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ENSAYO

TEORIA DEL CONOCIMIENTO

PRESENTADO POR:

NATALY FABIANA VARGAS QUINTERO

SALMA RUIZ BUSTOS

PRESENTADO A: LUIS CARLOS QUINTERO MALO

FUNDACION UNIVERSITARIA NAVARRA

FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD-MEDICINA

NEIVA-HULA

2020
LA CONCEPCIÓN DE HECHO SOCIAL EN DURKHEIM.
DE LA REALIDAD MATERIAL AL MUNDO DE LAS REPRESENTACIONES COLECTIVAS

Para empezar a hablar sobre la concepción de hecho social en Durkheim, debemos de saber quién
fue el, conocer su historia y pensamiento…

David Emile Durkheim nació el 15 de abril de 1858 en Épinal, capital del departamento de Los
Vosgos, en la región de Alsacia-Lorena; Durkheim fue un sociólogo, pedagogo y antropólogo
francés, uno de los pioneros en el desarrollo de la moderna sociología. Creció dentro de los límites
de una familia judía muy unida, ortodoxa y tradicional que formaba parte de la comunidad judía
arraigada en Alsacia-Lorena desde antaño. Su padre, Moïse Durkheim, fue el rabino de Épinal
desde la década de 1830, su abuelo, Israël David Durkheim, había sido rabino en Mutzig (Alsacia),
así como su bisabuelo, Simón Simón, nombrado para el mismo cargo en 1784. teniendo en cuenta
su temprana iniciación en la escuela rabínica donde cursó sus estudios primarios, él mismo parecía
destinado a ordenarse rabino, pero debido a la influencia de una «vieja institutriz católica», pronto
decide abandonar el judaísmo, renuncia a sus aspiraciones religiosas y deja la escuela rabínica.

Ahora pasaremos a una parte importante de su vida, él estudió en la École Normal Supérieure,
donde consiguió el cargo de profesor agregado de filosofía, que le permitió enseñar en Burdeos y
París. Su pensamiento se basa en lo que constituyen las relaciones entre el individuo y la
colectividad, del que se ocupó en su controvertida tesis doctoral la división del trabajo social.

Su segundo libro importante se titula El suicidio, en el que estudia las disfunciones de la sociedad
en las relaciones individuo-sociedad. Distingue tres tipos de suicidio: suicidio egoísta, el que es
motivado por sensaciones de exclusión en el grupo; suicidio altruista, en el que el individuo se
sacrifica por los valores del grupo; y suicidio anómico (de a-nomos, 'carente de ley'), derivado de
las condiciones de frustración a las que llega el individuo impulsado por una sociedad de
competencia continua. La única forma de contener el suicidio es lograr la integración del individuo
en el seno del grupo.

En su libro Las formas elementales de la vida religiosa (1912), construye una teoría acerca de la
naturaleza de las religiones y de los intereses religiosos entendidos como "formas simbólicas de
los intereses sociales y morales". Para Durkheim, la esencia de la religión está en la bipartición del
mundo entre lo profano y lo sagrado. Por último, en su obra Las reglas del método sociológico
(1895), trata de sistematizar una idea que ya había trabajado durante su estancia en Alemania con
W. Wundt: aplicar a la investigación social los métodos de las ciencias naturales.

“El sentimiento es objeto de la ciencia, pero no criterio de la verdad científica.”-Emile Durkheim


El eje de su teoría gira en torno al ‘hecho social’, entendido como un conjunto de instituciones y
estructuras externas y coercitivas a todo individuo, que se ve determinado por ellas, y que deben
ser tratadas como ‘cosas’, es decir, en forma empírica, y no de un modo filosófico y peor
psicológico. Quienes se dedican a las ciencias sociales tienen claro que toda idea u opinión no
puede lanzarse como simple criterio personal, sino que ha de fundamentarse en los ‘hechos’, es
decir, debe tener sustentos empíricos.

Este ‘positivismo’ suele ser rechazado por quienes enfatizan en la ‘teoría’. Pero esa dicotomía es
falsa. Los datos de la realidad son los únicos que garantizan la construcción de una teoría sólida,
como lo demostró el marxismo, la concepción fundada por Karl Marx (1818/1883 - quien fue, en
cierto modo, contemporáneo de Durkheim), para la cual solo una investigación rigurosa de la
realidad y el examen del conjunto de los datos y hechos, y no de uno que otro aislado, asegura la
comprensión exacta de la sociedad.

Marx fue, en parte, un claro ‘positivista’; pero, además, fue él quien adelantó tres ideas
absolutamente revolucionarias; una, existe fundamentación histórica necesaria a todo ‘hecho
social’ (Durkheim); dos, la base material (‘hechos sociales materiales’ en la sociología de
Durkheim) determina los ‘hechos sociales inmateriales’ (Durkheim); y tres, que toda confrontación
social y política responde a una pugna de intereses, que Marx bautizó como ‘lucha de clases’. Hay
demasiada confianza en las ‘opiniones’. Siguiendo las bases de las ciencias sociales, cabría exigir,
cada vez más, que al menos las ideas expuestas tengan suficiente fundamentación empírica
(Durkheim) e histórica (Marx), y que no respondan a los simples sentimientos y pasiones de los
entrevistados y de los entrevistadores.

Durkheim se basa en el supuesto de que "los primeros sistemas de representaciones que el


hombre se ha hecho de sí mismo y del mundo son de origen religioso." Entonces, "si estas
categorías son de origen religioso, deben participar de la naturaleza común a todos los hechos
religiosos, y deben ser, como cosas sociales, productos del pensamiento colectivo. Para poder
interpretarlas, debe tomarse en cuenta que la sociedad, como una realidad, es un reino natural,
pero mucho más complejo, y que el ser humano ha forjado esas categorías acumulando lo mejor
de su capital intelectual, resumiendo en ellas toda una parte de la historia de la humanidad."

Para Durkheim, "los fenómenos religiosos se ubican naturalmente en dos categorías


fundamentales: las creencias y los ritos. Todas las creencias religiosas conocidas, ya sean simples o
complejas, presentan un mismo carácter común y suponen una clasificación de las cosas en: 1)
Profano y; 2) Sagrado." De esta clasificación Durkheim va a resolver un problema filosófico, que es
el origen de las categorías abstractas, y va a preguntarse cómo el hombre ha podido clasificar el
mundo en profano y sagrado, respondiendo que empieza con la experiencia religiosa, donde el
grupo es más fuerte que el individuo. En esta experiencia religiosa los individuos que lo componen
se sienten ligados unos a otros por el solo hecho de tener una fe en común, teniendo como
substrato un grupo definido.
Pero para encontrar estas funciones inherentes a toda religión, Durkheim va a buscar el sistema
religioso más remoto y más simple, porque las "civilizaciones primitivas constituyen casos
privilegiados por ser casos simples, donde hay una reducción de diferencias y variaciones en una
uniformidad intelectual y moral."

Analizando las teorías religiosas que se creían más antiguas, examina primeramente que en el
animismo, "la idea del alma habría sido sugerida al hombre por el espectáculo de la doble vida que
lleva normalmente en estado de vigilia, por una parte, y durante el sueño por la otra, relacionando
la muerte a una especie de sueño prolongado. Ya que el culto a los muertos no es primitivo, el
animismo carece de base," debate Durkheim, "pues la religión, entonces, no sería más que un
sueño sistematizado y vivido, pero sin fundamento en lo real."

Luego pasa a analizar que, en el naturismo, "los variados espectáculos que la naturaleza ofrece al
hombre le parecen cumplir todas las condiciones necesarias para despertar inmediatamente en
los espíritus la idea religiosa. El curso de la naturaleza es tan uniforme," argumenta Durkheim,
"que no podría producir fuertes emociones, y que de ninguna manera podría haber creado en el
hombre las categorías de lo sagrado y lo profano." Por último, debate Durkheim, "las grandes
potencias naturales han sido divinizadas tardíamente, pues los primeros seres a quienes se dirigió
el culto, fueron humildes vegetales o animales."

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