Está en la página 1de 21

MÉTODOS DE INTERPRETACIÓN DE LA LEY

DESDE LA HERMENÉUTICA

KEIVIA ISABEL CAMARILLO JIMÉNEZ

LUIS ALEJANDRO CONTRERAS BAZZA

VICTOR ANDRÉS DAZA POLO

MILLER ANDRÉS GUERRERO FERRER

GRUPO 351

LUIS ENRIQUE JIMÉNEZ BETANCOURT

FUNDACIÓN UNIVERSITARIA DEL AREA ANDINA

HERMENEUTICA JURIDICA

VALLEDUPAR-CESAR

31/08/2019
Resumen

Interpretar consiste en determinar o asignar un sentido a ciertos signos, expresiones o


palabras, a fin de hacerlos “comprender” dentro de un determinado objeto. No puede existir
ningún orden jurídico sin función interpretativa, porque las normas están destinadas a ser
cumplidas y, en su caso, aplicadas. Por consiguiente, para cumplir o aplicar una ley o un
reglamento es ineludiblemente necesario convertir la regla general en una norma
individualizada, transformar los términos abstractos en preceptos concretos. Y esto es
precisamente lo que se llama “interpretación". El debate sobre los caminos o métodos que
deben seguirse en la actividad interpretativa que acompaña a los diferentes procesos de
realización del Derecho ha sido alimentado a lo largo de la historia, dichos métodos han
nacido como respuesta a las peculiares necesidades, características y posibilidades de
alguna determinada etapa de la historia del Derecho o de alguna particular tendencia de la
ciencia jurídica. Destacamos la importancia que tiene la utilización de los diferentes
métodos de interpretación en la tarea hermenéutica jurídica, para lograr que el significado
que se asigne a una ley sea el más coherente y convincente.

Palabras claves: Interpretación, Hermenéutica, Derecho, Métodos, Sentido, Norma.


Abstract
Interpreting consists in determining or assigning meaning to certain signs, expressions or
words, in order to make them “understand” within a certain object. There can be no legal
order without interpretive function, because the rules are intended to be complied with and,
where appropriate, applied. Therefore, in order to comply with or apply a law or regulation,
it is unavoidably necessary to convert the general rule into an individualized norm, to
transform the abstract terms into concrete precepts. And this is precisely what is called
“interpretation.” The debate on the paths or methods that must be followed in the
interpretive activity that accompanies the different processes of realization of Law has been
fed throughout history, these methods have been born in response to the peculiar needs,
characteristics and possibilities of a certain stage in the history of law or of a particular
tendency of legal science. We highlight the importance of using the different methods of
interpretation in the legal hermeneutical task, to achieve that the meaning assigned to a law
be the most coherent and convincing.
Keywords: Interpretation, Hermeneutics, Law, Methods, Sense, Norm.
Introducción

La interpretación jurídica es un instrumento que nos ayuda a establecer el significado o


alcance de las normas jurídicas y de los demás conceptos que forman parte de un
ordenamiento jurídico. Esta interpretación trae consigo unos métodos qué son el conjunto
de pasos a seguir para alcanzar determinado fin; A lo largo de los siglos la ciencia jurídica
ha elaborado un listado bastante variado de criterios destinados a interpretar normas, una
jerarquía de métodos interpretativos que han sido vistos usualmente como una garantía para
la certeza en el derecho.

En la cual desde el punto de vista hermenéutico los métodos de interpretación no son solo
un sistema de preceptos legales listos para la aplicación mecánica, sino una práctica social
interpretativa por la cual no se desenvuelve solo metodológicamente, ya que la realidad
social genera muchos problemas; Por lo cual, ante un caso concreto los distintos criterios
pueden ofrecer diferentes versiones de significado y será preciso establecer cuál es el
correcto.

Se dice que son metodologías electicas en la medida en que no hay procedimientos que en
sí mismo sean mejores o peores; su calidad depende del resultado al que llevan en un caso
concreto. Cuando se tiene la necesidad de desentrañar el sentido de una norma, porque hay
algún desacuerdo con su contenido, el intérprete lo hace recurriendo a diversos métodos y
técnicas que le permitan encontrar el significado de la disposición; Pues de este modo
tendrá los métodos para resolver la controversia planteada, es a través de las técnicas
interpretativas como se llega y se justifica una decisión interpretativa, “Pues la gran utilidad
que desempeñan estos métodos es la de contribuir a una argumentación y motivación
jurídica mucha más sólida y profunda cuando se sustenta determinada decisión judicial o
posición dogmática respecto al sentido de la norma jurídica.” Manuel Atienza (2009)
Objetivo General

 Plantear los principales métodos para llevar a cabo la interpretación de las normas,
leyes, reglamentos y demás disposiciones legales de una manera realista y
coherente; por lo cual, los métodos que se analizarán a continuación cumple con ese
objetivo, así como explicar en qué consiste cada uno de ellos; Al mismo tiempo se
exponen los argumentos que son propios de los diversos métodos interpretativos.

Objetivos Específicos

 Establecer desde la metodología hermenéutica jurídica su objeto de ordenar


conocimientos, filosóficos gramaticales, históricos, entre otros; Para la perfección
de una interpretación, que permita el calificativo de acertada, respondiendo a una
atención esmerada, cuyo objetivo debe ser la verdad. Esta se refiere a la
interpretación del "espíritu de la ley", entendiéndose como un conjunto de métodos
de interpretación de textos legales
 Dar a conocer la importancia de la interpretación de la ley, desde el punto de vista
de la hermenéutica jurídica, a la cual le corresponde la tarea de indicar el sentido
cristalizado en las normas jurídicas y determinar la finalidad de esta por medio de
sistemas y técnicas recogidas por el propio derecho, llamado métodos de
interpretación de la ley, los cuales tienen por objeto resolver los problemas
interpretativos que se presenten en dichas normas.
Marco Teórico

La importancia que tiene la utilización de uno o varios métodos en la tarea hermenéutica, es


lograr que el significado que se le asigne a una ley o contrato sea el más razonable y
convincente, qué sea simplemente el resultado de la particular apreciación del interprete y
de una visión de la posible solución; Pues una de las principales tareas de la interpretación
jurídica es encontrar soluciones a los conflictos entre las reglas, jerarquizando los valores
qué estas reglas deben proteger.

La interpretación es necesaria porque por alguna razón lo interpretado no ofrece por sí


mismo "su" sentido o significación en esa concreta circunstancia en que ha de intervenir el
intérprete, cuando la ley es oscura o dudosa se debe recurrir a los diversos sistemas de
interpretación y en consecuencia se deberá recurrir a la interpretación, que se le llama
Hermenéutica Jurídica. René Descartes, (1637) nos afirma que “Por método se entiende
(una serie de) reglas ciertas y fáciles, tales que todo aquel que las observe exactamente no
tome nunca algo falso por verdadero, y sin gasto alguno de esfuerzo mental, sino por
incrementar su conocimiento paso a paso, llegue a una verdadera comprensión de todas
aquellas cosas que no sobrepasen su capacidad”.

Naturaleza de la Interpretación

Objeto, propósito y finalidad de la Interpretación: El objeto de una ciencia, materia o


disciplina es aquello de lo que se ocupa o sobre lo que recae. Así, dado que la
Interpretación se ocupa o recae sobre el derecho, resulta obvio que es el derecho el objeto
de la Interpretación. El Derecho que es objeto de la interpretación, a su vez, puede provenir
bien de una norma jurídica, de la Costumbre o de los Principios Generales del Derecho; en
cualquiera de estos casos la labor interpretativa estará presente

Ludwig Enneccerus lo dice de la manera siguiente: "El objetivo de la Interpretación es el


esclarecimiento del sentido propio de una proposición jurídica.”.(pp 198). El tema de la
meta de la interpretación ha enfrentado a los partidarios del intelectualismo y a los del
voluntarismo. Los "intelectualistas" propugnan que la Interpretación es un acto de
razonamiento, una operación lógico mental destinada a revelar el significado o sentido de la
norma jurídica (interpretación propiamente dicha). Los "voluntaristas", en cambio,
entienden que la Interpretación no se queda en lo que esta palabra podría denotar, sino que
dicha tarea llega a involucrar una labor mucho más acabada, mucho más compleja, una
labor de creación en la que el juez podrá actuar con considerables parámetros de libertad.
Entre los voluntaristas destaca Hans Kelsen (1982), quien explica que la interpretación de
la norma es un acto de creación de una norma individual, el cual es, a su vez, un acto de
voluntad en la medida que se trata de llenar el marco establecido por la norma general.

Elementos de la Interpretación

1) Presupuesto de hecho: ¿Qué es lo que se va a interpretar?

2) Contexto, se divide en: Concreto, cuando se va a interpretar un problema, al cual, es


preciso dar una solución. Abstracto, se va a interpretar cualquier situación no concreta.

3) Aspectos normativos y valorativos: Determinar de acuerdo a los métodos de


interpretación, qué valor se le da a cada norma Constitucional o legal qué se va a
interpretar.

4) Argumentos: Razones que va a exponer para sustentar su posición respecto al hecho o


situación en interpretación.

5) Consecuencias: Conclusiones de la interpretación, que se plasma de acuerdo a la clase de


interpretación, en una decisión o sugerencia.

Las tesis subjetiva y objetiva

Sobre las posiciones del intelectualismo y del voluntarismo podrá haber sin duda una gran
discrepancia, pero podemos advertir una confusión que se acentúa aún más cuando se tiene
que determinar de dónde se obtiene el sentido o significado que se debe lograr a través de la
Interpretación. Para contestar esta pregunta encontramos dos tendencias que dan respuestas
diferentes: el subjetivismo y el objetivismo. Los partidarios del Subjetivismo (que es la
teoría más antigua) sostienen que para interpretar una norma debe tenerse como punto de
referencia al legislador con el propósito de desentrañar de su mente lo que éste quiso decir.
Entienden que lo que se manda en la ley es la voluntad del legislador (mens legislatioris),
quien es su autor, y que la norma jurídica sólo es un medio o instrumento para expresar ese
mandato; entonces el intérprete debe llegar a lo que el legislador quiso decir para interpretar
correctamente la norma. Los partidarios del Objetivismo, en cambio, son de la creencia de
que sólo lo que aparece redactado en la ley es lo objetivamente dispuesto como mandato,
que una vez publicada la ley, ésta se desprende de sus autores y adquiere vida y espíritu
propios, en consecuencia es la voluntad de la ley (mens legis) lo que debe descubrirse,
porque en ella está lo objetivamente querido. Es evidente, como bien manifiesta el Profesor
español Ángel Latorre Segura (1976), que la norma no puede tener voluntad y por ello,
cuando, de acuerdo con el Objetivismo, se habla de “voluntad de la ley”, está sumamente
claro que esta referencia se hace únicamente en sentido metafórico.

¿Quién interpreta la ley?

Respecto a quién interpreta la ley, existía un principio fundamental que decía que "el que
hacía la ley es el que debía interpretarla" (interpretación auténtica), y la ley debe
interpretarse por quien la aplica (interpretación usual).

En el ámbito del derecho la norma jurídica puede ser interpretada no solo por los
denominados operadores jurídicos (Magistrados, jueces, abogados, juristas, etc.). También
los particulares realizan interpretación de las normas jurídicas cada vez que desean saber si
la actividad que quieren emprender es lícita o ilícita; o si los actos o negocios jurídicos, que
quieren llevar a cabo producirán o no tales efectos; cuando al otorgar un testamento, desean
saber cómo proporcionar los bienes que poseen, entre sus futuros herederos, o en el caso de
que aquellos que deseen interponer alguna queja en contra de algún servidor público de la
Administración Pública, que por actos u omisiones trastocan su deber de servicio.

En tal sentido estamos de acuerdo y nos sumamos a las palabras de Aníbal Torres Vásquez,
(2001) cuando dice: “¿Cómo establece el intérprete el sentido de la norma? En primer
lugar, la labor del intérprete se dirige a descubrir o develar el sentido inmanente en la
norma; en segundo lugar, como por lo general una norma evoca varios sentidos, selecciona
o fija el sentido con el cual se obtenga la solución más justa del caso concreto; y en tercer
lugar, si el sentido o sentidos de la norma no se adecuan a la nueva realidad social, el
intérprete atribuye a la norma el significado que lo actualiza.” Dado que las normas
positivas y el Derecho vigente en general se expresan y difunden mediante el lenguaje,
consideramos que Interpretar no puede ser otra cosa que reconocer, descubrir, captar o
asimilar el significado, sentido y alcance de la norma jurídica
¿Cuándo se da la Interpretación de la Ley?

La interpretación en sí, se da cuando la norma es obscura o inatendible, o bien cuando


entramos en la opacidad del derecho, en la que el significado de las palabras no resultan
claras en cuanto a su semántica, entonces el operador jurídico tiene que realizar el ejercicio
de desentrañar o descubrir lo que el legislador quiso decir al redactar la norma. Ante esto,
se puede afirmar entonces que la interpretación se da no tanto porque la ley sea opaca sino
es cuestión del intérprete en cuanto a que significado le da a las palabras

Importancia de la Interpretación:

La interpretación en el mundo del derecho es tan importante como el que los seres vivos
tengan que respirar, en función de que los operadores jurídicos que aplican la norma a
hechos o casos concretos, formulan una interpretación para determinar la aplicabilidad de la
misma, y más trascendencia tiene cuando el operador jurídico, en este caso, abogados,
litigantes, pretenden descubrir si la norma referida en las sentencias o resoluciones es la
correcta. Por lo tanto, el interpretar es importante, porque no sólo es desentrañar o aclarar el
sentido del texto de una norma, pues el objetivo sustancial es reconocer la importancia que
tiene la interpretación jurídica en los múltiples campos del derecho.

Tipos de Interpretación Jurídica

La gran multiplicidad y variedad de las teorías que ha desarrollado la doctrina en relación


con la interpretación impide que se haga un análisis individualizado de todas ellas. De ahí
que se hayan seleccionado algunas manifestaciones que pueden ser consideradas
ejemplares.

Según el Sujeto que Interpreta: En base a este criterio, se distingue entre interpretación
Auténtica, Judicial, Doctrinaria y Popular:

1) Interpretación Auténtica o Legislativa:

Es la realizada por el propio autor de la norma; es decir, es la realizada estrictamente por la


misma persona que elaboró la norma.
2) Interpretación Judicial

Quien aplica la ley, es decir, el órgano jurisdiccional que se divide a su vez en Judicial, la
que esencialmente la realizan los Tribunales Colegiados de Circuito y la misma Suprema
Corte de Justicia de la Nación.

3) Interpretación Doctrinal.

Aunque carezca de obligatoriedad, dicha forma de interpretar es una de las más


importantes, pues es realizada por personas que se dedican al estudio del fenómeno
jurídico, entre los que encontramos: Magistrados, jueces, Jurisconsultos, Abogados, etc.,
que en su mayoría aúnan a su conocimiento teórico sobre el Derecho, una gran experiencia
práctica; lo que permite imprimir a sus obras una categoría intelectual que funciona como
directriz orientadora del Derecho en general.

Pues aunque carezca de obligatoriedad, no es menos cierto que requiere por parte de sus
elaboradores un conocimiento profundo de los hechos sociales que han dado origen a las
leyes; de las instituciones jurídicas actuales y de las necesidades económicas, sociales y
políticas que originan cambios en el Derecho.

4) Interpretación Popular.

la interpretación de tipo popular es realizada por personas que poco o ningún conocimiento
tienen sobre Derecho, como en los casos de personas que fungen como escabinos, o la
interpretación diaria que hace de la ley, un ciudadano común y corriente.

Según el resultado:

1) Interpretación Declarativa o Estricta:

Esta especie se da cuando el resultado de la interpretación se identifica plenamente con el


pensamiento del legislador, plasmado en el texto legal; siendo entonces la interpretación
una mera declaración o repetición de la intención del legislador. Esta situación se da
continuamente en los tribunales, en que el Juez desempeña una labor simplemente
mecánica de aplicación de la Ley a los casos concretos en particular de una manera
silogística.
Se presenta cuando al interpretar el operador jurídico se ciñe a lo que dice la norma,
limitándose a aplicarla a los supuestos estrictamente comprendidos en ella. Explica el
maestro Mario Alzamora Valdez, la interpretación declarativa es la de más corriente uso y
su objeto es el de explicar el texto de la ley. Continúa diciendo que este procedimiento se
emplea cuando las palabras son imprecisas u obscuras y se busca desentrañar a través de
ellas la mente de la ley y la del legislador.

3) Interpretación Restrictiva.

Se da cuando la interpretación que se hace de una norma jurídica, tiende a reducir su campo
de aplicación que según la letra de la misma abarca más de su verdadero contenido real.

4) Interpretación Extensiva.

Esta interpretación ocurre cuando el sujeto que la realiza, extiende el alcance de la norma
mediante el desarrollo razonable de su campo de aplicación.

A menudo ocurre que se confunde con la aplicación analógica de la ley, pero en su esencia
son diferentes, pues mediante aquella lo que hace el intérprete es desarrollar la norma
jurídica dentro de un límite que es su radio de acción o su campo de posibilidades; o sea
que la ley tácitamente contempla el caso.

5) Interpretación Progresiva.

La interpretación de la Ley según las épocas puede conducir a resultados diversos; con el
transcurso del tiempo las realidades cambian y dichos cambios implican una adecuación de
las palabras de la ley a las necesidades sociales, por lo que se hace necesaria una
interpretación progresiva o evolutiva de la ley, para que esta comprenda esas nuevas
necesidades antes desconocidas para el órgano que creó la ley.

Con el uso de este método se garantiza el desarrollo del Derecho junto con el desarrollo de
la sociedad, pues un buen uso de esta especie de interpretación enriquece el significado de
los términos legales, con conceptos capaces de entrar en la fórmula legal y no situaciones
incompatibles completamente con el texto de la Ley.

Métodos de la Interpretación
Son normas, sistemas y técnicas recogidas por el propio derecho, cuyo objeto es resolver
los problemas interpretativos de las normas, analizando éstas según el sentido propio de sus
palabra, en relación con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos, y la realidad
social del tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo fundamentalmente el espíritu y
finalidad de la norma, entre estos métodos los más destacados en el transcurso de la
evolución de las formas de interpretación están:

Así pues, como o afirma Marcos del Cano, (2005) resulta inevitable abordar el estudio de
los métodos de interpretación desde una actitud preventivamente cautelar y escéptica. No es
conveniente (y tampoco será posible) olvidar que cada uno de esos métodos ha nacido
como respuesta a las peculiares necesidades, características y posibilidades de alguna
determinada etapa de la historia del Derecho o de alguna particular tendencia de la ciencia
jurídica.

Método Gramatical o Literal:

Este método se caracteriza por aplicar ante todo el principio o criterio de la interpretación
literal, conforme a las correspondientes reglas gramaticales. Siguiendo este principio, la
actividad del intérprete ha de atenerse al significado o sentido que se desprenda de forma
inmediata de la literalidad de las normas, es decir, de las palabras y los enunciados en que
esas normas vienen expresadas, según el contexto lingüístico (común o técnico) al que tales
palabras y enunciados pertenecen. Lo que la norma dice literalmente es lo que debe ser
estrictamente cumplido; lo que la norma no dice en su estricta literalidad no puede
suponerse incluido en ella, ni inducirse de ella.

Parte, pues, este método de una actitud de total y absoluto respeto y sumisión ante la letra
de las leyes, una actitud que parece encerrar un cierto sentimiento mágico o, cuando menos,
una mentalidad manifiestamente sumisa ante la autoridad del legislador. Pero este punto de
vista parece olvidar un dato decisivo: que, en realidad, las palabras e incluso las frases
tienen casi siempre más de un sentido, tanto en el lenguaje habitual como en el jurídico. Por
tanto, será siempre necesario recurrir a las pertinentes conexiones de sentido para poder
superar esa originaria polisemia y ambigüedad del lenguaje en que vienen expresadas las
normas. Y parece olvidar también que, en definitiva, lo que más importa en el Derecho es
el espíritu que anima a las leyes, espíritu que ha de ser encontrado, no sólo a través de la
letra de esas leyes, sino incluso más allá de ella.

Este método interpretación denominado por algunos como exegético, se basa en poner
atención en la manera como fue formulada la disposición legal por parte del legislador, es
decir, a partir de su literalidad, se indaga mediante la ayuda de las reglas gramaticales y el
uso lenguaje para encontrar sentido a lo que se expresa en una disposición normativa, para
así analizar sencillamente las expresiones que quiso dar el legislador al redactarla,
recordemos que a sola comprensión de las palabras y proposiciones que han servido de
marco a la ley pueden revelarnos el auténtico querer del legislador, lo que acaece en los
casos en que los artículos del Código o de la ley quedan correctamente redactados y su
inteligencia no se presta a confusiones.

Así mismo la interpretación literal no siempre se reduce a otorgar un significado a partir de


lo que gramaticalmente expresa un texto, sino, por el contrario, debido a la ambigüedad que
podría presentar su redacción, dada estos múltiples significados que pueden presentarse, sus
interpretaciones pueden presentar como variantes la aplicación restrictiva y la extensiva. La
primera de ellas denominada restrictiva se refiere a concentrarnos exclusivamente en lo ahí
dispuesto, mientras que la extensiva se refiere en ampliar el significado de un texto, cuando
el mismo no pueda ser comprendido claramente.

Alberto Trabucchi, (1967) opina que “la Interpretación literal se realiza de conformidad con
el uso de las palabras y con la conexión de éstas entre sí.” El referido autor critica este
método de interpretación por cuanto considera que también el que actúa en fraude de la ley
observa su sentido literal y porque la obstrucción legal no es en el fondo más que la
aplicación totalmente literal de las normas jurídicas.

La interpretación literal, en general usa diversos instrumentos para su realización que


implican un razonamiento más allá de la simple lectura. Entre ellos está el argumento
lingüístico, donde el lenguaje es usado en diferentes dimensiones que van desde lo
semántico, sintáctico o pragmático. La primera se ocupa del sentido del sentido de las
palabras comprendidas en el texto optando por el significado habitual y concreto de cada
vocablo, así como de su pronunciable acepción específica en el lenguaje jurídico. Que a su
vez la interpretación sintáctica, se encarga de encontrar el sentido de un enunciado
completo, de acuerdo a su construcción y la relación que guarda el sujeto y el predicado, así
como cada pronombre o adverbio y su carácter adversativo, concesivo, disyuntivo, etc.

Método Sistemático:

Este tipo de interpretación tiene como objetivo extraer dentro del texto de la norma
estudiada, un enunciado cuyo sentido tenga relación directa con el contenido general que
dicta la norma, aunque podemos llegar a inconvenientes como el pensar que un solo
enunciado definirá el contenido de la misma, siendo que una norma está integrada por un
articulado que en conjunto dan sentido a la misma. Por lo que la interpretación
sistemática es aquella que intenta comprender, como un todo coherente, la totalidad de las
normas jurídicas y de los institutos jurídicos que le sirven de base, así las normas no pueden
analizarse en forma aislada de los demás preceptos que integran una ley de la que forman
parte. Ya que cada norma es parte integrante de un sistema jurídico, al que pertenece desde
el momento de su creación, y entre todas las normas de un sistema se generan acciones y
reacciones.

Así mismo puede surgir incompatibilidad de las normas que no puede ser tolerada, donde
se recurren a unos argumentos que se enmarcan dentro la interpretación sistemática, pues
atienden a la coherencia de lo sistema y a la conexión de las normas dentro un
ordenamiento jurídico. Surgiendo así los argumentos a coherencia, a rubrica, dogmático y
sistemático en sentido estricto. Puesto que la idea de que en un sistema jurídico no pueden
coexistir en su seno normas incompatibles, es decir, no cabe la posibilidad de antinomias
por lo que es un ideal que resultaría muy conveniente pero que no deja de ser precisamente
una situación ideal.

El argumento a coherencia es aquel por el que nos enunciados legales no pueden expresar
dos normas incompatibles entre ellas, se parte de la idea de que es el legislador es
ordenado, no se contradice y pretende dotar coherencia en los textos que emite. Por otro
lado, el argumento a rubrica se Interpreta atendiendo a los títulos y a las divisiones legales
que incluyen a aquélla. Permitiendo atribuir significado a una norma en función del título,
encabezado o rubro de cada parte, capítulo o sección en que se encuentre un texto
normativo o en función de su propio encabezado.
En el caso del dogmático A los enunciados normativos se les debe atribuir el significado
que sea sugerido por el sistema de conceptos o principios del Derecho. Constituye una
interpretación más que sistemática “sistematizante”, puesto que el intérprete construye un
sistema de relaciones normativas compatibles con la construcción dogmática utilizada.
Dogmático es posible argumentar tomando en cuenta principios o “dogmas” dependiendo
de la corriente o doctrina a la que se suscriba o pertenezca el intérprete. En cambio, en su
sentido estricto recibe su significado del contexto específico en el que está situada. Se
justifica su empleo en la idea de que las normas forman un sistema que obtiene su
coherencia del diseño legislativo y de los principios que, como consecuencia de ser un
producto racional, lo gobiernan.

Método lógico o Teleológico (finalista):

El Método Lógico es aquél que utiliza los razonamientos de la lógica para alcanzar el
verdadero significado de la norma. Para Mario Alzamora Valdez, este método consiste en
la descomposición del pensamiento o las relaciones lógicas que unen sus diversas partes.
En la utilización del Método Lógico, dice Luis Díez Picazo, se habla de la existencia de una
serie de reglas como: el argumento < a maiore adminus > (el que puede lo más puede lo
menos); < a minore ad maius > (quien no puede lo menos tampoco puede lo más); < a
contrario > (la inclusión de un caso supone la exclusión de los demás); < a pari ratione > (la
inclusión de un caso supone también la de un caso similar).

Cuándo hablamos del método teleológico se habla desentrañar el fin normativo, espíritu de
la ley, el objetivo que persigue una disposición. El intérprete deberá recurrir a otros medios
para encontrar cuál es el objetivo del legislador al crear la ley, cuál fue su finalidad, qué
situación social y real existía al momento de la creación de la norma. Este método en su
denominación tiene el prefijo "tele" que significa fin. El Método Teleológico es, entonces,
el que pretende llegar a la interpretación de la norma a través del fin de la misma, buscando
en su espíritu, que es la finalidad por la cual la norma fue incorporada al ordenamiento
jurídico.
Mencionan, Molitor y Schlosser, que Jhering, en su obra de dos volúmenes "El Fin del
Derecho" buscó interpretar cada reglamentación jurídica no de una manera aislada sino
comprendiendo las motivaciones y la función jugada en el conjunto normativo como medio
de realización y satisfacción de intereses. Continúan indicando que Jhering, merced a esta
concepción hasta entonces desconocida, señaló al Derecho caminos completamente nuevos,
que estaban perdidos para él desde el Derecho natural (Interpretación Teleológica). Debido
al hecho de que los numerosos movimientos que caracterizaban al siglo XIX carecían, no
obstante, de una escala absoluta, esta concepción debió ejercer en principio efectos
destructores y relativizadores.

Algunos autores entienden que la finalidad de la norma está en su "ratio legis", es decir, en
su razón de ser. Tal es el caso, por ejemplo del Jurista Claude Du Pasquier quien afirma que
"según el punto de vista en que uno se coloque, la ratio legis puede ser considerada como el
fin realmente querido por el legislador en la época de elaboración de la ley ..." (sic), o el del
profesor sanmarquino Raúl Peña Cabrera, quien, comentando la Interpretación Teleológica,
dice que si la ley es clara, basta con la interpretación gramatical, sin embargo, puede ocurrir
que la ley sea un tanto oscura, en tal caso es conveniente apuntar a la intención de la norma,
es decir considerar la "ratio legis". La captación del espíritu de la ley implica el empleo de
procedimientos lógicos y valorativos

Otros autores, como Manuel García Amigo, (1979) quien, al referirse al método lógico
dice: "Es obvio, además, que cuando el legislador dicta una norma, persigue un fin, a cuya
obtención encadena lógicamente el precepto. Por eso toda interpretación debe seguir las
reglas de la Lógica. Y esto es algo que se admite desde siempre, siendo unánimemente
aceptado."

Método Histórico (genético):

Por el Método Histórico se pretende interpretar la norma recurriendo a sus antecedentes,


como las ideas de sus autores al concebir o elaborar los proyectos, los motivos que
propiciaron la redacción y emisión de la ley, informes, debates, etc.. Mario Alzamora
Valdez: quien identifica el Método Histórico con el de la exégesis seguramente por tener
ambos algunos rasgos de similitud, afirma que este Método es aquél que tiene por objeto el
estado del derecho existente sobre la materia en la época en que la ley ha sido dada:
determina el modo de acción de la ley y el cambio por ella introducido, que es precisamente
lo que el elemento histórico debe esclarecer.

Por su parte, Claude Du Pasquier (1994), explica que este método “consiste en investigar el
estado de espíritu en que se encontraban los autores de la ley; los motivos que los han
llevado a legislar y cómo se han representado la futura aplicación de los textos elaborados.”
A este efecto, se examinan los primeros proyectos de la ley que se trata y se les compara
con el texto definitivo para saber en qué sentido el poder legislativo ha precisado o
transformado su pensamiento. Son así estudiados las exposiciones de motivos, los mensajes
del poder ejecutivo, las cartas e informes de las comisiones encargadas, debates plenarios y
todo aquello que ha precedido a la aplicación de la ley.

Este método, dice Karl Larenz, debe tenerse en cuenta para averiguar el sentido de la ley
normativamente decisivo y, sobretodo, la intención reguladora del legislador y las
decisiones valorativas por él encontradas, así, para conseguir manifiestamente esa intención
siguen siendo pauta vinculante para el juez, incluso cuando acomoda la ley a nuevas
circunstancias no previstas por el legislador, o cuando la complementa

Método Savigniano:

A la luz del método savigniano la ley es la expresión del derecho popular y el legislador el
verdadero representante de ese espíritu nacional

El método savigniano propone 4 elementos para la interpretación de la ley:

Gramatical: Lenguaje de la Ley-Tenor literal de la Ley

Lógico: Descomposición del pensamiento

Histórico: Nos permite unir el presente con el pasado

Sistemático: Vinculo que une a las instituciones con las normas en una vasta unidad

El método savigniano reconoce las lagunas, de acuerdo con esto propone para resolver el
problema de las lagunas propone a través de la analogía.

El intérprete si la ley es defectuosa por contener un pensamiento incompleto o ambiguo o el


sentido de la expresión está en contradicción con el verdadero pensamiento de la ley
1. Analizar el conjunto de la legislación

2. Indagar los motivos de la ley

3. Apreciar el resultado obtenido de la interpretación

El principio que se aplica para las contradicciones insolubles mediante la conciliación de


los textos es el principio de que la fuente más moderna se sobrepone a la más antigua

Método Empírico.

Este es el Método atribuido a la Escuela de la Exégesis en sus inicios, el cual consistía en


investigar empíricamente la voluntad del legislador; es decir las palabras de la ley y la
intención del legislador como hechos; el recurso a obtener todo lo concerniente a la ley
como dato empírico. El profesor Ariel Álvarez Gardiol precisa respecto a este método lo
siguiente: "El método empírico postulado por la Exégesis es un recomponer los hechos
efectivamente pensados por los legisladores, es un ‘repensar’ algo ya pensado, según la
fórmula de August Boeckh. Esta reconstrucción del pensamiento del legislador está
temporalmente situada, es concreta y finita, a diferencia de la voluntad de la ley, que es por
cierto intemporal. Esto último perseguía indudablemente consolidar una absoluta ruptura
con el pasado, que permitía llegar en el examen de la ley no más allá de la voluntad
psicológica del legislador."

Método valorativo:

La defensa de este método parte del principio de que sólo es posible encontrar el sentido o
significado genuino de las normas jurídicas si se tiene en cuenta el sistema concreto de
valores sobre los que se asientan tales normas. Ahora bien, la aplicación de este principio
ha dado lugar a dos manifestaciones doctrinales importantes: la que pone el acento en la
consideración de los valores incorporados a las propias normas y la que apuesta por la
ponderación de los valores que informan al correspondiente sistema social.

Según el primer enfoque, la interpretación conducente a la correcta aplicación de las


normas jurídicas no puede reducirse a una simple proyección de la regulación prototípica y
abstracta contenida en tales normas sobre el concreto caso planteado. Esa interpretación
deberá implementarse más bien a través de la toma en consideración de todas las ideas, los
principios, los objetivos y los valores que inspiran y animan, directa o indirectamente, a las
respectivas normas. En cambio, según el segundo punto de vista, sólo podrá accederse a
una interpretación correcta de las normas jurídicas si se toma también cuenta de los
criterios de valoración que han sido reconocidos de forma predominante en la comunidad,
área cultural y época a la que pertenecen tales normas. Son precisamente esos valores o
principios que han encontrado expresión en las normas consuetudinarias, en la ética social,
en las instituciones, en las formas comunes de vida, etc., aunque no hayan llegado a
plasmarse en las propias normas, los que permiten encontrar la interpretación correcta de
éstas.

Esta segunda visión del método valorativo de interpretación ha dado lugar también, por otra
parte, a distintas versiones o aplicaciones concretas. Por ejemplo, la conocida corriente del
uso alternativo del Derecho6, llamada también ‚jurisprudencia alternativa™, tan jaleada en
la segunda mitad del siglo XX y en gran parte olvidada hoy.

Método Analógico:

La interpretación analógica consiste en extender una norma jurídica que regula un


determinado hecho a otro semejante no previsto en ella ; La interpretación analógica estriba
en aclarar la voluntad de la norma, entenderla, precisar su contenido, desentrañar su sentido

El elemento Analógico consiste en interpretar la norma recurriendo a normas o casos


similares entre sí.
Conclusión

Se llega a la conclusión que la Interpretación Jurídica es de vital importancia, pues el


Derecho sólo puede ser aplicado tras ser interpretado. Por tanto, no puede haber Derecho
sin Interpretación. No sólo permite la aplicación del Derecho, sino que además va más allá:
descubre su mensaje correcta o incorrectamente; le da su verdadero significado, alcance y
sentido o se lo quita; lo acerca a la Justicia o a la Injusticia. El desarrollo de tantos métodos
para interpretar la norma, o el derecho en general, demuestra que el estudio de la
interpretación nunca termina por descubrir, ni totalmente y de manera inequívoca ni
satisfactoriamente, el mensaje expresado en la norma; sólo aspiramos a aproximarnos lo
más posible a esta meta

Interpretar la ley es descubrir, no la voluntad del legislador, como a veces suele decirse,
sino la voluntad propia de la ley. La ley ha sido interpretada por el hombre en todo
momento, desde la aparición de las primeras normas que rigieron su conducta. En términos
generales, podemos afirmar que la ley siempre necesita ser interpretada, ya que es
indispensable arrancar al lenguaje que se uso para redactarla, su verdadero sentido.
BIBLIOGRAFIA

Atienza, M. (2009). El sentido del Derecho. Quinta Edición, España.

Descartes, R. (1637). Discurso del método para conducir bien la propia razón y buscar la
verdad en las ciencias (Discours de la méthode pour bien conduire sa raison, et chercher
la vérité dans les sciences. Países bajos, Leiden. Ed: Leyde.

Marcos del Cano, A, M. (2005). Manual de teoría del Derecho. Colombia. Ed:
Universitas.S.A.

Torres Vásquez, A.(2001). Introducción al Derecho (Teoría General del Derecho). Ed:
Temis S.A. Segunda Edición. Bogotá –Colombia. Pág. 516

Kelsen, H. (1982). "Teoría Pura del Derecho". Editorial Universitaria de Buenos Aires.
Decimoctava Edición. Buenos Aires, Argentina.

Enneccerus, L. (1889). Tratado de Derecho Civil, T. I, .Montevideo, cit.f pág. 198

La Torre Segura, Á, (1976). Introducción al Derecho. Editorial Ariel. Séptima Edición.


Barcelona, España.

Alzamora, Valdez, M. (1982). Introducción a la Ciencia del Derecho. Octava Edición.


Lima, Perú.

Du Pasquier, C. (1994). Introducción al Derecho. Editorial Jurídica Portocarrero SRL. 5ª


edición .Lima.

Larenz, K. (1978). Derecho Civil (parte general). Editorial Revista de Derecho Privado.
3ra edición. Madrid, España.

Larenz, K. (1980). Metodología de la Ciencia del Derecho. Editorial Ariel. Traducción de


la 4ta. Edición alemana. Barcelona, España.

García Amigo, M, (1979). Instituciones de Derecho Civil. Editorial Revista de Derecho


Privado. Primera Edición. Madrid, España.

Molitor, E y Schlosser, H. (1975). Perfiles de la Nueva Historia del Derecho Privado.


Casa editorial Bosch. Traducción de la 2ª edición alemana. Barcelona, España.

También podría gustarte