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Contrastando Liderazgos CON Y SIN TALENTO

Ceferí Soler y Francisco Loscos


Profesores de Esade

La “aldea global” está cambiando. Los nuevos escenarios, definidos como VUCA (volátiles,
inciertos, complejos, y ambiguos) están obligando a repensar la visión de los procesos de
transformación de las Organizaciones.

Los constantes cambios de paradigmas nos obligan a vivir en un permanente presente


continuo que obliga a recomponer el código darwiniano añadiendo la variable “velocidad” a la
de “inteligencia”.

Los tiempos entre evolución y revolución se acortan cada vez más por lo que los denominados
tiempos de crisis empiezan a instalarse en las fronteras de la nueva eternidad.

Es imprescindible transformarla visión de los tiempos de crisis en espacios de oportunidades, y


para ello es necesario que los visionarios y los emprendedores se conviertan en los
propietarios de esta transformación.

Por un lado, porque los visionarios y los emprendedores construyen y desarrollan as nuevas
Organizaciones desde planteamientos estructurados, sobre la base de una adecuada
confluencia de inquietudes racionales y emocionales…¿Cuáles son mis sueños? ¿Qué concepto
tengo de mí mismo? ¿Cuáles son mis valores sociales básicos que dan sentido de coherencia a
mis decisiones? ¿Por qué tengo necesidad de buscar mi autenticidad?

Y por otro, porque los tiempos de crisis están bajo el influjode “Kronos” mientras que las
oportunidades de transformación lo están bajo “Kairos”, y nadie mejor que los visionarios y los
emprendedores para interpretar y gestionar el valor del significado de los dos Dioses del
Tiempo de la mitología griega.

Esa búsqueda de la autenticidad ha provocado que esté agonizandola visión de las


Organizaciones desde la perspectiva de que las Personas deben someterse a las estructuras de
decisión y poder.El marketing y la revolución digital han sabido dar la vuelta a esa visión
logrando que sean las estructuras de decisión y poder las que se sometan a los clientes, hasta
el extremo de crear términos como el de “empresa cliente-centrista” que mide la capacidad de
que la cultura organizativa esté impecablemente conectada con la realidad del mercado.

Pero en la política esa evolución no se ha producido. Lo que el management define como


“resiliencia”la política lo bautiza como “resistencia”, y eso nos ha llevado a que la relación
entre la evolución empresarial y la evolución sociopolítica empiece a ser percibida como la
existente entre la Deuda Pública y el PIB, es decir, un alocado y desbocado desajuste, y en
consecuencia una conciliación que empieza a ser visualizada como imposible. Los índices de
desencanto social y de desconfianza son la alarmante prueba de este desorden.

Relacionado con el ejemplo anterior, ¿alguien es capaz de imaginar en nuestro país un partido
político que sea realmente “estado-centrista” y que esté dirigido por auténticos “líderes
estadistas”? ¿Es posible entender que la Educación, la Sanidad, y el Empleo, pilares de
cualquier sistema social, se “disputen” desde la visión partidista en vez de “gestionarse” con
una visión estadista?
Necesitamos líderespolíticos CON TALENTO EMPRENDEDOR que al igual que los líderes
empresariales desarrollen la inteligencia de sus afiliados para tomar decisiones clave, para
cambiar paradigmas basados en la codicia individualista y en el corto plazo, a nuevos
paradigmas DE TALENTO INNOVADOR, interdependencia, cooperación generativa, y pasión
social.

Necesitamos líderes políticos que al igual que los líderes empresariales desarrollen los
paradigmas relacionados con la “consciencia” DE TALENTO SOCIAL en contrapunto con los de
la “no consciencia”.

La “no consciencia” se caracteriza por LA DEJACIÓNde la responsabilidad,por tomas de


decisiones mono-focalizadas en el corto plazo, por un sentido de orden/mando absolutamente
vertical, por motivaciones extrínsecas, por enfoques de actuación estructurados bajo la
burocracia y el control, y por una filosofía en la que las fronteras vienen determinadas por las
zonas de confort.

La “consciencia”, por el contrario, refleja indicadores de conducta asociados a la distribución


de la responsabilidad en equipos DE TALENTO INTERFUNCIONAL,por tomas de decisiones
conectadas con el largo plazo, por un sentido de dirección fundamentado en la integración
horizontal, por motivaciones intrínsecas, por culturas desarrolladas desde la pasión y el orgullo
de pertenencia, y por una filosofía en la que las fronteras vienen determinadas por los retos y
los resultados.

Sin embargo la “irreductible” clase política niega esa transformación, se aferra al viejo
paradigma y se muestra “impasible el ademán” ante el imparable devenir del nuevo paradigma
que implica que las Personas han empezado a impregnar la “aldea global” de sus principios y
valores sociales.

El miedo a perder lo que se tiene suele frenar las decisiones estratégicas de cambio, y cuando
ese miedo es superior a la ilusión por descubrir, el inmovilismo se acaba imponiendo a la
(r)evolución.

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