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DESDE LA HERMENÉUTICA
GRUPO 351
HERMENEUTICA JURIDICA
VALLEDUPAR-CESAR
31/08/2019
Resumen
En la cual desde el punto de vista hermenéutico los métodos de interpretación no son solo
un sistema de preceptos legales listos para la aplicación mecánica, sino una práctica social
interpretativa por la cual no se desenvuelve solo metodológicamente, ya que la realidad
social genera muchos problemas; Por lo cual, ante un caso concreto los distintos criterios
pueden ofrecer diferentes versiones de significado y será preciso establecer cuál es el
correcto.
Se dice que son metodologías electicas en la medida en que no hay procedimientos que en
sí mismo sean mejores o peores; su calidad depende del resultado al que llevan en un caso
concreto. Cuando se tiene la necesidad de desentrañar el sentido de una norma, porque hay
algún desacuerdo con su contenido, el intérprete lo hace recurriendo a diversos métodos y
técnicas que le permitan encontrar el significado de la disposición; Pues de este modo
tendrá los métodos para resolver la controversia planteada, es a través de las técnicas
interpretativas como se llega y se justifica una decisión interpretativa, “Pues la gran utilidad
que desempeñan estos métodos es la de contribuir a una argumentación y motivación
jurídica mucha más sólida y profunda cuando se sustenta determinada decisión judicial o
posición dogmática respecto al sentido de la norma jurídica.” Manuel Atienza (2009)
Objetivo General
Plantear los principales métodos para llevar a cabo la interpretación de las normas,
leyes, reglamentos y demás disposiciones legales de una manera realista y
coherente; por lo cual, los métodos que se analizarán a continuación cumple con ese
objetivo, así como explicar en qué consiste cada uno de ellos; Al mismo tiempo se
exponen los argumentos que son propios de los diversos métodos interpretativos.
Objetivos Específicos
Naturaleza de la Interpretación
Elementos de la Interpretación
Sobre las posiciones del intelectualismo y del voluntarismo podrá haber sin duda una gran
discrepancia, pero podemos advertir una confusión que se acentúa aún más cuando se tiene
que determinar de dónde se obtiene el sentido o significado que se debe lograr a través de la
Interpretación. Para contestar esta pregunta encontramos dos tendencias que dan respuestas
diferentes: el subjetivismo y el objetivismo. Los partidarios del Subjetivismo (que es la
teoría más antigua) sostienen que para interpretar una norma debe tenerse como punto de
referencia al legislador con el propósito de desentrañar de su mente lo que éste quiso decir.
Entienden que lo que se manda en la ley es la voluntad del legislador (mens legislatioris),
quien es su autor, y que la norma jurídica sólo es un medio o instrumento para expresar ese
mandato; entonces el intérprete debe llegar a lo que el legislador quiso decir para interpretar
correctamente la norma. Los partidarios del Objetivismo, en cambio, son de la creencia de
que sólo lo que aparece redactado en la ley es lo objetivamente dispuesto como mandato,
que una vez publicada la ley, ésta se desprende de sus autores y adquiere vida y espíritu
propios, en consecuencia es la voluntad de la ley (mens legis) lo que debe descubrirse,
porque en ella está lo objetivamente querido. Es evidente, como bien manifiesta el Profesor
español Ángel Latorre Segura (1976), que la norma no puede tener voluntad y por ello,
cuando, de acuerdo con el Objetivismo, se habla de “voluntad de la ley”, está sumamente
claro que esta referencia se hace únicamente en sentido metafórico.
Respecto a quién interpreta la ley, existía un principio fundamental que decía que "el que
hacía la ley es el que debía interpretarla" (interpretación auténtica), y la ley debe
interpretarse por quien la aplica (interpretación usual).
En el ámbito del derecho la norma jurídica puede ser interpretada no solo por los
denominados operadores jurídicos (Magistrados, jueces, abogados, juristas, etc.). También
los particulares realizan interpretación de las normas jurídicas cada vez que desean saber si
la actividad que quieren emprender es lícita o ilícita; o si los actos o negocios jurídicos, que
quieren llevar a cabo producirán o no tales efectos; cuando al otorgar un testamento, desean
saber cómo proporcionar los bienes que poseen, entre sus futuros herederos, o en el caso de
que aquellos que deseen interponer alguna queja en contra de algún servidor público de la
Administración Pública, que por actos u omisiones trastocan su deber de servicio.
En tal sentido estamos de acuerdo y nos sumamos a las palabras de Aníbal Torres Vásquez,
(2001) cuando dice: “¿Cómo establece el intérprete el sentido de la norma? En primer
lugar, la labor del intérprete se dirige a descubrir o develar el sentido inmanente en la
norma; en segundo lugar, como por lo general una norma evoca varios sentidos, selecciona
o fija el sentido con el cual se obtenga la solución más justa del caso concreto; y en tercer
lugar, si el sentido o sentidos de la norma no se adecuan a la nueva realidad social, el
intérprete atribuye a la norma el significado que lo actualiza.” Dado que las normas
positivas y el Derecho vigente en general se expresan y difunden mediante el lenguaje,
consideramos que Interpretar no puede ser otra cosa que reconocer, descubrir, captar o
asimilar el significado, sentido y alcance de la norma jurídica
¿Cuándo se da la Interpretación de la Ley?
Importancia de la Interpretación:
La interpretación en el mundo del derecho es tan importante como el que los seres vivos
tengan que respirar, en función de que los operadores jurídicos que aplican la norma a
hechos o casos concretos, formulan una interpretación para determinar la aplicabilidad de la
misma, y más trascendencia tiene cuando el operador jurídico, en este caso, abogados,
litigantes, pretenden descubrir si la norma referida en las sentencias o resoluciones es la
correcta. Por lo tanto, el interpretar es importante, porque no sólo es desentrañar o aclarar el
sentido del texto de una norma, pues el objetivo sustancial es reconocer la importancia que
tiene la interpretación jurídica en los múltiples campos del derecho.
Según el Sujeto que Interpreta: En base a este criterio, se distingue entre interpretación
Auténtica, Judicial, Doctrinaria y Popular:
Quien aplica la ley, es decir, el órgano jurisdiccional que se divide a su vez en Judicial, la
que esencialmente la realizan los Tribunales Colegiados de Circuito y la misma Suprema
Corte de Justicia de la Nación.
3) Interpretación Doctrinal.
Pues aunque carezca de obligatoriedad, no es menos cierto que requiere por parte de sus
elaboradores un conocimiento profundo de los hechos sociales que han dado origen a las
leyes; de las instituciones jurídicas actuales y de las necesidades económicas, sociales y
políticas que originan cambios en el Derecho.
4) Interpretación Popular.
la interpretación de tipo popular es realizada por personas que poco o ningún conocimiento
tienen sobre Derecho, como en los casos de personas que fungen como escabinos, o la
interpretación diaria que hace de la ley, un ciudadano común y corriente.
Según el resultado:
3) Interpretación Restrictiva.
Se da cuando la interpretación que se hace de una norma jurídica, tiende a reducir su campo
de aplicación que según la letra de la misma abarca más de su verdadero contenido real.
4) Interpretación Extensiva.
Esta interpretación ocurre cuando el sujeto que la realiza, extiende el alcance de la norma
mediante el desarrollo razonable de su campo de aplicación.
A menudo ocurre que se confunde con la aplicación analógica de la ley, pero en su esencia
son diferentes, pues mediante aquella lo que hace el intérprete es desarrollar la norma
jurídica dentro de un límite que es su radio de acción o su campo de posibilidades; o sea
que la ley tácitamente contempla el caso.
5) Interpretación Progresiva.
La interpretación de la Ley según las épocas puede conducir a resultados diversos; con el
transcurso del tiempo las realidades cambian y dichos cambios implican una adecuación de
las palabras de la ley a las necesidades sociales, por lo que se hace necesaria una
interpretación progresiva o evolutiva de la ley, para que esta comprenda esas nuevas
necesidades antes desconocidas para el órgano que creó la ley.
Con el uso de este método se garantiza el desarrollo del Derecho junto con el desarrollo de
la sociedad, pues un buen uso de esta especie de interpretación enriquece el significado de
los términos legales, con conceptos capaces de entrar en la fórmula legal y no situaciones
incompatibles completamente con el texto de la Ley.
Métodos de la Interpretación
Son normas, sistemas y técnicas recogidas por el propio derecho, cuyo objeto es resolver
los problemas interpretativos de las normas, analizando éstas según el sentido propio de sus
palabra, en relación con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos, y la realidad
social del tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo fundamentalmente el espíritu y
finalidad de la norma, entre estos métodos los más destacados en el transcurso de la
evolución de las formas de interpretación están:
Así pues, como o afirma Marcos del Cano, (2005) resulta inevitable abordar el estudio de
los métodos de interpretación desde una actitud preventivamente cautelar y escéptica. No es
conveniente (y tampoco será posible) olvidar que cada uno de esos métodos ha nacido
como respuesta a las peculiares necesidades, características y posibilidades de alguna
determinada etapa de la historia del Derecho o de alguna particular tendencia de la ciencia
jurídica.
Este método se caracteriza por aplicar ante todo el principio o criterio de la interpretación
literal, conforme a las correspondientes reglas gramaticales. Siguiendo este principio, la
actividad del intérprete ha de atenerse al significado o sentido que se desprenda de forma
inmediata de la literalidad de las normas, es decir, de las palabras y los enunciados en que
esas normas vienen expresadas, según el contexto lingüístico (común o técnico) al que tales
palabras y enunciados pertenecen. Lo que la norma dice literalmente es lo que debe ser
estrictamente cumplido; lo que la norma no dice en su estricta literalidad no puede
suponerse incluido en ella, ni inducirse de ella.
Parte, pues, este método de una actitud de total y absoluto respeto y sumisión ante la letra
de las leyes, una actitud que parece encerrar un cierto sentimiento mágico o, cuando menos,
una mentalidad manifiestamente sumisa ante la autoridad del legislador. Pero este punto de
vista parece olvidar un dato decisivo: que, en realidad, las palabras e incluso las frases
tienen casi siempre más de un sentido, tanto en el lenguaje habitual como en el jurídico. Por
tanto, será siempre necesario recurrir a las pertinentes conexiones de sentido para poder
superar esa originaria polisemia y ambigüedad del lenguaje en que vienen expresadas las
normas. Y parece olvidar también que, en definitiva, lo que más importa en el Derecho es
el espíritu que anima a las leyes, espíritu que ha de ser encontrado, no sólo a través de la
letra de esas leyes, sino incluso más allá de ella.
Este método interpretación denominado por algunos como exegético, se basa en poner
atención en la manera como fue formulada la disposición legal por parte del legislador, es
decir, a partir de su literalidad, se indaga mediante la ayuda de las reglas gramaticales y el
uso lenguaje para encontrar sentido a lo que se expresa en una disposición normativa, para
así analizar sencillamente las expresiones que quiso dar el legislador al redactarla,
recordemos que a sola comprensión de las palabras y proposiciones que han servido de
marco a la ley pueden revelarnos el auténtico querer del legislador, lo que acaece en los
casos en que los artículos del Código o de la ley quedan correctamente redactados y su
inteligencia no se presta a confusiones.
Alberto Trabucchi, (1967) opina que “la Interpretación literal se realiza de conformidad con
el uso de las palabras y con la conexión de éstas entre sí.” El referido autor critica este
método de interpretación por cuanto considera que también el que actúa en fraude de la ley
observa su sentido literal y porque la obstrucción legal no es en el fondo más que la
aplicación totalmente literal de las normas jurídicas.
Método Sistemático:
Este tipo de interpretación tiene como objetivo extraer dentro del texto de la norma
estudiada, un enunciado cuyo sentido tenga relación directa con el contenido general que
dicta la norma, aunque podemos llegar a inconvenientes como el pensar que un solo
enunciado definirá el contenido de la misma, siendo que una norma está integrada por un
articulado que en conjunto dan sentido a la misma. Por lo que la interpretación
sistemática es aquella que intenta comprender, como un todo coherente, la totalidad de las
normas jurídicas y de los institutos jurídicos que le sirven de base, así las normas no pueden
analizarse en forma aislada de los demás preceptos que integran una ley de la que forman
parte. Ya que cada norma es parte integrante de un sistema jurídico, al que pertenece desde
el momento de su creación, y entre todas las normas de un sistema se generan acciones y
reacciones.
Así mismo puede surgir incompatibilidad de las normas que no puede ser tolerada, donde
se recurren a unos argumentos que se enmarcan dentro la interpretación sistemática, pues
atienden a la coherencia de lo sistema y a la conexión de las normas dentro un
ordenamiento jurídico. Surgiendo así los argumentos a coherencia, a rubrica, dogmático y
sistemático en sentido estricto. Puesto que la idea de que en un sistema jurídico no pueden
coexistir en su seno normas incompatibles, es decir, no cabe la posibilidad de antinomias
por lo que es un ideal que resultaría muy conveniente pero que no deja de ser precisamente
una situación ideal.
El argumento a coherencia es aquel por el que nos enunciados legales no pueden expresar
dos normas incompatibles entre ellas, se parte de la idea de que es el legislador es
ordenado, no se contradice y pretende dotar coherencia en los textos que emite. Por otro
lado, el argumento a rubrica se Interpreta atendiendo a los títulos y a las divisiones legales
que incluyen a aquélla. Permitiendo atribuir significado a una norma en función del título,
encabezado o rubro de cada parte, capítulo o sección en que se encuentre un texto
normativo o en función de su propio encabezado.
En el caso del dogmático A los enunciados normativos se les debe atribuir el significado
que sea sugerido por el sistema de conceptos o principios del Derecho. Constituye una
interpretación más que sistemática “sistematizante”, puesto que el intérprete construye un
sistema de relaciones normativas compatibles con la construcción dogmática utilizada.
Dogmático es posible argumentar tomando en cuenta principios o “dogmas” dependiendo
de la corriente o doctrina a la que se suscriba o pertenezca el intérprete. En cambio, en su
sentido estricto recibe su significado del contexto específico en el que está situada. Se
justifica su empleo en la idea de que las normas forman un sistema que obtiene su
coherencia del diseño legislativo y de los principios que, como consecuencia de ser un
producto racional, lo gobiernan.
El Método Lógico es aquél que utiliza los razonamientos de la lógica para alcanzar el
verdadero significado de la norma. Para Mario Alzamora Valdez, este método consiste en
la descomposición del pensamiento o las relaciones lógicas que unen sus diversas partes.
En la utilización del Método Lógico, dice Luis Díez Picazo, se habla de la existencia de una
serie de reglas como: el argumento < a maiore adminus > (el que puede lo más puede lo
menos); < a minore ad maius > (quien no puede lo menos tampoco puede lo más); < a
contrario > (la inclusión de un caso supone la exclusión de los demás); < a pari ratione > (la
inclusión de un caso supone también la de un caso similar).
Cuándo hablamos del método teleológico se habla desentrañar el fin normativo, espíritu de
la ley, el objetivo que persigue una disposición. El intérprete deberá recurrir a otros medios
para encontrar cuál es el objetivo del legislador al crear la ley, cuál fue su finalidad, qué
situación social y real existía al momento de la creación de la norma. Este método en su
denominación tiene el prefijo "tele" que significa fin. El Método Teleológico es, entonces,
el que pretende llegar a la interpretación de la norma a través del fin de la misma, buscando
en su espíritu, que es la finalidad por la cual la norma fue incorporada al ordenamiento
jurídico.
Mencionan, Molitor y Schlosser, que Jhering, en su obra de dos volúmenes "El Fin del
Derecho" buscó interpretar cada reglamentación jurídica no de una manera aislada sino
comprendiendo las motivaciones y la función jugada en el conjunto normativo como medio
de realización y satisfacción de intereses. Continúan indicando que Jhering, merced a esta
concepción hasta entonces desconocida, señaló al Derecho caminos completamente nuevos,
que estaban perdidos para él desde el Derecho natural (Interpretación Teleológica). Debido
al hecho de que los numerosos movimientos que caracterizaban al siglo XIX carecían, no
obstante, de una escala absoluta, esta concepción debió ejercer en principio efectos
destructores y relativizadores.
Algunos autores entienden que la finalidad de la norma está en su "ratio legis", es decir, en
su razón de ser. Tal es el caso, por ejemplo del Jurista Claude Du Pasquier quien afirma que
"según el punto de vista en que uno se coloque, la ratio legis puede ser considerada como el
fin realmente querido por el legislador en la época de elaboración de la ley ..." (sic), o el del
profesor sanmarquino Raúl Peña Cabrera, quien, comentando la Interpretación Teleológica,
dice que si la ley es clara, basta con la interpretación gramatical, sin embargo, puede ocurrir
que la ley sea un tanto oscura, en tal caso es conveniente apuntar a la intención de la norma,
es decir considerar la "ratio legis". La captación del espíritu de la ley implica el empleo de
procedimientos lógicos y valorativos
Otros autores, como Manuel García Amigo, (1979) quien, al referirse al método lógico
dice: "Es obvio, además, que cuando el legislador dicta una norma, persigue un fin, a cuya
obtención encadena lógicamente el precepto. Por eso toda interpretación debe seguir las
reglas de la Lógica. Y esto es algo que se admite desde siempre, siendo unánimemente
aceptado."
Por su parte, Claude Du Pasquier (1994), explica que este método “consiste en investigar el
estado de espíritu en que se encontraban los autores de la ley; los motivos que los han
llevado a legislar y cómo se han representado la futura aplicación de los textos elaborados.”
A este efecto, se examinan los primeros proyectos de la ley que se trata y se les compara
con el texto definitivo para saber en qué sentido el poder legislativo ha precisado o
transformado su pensamiento. Son así estudiados las exposiciones de motivos, los mensajes
del poder ejecutivo, las cartas e informes de las comisiones encargadas, debates plenarios y
todo aquello que ha precedido a la aplicación de la ley.
Este método, dice Karl Larenz, debe tenerse en cuenta para averiguar el sentido de la ley
normativamente decisivo y, sobretodo, la intención reguladora del legislador y las
decisiones valorativas por él encontradas, así, para conseguir manifiestamente esa intención
siguen siendo pauta vinculante para el juez, incluso cuando acomoda la ley a nuevas
circunstancias no previstas por el legislador, o cuando la complementa
Método Savigniano:
A la luz del método savigniano la ley es la expresión del derecho popular y el legislador el
verdadero representante de ese espíritu nacional
Sistemático: Vinculo que une a las instituciones con las normas en una vasta unidad
El método savigniano reconoce las lagunas, de acuerdo con esto propone para resolver el
problema de las lagunas propone a través de la analogía.
Método Empírico.
Método valorativo:
La defensa de este método parte del principio de que sólo es posible encontrar el sentido o
significado genuino de las normas jurídicas si se tiene en cuenta el sistema concreto de
valores sobre los que se asientan tales normas. Ahora bien, la aplicación de este principio
ha dado lugar a dos manifestaciones doctrinales importantes: la que pone el acento en la
consideración de los valores incorporados a las propias normas y la que apuesta por la
ponderación de los valores que informan al correspondiente sistema social.
Esta segunda visión del método valorativo de interpretación ha dado lugar también, por otra
parte, a distintas versiones o aplicaciones concretas. Por ejemplo, la conocida corriente del
uso alternativo del Derecho6, llamada también ‚jurisprudencia alternativa™, tan jaleada en
la segunda mitad del siglo XX y en gran parte olvidada hoy.
Método Analógico:
Interpretar la ley es descubrir, no la voluntad del legislador, como a veces suele decirse,
sino la voluntad propia de la ley. La ley ha sido interpretada por el hombre en todo
momento, desde la aparición de las primeras normas que rigieron su conducta. En términos
generales, podemos afirmar que la ley siempre necesita ser interpretada, ya que es
indispensable arrancar al lenguaje que se uso para redactarla, su verdadero sentido.
BIBLIOGRAFIA
Descartes, R. (1637). Discurso del método para conducir bien la propia razón y buscar la
verdad en las ciencias (Discours de la méthode pour bien conduire sa raison, et chercher
la vérité dans les sciences. Países bajos, Leiden. Ed: Leyde.
Marcos del Cano, A, M. (2005). Manual de teoría del Derecho. Colombia. Ed:
Universitas.S.A.
Torres Vásquez, A.(2001). Introducción al Derecho (Teoría General del Derecho). Ed:
Temis S.A. Segunda Edición. Bogotá –Colombia. Pág. 516
Kelsen, H. (1982). "Teoría Pura del Derecho". Editorial Universitaria de Buenos Aires.
Decimoctava Edición. Buenos Aires, Argentina.
Larenz, K. (1978). Derecho Civil (parte general). Editorial Revista de Derecho Privado.
3ra edición. Madrid, España.