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A través de los años las mujeres han sido silenciadas, disminuidas y borradas
del mapa. Relativamente han sido pocas las que han tenido la suerte de ser
visibles o más aún han luchado incansablemente para poder destacar entre
una sociedad que enaltece a los hombres por sobre todo.
Hay espacios de tiempo enormes entre las mujeres que han sido
reconocidas por sus labores en la lingüística, pero ahora hablaré de las
pioneras de la lingüística actual en lengua hispana. Como ejemplo está Ana
María Barrenechea, una argentina que dedico sus estudios a la lengua tanto
como en la lingüística como en la literatura, siendo una mujer importante en
esta rama de la ciencia; Lidia Contreras, que fue una mujer chilena dedicada al
estudio de la lingüística y se enfocó en el estudio de la grafémica haciendo un
énfasis claro en el papel que los grafemas tienen al aprender a escribir; y por
último Esperanza Matheus, una mujer ecuatoriana que se dedicó al estudio de
la lengua Guayaquil, y de las particularidades del español en su tierra natal.
Ésta última arranca con algo de suma importancia para la lingüística (al menos
para mí), y es el estudio de las lenguas indígenas, que al día de hoy poco se
conocen y muy pocos estudiosos se han centrado en ellas. Todas estas
mujeres nacieron en el siglo XX, lo cual nos muestra el gran abismo que existe
entre las mujeres que se conocen por sus aportes a la lengua.
Por otro lado, las mujeres latinas que están trabajando en la lingüística lo
hacen a partir del español y las particularidades que hay en cada país, y de
igual forma se han dedicado a estudiar las lenguas indígenas residentes en
cada uno de los países a los que pertenecen. Por ejemplo: María Cristina
Álvarez Lomelí, que estudia el maya yucateco; María Teresa Fernández de
Miranda, estudiosa de la familia otomangue y Yolanda Lastrada, estudiosa del
náhuatl, todas ellas mexicanas. Delicia Villagra, que estudia el guaraní
paraguayo y la particularidad de Paraguay como país verdaderamente bilingüe.
Carmen Terceros y Gladys Camacho que han estudiado el quechua y el
español de su tierra. Guillermina Herrera, guatemalteca y estudiosa del maya, y
María Catrileo, chilena especializada en la lengua mapuche. Entre otras
mujeres que están estudiando y trabajando en Latinoamérica.