. Propuso,
pensando que este año se conmemora el 70 aniversario de la publicación de El diario de Ana Frank,
que el tema general para los tres grados fuera la Segunda Guerra Mundial. La maestra Samantha, en
esa misma tónica, propuso que las actividades comenzarán con una pregunta detonadora para que
los alumnos hicieran un ejercicio de reflexión sobre la guerra, sus implicaciones y sus motivos.
También se plantearon actividades de detonación y probables subtemas que podrían interesarle a los
alumnos. Se llegó al acuerdo de que el siguiente viernes 12 de enero se realizaría el ejercicio en
cada uno de los grupos.Se designó a los maestros Héctor, para realizarla en primer grado; a
Alejandro Solano, en segundo, y Mariso Castillo, en tercero. Finalmente, se acordó que la próxima
reunión, para comentar la actividad detonadora y los temas propuestos por los alumnos, se llevaría a
cabo el martes 16 de enero en las instalaciones de la Secundaria Freinet.

Viernes 19 de enero 2018


No se pudo realizar la reunión para comentar los resultados de la actividad detonadora el martes 16
de enero, sin embargo se solicitaron los temas y los ejercicios de reflexión el miércoles 17 de enero
para su revisión y análisis. El viernes 19 de enero se convocó a una reunión para analizar dichos
documentos. En ésta estuvieron presentes los maestros Estela Müller y Francis Bonavente, de la
dirección general; así mismo, Mariso Castillo y Alejandro Solano de la Secundaria Freinet. Se
comentaron algunas anécdotas referentes a la actividad. Por ejemplo, la maestra Mariso comentó
que los alumnos discutieron si se podía justificar la guerra de algún modo y algunos de los
estudiantes llegaron a la conclusión de que no hay ningún motivo lo suficientemente importante

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para justificar el horror de la guerra. En segundo año, el alumno Juan Pablo Martínez consideró que
puede ser una contradicción leer y analizar El diario de Ana Frank y luego Mi lucha de Adolfo
Hitler, a lo que se le contestó que al contrario, que es necesario tener la mayor cantidad de contexto
posible para poder armar una interpretación sobre el hecho histórico.
Se comentó que en general el tema tuvo una buena aceptación por parte de los alumnos. Sin
embargo era necesario, de algún modo, orientar el gusto de los temas o centrarlos para que la gama
fuera más amplia que las generalidades que los alumnos propusieron. Aunque la mayoría de los
alumnos propuso temas como armamento, batallas importantes o campos de concentración, también
hubo quien mostró interés por el arte que se creó durante la guerra, la vida y obra de Adolfo Hitler,
el cine de la guerra, la publicidad, los discursos, el simbolismo de la esvástica… Incluso se habló de
los videojuegos que tienen el tema de la Segunda Guerra Mundial.
Se llegó al acuerdo de que el martes 23 de enero a las 12:00 hrs., en el patio de la
Secundaria Freinet, se llevaría a cabo una actividad de contextualización para los chicos. Se
elegirían los fragmentos de algunas películas, con la finalidad de que los chicos tuvieran un
panorama más amplio de la guerra, y se les transmitiría el fragmento de un discurso de Adolfo
Hitler. Se le designó el corte y edición de los videos al profesor Francis; el discurso, a Mariso, y la
bitácora del proyecto a Alejandro Solano. La reunión se concluyó a las 13:00 hrs.

Martes 23 de enero 2018


Se llevó a cabo la actividad de los videos en plenaria con los alumnos de la Secundaria Freinet.
Hubo comentarios a favor y en contra. Sin embargo, tanto docentes como profesores llegaron a la
conclusión de quela actividad requirió una contextualización previa o una explicación más
abundante no sólo sobre las películas —de qué tratan, cuál es su tema central, aunque sea la
anécdota—, sino de la propia Guerra Mundial. Preguntamos a los chicos, algunos de ellos ni
siquiera sabían quiénes fueron los países participantes ni cuáles fueron los antecedentes directos de
la guerra. Otro comentario que surgió fue la longitud de la actividad, algunos alumnos, sobre todo
de primer grado, se mostraron aburridos e incluso uno de ellos dijo que, literalmente, lo hartó.
Ante tales comentarios, la maestra Samantha sugirió que hiciéramos una breve
contextualización de antecedentes y de rasgos generales de la Segunda Guerra Mundial, partiendo
de la discusión en torno a las cuestiones: ¿fue justo el pacto contra Alemania en el Tratado de
Versalles y cómo influyó esto en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial? Se propuso que de
ello se obtuvieran algunos productos intermedios. Ese mismo día, en primero y segundo grado, se
les transmitió un video sobre la Primera Guerra Mundial y se les encargó, en los tres grados, una

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investigación sobre los antecedentes de la Segunda Guerra Mundial, presentada como un mapa
mental o de manera creativa.
En general se obtuvieron buenos resultados, trabajos de bastante calidad, algunos incluso se
propusieron para conformar la revista digital. De ahí se consiguieron los primeros productos del
proyecto y con ello se dieron por iniciadas, oficialmente, las actividades del proyecto transversal.
Una vez arrancado el proyecto, la maestra Mariso solicitó a todos los docentes, para ser más
específicos, el miércoles 24 de enero, una lista de temas que relacionaran su disciplina con la
Segunda Guerra Mundial para entregarse en la próxima reunión de Consejo Técnico.
Sin embargo, el viernes 26 de enero no todos los docentes pudimos entregar dicha
lista.Algunos confesaron que por la premura de la petición, otros, simplemente, no se enteraron o,
de plano, lo olvidamos (siento incluirme entre ellos). Nos comprometimos a entregar la lista para el
siguiente lunes o en el transcurso de esa semana, a más tardar.
Las listas se fueron entregando a cuenta gotas y el compilado de los temas fue complejo, ya
que no sólo consideramos los temas propuestos por los docentes, sino también los que propusieron
los mismos alumnos. Se creó un formato para que los alumnos eligieran tres temas que les
interesara trabajar. Pensábamosrealizarlo en pares o hasta en tríos. No fue hasta la siguiente semana
que los alumnos llenaron los formatos. Cada uno eligió un tema. Como la elección fue muy variada,
se decidió que los alumnos trabajaran individualmente y que los productos finales los eligieran los
asesores, es decir, los docentes responsables de las investigaciones y los productos de cada alumno.

Viernes 9 de febrero 2018


Se nos convocó a una junta de docentes para dar a conocer los resultados de la elección de los temas
de trabajo. Se nos repartieron los temas y acordamos la forma de trabajo. En un principio se había
convenido que los chicos trabajarían una hora por día. Se concertó, también, que los docentes
asesores ajustarían con los alumnos los productos y que los que se consideraran mejores, irían a
parar a la revista digital. Propuse que se formará un comité editorial que se encargará de dictaminar
qué trabajos valían la pena publicarse. Los docentes emitieron comentarios diversos, entre ellos, que
los alumnos estaban emocionados con el tema, que el rastreo de datos previo ayudó bastante a la
conformación del contexto general, sobre todo en primero y segundo grado.
La maestra Mónica Thomas comentó que los chicos de tercero se encontraban en una
disyuntiva interesante: se acercaban los exámenes de admisión a las diversas preparatorias de la
ciudad, además de su trabajo diario y las diversas tareas y obligaciones que tienen, los alumnos se
sentían muy presionados y con muchos quehaceres.Ellos no se encontraban muy de acuerdo con
realizar, además, un proyecto transversal que implicaría un esfuerzo extra. La maestra Mariso y el

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maestro Alejandro Uscanga se comprometieron a hablar con ellos para explicarles la importancia de
realizar un proyecto de estas características.
Se encontró otra problemática: las evaluaciones se encontraban muy cerca. Tanto alumnos
como docentes se veían preocupados no sólo por la aplicación de exámenes y actividades
evaluativas diversas, sino también por concluir los contenidos bimestrales. Se decidió pausar las
actividades del proyecto transversal, de tal modo que los docentes concluyeran con su programación
y los alumnos no se sintieran presionados en sus evaluaciones.
Después de la reunión, en charla de pasillo, comentamos que un problema que tienen los
adolescentes es que son muy dispersos en sus intereses, por lo tanto, terminan por hartarse rápido de
las cosas. Entonces, observamos que una hora diaria de trabajo en el proyecto transversal podría ser
perjudicial para el desarrollo de las actividades, que los chicos iban a cansarse rápido, basados,
claro, en experiencias previas. Los profesores Héctor y Ariadna se encargaron de llevar la nueva
propuesta, trabajar el proyecto dos veces por semana en diferentes horarios, a la dirección. En ésta
se aceptó la proposición y los argumentos dados. Al mismo tiempo se llegó a la conclusión de que
se necesitaba una calendarización no sólo para organizar nuestro trabajo con los alumnos, sino, más
importante aún, para que los alumnos organizaran sus investigaciones, su tiempo y sus recursos
materiales.

Viernes 23 de febrero 2018


En reunión de Consejo Técnico, se nos recordaron los acuerdos que se habían tomado. En esa
sesión, con el apoyo de la mayoría de los profesores, se hizo la programación y calendarización de
los trabajos del proyecto bimestral. Los docentes solamente tendrían que donar una o dos horas,
máximo, al mes para llevar a cabo el proyecto. Fue un proceso complicado, porque las horas y los
días a veces no cuadraban, pero, finalmente, lo conseguimos. El trabajo comenzaría inmediatamente
la siguiente semana.
En segundo grado, un día que el profesor David Mustri no pudo asistir, antes del Consejo
Técnico, ya habíamos comenzado con las actividades. Nos pusimos de acuerdo para pedir fichas de
trabajo para organizar una investigación inicial, pero ya centrada en el tema de investigación que
cada alumno escogió. Esto nos sirvió porque la investigación inicial se puede hacer, incluso, sin la
intervención del asesor, así, cuando ya estuviera definido el asesor y la calendarización, el alumno
iba a llegar con conocimientos previos que guiaran su trabajo. En la sesión de Consejo Técnico lo
mencionamos y propusimos que se hiciera lo mismo en los tres grados.

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Finalmente se acordó que la maestra Ari realizaría unos formatos de seguimiento y
organización de las sesiones. Estos los llenarían los alumnos para organizar su investigación y que
ellos anoten cómo avanzan y qué les falta por hacer.

Semana uno de investigación


(29 de feb.-2 de marzo)
Los alumnos comenzaron a realizar sus investigaciones. Ya se les había dado a conocer la
calendarización y el asesor con el que trabajarían. Afortunadamente, algunos alumnos ya se habían
acercado con los docentes que iban a asesorarlos. Esto provocó que la mayoría de los alumnos ya
tuviera bien definidos los alcances de su investigación y, lo más importante, que supieran por donde
iban a comenzar.
Íbamos a iniciar en la clase de Matemáticas, pero la profesora Isabel tenía que terminar
algunas actividades evaluativas. Le hicimos ver que no había problema, pero que era necesario que
repusiera la hora para poder arrancar y alterar lo menos posible la calendarización que tanto trabajo
costó armar. Al final las actividades se iniciaron en la siguiente sesión en todos los grupos.
Los alumnos de tercer grado mostraron bastante resistencia al proyecto, como lo había
mencionado anteriormente. Ellos comenzaron en la clase Metodología de la Investigación y,
abiertamente, dijeron que no estaban dispuestos a realizar el trabajo, incluso amenazaron con llevar
el asunto a la Asamblea de Alumnos. Alejandro Solano habló con ellos, les pidió que, por favor,
intentaran hacerlo y sacar lo mejor del asunto. Después de escuchar diferentes puntos de vista y
argumentos, entre los que estaban el de la sobrecarga de trabajo y las preocupaciones por el
próximo examen de admisión de muchos, pudimos llegar al acuerdo que harían la investigación y
luego decidirían si harían los productos que se les solicitó o si llevarían el proyecto a discusión en la
Asamblea de Alumnos. Fue un acuerdo benéfico para ambas partes. Se comprometieron a trabajar
en las horas designadas y acercarse a sus asesores para revisar sus avances y las características de
sus investigaciones.

Semana dos de investigación


(5-9 de marzo)
La mayoría de los alumnos avanza a buen paso, intentando definir, sobre todo, la orientación de su
investigación. En primer grado, al darse cuenta que algunos eligieron el mismo tema, se reúnen en
equipos no sólo para llevar a cabo la investigación, sino también para comenzar a planificar un
producto que puedan entregar entre cuatro o cinco personas. En esta tónica, los alumnos que
realizan investigación sobre videojuegos, con orientación de la maestra Lucero, buscan ampliar los

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horizontes de su trabajo y no sólo limitarlo a la temática de la Segunda Guerra Mundial, sino más
bien de la violencia en los videojuegos y eso cómo afecta a los usuarios, incluso, dicen ellos, en un
nivel más de desarrollo académico y profesional. Estos chicos, incluso, previsualizan un trabajo de
campo que incluya una encuesta y un debate sobre las ventajas y desventajas del uso de los
videojuegos.
Este fenómeno se replicó en los otros grupos. Por ejemplo, en segundo grado, dos alumnos
que habían elegido el mismo tema, “Aviación de la Segunda Guerra Mundial”, deciden dividirse el
trabajo y centrarse cada uno en los dos bandos. Los que trabajaban “Campos de concentración”
definen sus investigaciones en función de lo que sus compañeros están trabajando, dicen ellos, para
no repetir la información y para aportar otro enfoque aunque sea el mismo tema.
En tercer grado, por otro lado, solicitan constantemente que sus clases no sean
interrumpidas por el trabajo del proyecto transversal. Así, vuelve a comenzar la negociación con
ellos, a veces con la maestra Lucero, a veces con la maestra Mariso. Terminan cediendo, pero
avanzan lentamente, a excepción de algunos quienes no sólo tienen bien definido el camino de su
investigación, el caso de Samantha o Emanuel, sino que la realizan con gusto, incluso con la
intención de comenzar lo antes posible con su producto final.

Semana tres de investigación


(12-16 de marzo)
Los maestros dejamos que los chicos avanzaran libremente, pero algunos de ellos se atoraron y
solicitaron que “el maestro me diga qué hacer”. Tanto la maestra Ari de Biología, como el profesor
Solano hablaron con algunos de ellos y les dije que el asesor no debe decirles qué hacer, sino que la
intención es que ellos mismos realicen su propia planeación de actividades, en la cual tengan
considerado un avance estimado; que el asesor más bien corrige ciertos aspectos de la investigación
o del método. Los chicos de primero son los que más problema tuvieron con eso.
Así, algunos docentes deciden crear preguntas nuevas de profundización de conocimientos.
Por ejemplo, los alumnos que están asesorados por el maestro David, de Física, comienzan a
investigar la relación entre la ciencia y la industria armamentística o los asesorados del profesor
Alejandro Solano comienzan a hacer ejercicios de interpretación de poesía, arte o novela de la
Segunda Guerra Mundial.Este procedimiento sencillo, cambiar el enfoque de la investigación para
que no les parezca tediosa, provoca que los alumnos no se enfrasquen o se queden en la
superficialidad del objeto de estudio, sino que profundicen de un modo distinto. Otros docentes, en
primero y segundo grado, por ejemplo la maestra Ari de Biología, Héctor de Historia o Lucero de
Tutoría, deciden comenzar a trabajar en el producto final, se ponen de acuerdo con sus asesorados

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para comenzar a concretizar el conocimiento. Se eligen productos y se les pide que se esfuercen en
cuanto a creatividad y presentación. Para este momento, algunos alumnos ya han ahondado mucho
en su investigación y pueden comenzar a acotar y a realizar actividades del producto final.
En este momento se nos presentó un problema particular. Un par de docentes, la maestra de
Español I y el de Formación Cívica y Ética I, tuvieron que abandonar sus clases. Eso produjo un
momento de cierta tensión en los alumnos que eran sus asesorados. El profesor Alejandro Solano se
encargó de los chicos de primero y de Kira de segundo grado. Con Kira no tuvo mayor problema,
pero los alumnos de primer grado resintieron el cambio y el profesor Solano no estaba seguro de
cómo habían trabajado esos chicos, además de que los temas que estaba asesorando la maestra no
estaban muy ligados con la asignatura deEspañol, como el asunto de la producción de armas, por
ejemplo. Sin embargo, sólo bastó platicar con los alumnos para conocer su enfoque y su modo de
trabajo. La investigación continuó sin mayor problema.
En tercer grado avanzan lentamente, ponen mucha resistencia, intentan negociar todo lo
relacionado con el proyecto. Al final trabajan, a regañadientes, pero trabajan.

Semana cuatro de investigación


(19-23 marzo)
Algunos docentes pidieron el producto final de su investigación justo para esta semana. Sin
embargo, no todos los alumnos estaban listos o seguros de qué podrían entregar como producto
final. Se les hizo notar que ellos podían elegir el producto y que todos participarían de algún modo
en las jornadas de muestra de los productos, algunos como ponentes, otros mostrando sus carteles,
maquetas o videos, etc., y otros más en la revista digital. Algunas presentaciones en Power Point
fueron entregadas, pero la mayoría de las cosas que se revisaron fueron avances, tanto de la
investigación como de los productos finales. No queríamos dejarles demasiado trabajo para las
vacaciones de Semana Santa, así que el ejercicio general de esa semana fue pensar y comenzar a
elaborar productos finales, para darles un tiempo de realizarlo después de dicho receso.
Hicimos una recapitulación general. Las investigaciones avanzaron y se entregaron muchos
productos intermedios, desde mapas conceptuales hasta pequeños informes de investigación. Estos
productos intermedios se consideraron parte de las diversas evaluaciones de los alumnos. Algunos,
incluso, se pensaron para formar parte de la revista digital. Es muy importante hacerle ver al lector
que los chicos no sólo investigaron, sino que escribieron mucho sobre sus temas particulares,
hicieron fichas de trabajo, resúmenes, algunos, incluso, reflexiones o análisis de productos
culturales derivados, como películas, libros, arte y poesía.

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Semana uno de productos
(9-13 de abril)
Después de las vacaciones de Semana Santa, los alumnos aún no habían concluido con los
productos de sus investigaciones. Algunos eran productos muy elaborados que requerían un par de
horas extra para ser finalizados. Lo teníamos en consideración, pero no se acordó nada en particular.
En dirección se tomó la decisión de recalendarizar fechas de trabajo con la intención que los
alumnos concluyeran sus productos. Sin embargo, no todos los docentes se enteraron o no se les
aviso con tiempo, por lo que hubo algunas quejas de pasillo. Al final, se tomó la calendarización y
se siguió con el trabajo, mas no se había acordado una fecha de entrega o que marcara el fin del
proyecto. Los alumnos que ya habían entregado su producto comenzaron a aburrirse o perdieron un
poco el interés. Con los alumnos de primero y segundo, decidimos hacer actividades extra para
obtener otros productos o, en algunos casos, como el armado de modelos a escala, propusimos que
los alumnos más avanzados ayudaran a sus compañeros que tuvieran problemas para concluir con
sus proyectos. En tercer grado, los alumnos tardaron en arrancar; algunos comentaron que no tenían
idea de que producto haría o estaban esperando que sus asesores les dijeran qué hacer. Hablamos
con ellos para incitar su iniciativa propia; les volvimos a explicar que la función de los asesores no
era decirles qué hacer, sino apoyar en caso de dudas o de información específica, que al final era un
producto individual. Entonces algunos de ellos comenzaron a trabajar en sus productos.
La falta de fecha de cierre del proyecto les provocó cierta confianza a los alumnos, no veían
un horizonte fijo y a veces flojeaban más de lo habitual. Algunos alumnos comenzaron a llegar a la
desesperación y pedían una fecha de entrega.

Semana dos de productos


(16-20 de abril)
Los docentes comentaron la inquietud de sus alumnos con relación a la entrega del producto final.
En segundo grado, decidimos pedirles el producto final para el 4 de mayo del año en curso, sin
ninguna prórroga, pues consideramos que ya habían tenido tiempo suficiente para diseñar, elaborar
o, en su defecto, corregir sus productos finales. Con la fecha en la mira, los alumnos trabajaron con
un objetivo claro: elaborar el mejor producto posible y preparar exposiciones dignas. Los alumnos
siguieron trabajando dos horas a la semana con ayuda de los docentes. Luego propusimos, a la
maestra Ari, quien coordinaba los trabajos de primer grado, la misma fecha de entrega para sus
alumnos. Dijo que lo comentaría con los docentes y los alumnos. A su vez, hicimos el aviso
pertinente a las autoridades escolares, quienes estaban de acuerdo en que era necesario marcar un

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límite para la entrega del proyecto, pero que ellos lo plantearían para una semana después, para que
los chicos aprovecharan los puentes y con ello alcanzar a sus compañeros de los otros grupos.

Semana tres de productos


(13-27 de abril)
Los chicos de tercero ya muestran un avance significativo no sólo en cuanto a sus productos, sino
también en sus exposiciones y en la elaboración de artículos para ser publicados en la revista
digital. Por cierto, hasta la fecha no estamos seguros si se ha avanzado en la elaboración de dicha
publicación, me refiero a que no sabemos si ya hay un formato o una plataforma o algo así. En fin,
los alumnos de primer y segundo grado avanzan a buen paso.
El fenómeno que nos llama la atención es que los alumnos que ya terminaron están
dispuestos a ayudar a los que aún afinan cosas, incluso si son de grados diferentes. Por ejemplo,
Alfredo de segundo ayudó a Fernando de primero en la edición de su video sobre Hitler. Vale la
pena hacer mención de que el primero se ofreció voluntariamente al ver que su compañero tenía
problemas para finalizar su clip. En primer grado, Ricardo y Luis Raúl, como ya habían terminado
sus modelos, ayudaron a sus compañeros que aún estaban en el armado de modelos o maquetas. Lo
cual nos deja ver que los chicos no sólo lo toman como una actividad estrictamente académica, sino
además para ellos es una oportunidad de afianzar lazos, compartir; intercambiar habilidades,
conocimientos, puntos de vista; además de debatir los temas que cada uno trabajó por separado.
Esto se volvió una convivencia académica mucho más grande de lo que esperábamos.

Semana cuatro de productos


(30 de abril-4 de mayo)
Al parecer los alumnos de tercero necesitaban tener claro las fechas de entrega, incluso las del
evento de presentación de productos, para empeñarse en su trabajo. Es verdad, al principio y
durante el proceso del proyecto se mostraron muy renuentes, pero ahora avanzan con sus productos
en un nivel bastante aceptable. Claro, no todos, algunos están como al principio, en los tres grados,
pero son los menos.
El viernes 4 de mayo se solicitaron los trabajos finales de primer y segundo grado. La
mayoría entregó sin problema, pero otros solicitaron prórroga. Al final les concedimos una semana
más, pues el evento se había programado para el 23 de mayo. Había tiempo.
Al final, ya teníamos todos los productos de primer y segundo grado el 11 de mayo y
faltaban algunos de tercero. Algunos alumnos no entregaron absolutamente nada, pero fueron a lo
mucho dos personas. Después de tener los productos, decidimos comenzar con la evaluación

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paradecidir cuáles se exponían y cuáles no. Tomamos en consideración la calidad del producto y la
calidad de la investigación. Encontramos que en algunos casos era mayor la calidad de la
investigación que el cartel o la infografía; a esos alumnos los invitamos a participar en las mesas
redondas. En otros casos había un equilibrio entre ambas cosas, por lo que a esos alumnos les
solicitamos que o participaran en las mesas, o presentaran sus carteles, maquetas y modelos, o, si así
querían, participaran en ambas actividades. Tuvimos una buena respuesta de los chicos. Se sentían
seguros con sus trabajos y estaban dispuestos a participar, a mostrar que su trabajo había sido
importante para ellos.

23 de mayo de 2018
Un par de semanas antes del coloquio, preparamos a algunos de los chicos para que participaran en
las mesas redondas, el debate y la muestra de maquetas, carteles y videos. Nos informaron, unas
semanas antes, que tendríamos la visita de los alumnos de sexto grado de la Primaria Freinet y
algunos padres de familia. Estábamos seguros que los alumnos manejaban sus temas en un nivel
bastante aceptable, sin embargo no estábamos seguros de cómo organizaríamos el debate. Al final,
con el apoyo del maestro Alejandro Solano y Héctor Moreno, se hicieron algunas preguntas guía
que servirían para orientar la discusión y las posturas que tomarían los alumnos. La participación en
el debate fue voluntaria, incluso se excedió en el número de alumnos solicitados. Se hizo una
selección con base en la investigación que los alumnos habían hecho de acuerdo con las preguntas
que se les plantearon y su capacidad para defender o crear un argumento.
A los chicos se les acomodó en diferentes mesas: Arte y literatura de la Segunda Guerra
Mundial, Sistemas de comunicación, Campos de concentración y Ciencia y tecnología I y II. Cada
uno de los chicos presentó una ponencia que debía durar entre tres y cinco minutos. Algunos
docentes fungieron como moderadores de las mesas y otros más ayudaron en la proyección de
diapositivas y apoyos visuales. En general estas mesas se llevaron a cabo en el tiempo estimado.
Esta actividad comenzó muy bien, de hecho se hicieron aportaciones bastante interesantes,
entre las que destacan los análisis de tres poemas de la Segunda Guerra Mundial, realizados por
Regina Güemes; la explicación del por qué Hitler prohibió las vanguardias artísticas en Alemania,
por IsabellaUscanga; el análisis del Diario de Ana Frank, por Aranza Llera; la exposición de las
técnicas de persuasión a través de la publicidad nazi, expuesto por Luis Bojórquez; el análisis de la
afectación de la violencia de los videojuegos en los adolescentes, un trabajo que presentaron en
conjunto cuatro alumnos de primer grado; la descripción de los campos de concentración, por
Valeria Méndez; la explicación de la fusión y la fisión por Ian de tercer grado, así como la del
funcionamiento de la Bomba Atómica por Miguel Ángel de tercer grado; las aportaciones de

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algunos matemáticos en el periodo de la guerra, de Guillermo; el funcionamiento de la Máquina
Enigma, por Jorge Saxon; el recorrido de las cosas que usamos en nuestra cotidianidad, pero que se
inventaron en la guerra, tema del que habló Hazel de segundo grado y Axel de tercero. Aunque
éstas fueron las participaciones más destacadas, en general se notó un trabajo bastante amplio de los
alumnos. Incluso, en algunas mesas hubo participaciones del público en las que se pudo extender la
información.
Sin embargo, la actividad se llevó a cabo en un tiempo bastante prolongado, toda la
mañana; fueron tres horas seguidas de mesas redondas, ponencias, preguntas y respuestas. Los
chicos del público al final estaban cansados, con hambre y un poco fastidiados. Además, en la mesa
de Ciencia y tecnología II hubo problemas con una presentación de los alumnos que participaron,
pues no hizo un respaldo y su original no pudo usarse, lo cual le quitó tiempo y tornó más
desesperante la situación.
Después del receso se llevó a cabo la actividad de exposición de infografías, carteles,
maquetas y videos. Nuestros invitados, alumnos de sexto grado de Primaria Freinet y padres de
familia, fueron a las diferentes estaciones donde estaban expuestos los productos. En términos
generales hubo muy buenos comentarios, no sólo de los trabajos, del producto físico, sino también,
más importante aún, de las exposiciones de la información. Los alumnos de todos los grados
resolvían dudas concretas de los invitados, explicaban los temas y creaban una atmósfera de
colaboración académica entre pares bastante sana.
Vale la pena mencionar el caso particular de Manuel de segundo grado, quien es un chico
que tiene dificultades de aprendizaje, no trabaja al mismo ritmo que sus compañeros y eso le crea
cierta inseguridad para referirse a un público. En la actividad se veía suelto, desinhibido, seguro y
confiado de su trabajo de investigación y de su maqueta, que por cierto fue una de las más
completas. El alumno, dicho de su propia boca, quedó muy satisfecho y sabe que aportó al
conocimiento de sus compañeros menores.
Para finalizar el día, los alumnos que se prepararon para el debate por fin pudieron
encontrarse. Fue un debate bien argumentado, en términos generales, con razonamientos que ni los
mismos invitados y público se esperaban. Esta actividad fue pensada como el broche de oro del
coloquio y no nos quedó a deber. Sobre todo se notó la preparación y la experiencia de los alumnos
de tercer grado: Samantha, Juan Alonso y Emanuel, quienes proporcionaron las razones mejor
planteadas y justificadas, incluso a pesar de que les tocó a favor el uso de armas de destrucción
masiva, por ejemplo. En el otro bando, Santiago y Aldo de segundo grado tuvieron participaciones
bastante buenas. Los otros compañeros intervenían eventualmente, con argumentos secundarios que
apoyaban un principal, digamos, terminaban de redondear el contenido de la elucubración. Los

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alumnos fueron muy aplaudidos y felicitados, pues se notó su preparación exhaustiva, su capacidad
de argumentar y contraargumentar, y, por supuesto, su valor de presentarse frente a un público para
defender un punto de vista. Incluso un padre de familia solicitó más ejercicios como éste.

Conclusiones
Se podría decir, sin temor a equivocarse, que éste fue un proyecto exitoso, en comparación con el
anterior. Sin embargo, todavía falta ajustar algunos asuntos, sobre todo de organización y
coordinación. Los proyectos anteriores fueron por grado, con temas separados, incluso el de
segundo grado (Canal de Panamá) al final no se presentó, pues no cumplió con los estándares
mínimos de calidad. En este caso, se trabajó un solo tema en los tres grados, ése fue uno de los
aciertos más importantes, porque no sólo se podían coordinar mejor los trabajos, sino que se
produjo un verdadero sentido de transversalidad.
Los proyectos anteriores tenían un parámetro limitado en cuanto a la injerencia de las
diferentes áreas de estudio, por ejemplo, la maestra de Español I no estaba segura de cómo
intervenir en la investigación sobre las inundaciones o en tercer grado la maestra de matemáticas
intervino de manera parcial, casi sin intervenir, en el asunto de los pueblos indígenas. No es que los
profesores no se hayan comprometido, sino que el mismo avance de los proyectos los desplazaba de
a poco. Fue muy complicado hacer que las áreas de conocimiento no sólo se relacionaran, sino que
se cruzaran en un trabajo continuo. En segundo grado, en gran parte a esto se debió el fracaso del
primer proyecto transversal, pues el trabajo sólo se concentró en el área de Español, las otras áreas
se aislaron e incluso se mostraron indiferentes.
Una diferencia importante es que en el proyecto de la Segunda Guerra Mundial, los
alumnos pudieron escoger un tema de interés particular y trabajarlo con un asesor que los orientara
en sus investigaciones. Los mismos chicos han declarado que no les gusta que se les obligue a
trabajar algo que no les importa, caso del Canal de Panamá, o que por lo menos los dejen trabajar
algún área de interés particular. Por ejemplo, a Regina Güemes no le interesan las guerras, pero sí la
poesía, entonces enmarcó su investigación en la poesía y abrió su mente al sufrimiento de la
guerra;aNahomy de primero le gustan las clases de matemáticas, así que quiso trabajar con la
maestra de dicha materia, lo cual la hizo sentir cómoda e interesada en lo que iba aprendiendo. Se
trata solamente dos ejemplos que ilustran el punto: es necesario que los alumnos trabajen de
acuerdo con sus intereses, así no se vuelve tediosa una investigación —piénsese en los alumnos de
los posgrados universitarios, los cuales investigan un tema de dos a cuatro años, ¿cómo sobreviven
a la investigación? Simplificando la respuesta: les gusta lo que investigan, nadie los obligó a entrar
al posgrado ni a tener el área de especialidad que desean— y también es muy importante que los

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alumnos trabajen con alguien que los haga sentir cómodos, con un docente que les pueda resolver
dudas específicas y que entienda cuáles son los alcances y limitaciones de los alumnos, del tema y
de la propia investigación.
En cuanto a la transversalidad, se partió primero de conceptos generales para después llegar
a los particulares, es decir, seguimos una metodología deductiva para darle orden a las
investigaciones de los alumnos. La cuestión siempre es cómo intervienen o se relacionan las
diferentes áreas de estudio. Al principio, es verdad, ni nosotros estábamos seguros de cómo sería,
pero las mismas investigaciones se fueron relacionando. Por ejemplo, los chicos de primero que
trabajaron videojuegos tenían un enfoque social del problema, es decir, cómo afecta el objeto de
estudio a la sociedad que los rodea, pero, conforme avanzaba su investigación, se dieron cuenta que
les hacían falta elementos técnicos, como la forma correcta de hacer una encuesta o la progresión de
las preguntas o el modo ideal de preguntar para no aburrir al encuestado. Estos alumnos sintieron la
necesidad de acercarse al profesor de Metodología de la Investigación para tener un conocimiento
que les hacía falta. Anice de segundo se atoró en su trabajo cuando comenzó con el cine, pues no
comprendía el funcionamiento interno de las cámaras antiguas, así que se acercó al profesor de
Física y pidió orientación de dónde encontrar información sobre el asunto. Sólo por mencionar dos
ejemplos. Los maestros de Español apoyaban a los alumnos de Ciencias y los de Matemáticas a los
de Cívica y Ética, y éstos a los de Español. El resultado se pudo observar perfectamente en el
coloquio final: el mismo tema se discutió y se interpretó desde todas las áreas de conocimiento; las
investigaciones se hicieron con intervención de un asesor, pero con dos o tres maestros que
apoyaron tanto en el proceso como en el producto.
Otra ventaja para los alumnos fue apelar a su propia creatividad, quitarnos la desconfianza
en sus propias habilidades y en su imaginación. Quiero decir, los productos finales —aunque se
acordó que los asesores indicarían qué harían como muestra física de la investigación— fueron
propuestos por los propios alumnos, algo que quisieran hacer como lo quisieran hacer. Es verdad
que tuvimos que evaluar la calidad de los productos, pero se puede decir que el 80% de ellos
cumplen con los requerimientos necesarios para exponerse: presentación, contenido y ortografía. De
ésos, un 60% están incluso por encima de los requerimientos básicos, fueron productos realmente
muy buenos,respaldados en investigaciones muy profundas. El hecho de que los alumnos tuvieran
la oportunidad de hacer un producto que les acomodara, los obligó a hacerlo lo mejor posible y les
dio el chance de explorar su propia creatividad, su imaginación y sus capacidades físicas e
intelectuales. Como en el caso de Alfredo de segundo, un chico con capacidades diferentes, que
realizó un video tan bueno que consideramos que debía ser proyectado para toda la escuela.

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Hay un par de cosas que deben mencionarse: por un lado fue sumamente importante que se
hiciera una planeación desde el principio del proyecto y que a su vez se distribuyeran las
obligaciones entre todo el cuerpo docente, coordinado por un responsable en cada grado; la
repartición de compromisos libera la carga para una sola persona y permite un trabajo más
armónico, pues se le da cierta libertad de acción a los docentes y, a la vez, a los alumnos, incluso
aunque se esté trabajando con un plan diseñado previamente. Por otro lado —un poco en
contradicción— es necesario evitar las sorpresas, sobre todo en cuanto a la planeación. Como se
mencionó en la bitácora, a veces se tomaban decisiones que no estaban consideradas en el plan
original, como la inclusión de más semanas de investigación o recorrer la fecha del coloquio final
varias veces, que afectaban la continuidad del trabajo o que los alumnos lo tomaban como una falta
de seriedad en el asunto. Se entiende que de algún modo hay atenuantes que no están en el control
de la escuela o de los directivos o de los profesores, pero sí es necesario evitarlo lo más posible.
Una cosa de la que los mismos chicos se quejaron fue que el coloquio final se extendió
demasiado, cansado, incluso, se dijo, “aburrido”, pero más bien se referían a que lo sintieron
pesado. Debemos buscar que la presentación de los productos se haga en dos días, a lo mejor, quizá
hasta en tres. Y tratar de evitar que se cruce con alguna fecha de interés para ellos, como en este
caso fue la semana del estudiante. Es simple, ellos no ven lo que nosotros vimos, ni son tan
tolerantes al escuchar a las personas de forma tan continua como lo hace un adulto. Es verdad, se
comportaron muy bien, a la altura de la situación, incluso participaron y preguntaron cosas
interesantes, pero sí sintieron la actividad pesada. También es necesario buscar un mecanismo para
atraer a los alumnos que se mostraron apáticos o que de plano ni siquiera intentaron hacer algo,
quizá pensar en premios en cuanto a calificación o algo así.
En resumen, se puede considerar un proyecto transversal exitoso porque se hizo una
planeación desde el principio, porque se distribuyeron las responsabilidades entre el personal
docente que funcionó como asesores, monitores y apoyo de las investigaciones y los productos
(¿acaso esos no deben ser los roles del docente?); porque los alumnos trabajaron temas de su interés
con personas con las se sienten cómodos a pesar de que se partiera de un solo tema general; porque
los alumnos diseñaron, crearon y expusieron sus productos, los cuales lograron acercarse mucho a
la excelencia; porque se comportaron con respeto y de forma participativa en el coloquio final. Hay
cosas que se deben mejorar, como el respeto a la planeación conjunta y los canales de comunicación
entre los involucrados (entre directivos y docentes, entre profesores o con los alumnos) para que no
se caiga en la incertidumbre, exceso de comodidad, aburrimiento de los alumnos o que se piense
que no hay seriedad ante el proyecto. Hay que evaluar el tiempo destinado a la presentación de los

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productos para que los alumnos no se abrumen o lo sientan pesado, pensar en dos días y que no sea
en la semana del estudiante.
En lo particular, me pareció un proyecto que aportó mucho no sólo a los chicos, sino a la
configuración de las clases. Ellos se entregaron y nos contagiaron su pasión por las cosas que
investigaban o que descubrían. Es muy importante generar la curiosidad en los alumnos e, insisto,
confiar en su capacidad creativa. Si los maestros limitamos eso, su imaginación, su vitalidad,
entonces deberíamos dedicarnos a otra cosa.

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